Polo Ondegardo; Informe sobre los tributos indígenas o Informe sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú

Lydia Fossa, PhD

Polo Ondegardo: Informe sobre los tributos indígenas o Informe sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú

Polo Ondegardo, un licenciado en leyes que había satisfecho las expectativas de muchos representantes del Rey en la Nueva Castilla, fue considerado como la persona apta para suplir la información que solicitaban los más altos funcionarios reales. En respuesta a esta solicitud, redacta el texto conocido como: Informe sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú, concluído el 12 de diciembre de 1561. Este Informe fue dirigido al licenciado Diego Briviesca de Muñatones, presidente de la comisión de la perpetuidad que llegó al Perú, unos catorce meses antes, el 12 de octubre de 1560. Nos extenderemos sobre el contexto histórico en que se dan esta solicitud y su respuesta.

Don Antonio de Mendoza, transferido de la Nueva España, llegó a Tumbes el 15 de mayo de 1551 para ocupar el cargo de segundo virrey del Perú. Entró en Lima el 12 de setiembre, recibiendo el mando del presidente de la Audiencia Gobernadora, Andrés de Cianca. Pero, Cianca volvió a ocupar el mismo cargo algo más de un año después, cuando fallece el Virrey Mendoza, el 21 de julio de 1552, y hasta su propio deceso, el 11 de abril de 1553. A Cianca lo reemplazó el oidor Melchor Bravo de Saravia, quien presidió la Real Audiencia de Lima en su condición de oidor decano, hasta el 29 de junio de 1556, cuando entregó el poder al virrey Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete. El recientemente creado virreinato del Perú estuvo huérfano de virrey desde junio de 1552 hasta junio de 1556.

La fuerza de la rebeldía hacia las Nuevas Leyes había sido tal que, aunque ajusticiado Gonzalo Pizarro y sus principales jefes y desbandadas sus huestes, quedaban muchos descontentos en pie de guerra. Para combatirlos, la Audiencia se vió forzada a formar un ejército que entró en funciones enel Cuzco el 12 de noviembre de 1553. Los levantiscos, por un lado, no aceptaban la abolición del servicio personal de los indígenas dictada por la Corona en las Nuevas Leyes y, por el otro, no habían quedado satisfechos con las mercedes otorgadas por el pacificador don Pedro de la Gasca en el reparto de Guaynarima en agosto de 1548. Se generó así una serie de insurrecciones en varias zonas del Alto Perú (Cuzco, Puno y Charcas –La Plata, hoy Sucre–).

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