María Claudia Delgado
La llegada de Gasca a las Indias se da en una coyuntura muy particular. La gran rebelión de encomenderos que surge en contra de las Leyes Nuevas de 1542 significa un cisma que redefine a la sociedad española de la época. Por un lado, el frente de los antiguos conquistadores y encomenderos que busca perpetuar un sistema medieval señorial en las colonias, modelo representado por Gonzalo Pizarro; y por el otro, la autoridad imperial con un cariz nuevo y moderno que prioriza por sobre todo la solidez del poder monárquico. En este contexto, Pedro de la Gasca personifica no solo la autoridad monárquica, sino también el nuevo perfil que impulsa la monarquía española. Se trata de una figura completa, entendida en todos los ámbitos modernos como son la política, la milicia y la religión, pero sobre todo, inexorablemente leal a la corona y al Estado. Estas determinaciones se ven reflejadas en testimonios como el siguiente de Cieza de León: “E syn esto que dixo el capitán Albarado a los que estaban en Panamá, escrivió cartas a las çiudades de los Reyes, Truxillo e las Chachapoyas, e no de otra manera; lo qual toco para que se entienda a la fidelidad que este capitán tubo syenpre para serbiçio del Rey, y aun delante del presydente Gasca vide que sobre ello se hizo provança vastante, e pareçió ser verdad. Y como oviese escrito estas cartas envarcó en el mar Oçéano”.
De esta manera, la lucha por la legitimidad política en las colonias entre Gasca y Pizarro implica la creación de un nuevo orden político y social que afectará la historia del territorio americano.
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