El proyecto de investigación básica Glosas croniquenses tiene como corpus principal los textos españoles que datan del siglo XVI, la primera etapa de la incursión española en territorio andino. Su objetivo principal es identificar el par linguístico (lengua andina-castellano) y, a partir de él, incorporar al acervo léxico de las lenguas indígenas palabras de esas lenguas que aparecen en los textos. Cuando se trabaja con documentos de esa época se presentan diferentes retos; entre ellos, la opción de conservación o modernización del léxico. La primera postura busca la conservación de determinadas formas, en la medida en que constituyen una muestra de los sistemas sígnicos en uso en la época para poder estudiarlos. La segunda postura toma en cuenta el fin comunicativo: facilitar al lector el acceso a una edición sin mayores interferencias. Para ello se adapta sistemas antiguos de puntuación y de ortografía a las normas actuales que conduzcan a una lectura más clara.
...El proyecto ha trabajado con diferentes tipos de fuentes, desde primeros manuscritos hasta las ediciones más recientes de los textos. Cada uno recibe un tratamiento específico. La mayor parte de los documentos con los que hemos trabajado han sido editados de manera tal que permiten realizar con ellos un análisis léxico adecuado. Para la transcripción de manuscritos como los de Polo Ondegardo, Juan de Betanzos y Francisco Falcón nos hemos ceñido a las “Normas para la transcripción de documentos hispano-americanos” consignadas en la resolución No. 9 de la Primera Reunión Interamericana sobre Archivos (Washington, D.C., 27 de octubre de 1961). Conforme a tales normas, se ha respetado siempre la ortografía del manuscrito. Los sistemas ortográficos de la época no estaban consolidados: presentaban fluctuaciones entre los caracteres utilizados. Las sílabas de las palabras se separaban arbitrariamente. La puntuación estaba prácticamente ausente, así como la acentuación y el uso de las mayúsculas. Siguiendo las Normas, se ha conservado el uso de las letras “ç”, “s”, “z”, “b”, “v”, “x”, “y”, etc. La “u” y la “v” han sido transcritas según su valor fonético; la “h” superflua ha sido conservada, la omitida no ha sido agregada. Se ha conservado todas las variantes de una misma palabra (p.e. muger/mujer; fecho/hecho; guéspedes/huéspedes, etc.), así como las variantes ortográficas de los nombres de personas o de lugares. Las palabras que en el original aparecían unidas han sido separadas según el uso actual respetando, sin embargo, las contracciones de palabras. Se ha separado el texto en párrafos. El empleo de las mayúsculas y minúsculas ha sido adecuado a la ortografía moderna; las abreviaturas han sido desarrolladas y se ha introducido, moderadamente, la puntuación. Han sido agregados entre corchetes ([ ]) las letras o palabras que faltaban en el texto a causa de la mala conservación del manuscrito, así como las necesarias para su mejor comprensión. En cursiva aparecen las letras, palabras y oraciones que el autor ha agregado al margen o en los espacios interlineares. Tres asteriscos (***) indican las lagunas que el mismo autor ha dejado en el texto. Por último, y siguiendo el ejemplo de autoridades en la materia, hemos introducido la acentuación moderna. Sabemos que la problemática de la representación gráfica del siglo XVI implica la transcripción de sonidos de una lengua desconocida a signos gráficos hispanos, lo que ha generado una serie de distorsiones que abarcan desde cómo fueron escuchados, cómo fueron transcritos y cómo fueron representados gráficamente esos sonidos. Para atender estas preocupaciones contamos con la colaboración de lingüistas, historiadores, hablantes nativos de lenguas indígenas andinas. Estos expertos ofrecen una selección léxica exhaustiva y una categorización del reportorio; así como análisis sincréticos de la fonética de los términos indígenas e identificación de las lenguas a las que pertenecen. Finalmente, el proyecto Glosas croniquenses está en constante revisión y actualización.