Polo Ondegardo

Ondegardo, Polo. “Las razones que movieron a sacar esta relación y notable daño que resulta de no guardar a estos indios sus fueros” en Pensamiento colonial crítico. Textos y actos de Polo Ondegardo, Gonzalo Lamana F., editor; Estudio biográfico de Teodoro Hampe M., Instituto Francés de Estudios Andinos y Centro Bartolomé de las Casas, Cuzco, 2012, 217-330.

Juan Polo de Ondegardo: rebautizado post-mortem por los historiadores (Presentación en Youtube)

Presentación de Polo Ondegardo

Cómo citar:
GLOSAS CRONIQUENSES (1994-), Polo Ondegardo. https://glosascroniquenses.github.io/Glosario/intro/cronista11. [Fecha de consulta: 24.11.2021]


açua


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Y tenían gran gasto, porque cadal día se sacaban los cuerpos todos de los incas a la plaza y allí se les hacía su fuego muy cubiertos y envueltos en mucha suma de mantas ricas, sobre cantidad de algodón; y estaban debajo sentados en sus sillas, y allí delante se les hacía su fuego, como al propio inca vivo, y su gente y mujeres con sus cántaros de agua [sic: açua], ques el vino de que ellos usan hecho maíz. 280-281

abasca


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Y así, en cada pueblo tenían obradores, que llamaban cunviscas , para traer esta ropa rica que hacían a dos haces, aunque más hacían de la de abasca quera gran género de tributo y de mucha importancia. 235
Esta ropa era de muchas maneras conforme a la traza que se les daba en cada un año, porque del urcumbe tejida a dos haces se hacía en gran cantidad, y de la otra común de abasca, y otra de otra suerte para los sacrificios quel mismo inca hacía, en cada año, en todas las fiestas ordinarias quel hacía, en las cuales quemaba mucha cantidad. 258-259

Achacache


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Para en prueba de lo cual bastará el ejemplo de tres o cuatro repartimientos que ahora en este año y en los pasados han pleiteado en esta real audiencia de Las Charcas, uno de los cuales fue la provincia de Achacache, ques en el Collao, el cual pretendió lo siguiente. 296

adoratorio / adoratorios


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Y lo primero que estos incas propusieron, aunque no fue éste el título que acabaron y el que les hizo señores, fue una imaginación que se les asentó o que ellos fingieron a los principios: que después del diluvio habían salido de una cueva que ellos llaman Pacaritanbo -cinco leguas del Cuzco, donde está labrada antiquísimamente una ventana de cantería arrimada a un cerro que fue antiguo adoratorio suyo- siete personas hombres y mujeres de los cuales se había multiplicado todo el mundo (...) De lo cual resultaron en todas las provincias, en cada una, su adoratorio de la misma dedicación. 224
También los otros hicieron veneración al lugar que señalaron para el efecto -aunque no con tanta orden- y aún sacrificios tan principales; y así, en cualquier provincia que lo pregunte, hallará este adoratorio cada uno con su imaginación contando el caso diferentemente. 225
Después siempre su título fue esto de la relación, e inventar cada el día más generoso de sacrificios, y obligar a ellos, a todos los que metían debajo de su dominio, y dar a entender que aquella ciudad del Cuzco era casa y morada de dioses; y así no había en toda ella fuente ni paso ni pared que no dijesen que tenía / misterio, como parece en cada manifestación de los adoratorios de aquella ciudad, y carta que dellos manifestaron, que pasaban de cuatrocientos y tantos. 225-226
El cuarto presupuesto [es] que allí adonde pobló los pueblos en todo el reino, en cada uno dividió las tierras en esta forma: una parte dellas aplicó para la religión, dividiéndola entre Sol y el Pachayachachi y el Trueno -quellos llaman Chucuylla-/ y la Pachamama y los muertos y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar desto en particular, porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que, aunque no tuviera otra cosa en qué entender, no estuviera muy desocupado. 227
Especialmente, en cada pueblo puso la misma orden del Cuzco y dividió por çeques y rayas la comarca, e hizo adoratorios de diversos advocaciones [a] todas las cosas que parecían notables, de fuentes y manantiales y puquios y piedras hondas y valles y cumbres, quellos llaman apachetas, y puso a cada cosa su gente y les mostró la orden que habían de tener en sacrificar cada una dellas y para qué efecto,y puso quien se lo enseñase y en qué tiempo y con qué género de cosas. 227
Finalmente, aunque en ninguna parte fueron tantos los adoratorios como en el Cuzco, pero es la orden una misma, y vista la carta de los guacas del Cuzco, en cada pueblo, por pequeño que sea la pintarán de aquella misma manera y mostrarán los çeques y guacas y adoratorios suyos, que para saberlo es negocio importantísimo para su conversión, que yo la tengo ensayada en más de cien pueblos. 227-228
Item, asimismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinida de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259
La cual ropa y ganados e distribuía en la ciudad del Cuzco, donde era la fuerza de los sacrificios, y en vestir la gente del servicio de las casas y gente del servicio de las guacas y adoratorios, que era en gran cantidad, y lo que quemaban por los días señalados del año, conforme a lo estatuido, sin otras necesidades extraordinarias, porque se multiplicaban los sacrificios. 260
Para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar por delante, y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado, porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estaban señaladas en cada provincia para el inca y para sus adoratorios, lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y destos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba; y de lo que tocaba al ganado, de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el inca y para sus adoratorios, y desto llevaban asimismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia; y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba y la demás se quedaba en los depósitos. 263
Y así sacaron todo el oro y plata que tuvieron los incas y las casas y adoratorios de sus dioses, porque cada inca labraba de nuevo para sí y para su tesoro, y esto no lo heredaba el sucesor -como está dicho- sino todo quedaba con los cuerpos y para tesoro y hacienda suya. 264
Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda. En lo cual podré tratar de las guacas y adoratorios y de los ídolos. 264
En la distribución ninguno recibía agravio, y aunque el ganado todo de que daban tributo todo era del inca y de sus adoratorios, también se hacía la misma distribución, y ninguno acudía con más de aquello que le cabía conforme a la cantidad que estaba a su cargo, por sus tercias o cuartas o décimas, como estaba dividido. 265
También fue gran subsidio el que tenían en todos los pueblos del reino con la orden que los incas tenían puesta para la veneración de los adoratorios y oficios que tenían estatuidos que hubiese (como está hecha relación en el capítulo que particularmente trata desto) en las guacas y adoratorios. 273
Y fuera del camino no tienen número los adoratorios y casas que tienen en lugares ásperos para cumplir con sus imaginaciones idólatras, que todo esto se puede llamar tributo, pues ellos no lo habían menester sino que lo hacían en tiempos desocupados. 282
Finalmente, les acuden con lo necesario, allende desto, del ganado de la comunidad y de lo que de antes tenían por del Sol y del inca y de las guacas y adoratorios, a cuya guarda y servicio acuden los indios; y aún sin esto hay ovejeros antiguos y son reservados de tasa y no se pueden visitar libremente. Se sirven dellos los caciques, donde lo hay, y alquilan lo que les parece, y aún deben vender algo. 319
Que no hay memoria bastante cuándo señorearon por este mismo camino hasta la laguna de Vilcanota, que es adonde empieza el Collado y salen de aquella lagunilla dos poderosos ríos, quel uno vierte a la mano del norte y el otro a la del sur, que fue adoratorio destos naturales y guaca señalada universal. 223

ají


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Y por esta misma orden -por abreviar-se llevaba toda la comida, así de maíz, chuño y ají, y todas las demás cosas dde bastimento que se cogían en todo el reino, que se sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas para ello. 260
Y aún de la misma comida que los de tierra caliente cogen les falta más de ordinario [a los de tierra caliente] que a estos otros, porque se la rescatan casi toda al tiempo de la cosecha con el ganado y rescates de lana y cosas que della llevan hecha, y con esto cargan de maíz y ají y otras legumbres; lo cual llevan a su tierra con poco trabajo, aunque sea lejos, y gástanlo con orden. 233

Anaguaras


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Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

Anancuzco


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Primeramente se ha de presuponer quel linaje destos incas, que fueron dos parcialidades, que la una se llama Anancuzco y la otra Urincuzco, a lo que se puede averiguar porque de más no se halla memoria, eran naturales del valle del Cuzco; y aunque algunos quieren decir que vinieron de otras partes a poblar allí (pero desto no hago mucho al caso porque dicen que fue antes del diluvio y traen allá ciertas imaginaciones), como cosa tan antigua no hay para qué para en ello. 222
Luego, juntas las dos parcialidades de aquellas provincias, que en todas partes son Hanansaya y Hurinsaya, Anancuzco y Hurincuzco, conforme a la lengua y uso de cada una tierra los nombres, luego saben lo que les cabe y cuánto se ha de distribuir. 288

anansaya / hanansaya


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Sólo hay que a la parcialidad de anansaya de ordinario se le reconoce un poco de preeminencia para hacer las cuentas en su casa y juntarse cuando él lo manda, pero entre las parcialidades mismas no hay duda sino que un tomín le desmenuzan en muchas partes, y que ninguno se deja agraviar del otro. 312
Luego, juntas las dos parcialidades de aquellas provincias, que en todas partes son Hanansaya y Hurinsaya, Anancuzco y Hurincuzco, conforme a la lengua y uso de cada una tierra los nombres, luego saben lo que les cabe y cuánto se ha de distribuir. 288
Porque si en la primera división de hanansaya y Hurinsaya que se hace en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude como está dicho, ni menos en la que cada una de las parcialidades con sus principalejos, cada uno según su posibilidad y división antigua, sólo resta saber si cada principal lleva más a estos indios que residen en Potosí de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba, pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar los que quedan. 314

Andaguaylas / Andauaylas / Andavaylas


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Y aunque Andaguaylas está treinta leguas del Cuzco, ques en la provincia de los changas, no la sujetaron ni pusieron debajo de su dominio hasta el tiempo de Pachacuti Ynga Yupangui, que fue el que los desbarató. 222
Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca , el señor principal della, y le mató. 261
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

andes


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Este fue otro género de tributo que daban al inca, porque, en efecto, todas las chácaras de coca en todos los andes tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos que en todas las partes les dio, pero lo principal todo se llevaba al Cuzco. 231

Andesuyo


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Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288

Angoyaco


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El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279

apachetas / apachitas


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Especialmente, en cada pueblo puso la misma orden del Cuzco y dividió por çeques y rayas la comarca, e hizo adoratorios de diversos advocaciones [a] todas las cosas que parecían notables, de fuentes y manantiales y puquios y piedras hondas y valles y cumbres, quellos llaman apachetas, y puso a cada cosa su gente y les mostró la orden que habían de tener en sacrificar cada una dellas y para qué efecto,y puso quien se lo enseñase y en qué tiempo y con qué género de cosas. 227
Otros muchos varones y hembras tienen cargo de las guacas fijas de que está hecha particular relación en la carta general del Cuzco, ques común en todo el reino, y contiene todos los lugares que se diferencian de los otros en algo, alrededor del pueblo hasta las cumbres si es tierra áspera, que llaman éstos apachetas, como algunas piedras grandes y todos los puquios y nacimientos de agua o algunos llanos que hacen en alguna cuesta, o algunos árboles señalados, o las partes donde siembran el maíz para los sacrificios. 274
Que cierto creo que no ha habido género de gente, en lo que tenemos noticia, que se preciase tanto desto, y que tanta cantidad consumiese en sacrificios en aquella ciudad del Cuzco, hasta las cumbres apachitas. 281

Apo Alaya


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Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277

apopanaca


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Item, tuvieron éstos en tiempo del inca otro género de contribución, a mi parecer más pesado y trabajoso que todos los otros, y era que en todas las provincias tuvieron una casa ayllaguaca [sic: acllawasi], que quiere decir 'casa de escogidas', en la cual se guardaba esta orden: que había un gobernador de cada una destas cuyo nombre [era] apopanaca, que significa este género de oficio, el cual tenía licencia de escoger todas las muchachas que a él pareciese de buena disposición y gesto de ocho años para abajo, en lo cual no había límite ni número sino lo que a él le parecía. 255-256
Finalmente, era grande el número de mujeres que se sacaban en cada un año para estos efectos, sin tenerse respecto a cúyas hijas fuesen, más de la elección y disposición del apopanaca, como está dicho, sin poder reclamar sus padres ni quejarse por alguna vía; ni aún, según afirman, mostrar tristeza porque se las llevasen. 258

Apurima


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Sólo en el camino real de los ríos de importancia quedó por hacer la de Apurima, que sé yo bien el deseo que tuvo él de verla concluida. 280

Arapa


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Digo si fuese tercia o cuarta, menos o más no se puede averiguar, porque no fue igualmente en todas las partes sino conforme a la disposición de la tierra y gente mayormente, que hay gran cantidad de pueblos que todos los que se cogían eran del Sol y se llaman suyos propios, como Arapa. Y en éstos tales era la mayor parte y en otros no tanto porque eran del inca. 228

Ariquipa


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Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en éstas mismas están poblados los indios que los poseen, como en todo el Collao, y a los lados, hacia la ciudad de Ariquipa hacia la costa, como en todos los carangas, aullagas y quillacas y collaguas, y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. 232
Y así fue en todos los de aquells provincias en quitarles los indios y las tierras que tenían en la costa de la mar, de que se hicieron particulares encomiendas y los pusieron debajo de la jurisdicción de la ciudad de Ariquipa cuando se pobló, no entendiendo los gobernadores la orden que los indios tenían. 247
Y así, gobernando estos reinos el marqués de Cañete se trató esta materia, y hallando verdadera esta información que yo le hice, queriéndola saber de mí y el remedio que podía tener, se hizo de esta manera: que a la provincia de Chucuyto se le volvieron los indios y las tierras que tenía en la costa en el tiempo del inca donde cogían sus comidas; y a Juan de San Juan, vecino de Ariquipa en quien estaban encomendados, se le dieron otros que vacaron en aquella ciudad, y así quedó aquella provincia remediada. 247
Asimismo, mandó hacer la del río de Ariquipa y las desta provincia de Las Charcas en Chachimayo [sic:Cachimayo] y Pilcomayo, negocio muy importante, y otras dejó trazadas y mandadas hacer sino que con su muerte cesaron hasta hoy. 279

Atahualpa


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Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277

atunlunas


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Y si esto lo deja el principal a los atunlunas o se lo lleva no se puede bien averiguar, porque son los indios fuera de los principales tan cerrados que si no fuese tomándolo en Potosí muy despacio, y sin que ellos entiendan que la averiguación es para este fin, se podría hacer con dificultad. 314
Que en cierta forma me satisface que, en caso que estos atunlunas en la distribución general no tengan cuenta, que después que está en particular sabido lo que cabe a cada principalejo y ellos van a Potosí, que no reciben agravio sino que cada uno acude con lo que le cabe de aquella parte. 315

Aucay


Cita Número de página
El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279

aullagas


Cita Número de página
Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en éstas mismas están poblados los indios que los poseen, como en todo el Collao, y a los lados, hacia la ciudad de Ariquipa hacia la costa, como en todos los carangas, aullagas y quillacas y collaguas, y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. 232

acllawasi


Cita Número de página
Item, tuvieron éstos en tiempo del inca otro género de contribución, a mi parecer más pesado y trabajoso que todos los otros, y era que en todas las provincias tuvieron una casa ayllaguaca [sic: acllawasi], que quiere decir 'casa de escogidas', en la cual se guardaba esta orden: que había un gobernador de cada una destas cuyo nombre [era] apopanaca, que significa este género de oficio, el cual tenía licencia de escoger todas las muchachas que a él pareciese de buena disposición y gesto de ocho años para abajo, en lo cual no había límite ni número sino lo que a él le parecía. 255-256

ayllo / ayllos


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La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
Lo segundo, cuanto a lo que de parte de Su Majestad se ha hecho hasta ahora todo queda sin fundamento, porque lo sustancial ha sido las vistas y tasas que por virtud dellas se ha hecho, de las cuales la principal ha sido averiguar el número y, conforme a él, habido respecto a la comarca y granjerías, tasar la contribución y cantidad con que han de acudir los de un repartimiento y, conforme a este número, asimismo los indios han dividido las distribución por ayllos y parcialidades. 250
Hecha esta tasa y avisados los indios que la habían de pagar, aunque con dificultad se les podía hacer creer que no se les pediría otra cosa de lo en ella contenido, hicieron la distribución della por sus ayllos y parcialidades, como cosa que había de ser perpetua, asentáronla con fundamento y empezáronla a pagar con poca pesadumbre. 291
Más ha de veinte años que, siendo tasados estos indios en siete mil pesos de plata ensayada, dieron la misma orden que todos los demás para pagarlos, que fue entender qué indios serían menester para ganarlos en la provincia del Porco y minas de aquel asiento, adonde antes de la tasa asimismo buscaban lo que a sus amos les pedían; y éstos los repartieron por ayllos y parcialidades, y creo que enviaron allí setenta u ochenta con sus mujeres -que bien me acuerdo que este fue el número- los cuales hasta hoy han pagado toda la tasa sin haber hecho falta. 296-297
La otra razón es porque entendiendo bien la orden sobre dicha que los indios han dado para pagar sus tasas de plata, que es poner en Potosí de sus repúblicas aquellos que son menester para que les busquen en la orden sobredicha, y repartidos por sus ayllos y parcialidades, si ahora se proveyese que todo el repartimiento pagase por personas o cada uno lo que le cupiese sería cierto que los que están en Potosí -o la mayor parte- se quedarían allí. 301
De suerte que un año destos, que son muy ordinarios, sale de su tierra la mayor parte de la gente, unos con carneros de la comunidad y de viudas y menores y encomiendas que por sus ayllos y parcialidades tienen su cuenta, y en el mismo ganado llevan sus rescates de lana y costales y carneros, y lo principal es carneros nuevos de dos años, con que cargan maíz y vuelven a sus tierras de que se sustentan todo el año. 304
Y es gran yerro entrar de golpe en sus negocios, pues ellos los hacen tan bien que de aquí a cincuenta años no sería poco que nosotros los supiésemos entender; porque dado caso que en el repartamiento general en la distribución que hacen no tengan consideración a la persona de cada uno sino a las parcialidades y a la tierra y a las minas y a la habilidad y a las comarcas, tomando así generalmente todo, después, cuando se va desmenuzando por ayllos y parcialidades, cada uno tiene consideración en la suya de cosas en particular, y que queriéndolo yo saber me han espantado. 309
Y con todo, cuando se quisiere hacer, se puede tener cuenta con estar ellos divididos por ayllos y parcialidades como lo están, porque los principales la tienen la costumbre de acudir con lo que a cada uno les cabe, y cuando salen fuera de su tierra a lo que a ellos o a toda su comunidad conviene dejar gente que entienda en lo sobre dicho para que no falte. 320
Y la distribución se hacía desta manera: que después de entendido lo que cabía a una provincia de la ropa que se les mandaba hacer, considerada la gente que era menester para tejerla, se repartía ésta por los cuellos [sic: ayllos] o parcialidades, y con ésta acudía; y dábanles la lana necesaria para la cantidad de los mismos depósitos y así juntos la labraban y se guardaba, teniéndose siempre cuenta que este trabajo fuese igual desta manera: que si [a] una parcialidad le cabía este año diez indios para tejer ropa, que otro año cabía a otros, y aquéllos no tornaban a trabajar en aquel género de negocio hasta que pasaba por todos. En lo cual se tenía tanta cuenta que, después de vista y entendida por sus nudos, ninguno dudara, sino que la distribución era igual y que ninguno era agraviado. 284

Aymaraes


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Y después que yo entendí bien el negocio condené ásperamente [a] algunos que lo tenían casi por oficio y [que] con este título habían tomado cantidad de las provincias de los Aymaraes y Chunvivilcas. 231

Batcuvilca


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Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca, el señor principal della, y le mató. 261

Brasil


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Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262

cacique / caciques


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Este fue otro género de tributo que daban al inca, porque, en efecto, todas las chácaras de coca en todos los andes tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos que en todas las partes les dio, pero lo principal todo se llevaba al Cuzco. 231
El cuarto, que se puede creer piadosamente que no será igual el repartimiento, ni en semejantes años el cacique ni los principales contribuirán conforme a lo que cada uno cogió; antes acaece coger una vieja dos hanegas de papas y llevárselas sin dejarla cosa que coma aquel año, y el viejo y el enferno. 239
Y como está dicho, esta propiedad no la podía tener sino fuese por merced del inca, la cual hacía algunas veces por servicios que le hacían o por industria que alguno hallaba, como para echar alguna agua o hacer alguna puente o camino, o porque siendo hijo de algún cacique se había criado en su casa de pequeño, o por otras razones, y lo mismo era si le daba ganado. 241
No teniendo nadie propiedad ni señorío distinto en ninguna tierra, no tienen para qué ni título cómo pleitear uno con otro si no fuere alguno con el cacique o principal que no le dio lo que había menester; y desto, a lo menos por acá en la sierra, no los agravian porque les sobra tierra en todas partes. 243
Yo no he oído quejarse a ninguno de semejante negocio, ni creo que nadie lo ha visto, bien que podría ser quel cacique, por darles más tierra, llevase algo para sí, o por darse la mejor, o que en esto les acrecentase la contribución. 243
Y aunque estaba en tierra ajena eran sujetos a sus caciques y no a los señores de la tierra donde residían, que es otro género de gente muy notoria que los que llamaban mitimaes, porque éstos salían de la sujeción de los caciques y de su naturaleza. 246
No trato [yo] aquí si se pudiera hacer mejor de otra manera que de la que hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio, pero la duda es ahora que acaece los caciques destos indios llevárselos a sus tierras, y después pretender tener derecho a las chácaras o suyos que sembraban para el inca. 246
Cuanto más que, entendida la [orden] de los mitimaes quel inca puso de unos repartimientos en otros, y que las encomiendas se hicieron como se hallaron, que entienden los caciques que les queda facultad a los indios para volverse dondel inca los sacó, que muchas encomiendas quedarían inútiles y mucha tierra despoblada, y toda la buena orden perecería sin ningún remedio. 251
Y aún esto también es razón de diferencia, porque hay en estas partes vecino que tiene de encomienda cincuenta indios mitimaes, o sacados antiguamente de alguna provincia, y si el cacique se los lleva queda la encomienda inútil y la tierra donde estaba despoblada. 252
Y fuéralo mucho más si no estuviran satisfechos y creyeran realmente que las que mataban en los sacrificios, y las que daban para servicio de los difuntos, y las que sacrificaban por la salud del inca y por otras necesidades, iban sus ánimas a tener grandísimo descanso, como ellos afirmaban, que era ocasión de ofrecerles algunas veces de su propia voluntad, mayormente en el Cuzco, si el inca estaba enfermo o algún cacique principal, como más largamente está hecha relación en la materia de las fiestas y sacrificios. 258
Y dado caso que este servicio en la gente de estimación fuese del mismo que le servía, y aún el más amado y querido del propio, así de las mujeres como de las viejas que hacen el vino o chicha, y el muchacho que trae la tiana o silla en que ellos se asientan de ordinario, pero en caciques principales era grande la exorbitancia, porque se daban las licencias más largas, y en gobernadores muchos mayores. 276
Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277
Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277
Y porque sólo es menester responder y remediar lo que todos afirman de la opresión de sus caciques, se queda para la materia de las distribuciones, porque es más propio que en ésta, donde yo diré lo que entiendo. 282
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
Lo cual les será dificultoso de creer a los que absolutamente afirman que los caciques hurtan gran número de hacienda y están muy ricos de plata y oro, y que todo cuanto les han quitado de las primeras tasas lo llevan ellos después acá, y que lo indios no contribuyen en menos ni se hace menor la distribución. 295
Y para hacer esta moderación yo quise saber la orden que tenían en la paga, y hallé que traían en Potosí seiscientos indios y que cada uno acudía a los caciques con un marco cada sábado, de manera que a la cuenta sobraba cada semana cien marcos. 295
Y haciéndoles desto cargo a los caciques, respondieron que siempre había fallas, así de algunos enfermos como de otros que se volvían a su tierra y no tornaban tan presto; allende de lo cual, estaban con los indios de todas las parcialidades más de treinta principales que se habían de tener. 295
Aunque a lo cierto se puede entender con dificultad, de manera que si la libertad en los caciques principales fuera la que algunos afirman, con dejarlos allí todos fuera para ellos mejor granjería que ninguna otra de las que podían tener con ellos para ser ricos. 296
No sé yo si al principio los mudaron alguna vez, pero es cierto que después se descuidaron los caciques y de más de quince años a esta parte no los han mudado ni trocado; y queriendo el cacique principal llevarlos a su tierra y que viniesen otros, los indios se defendieron. 297
Y que demás desto tenían muchos hijos nacidos en aquella tierra y hechos a aquel temple, y otras muchas razones, todas enderezadas a que los caciques no los llevasen a su tierra; y principalmente con esto, que como tenían muchos tratos debían algunas deudas y a ellos asimismo les estaban obligados otros, así indios como españoles, y que todo se les perdería si hiciesen mudanza. 297
Y dado caso que en otros muchos que en Potosí residen su pudiera poner el mismo ejemplo cuando los caciques se han descuidado algún tiempo de trocarlos, pero no es necesario, porque la pesadumbre de mudarse en todos es general, y en esto no hay contradicción sino que tienen por muy mejor los que allí residen pagar la tasa de plata porque los que están en los pueblos que no volverse a ellos para que vengan otros. 297
De manera que decir quel tributo se distribuyese por cabezas en el repartimiento y que se empadronasen los indios, y que pagando cada uno su parte no fuese obligado a tener más cuenta con el cacique, a lo menos en estas provincias de acá arriba, no sería provecho ni se podría salir con ello sin perderse notoriamente. 298
Y luego trataré del medio que se podría dar para que los caciques no viviesen con tanta libertad como dicen que lo hacen, de que se tiene sospecha general en que yo no tengo duda, aunque es sin comparación más de lo que dicen por otros caminos comúnmente se trata. 299
Y con esto es casi ordinario tomarles fuera de sus pueblos el tiempo de sembrar, y en tal caso quédanse adonde se hallan, mayormente con gente de su tierra que están puestos por mitimaes casi en todas las provincias, y acostumbran pagarles algo de lo que cogen por el terrazgo y después se vuelven; y aún algunos se quedan y desde allí acuden a sus caciques con la tasa. 305
Y aún éste no es el mayor inconveniente porque tenía remedio, pero si después de las visitas se mueren diez o se huyen otros tantos, bastante descargo es para el cobrador y para el cacique para no pagar por ellos. 306
Y en este general repartimiento -porque se vaya entendiendo el fraude de los caciques- entendidas sus pláticas y cuenta no hay duda sino que ninguno consiente agraviar a su parcialidad, y que tiene consideración que cuando se me declararon en sus porfías conocí ser imposible venir a nuestra noticia en mucho tiempo. 310
Y aún los pescadores decían que en tiempo de los incas nunca los huros entraron en contribución para ningún género de tributos, sino que era servicio de los gobernadores y caciques, y que ayudaban a hacer ropa y tejían esteras y que daban pescado, y que nunca fueron tenidos por hombres ni se llamaban tal nombre. 310
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312
Y cabe al cacique principal su parte conforme a su posibilidad e indios que tiene, porque, en caso que manda toda aquella gente, tiene él sus sujetos aparte, porque sobre los demás es el mando como gobierno que así se ha de entender. 312
Lo otro, que en esta distribución de la plata que se les manda acudir con la tasa, por la orden que estos mismos naturales tienen dada de residir con algunos indios, sólo ellos lo podían hacer por sus distribuciones, y así los caciques y principales no los roban a los indios, y la averiguación quedará buena y fácil de remediar donde pareciese lo contrario. 313-314
De manera que si los caciques destos principales quisieran, pudieran hurtar, no compeliéndoles entonces nadie que trujesen muchos ni pocos, ni teniéndose con ellos cuenta hasta hoy en este caso ni los indios habilidad para quejarse, ni aún fuera de los principales, entre los demás, debe de haber bien pocos que entiendan su distribución en lo general. 314
Ningún género de granjería pudieran tener los caciques más importante que dejar allí todos los indios, hasta hoy, que lo pudieran bien hacer sin pedirles nadie cuenta dello, y llevarse cada año por lo menos cien mil pesos pagando su tasa muy holgadamente, y aún para mí tengo que los indios estuvieran más aprovechados y mejor mantenidos. 315
Y si este reconocimiento se les quitase, el trabajo de buscarlos y recogerlos y hacerlos que trabajasen y entender en ir a la justicia y a que los desagravien, que hay bien en qué, de ordinario quedaría sin premio, y sería mayor prejuicio el descuido de los caciques que no el daño que en darles algo reciben los indios; cuanto más, que están ellos obligados a lo que falta, que con los indios mal se puede hablar en esto, y yo entiendo que lo que allí dan es tan poco que no hay para qué hablar en ello. 315
Y porque esta opinión que los caciques roban a estos indios es tan común, y no sin gran ocasión, es bien que se entienda la orden que tienen en hacerlo para que se pueda remediar, de manera que todo lo dicho sirva, allende del intento principal que se tuvo -que sacarlos de su comunidad y orden de contribuir y distribuir lo que les está tasado sería perniciosísimo y total destrucción de todo el reino y perdición dellos mismos- para entender que si están tasados en diez y los abaja en dos, que no se los llevan a los caciques y principales sino que en ellos haya cuenta y razón; y lo mismo en las comidas y ropa, y en todas las demás cosas que se les manda acudir. 318
En lo demás tengo yo por averiguado que con cualquier ocasión, por pequeña que fuese, quel cacique principal y principales quisiesen echar otras contribuciones nuevas harían la distribución diciéndoles la cantidad como le sea posible, y acudirían con ella y buscarían orden cómo buscarlo como hacen los demás, con poca pesadumbre aunque fuese en calidad de mil pesos. 318
También acuden al servicio del cacique con más cantidad de la necesaria, y no replican ni contradicen, aunque al tiempo de la sementera se les mande hacer excesiva chácara -como es ordinario- porque acude a ello toda la comunidad junta sin faltar ninguno, y es la primera que ahora se hace y se coge. 319
Y no hay duda que si al cacique se le quitan dos mujeres por los sacerdotes o él las quiere tener a escondidas -que pocos se contentan con una- que en los pueblos donde las ponen también les hacen su chácara o sementera y les dan servicio. 319
Y si el cacique pide veinte indios para negocio propio, y aún para alquilarlos, también los distribuyen entre sí sin contradicción. 319
Y tampoco hay duda que todas las veces que van los caciques a cualquier negocio, de muchos para que los llaman por año, que parece que no se hace nada que vengan a la ciudad, distribuyen para sus gastos. 319
Y para abreviar, los caciques han sucedido en lugar del inca, con quien, como está dicho, no tuvieron cosa tasada, sino que hacen y dan lo que se les manda. 319
De manera que no se niega quel remedio para que los caciques con sus indios no sean tan señores deja de ser necesario, pero que por esta razón quieran mudar la orden que entrellos hay para pagar y buscar sus tributos como les están tasados, con la cual acuden ellos a tan poca costa y trabajo, como está hecha relación, es destruir todo el fundamento, y pretendiendo la libertad y descanso destos naturales, derramarlos y despoblarlos, de suerte que lo que hiciere un hombre solo a quien se le dé comisión, sin entenderlo no lo adoben después ciento con todo el poder y prudencia del mundo. 319-320
Y porque se podría decir que todos estos inconvenientes van fuera de la materia, pues sólo se trata de estorbar que los caciques no los roben como en efecto se hace, digo que el día que se determinase que los indios fuesen empadronados y tasados cada uno por sí. 322
Y que, cumplido con lo que le cabe, saliese de la sujeción y mandado de los caciques y de su orden y libremente pudiesen ir donde les pareciere, sería sacarlos el freno con que los hacen estar juntos y concertados, y con que se conservan y conservaron antes que hubiésemos los cristianos estos reinos. 322
Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos, y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera, y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler, y otros para iglesias que se edifican, y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas, que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 323
Para que los caciques no roben ni lleven más de lo que fuere tasado a sus indios no es necesario tocar a la tasa quel repartimiento está obligado a dar, ni poner otra orden de la que ellos tienen en pagar por las razones dichas, porque juntos los pueblos y hecha congregación de los indios en cuanto fuere posible -en lo cual también es menester gran tiento para la reducción, considerada las tierras y el agua y comodidad que para ello hubiere- luego es necesario que se haga tasa entre los caciques y sus indios. 324
Para que los caciques no roben ni lleven más de lo que fuere tasado a sus indios no es necesario tocar a la tasa quel repartimiento está obligado a dar, ni poner otra orden de la que ellos tienen en pagar por las razones dichas, porque juntos los pueblos y hecha congregación de los indios en cuanto fuere posible -en lo cual también es menester gran tiento para la reducción, considerada las tierras y el agua y comodidad que para ello hubiere- luego es necesario que se haga tasa entre los caciques y sus indios. 324
Y dar traza para que, si no fuese por ocasión muy bastante, no los llamen los caciques de sus tierras a las ciudades, porque, o por no entender el daño o por dárseles poco a los que manden, se hace por cualquiera por liviana que sea, que es negocio para ellos y para sus indios incomportable. 325
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288

Cajamalaca


Cita Número de página
Porque para lo demás, con particular licencia de Su Majestad se podría sacar de raíz; aunque tratando dello a otros propósitos, siempre afirman los naturales que lo más que se dio en Cajamalaca de oro y plata fue desto que tenían los cuerpos. 264

Calavaya


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

camayos


Cita Número de página
Este fue otro género de tributo que daban al inca, porque, en efecto, todas las chácaras de cocaen todos los andes tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos que en todas las partes les dio, pero lo principal todo se llevaba al Cuzco. 231

camino / caminos / camino real / caminos reales


Cita Número de página
La orden que dicen los viejos que tuvieron en traerla fue por tambos y provincias, acudiendo toda la tierra al camino real, y cada provincia lo ponía y llevaba por sus términos, lo cual se les mandaba hacer en tiempos desocupados. 271
El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279
Sólo en el camino real de los ríos de importancia quedó por hacer la de Apurima, que sé yo bien el deseo que tuvo él de verla concluida. 280
Y con tener en los llanos grandísima suma de tierra donde sembrar, fertilísima y fácil de regar, toda la tierra áspera la aprovechaban con andenes de piedra, trayendo el agua para repararlos, con tanto artificio y trabajo cuanto los que hubieren sido curiosos, sin mudar el camino real, lo habrán considerado, con cierto parece imposible. 282
Porque los servicios de los tambos y caminos reales, y la orden que ahora se tiene en dar indios en los pueblos y ciudades pagándose como está tasado […] 320
Y era que en todos los caminos reales de Quito hasta Chile, y más adelante, por la gobernación de Uenalcáçar hasta donde el inca conquistó y puso las fronteras, por la sierra y por los llanos y en muchas travesías, principalmente adonde había fronteras, tenían puesto chasquis cada uno por su tierra, que son unas casillas en cada topo -ques a nuestra media legua y media- que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una. 266
Y fuera del camino no tienen número los adoratorios y casas que tienen en lugares ásperos para cumplir con sus imaginaciones idólatras, que todo esto se puede llamar tributo, pues ellos no lo habían menester sino que lo hacían en tiempos desocupados. 282
Que no hay memoria bastante cuándo señorearon por este mismo camino hasta la laguna de Vilcanota, que es adonde empieza el Collado y salen de aquella lagunilla dos poderosos ríos, quel uno vierte a la mano del norte y el otro a la del sur, que fue adoratorio destos naturales y guaca señalada universal. 223
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Y como está dicho, esta propiedad no la podía tener sino fuese por merced del inca, la cual hacía algunas veces por servicios que le hacían o por industria que alguno hallaba, como para echar alguna agua o hacer alguna puente o camino, o porque siendo hijo de algún cacique se había criado en su casa de pequeño, o por otras razones, y lo mismo era si le daba ganado. 241
Y luego trataré del medio que se podría dar para que los caciques no viviesen con tanta libertad como dicen que lo hacen, de que se tiene sospecha general en que yo no tengo duda, aunque es sin comparación más de lo que dicen por otros caminos comúnmente se trata. 299
Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos, y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera, y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler, y otros para iglesias que se edifican, y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas, que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 323
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282
Y así otras veces he visto llegar cartas desde Lima al Cuzco en cuatro días, que son ciento veinte leguas, casi todo camino áspero y muy trabajoso de andar; y por el Collao, ques tierra llana, los he visto correr a esta misma cuenta. 267
Y desta victoria y suceso, que está hecha relación en el capítulo de los purunrunas, que fueron guancas que procedieron y resultaron de aquella batalla porque los changas fueron vencidos, que fue el fundamento de todas sus victorias, por esotra parte del Cuzco, hacia el camino de Colla suyo [sic]. 222-223
De lo cual, después que ellos tuvieron pacíficas sus comarcas, también les ayudaba tener la tierra fortísima, porque por cuatro caminos quel Cuzco tiene a todo el reino que salen dél ninguno hay que no tenga río que en ningún tiempo del año se vadea bien si no es por maravilla, y la tierra es asperísima y fuerte. 223-224
Porque en ello no se pone duda, ni menos que en Quito esté una casa que los incas mandaron hacer de piedra labrada de las canteras del Cuzco, que en caso que no fuese muy grande, según la distancia del camino lo sería el trabajo de llevarla, porque son quinientas leguas. 272
La cual división empieza desde el Cuzco del cual salen cuatro caminos, cada uno para una parte destas, como parece en la carta de las guacas. 288
Y los naturales, donde esto acaece, en algunas partes llévanlo en el ganado con poco trabajo y los otros a cuestas, que cierto cuarenta leguas y más de camino es negocio áspero. 237
Y más en nuestros tiempos, porque de antes sólo pasaba por ellas gente de a pié y este ganado de la tierra, que es liviano y duran más, y en el nuestro, allende de frecuentarse más los caminos, pasan caballos y ganado vacuno, que después que desto hay cantidad, gástanse muy breve y es necesario tirarlas más a menudo; y los más ríos donde las puentes son menester no se vadean casi en ningún tiempo. 279
Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente de castigo de Gonçalo Piçarro por el valle de Jauja, estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil hanegas junto al camino, y allí comió la gente y se entendió que, si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle, en aquellos depósitos, conforme a la orden antigua, porque a mi cargo estuvo repartirlas y hacer la cuenta para pagarlas, y ningún indio acudió con su hacienda con solo una. 244
El tocado de los indios es todo diferente porque en ninguna provincia se usa lo que en otra y, aunque a lo menos los principales están obligados a saber la lengua general, pero cada provincia tiene la suya. Algunos dicen que usar los unos del traje de los otros era prohibición del inca -y créolo porque llevaba camino- aunque sin esto es su natural inclinación. 285
En todas estas partes hallamos el día de hoy los pucaraes y fuertes adonde se recogía la gente y caminos hechos hasta la tierra de guerra. 262
Otro tributo tenían común en todo el reino, del servicio de tambos y caminos y puentes en todos los ríos, que son muchos, a todo lo cual acudían por comarcas conforme a la orden que se les había puesto. 278

canas


Cita Número de página
También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío , que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223
Y de la gente que huyó y de la que venía alquilada en socorro de su padre, de los canas y canches, y de otra que se juntó que había quedado de guarnición para la defensa del Cuzco, volvió sobre los changas. 225

canches


Cita Número de página
También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío , que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223
Y de la gente que huyó y de la que venía alquilada en socorro de su padre, de los canas y canches, y de otra que se juntó que había quedado de guarnición para la defensa del Cuzco, volvió sobre los changas. 225

Capa Ynga


Cita Número de página
Y en los incas-quiero decir en los que fueron reyes, a los cuales llamaban estos Capa Ynga por sus memorias-siempre se fue multiplicando el daño como fueron señoreando más. 277

Capachica


Cita Número de página
Pero más frescos ejemplos se pueden poner en los indios de capachica, que pidiendo visita ellos o su encomendero, que desto no estoy certificado, fue un oidor a entender en ello. 317

capac


Cita Número de página
Y lo que se ha criado destos hatos y procedido de ellos se conoce muy bien, porque lo de su religión y del inca llamábanlo capar [sic capac] , y los demás, hatos guachalluna, que quiere decir hatos pobres y hatos ricos; y en todo lo que le dio -como quiera que fuese- prohibió la división. 232

capitán / capitanes


Cita Número de página
Y esta gente nunca volvía a su tierra sino siempre estaban allí, acompañando el cuerpo; y antes, cuando faltaba, se les proveía de más para aquel servicio, y tenía siempre el cuerpo un capitán a cuyo cargo quedaba toda aquella gente desde que fallecía, y sólo éste y las mujeres a cuyo cargo estaba el limpiarle y lavarle de ordinario y renovarle la ropa y algodón le podían ver el gesto-aunque dicen que ciertas veces le veía el hijo mayor que sucedía en el reino. 281
Este capitán se juntaba en la plaza junto a él, en nombre suyo, enviaba con sus mujeres sus vasos de chicha al inca vivo y al Sol y a los otros cuerpos, a manera de brindar, y ellos los bebían y los capitanes, los que enviaban a los difuntos en nombre de los cuerpos. 281
Cuando iba a orinar, tomaba el capitán el cuerpo a cuestas y así lo hacía, y esta solemnidad se hacía en el Cuzco, en la plaza grande, todos los días que daba lugar el tiempo. 281
Asimismo daban destas doncellas para el servicio del inca y para sus mujeres y para parientes y deudos suyos, y para algunos capitanes y otras personas a quien era su voluntad hacer merced. 257
También me satisface ser esto así porque declararon haber una sepultura en las casas del capitán Diego Maldonado, labrada de cantería debajo de tierra, adonde se enterró una mujer del inca natural de los yungas, la cual hallamos bien honda y labrada desde tres estados de cantería muy prima y en cuadra como doce pies, y afirmaron ellos ser aquella arena de la costa de la mar. 272

carangas


Cita Número de página
Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en éstas mismas están poblados los indios que los poseen, como en todo el Collao, y a los lados, hacia la ciudad de Ariquipa hacia la costa, como en todos los carangas, aullagas y quillacas y collaguas, y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. 232
Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292

Carmenga


Cita Número de página
Porque allí en la ciudad del Cuzco miré yo en una cosa que por ventura no se hallara en el mundo -a lo menos yo no lo he oído decir: que desde la iglesia de Santa Ana, que es la parroquia de Carmenga donde empieza el Cuzco, que puede haber tres leguas a mi parecer, se hallarán todos los géneros de canteras que se puede desear para edificios, negras y blancas, muy fáciles y muy dificultosas, y de mármoles y canteras para bóvedas de piedra liviana, y piedra de jaspe, aunque no de la muy fina -y toda la piedra de aquellas cuestas es excelente-la cal y muchos y muy abundantes géneros de yeso. 269

carneros


Cita Número de página
Item, asimismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinida de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259
De suerte que un año destos, que son muy ordinarios, sale de su tierra la mayor parte de la gente, unos con carneros de la comunidad y de viudas y menores y encomiendas que por sus ayllos y parcialidades tienen su cuenta, y en el mismo ganado llevan sus rescates de lana y costales y carneros, y lo principal es carneros nuevos de dos años, con que cargan maíz y vuelven a sus tierras de que se sustentan todo el año. 304
Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292
Y lo más ordinario y general es mirar las asaduras de los cuys, que son unos animalejos como conejos mansos de muchas colores que ellos crían en todo el reino en sus casas, degollados con ciertas ceremonias, y es negocio importante; hacen lo mismo en los corderos de la tierra y en carneros grandes y de otras maneras diferentes. 273
Mayormente, que trayendo su ganado a Potosí y diez indios con cien carneros, ganan más en un mes que viente de los otros con sus personas en un año, y más descaradamente; y aún tornan su ganado mejorado, porque andan con ello por tierra aparejada para conservarlo al trato del carbón, que es lo más provechoso de las minas, que es una de las consideraciones más importantes que conviene tener para las tasas y que más podrían dañar si el negocio se tomase generalmente. 233
Claro que la razón porque diez indios de un repartimiento adquieren en Potosí más plata que treinta de otro, que esta ventaja no la causa solamente la habilidad para buscarla, aunque hace mucho al caso, sino al aparejo que llevan para adquirirla; y lo principal es el ganado, porque tres indios con cien carneros más ganan en hacer carbón un mes que treinta indios de los otros alquilándose en un año, y este ganado que llevan cuando van a Potosí, en la distribución que hacen lo dividen según cada uno de aquella parcialidad tiene, y algunas veces el ganadode uno va y no va la persona, y otras al contrario. 309
Esto es aunque los años sean fértiles, porques ordinario; pero si son faltos de aguas, la más parte de la gente sale a sus aventuras y se están en los valles cuatro y cinco meses a sólo comer por su trabajo, y se contentan con volver mantenidos y con un par de cargas de maíz en sus carneros que cada uno lleva, de manera que así quedan en estos años los pueblos despoblados. 304

casas principales


Cita Número de página
Traído de todo el reino, era en grandísima cantidad, porque allí tenían las casas principales de todos los dioses, y gente mucha en cada una que no entendían en otra cosa, y cada día sacrificaba cada uno en la plaza y en los cerros, que [es] cierto ver en esto la manifestación general. 228

casas de mamaconas


Cita Número de página
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282

casayas


Cita Número de página
Pongo el ejemplo en este repartimiento porque hay tres parcialidades: la una destos huros pescadores, que serán más de la mitad, y algunos quieren decir que las dos partes; los otros se llaman casayas; y la otra parcialidad son indios suras . 309-310

ceques / çeques


Cita Número de página
Porque todas estas cosas están divididas por sus ceques y rayas en el torno de cada pueblo, y están a cargo de personas que hagan en ellas sacrificios diferentes y para diversos efectos: en unas, para que se empreñen las mujeres; en otras que dicen que de allí sale el hielo y el granizo; y en otras llueva. 274
Especialmente, en cada pueblo puso la misma orden del Cuzco y dividió por çeques y rayas la comarca, e hizo adoratorios de diversos advocaciones [a] todas las cosas que parecían notables, de fuentes y manantiales y puquios y piedras hondas y valles y cumbres, quellos llaman apachetas, y puso a cada cosa su gente y les mostró la orden que habían de tener en sacrificar cada una dellas y para qué efecto,y puso quien se lo enseñase y en qué tiempo y con qué género de cosas. 227
Finalmente, aunque en ninguna parte fueron tantos los adoratorios como en el Cuzco, pero es la orden una misma, y vista la carta de los guacas del Cuzco, en cada pueblo, por pequeño que sea la pintarán de aquella misma manera y mostrarán los çeques y guacas y adoratorios suyos, que para saberlo es negocio importantísimo para su conversión, que yo la tengo ensayada en más de cien pueblos. 227-228

Chachapoyas


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282

Chachimayo


Cita Número de página
Asimismo, mandó hacer la del río de Ariquipa y las desta provincia de Las Charcas en Chachimayo [sic: Cachimayo] y Pilcomayo, negocio muy importante, y otras dejó trazadas y mandadas hacer sino que con su muerte cesaron hasta hoy. 279

chacara / chacaras


Cita Número de página
Y por esta misma orden -por abreviar-se llevaba toda la comida, así de maíz, chuño y ají, y todas las demás cosas dde bastimento que se cogían en todo el reino, que se sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas para ello. 260
Este fue otro género de tributo que daban al inca, porque, en efecto, todas las chácaras de coca en todos los andes tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos que en todas las partes les dio, pero lo principal todo se llevaba al Cuzco. 231
La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
No trato [yo] aquí si se pudiera hacer mejor de otra manera que de la que hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio, pero la duda es ahora que acaece los caciques destos indios llevárselos a sus tierras, y después pretender tener derecho a las chácaras o suyos que sembraban para el inca. 246
También acuden al servicio del cacique con más cantidad de la necesaria, y no replican ni contradicen, aunque al tiempo de la sementera se les mande hacer excesiva chácara -como es ordinario- porque acude a ello toda la comunidad junta sin faltar ninguno, y es la primera que ahora se hace y se coge. 319
Y no hay duda que si al cacique se le quitan dos mujeres por los sacerdotes o él las quiere tener a escondidas -que pocos se contentan con una- que en los pueblos donde las ponen también les hacen su chácara o sementera y les dan servicio. 319
Para lo cual basta lo dicho: que siempre tuvieron ocupaciones de comunidad y quién tuviese cuidado de hacerles labrar sus chácaras y castigarlos cuando no lo hacían, y hacer su ropa para vestirse, para lo cual las mujeres siempre fueron reservadas, y los hijos hasta que se casaban y se ponían en el número de los tributarios, y hasta entonces no podían traer chucos ni bragueros como se usa en el Collao. Y en cada provincia tenían insignia para esto conforme al hábito que traen. 286
Porque como está dicho, el servicio de su antecesor, ni en la ropa que en el discurso de su vida se hallaba en los depósitos del Cuzco ni en su vajilla de oro y plata -que era muy notable lo que se hacía para cada inca cuando sucedía en el reino- ni en otra cosa que él tuviese por propia, sino que todo esto y la gente de su servicio quedaba para el cuerpo, para el cual y para el servicio se le hacían chácaras. 280
Porque aún dividido no duraría un año en su poder, porque si fuese ganado no lo podrían guardar, y si chácara de coca la dejan perder, y las demás de maíz, y otras cosas que ellos tienen ni las sembrarían ni se podrían dividir. 307
Y lo otro, que ningún indio contribuía de lo quél cogía en la tierra que se le repartía para su comida, de la ropa que hacía para su vestir, de la lana que se daba de la comunidad para ese efecto, sino, como está dicho, el inca y el Sol y todas las demás guacas tenían sus chácaras en cada provincia, y éstas sembraban y cogían por la comunidad a los tiempos que estaba diputado. 283
Porque si es derecho realengo, sucede en él Su Majestad, y estas encomiendas que hace temporales, por vida o vidas como a él le parece, claro está que no es su intento, ni es justo que lo sea, en encomendar la hacienda de los indios sino lo que a él le pertenece, y que el tributo que tasa ha de ser de aquello mismo quel inca llevaba como rey y señor, y no de lo concejil ni propio. De lo cual sucedió un engaño notable, y fue que a Su Majestad le informaron que todas las chácaras de coca eran del inca. 230
Y es lo quel fiscal trabajó todo lo que pudo en probar que fuesen estas chácaras del inca; y los encomenderos, que no habían sido de los indios; de manera que finalmente cada uno probaba lo que no le convenía por no entender el negocio. 230-231
Pero de lo que cogía desta parte que le cabía en repartimiento que se le daba en cada un año, tampoco pagaba tributo -en lo cual no hay que dudar- en todo el reino y nunca le pagaron, que, como está presupuesto, el tributo era sembrar las chácaras estatuidas para el inca y para su religión de comunidad -que eran muchas- y coger y poner en los depósitos lo que dellas procedía, en los cuales había siempre gran cantidad sobrada. 238-239
Y de aquí deste inconveniente resulta otro agravio notorio, que entendido que éstos no daban tributo de comida más de aquel trabajo que ponían en sembrar las chácaras del inca y de su religión, a lo cual sólo acudían la gente de la comunidad moza y recia como está dicho, que a los viejos y enfermos y viudas que estaban desto reservados se les lleva este tributo nuevo. 240
Y si alguno dijere que se han de dividir en juicio rústico, porque, dado caso que venían a sembrar en tierras ajenas para el inca y para su religión, lo mismo hacían en sus propias tierras, adonde tenían asimismo chácaras diputadas para esto. 245
Para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar por delante, y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado, porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estaban señaladas en cada provincia para el inca y para sus adoratorios, lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y destos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba; y de lo que tocaba al ganado, de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el inca y para sus adoratorios, y desto llevaban asimismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia; y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba y la demás se quedaba en los depósitos. 263
Y por esta misma orden -por abreviar-se llevaba toda la comida, así de maíz, chuño y ají, y todas las demás cosas de bastimento que se cogían en todo el reino, que se sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas para ello. 260
Pero de lo que cogía desta parte que le cabía en repartimiento que se le daba en cada un año, tampoco pagaba tributo -en lo cual no hay que dudar- en todo el reino y nunca le pagaron, que, como está presupuesto, el tributo era sembrar las chácaras estatuidas para el inca y para su religión de comunidad -que eran muchas- y coger y poner en los depósitos lo que dellas procedía, en los cuales había siempre gran cantidad sobrada. 238-239
La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
No trato [yo] aquí si se pudiera hacer mejor de otra manera que de la que hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio, pero la duda es ahora que acaece los caciques destos indios llevárselos a sus tierras, y después pretender tener derecho a las chácaras o suyos que sembraban para el inca. 246
Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos, y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera, y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler, y otros para iglesias que se edifican, y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas, que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 323

chacos


Cita Número de página
Tenían proveído que deste ganado de la comunidad, ni de todo lo demás, no se matasen hembras. Y así se multiplicó en gran manera porque tampoco se mataba de lo del inca ni de lo de su religión, porque menos se gastaban en los sacrificios en ninguna manera; y aún el ganado bravo, cuando lo tomaban en chacos, solamente se mataban los machos, y no se hacía sin licencia de cada uno en su comarca, y esto era gran remedio de la gente pobre. 234
Y considerado que en la tierra adonde andan ni es para otra cosa ni pueden hacer mal a sementeras, ha sido gran descuido no conservar la costumbre y prohibir los chacos con tanta exhorbitancia como los hacen que se vayan acabando; y aún tendría remedio si ahora se dies en ello orden. 234

changas


Cita Número de página
También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío , que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223
Y mucho tiempo pasó que los incas no conquistaron más de hasta allí; digo mucho en el tiempo deste inca que venció [a] los changas. 223
Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacute Ynga Yupangui que, como está hecha relación más copiosa en los capítulos [que tratan de] las opiniones y guacas que dellas resultaron, habiendo sido desbaratado su padre deste inca por los changas y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. 225
Y antes que saliese del Cuzco le dijo a su madre haber soñado que la razón de la victoria de los changas había sido que se hacía en el Cuzco más veneración al Sol que al Pachayachache, que era criador universal, y que prometiese que de ahí [en] adelante se harían más sacrificios y más ordinarios a aquellas estatuas, y que fuese luego contra los changas y quél le daría victoria y le enviaría del cielo gente que le ayudase. 225

charcas


Cita Número de página
Y para que esto se crea fácilmente se podrá persuadir a quien supiere que los indios charcas, que fueron del general Hinojosa, daban a su encomendero quinientos marcos de plata cada sábado y todo el maíz que se podía vender en una tienda en Potosí, que era gran cantidad porque valía cada fanega en aquella sazón veinte pesos, y ropa y ganado y otras cosas. 292
Y para que esto se entienda así como cosa en que tanto va, quiero traer a la memoria aquel ejemplo que puse de los indios charcas que fueron Hinojosa, cuando poco antes de la tasa quejándose al presidente Gasca que daban a su amo quinientos marcos de plata cada semana, cuya moderación me fue a mí cometida en tanto que se concluía la tasa, que hallé que para pagarlas andaban en Potosí seiscientos indios. 314
Y porque viene a propósito lo que otras veces yo he referido, que habiéndose quitado tanto a los indios charcas de Macha que fueron de Hinojosa, y conocida su posibilidad, por mandado del marqués de Cañete les quise yo persuadir a que añadiesen en la tasa solos mil pesos más para que la tasa fuese veinte mil, porque eran diecinueve; y nunca se pudo acabar con ellos, y queriéndolo hacer con alguna violencia, entendí que se empezaban a desbaratar y pedir visitas, y tuve por mejor dejarlos, y al visorrey le preció así ya que el yerro estaba hecho, y así se están hasta ahora. 317

Chaqui


Cita Número de página
Cuando el presidente Gasca encomendó estos indios de Macha al general Pedro de Ynojosa, que antes fueron Gonçalo Pizarro, y más la parcialidad de Chaqui que se encomendó a otro, les llevaba en plata quinientos marcos cada semana, que eran dos mil pesos corrientes, y se quejaron en la ciudad de Los Reyes al mismo presidente no embargante que los pagaban sin hacer falta. 295

chasquis / chasques


Cita Número de página
Y era que en todos los caminos reales de Quito hasta Chile, y más adelante, por la gobernación de Uenalcáçar hasta donde el inca conquistó y puso las fronteras, por la sierra y por los llanos y en muchas travesías, principalmente adonde había fronteras, tenían puesto chasquis cada uno por su tierra, que son unas casillas en cada topo -ques a nuestra media legua y media- que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una. 266

chasquis / chasques / chasqui


Cita Número de página
Y hacíase desta forma: que si el inca quería mandar algo a algún gobernador se lo decía al primer chasqui ; y luego a toda furia salía corriendo y, sin parar, andaba la legua y media; y antes que llegase al otro lado alzaba la voz y decía que se apercibiese, y empezaba a decir su embajada y a qué provincia iba dirigida. 266
También usaba el inca destos chasquis cuando se le antojaba alguna cosa que hubiese en otra provincia, como fruta o pescado fresco de la mar; venía, según afirman, con haber cien leguas muy frescos en dos días. 267
Yo quise averiguar si aquel mes que residían en los chasquis se les daba de comer de los depósitos o si comían ellos de lo que tenían en su casa, y como cosa menuda difieren en la relación, y poco importa. 267

chasquis / chasqui / chasques


Cita Número de página
Y es de creer, porque después acá, cuando ha habido guerras y otras necesidades en la tierra, hemos usado nosotros deste remedio de los chasques . 266
Y algunas veces yo los he hecho poner, y no hay duda sino que entre día y noche debían de correr las cincuenta leguas que dicen, porque con no poner ahora aquella diligencia ni estar entablada la orden como en el tiempo del inca, porque siempre hacen faltas, acaece correr uno dos y tres chasquis , y he recibido las cartas a razón de treinta y cinco leguas entre día y noche. 267

chicha


Cita Número de página
Las cuales ponía en esta casa en compañía de ciertas mamaconas y mujeres viejas que allí criadas desde niñas para efecto de enseñar a estas muchachas y de doctrinarlas en todo lo necesario, como hilar y tejer, y hacer las chicha y vinos que de ellos usaban. 256
Y dado caso que este servicio en la gente de estimación fuese del mismo que le servía, y aún el más amado y querido del propio, así de las mujeres como de las viejas que hacen el vino o chicha, y el muchacho que trae la tiana o silla en que ellos se asientan de ordinario, pero en caciques principales era grande la exorbitancia, porque se daban las licencias más largas, y en gobernadores muchos mayores. 276
Este capitán se juntaba en la plaza junto a él, en nombre suyo, enviaba con sus mujeres sus vasos de chicha al inca vivo y al Sol y a los otros cuerpos, a manera de brindar, y ellos los bebían y los capitanes, los que enviaban a los difuntos en nombre de los cuerpos. 281

chichas


Cita Número de página
Y para que se entienda, se puede poner ejemplo en los lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del inca y tener el paso, según ellos dicen, muy llano y asentado, y por esta razón todos los anderos del inca eran desta nación de los lucanas; porque los Chunvivilcas eran bailadores tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos chichas, muy labrada y aderezada, y hecho en ella gran suma de pinturas, y muy igual y en gran cantidad, para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del inca y de los demás cuerpos de sus antecesores, que todos los días quel inca salía a comer allí, que era muy ordinario, los sacaba aalí su gente, como está dicho donde se trató desta materia. 262
Y con esto se entenderá cuán mal afirman algunos que los lucanas y Chunvivilcas y chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado y todo lo demás traído de las dichas provincias; y es muy notorio negocio entre estos naturales. 262-263
Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras; y donde los chichas que están en esta provincia, así todos los diaguitas y todo lo de Chili, desde Coquinbo hasta el río de Maule, todos daban oro, trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba, ya acudiendo con lo que resultaba de su trabajo, poco o mucho, sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 265

Chile / Chili


Cita Número de página
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Aunque los que hubieran tratado desto lo uno y lo otro entenderán fácilmente, porque los mismos edificios los muestran bien, y cantidad de depósitos y fortalezas en todas las fronteras de Quito hasta Chile, y las grandes guerras y largas que tuvieron los incas con la gente que le quedó por meter debajo de su dominio cuando los españoles entraron en la tierra, que después acá se ha hecho bien poco en su reducción. 282
Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras; y donde los chichas que están en esta provincia, así todos los diaguitas y todo lo de Chili, desde Coquinbo hasta el río de Maule, todos daban oro, trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba, ya acudiendo con lo que resultaba de su trabajo, poco o mucho, sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 265
Y era que en todos los caminos reales de Quito hasta Chile, y más adelante, por la gobernación de Uenalcáçar hasta donde el inca conquistó y puso las fronteras, por la sierra y por los llanos y en muchas travesías, principalmente adonde había fronteras, tenían puesto chasquis cada uno por su tierra, que son unas casillas en cada topo -ques a nuestra media legua y media- que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una. 266

Chinchasuyo / Chynchasuyo


Cita Número de página
Lo cual hacen esto de diferentes maneras en cada provincia, porque unos tienen piedras y frijoles de muchos colores, y otros unas arañas grandes metidas en unas ollas con cierta harina de que se sustentan -y esto es más común en la provincia de Chinchasuyo. 273
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
Y yo, por sus mismos registros, para ensayar la manifestación saqué muchas que [había en] las provincias de Chynchasuyo y Collsuyo. 226

chiriguanaes


Cita Número de página
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262

chuchos


Cita Número de página
Y por ésta y por otras muchas razones se salen y hay en estas provincias chuchos y yanaconas -que se llama servicio de españoles- más de cinco mil, que fueron visitados y tasados en los repartimientos. 305

chuco / chucos


Cita Número de página
Y esto de tener los descendientes cada uno su parte por cabezas se ha también de entender desde que entraban en contribución para cualquiera negocio, quera después que se casaban y les daban chuco o braguero conforme al uso de cada provincia. 242
De manera que entendido que entre ellos hay orden y cuenta y razón tan delicada que sobre un chuco de maíz o sobre dos libras de lana los vemos diferir cuando hacen sus repartimientos, ques cosa maravillosa la diligencia que ponen, aunque no se lleve más de lo que cabe, tengo por gran atrevimiento tratar de mudanza de una orden tan general entre gente nueva. 309
Para lo cual basta lo dicho: que siempre tuvieron ocupaciones de comunidad y quién tuviese cuidado de hacerles labrar sus chácaras y castigarlos cuando no lo hacían, y hacer su ropa para vestirse, para lo cual las mujeres siempre fueron reservadas, y los hijos hasta que se casaban y se ponían en el número de los tributarios, y hasta entonces no podían traer chucos ni bragueros como se usa en el Collao. Y en cada provincia tenían insignia para esto conforme al hábito que traen. 286

Chucuylla / chuquilla


Cita Número de página
El cuarto presupuesto [es] que allí adonde pobló los pueblos en todo el reino, en cada uno dividió las tierras en esta forma: una parte dellas aplicó para la religión, dividiéndola entre Sol y el Pachayachachi y el Trueno -quellos llaman Chucuylla -/ y la Pachamama y los muertos y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar desto en particular, porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que, aunque no tuviera otra cosa en qué entender, no estuviera muy desocupado. 227
También, por la misma orden, se daban mujeres al Trueno, que ellos llamaban Chucuylla, que tenía casa y servicio solemne en la misma ciudad del Cuzco. 257
Porque entender otra cosa, había gran número de gente en cada uno en su oficio particular que no entendía en otra cosa, así de personas señaladas que mostrasen e hiciesen veneración al Chucuylla para que no helase ni granizase, y otros que la hiciesen al Pachamama para que fructificase la tierra al tiempo que se sembraba, y otros para que tuviesen cuenta ordinaria con la veneración y sacrificio de los muertos, y hacerles su vino y llevárselo a derramar en tiempos, y otros que tuviesen cuidado de echar las suertes acrellas, así las llaman, para pronosticar el suceso de los que salían del pueblo adonde se habían de detener algún tiempo. 273
Item, asimismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinida de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259

Chucuyto


Cita Número de página
Y estas tierras dividían en cada un año y dividen hoy día en la mayor parte del reino, y yo me he hallado presente a la división en muchas, y principalmente en la provincia del Collao y en la del Chucuyto. 238
Y así, gobernando estos reinos el marqués de Cañete se trató esta materia, y hallando verdadera esta información que yo le hice, queriéndola saber de mí y el remedio que podía tener, se hizo de esta manera: que a la provincia de Chucuyto se le volvieron los indios y las tierras que tenía en la costa en el tiempo del inca donde cogían sus comidas; y a Juan de San Juan, vecino de Ariquipa en quien estaban encomendados, se le dieron otros que vacaron en aquella ciudad, y así quedó aquella provincia remediada. 247
Y aún en esas provincias de Chucuyto desto se han dado excesivos dotes los unos a los otros, porque lo han aprendido de nosotros, que de antes no se usaba entrellos. 319

chunchos


Cita Número de página
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

chunvivilcas / chunbilvicas


Cita Número de página
Y después que yo entendí bien el negocio condené ásperamente [a] algunos que lo tenían casi por oficio y [que] con este título habían tomado cantidad de las provincias de los Aymaraes y Chunvivilcas. 231
Y para que se entienda, se puede poner ejemplo en los lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del inca y tener el paso, según ellos dicen, muy llano y asentado, y por esta razón todos los anderos del inca eran desta nación de los lucanas; porque los Chunvivilcas eran bailadores tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos chichas, muy labrada y aderezada, y hecho en ella gran suma de pinturas, y muy igual y en gran cantidad, para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del inca y de los demás cuerpos de sus antecesores, que todos los días quel inca salía a comer allí, que era muy ordinario, los sacaba aalí su gente, como está dicho donde se trató desta materia. 262
Y con esto se entenderá cuán mal afirman algunos que los lucanas y Chunvivilcas y chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado y todo lo demás traído de las dichas provincias; y es muy notorio negocio entre estos naturales. 262-263
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas [sic: chunbivilcas], Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

chuño


Cita Número de página
Entendidos sus fueros, también se entenderá un yerro que se hizo en la tasa, por no entenderse esto de raíz, mayormente en todo el Collao, de que han recibido los indios gran molestia, y es de mandarles dar cantidad de comida teniendo consideración a las tierras que tienen para sembrarla de lo que en ellas se da, que son papas o chuño que se hace dellas, porque lo demás que se coge en las tierras frías es de poca sustancia. 239
Y por esta misma orden -por abreviar-se llevaba toda la comida, así de maíz, chuño y ají, y todas las demás cosas de bastimento que se cogían en todo el reino, que se sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas para ello. 260

Chuquiaco


Cita Número de página
Y quien hubiere visto la obra que los incas empezaron en Tiaguanaco, ques acá en el Collao, cerca de Chuquiaco, si considerare que en sesenta leguas de allí no se halla el venero de aquella piedra y la suntuosidad con que va trazada, entenderá fácilmente la poca dificultad que hallaban en hacer edificios aunque fuesen pesados. 269

Chuquicota


Cita Número de página
Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292

coca


Cita Número de página
Porque si es derecho realengo, sucede en él Su Majestad, y estas encomiendas que hace temporales, por vida o vidas como a él le parece, claro está que no es su intento, ni es justo que lo sea, en encomendar la hacienda de los indios sino lo que a él le pertenece, y que el tributo que tasa ha de ser de aquello mismo quel inca llevaba como rey y señor, y no de lo concejil ni propio. De lo cual sucedió un engaño notable, y fue que a Su Majestad le informaron que todas las chácaras de coca eran del inca. 230
Cierto es de considerar qué lejos están los que tratan esta materia de entender que por el mismo caso perdía Su Majestad trescientos mil castellanos de renta en cada un año de sus quintos, los cuales ya no proceden de las minas de Potosí, porque el cerro al presente sale muy poco, sino de aquella gran congregación de indios que allí andan mariscando cada uno lo que ha menester de minillas pobres de la comarca, que ni son para seguir ni hacer caso dellas sino que la necesidad hace a los indios que las labren, y de lo que sacan compran la comida y la coca y la ropa, y los que lo traen a vender, así indios como españoles, acuden con ello a pagar sus quintos y marcarlo. 302
Porque aún dividido no duraría un año en su poder, porque si fuese ganado no lo podrían guardar, y si chácara de coca la dejan perder, y las demás de maíz, y otras cosas que ellos tienen ni las sembrarían ni se podrían dividir. 307

Cochabanba


Cita Número de página
Lo otro es menester que se presuponga, para entender el intento, una cosa clara: que la principal gente que anda en las minas y en los tratos y granjerías de ellas son de tierras tan estéril que, allende de no cogerse en toda ella mas de papas, y aún en muchas dellas no se dan, que de cinco años los tres por la mayor parte son aviesos, y aunque siempre tienen necesidad de salir de sus tierras con sus ganados a buscar comida de maíz por sus rescates a la tierra caliente, que la más cercana les cae más de sesenta leguas, digo para traer cantidad porque han de trabajar a [sic: a bajar ] la costa o a los valles de Cochabanba por estotra parte. 304

Collado


Cita Número de página
Que no hay memoria bastante cuándo señorearon por este mismo camino hasta la laguna de Vilcanota, que es adonde empieza el Collado y salen de aquella lagunilla dos poderosos ríos, quel uno vierte a la mano del norte y el otro a la del sur, que fue adoratorio destos naturales y guaca señalada universal. 223

collaguas


Cita Número de página
Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en éstas mismas están poblados los indios que los poseen, como en todo el Collao, y a los lados, hacia la ciudad de Ariquipa hacia la costa, como en todos los carangas, aullagas y quillacas y collaguas, y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. 232

Collao


Cita Número de página
Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en éstas mismas están poblados los indios que los poseen, como en todo el Collao, y a los lados, hacia la ciudad de Ariquipa hacia la costa, como en todos los carangas, aullagas y quillacas y collaguas, y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. 232
Y estas tierras dividían en cada un año y dividen hoy día en la mayor parte del reino, y yo me he hallado presente a la división en muchas, y principalmente en la provincia del Collao y en la del Chucuyto. 238
Entendidos sus fueros, también se entenderá un yerro que se hizo en la tasa, por no entenderse esto de raíz, mayormente en todo el Collao, de que han recibido los indios gran molestia, y es de mandarles dar cantidad de comida teniendo consideración a las tierras que tienen para sembrarla de lo que en ellas se da, que son papas o chuño que se hace dellas, porque lo demás que se coge en las tierras frías es de poca sustancia. 239
Todo esto se entiende si aquellas tierras que venían a sembrar no fueran diputadas al principio para comida de aquellos que las sembraban; lo cual se entenderá, claro, conforme a la costumbre destos, si faltaran probanzas, cuando su tierra era tan estéril y no se daba comida a lo menos de aquello que venían a sembrar, como en todo el Collao que ni cogen ni pueden coger maíz, porque en tal caso recibieron agravio los que las sembraban en quitárselas. 247
Y así otras veces he visto llegar cartas desde Lima al Cuzco en cuatro días, que son ciento veinte leguas, casi todo camino áspero y muy trabajoso de andar; y por el Collao, ques tierra llana, los he visto correr a esta misma cuenta. 267
Y quien hubiere visto la obra que los incas empezaron en Tiaguanaco, ques acá en el Collao, cerca de Chuquiaco, si considerare que en sesenta leguas de allí no se halla el venero de aquella piedra y la suntuosidad con que va trazada, entenderá fácilmente la poca dificultad que hallaban en hacer edificios aunque fuesen pesados. 269
Para lo cual basta lo dicho: que siempre tuvieron ocupaciones de comunidad y quién tuviese cuidado de hacerles labrar sus chácaras y castigarlos cuando no lo hacían, y hacer su ropa para vestirse, para lo cual las mujeres siempre fueron reservadas, y los hijos hasta que se casaban y se ponían en el número de los tributarios, y hasta entonces no podían traer chucos ni bragueros como se usa en el Collao. Y en cada provincia tenían insignia para esto conforme al hábito que traen. 286
Para en prueba de lo cual bastará el ejemplo de tres o cuatro repartimientos que ahora en este año y en los pasados han pleiteado en esta real audiencia de Las Charcas, uno de los cuales fue la provincia de Achacache, ques en el Collao, el cual pretendió lo siguiente. 296
Y así es plática común hasta el día de hoy que si preguntan cúantos indios están en tal parte dicen diez o doce los que son, aunque estén veinte pescadores con ellos; y si después les dicen que eran más, responden que no son sino huros, y que no entran en cuenta; finalmente, que nunca sacaron oro ni plata, ni salieron de su tierra para edificios ni a la guerra, ni se tuvo consideración ni cuenta con ellos para ningún género de negocio, sino que, como los de Paria, son tantos que en ninguna parte hay tan gran congregación ni aún creo que todos juntos los del Collao -que es adonde los hay- no deben de ser en tanta cantidad. 310-311

Collasuyo


Cita Número de página
Y yo, por sus mismos registros, para ensayar la manifestación saqué muchas que [había en] las provincias de Chynchasuyo y Collsuyo. 226
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
Y desta victoria y suceso, que está hecha relación en el capítulo de los purunrunas, que fueron guancas que procedieron y resultaron de aquella batalla porque los changas fueron vencidos, que fue el fundamento de todas sus victorias, por esotra parte del Cuzco, hacia el camino de Colla suyo [sic: Collsuyo]. 222-223

Combapata


Cita Número de página
El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279

condes


Cita Número de página
Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292

Condesuyo


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic : chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288

Coquinbo


Cita Número de página
Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras; y donde los chichas que están en esta provincia, así todos los diaguitas y todo lo de Chili, desde Coquinbo hasta el río de Maule, todos daban oro, trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba, ya acudiendo con lo que resultaba de su trabajo, poco o mucho, sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 265

cuenta


Cita Número de página
Y en este general repartimiento -porque se vaya entendiendo el fraude de los caciques- entendidas sus pláticas y cuenta no hay duda sino que ninguno consiente agraviar a su parcialidad, y que tiene consideración que cuando se me declararon en sus porfías conocí ser imposible venir a nuestra noticia en mucho tiempo. 310
De manera que si los caciques destos principales quisieran, pudieran hurtar, no compeliéndoles entonces nadie que trujesen muchos ni pocos, ni teniéndose con ellos cuenta hasta hoy en este caso ni los indios habilidad para quejarse, ni aún fuera de los principales, entre los demás, debe de haber bien pocos que entiendan su distribución en lo general. 314
Ningún género de granjería pudieran tener los caciques más importante que dejar allí todos los indios, hasta hoy, que lo pudieran bien hacer sin pedirles nadie cuenta dello, y llevarse cada año por lo menos cien mil pesos pagando su tasa muy holgadamente, y aún para mí tengo que los indios estuvieran más aprovechados y mejor mantenidos. 315
Y porque esta opinión que los caciques roban a estos indios es tan común, y no sin gran ocasión, es bien que se entienda la orden que tienen en hacerlo para que se pueda remediar, de manera que todo lo dicho sirva, allende del intento principal que se tuvo -que sacarlos de su comunidad y orden de contribuir y distribuir lo que les está tasado sería perniciosísimo y total destrucción de todo el reino y perdición dellos mismos- para entender que si están tasados en diez y los abaja en dos, que no se los llevan a los caciques y principales sino que en ellos haya cuenta y razón; y lo mismo en las comidas y ropa, y en todas las demás cosas que se les manda acudir. 318
Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente de castigo de Gonçalo Piçarro por el valle de Jauja, estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil hanegas junto al camino, y allí comió la gente y se entendió que, si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle, en aquellos depósitos, conforme a la orden antigua, porque a mi cargo estuvo repartirlas y hacer la cuenta para pagarlas, y ningún indio acudió con su hacienda con solo una. 244
De manera que entendido que entre ellos hay orden y cuenta y razón tan delicada que sobre un chuco de maíz o sobre dos libras de lana los vemos diferir cuando hacen sus repartimientos, ques cosa maravillosa la diligencia que ponen, aunque no se lleve más de lo que cabe, tengo por gran atrevimiento tratar de mudanza de una orden tan general entre gente nueva. 309
Porque entender otra cosa, había gran número de gente en cada uno en su oficio particular que no entendía en otra cosa, así de personas señaladas que mostrasen e hiciesen veneración al Chucuylla para que no helase ni granizase, y otros que la hiciesen al Pachamama para que fructificase la tierra al tiempo que se sembraba, y otros para que tuviesen cuenta ordinaria con la veneración y sacrificio de los muertos, y hacerles su vino y llevárselo a derramar en tiempos, y otros que tuviesen cuidado de echar las suertes acrellas, así las llaman, para pronosticar el suceso de los que salían del pueblo adonde se habían de detener algún tiempo. 273
Y así es plática común hasta el día de hoy que si preguntan cúantos indios están en tal parte dicen diez o doce los que son, aunque estén veinte pescadores con ellos; y si después les dicen que eran más, responden que no son sino huros, y que no entran en cuenta; finalmente, que nunca sacaron oro ni plata, ni salieron de su tierra para edificios ni a la guerra, ni se tuvo consideración ni cuenta con ellos para ningún género de negocio, sino que, como los de Paria, son tantos que en ninguna parte hay tan gran congregación ni aún creo que todos juntos los del Collao -que es adonde los hay- no deben de ser en tanta cantidad. 310-311
Sólo hace al propósito saber que a lo que se puede averiguar y conjeturar por la cuenta destos indios no debe de haber trescientos y cincuenta o cuatrocientos años que estos indios no poseían ni señoreaban más de aquel valle del Cuzco y hasta Hurcos, que son seis leguas,y el valle de Yucay y Xaquixaguana, que por cada parte no hay más de cinco leguas. 222
Y estos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y pascua del çayne [sic: rayme], que era la principal, y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden, aunque de suyo es buena y provechosa, pero la pretensión de los incas,y tenerlos más sujetos, era y fue importantísima; mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba. 226-227
Las cuales juntas de todas las provincias, que eran en gran cantidad, mediado el mes de marzo a mi cuenta -según la que ellos dan por las lunas contando el discurso del Sol por aquellos pilares o topos que llamaban ellos saybas, que están en torno de la ciudad del Cuzco- las repartía el inca o su lugarteniente, habiéndose hecho una fiesta solemne para ello, en esta forma: que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que tenían sus casas para su servicio, en las cuales había gran guarda para que siempre estuviesen doncellas. 256
La cual no se pone aquí ni hace memoria della sino solamente porque se entienda que, en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos dél, sin diferencia ni porfía ni pleito; y cada provincia, cuánto cabía a las parcialidades, empezando la cuenta por las cabeceras, y luego se iban distribuyendo por menudo, de manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 288
Después desto, averiguado el ganado de la comunidad, que se ha de entender todo aquello que estos tuvieron por del inca y del Sol y por propio del pueblo y de las guacas, dejándolo así como está junto y poniéndole el recaudo que hasta aquí se le ha puesto; también de común ordenar como resulte el provecho del común y se haga libro y se tenga cuenta para que se pueda tomar cada vez que la justicia visitare. 325
El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Y deben de ser de la cuenta vieja de la primera visita más de cuatro mil indios, aunque no hay duda sino que se encubrieron muchos porque los pescadores, que son los que llaman huros, no se pueden contar y son gran cantidad, y aún están fuera de su tierra más de mil dellos, de ordinariamente alquilados a tejer ropa. 309
Y aunque fue muy excesiva la cantidad que daban y consumían en cada año, que de todo tienen cuenta y razón desde que el inca los sujetó hasta hoy, que es cosa que con dificultad lo pudiera yo creer si no lo viera. 254
La cuenta y orden del gasto bien satisfecho estoy yo que no se toma, y si proponen que se vaya a pedir baja de la tasa no les duele cualquier derrama, y aunque no salgan sino con quitar della diez gallinas tienen por muy bien gastados mil pesos, aunque se mueran otros tanto indios en ir a Lima a negociarlo. 319
Item, asimismo llevaban el ganadoque se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinidad de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259
Y para hacer esta moderación yo quise saber la orden que tenían en la paga, y hallé que traían en Potosí seiscientos indios y que cada uno acudía a los caciques con un marco cada sábado, de manera que a la cuenta sobraba cada semana cien marcos. 295
Y esta duda, si de los principales abajo, los inferiores que vienen a Potosí tienen cuenta con lo que a cada uno cabe para no acudir con más y tomar él para sí lo que sobra, yo trabajé por quitarla y entender el negocio. 315
Y con todo, cuando se quisiere hacer, se puede tener cuenta con estar ellos divididos por ayllos y parcialidades como lo están, porque los principales la tienen la costumbre de acudir con lo que a cada uno les cabe, y cuando salen fuera de su tierra a lo que a ellos o a toda su comunidad conviene dejar gente que entienda en lo sobre dicho para que no falte. 320

cuerpo / cuerpos


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Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca , el señor principal della, y le mató. 261
Y así sacaron todo el oro y plata que tuvieron los incas y las casas y adoratorios de sus dioses, porque cada inca labraba de nuevo para sí y para su tesoro, y esto no lo heredaba el sucesor -como está dicho- sino todo quedaba con los cuerpos y para tesoro y hacienda suya. 264
Porque para lo demás, con particular licencia de Su Majestad se podría sacar de raíz; aunque tratando dello a otros propósitos, siempre afirman los naturales que lo más que se dio en Cajamalaca de oro y plata fue desto que tenían los cuerpos. 264
Este capitán se juntaba en la plaza junto a él, en nombre suyo, enviaba con sus mujeres sus vasos de chicha al inca vivo y al Sol y a los otros cuerpos, a manera de brindar, y ellos los bebían y los capitanes, los que enviaban a los difuntos en nombre de los cuerpos. 281
Y para que se entienda, se puede poner ejemplo en los lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del inca y tener el paso, según ellos dicen, muy llano y asentado, y por esta razón todos los anderos del inca eran desta nación de los lucanas; porque los Chunvivilcas eran bailadores tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos chichas, muy labrada y aderezada, y hecho en ella gran suma de pinturas, y muy igual y en gran cantidad, para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del inca y de los demás cuerpos de sus antecesores, que todos los días quel inca salía a comer allí, que era muy ordinario, los sacaba aalí su gente, como está dicho donde se trató desta materia. 262
Asimismo, tenían mucha gente de servicio de todas las provincias en la ciudad del Cuzco para el inca y para su gente, el cual mudaban en cada un año; y uno particular y de no poca pesadumbre: que, como está dicho, todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el mismo cuerpo del señor que le había conquistado; y así, todos los cuerpos y los ídolos estaban en aquel galpón grande de la casa del Sol, y cada ídolo destos tenía su servicio y gastos y sus mujeres; y en la casa del Sol le iban a hacer reverencia los que venían de su provincia. 260-261
Porque los sacrificios, como está dicho en su lugar, eran allí ordinarios todos los días sin faltar ninguno, desde la mañana que se encendían los fuegos hasta medio día, así lo quel inca hacía en sus fuegos dirigidos al Sol como los que hacía el Sol al Viracocha Pachayachachi y otros muchos que hacían los cuerpos, y los que se hacían a las guacas. 281
Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277
Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda. En lo cual podré tratar de las guacas y adoratorios y de los ídolos. 264
Y tenían gran gasto, porque cadal día se sacaban los cuerpos todos de los incas a la plaza y allí se les hacía su fuego muy cubiertos y envueltos en mucha suma de mantas ricas, sobre cantidad de algodón; y estaban debajo sentados en sus sillas, y allí delante se les hacía su fuego, como al propio inca vivo, y su gente y mujeres con sus cántaros de agua [sic: açua], ques el vino de que ellos usan hecho maíz. 280-281

cunvi


Cita Número de página
También se trasquilaba lo que era menester del inca y de su religión para la ropa que se llevaba al Cuzco al tiempo dicho, así para [e]l inca como para los sacrificios que se quemaban, y rica de cunvi de ordinario. 234

cunviscas


Cita Número de página
Y así, en cada pueblo tenían obradores, que llamaban cunviscas, para traer esta ropa rica que hacían a dos haces, aunque más hacían de la de abasca quera gran género de tributo y de mucha importancia. 235

cuys


Cita Número de página
Y lo más ordinario y general es mirar las asaduras de los cuys, que son unos animalejos como conejos mansos de muchas colores que ellos crían en todo el reino en sus casas, degollados con ciertas ceremonias, y es negocio importante; hacen lo mismo en los corderos de la tierra y en carneros grandes y de otras maneras diferentes. 273

Cuzco


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De lo cual, allende de lo que se puede saber por la manifestación general que por sus quipos y resgistros hicieron ante mi y ante los prelados de los monasterios de la ciudad del Cuzco, lo tengo yo mejor entendido que los demás por haber tratado tantas veces y en tan diferentes lugares de sus negocios y pleitos, y haber errado así mismo en la determinación dellos a los principios como los demás jueces, y haber visitado su tierra antes y después que tuviese noticia de lo ahora. 219
Primeramente se ha de presuponer quel linaje destos incas, que fueron dos parcialidades, que la una se llama Anancuzco y la otra urincuzco, a lo que se puede averiguar porque de más no se halla memoria, eran naturales del valle del Cuzco; y aunque algunos quieren decir que vinieron de otras partes a poblar allí (pero desto no hago mucho al caso porque dicen que fue antes del diluvio y traen allá ciertas imaginaciones), como cosa tan antigua no hay para qué para en ello. 222
Sólo hace al propósito saber que a lo que se puede averiguar y conjeturar por la cuenta destos indios no debe de haber trescientos y cincuenta o cuatrocientos años que estos indios no poseían ni señoreaban más de aquel valle del Cuzco y hasta Hurcos, que son seis leguas,y el valle de Yucay y Xaquixaguana, que por cada parte no hay más de cinco leguas. 222
En este tiempo, poco más o menos, debe de haber que ellos empezaron a señorear y conquistar en aquellas comarcas del Cuzco; y, según parece por sus registros, algunas veces fueron desbaratados. 222
Y aunque Andaguaylas está treinta leguas del Cuzco, ques en la provincia de los changas, no la sujetaron ni pusieron debajo de su dominio hasta el tiempo de Pachacuti Ynga Yupangui, que fue el que los desbarató. 222
Y desta victoria y suceso, que está hecha relación en el capítulo de los purunrunas, que fueron guancas que procedieron y resultaron de aquella batalla porque los changas fueron vencidos, que fue el fundamento de todas sus victorias, por esotra parte del Cuzco, hacia el camino de Colla suyo (sic). 222-223
Y así, toda la dificultad que hubo fue en conquistar aquellas comarcas del Cuzco, porque luego todos los conquistados iban con ellos y era siempre mucha más fuerza que los otros y mejor maña. 223
De lo cual, después que ellos tuvieron pacíficas sus comarcas, también les ayudaba tener la tierra fortísima, porque por cuatro caminos quel Cuzco tiene a todo el reino que salen dél ninguno hay que no tenga río que en ningún tiempo del año se vadea bien si no es por maravilla, y la tierra es asperísima y fuerte. 223-224
Y lo primero que estos incas propusieron, aunque no fue éste el título que acabaron y el que les hizo señores, fue una imaginación que se les asentó o que ellos fingieron a los principios: que después del diluvio habían salido de una cueva que ellos llaman Pacaritanbo -cinco leguas del Cuzco, donde está labrada antiquísimamente una ventana de cantería arrimada a un cerro que fue antiguo adoratorio suyo- siete personas hombres y mujeres de los cuales se había multiplicado todo el mundo (...) De lo cual resultaron en todas las provincias, en cada una, / su adoratorio de la misma dedicación. 224
Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacute Ynga Yupangui que, como está hecha relación más copiosa en los capítulos [que tratan de] las opiniones y guacas que dellas resultaron, habiendo sido desbaratado su padre deste inca por los changas y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. 225
Y de la gente que huyó y de la que venía alquilada en socorro de su padre, de los canas y canches, y de otra que se juntó que había quedado de guarnición para la defensa del Cuzco, volvió sobre los changas. 225
Y antes que saliese del Cuzco le dijo a su madre haber soñado que la razón de la victoria de los changas había sido que se hacía en el Cuzco más veneración al Sol que al Pachayachache, que era criador universal, y que prometiese que de ahí [en] adelante se harían más sacrificios y más ordinarios a aquellas estatuas, y que fuese luego contra los changas y quél le daría victoria y le enviaría del cielo gente que le ayudase. 225
Después siempre su título fue esto de la relación, e inventar cada el día más generoso de sacrificios, y obligar a ellos, a todos los que metían debajo de su dominio, y dar a entender que aquella ciudad del Cuzco era casa y morada de dioses; y así no había en toda ella fuente ni paso ni pared que no dijesen que tenía / misterio, como parece en cada manifestación de los adoratorios de aquella ciudad, y carta que dellos manifestaron, que pasaban de cuatrocientos y tantos. 225-226
Y estos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y pascua del çayne [sic: rayme], que era la principal, y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden, aunque de suyo es buena y provechosa, pero la pretensión de los incas,y tenerlos más sujetos, era y fue importantísima; mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba. 226-227
Especialmente, en cada pueblo puso la misma orden del Cuzco y dividió por çeques y rayas la comarca, e hizo adoratorios de diversos advocaciones [a] todas las cosas que parecían notables, de fuentes y manantiales y puquios y piedras hondas y valles y cumbres, quellos llaman apachetas, y puso a cada cosa su gente y les mostró la orden que habían de tener en sacrificar cada una dellas y para qué efecto,y puso quien se lo enseñase y en qué tiempo y con qué género de cosas. 227
Finalmente, aunque en ninguna parte fueron tantos los adoratorios como en el Cuzco, pero es la orden una misma, y vista la carta de los guacas del Cuzco, en cada pueblo, por pequeño que sea la pintarán de aquella misma manera y mostrarán los çeques y guacas y adoratorios suyos, que para saberlo es negocio importantísimo para su conversión, que yo la tengo ensayada en más de cien pueblos. 227-228
Parte de lo cual se gastaba en sacrificios en el mismo pueblo y lo más se llevaba al Cuzco, para el mismo efecto, / de todas partes, porque los que allá hacían estaban en esto. 228
Otra parte de las tierras aplicó el inca para sí señaladamente, lo cual asimismo sembraban y cogían y ponían en sus depósitos y se la llevaban al Cuzco al tiempo sobredicho, conforme a la necesidad que había. 229
Que, presupuesto que el inca daba de comer a todas sus guarniciones y servicio y parientes y señores que consigo tenía destos tributos y comida que de todo el reino se traía / al Cuzco, si tenía guarniciones o guerras la comida de unas partes se pasaba a otras, allende del gasto ordinario. 229
Este fue otro género de tributo que daban al inca, porque, en efecto, todas las chácaras de coca en todos los andes tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos que en todas las partes les dio, pero lo principal todo se llevaba al Cuzco. 231
Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en éstas mismas están poblados los indios que los poseen, como en todo el Collao, y a los lados, hacia la ciudad de Ariquipa hacia la costa, como en todos los carangas, aullagas y quillacas y collaguas, y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. 232
También se trasquilaba lo que era menester del inca y de su religión para la ropa que se llevaba al Cuzco al tiempo dicho, así para [e]l inca como para los sacrificios que se quemaban, y rica de cunvi de ordinario. 234
Y se hallaron en la visita, y por razón dello les mandaron llevar a Potosí cantidad de comida al respecto del ganado que se entendía que había en el repartimiento; y este género de contribución era tributo muy conocido en tiempo del inca, porque lo llevan en estos miembros ganados del Sol y del inca al Cuzco en gran cantidad, y a otras partes donde era menester. 237
La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
Pero, aunque estuviese ausente diez años, ni más tiempo, no perdía su derecho cuando venía para tornar a sembrar al tiempo si quisiese. Y aunque fuese tanto o que no cupiesen en mazorca de maíz, esta regla se guardaba y guarda el día de hoy, en aquel distrito del Cuzco, y mayormente allí, en la comarca, adonde hay más tierras desta condición y poseídas en esta manera. 242
Y se mandaba llevar en cada un año todas ellas, que se llevaban e iban, de trece a catorce años para arriba, con gran guarda, la cual así mismo tenían después que las encerraban para efecto que llegasen doncellas al Cuzco. 256
Las cuales juntas de todas las provincias, que eran en gran cantidad, mediado el mes de marzo a mi cuenta -según la que ellos dan por las lunas contando el discurso del Sol por aquellos pilares o topos que llamaban ellos saybas, que están en torno de la ciudad del Cuzco- las repartía el inca o su lugarteniente, habiéndose hecho una fiesta solemne para ello, en esta forma: que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que tenían sus casas para su servicio, en las cuales había gran guarda para que siempre estuviesen doncellas. 256
También, por la misma orden, se daban mujeres al Trueno, que ellos llamaban Chucuylla, que tenía casa y servicio solemne en la misma ciudad del Cuzco. 257
Y fuéralo mucho más si no estuviran satisfechos y creyeran realmente que las que mataban en los sacrificios, y las que daban para servicio de los difuntos, y las que sacrificaban por la salud del inca y por otras necesidades, iban sus ánimas a tener grandísimo descanso, como ellos afirmaban, que era ocasión de ofrecerles algunas veces de su propia voluntad, mayormente en el Cuzco, si el inca estaba enfermo o algún cacique principal, como más largamente está hecha relación en la materia de las fiestas y sacrificios. 258
Para lo cual se tresquilaban los ganados del inca y del Sol en la cantidad necesaria, y había gran suma della en ls depósitos para labrarla conforme a lo que se les mandaba en cada una dellas provincias por sí, señaladamente conforme a lo que les cabía de lo que se mandaba hacer en todo el reino; y de los depósitos se llevaba al Cuzco por el mes de febrero con los demás tributos, de manera que siempre se hacía de suerte que los depósitos eran mayores. 259
Item, asimismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinida de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259
La cual ropa y ganados e distribuía en la ciudad del Cuzco, donde era la fuerza de los sacrificios, y en vestir la gente del servicio de las casas y gente del servicio de las guacas y adoratorios, que era en gran cantidad, y lo que quemaban por los días señalados del año, conforme a lo estatuido, sin otras necesidades extraordinarias, porque se multiplicaban los sacrificios. 260
Finalmente, se llevaba mucha más de la que era menester, de que tenían también grandes depósitos en la ciudad del Cuzco. 260
Asimismo, tenían mucha gente de servicio de todas las provincias en la ciudad del Cuzco para el inca y para su gente, el cual mudaban en cada un año; y uno particular y de no poca pesadumbre: que, como está dicho, todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el mismo cuerpo del señor que le había conquistado; y así, todos los cuerpos y los ídolos estaban en aquel galpón grande de la casa del Sol, y cada ídolo destos tenía su servicio y gastos y sus mujeres; y en la casa del Sol le iban a hacer reverencia los que venían de su provincia. 260-261
Y para que se entienda, se puede poner ejemplo en los lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del inca y tener el paso, según ellos dicen, muy llano y asentado, y por esta razón todos los anderos del inca eran desta nación de los lucanas; porque los Chunvivilcas eran bailadores tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos chichas, muy labrada y aderezada, y hecho en ella gran suma de pinturas, y muy igual y en gran cantidad, para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del inca y de los demás cuerpos de sus antecesores, que todos los días quel inca salía a comer allí, que era muy ordinario, los sacaba aalí su gente, como está dicho donde se trató desta materia. 262
Para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar por delante, y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado, porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estaban señaladas en cada provincia para el inca y para sus adoratorios, lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y destos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba; y de lo que tocaba al ganado, de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el inca y para sus adoratorios, y desto llevaban asimismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia; y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba y la demás se quedaba en los depósitos. 263
Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda. En lo cual podré tratar de las guacas y adoratorios y de los ídolos. 264
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Y éstos sacaban oro y acudían al Cuzco con ello los mayordomos del inca y allí se labraba. 265
El oficio destos era llevar la palabra del inca desde el Cuzco a donde él quería enviarla, y traer la de los gobernadores, de manera que pudiese saber breve lo que él quería de toda la tierra. 266
Y el recado en esto era tan grande, y la furia de las postas, que afirman que desded el Cuzco hasta Quito, que son quinientas leguas, y la mayor parte tierra áspera, cuando más tardaban de ida y vuelta eran veinte días. 266
Y así otras veces he visto llegar cartas desde Lima al Cuzco en cuatro días, que son ciento veinte leguas, casi todo camino áspero y muy trabajoso de andar; y por el Collao, ques tierra llana, los he visto correr a esta misma cuenta. 267
Esto tuvieron ellos por grandeza y así tienen memoria de muchas veces que vinieron de Quito y de Tambez [sic: Tumbez] al Cuzco en poco tiempo, con estos antojos, de cuatrocientos y quinientas leguas. 267
Otra contribución y tributo tuvieron éstos en tiempo del inca de gran trabajo, y era de dar gente de todo el reino para los edificios del Cuzco, que fueron muy pesados. 268
Y así cierto es cosa maravillosa de ver en la fortaleza del Cuzco que hay piedras tan grandes y ajustadas, que yo he estado presente delante de canteros, y se espantan de cómo se podían subir sin artificio-aunquel edificio no es muy alto-y labrarlas y ponerlas de suerte que viniesen bien. 268
Y vistas las obras que allí hay debajo de tierra y encima alrededor del Cuzco, no me maravillo de los peones que afirman que andaban de ordinario, que eran en grandísima cantidad, porque no se puede encarecer la manera de la labor. 268
Y estas obras no solamente las tenían los incas en el Cuzco, pero aún en otras muchas partes más dificultosas y trabajosas por estar la piedra mucho más lejos. 269
Porque allí en la ciudad del Cuzco miré yo en una cosa que por ventura no se hallara en el mundo -a lo menos yo no lo he oído decir: que desde la iglesia de Santa Ana, que es la parroquia de Carmenga donde empieza el Cuzco, que puede haber tres leguas a mi parecer, se hallarán todos los géneros de canteras que se puede desear para edificios, negras y blancas, muy fáciles y muy dificultosas, y de mármoles y canteras para bóvedas de piedra liviana, y piedra de jaspe, aunque no de la muy fina -y toda la piedra de aquellas cuestas es excelente-la cal y muchos y muy abundantes géneros de yeso. 269
Y así en el Cuzco las más casas las tienen de una pieza, aunque hay muchas bien anchas; y en todas cuantas las han querido poner y han acortado gran número los indios para pilares, quien quiera puede considerar la mucha gente que debía de andar en estos edificios, para los cuales la contribución se hacía en general por todo el reino. 269-270
Porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, hacían su distribución por sus umos [sic: hunu] y provincias en todo el reino, y por la orden que se dirá en su lugar. 270
Tuvieron estos naturales otro género de tributo, aunque no ordinario pero pesado y trabajoso, el cual nacía de sus imaginaciones y opiniones, todas enderezadas a dar a entender los incas la grandeza de aquella ciudad del Cuzco y el gran [blanco] que tenía el gran criador universal que se engrandeciese y ennobleciese, y que en ella hubiese grandes misterios y que así cualquiera cosa que proponían los viejos hechiceros que convenía o se les había dicho en sueños (porque estuvieron entre estos indios en gran crédito) luego se podía por obra, engañándose los unos a los otros por inducción del demonio, y de todo venía a resultar en trabajo de la gente menuda. 270
Y así afirmaban que [a] toda aquella plaza del Cuzco le sacaron la tierra propia y se llevó a otras partes por cosa de gran estima, y la hincharon de arena de la costa de la mar como hasta dos palmos y medio, en algunas partes más. 270
Inquiriendo la razón de haberla traído, dicen haber sido por reverencia del Tizeberacocha, a quien ellos dirigen principalmente sus sacrificios, y le envían las cenizas dellos por aquellos dos ríos que salen del Cuzco en cada un año, con aquella solemnidad de los bacos y cantares de que se hizo relación en la fiesta del ayme [sic: rayme] . Iban con ellas [las cenizas] a la cueva de Pacaytambo, que es donde ellos tienen por opinión que salieron aquellos siete hombres y mujeres después del diluvio de que se tornó a multiplicar todo el mundo. 271
Y es así que, abriéndose los cimientos de la Iglesia Mayor del Cuzco y siendo la arena que se hallaba ruin y lejos, dijeron los artífices que si no se tomaba la de la plaza que sería mucha la costa, porque la que se hallaba era ruin y dificultosa de traer. 271
Y así, no solamente en el Cuzco pero en todo el reino, se tuvo gran veneración a esta plaza por esto y por las fiestas y sacrificios que en ella se hacían, de ordinario, por la salud de todo el reino, reservadas solamente a los incas, que por haberlo tratado en su lugar no se hace relación. 271-272
Lo mismo afirman que mandaba hacer el inca cuando alguna mujer a quien él quería mucho fallecía en el Cuzco, que se traía tierra de su naturaleza para el sepulcro. 272
Porque en ello no se pone duda, ni menos que en Quito esté una casa que los incas mandaron hacer de piedra labrada de las canteras del Cuzco, que en caso que no fuese muy grande, según la distancia del camino lo sería el trabajo de llevarla, porque son quinientas leguas. 272
Otros muchos varones y hembras tienen cargo de las guacas fijas de que está hecha particular relación en la carta general del Cuzco, ques común en todo el reino, y contiene todos los lugares que se diferencian de los otros en algo, alrededor del pueblo hasta las cumbres si es tierra áspera, que llaman éstos apachetas, como algunas piedras grandes y todos los puquios y nacimientos de agua o algunos llanos que hacen en alguna cuesta, o algunos árboles señalados, o las partes donde siembran el maíz para los sacrificios. 274
Lo cual el día de hoy hacen por su misma orden y tienen señalada gente que entiende en ello, y si es necesario en todos los pueblos hacerles que pinten la carta, y viendo la del Cuzco, luego la hacen. 274
Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277
El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279
Porque como está dicho, el servicio de su antecesor, ni en la ropa que en el discurso de su vida se hallaba en los depósitos del Cuzco ni en su vajilla de oro y plata -que era muy notable lo que se hacía para cada inca cuando sucedía en el reino- ni en otra cosa que él tuviese por propia, sino que todo esto y la gente de su servicio quedaba para el cuerpo, para el cual y para el servicio se le hacían chácaras. 280
Cuando iba a orinar, tomaba el capitán el cuerpo a cuestas y así lo hacía, y esta solemnidad se hacía en el Cuzco, en la plaza grande, todos los días que daba lugar el tiempo. 281
Que cierto creo que no ha habido género de gente, en lo que tenemos noticia, que se preciase tanto desto, y que tanta cantidad consumiese en sacrificios en aquella ciudad del Cuzco, hasta las cumbres apachitas. 281
Porque si en particular se quisiese tratar de ocupaciones y guardas de ganados, y de depósitos y guardas de registros, o quipos, como ellos los llaman, y los que venían con los tributos de toda la tierra hasta el Cuzco, y en mudar comida de un cabo para otro cuando lo pedía la necesidad, sería nunca acabar. 282
Y en todas partes había depósitos, como ahora se parece, de donde se tomaba lo que cabía a cada provincia para llevar al Cuzco y gastar conforme a lo que se proveía, y allí quedaba lo que sobraba, que siempre era mucha cantidad. 283
La cual división empieza desde el Cuzco del cual salen cuatro caminos, cada uno para una parte destas, como parece en la carta de las guacas. 288
La cual no se pone aquí ni hace memoria della sino solamente porque se entienda que, en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos dél, sin diferencia ni porfía ni pleito; y cada provincia, cuánto cabía a las parcialidades, empezando la cuenta por las cabeceras, y luego se iban distribuyendo por menudo, de manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 288
Conforme a la cual, si Su Majestad el día de hoy hubiese de tratar un negocio general con toda la república de los indios Taguantinsuyu, propuesto en la ciudad del Cuzco, donde sería necesario de por fuerza para que ellos se entendiesen y aún porque está en la mejor comarca para ello; por su misma orden, sin alterarla en ninguna cosa, después de resumido y tratado, hecho el llamamiento general, que se resumiría en no mucha gente; entendiendo su orden antigua, en una tarde quedaría concluida y determinada la distribución de consentimiento de partes. 289
Lo primero, considerada la orden que han dado los indios en la distribución de sus tasas, ques tasa casi general y está asentada universalmente casi en todos los repartimientos, desde el Cuzco hasta Potosí, cualquier repentina mudanza lo alteraría, de suerte que fuese menestar más tiempo para volverlo a poner como estaba que para mudarlo como se pretende. 299
Y si alguno dijese que éste era servicio personal, como suelen -que con sólo el nombre quieren hacer más efecto que con todas las razones del mundo-, ni con la vista de ojos que es la probanza más evidente de todas, paréceme que basta entender que cien indios mantenidos y bien ocupados y vestidos darán el tributo que dan dos mil que andan derramados hasta el Cuzco buscándole, que en este género de oficio son hábiles y ganan a ello su vida, salvo que son tan desventurados que se alquilan sin más interés de medio peso cada mes. 311
Y tratándose de la averiguación si lo cumplen y llevando el castigo poco a poco se podrá remediar con el tiempo para que se venga a poner en lo que es razón; y luego entender si podrá ayudarse destos incas del Cuzco -que son prudentes- para que tengan cargo por provincias, porque de otra manera todo se ha de hacer con mucha dificultad y a fuerza de brazos. 325
Asimismo, como se haga amojonamiento, con el cual cesarán todos los pleitos del Cuzco que éstos traen unos pueblos con otros - que son innumerables- y hacer libro dél para que por allí se determinen cuando se quisiere tornar a ello, ordenando sobre todo que, como su Majestad lo tiene proveído, a éstos no les llevasen derechos, aunque se les diese algún salario a los secretarios en las audiencias por esta razón. 325

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Para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar por delante, y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado, porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estaban señaladas en cada provincia para el inca y para sus adoratorios, lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y destos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba; y de lo que tocaba al ganado, de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el inca y para sus adoratorios, y desto llevaban asimismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia; y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba y la demás se quedaba en los depósitos. 263
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282
Pero de lo que cogía desta parte que le cabía en repartimiento que se le daba en cada un año, tampoco pagaba tributo -en lo cual no hay que dudar- en todo el reino y nunca le pagaron, que, como está presupuesto, el tributo era sembrar las chácaras estatuidas para el inca y para su religión de comunidad -que eran muchas- y coger y poner en los depósitos lo que dellas procedía, en los cuales había siempre gran cantidad sobrada. 238-239
Yo quise averiguar si aquel mes que residían en los chasquis se les daba de comer de los depósitos o si comían ellos de lo que tenían en su casa, y como cosa menuda difieren en la relación, y poco importa. 267
Otra parte de las tierras aplicó el inca para sí señaladamente, lo cual asimismo sembraban y cogían y ponían en sus depósitos y se la llevaban al Cuzco al tiempo sobredicho, conforme a la necesidad que había. 229
Para lo cual se tresquilaban los ganados del inca y del Sol en la cantidad necesaria, y había gran suma della en ls depósitos para labrarla conforme a lo que se les mandaba en cada una dellas provincias por sí, señaladamente conforme a lo que les cabía de lo que se mandaba hacer en todo el reino; y de los depósitos se llevaba al Cuzco por el mes de febrero con los demás tributos, de manera que siempre se hacía de suerte que los depósitos eran mayores. 259
Finalmente, se llevaba mucha más de la que era menester, de que tenían también grandes depósitos en la ciudad del Cuzco. 260
Porque si en particular se quisiese tratar de ocupaciones y guardas de ganados, y de depósitos y guardas de registros, o quipos, como ellos los llaman, y los que venían con los tributos de toda la tierra hasta el Cuzco, y en mudar comida de un cabo para otro cuando lo pedía la necesidad, sería nunca acabar. 282
Y en todas partes había depósitos, como ahora se parece, de donde se tomaba lo que cabía a cada provincia para llevar al Cuzco y gastar conforme a lo que se proveía, y allí quedaba lo que sobraba, que siempre era mucha cantidad. 283
La cual no se pone aquí ni hace memoria della sino solamente porque se entienda que, en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos dél, sin diferencia ni porfía ni pleito; y cada provincia, cuánto cabía a las parcialidades, empezando la cuenta por las cabeceras, y luego se iban distribuyendo por menudo, de manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 288
Pero cierto no hay duda sino que si sucediera caso -aunque no podía ser- que si en los depósitos del inca o de su religión no se hallara la parte que cabía a la provincia de lo que se mandaba dar, que en tal caso no se les tomara de lo propio ni de la comunidad, ni en comida ni en ganado, porque esto estaba diputado para la necesidad pública de cada uno del pueblo. 235
Y así esta parte del inca, no hay duda, sino que de todas tres era la mayor, y en los depósitos se parece bien, que yo visité muchos en diferentes partes, y son mayores y más largos que no los de su religión. 229
Sólo es bien que se entienda una cosa conveniente a la materia: que cuando iban al beneficio, así al sembrar como a las demás necesidades, hasta encerrar la comida en los depósitos, comían y bebían a costa del inca y del Sol; y este beneficio no se hacía por parcialidades ni se contaba la gente que a ello había de ir, sino que todo el pueblo, como se hallaban presentes, salían a ello, sin salir viejo ni enfermo, sino la gente de trabajo, vestidos cada uno con lo mejor que tenían y cantando cantares apropiados a la materia sin permitirse otra cosa. De manera que estos dos géneros de tributos se ha de notar porque así se manifestó. 229
Y para uno y para lo otro había grandes depósitos y dellos se vestía la gente del inca y la del Sol, y había siempre gran cantidad en ellos de sobra. 234
Con lo cual queda quitada una duda que es muy importante en materia de pleitos: es que cuando así acaecía que de unas provincias venían a sembrar a otras, presupuesto que todo lo que se cogía era para el inca y se ponía en sus depósitos y para lo que se gastaba en los sacrificios y ofertas de su desventurada religión, siempre tenía diputada para esto, que llaman suyos. 245
Porque dado caso que no daban tributo a otro ninguno, como es verdad, el inca distribuía gran número della, así entre la gente de guerra como entre sus deudos y parientes, y la ponían en sus depósitos. 258
Y para el Sol se hacía lo mismo, y tenía sus depósitos con que sus ministros hacían las mismas fiestas, celebraban sus pascuas al inca, y de ordinario los sacrificios a su parte. 259
Y toda esta ropa la hacían la comunidad de los pueblos, porque en todas partes tenían el inca y el Sol sus mayordomos, que no entendían en otra cosa sino en el recogimiento y guarda y poner en los depósitos lo que a cada uno cabía. 259
Porque como está dicho, el servicio de su antecesor, ni en la ropa que en el discurso de su vida se hallaba en los depósitos del Cuzco ni en su vajilla de oro y plata -que era muy notable lo que se hacía para cada inca cuando sucedía en el reino- ni en otra cosa que él tuviese por propia, sino que todo esto y la gente de su servicio quedaba para el cuerpo, para el cual y para el servicio se le hacían chácaras. 280
Aunque los que hubieran tratado desto lo uno y lo otro entenderán fácilmente, porque los mismos edificios los muestran bien, y cantidad de depósitos y fortalezas en todas las fronteras de Quito hasta Chile, y las grandes guerras y largas que tuvieron los incas con la gente que le quedó por meter debajo de su dominio cuando los españoles entraron en la tierra, que después acá se ha hecho bien poco en su reducción. 282
Y lo demás de los depósitos se sacaba como cabía a cada provincia, pero nunca fue tributo tasado sino a la voluntad del inca como se proveía en cada un año, y siempre quedaba en los depósitos gran número de todo sobrado. 284
Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente de castigo de Gonçalo Piçarro por el valle de Jauja, estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil hanegas junto al camino, y allí comió la gente y se entendió que, si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle, en aquellos depósitos, conforme a la orden antigua, porque a mi cargo estuvo repartirlas y hacer la cuenta para pagarlas, y ningún indio acudió con su hacienda con solo una. 244
Y por la misma orden se hacía la distribución en cada uno, que si le cabía en la distribución general mil fanegas de maíz, luego se dividía por las provincias de aquel uno [sic: hunu], y entendía cada uno lo que había de sacar de sus depósitos. 288
Y la distribución se hacía desta manera: que después de entendido lo que cabía a una provincia de la ropa que se les mandaba hacer, considerada la gente que era menester para tejerla, se repartía ésta por los cuellos [sic: ayllos] o parcialidades, y con ésta acudía; y dábanles la lana necesaria para la cantidad de los mismos depósitos y así juntos la labraban y se guardaba, teniéndose siempre cuenta que este trabajo fuese igual desta manera: que si [a] una parcialidad le cabía este año diez indios para tejer ropa, que otro año cabía a otros, y aquéllos no tornaban a trabajar en aquel género de negocio hasta que pasaba por todos. En lo cual se tenía tanta cuenta que, después de vista y entendida por sus nudos, ninguno dudara, sino que la distribución era igual y que ninguno era agraviado. 284

diaguitas


Cita Número de página
Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras; y donde los chichas que están en esta provincia, así todos los diaguitas y todo lo de Chili, desde Coquinbo hasta el río de Maule, todos daban oro, trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba, ya acudiendo con lo que resultaba de su trabajo, poco o mucho, sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 265

edificio / edificios


Cita Número de página
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282
Porque allí en la ciudad del Cuzco miré yo en una cosa que por ventura no se hallara en el mundo -a lo menos yo no lo he oído decir: que desde la iglesia de Santa Ana, que es la parroquia de Carmenga donde empieza el Cuzco, que puede haber tres leguas a mi parecer, se hallarán todos los géneros de canteras que se puede desear para edificios, negras y blancas, muy fáciles y muy dificultosas, y de mármoles y canteras para bóvedas de piedra liviana, y piedra de jaspe, aunque no de la muy fina -y toda la piedra de aquellas cuestas es excelente-la cal y muchos y muy abundantes géneros de yeso. 269
Aunque los que hubieran tratado desto lo uno y lo otro entenderán fácilmente, porque los mismos edificios los muestran bien, y cantidad de depósitos y fortalezas en todas las fronteras de Quito hasta Chile, y las grandes guerras y largas que tuvieron los incas con la gente que le quedó por meter debajo de su dominio cuando los españoles entraron en la tierra, que después acá se ha hecho bien poco en su reducción. 282
Y quien hubiere visto la obra que los incas empezaron en Tiaguanaco, ques acá en el Collao, cerca de Chuquiaco, si considerare que en sesenta leguas de allí no se halla el venero de aquella piedra y la suntuosidad con que va trazada, entenderá fácilmente la poca dificultad que hallaban en hacer edificios aunque fuesen pesados. 269
Y así es plática común hasta el día de hoy que si preguntan cúantos indios están en tal parte dicen diez o doce los que son, aunque estén veinte pescadores con ellos; y si después les dicen que eran más, responden que no son sino huros, y que no entran en cuenta; finalmente, que nunca sacaron oro ni plata, ni salieron de su tierra para edificios ni a la guerra, ni se tuvo consideración ni cuenta con ellos para ningún género de negocio, sino que, como los de Paria, son tantos que en ninguna parte hay tan gran congregación ni aún creo que todos juntos los del Collao -que es adonde los hay- no deben de ser en tanta cantidad. 310-311
Otra contribución y tributo tuvieron éstos en tiempo del inca de gran trabajo, y era de dar gente de todo el reino para los edificios del Cuzco, que fueron muy pesados. 268
Y así cierto es cosa maravillosa de ver en la fortaleza del Cuzco que hay piedras tan grandes y ajustadas, que yo he estado presente delante de canteros, y se espantan de cómo se podían subir sin artificio-aunquel edificio no es muy alto-y labrarlas y ponerlas de suerte que viniesen bien. 268
Y así en el Cuzco las más casas las tienen de una pieza, aunque hay muchas bien anchas; y en todas cuantas las han querido poner y han acortado gran número los indios para pilares, quien quiera puede considerar la mucha gente que debía de andar en estos edificios, para los cuales la contribución se hacía en general por todo el reino. 269-270
De manera que así desto como de todo lo demás de gente de guerra y mujeres y servicio, la voluntad del inca era la tasa y la distribución estaba a cargo de los indios, la cual se hacía igualmente; y lo mismo era cuando se determinaba que se sacase oro de algunas minas, o plata o edificios grandes. 263-264
Y cada cosa destas, entrando en cualquier población, dan razón los incas viejos para el efecto que se mandaba, unos provechosos y otros para sus desatinos y desventuras; que cierto, aunque no dieran más tributo sino los edificios que en cada provincia hay, a los cuales sola la gente della acudía, era bastante para no holgar en todo el año. 282

fortaleza / fortalezas


Cita Número de página
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282
Aunque los que hubieran tratado desto lo uno y lo otro entenderán fácilmente, porque los mismos edificios los muestran bien, y cantidad de depósitos y fortalezas en todas las fronteras de Quito hasta Chile, y las grandes guerras y largas que tuvieron los incas con la gente que le quedó por meter debajo de su dominio cuando los españoles entraron en la tierra, que después acá se ha hecho bien poco en su reducción. 282
Y así cierto es cosa maravillosa de ver en la fortaleza del Cuzco que hay piedras tan grandes y ajustadas, que yo he estado presente delante de canteros, y se espantan de cómo se podían subir sin artificio-aunquel edificio no es muy alto-y labrarlas y ponerlas de suerte que viniesen bien. 268

ganados de la tierra / ganados / ganado


Cita Número de página
Lo mismo hizo el inca de todos los ganados de la tierra mansos, lo cual así mismo aplicó para sí y para la religión, dejándolo en la misma tierra donde lo halló, salvo que lo contó y dejó proveído que no se le llevase hembra en el tributo. 231
Dividió los pastos y cazaderos, no para hacerlo concejil sino para que ninguna provincia pasase con el ganado a la otra, ni a cazar cuando se les daba licencia, sino que cada uno tuviese su distrito limitado; que también por este presupuesto han querido algunos tomarles el ganado diciendo que fuese del Sol o del inca, y aún antes que hubiese justicia, como ahora, salieron con ello y les tomaron gran suma. 231
Y cierto, bien claro estaba que si Su Majestad, cuando el presidente Gasca en su nombre tasó la tierra o la mandó tasar, si mandaba dar tributo de ganado, que no era su voluntad que le diesen de lo que los indios tuvieron por suyo y gozaban como tal, sino de lo que a él le pertenecía y de lo que ellos daban al inca y a su religión. 231
Verdad es que, dado caso que este ganado manso aplicó en la forma sobredicha, no fue todo, porque alguna parte -aunque pequeña- dejó al pueblo, y alguna dio a los principales, y después hizo mercedes a las personas que le sirvieron en poca cantidad, prohibiéndoles así mismo el matar hembras. 232
En esto de los ganados pareció haber hecho muchas constituciones en diferentes tiempos, y algunas tan útiles y provechosas para su conservación que convendría que también [se] guardasen ahora. 232
Toda la cual tierra, si bien la han considerado los que la han visto, si no fuese por el ganado, la podrían juzgar por inhabitable. Porque aunque [en] alguna della se cogen papas y quinoa, es cosa ordinaria ser las tierras estériles, y aún la poca sustancia de la tierra se conoce bien en que no se puede coger fruto en ninguna parte, en siete años, o en seis por lo menos, después que una vez siembra. 232-233
Y aún de la misma comida que los de tierra caliente cogen les falta más de ordinario [a los de tierra caliente] que a estos otros, porque se la rescatan casi toda al tiempo de la cosecha con el ganado y rescates de lana y cosas que della llevan hecha, y con esto cargan de maíz y ají y otras legumbres; lo cual llevan a su tierra con poco trabajo, aunque sea lejos, y gástanlo con orden. 233
Mayormente, que trayendo su ganado a Potosí y diez indios con cien carneros, ganan más en un mes que viente de los otros con sus personas en un año, y más descaradamente; y aún tornan su ganado mejorado, porque andan con ello por tierra aparejada para conservarlo al trato del carbón, que es lo más provechoso de las minas, que es una de las consideraciones más importantes que conviene tener para las tasas y que más podrían dañar si el negocio se tomase generalmente. 233
Tenían proveído que deste ganado de la comunidad, ni de todo lo demás, no se matasen hembras. Y así se multiplicó en gran manera porque tampoco se mataba de lo del inca ni de lo de su religión, porque menos se gastaban en los sacrificios en ninguna manera; y aún el ganado bravo, cuando lo tomaban en chacos, solamente se mataban los machos, y no se hacía sin licencia de cada uno en su comarca, y esto era gran remedio de la gente pobre. 234
Pero cierto no hay duda sino que si sucediera caso -aunque no podía ser- que si en los depósitos del inca o de su religión no se hallara la parte que cabía a la provincia de lo que se mandaba dar, que en tal caso no se les tomara de lo propio ni de la comunidad, ni en comida ni en ganado, porque esto estaba diputado para la necesidad pública de cada uno del pueblo. 235
Pero considerando que si el inca o el Sol no lo tuvieran, no les echarían tributo dello, en caso que ahora se les eche, porque los moradores que poseen ganado no es justo que los dejen engañar por sus costumbres, contribuyendo por cabezas sino por hacienda de manera que el que no tuviere ganado- pues el tributo desto se manda pagar habida consideración a que lo hay en el pueblo- no pague desto cosa alguna, sino los que lo tuvieren de crianza. 236
Pero entiendo que si los indios de un repartimiento son mil y tienen quinientos mitimaes (los cuales en ninguna parte poseen ganado), que si el tributo son quinientas cabezas les manden buscar la mitad, como lo hacen, es imposible cumplir aunque todos juntos no entiendan en otra cosa todo el año. 236
Y no habiendo mitimaes ni ganado de comunidad, o esto no es suficiente para el tributo que se les echa, considerar que esta república es de pobres y ricos y quel tributo de ganados e destribute de los que lo crían y no en más, pues ha de ser proporcionado conforme a lo que hay de crianza, sin considerar si un indio pobre adquiere un carnero, ques todo su hato, al cual es grande inhumanidad que los otros se lo tomen para el tributo como lo hacen. Y esto, aunque en pocas partes fuera desta provincia se puede explicar, es de mucha importancia y es justo que se advierta en ella. 236
Lo mismo es en los acarretos que se mandan dar por la tasa en esta provincia de Las Charcas , donde había ganados y mitimaes. 237
Y se hallaron en la visita, y por razón dello les mandaron llevar a Potosí cantidad de comida al respecto del ganado que se entendía que había en el repartimiento; y este género de contribución era tributo muy conocido en tiempo del inca, porque lo llevan en estos miembros ganados del Sol y del inca al Cuzco en gran cantidad, y a otras partes donde era menester. 237
Y los naturales, donde esto acaece, en algunas partes llévanlo en el ganado con poco trabajo y los otros a cuestas, que cierto cuarenta leguas y más de camino es negocio áspero. 237
Pero bien se puede remediar, porque la contribución es justa habiendo ganado, y es en lo que menos trabajos (sic); y la distribución, notablemente dañosa e injusta en repartir parte deste tributo a los que no lo poseen, porques obligarle a llevarlo a cuestas. 237
El tercero, que como el [en] comendero recibe toda la comida que se coge del repartimiento acaece rescatarle con ella el ganado y, compelidos con el hambre, hanlos de dar como él quisiere, de manera que siendo el tributo de comida, le está mejor al amo quel año sea malo para que valga más. 239
Y como está dicho, esta propiedad no la podía tener sino fuese por merced del inca, la cual hacía algunas veces por servicios que le hacían o por industria que alguno hallaba, como para echar alguna agua o hacer alguna puente o camino, o porque siendo hijo de algún cacique se había criado en su casa de pequeño, o por otras razones, y lo mismo era si le daba ganado. 241
La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
De manera que queda concluido que las tierras se poseían en comunidad de todo el pueblo y lo que era propio también los herederos lo poseían en comunidad sin partirlas, y el trabajo de guardarlo si era ganado o de sembrarlo si era tierra también era de comunidad, y el que no trabajaba en sembrar no llevaba parte al coger. 242
Y lo mismo se había de hacer en todas las demás si fuera posible -aunque con el ganado suplen su necesidad porque tienen grandes aparejos para traerlo de donde lo hallan y a poca costa con sus rescates. 247
Y en lo primero pierde a quien se encomendaron sus méritos y gratificación, y [en] lo segundo, queda la proporción y población deshecha, que aún sin estas permisiones es este reino muy despoblado y la más tierra dél sería de trabajosa habitación si no fuese por los ganados que conserva la gente que vive en tierra estéril, y con ellos son abundosamente proveídos de todo lo que nace en la fértil. Por esta razón se ha de tener gran consideración a la conservación de estas ovejas de la tierra. 252
Lo mismo hicieron los incas en la división de los pastos y cazaderos y montes, que dado caso que las tierras inhabitables por razón de mucho frío son pastos apropiados para los ganados de los naturales, también los dividieron y amojonaron, apropiando los términos en cada provincia conforme a la división que hicieron de los ganados. 253
Porque los que aplicaron para el Sol tenían su término limitado donde habían de pacer; y los del inca, asimismo, tuvieron amojonado el suyo; y también estaba señalado término para el ganado de la comunidad, de manera que todos pacían cada uno sin perjuicio del otro. 253
Por la misma orden estaban amojonados los cazadores del ganado bravo, que es de la misma manera quel manso; y en la proporción y también era y es el día de hoy en algunas partes en mucha cantidad, salvo los cazadores todos los hizo el inca propios suyos, de manera que ninguno podía cazar en ellos sin su licencia y de sus gobernadores, la cual se les daba conforme a la necesidad de los tiempos. 253
Y así se puede entender, conforme a la relación que ellos dan y lo que tienen asentado en sus registros, que desde el tiempo quel inca los señoreó hasta que los españoles entraron en la tierra fue sin comparación más lo que se multiplicó en el ganado por la orden que en ellos se tenía que no lo que ellos pudieron dar de tributo para la religión y para el gobierno. 254
Para lo cual se tresquilaban los ganados del inca y del Sol en la cantidad necesaria, y había gran suma della en los depósitos para labrarla conforme a lo que se les mandaba en cada una dellas provincias por sí, señaladamente conforme a lo que les cabía de lo que se mandaba hacer en todo el reino; y de los depósitos se llevaba al Cuzco por el mes de febrero con los demás tributos, de manera que siempre se hacía de suerte que los depósitos eran mayores. 259
Item, asimismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinida de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259
La cual ropa y ganados e distribuía en la ciudad del Cuzco, donde era la fuerza de los sacrificios, y en vestir la gente del servicio de las casas y gente del servicio de las guacas y adoratorios, que era en gran cantidad, y lo que quemaban por los días señalados del año, conforme a lo estatuido, sin otras necesidades extraordinarias, porque se multiplicaban los sacrificios. 260
Y con esto se entenderá cuán mal afirman algunos que los lucanas y Chunvivilcas y chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado y todo lo demás traído de las dichas provincias; y es muy notorio negocio entre estos naturales. 262-263
Para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar por delante, y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado, porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estaban señaladas en cada provincia para el inca y para sus adoratorios, lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y destos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba; y de lo que tocaba al ganado, de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el inca y para sus adoratorios, y desto llevaban asimismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia; y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba y la demás se quedaba en los depósitos. 263
En la distribución ninguno recibía agravio, y aunque el ganado todo de que daban tributo todo era del inca y de sus adoratorios, también se hacía la misma distribución, y ninguno acudía con más de aquello que le cabía conforme a la cantidad que estaba a su cargo, por sus tercias o cuartas o décimas, como estaba dividido. 265
Aunque ahora, con el ganado de España, parece que se torna a reformar lo de la tierra; con todo eso es necesario proveer sobre lo manso y sobre lo bravo con mucha diligencia, porque es el fundamento de su conservación. 265
Y más en nuestros tiempos, porque de antes sólo pasaba por ellas gente de a pié y este ganado de la tierra, que es liviano y duran más, y en el nuestro, allende de frecuentarse más los caminos, pasan caballos y ganado vacuno, que después que desto hay cantidad, gástanse muy breve y es necesario tirarlas más a menudo; y los más ríos donde las puentes son menester no se vadean casi en ningún tiempo. 279
Y lo mismo era en los ganados que se mandaban llevar, que en la distribución no se repartía del ganado de la comunidad ni de lo que alguno poseía en particular, aunque estos no eran muchos; y así, como está dicho, [estos] hatos se llamaban guachallana, que quiere decir 'hatos pobres'. Aunque como no se dividían sino que los herederos los poseían en común, como está dicho, algunos había grandes. 283
Y en ello no se puede negar que hubo grandes exorbitarias, todas las cuales procedieron de no entender su orden; porque entendida, aunque les pidieran doblado tributo, fuera menos el daño, porque aunque ellos daban lo que se les pedía del mismo ganado que tenían diputado para los tributos del inca y del Sol, pero tomábaselo muchas veces por su autoridad y llevábanles las hembras, que ellos no tenían costumbre de matar; distiniendo, ausentábanlo de las provincias y pastos donde lo tenían. Así perdieron gran suma dello y algunos vinieron a quedar pobres, porque ésta es su principal hacienda donde lo hay. 289
Y para que esto se crea fácilmente se podrá persuadir a quien supiere que los indios Charcas, que fueron del general Hinojosa, daban a su encomendero quinientos marcos de plata cada sábado y todo el maíz que se podía vender en una tienda en Potosí, que era gran cantidad porque valía cada fanega en aquella sazón veinte pesos, y ropa y ganado y otras cosas. 292
Para que esta materia se entienda mejor es menester presuponer, para los que no se hallaron presentes, que concluida la tasa, en que se tuvo consideración al número de los indios y comarca donde tenían sus tierras y granjerías en que se entendían y tierras y ganado que poseían, que todos los que en sus tierras tuvieron minas, que fue la mayor parte de las provincias del reino que están en la sierra, sacaron dellas el tributo, porque lo mismo hacían antes de la tasa; y como era mucho más cantidad que lo tasado, no tuvieron más que hacer de atajar el número de los indios que en ello entendían. 295
Lo otro es menester que se presuponga, para entender el intento, una cosa clara: que la principal gente que anda en las minas y en los tratos y granjerías de ellas son de tierras tan estéril que, allende de no cogerse en toda ella mas de papas, y aún en muchas dellas no se dan, que de cinco años los tres por la mayor parte son aviesos, y aunque siempre tienen necesidad de salir de sus tierras con sus ganados a buscar comida de maíz por sus rescates a la tierra caliente, que la más cercana les cae más de sesenta leguas, digo para traer cantidad porque han de trabajar a [sic: a bajar ] la costa o a los valles de Cochabanba por estotra parte. 304
De suerte que un año destos, que son muy ordinarios, sale de su tierra la mayor parte de la gente, unos con carneros de la comunidad y de viudas y menores y encomiendas que por sus ayllos y parcialidades tienen su cuenta, y en el mismo ganado llevan sus rescates de lana y costales y carneros, y lo principal es carneros nuevos de dos años, con que cargan maíz y vuelven a sus tierras de que se sustentan todo el año. 304
Y si en un repartimiento hay ganado, el cual se posee por parcialidades fuera de lo común, no será razón igualar a los que tienen mucho con otros que por ventura no tienen ninguno o mucho menos. 307
Porque aún dividido no duraría un año en su poder, porque si fuese ganado no lo podrían guardar, y si chácara de coca la dejan perder, y las demás de maíz, y otras cosas que ellos tienen ni las sembrarían ni se podrían dividir. 307
Claro que la razón porque diez indios de un repartimiento adquieren en Potosí más plata que treinta de otro, que esta ventaja no la causa solamente la habilidad para buscarla, aunque hace mucho al caso, sino al aparejo que llevan para adquirirla; y lo principal es el ganado, porque tres indios con cien carneros más ganan en hacer carbón un mes que treinta indios de los otros alquilándose en un año, y este ganado que llevan cuando van a Potosí, en la distribución que hacen lo dividen según cada uno de aquella parcialidad tiene, y algunas veces el ganadode uno va y no va la persona, y otras al contrario. 309
Las demás parcialidades consideraban en la distribución de los ganados y las minillas de soroche , y aún dicen los unos a los otros que habían de pagar más, porque eran más hábiles en el género de trato en que se adquiría la plata, y trataban de la calidad de las tierras. 311-312
De manera que está entendida la razón porque diez indios de tierra estéril pueden dar más plata que treinta de otra fértil, porque allende del aparejo del ganado-que les falta, porque como está dicho, en las tierras fértiles no sería sino en las punas- hácenseles de mal, aunque estén cerca, residir en Potosí y en Porco; porque el abundancia que los de la tierra estéril pretenden viniendo a las minas, la dejan los otros en su casa, y por otras muchas razones que se han entendido y entenderán en el discurso de lo que se trata que vendrán a propósito, que todo parece dificultoso de creer aunque visto no tiene duda. 313
Los oficiales de Su Majestad, en cuya cabeza quedaron los indios, han querido cobrar enteramente por la tasa, y con ser estos indios cuya posibilidad es muy notoria, y dejarlos su amo ricos de ganados, y de otros cosas que les dejó, de dos parcialidades se cobra con mucho trabajo y la de aquellos pescadores, que dije que les cabían dos mil pesos con ser tantos, ni poco ni mucho no se ha podido cobrar. 317
Finalmente, les acuden con lo necesario, allende desto, del ganado de la comunidad y de lo que de antes tenían por del Sol y del inca y de las guacas y adoratorios, a cuya guarda y servicio acuden los indios; y aún sin esto hay ovejeros antiguos y son reservados de tasa y no se pueden visitar libremente. Se sirven dellos los caciques, donde lo hay, y alquilan lo que les parece, y aún deben vender algo. 319
Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos, y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera, y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler, y otros para iglesias que se edifican, y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas, que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 323
Pero, considerado que un año estéril -y aún el que no lo es- en las tierras frías que no se coge maíz y otras legumbres necesarias para su mantenimiento, que es en la mayor parte y más rica de la tierra, tienen necesidad con sus ganados irlo a buscar tan lejos como está dicho, así de comunidad como cada uno en particular, yo entiendo que cuan cumplido con todo esto no hace poco por mucha que sea la gente, y así verán, por la mayor parte de ordinario, muy pocos indios por los pueblos. 323
Después desto, averiguado el ganado de la comunidad, que se ha de entender todo aquello que estos tuvieron por del inca y del Sol y por propio del pueblo y de las guacas, dejándolo así como está junto y poniéndole el recaudo que hasta aquí se le ha puesto; también de común ordenar como resulte el provecho del común y se haga libro y se tenga cuenta para que se pueda tomar cada vez que la justicia visitare. 325

gobernador / gobernadores


Cita Número de página
El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Y estos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y pascua del çayne [sic: rayme], que era la principal, y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden, aunque de suyo es buena y provechosa, pero la pretensión de los incas,y tenerlos más sujetos, era y fue importantísima; mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba. 226-227
El oficio destos era llevar la palabra del inca desde el Cuzco a donde él quería enviarla, y traer la de los gobernadores, de manera que pudiese saber breve lo que él quería de toda la tierra. 266
Y hacíase desta forma: que si el inca quería mandar algo a algún gobernador se lo decía al primer chasqui; y luego a toda furia salía corriendo y, sin parar, andaba la legua y media; y antes que llegase al otro lado alzaba la voz y decía que se apercibiese, y empezaba a decir su embajada y a qué provincia iba dirigida. 266
Y dado caso que este servicio en la gente de estimación fuese del mismo que le servía, y aún el más amado y querido del propio, así de las mujeres como de las viejas que hacen el vino o chicha, y el muchacho que trae la tiana o silla en que ellos se asientan de ordinario, pero en caciques principales era grande la exorbitancia, porque se daban las licencias más largas, y en gobernadores muchos mayores. 276
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
La cual no se pone aquí ni hace memoria della sino solamente porque se entienda que, en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos dél, sin diferencia ni porfía ni pleito; y cada provincia, cuánto cabía a las parcialidades, empezando la cuenta por las cabeceras, y luego se iban distribuyendo por menudo, de manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 288
Y aún los pescadores decían que en tiempo de los incas nunca los huros entraron en contribución para ningún género de tributos, sino que era servicio de los gobernadores y caciques, y que ayudaban a hacer ropa y tejían esteras y que daban pescado, y que nunca fueron tenidos por hombres ni se llamaban tal nombre. 310

guaca / guacas


Cita Número de página
Que no hay memoria bastante cuándo señorearon por este mismo camino hasta la laguna de Vilcanota, que es adonde empieza el Collado y salen de aquella lagunilla dos poderosos ríos, quel uno vierte a la mano del norte y el otro a la del sur, que fue adoratorio destos naturales y guaca señalada universal. 223
Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacute Ynga Yupangui que, como está hecha relación más copiosa en los capítulos [que tratan de] las opiniones y guacas que dellas resultaron, habiendo sido desbaratado su padre deste inca por los changas y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. 225
Todo esto duró hasta que vinieron los españoles, y hasta hoy se hace veneración a cada uno cuando no los ven, y toda la tierra guarda y venera las guacas que los incas les dieron. 226
El cuarto presupuesto [es] que allí adonde pobló los pueblos en todo el reino, en cada uno dividió las tierras en esta forma: una parte dellas aplicó para la religión, dividiéndola entre Sol y el Pachayachachi y el Trueno -quellos llaman Chucuylla-/ y la Pachamama y los muertos y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar desto en particular, porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que, aunque no tuviera otra cosa en qué entender, no estuviera muy desocupado. 227
Finalmente, aunque en ninguna parte fueron tantos los adoratorios como en el Cuzco, pero es la orden una misma, y vista la carta de los guacas del Cuzco, en cada pueblo, por pequeño que sea la pintarán de aquella misma manera y mostrarán los çeques y guacas y adoratorios suyos, que para saberlo es negocio importantísimo para su conversión, que yo la tengo ensayada en más de cien pueblos. 227-228
Y aunque era tan costosa y pulida como la otra, era de diferente suerte y más pequeña y con más colores, de la cual yo no he visto mucha. También era diferente la que se ofrecía a las guacas. 259
La cual ropa y ganados e distribuía en la ciudad del Cuzco, donde era la fuerza de los sacrificios, y en vestir la gente del servicio de las casas y gente del servicio de las guacas y adoratorios, que era en gran cantidad, y lo que quemaban por los días señalados del año, conforme a lo estatuido, sin otras necesidades extraordinarias, porque se multiplicaban los sacrificios. 260
De la cual batalla resultaron aquellas guacas e ídolos tan venerados entre los incas, que llamamos pururaucas, como está hecha particular relación en el capítulo que trata dellos en su lugar. 261
Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda. En lo cual podré tratar de las guacas y adoratorios y de los ídolos. 264
De manera que habiéndolo tomado el inca para sí y para sus guacas, desde el principio, en todo el tiempo que le tributaron, no recibieron más agravios los unos que los otros, quedándoseles todo como se les quedó. 265
También fue gran subsidio el que tenían en todos los pueblos del reino con la orden que los incas tenían puesta para la veneración de los adoratorios y oficios que tenían estatuidos que hubiese (como está hecha relación en el capítulo que particularmente trata desto) en las guacas y adoratorios. 273
De todo lo cual también usan para entender qué sacrificios serán más apacibles a sus dioses y guacas cuando tienen alguna necesidad hasta [blanco-blanco] y haga veneración y sacrificio a las acequias para que no se derrumben, y quien haga crecer los niños cuando están entecados. 273
Otros muchos varones y hembras tienen cargo de las guacas fijas de que está hecha particular relación en la carta general del Cuzco, ques común en todo el reino, y contiene todos los lugares que se diferencian de los otros en algo, alrededor del pueblo hasta las cumbres si es tierra áspera, que llaman éstos apachetas, como algunas piedras grandes y todos los puquios y nacimientos de agua o algunos llanos que hacen en alguna cuesta, o algunos árboles señalados, o las partes donde siembran el maíz para los sacrificios. 274
Porque los sacrificios, como está dicho en su lugar, eran allí ordinarios todos los días sin faltar ninguno, desde la mañana que se encendían los fuegos hasta medio día, así lo quel inca hacía en sus fuegos dirigidos al Sol como los que hacía el Sol al Viracocha Pachayachachi y otros muchos que hacían los cuerpos, y los que se hacían a las guacas. 281
Y lo otro, que ningún indio contribuía de lo quél cogía en la tierra que se le repartía para su comida, de la ropa que hacía para su vestir, de la lana que se daba de la comunidad para ese efecto, sino, como está dicho, el inca y el Sol y todas las demás guacas tenían sus chácaras en cada provincia, y éstas sembraban y cogían por la comunidad a los tiempos que estaba diputado. 283
La cual división empieza desde el Cuzco del cual salen cuatro caminos, cada uno para una parte destas, como parece en la carta de las guacas. 288
Finalmente, les acuden con lo necesario, allende desto, del ganado de la comunidad y de lo que de antes tenían por del Sol y del inca y de las guacas y adoratorios, a cuya guarda y servicio acuden los indios; y aún sin esto hay ovejeros antiguos y son reservados de tasa y no se pueden visitar libremente. Se sirven dellos los caciques, donde lo hay, y alquilan lo que les parece, y aún deben vender algo. 319
Después desto, averiguado el ganado de la comunidad, que se ha de entender todo aquello que estos tuvieron por del inca y del Sol y por propio del pueblo y de las guacas, dejándolo así como está junto y poniéndole el recaudo que hasta aquí se le ha puesto; también de común ordenar como resulte el provecho del común y se haga libro y se tenga cuenta para que se pueda tomar cada vez que la justicia visitare. 325

guachalluna / guachallana


Cita Número de página
Y lo que se ha criado destos hatos y procedido de ellos se conoce muy bien, porque lo de su religión y del inca llamábanlo capar [sic capac] , y los demás, hatos guachalluna, que quiere decir hatos pobres y hatos ricos; y en todo lo que le dio -como quiera que fuese- prohibió la división. 232
Y lo mismo era en los ganados que se mandaban llevar, que en la distribución no se repartía del ganado de la comunidad ni de lo que alguno poseía en particular, aunque estos no eran muchos; y así, como está dicho, [estos] hatos se llamaban guachallana, que quiere decir 'hatos pobres'. Aunque como no se dividían sino que los herederos los poseían en común, como está dicho, algunos había grandes. 283

guancas


Cita Número de página
Y desta victoria y suceso, que está hecha relación en el capítulo de los purunrunas, que fueron guancas que procedieron y resultaron de aquella batalla porque los changas fueron vencidos, que fue el fundamento de todas sus victorias, por esotra parte del Cuzco, hacia el camino de Colla suyo [sic: Collasuyo]. 222-223

Guánuco


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282

Guascar


Cita Número de página
Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277

Guari


Cita Número de página
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282

Guaynacapa


Cita Número de página
Y luego el sucesor empezó a conquistar por esta parte, y aún nunca estuvieron pacíficas aquellas provincias hasta el tiempo de Topa Ynga Yupangui, padre de Guaynacapa, y aún el mismo Guaynacapa tuvo por allí guerras e hizo muy grandes castigos. 223
Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277

hacienda / haciendas


Cita Número de página
Porque si es derecho realengo, sucede en él Su Majestad, y estas encomiendas que hace temporales, por vida o vidas como a él le parece, claro está que no es su intento, ni es justo que lo sea, en encomendar la hacienda de los indios sino lo que a él le pertenece, y que el tributo que tasa ha de ser de aquello mismo quel inca llevaba como rey y señor, y no de lo concejil ni propio. De lo cual sucedió un engaño notable, y fue que a Su Majestad le informaron que todas las chácaras de coca eran del inca. 230
Pero considerando que si el inca o el Sol no lo tuvieran, no les echarían tributo dello, en caso que ahora se les eche, porque los moradores que poseen ganado no es justo que los dejen engañar por sus costumbres, contribuyendo por cabezas sino por hacienda de manera que el que no tuviere ganado- pues el tributo desto se manda pagar habida consideración a que lo hay en el pueblo- no pague desto cosa alguna, sino los que lo tuvieren de crianza. 236
Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente de castigo de Gonçalo Piçarro por el valle de Jauja, estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil hanegas junto al camino, y allí comió la gente y se entendió que, si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle, en aquellos depósitos, conforme a la orden antigua, porque a mi cargo estuvo repartirlas y hacer la cuenta para pagarlas, y ningún indio acudió con su hacienda con solo una. 244
Y así sacaron todo el oro y plata que tuvieron los incas y las casas y adoratorios de sus dioses, porque cada inca labraba de nuevo para sí y para su tesoro, y esto no lo heredaba el sucesor -como está dicho- sino todo quedaba con los cuerpos y para tesoro y hacienda suya. 264
Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda. En lo cual podré tratar de las guacas y adoratorios y de los ídolos. 264
Entendidos por estos presupuestos, en los cuales no hay duda porque cada uno averiguó en particular por ser negocios generales, queda muy claro lo que algunos dudan que sea la causa de ser estos indios tan descuidados en adquirir y tener hacienda propia -fuera de los principales- en tanto grado que, en caso que ahora tengan desocupaciones, no se acuerdan de hacer un vestido hasta que el que tienen está muy viejo y aún roto; y si no es principal, que está hecho a mandar, muy pocos hallarán que tengan dos entre la gente común. 286
Y en ello no se puede negar que hubo grandes exorbitarias, todas las cuales procedieron de no entender su orden; porque entendida, aunque les pidieran doblado tributo, fuera menos el daño, porque aunque ellos daban lo que se les pedía del mismo ganado que tenían diputado para los tributos del inca y del Sol, pero tomábaselo muchas veces por su autoridad y llevábanles las hembras, que ellos no tenían costumbre de matar; distiniendo, ausentábanlo de las provincias y pastos donde lo tenían. Así perdieron gran suma dello y algunos vinieron a quedar pobres, porque ésta es su principal hacienda donde lo hay. 289
De lo que les pedían cada provincia distribuía por sí lo que su encomendero mandaba que diesen, y así en la distribución siempre guardaron la orden de antes, considerando la posibilidad de la gente y hacienda de la misma provincia. 289
Lo cual les será dificultoso de creer a los que absolutamente afirman que los caciques hurtan gran número de hacienda y están muy ricos de plata y oro, y que todo cuanto les han quitado de las primeras tasas lo llevan ellos después acá, y que lo indios no contribuyen en menos ni se hace menor la distribución. 295
Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos, y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera, y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler, y otros para iglesias que se edifican, y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas, que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 323
Todo esto, bien mirado, no fue quitar a los indios sus haciendas, sino prohibirles el uso dellas y dar medios como gozasen de cada cosa por la orden que convenía para su conservación, pues los tributos daban de aquello mismo quel inca y el Sol señalaban para sí; y no de lo propio, que dejaron para la comunidad, ni de lo que cada uno criaba y el inca le había hecho merced. 253-254

hamacas


Cita Número de página
Porque mucho tiempo duró dar indios en los tambos para cargas, todos los que cada uno pedía; y aún para hamacas, si quería caminar en hombros de indios, no tenían que hacer más de negociarlo en el primero tambo donde salia, porque después, como llegaba, le daban el recaudo, aunque fuese quinientas leguas. 278

hechiceros


Cita Número de página
Defendiéndose y no negando el diluvio, dijeron que por esta razón no se les debía, porque después de la predicación universal en cada provincia había habido gente nueva donde se tornó a multiplicar lo que se había perdido, y sus viejos hechiceros les señalaron de dónde y cómo los incas veneraban la cueva de Pacaritanbo. 225
Y primero que todas se daban al Pachayachachi -aunque nunca pude allí averiguar dónde fuese su casa, algunos afirman que fuese dentro de la del Sol-; también se daban a la Pachamama, que ellos llaman a la tierra, y a otras cosas de su religión; y luego se apartaban otras para los sacrificios que se hacían en el discurso del año, que eran muchos, en los cuales se mataban destas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen vírgenes; sin otros muchos sacrificios que se hacían, como por la salud del inca si caía enfermo, o si fallecía para enviarle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclipse del Sol o de la Luna, o si temblaba la tierra en aquella fiesta principal que aquellos llamaban Tytri que por esta razón se hacía, o por la pestilencia, o por otras muchas ocasiones quel demonio, por sus viejos y hechiceros les decía tener necesidad de estos sacrificios. 257
Tuvieron estos naturales otro género de tributo, aunque no ordinario pero pesado y trabajoso, el cual nacía de sus imaginaciones y opiniones, todas enderezadas a dar a entender los incas la grandeza de aquella ciudad del Cuzco y el gran [blanco] que tenía el gran criador universal que se engrandeciese y ennobleciese, y que en ella hubiese grandes misterios y que así cualquiera cosa que proponían los viejos hechiceros que convenía o se les había dicho en sueños (porque estuvieron entre estos indios en gran crédito) luego se podía por obra, engañándose los unos a los otros por inducción del demonio, y de todo venía a resultar en trabajo de la gente menuda. 270
Asimismo les hicieron señalar gente para hechiceros, que también es entre ellos oficio público y conocido. En todos los cuales dichos oficios de que está hecha relación, dado caso que la gente que en ello entiende es mucha, según la grandeza de cada pueblo, los diputados para ello n lo tenían por trabajo, porque ninguno podía tener semejante oficio como los dichos si no fuesen viejos y viejas y personas inhábiles para trabajar, como mancos, cojos o contrahechos, y gente así a quien faltaba las fuerzas para ello. 274

cacique / caciques


Cita Número de página
Este fue otro género de tributo que daban al inca, porque, en efecto, todas las chácaras de coca en todos los andes tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos que en todas las partes les dio, pero lo principal todo se llevaba al Cuzco. 231
El cuarto, que se puede creer piadosamente que no será igual el repartimiento, ni en semejantes años el cacique ni los principales contribuirán conforme a lo que cada uno cogió; antes acaece coger una vieja dos hanegas de papas y llevárselas sin dejarla cosa que coma aquel año, y el viejo y el enferno. 239
Y como está dicho, esta propiedad no la podía tener sino fuese por merced del inca, la cual hacía algunas veces por servicios que le hacían o por industria que alguno hallaba, como para echar alguna agua o hacer alguna puente o camino, o porque siendo hijo de algún cacique se había criado en su casa de pequeño, o por otras razones, y lo mismo era si le daba ganado. 241
No teniendo nadie propiedad ni señorío distinto en ninguna tierra, no tienen para qué ni título cómo pleitear uno con otro si no fuere alguno con el cacique o principal que no le dio lo que había menester; y desto, a lo menos por acá en la sierra, no los agravian porque les sobra tierra en todas partes. 243
Yo no he oído quejarse a ninguno de semejante negocio, ni creo que nadie lo ha visto, bien que podría ser quel cacique, por darles más tierra, llevase algo para sí, o por darse la mejor, o que en esto les acrecentase la contribución. 243
Y aunque estaba en tierra ajena eran sujetos a sus caciques y no a los señores de la tierra donde residían, que es otro género de gente muy notoria que los que llamaban mitimaes, porque éstos salían de la sujeción de los caciques y de su naturaleza. 246
No trato [yo] aquí si se pudiera hacer mejor de otra manera que de la que hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio, pero la duda es ahora que acaece los caciques destos indios llevárselos a sus tierras, y después pretender tener derecho a las chácaras o suyos que sembraban para el inca. 246
Cuanto más que, entendida la [orden] de los mitimaes quel inca puso de unos repartimientos en otros, y que las encomiendas se hicieron como se hallaron, que entienden los caciques que les queda facultad a los indios para volverse dondel inca los sacó, que muchas encomiendas quedarían inútiles y mucha tierra despoblada, y toda la buena orden perecería sin ningún remedio. 251
Y aún esto también es razón de diferencia, porque hay en estas partes vecino que tiene de encomienda cincuenta indios mitimaes, o sacados antiguamente de alguna provincia, y si el cacique se los lleva queda la encomienda inútil y la tierra donde estaba despoblada. 252
Y fuéralo mucho más si no estuviran satisfechos y creyeran realmente que las que mataban en los sacrificios, y las que daban para servicio de los difuntos, y las que sacrificaban por la salud del inca y por otras necesidades, iban sus ánimas a tener grandísimo descanso, como ellos afirmaban, que era ocasión de ofrecerles algunas veces de su propia voluntad, mayormente en el Cuzco, si el inca estaba enfermo o algún cacique principal, como más largamente está hecha relación en la materia de las fiestas y sacrificios. 258
Y dado caso que este servicio en la gente de estimación fuese del mismo que le servía, y aún el más amado y querido del propio, así de las mujeres como de las viejas que hacen el vino o chicha, y el muchacho que trae la tiana o silla en que ellos se asientan de ordinario, pero en caciques principales era grande la exorbitancia, porque se daban las licencias más largas, y en gobernadores muchos mayores. 276
Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277
Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277
Y porque sólo es menester responder y remediar lo que todos afirman de la opresión de sus caciques, se queda para la materia de las distribuciones, porque es más propio que en ésta, donde yo diré lo que entiendo. 282
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
Lo cual les será dificultoso de creer a los que absolutamente afirman que los caciques hurtan gran número de hacienda y están muy ricos de plata y oro, y que todo cuanto les han quitado de las primeras tasas lo llevan ellos después acá, y que lo indios no contribuyen en menos ni se hace menor la distribución. 295
Y para hacer esta moderación yo quise saber la orden que tenían en la paga, y hallé que traían en Potosí seiscientos indios y que cada uno acudía a los caciques con un marco cada sábado, de manera que a la cuenta sobraba cada semana cien marcos. 295
Y haciéndoles desto cargo a los caciques, respondieron que siempre había fallas, así de algunos enfermos como de otros que se volvían a su tierra y no tornaban tan presto; allende de lo cual, estaban con los indios de todas las parcialidades más de treinta principales que se habían de tener. 295
Aunque a lo cierto se puede entender con dificultad, de manera que si la libertad en los caciques principales fuera la que algunos afirman, con dejarlos allí todos fuera para ellos mejor granjería que ninguna otra de las que podían tener con ellos para ser ricos. 296
No sé yo si al principio los mudaron alguna vez, pero es cierto que después se descuidaron los caciques y de más de quince años a esta parte no los han mudado ni trocado; y queriendo el cacique principal llevarlos a su tierra y que viniesen otros, los indios se defendieron. 297
Y que demás desto tenían muchos hijos nacidos en aquella tierra y hechos a aquel temple, y otras muchas razones, todas enderezadas a que los caciques no los llevasen a su tierra; y principalmente con esto, que como tenían muchos tratos debían algunas deudas y a ellos asimismo les estaban obligados otros, así indios como españoles, y que todo se les perdería si hiciesen mudanza. 297
Y dado caso que en otros muchos que en Potosí residen su pudiera poner el mismo ejemplo cuando los caciques se han descuidado algún tiempo de trocarlos, pero no es necesario, porque la pesadumbre de mudarse en todos es general, y en esto no hay contradicción sino que tienen por muy mejor los que allí residen pagar la tasa de plata porque los que están en los pueblos que no volverse a ellos para que vengan otros. 297
De manera que decir quel tributo se distribuyese por cabezas en el repartimiento y que se empadronasen los indios, y que pagando cada uno su parte no fuese obligado a tener más cuenta con el cacique, a lo menos en estas provincias de acá arriba, no sería provecho ni se podría salir con ello sin perderse notoriamente. 298
Y luego trataré del medio que se podría dar para que los caciques no viviesen con tanta libertad como dicen que lo hacen, de que se tiene sospecha general en que yo no tengo duda, aunque es sin comparación más de lo que dicen por otros caminos comúnmente se trata. 299
Y con esto es casi ordinario tomarles fuera de sus pueblos el tiempo de sembrar, y en tal caso quédanse adonde se hallan, mayormente con gente de su tierra que están puestos por mitimaes casi en todas las provincias, y acostumbran pagarles algo de lo que cogen por el terrazgo y después se vuelven; y aún algunos se quedan y desde allí acuden a sus caciques con la tasa. 305
Y aún éste no es el mayor inconveniente porque tenía remedio, pero si después de las visitas se mueren diez o se huyen otros tantos, bastante descargo es para el cobrador y para el cacique para no pagar por ellos. 306
Y en este general repartimiento -porque se vaya entendiendo el fraude de los caciques- entendidas sus pláticas y cuenta no hay duda sino que ninguno consiente agraviar a su parcialidad, y que tiene consideración que cuando se me declararon en sus porfías conocí ser imposible venir a nuestra noticia en mucho tiempo. 310
Y aún los pescadores decían que en tiempo de los incas nunca los huros entraron en contribución para ningún género de tributos, sino que era servicio de los gobernadores y caciques, y que ayudaban a hacer ropa y tejían esteras y que daban pescado, y que nunca fueron tenidos por hombres ni se llamaban tal nombre. 310
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312
Y cabe al cacique principal su parte conforme a su posibilidad e indios que tiene, porque, en caso que manda toda aquella gente, tiene él sus sujetos aparte, porque sobre los demás es el mando como gobierno que así se ha de entender. 312
Lo otro, que en esta distribución de la plata que se les manda acudir con la tasa, por la orden que estos mismos naturales tienen dada de residir con algunos indios, sólo ellos lo podían hacer por sus distribuciones, y así los caciques y principales no los roban a los indios, y la averiguación quedará buena y fácil de remediar donde pareciese lo contrario. 313-314
De manera que si los caciques destos principales quisieran, pudieran hurtar, no compeliéndoles entonces nadie que trujesen muchos ni pocos, ni teniéndose con ellos cuenta hasta hoy en este caso ni los indios habilidad para quejarse, ni aún fuera de los principales, entre los demás, debe de haber bien pocos que entiendan su distribución en lo general. 314
Ningún género de granjería pudieran tener los caciques más importante que dejar allí todos los indios, hasta hoy, que lo pudieran bien hacer sin pedirles nadie cuenta dello, y llevarse cada año por lo menos cien mil pesos pagando su tasa muy holgadamente, y aún para mí tengo que los indios estuvieran más aprovechados y mejor mantenidos. 315
Y si este reconocimiento se les quitase, el trabajo de buscarlos y recogerlos y hacerlos que trabajasen y entender en ir a la justicia y a que los desagravien, que hay bien en qué, de ordinario quedaría sin premio, y sería mayor prejuicio el descuido de los caciques que no el daño que en darles algo reciben los indios; cuanto más, que están ellos obligados a lo que falta, que con los indios mal se puede hablar en esto, y yo entiendo que lo que allí dan es tan poco que no hay para qué hablar en ello. 315
Y porque esta opinión que los caciques roban a estos indios es tan común, y no sin gran ocasión, es bien que se entienda la orden que tienen en hacerlo para que se pueda remediar, de manera que todo lo dicho sirva, allende del intento principal que se tuvo -que sacarlos de su comunidad y orden de contribuir y distribuir lo que les está tasado sería perniciosísimo y total destrucción de todo el reino y perdición dellos mismos- para entender que si están tasados en diez y los abaja en dos, que no se los llevan a los caciques y principales sino que en ellos haya cuenta y razón; y lo mismo en las comidas y ropa, y en todas las demás cosas que se les manda acudir. 318
En lo demás tengo yo por averiguado que con cualquier ocasión, por pequeña que fuese, quel cacique principal y principales quisiesen echar otras contribuciones nuevas harían la distribución diciéndoles la cantidad como le sea posible, y acudirían con ella y buscarían orden cómo buscarlo como hacen los demás, con poca pesadumbre aunque fuese en calidad de mil pesos. 318
También acuden al servicio del cacique con más cantidad de la necesaria, y no replican ni contradicen, aunque al tiempo de la sementera se les mande hacer excesiva chácara -como es ordinario- porque acude a ello toda la comunidad junta sin faltar ninguno, y es la primera que ahora se hace y se coge. 319
Y no hay duda que si al cacique se le quitan dos mujeres por los sacerdotes o él las quiere tener a escondidas -que pocos se contentan con una- que en los pueblos donde las ponen también les hacen su chácara o sementera y les dan servicio. 319
Y si el cacique pide veinte indios para negocio propio, y aún para alquilarlos, también los distribuyen entre sí sin contradicción. 319
Y tampoco hay duda que todas las veces que van los caciques a cualquier negocio, de muchos para que los llaman por año, que parece que no se hace nada que vengan a la ciudad, distribuyen para sus gastos. 319
Y para abreviar, los caciques han sucedido en lugar del inca, con quien, como está dicho, no tuvieron cosa tasada, sino que hacen y dan lo que se les manda. 319
De manera que no se niega quel remedio para que los caciques con sus indios no sean tan señores deja de ser necesario, pero que por esta razón quieran mudar la orden que entrellos hay para pagar y buscar sus tributos como les están tasados, con la cual acuden ellos a tan poca costa y trabajo, como está hecha relación, es destruir todo el fundamento, y pretendiendo la libertad y descanso destos naturales, derramarlos y despoblarlos, de suerte que lo que hiciere un hombre solo a quien se le dé comisión, sin entenderlo no lo adoben después ciento con todo el poder y prudencia del mundo. 319-320
Y porque se podría decir que todos estos inconvenientes van fuera de la materia, pues sólo se trata de estorbar que los caciques no los roben como en efecto se hace, digo que el día que se determinase que los indios fuesen empadronados y tasados cada uno por sí. 322
Y que, cumplido con lo que le cabe, saliese de la sujeción y mandado de los caciques y de su orden y libremente pudiesen ir donde les pareciere, sería sacarlos el freno con que los hacen estar juntos y concertados, y con que se conservan y conservaron antes que hubiésemos los cristianos estos reinos. 322
Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos, y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera, y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler, y otros para iglesias que se edifican, y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas, que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 323
Para que los caciques no roben ni lleven más de lo que fuere tasado a sus indios no es necesario tocar a la tasa quel repartimiento está obligado a dar, ni poner otra orden de la que ellos tienen en pagar por las razones dichas, porque juntos los pueblos y hecha congregación de los indios en cuanto fuere posible -en lo cual también es menester gran tiento para la reducción, considerada las tierras y el agua y comodidad que para ello hubiere- luego es necesario que se haga tasa entre los caciques y sus indios. 324
Para que los caciques no roben ni lleven más de lo que fuere tasado a sus indios no es necesario tocar a la tasa quel repartimiento está obligado a dar, ni poner otra orden de la que ellos tienen en pagar por las razones dichas, porque juntos los pueblos y hecha congregación de los indios en cuanto fuere posible -en lo cual también es menester gran tiento para la reducción, considerada las tierras y el agua y comodidad que para ello hubiere- luego es necesario que se haga tasa entre los caciques y sus indios. 324
Y dar traza para que, si no fuese por ocasión muy bastante, no los llamen los caciques de sus tierras a las ciudades, porque, o por no entender el daño o por dárseles poco a los que manden, se hace por cualquiera por liviana que sea, que es negocio para ellos y para sus indios incomportable. 325
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288

hunu


Cita Número de página
El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
Y por la misma orden se hacía la distribución en cada uno, que si le cabía en la distribución general mil fanegas de maíz, luego se dividía por las provincias de aquel uno [sic: hunu], y entendía cada uno lo que había de sacar de sus depósitos. 288
Porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, hacían su distribución por sus umos [sic: hunu] y provincias en todo el reino, y por la orden que se dirá en su lugar. 270

Hurcos


Cita Número de página
Sólo hace al propósito saber que a lo que se puede averiguar y conjeturar por la cuenta destos indios no debe de haber trescientos y cincuenta o cuatrocientos años que estos indios no poseían ni señoreaban más de aquel valle del Cuzco y hasta Hurcos, que son seis leguas,y el valle de Yucay y Xaquixaguana, que por cada parte no hay más de cinco leguas. 222

Hurincuzco / Urincuzco


Cita Número de página
Luego, juntas las dos parcialidades de aquellas provincias, que en todas partes son Hanansaya y Hurinsaya, Anancuzco y Hurincuzco, conforme a la lengua y uso de cada una tierra los nombres, luego saben lo que les cabe y cuánto se ha de distribuir. 288
Primeramente se ha de presuponer quel linaje destos incas, que fueron dos parcialidades, que la una se llama Anancuzco y la otra Urincuzco, a lo que se puede averiguar porque de más no se halla memoria, eran naturales del valle del Cuzco; y aunque algunos quieren decir que vinieron de otras partes a poblar allí (pero desto no hago mucho al caso porque dicen que fue antes del diluvio y traen allá ciertas imaginaciones), como cosa tan antigua no hay para qué para en ello. 222

Hurinsaya


Cita Número de página
Luego, juntas las dos parcialidades de aquellas provincias, que en todas partes son Hanansaya y Hurinsaya, Anancuzco y Hurincuzco, conforme a la lengua y uso de cada una tierra los nombres, luego saben lo que les cabe y cuánto se ha de distribuir. 288

hurinsaya


Cita Número de página
Porque si en la primera división de Hanansaya y Hurinsaya que se hace en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude como está dicho, ni menos en la que cada una de las parcialidades con sus principalejos, cada uno según su posibilidad y división antigua, sólo resta saber si cada principal lleva más a estos indios que residen en Potosí de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba, pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar los que quedan. 314

huros


Cita Número de página
Y deben de ser de la cuenta vieja de la primera visita más de cuatro mil indios, aunque no hay duda sino que se encubrieron muchos porque los pescadores, que son los que llaman huros, no se pueden contar y son gran cantidad, y aún están fuera de su tierra más de mil dellos, de ordinariamente alquilados a tejer ropa. 309
Pongo el ejemplo en este repartimiento porque hay tres parcialidades: la una destos huros pescadores, que serán más de la mitad, y algunos quieren decir que las dos partes; los otros se llaman casayas; y la otra parcialidad son indios suras . 309-310
Y aún los pescadores decían que en tiempo de los incas nunca los huros entraron en contribución para ningún género de tributos, sino que era servicio de los gobernadores y caciques, y que ayudaban a hacer ropa y tejían esteras y que daban pescado, y que nunca fueron tenidos por hombres ni se llamaban tal nombre. 310
Y así es plática común hasta el día de hoy que si preguntan cúantos indios están en tal parte dicen diez o doce los que son, aunque estén veinte pescadores con ellos; y si después les dicen que eran más, responden que no son sino huros, y que no entran en cuenta; finalmente, que nunca sacaron oro ni plata, ni salieron de su tierra para edificios ni a la guerra, ni se tuvo consideración ni cuenta con ellos para ningún género de negocio, sino que, como los de Paria, son tantos que en ninguna parte hay tan gran congregación ni aún creo que todos juntos los del Collao -que es adonde los hay- no deben de ser en tanta cantidad. 310-311

ídolos / ídolo


Cita Número de página
Pero después que los sujetaron, no hay duda sino que sólo han usado de las leyes que los incas les pusieron cuanto al gobierno y aún cuanto a la religión, aunque les quedaron sus ídolos y adoratorios, pero fueron tantos los que de nuevo les dieron en cosas a que en esto nos obligaron y cargaron, que se puede llamar muy poco lo que ellos antes tenían, de lo cual con harto trabajo y tiempo hicimos la averiguación. 221
Asimismo, tenían mucha gente de servicio de todas las provincias en la ciudad del Cuzco para el inca y para su gente, el cual mudaban en cada un año; y uno particular y de no poca pesadumbre: que, como está dicho, todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el mismo cuerpo del señor que le había conquistado; y así, todos los cuerpos y los ídolos estaban en aquel galpón grande de la casa del Sol, y cada ídolo destos tenía su servicio y gastos y sus mujeres; y en la casa del Sol le iban a hacer reverencia los que venían de su provincia. 260-261
Que cierto me causó gran admiración porque la misma orden tuvieron los romanos, y así tuvieron los ídolos de todas las provincias que conquistaron, el principal de cada una, en aquella casa que llamaban en Roma panteón, que después se hizo iglesia y muy a propósito se le dio por advocación omnium santorum. 261
Que cierto me causó gran admiración porque la misma orden tuvieron los romanos, y así tuvieron los ídolos de todas las provincias que conquistaron, el principal de cada una, en aquella casa que llamaban en Roma panteón, que después se hizo iglesia y muy a propósito se le dio por advocación omnium santorum. 261
Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca , el señor principal della, y le mató. 261
De la cual batalla resultaron aquellas guacas e ídolos tan venerados entre los incas, que llamamos pururaucas, como está hecha particular relación en el capítulo que trata dellos en su lugar. 261
Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda. En lo cual podré tratar de las guacas y adoratorios y de los ídolos. 264

incas / Inca


Cita Número de página
Y tuvo su majestad muy gran razón de mandar averiguar el origen del señorío destos incas y la forma que tuvieron en servirse de las gentes desta tierra y la que ellos mismos tenían en la distribución de lo que daban, porque desto resultaría todo lo que toca a la justicia y fueros que entrellos se guardaban e, incidentemente, el daño que han recibido y reciben en la orden del proceder que con ellos se tiene en la determinación de sus pleitos. 220
Que bien tengo yo entendido que antes que estos indios fuesen sujetos al inca, cuando eran bestias (de lo cual en sus originales hay bastante memoria que se pueda colegir el tiempo que ha que entraron debajo de leyes universales), que vivieron debajo de la ley y que cada uno en su tierra tenía sus leyes que ordenaban conforme al instinto natural, como de todas las naciones que no las tienen les acaece por providencia divina. 221
Pero después que los sujetaron, no hay duda sino que sólo han usado de las leyes que los incas les pusieron cuanto al gobierno y aún cuanto a la religión, aunque les quedaron sus ídolos y adoratorios, pero fueron tantos los que de nuevo les dieron en cosas a que en esto nos obligaron y cargaron, que se puede llamar muy poco lo que ellos antes tenían, de lo cual con harto trabajo y tiempo hicimos la averiguación. 221
Primeramente se ha de presuponer quel linaje destos incas, que fueron dos parcialidades, que la una se llama Anancuzco y la otra Urincuzco, a lo que se puede averiguar porque de más no se halla memoria, eran naturales del valle del Cuzco; y aunque algunos quieren decir que vinieron de otras partes a poblar allí (pero desto no hago mucho al caso porque dicen que fue antes del diluvio y traen allá ciertas imaginaciones), como cosa tan antigua no hay para qué para en ello. 222
También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío , que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223
Y mucho tiempo pasó que los incas no conquistaron más de hasta allí; digo mucho en el tiempo deste inca que venció [a] los changas. 223
Y aunque en el registro de los incas muy por extenso hallamos memoria, también cada provincia tiene sus registros de las victorias, guerras y castigos de su tierra. 223
Si importara algo / pudiéramos muy bien colegir el tiempo que había que cada una estaba pacífica debajo de la sujeción del inca; pero esto no importa para lo que se pretende, pues basta tener averiguado que estos incas señorearon por violencia y guerra y el tiempo que ha empezaron su conquista, la cual fueron partes para hacer porque no tuvieron contradicción universal sino cada provincia defendía su tierra sin ayudarle otro ninguno, como eran behetrías. 223
Y lo primero que estos incas propusieron, aunque no fue éste el título que acabaron y el que les hizo señores, fue una imaginación que se les asentó o que ellos fingieron a los principios: que después del diluvio habían salido de una cueva que ellos llaman Pacaritanbo -cinco leguas del Cuzco, donde está labrada antiquísimamente una ventana de cantería arrimada a un cerro que fue antiguo adoratorio suyo- siete personas hombres y mujeres de los cuales se había multiplicado todo el mundo (...) De lo cual resultaron en todas las provincias, en cada una, / su adoratorio de la misma dedicación. 224
Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacute Ynga Yupangui que, como está hecha relación más copiosa en los capítulos [que tratan de] las opiniones y guacas que dellas resultaron, habiendo sido desbaratado su padre deste inca por los changas y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. 225
Finalmente, en este título fue y venció, y de allí quedó aquella imaginación de los Purvaraucas de que se hizo relación, que fue una de las más importantes que los incas tuvieron por hacerse señores. 225
Todo esto duró hasta que vinieron los españoles, y hasta hoy se hace veneración a cada uno cuando no los ven, y toda la tierra guarda y venera las guacas que los incas les dieron. 226
El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Y estos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y pascua del çayne [sic: rayme], que era la principal, y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden, aunque de suyo es buena y provechosa, pero la pretensión de los incas,y tenerlos más sujetos, era y fue importantísima; mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba. 226-227
Digo si fuese tercia o cuarta, menos o más no se puede averiguar, porque no fue igualmente en todas las partes sino conforme a la disposición de la tierra y gente mayormente, que hay gran cantidad de pueblos que todos los que se cogían eran del Sol y se llaman suyos propios, como Arapa. Y en éstos tales era la mayor parte y en otros no tanto porque eran del inca. 228
Otra parte de las tierras aplicó el inca para sí señaladamente, lo cual asimismo sembraban y cogían y ponían en sus depósitos y se la llevaban al Cuzco al tiempo sobredicho, conforme a la necesidad que había. 229
Que, presupuesto que el inca daba de comer a todas sus guarniciones y servicio y parientes y señores que consigo tenía destos tributos y comida que de todo el reino se traía / al Cuzco, si tenía guarniciones o guerras la comida de unas partes se pasaba a otras, allende del gasto ordinario. 229
Y así esta parte del inca, no hay duda, sino que de todas tres era la mayor, y en los depósitos se parece bien, que yo visité muchos en diferentes partes, y son mayores y más largos que no los de su religión. 229
Sólo es bien que se entienda una cosa conveniente a la materia: que cuando iban al beneficio, así al sembrar como a las demás necesidades, hasta encerrar la comida en los depósitos, comían y bebían a costa del inca y del Sol; y este beneficio no se hacía por parcialidades ni se contaba la gente que a ello había de ir, sino que todo el pueblo, como se hallaban presentes, salían a ello, sin salir viejo ni enfermo, sino la gente de trabajo, vestidos cada uno con lo mejor que tenían y cantando cantares apropiados a la materia sin permitirse otra cosa. De manera que estos dos géneros de tributos se ha de notar porque así se manifestó. 229
De donde se entenderá una cosa mal entendida hasta ahora, y es que cuando alguno quiere pedir tierras, la información que hace y se tiene por bastante para dárselas es probar que fueron del inca o del Sol, en lo cual estos indios reciben y han recibido agravio y notoria sin justiçia. 230
Pero si alguno quisiere hacer fundamento -como le hacen- en decir quel inca las pudo aplicar para sí, por esa misma razón es mayor el agravio y sinjustiçia. 230
Porque si es derecho realengo, sucede en él Su Majestad, y estas encomiendas que hace temporales, por vida o vidas como a él le parece, claro está que no es su intento, ni es justo que lo sea, en encomendar la hacienda de los indios sino lo que a él le pertenece, y que el tributo que tasa ha de ser de aquello mismo quel inca llevaba como rey y señor, y no de lo concejil ni propio. De lo cual sucedió un engaño notable, y fue que a Su Majestad le informaron que todas las chácaras de coca eran del inca. 230
Y es lo quel fiscal trabajó todo lo que pudo en probar que fuesen estas chácaras del inca; y los encomenderos, que no habían sido de los indios; de manera que finalmente cada uno probaba lo que no le convenía por no entender el negocio. 230-231
Lo mismo hizo el inca de todos los ganados de la tierra mansos, lo cual así mismo aplicó para sí y para la religión, dejándolo en la misma tierra donde lo halló, salvo que lo contó y dejó proveído que no se le llevase hembra en el tributo. 231
Dividió los pastos y cazaderos, no para hacerlo concejil sino para que ninguna provincia pasase con el ganado a la otra, ni a cazar cuando se les daba licencia, sino que cada uno tuviese su distrito limitado; que también por este presupuesto han querido algunos tomarles el ganado diciendo que fuese del Sol o del inca, y aún antes que hubiese justicia, como ahora, salieron con ello y les tomaron gran suma. 231
Y cierto, bien claro estaba que si Su Majestad, cuando el presidente Gasca en su nombre tasó la tierra o la mandó tasar, si mandaba dar tributo de ganado, que no era su voluntad que le diesen de lo que los indios tuvieron por suyo y gozaban como tal, sino de lo que a él le pertenecía y de lo que ellos daban al inca y a su religión. 231
Y lo que se ha criado destos hatos y procedido de ellos se conoce muy bien, porque lo de su religión y del inca llamábanlo capar [sic capac] , y los demás, hatos guachalluna, que quiere decir hatos pobres y hatos ricos; y en todo lo que le dio -como quiera que fuese- prohibió la división. 232
Tenían proveído que deste ganado de la comunidad, ni de todo lo demás, no se matasen hembras. Y así se multiplicó en gran manera porque tampoco se mataba de lo del inca ni de lo de su religión, porque menos se gastaban en los sacrificios en ninguna manera; y aún el ganado bravo, cuando lo tomaban enchacos, solamente se mataban los machos, y no se hacía sin licencia de cada uno en su comarca, y esto era gran remedio de la gente pobre. 234
También se trasquilaba lo que era menester del inca y de su religión para la ropa que se llevaba al Cuzco al tiempo dicho, así para [e]l inca como para los sacrificios que se quemaban, y rica de cunvi de ordinario. 234
Y para uno y para lo otro había grandes depósitos y dellos se vestía la gente del inca y la del Sol, y había siempre gran cantidad en ellos de sobra. 234
Pero cierto no hay duda sino que si sucediera caso -aunque no podía ser- que si en los depósitos del inca o de su religión no se hallara la parte que cabía a la provincia de lo que se mandaba dar, que en tal caso no se les tomara de lo propio ni de la comunidad, ni en comida ni en ganado, porque esto estaba diputado para la necesidad pública de cada uno del pueblo. 235
Pero considerando que si el inca o el Sol no lo tuvieran, no les echarían tributo dello, en caso que ahora se les eche, porque los moradores que poseen ganado no es justo que los dejen engañar por sus costumbres, contribuyendo por cabezas sino por hacienda de manera que el que no tuviere ganado- pues el tributo desto se manda pagar habida consideración a que lo hay en el pueblo- no pague desto cosa alguna, sino los que lo tuvieren de crianza. 236
Y se hallaron en la visita, y por razón dello les mandaron llevar a Potosí cantidad de comida al respecto del ganado que se entendía que había en el repartimiento; y este género de contribución era tributo muy conocido en tiempo del inca, porque lo llevan en estos miembros ganados del Sol y del inca al Cuzco en gran cantidad, y a otras partes donde era menester. 237
Y en este quinto presupuesto pude entrar, por regla general infalible, que ninguno poseyó por merced del inca, la cual, como está dicho, tampoco dividían los herederos ni podían disponer della en ninguna manera. 238
En lo cual asimismo no se tiene consideración a si hay alguna parcialidad, por ser alguna tierra de comunidad de quel inca les hubiese hecho merced, como dijimos de la lana se ha de entender en todo lo demás. 238
Pero de lo que cogía desta parte que le cabía en repartimiento que se le daba en cada un año, tampoco pagaba tributo -en lo cual no hay que dudar- en todo el reino y nunca le pagaron, que, como está presupuesto, el tributo era sembrar las chácaras estatuidas para el inca y para su religión de comunidad -que eran muchas- y coger y poner en los depósitos lo que dellas procedía, en los cuales había siempre gran cantidad sobrada. 238-239
Y de aquí deste inconveniente resulta otro agravio notorio, que entendido que éstos no daban tributo de comida más de aquel trabajo que ponían en sembrar las chácaras del inca y de su religión, a lo cual sólo acudían la gente de la comunidad moza y recia como está dicho, que a los viejos y enfermos y viudas que estaban desto reservados se les lleva este tributo nuevo. 240
Y como está dicho, esta propiedad no la podía tener sino fuese por merced del inca, la cual hacía algunas veces por servicios que le hacían o por industria que alguno hallaba, como para echar alguna agua o hacer alguna puente o camino, o porque siendo hijo de algún cacique se había criado en su casa de pequeño, o por otras razones, y lo mismo era si le daba ganado. 241
La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
La segunda [razón] porque pleitean tantos pueblos unos con otros y provincias es porque en tiempo del inca daban, como está dicho, el tributo ordinario de las tierras que estaban señaladas para el inca y para su religión y del trabajo que ponían de comunidad para sembrarlas y cogerlas. 243
Y después de la tasa -y aún mucho antes- quedaron todas estas tierras del inca y de la religión sin la obligación pasada de sembrarlas y cogerlas para lo que estaban diputadas. 244
Dado caso que, cuando el inca las dividió y partió, se entiende claro ahora cúyas eran, o de qué pueblo provincia o nación de gente, pero acudían otros de las comarcas, conforme como estaba ordenado, a sembrarlas, y aún como se dividieron las provincias, y por encomiendas. 244
Y de aquí resultan tantos pleitos y diferencias, porque algunos pueblos salían a sembrar, por los dichos efectos, en comarcas de los otros, por diferentes respectos y por haber muchos indios o pocas tierras; y lo mismo es en los pastos y cazaderos, que todo estaba distinto y amojonado y se tenían por moyas del inca. 244
Y si ante todas cosas en semejantes pleitos tuviesen los jueces un solo presupuesto -que todos cuantos sembraban esta tierra no tenían algún aprovechamiento de lo que della se cogía- no tratarían deste juicio posesorio, sino de la averiguación de cúyas eran cuando el inca las diputó para este efecto. 245
Y si alguno dijere que se han de dividir en juicio rústico, porque, dado caso que venían a sembrar en tierras ajenas para el inca y para su religión, lo mismo hacían en sus propias tierras, adonde tenían asimismo chácaras diputadas para esto. 245
Y que pues los del inca y del Sol eran de los indios, que en esto no hay para qué poner duda, sea de la comunidad de cada república y ellos paguen su tributo como está tasado, pues es tan diferente de lo que solía [ser]. 245
Con lo cual queda quitada una duda que es muy importante en materia de pleitos: es que cuando así acaecía que de unas provincias venían a sembrar a otras, presupuesto que todo lo que se cogía era para el inca y se ponía en sus depósitos y para lo que se gastaba en los sacrificios y ofertas de su desventurada religión, siempre tenía diputada para esto, que llaman suyos. 245
No trato [yo] aquí si se pudiera hacer mejor de otra manera que de la que hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio, pero la duda es ahora que acaece los caciques destos indios llevárselos a sus tierras, y después pretender tener derecho a las chácaras o suyos que sembraban para el inca. 246
Y así, gobernando estos reinos el marqués de Cañete se trató esta materia, y hallando verdadera esta información que yo le hice, queriéndola saber de mí y el remedio que podía tener, se hizo de esta manera: que a la provincia de Chucuyto se le volvieron los indios y las tierras que tenía en la costa en el tiempo del inca donde cogían sus comidas; y a Juan de San Juan, vecino de Ariquipa en quien estaban encomendados, se le dieron otros que vacaron en aquella ciudad, y así quedó aquella provincia remediada. 247
Con lo cual, entendida una vez la división de todo el reino y la cantidad de gente de cada provincia y las provincias que estaban debajo de cada [h]uno, a que les [ll]amaran a estos diez mil indios casados, las contribuciones y distribuciones eran facilísimas sin recibir ninguno agravio, porque poco más o menos siempre estaban en un ser, considerados muertos y nacidos, sin haber necesidad de contarlos en mucho tiempo después quel inca los puso debajo de su dominio. 249
Cuanto más que, entendida la [orden] de los mitimaes quel inca puso de unos repartimientos en otros, y que las encomiendas se hicieron como se hallaron, que entienden los caciques que les queda facultad a los indios para volverse dondel inca los sacó, que muchas encomiendas quedarían inútiles y mucha tierra despoblada, y toda la buena orden perecería sin ningún remedio. 251
Lo mismo hicieron los incas en la división de los pastos y cazaderos y montes, que dado caso que las tierras inhabitables por razón de mucho frío son pastos apropiados para los ganados de los naturales, también los dividieron y amojonaron, apropiando los términos en cada provincia conforme a la división que hicieron de los ganados. 253
Porque los que aplicaron para el Sol tenían su término limitado donde habían de pacer; y los del inca, asimismo, tuvieron amojonado el suyo; y también estaba señalado término para el ganado de la comunidad, de manera que todos pacían cada uno sin perjuicio del otro. 253
Por la misma orden estaban amojonados los cazadores del ganado bravo, que es de la misma manera quel manso; y en la proporción y también era y es el día de hoy en algunas partes en mucha cantidad, salvo los cazadores todos los hizo el inca propios suyos, de manera que ninguno podía cazar en ellos sin su licencia y de sus gobernadores, la cual se les daba conforme a la necesidad de los tiempos. 253
Pero hase de presuponer que, dado caso quel inca aplicó todos los cazadores para sí, como está dicho, que también los amojonó entre una provincia y otra, de manera que, aunque cazaban con su licencia, a ninguno se la daban para cazar en el término del otro.. 253
Todo esto, bien mirado, no fue quitar a los indios sus haciendas, sino prohibirles el uso dellas y dar medios como gozasen de cada cosa por la orden que convenía para su conservación, pues los tributos daban de aquello mismo quel inca y el Sol señalaban para sí; y no de lo propio, que dejaron para la comunidad, ni de lo que cada uno criaba y el inca le había hecho merced. 253-254
Y así se puede entender, conforme a la relación que ellos dan y lo que tienen asentado en sus registros, que desde el tiempo quel inca los señoreó hasta que los españoles entraron en la tierra fue sin comparación más lo que se multiplicó en el ganado por la orden que en ellos se tenía que no lo que ellos pudieron dar de tributo para la religión y para el gobierno. 254
Y aunque fue muy excesiva la cantidad que daban y consumían en cada año, que de todo tienen cuenta y razón desde que el inca los sujetó hasta hoy, que es cosa que con dificultad lo pudiera yo creer si no lo viera. 254
Lo mismo hizo en lo que toca a los montes en las partes y lugares donde fueron de alguna importancia, y porque donde es la tierra montaña o hay cantidad de madera no hicieron caso dellos, pero en toda la tierra rasa y falta de leña aplicaron los montes para sí y los llamaron 'moyas del inca'. 254
Item, tuvieron éstos en tiempo del inca otro género de contribución, a mi parecer más pesado y trabajoso que todos los otros, y era que en todas las provincias tuvieron una casa ayllaguaca [sic: acllawasi], que quiere decir 'casa de escogidas', en la cual se guardaba esta orden: que había un gobernador de cada una destas cuyo nombre [era] apopanaca, que significa este género de oficio, el cual tenía licencia de escoger todas las muchachas que a él pareciese de buena disposición y gesto de ocho años para abajo, en lo cual no había límite ni número sino lo que a él le parecía. 255-256
Las cuales juntas de todas las provincias, que eran en gran cantidad, mediado el mes de marzo a mi cuenta -según la que ellos dan por las lunas contando el discurso del Sol por aquellos pilares o topos que llamaban ellos saybas, que están en torno de la ciudad del Cuzco- las repartía el inca o su lugarteniente, habiéndose hecho una fiesta solemne para ello, en esta forma: que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que tenían sus casas para su servicio, en las cuales había gran guarda para que siempre estuviesen doncellas. 256
Y primero que todas se daban al Pachayachachi -aunque nunca pude allí averiguar dónde fuese su casa, algunos afirman que fuese dentro de la del Sol-; también se daban a la Pachamama, que ellos llaman a la tierra, y a otras cosas de su religión; y luego se apartaban otras para los sacrificios que se hacían en el discurso del año, que eran muchos, en los cuales se mataban destas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen vírgenes; sin otros muchos sacrificios que se hacían, como por la salud del inca si caía enfermo, o si fallecía para enviarle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclipse del Sol o de la Luna, o si temblaba la tierra en aquella fiesta principal que aquellos llamaban Tytri que por esta razón se hacía, o por la pestilencia, o por otras muchas ocasiones quel demonio, por sus viejos y hechiceros les decía tener necesidad de estos sacrificios. 257
Asimismo daban destas doncellas para el servicio del inca y para sus mujeres y para parientes y deudos suyos, y para algunos capitanes y otras personas a quien era su voluntad hacer merced. 257
Porque ninguna cosa les era de tanta importancia a estos indios como las mujeres, las cuales después de la primera que el pueblo daba a cada uno por obligación, con la cual contraía matrimonio, que llamaban mujer legítima o mamanchic, no podía ninguno poseer otra sino por merced del inca o por herencia de los padres o hermanos, como está dicho en otras partes. 257
Y éstas daban los incas por méritos que alguno tuviese, como ser especial en algún arte, o si dio alguna industria en cosas necesarias para la vida humana, o por haberse mostrado en la guerra, o por haberle contentado en alguna cosa. 257
Y fuéralo mucho más si no estuviran satisfechos y creyeran realmente que las que mataban en los sacrificios, y las que daban para servicio de los difuntos, y las que sacrificaban por la salud del inca y por otras necesidades, iban sus ánimas a tener grandísimo descanso, como ellos afirmaban, que era ocasión de ofrecerles algunas veces de su propia voluntad, mayormente en el Cuzco, si el inca estaba enfermo o algún cacique principal, como más largamente está hecha relación en la materia de las fiestas y sacrificios. 258
Otrosí, se ha de presuponer, en lo que toca a las contribuciones destos indios, que uno de los principales tributos a que estaban obligados era la ropa que daban para el inca y para su religión. 258
Porque dado caso que no daban tributo a otro ninguno, como es verdad, el inca distribuía gran número della, así entre la gente de guerra como entre sus deudos y parientes, y la ponían en sus depósitos. 258
Esta ropa era de muchas maneras conforme a la traza que se les daba en cada un año, porque del urcumbe tejida a dos haces se hacía en gran cantidad, y de la otra común de abasca, y otra de otra suerte para los sacrificios quel mismo inca hacía, en cada año, en todas las fiestas ordinarias quel hacía, en las cuales quemaba mucha cantidad. 258-259
Y para el Sol se hacía lo mismo, y tenía sus depósitos con que sus ministros hacían las mismas fiestas, celebraban sus pascuas al inca, y de ordinario los sacrificios a su parte. 259
Y toda esta ropa la hacían la comunidad de los pueblos, porque en todas partes tenían el inca y el Sol sus mayordomos, que no entendían en otra cosa sino en el recogimiento y guarda y poner en los depósitos lo que a cada uno cabía. 259
Para lo cual se tresquilaban los ganados del inca y del Sol en la cantidad necesaria, y había gran suma della en ls depósitos para labrarla conforme a lo que se les mandaba en cada una dellas provincias por sí, señaladamente conforme a lo que les cabía de lo que se mandaba hacer en todo el reino; y de los depósitos se llevaba al Cuzco por el mes de febrero con los demás tributos, de manera que siempre se hacía de suerte que los depósitos eran mayores. 259
Y de lo que llevaban para el inca también se proveían las casas donde estaban los señores incas, de que se mantenían el servicio que cada uno dellos tenía era mucho. 260
Asimismo, tenían mucha gente de servicio de todas las provincias en la ciudad del Cuzco para el inca y para su gente, el cual mudaban en cada un año; y uno particular y de no poca pesadumbre: que, como está dicho, todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el mismo cuerpo del señor que le había conquistado; y así, todos los cuerpos y los ídolos estaban en aquel galpón grande de la casa del Sol, y cada ídolo destos tenía su servicio y gastos y sus mujeres; y en la casa del Sol le iban a hacer reverencia los que venían de su provincia. 260-261
Para lo cual, y sacrificios que se hacían, proveían de su misma tierra ordinaria y muy abundantemente por la misma orden que lo hacían cuando estaba en la misma provincia, que daba gran autoridad a mi parecer y aún fuerza a estos incas. 261
Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca , el señor principal della, y le mató. 261
De la cual batalla resultaron aquellas guacas e ídolos tan venerados entre los incas, que llamamos pururaucas, como está hecha particular relación en el capítulo que trata dellos en su lugar. 261
Y para que se entienda, se puede poner ejemplo en los lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del inca y tener el paso, según ellos dicen, muy llano y asentado, y por esta razón todos los anderos del inca eran desta nación de los lucanas; porque los Chunvivilcas eran bailadores tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos chichas, muy labrada y aderezada, y hecho en ella gran suma de pinturas, y muy igual y en gran cantidad, para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del inca y de los demás cuerpos de sus antecesores, que todos los días quel inca salía a comer allí, que era muy ordinario, los sacaba aalí su gente, como está dicho donde se trató desta materia. 262
Otrosí, se ha de presuponer, y servirá de respuesta para lo que Su Majestad quiere saber por un capítulo de una instrucción que trajeron los Comisarios firmada de la Serenísima princesa de Portugal, que fue averiguar la cantidad que las provincias daban de tributo a inca. 263
Para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar por delante, y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado, porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estaban señaladas en cada provincia para el inca y para sus adoratorios, lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y destos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba; y de lo que tocaba al ganado, de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el inca y para sus adoratorios, y desto llevaban asimismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia; y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba y la demás se quedaba en los depósitos. 263
De manera que así desto como de todo lo demás de gente de guerra y mujeres y servicio, la voluntad del inca era la tasa y la distribución estaba a cargo de los indios, la cual se hacía igualmente; y lo mismo era cuando se determinaba que se sacase oro de algunas minas, o plata o edificios grandes. 263-264
Y así sacaron todo el oro y plata que tuvieron los incas y las casas y adoratorios de sus dioses, porque cada inca labraba de nuevo para sí y para su tesoro, y esto no lo heredaba el sucesor -como está dicho- sino todo quedaba con los cuerpos y para tesoro y hacienda suya. 264
Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda. En lo cual podré tratar de las guacas y adoratorios y de los ídolos. 264
Allende de lo cual, todas las veces que se descubría oro en algunas provincias, y aún según dicen, cuando fallecía el inca y sucedía otro nuevo, se mandaba juntar copia de gente de aquella comarca conforme a lo que se mandaba, cuya distribución estaba a cargo de los mismos indios. 265
Y éstos sacaban oro y acudían al Cuzco con ello los mayordomos del inca y allí se labraba. 265
En la distribución ninguno recibía agravio, y aunque el ganado todo de que daban tributo todo era del inca y de sus adoratorios, también se hacía la misma distribución, y ninguno acudía con más de aquello que le cabía conforme a la cantidad que estaba a su cargo, por sus tercias o cuartas o décimas, como estaba dividido. 265
De manera que habiéndolo tomado el inca para sí y para sus guacas, desde el principio, en todo el tiempo que le tributaron, no recibieron más agravios los unos que los otros, quedándoseles todo como se les quedó. 265
Tuvieron estos indios en tiempo del inca otro tributo que aunque parece fácil era de mucho trabajo por ser ordinario y continuo. 266
Y era que en todos los caminos reales de Quito hasta Chile, y más adelante, por la gobernación de Uenalcáçar hasta donde el inca conquistó y puso las fronteras, por la sierra y por los llanos y en muchas travesías, principalmente adonde había fronteras, tenían puesto chasquis cada uno por su tierra, que son unas casillas en cada topo -ques a nuestra media legua y media- que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una. 266
El oficio destos era llevar la palabra del inca desde el Cuzco a donde él quería enviarla, y traer la de los gobernadores, de manera que pudiese saber breve lo que él quería de toda la tierra. 266
Y hacíase desta forma: que si el inca quería mandar algo a algún gobernador se lo decía al primer chasqui; y luego a toda furia salía corriendo y, sin parar, andaba la legua y media; y antes que llegase al otro lado alzaba la voz y decía que se apercibiese, y empezaba a decir su embajada y a qué provincia iba dirigida. 266
Y algunas veces yo los he hecho poner, y no hay duda sino que entre día y noche debían de correr las cincuenta leguas que dicen, porque con no poner ahora aquella diligencia ni estar entablada la orden como en el tiempo del inca, porque siempre hacen faltas, acaece correr uno dos y tres chasquis, y he recibido las cartas a razón de treinta y cinco leguas entre día y noche. 267
También usaba el inca destos chasquis cuando se le antojaba alguna cosa que hubiese en otra provincia, como fruta o pescado fresco de la mar; venía, según afirman, con haber cien leguas muy frescos en dos días. 267
Otra contribución y tributo tuvieron éstos en tiempo del inca de gran trabajo, y era de dar gente de todo el reino para los edificios del Cuzco, que fueron muy pesados. 268
Y estas obras no solamente las tenían los incas en el Cuzco, pero aún en otras muchas partes más dificultosas y trabajosas por estar la piedra mucho más lejos. 269
Y quien hubiere visto la obra que los incas empezaron en Tiaguanaco, ques acá en el Collao, cerca de Chuquiaco, si considerare que en sesenta leguas de allí no se halla el venero de aquella piedra y la suntuosidad con que va trazada, entenderá fácilmente la poca dificultad que hallaban en hacer edificios aunque fuesen pesados. 269
Y para indios, la gente del Perú-a lo menos esto que sujetó el inca-no es mucha, y la tierra, aunque larga, tiene grandes despoblados y por todas partes es angosta. 269
Tuvieron estos naturales otro género de tributo, aunque no ordinario pero pesado y trabajoso, el cual nacía de sus imaginaciones y opiniones, todas enderezadas a dar a entender los incas la grandeza de aquella ciudad del Cuzco y el gran [blanco] que tenía el gran criador universal que se engrandeciese y ennobleciese, y que en ella hubiese grandes misterios y que así cualquiera cosa que proponían los viejos hechiceros que convenía o se les había dicho en sueños (porque estuvieron entre estos indios en gran crédito) luego se podía por obra, engañándose los unos a los otros por inducción del demonio, y de todo venía a resultar en trabajo de la gente menuda. 270
Y así, no solamente en el Cuzco pero en todo el reino, se tuvo gran veneración a esta plaza por esto y por las fiestas y sacrificios que en ella se hacían, de ordinario, por la salud de todo el reino, reservadas solamente a los incas, que por haberlo tratado en su lugar no se hace relación. 271-272
Lo mismo afirman que mandaba hacer el inca cuando alguna mujer a quien él quería mucho fallecía en el Cuzco, que se traía tierra de su naturaleza para el sepulcro. 272
También me satisface ser esto así porque declararon haber una sepultura en las casas del capitán Diego Maldonado, labrada de cantería debajo de tierra, adonde se enterró una mujer del inca natural de los yungas, la cual hallamos bien honda y labrada desde tres estados de cantería muy prima y en cuadra como doce pies, y afirmaron ellos ser aquella arena de la costa de la mar. 272
Porque en ello no se pone duda, ni menos que en Quito esté una casa que los incas mandaron hacer de piedra labrada de las canteras del Cuzco, que en caso que no fuese muy grande, según la distancia del camino lo sería el trabajo de llevarla, porque son quinientas leguas. 272
También fue gran subsidio el que tenían en todos los pueblos del reino con la orden que los incas tenían puesta para la veneración de los adoratorios y oficios que tenían estatuidos que hubiese (como está hecha relación en el capítulo que particularmente trata desto) en las guacas y adoratorios. 273
Así, desta manera, les enseña[ba] el inca esta división de lugares en todo lo que conquistó, echándoles grandísimo cargo del beneficio que recibían en darles noticia a cada uno en su tierra de lo que tenían y se podían aprovechar para sus necesidades. 274
Pero aún después que los cristianos entraron en la tierra fue este daño mucho mayor en los señores porque tomaban ellos y sus hijos la licencia más cumplida y copiosa que antes se les daba, porque cada uno era inca en su tierra, y los vivos que no quedaban en los señoríos con el amor de los padres, y con la pretensión que se hiciese lo mismo con ellos, alargábanse demasiadamente. 276
Y en los incas-quiero decir en los que fueron reyes, a los cuales llamaban estos Capa Ynga por sus memorias-siempre se fue multiplicando el daño como fueron señoreando más. 277
Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277
Y los indios que estaban obligados a esto, cada uno en su comarca han padecido gran molestia, porquel inca los manda[b]a acudir según la necesidad de aquel tiempo, y después eran pocos para sufrir tanto trabajo porque, sin comparación, fue mayor. 279
No era pequeña pesadumbre, aunque se hacía pocas veces, el servicio que éstos daban al inca cuando sucedía por señor en el reino. 280
Porque como está dicho, el servicio de su antecesor, ni en la ropa que en el discurso de su vida se hallaba en los depósitos del Cuzco ni en su vajilla de oro y plata -que era muy notable lo que se hacía para cada inca cuando sucedía en el reino- ni en otra cosa que él tuviese por propia, sino que todo esto y la gente de su servicio quedaba para el cuerpo, para el cual y para el servicio se le hacían chácaras. 280
Y tenían gran gasto, porque cadal día se sacaban los cuerpos todos de los incas a la plaza y allí se les hacía su fuego muy cubiertos y envueltos en mucha suma de mantas ricas, sobre cantidad de algodón; y estaban debajo sentados en sus sillas, y allí delante se les hacía su fuego, como al propio inca vivo, y su gente y mujeres con sus cántaros de agua [sic: açua], ques el vino de que ellos usan hecho maíz. 280-281
Este capitán se juntaba en la plaza junto a él, en nombre suyo, enviaba con sus mujeres sus vasos de chicha al inca vivo y al Sol y a los otros cuerpos, a manera de brindar, y ellos los bebían y los capitanes, los que enviaban a los difuntos en nombre de los cuerpos. 281
Porque los sacrificios, como está dicho en su lugar, eran allí ordinarios todos los días sin faltar ninguno, desde la mañana que se encendían los fuegos hasta medio día, así lo quel inca hacía en sus fuegos dirigidos al Sol como los que hacía el Sol al Viracocha Pachayachachi y otros muchos que hacían los cuerpos, y los que se hacían a las guacas. 281
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282
Y cada cosa destas, entrando en cualquier población, dan razón los incas viejos para el efecto que se mandaba, unos provechosos y otros para sus desatinos y desventuras; que cierto, aunque no dieran más tributo sino los edificios que en cada provincia hay, a los cuales sola la gente della acudía, era bastante para no holgar en todo el año. 282
Aunque los que hubieran tratado desto lo uno y lo otro entenderán fácilmente, porque los mismos edificios los muestran bien, y cantidad de depósitos y fortalezas en todas las fronteras de Quito hasta Chile, y las grandes guerras y largas que tuvieron los incas con la gente que le quedó por meter debajo de su dominio cuando los españoles entraron en la tierra, que después acá se ha hecho bien poco en su reducción. 282
Y lo demás de los depósitos se sacaba como cabía a cada provincia, pero nunca fue tributo tasado sino a la voluntad del inca como se proveía en cada un año, y siempre quedaba en los depósitos gran número de todo sobrado. 284
El tocado de los indios es todo diferente porque en ninguna provincia se usa lo que en otra y, aunque a lo menos los principales están obligados a saber la lengua general, pero cada provincia tiene la suya. Algunos dicen que usar los unos del traje de los otros era prohibición del inca -y créolo porque llevaba camino- aunque sin esto es su natural inclinación. 285
Y en ello no se puede negar que hubo grandes exorbitarias, todas las cuales procedieron de no entender su orden; porque entendida, aunque les pidieran doblado tributo, fuera menos el daño, porque aunque ellos daban lo que se les pedía del mismo ganado que tenían diputado para los tributos del inca y del Sol, pero tomábaselo muchas veces por su autoridad y llevábanles las hembras, que ellos no tenían costumbre de matar; distiniendo, ausentábanlo de las provincias y pastos donde lo tenían. Así perdieron gran suma dello y algunos vinieron a quedar pobres, porque ésta es su principal hacienda donde lo hay. 289
Y aún los pescadores decían que en tiempo de los incas nunca los huros entraron en contribución para ningún género de tributos, sino que era servicio de los gobernadores y caciques, y que ayudaban a hacer ropa y tejían esteras y que daban pescado, y que nunca fueron tenidos por hombres ni se llamaban tal nombre. 310
Finalmente, les acuden con lo necesario, allende desto, del ganado de la comunidad y de lo que de antes tenían por del Sol y del inca y de las guacas y adoratorios, a cuya guarda y servicio acuden los indios; y aún sin esto hay ovejeros antiguos y son reservados de tasa y no se pueden visitar libremente. Se sirven dellos los caciques, donde lo hay, y alquilan lo que les parece, y aún deben vender algo. 319
Y para abreviar, los caciques han sucedido en lugar del inca, con quien, como está dicho, no tuvieron cosa tasada, sino que hacen y dan lo que se les manda. 319
Y si pueden salir con ello vuelven muy contentos a sus casas, a lo más de lo cual siempre ellos acudieron en tiempo del inca, como está dicho. 320
Y es cierto que debe ser desde que entraron debajo de la sujeción del inca que se la puso como está tratado en el principio deste cuaderno y en otras partes. 320-321
Y todos los demás que después que Su Majestad tiene estos reinos hemos procurado descubrir y conquistar, que creo que son más de quince jornadas las que se han hecho por esta tierra, no sabemos que haya un cristiano ni se pueda doctrinar, sino sólo estos que estaban en esta orden debajo de la sujección del inca. 321
Y tratándose de la averiguación si lo cumplen y llevando el castigo poco a poco se podrá remediar con el tiempo para que se venga a poner en lo que es razón; y luego entender si podrá ayudarse destos incas del Cuzco -que son prudentes- para que tengan cargo por provincias, porque de otra manera todo se ha de hacer con mucha dificultad y a fuerza de brazos. 325
Después desto, averiguado el ganado de la comunidad, que se ha de entender todo aquello que estos tuvieron por del inca y del Sol y por propio del pueblo y de las guacas, dejándolo así como está junto y poniéndole el recaudo que hasta aquí se le ha puesto; también de común ordenar como resulte el provecho del común y se haga libro y se tenga cuenta para que se pueda tomar cada vez que la justicia visitare. 325

Jauja / Xauxa


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Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente de castigo de Gonçalo Piçarro por el valle de Jauja, estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil hanegas junto al camino, y allí comió la gente y se entendió que, si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle, en aquellos depósitos, conforme a la orden antigua, porque a mi cargo estuvo repartirlas y hacer la cuenta para pagarlas, y ningún indio acudió con su hacienda con solo una. 244
Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277
El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279

Las Charcas


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Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Asimismo, mandó hacer la del río de Ariquipa y las desta provincia de Las Charcas en Chachimayo [sic:Cachimayo] y Pilcomayo, negocio muy importante, y otras dejó trazadas y mandadas hacer sino que con su muerte cesaron hasta hoy. 279
Porque yo hice visita -antes de la tasa- a todas las provincias de las Charcacas [sic:Las Charcas ], donde al tiempo de la visita mel hallé por coregidor, por las instrucciones quel señor Arzobispo y el señor presidente Gasca enviaron, con parecer de prelados y de otras personas antiguas en la tierra. 291
Y por esta orden pudiera hacer relación de todos los demás repartimientos desta provincia de Las Charcas de que yo tengo más noticia -todo sin el servicio y ocupaciones, que eran conforme a la voluntad de los encomenderos; que si algunos ahora dan algo de aquello se les paga y en ello se viene a descontar buena parte de la tasa. 292
Para en prueba de lo cual bastará el ejemplo de tres o cuatro repartimientos que ahora en este año y en los pasados han pleiteado en esta real audiencia de Las Charcas , uno de los cuales fue la provincia de Achacache, ques en el Collao, el cual pretendió lo siguiente. 296
Sólo una cosa quiero yo preguntar a los que tratan lo contrario antes que pasaran adelante: si cien indios pagando la tasa de plata de dos mil, como está dicho y es así averiguado, o dejándolos de asiento o trocándolos como quiera que sea, y esta plata no hay donde haberla de sacar sino por esta provincia de Las Charcas , a lo que se alcanza, si dos mil indios hubiesen de dar dos mil marcos de plata, que sería menester más de cuatro mil para ensayarlos y para comer y vestir en tanto que los buscan; si hubiesen de venir todos a ganar cada uno su parte, unos ciento cincuenta leguas y otros ciento treinta y otros más como hay la distancia, y habiendo de residir dos y tres años, poco hace más al caso que estén cerca o lejos como lo hacen si, acabados de buscar los dos marcos o cuatro que les caben, si se volverá a su tierra para tornar de allí a cuatro meses otras tantas leguas a buscar otros tantos, o si habían todos de dejar sus hijos y mujeres o traerlos, que tan determinadamente, sin ahondar el negocio, se atreven a hablar en cosa tan pesada. 301-302
Y también, como ya estas provincias de Las Charcas están tan pobladas de españoles, adonde quiera hallan quien les dé tierra para sembrar porque les ayuden, y aún otros regalos mediante los cuales se les quedan allí, y aún los casan con indias a quien han faltado los maridos, que para ellos poco les embaraza haber dejado mujeres en sus tierras. 305
Y el señor obispo de las Charcas, dudando él si aquello fuese tan universal, cuando vinimos juntos al negocio de la perpetuidad por mandado de Su Majestad, se lo mostré en Pocona, y los mismos indios le pintaron allí la misma carta; y en esto no hay duda, porque se hallará como digo sin falta y, por ser negocio general, se ha de tener en más haberse descubierto. 228
Lo mismo es en los acarretos que se mandan dar por la tasa en esta provincia de las Charcas, donde había ganados y mitimaes. 237

Lima


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Y así otras veces he visto llegar cartas desde Lima al Cuzco en cuatro días, que son ciento veinte leguas, casi todo camino áspero y muy trabajoso de andar; y por el Collao, ques tierra llana, los he visto correr a esta misma cuenta. 267
Y y dado caso que sus ministros lo hacían, pero como quien entendió casi en todo ello desde el principio, puedo yo decir la diligencia que el Marqués en ello ponía, y con cuanta curiosidad las trazaba y concertaba con los oficiales desde Lima hasta enviar las herramientas y dar orden como costasen poco. 279
La cuenta y orden del gasto bien satisfecho estoy yo que no se toma, y si proponen que se vaya a pedir baja de la tasa no les duele cualquier derrama, y aunque no salgan sino con quitar della diez gallinas tienen por muy bien gastados mil pesos, aunque se mueran otros tanto indios en ir a Lima a negociarlo. 319

lipes


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Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292

llartaruna


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Y aún de aquí sucede un yerro de mucha importancia y de donde resultan muchos pleitos, porque a estos forasteros llámanlos llartaruna, que quiere decir 'hombre de nuestra tierra'; y acaece hacerse una visita a un pueblo destos y asentarlos en ella por naturales sin entender las que ellos tienen entre sí, y después no los dejan volver ni pagar su tasa adonde fueron visitados, sobre lo cual hay mil pleitos excusados. 305

lucanas


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Y para que se entienda, se puede poner ejemplo en los lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del inca y tener el paso, según ellos dicen, muy llano y asentado, y por esta razón todos los anderos del inca eran desta nación de los lucanas; porque los Chunvivilcas eran bailadores tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos chichas, muy labrada y aderezada, y hecho en ella gran suma de pinturas, y muy igual y en gran cantidad, para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del inca y de los demás cuerpos de sus antecesores, que todos los días quel inca salía a comer allí, que era muy ordinario, los sacaba aalí su gente, como está dicho donde se trató desta materia. 262
Y con esto se entenderá cuán mal afirman algunos que los lucanas y Chunvivilcas y chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado y todo lo demás traído de las dichas provincias; y es muy notorio negocio entre estos naturales. 262-263
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

Macas


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Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos deLas Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262

Macha


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Cuando el presidente Gasca encomendó estos indios de Macha al general Pedro de Ynojosa, que antes fueron Gonçalo Pizarro, y más la parcialidad de Chaqui que se encomendó a otro, les llevaba en plata quinientos marcos cada semana, que eran dos mil pesos corrientes, y se quejaron en la ciudad de Los Reyes al mismo presidente no embargante que los pagaban sin hacer falta. 295
Y porque viene a propósito lo que otras veces yo he referido, que habiéndose quitado tanto a los indios Charcas de Macha que fueron de Hinojosa, y conocida su posibilidad, por mandado del marqués de Cañete les quise yo persuadir a que añadiesen en la tasa solos mil pesos más para que la tasa fuese veinte mil, porque eran diecinueve; y nunca se pudo acabar con ellos, y queriéndolo hacer con alguna violencia, entendí que se empezaban a desbaratar y pedir visitas, y tuve por mejor dejarlos, y al visorrey le preció así ya que el yerro estaba hecho, y así se están hasta ahora. 317

maíz / maíces


Cita Número de página
Los cuales, para dividir estos once mil pesos, se juntan de todos como treinta indios principales y quipocamayos, que son sus contadores o marcacamayos, y puesto caso que dan sus voces con sus piedras y machices [sic: maíces] y frijoles puestos en el suelo con que hacen sus cuentas por la orden acostumbrada, finalmente en menos de tres horas supo delante de mí cada parcialidad lo que le cabía. 310
Y aún de la misma comida que los de tierra caliente cogen les falta más de ordinario [a los de tierra caliente] que a estos otros, porque se la rescatan casi toda al tiempo de la cosecha con el ganado y rescates de lana y cosas que della llevan hecha, y con esto cargan de maíz y ají y otras legumbres; lo cual llevan a su tierra con poco trabajo, aunque sea lejos, y gástanlo con orden. 233
Pero, aunque estuviese ausente diez años, ni más tiempo, no perdía su derecho cuando venía para tornar a sembrar al tiempo si quisiese. Y aunque fuese tanto o que no cupiesen en mazorca de maíz, esta regla se guardaba y guarda el día de hoy, en aquel distrito del Cuzco, y mayormente allí, en la comarca, adonde hay más tierras desta condición y poseídas en esta manera. 242
Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente de castigo de Gonçalo Piçarro por el valle de Jauja, estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil hanegas junto al camino, y allí comió la gente y se entendió que, si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle, en aquellos depósitos, conforme a la orden antigua, porque a mi cargo estuvo repartirlas y hacer la cuenta para pagarlas, y ningún indio acudió con su hacienda con solo una. 244
Y cuando se tasaron, en la manifestación que todos hicieron en las visitas, ninguno manifestó sino sus propias tierras, y a éstas se tuvo consideración en la tasa en lo que toca a comida de trigo y maíz. 246
Todo esto se entiende si aquellas tierras que venían a sembrar no fueran diputadas al principio para comida de aquellos que las sembraban; lo cual se entenderá, claro, conforme a la costumbre destos, si faltaran probanzas, cuando su tierra era tan estéril y no se daba comida a lo menos de aquello que venían a sembrar, como en todo el Collao que ni cogen ni pueden coger maíz, porque en tal caso recibieron agravio los que las sembraban en quitárselas. 247
Y por esta misma orden -por abreviar-se llevaba toda la comida, así de maíz, chuño y ají, y todas las demás cosas dde bastimento que se cogían en todo el reino, que se sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas para ello. 260
Otros muchos varones y hembras tienen cargo de las guacas fijas de que está hecha particular relación en la carta general del Cuzco, ques común en todo el reino, y contiene todos los lugares que se diferencian de los otros en algo, alrededor del pueblo hasta las cumbres si es tierra áspera, que llaman éstos apachetas, como algunas piedras grandes y todos los puquios y nacimientos de agua o algunos llanos que hacen en alguna cuesta, o algunos árboles señalados, o las partes donde siembran el maíz para los sacrificios. 274
Y tenían gran gasto, porque cadal día se sacaban los cuerpos todos de los incas a la plaza y allí se les hacía su fuego muy cubiertos y envueltos en mucha suma de mantas ricas, sobre cantidad de algodón; y estaban debajo sentados en sus sillas, y allí delante se les hacía su fuego, como al propio inca vivo, y su gente y mujeres con sus cántaros de agua [sic: açua], ques el vino de que ellos usan hecho maíz. 280-281
La cual no se pone aquí ni hace memoria della sino solamente porque se entienda que, en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos dél, sin diferencia ni porfía ni pleito; y cada provincia, cuánto cabía a las parcialidades, empezando la cuenta por las cabeceras, y luego se iban distribuyendo por menudo, de manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 288
Y por la misma orden se hacía la distribución en cada uno, que si le cabía en la distribución general mil fanegas de maíz, luego se dividía por las provincias de aquel uno [sic: hunu], y entendía cada uno lo que había de sacar de sus depósitos. 288
Y para que esto se crea fácilmente se podrá persuadir a quien supiere que los indios Charcas, que fueron del general Hinojosa, daban a su encomendero quinientos marcos de plata cada sábado y todo el maíz que se podía vender en una tienda en Potosí, que era gran cantidad porque valía cada fanega en aquella sazón veinte pesos, y ropa y ganado y otras cosas. 292
Lo otro es menester que se presuponga, para entender el intento, una cosa clara: que la principal gente que anda en las minas y en los tratos y granjerías de ellas son de tierras tan estéril que, allende de no cogerse en toda ella mas de papas, y aún en muchas dellas no se dan, que de cinco años los tres por la mayor parte son aviesos, y aunque siempre tienen necesidad de salir de sus tierras con sus ganados a buscar comida de maíz por sus rescates a la tierra caliente, que la más cercana les cae más de sesenta leguas, digo para traer cantidad porque han de trabajar a [sic: a bajar ] la costa o a los valles de Cochabanba por estotra parte. 304
De suerte que un año destos, que son muy ordinarios, sale de su tierra la mayor parte de la gente, unos con carneros de la comunidad y de viudas y menores y encomiendas que por sus ayllos y parcialidades tienen su cuenta, y en el mismo ganado llevan sus rescates de lana y costales y carneros, y lo principal es carneros nuevos de dos años, con que cargan maíz y vuelven a sus tierras de que se sustentan todo el año. 304
Esto es aunque los años sean fértiles, porques ordinario; pero si son faltos de aguas, la más parte de la gente sale a sus aventuras y se están en los valles cuatro y cinco meses a sólo comer por su trabajo, y se contentan con volver mantenidos y con un par de cargas de maíz en sus carneros que cada uno lleva, de manera que así quedan en estos años los pueblos despoblados. 304
Porque aún dividido no duraría un año en su poder, porque si fuese ganado no lo podrían guardar, y si chácara de coca la dejan perder, y las demás de maíz, y otras cosas que ellos tienen ni las sembrarían ni se podrían dividir. 307
De manera que entendido que entre ellos hay orden y cuenta y razón tan delicada que sobre un chuco de maíz o sobre dos libras de lana los vemos diferir cuando hacen sus repartimientos, ques cosa maravillosa la diligencia que ponen, aunque no se lleve más de lo que cabe, tengo por gran atrevimiento tratar de mudanza de una orden tan general entre gente nueva. 309
Pero, considerado que un año estéril -y aún el que no lo es- en las tierras frías que no se coge maíz y otras legumbres necesarias para su mantenimiento, que es en la mayor parte y más rica de la tierra, tienen necesidad con sus ganados irlo a buscar tan lejos como está dicho, así de comunidad como cada uno en particular, yo entiendo que cuan cumplido con todo esto no hace poco por mucha que sea la gente, y así verán, por la mayor parte de ordinario, muy pocos indios por los pueblos. 323

mamaconas


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Las cuales ponía en esta casa en compañía de ciertas mamaconas y mujeres viejas que allí criadas desde niñas para efecto de enseñar a estas muchachas y de doctrinarlas en todo lo necesario, como hilar y tejer, y hacer las chicha y vinos que de ellos usaban. 256

mamanchic


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Porque ninguna cosa les era de tanta importancia a estos indios como las mujeres, las cuales después de la primera que el pueblo daba a cada uno por obligación, con la cual contraía matrimonio, que llamaban mujer legítima o mamanchic, no podía ninguno poseer otra sino por merced del inca o por herencia de los padres o hermanos, como está dicho en otras partes. 257

mandón / mandones


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El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288

Mango Ynga


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Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277

marcacamayos


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Los cuales, para dividir estos once mil pesos, se juntan de todos como treinta indios principales y quipocamayos, que son sus contadores o marcacamayos, y puesto caso que dan sus voces con sus piedras y machices [sic: maíces] y frijoles puestos en el suelo con que hacen sus cuentas por la orden acostumbrada, finalmente en menos de tres horas supo delante de mí cada parcialidad lo que le cabía. 310

Maule


Cita Número de página
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos deLas Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras; y donde los chichas que están en esta provincia, así todos los diaguitas y todo lo de Chili, desde Coquinbo hasta el río de Maule, todos daban oro, trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba, ya acudiendo con lo que resultaba de su trabajo, poco o mucho, sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 265

mayordomos


Cita Número de página
Y éstos sacaban oro y acudían al Cuzco con ello los mayordomos del inca y allí se labraba. 265
Y toda esta ropa la hacían la comunidad de los pueblos, porque en todas partes tenían el inca y el Sol sus mayordomos, que no entendían en otra cosa sino en el recogimiento y guarda y poner en los depósitos lo que a cada uno cabía. 259

Maule


Cita Número de página
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos deLas Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras; y donde los chichas que están en esta provincia, así todos los diaguitas y todo lo de Chili, desde Coquinbo hasta el río de Maule, todos daban oro, trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba, ya acudiendo con lo que resultaba de su trabajo, poco o mucho, sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 265

México


Cita Número de página
Para lo cual no se ha de tomar argumento de lo que se hace en México, porque allende de ser diferente la gente y la tierra desde el principio tuvo orden, y en ésta se empieza a poner ahora, y aunque un indio se vaya a otra parte, no por eso dejan de cobrar dél el tributo, con tener más indios un repartimiento que acá toda la tierra. 251-252
Y como todos ven que en estas provincias tienen un repartimiento con mil vecinos cincuenta leguas de tierra, y en México en una legua hay cincuenta mil vecinos en algunas partes, así que no hay proporción para que las costumbres y ordenanzas de una parte se puedan cuadrar ni apropiar para otra. 252
Pues a[l] cabo de un año que había tratado las cosas de esta tierra, aunque con enfermedades, con haber puesto la orden en México en tan largo discurso de tiempo, decía que primero que mudase ni ordenase cosa ninguna en este reino había de hacer tres cosas: la primera ver la tierra, la segunda conocer la capacidad de los indios, la tercera saber sus costumbres y fueros y manera de vivir y tributar antiguamente. 252
Lo mismo se ha de entender que es en todas las partes respectivamente, y hasta tanto que nosotros entendamos más esta gente y dellos mismos conozcamos que se puede sacar quien ayude a la justicia, como don Antonio de Mendoça dice hizo en México -y aún a cabo de tantos años que trató el negocio amostraré yo cartas suyas en que me escribió que no lo dejaba aún del todo asentado. 308

mitimaes


Cita Número de página
Pero entiendo que si los indios de un repartimiento son mil y tienen quinientos mitimaes (los cuales en ninguna parte poseen ganado), que si el tributo son quinientas cabezas les manden buscar la mitad, como lo hacen, es imposible cumplir aunque todos juntos no entiendan en otra cosa todo el año. 236
Y no habiendo mitimaes ni ganado de comunidad, o esto no es suficiente para el tributo que se les echa, considerar que esta república es de pobres y ricos y quel tributo de ganados e destribute de los que lo crían y no en más, pues ha de ser proporcionado conforme a lo que hay de crianza, sin considerar si un indio pobre adquiere un carnero, ques todo su hato, al cual es grande inhumanidad que los otros se lo tomen para el tributo como lo hacen. Y esto, aunque en pocas partes fuera desta provincia se puede explicar, es de mucha importancia y es justo que se advierta en ella. 236
Lo mismo es en los acarretos que se mandan dar por la tasa en esta provincia de Las Charcas , donde había ganados y mitimaes. 237
Pero en la distribución reciben notable daño y agravio a los mitimaes, porque como se tasaron así, juntos reparten ellos la mitad destos acarretos a los mitimaes, teniendo respecto a las personas. 237
Y procuré sobre esta materia ponerlos en razón, unas veces como persona pública y otras como privada; y aunque lo entienden así, es cosa maravillosa ver cuán cuesta arriba se les hace, porque en caso quel mismo encomendero quiera deshacer el yerro de la tasa y perdonar lo que cabe a los mitimaes, los naturales tornan a echar parte de lo que resta y, en fin, lo traen porque son muy señores dellos. 237
Y aunque estaba en tierra ajena eran sujetos a sus caciques y no a los señores de la tierra donde residían, que es otro género de gente muy notoria que los que llamaban mitimaes, porque éstos salían de la sujeción de los caciques y de su naturaleza. 246
Cuanto más que, entendida la [orden] de los mitimaes quel inca puso de unos repartimientos en otros, y que las encomiendas se hicieron como se hallaron, que entienden los caciques que les queda facultad a los indios para volverse dondel inca los sacó, que muchas encomiendas quedarían inútiles y mucha tierra despoblada, y toda la buena orden perecería sin ningún remedio. 251
Y aún esto también es razón de diferencia, porque hay en estas partes vecino que tiene de encomienda cincuenta indios mitimaes, o sacados antiguamente de alguna provincia, y si el cacique se los lleva queda la encomienda inútil y la tierra donde estaba despoblada. 252
Del cual servicio ninguno se reservaba, porque con todo el reino se hacía el repartimiento de lo que era menester por provincias; y en muchas provincias estaba la gente de asiento como mitimaes de todas naciones, como en Pocona y en otras partes que se quedaron y encomendaron así como los hallamos. 262
Que, como está dicho, el repartimiento y las provincias y el reino estaba dividido por cuotas partes, de manera que si a una provincia le cabían diez, luego sabía cada parcialidad si era sétima o quinta o décima parte con lo que había de acudir; y la misma orden guardan hoy en la división del tributo de un repartimiento, sin tener consideración si algunas de las parcialidades ha venido en disminución, o por pestilencia que dio más en unas partes que en otras, o porque la gente que ha ido a entradas o descubrimientos ha llevado más gente de aquella parcialidad, que acaece caberles más en comarca, o que por ser mitimaes se ha disipado y sacádolos de su tierra españoles, porque éstos salen de mejor voluntad a servir. 290
Y con esto es casi ordinario tomarles fuera de sus pueblos el tiempo de sembrar, y en tal caso quédanse adonde se hallan, mayormente con gente de su tierra que están puestos por mitimaes casi en todas las provincias, y acostumbran pagarles algo de lo que cogen por el terrazgo y después se vuelven; y aún algunos se quedan y desde allí acuden a sus caciques con la tasa. 305
Y si en un repartimiento hay naturales y mitimaes y quisiese que pagasen por personas tanto los unos como los otros, tengo por cierto que cuando viese el daño no sería parte para poner el remedio. 307

mojos


Cita Número de página
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

moyas


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Y de aquí resultan tantos pleitos y diferencias, porque algunos pueblos salían a sembrar, por los dichos efectos, en comarcas de los otros, por diferentes respectos y por haber muchos indios o pocas tierras; y lo mismo es en los pastos y cazaderos, que todo estaba distinto y amojonado y se tenían por moyas del inca. 244
Y asimismo como estaba dividido el término y pasto en una provincia en la forma dicha, también estaban divididos los términos entre una provincia y otra, y esto es lo que se llamaba y llama el día de hoy 'moyas del inca y moyas del Sol'. 253
Lo mismo hizo en lo que toca a los montes en las partes y lugares donde fueron de alguna importancia, y porque donde es la tierra montaña o hay cantidad de madera no hicieron caso dellos, pero en toda la tierra rasa y falta de leña aplicaron los montes para sí y los llamaron 'moyas del inca'. 254

nudos


Cita Número de página
Y la distribución se hacía desta manera: que después de entendido lo que cabía a una provincia de la ropa que se les mandaba hacer, considerada la gente que era menester para tejerla, se repartía ésta por los cuellos [sic: ayllos] o parcialidades, y con ésta acudía; y dábanles la lana necesaria para la cantidad de los mismos depósitos y así juntos la labraban y se guardaba, teniéndose siempre cuenta que este trabajo fuese igual desta manera: que si [a] una parcialidad le cabía este año diez indios para tejer ropa, que otro año cabía a otros, y aquéllos no tornaban a trabajar en aquel género de negocio hasta que pasaba por todos. En lo cual se tenía tanta cuenta que, después de vista y entendida por sus nudos, ninguno dudara, sino que la distribución era igual y que ninguno era agraviado. 284
Y según esta orden, si todos estuviesen juntos en media hora sabrían la distribución, cómo se había de hacer y cuánto cabía, sin altercarles más de sacar sus hilos con sus nudos, que era registro común de las partes y su libro. 288-289

Omasuyo


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

ovejas


Cita Número de página
Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292
Y en lo primero pierde a quien se encomendaron sus méritos y gratificación, y [en] lo segundo, queda la proporción y población deshecha, que aún sin estas permisiones es este reino muy despoblado y la más tierra dél sería de trabajosa habitación si no fuese por los ganados que conserva la gente que vive en tierra estéril, y con ellos son abundosamente proveídos de todo lo que nace en la fértil. Por esta razón se ha de tener gran consideración a la conservación de estas ovejas de la tierra. 252

Pacaritanbo / Pacaytambo


Cita Número de página
Y lo primero que estos incas propusieron, aunque no fue éste el título que acabaron y el que les hizo señores, fue una imaginación que se les asentó o que ellos fingieron a los principios: que después del diluvio habían salido de una cueva que ellos llaman Pacaritanbo -cinco leguas del Cuzco, donde está labrada antiquísimamente una ventana de cantería arrimada a un cerro que fue antiguo adoratorio suyo- siete personas hombres y mujeres de los cuales se había multiplicado todo el mundo (...) De lo cual resultaron en todas las provincias, en cada una, / su adoratorio de la misma dedicación. 224
Defendiéndose y no negando el diluvio, dijeron que por esta razón no se les debía, porque después de la predicación universal en cada provincia había habido gente nueva donde se tornó a multiplicar lo que se había perdido, y sus viejos hechiceros les señalaron de dónde y cómo los incas veneraban la cueva de Pacaritanbo. 225
Inquiriendo la razón de haberla traído, dicen haber sido por reverencia del Tizeberacocha, a quien ellos dirigen principalmente sus sacrificios, y le envían las cenizas dellos por aquellos dos ríos que salen del Cuzco en cada un año, con aquella solemnidad de los bacos [sic: taquis] y cantares de que se hizo relación en la fiesta del ayme [sic: rayme]. Iban con ellas [las cenizas] a la cueva de Pacaytambo, que es donde ellos tienen por opinión que salieron aquellos siete hombres y mujeres después del diluvio de que se tornó a multiplicar todo el mundo. 271

Pachacuti Ynga Yupangui / Pachacute Ynga Yupangui / Pachacuti Ynga / Pachacuti Ynga Yupangui Ynga


Cita Número de página
Y aunque Andaguaylas está treinta leguas del Cuzco, ques en la provincia de los changas, no la sujetaron ni pusieron debajo de su dominio hasta el tiempo de Pachacuti Ynga Yupangui, que fue el que los desbarató. 222
También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío, que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223
Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacute Ynga Yupangui que, como está hecha relación más copiosa en los capítulos [que tratan de] las opiniones y guacas que dellas resultaron, habiendo sido desbaratado su padre deste inca por los changas y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. 225
Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca, el señor principal della, y le mató. 261

Pachamama


Cita Número de página
El cuarto presupuesto [es] que allí adonde pobló los pueblos en todo el reino, en cada uno dividió las tierras en esta forma: una parte dellas aplicó para la religión, dividiéndola entre Sol y el Pachayachachi y el Trueno -quellos llaman Chucuylla-/ y la Pachamama y los muertos y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar desto en particular, porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que, aunque no tuviera otra cosa en qué entender, no estuviera muy desocupado. 227
Y primero que todas se daban al Pachayachachi -aunque nunca pude allí averiguar dónde fuese su casa, algunos afirman que fuese dentro de la del Sol-; también se daban a la Pachamama, que ellos llaman a la tierra, y a otras cosas de su religión; y luego se apartaban otras para los sacrificios que se hacían en el discurso del año, que eran muchos, en los cuales se mataban destas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen vírgenes; sin otros muchos sacrificios que se hacían, como por la salud del inca si caía enfermo, o si fallecía para enviarle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclipse del Sol o de la Luna, o si temblaba la tierra en aquella fiesta principal que aquellos llamaban Tytri que por esta razón se hacía, o por la pestilencia, o por otras muchas ocasiones quel demonio, por sus viejos y hechiceros les decía tener necesidad de estos sacrificios. 257
Item, asimismo llevaban el ganadoque se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinida de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259
Porque entender otra cosa, había gran número de gente en cada uno en su oficio particular que no entendía en otra cosa, así de personas señaladas que mostrasen e hiciesen veneración al Chucuylla para que no helase ni granizase, y otros que la hiciesen al Pachamama para que fructificase la tierra al tiempo que se sembraba, y otros para que tuviesen cuenta ordinaria con la veneración y sacrificio de los muertos, y hacerles su vino y llevárselo a derramar en tiempos, y otros que tuviesen cuidado de echar las suertes acrellas, así las llaman, para pronosticar el suceso de los que salían del pueblo adonde se habían de detener algún tiempo. 273

Pachayachache / Pachayachachi / Viracocha Pachayachachi


Cita Número de página
Y antes que saliese del Cuzco le dijo a su madre haber soñado que la razón de la victoria de los changas había sido que se hacía en el Cuzco más veneración al Sol que al Pachayachache, que era criador universal, y que prometiese que de ahí [en] adelante se harían más sacrificios y más ordinarios a aquellas estatuas, y que fuese luego contra los changas y quél le daría victoria y le enviaría del cielo gente que le ayudase. 225
El cuarto presupuesto [es] que allí adonde pobló los pueblos en todo el reino, en cada uno dividió las tierras en esta forma: una parte dellas aplicó para la religión, dividiéndola entre Sol y el Pachayachachi y el Trueno -quellos llaman Chucuylla-/ y la Pachamama y los muertos y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar desto en particular, porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que, aunque no tuviera otra cosa en qué entender, no estuviera muy desocupado. 227
Y primero que todas se daban al Pachayachachi -aunque nunca pude allí averiguar dónde fuese su casa, algunos afirman que fuese dentro de la del Sol-; también se daban a la Pachamama, que ellos llaman a la tierra, y a otras cosas de su religión; y luego se apartaban otras para los sacrificios que se hacían en el discurso del año, que eran muchos, en los cuales se mataban destas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen vírgenes; sin otros muchos sacrificios que se hacían, como por la salud del inca si caía enfermo, o si fallecía para enviarle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclipse del Sol o de la Luna, o si temblaba la tierra en aquella fiesta principal que aquellos llamaban Tytri que por esta razón se hacía, o por la pestilencia, o por otras muchas ocasiones quel demonio, por sus viejos y hechiceros les decía tener necesidad de estos sacrificios. 257
Item, asimismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros porque, como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna; y así, en lo que toca al ganado, tenían la misma orden con su religión, porque, como está dicho, el Pachayachachi que ellos tenían por criador universal y el Sol y el Trueno, que llamaron ellos [sic: chuquilla] y la Pachamama y otra infinida de adoratorios que tenían, los más tenían su ganado aparte y se tenía cuenta y razón con la lana que dello procedía, y se mandaba labrar y llevar en cada un año. 259
Porque al que ellos tienen por criador universal llámanle de muchas maneras: por un nombre Pachayachachi, que es nombre general y quiere decir creador y cuando tratan de la mar llámanle Tiziviracocha, y otros nombres que de todo dan su origen y cuentan mil desatinos. 271
Porque los sacrificios, como está dicho en su lugar, eran allí ordinarios todos los días sin faltar ninguno, desde la mañana que se encendían los fuegos hasta medio día, así lo quel inca hacía en sus fuegos dirigidos al Sol como los que hacía el Sol al Viracocha Pachayachachi y otros muchos que hacían los cuerpos, y los que se hacían a las guacas. 281

papas


Cita Número de página
Toda la cual tierra, si bien la han considerado los que la han visto, si no fuese por el ganado, la podrían juzgar por inhabitable. Porque aunque [en] alguna della se cogen papas y quinoa, es cosa ordinaria ser las tierras estériles, y aún la poca sustancia de la tierra se conoce bien en que no se puede coger fruto en ninguna parte, en siete años, o en seis por lo menos, después que una vez siembra. 232-233
Entendidos sus fueros, también se entenderá un yerro que se hizo en la tasa, por no entenderse esto de raíz, mayormente en todo el Collao, de que han recibido los indios gran molestia, y es de mandarles dar cantidad de comida teniendo consideración a las tierras que tienen para sembrarla de lo que en ellas se da, que son papas o chuño que se hace dellas, porque lo demás que se coge en las tierras frías es de poca sustancia. 239
El cuarto, que se puede creer piadosamente que no será igual el repartimiento, ni en semejantes años el cacique ni los principales contribuirán conforme a lo que cada uno cogió; antes acaece coger una vieja dos hanegas de papas y llevárselas sin dejarla cosa que coma aquel año, y el viejo y el enferno. 239
Lo otro es menester que se presuponga, para entender el intento, una cosa clara: que la principal gente que anda en las minas y en los tratos y granjerías de ellas son de tierras tan estéril que, allende de no cogerse en toda ella mas de papas, y aún en muchas dellas no se dan, que de cinco años los tres por la mayor parte son aviesos, y aunque siempre tienen necesidad de salir de sus tierras con sus ganados a buscar comida de maíz por sus rescates a la tierra caliente, que la más cercana les cae más de sesenta leguas, digo para traer cantidad porque han de trabajar a [sic: a bajar ] la costa o a los valles de Cochabanba por estotra parte. 304

parcialidades / parcialidad


Cita Número de página
La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
Que, como está dicho, el repartimiento y las provincias y el reino estaba dividido por cuotas partes, de manera que si a una provincia le cabían diez, luego sabía cada parcialidad si era sétima o quinta o décima parte con lo que había de acudir; y la misma orden guardan hoy en la división del tributo de un repartimiento, sin tener consideración si algunas de las parcialidades ha venido en disminución, o por pestilencia que dio más en unas partes que en otras, o porque la gente que ha ido a entradas o descubrimientos ha llevado más gente de aquella parcialidad, que acaece caberles más en comarca, o que por ser mitimaes se ha disipado y sacádolos de su tierra españoles, porque éstos salen de mejor voluntad a servir. 290
Hecha esta tasa y avisados los indios que la habían de pagar, aunque con dificultad se les podía hacer creer que no se les pediría otra cosa de lo en ella contenido, hicieron la distribución della por sus ayllos y parcialidades, como cosa que había de ser perpetua, asentáronla con fundamento y empezáronla a pagar con poca pesadumbre. 291
Cuando el presidente Gasca encomendó estos indios de Macha al general Pedro de Ynojosa, que antes fueron Gonçalo Pizarro, y más la parcialidad de Chaqui que se encomendó a otro, les llevaba en plata quinientos marcos cada semana, que eran dos mil pesos corrientes, y se quejaron en la ciudad de Los Reyes al mismo presidente no embargante que los pagaban sin hacer falta. 295
Y haciéndoles desto cargo a los caciques, respondieron que siempre había fallas, así de algunos enfermos como de otros que se volvían a su tierra y no tornaban tan presto; allende de lo cual, estaban con los indios de todas las parcialidades más de treinta principales que se habían de tener. 295
La otra razón es porque entendiendo bien la orden sobre dicha que los indios han dado para pagar sus tasas de plata, que es poner en Potosí de sus repúblicas aquellos que son menester para que les busquen en la orden sobredicha, y repartidos por sus ayllos y parcialidades, si ahora se proveyese que todo el repartimiento pagase por personas o cada uno lo que le cupiese sería cierto que los que están en Potosí -o la mayor parte- se quedarían allí 301
Y si alguna parcialidad tiene alguna mina de metal y de donde sacan plata, que acaecerá sacar un día para todo el año, será igual la distribución si le igualaren con el que ha de trabajar tres o cuatro meses para buscar lo que le cabe por su persona, y aún si no tiene habilidad y le dejan suelto, quizá no lo hallara ni lo ganara en todo un año si les mudan su orden por poco que le quepa. 306-307
Y si en un repartimiento hay ganado, el cual se posee por parcialidades fuera de lo común, no será razón igualar a los que tienen mucho con otros que por ventura no tienen ninguno o mucho menos. 307
Claro que la razón porque diez indios de un repartimiento adquieren en Potosí más plata que treinta de otro, que esta ventaja no la causa solamente la habilidad para buscarla, aunque hace mucho al caso, sino al aparejo que llevan para adquirirla; y lo principal es el ganado, porque tres indios con cien carneros más ganan en hacer carbón un mes que treinta indios de los otros alquilándose en un año, y este ganado que llevan cuando van a Potosí, en la distribución que hacen lo dividen según cada uno de aquella parcialidad tiene, y algunas veces el ganado de uno va y no va la persona, y otras al contrario. 309
Pongo el ejemplo en este repartimiento porque hay tres parcialidades: la una destos huros pescadores, que serán más de la mitad, y algunos quieren decir que las dos partes; los otros se llaman casayas; y la otra parcialidad son indios suras . 309-310
Pongo el ejemplo en este repartimiento porque hay tres parcialidades: la una destos huros pescadores, que serán más de la mitad, y algunos quieren decir que las dos partes; los otros se llaman casayas; y la otra parcialidad son indios suras . 309-310
Los cuales, para dividir estos once mil pesos, se juntan de todos como treinta indios principales y quipocamayos, que son sus contadores o marcacamayos, y puesto caso que dan sus voces con sus piedras y machices [sic: maíces] y frijoles puestos en el suelo con que hacen sus cuentas por la orden acostumbrada, finalmente en menos de tres horas supo delante de mí cada parcialidad lo que le cabía. 310
Y en este general repartimiento -porque se vaya entendiendo el fraude de los caciques- entendidas sus pláticas y cuenta no hay duda sino que ninguno consiente agraviar a su parcialidad, y que tiene consideración que cuando se me declararon en sus porfías conocí ser imposible venir a nuestra noticia en mucho tiempo. 310
Y para que se entienda así, basta saber que de todas once mil pesos les cupieron a estos pescadores solo dos mil, y siendo más de la mitad eran, a lo que yo vi, los que más se agraviaban y de menos voluntad tomaban a su cargo el distribuirlo por sus indios y parcialidades. 310
De manera que en esta división general luego se avienen con poco ruido, y hecha no se puede de poner duda, sino que ninguno de los principales de cada parcialidad reconozca al otro o le tenga sujeción de manera que le pueda hacer agravio. 312
Sólo hay que a la parcialidad de anansaya de ordinario se le reconoce un poco de preeminencia para hacer las cuentas en su casa y juntarse cuando él lo manda, pero entre las parcialidades mismas no hay duda sino que un tomín le desmenuzan en muchas partes, y que ninguno se deja agraviar del otro. 312
Porque si antiguamente la una parcialidad era mayor en número, y por esta razón acudía con veinte indios para las cosas que se ofrecían y la otra con dieciocho, aunque por alguna razón serán ahora menos, no se habla en ello porque no piensan que puede haber en esto novedad por ninguna causa. 312
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312
Porque si en la primera división de Hanansaya y Hurinsaya que se hace en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude como está dicho, ni menos en la que cada una de las parcialidades con sus principalejos, cada uno según su posibilidad y división antigua, sólo resta saber si cada principal lleva más a estos indios que residen en Potosí de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba, pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar los que quedan. 314
Los oficiales de Su Majestad, en cuya cabeza quedaron los indios, han querido cobrar enteramente por la tasa, y con ser estos indios cuya posibilidad es muy notoria, y dejarlos su amo ricos de ganados, y de otros cosas que les dejó, de dos parcialidades se cobra con mucho trabajo y la de aquellos pescadores, que dije que les cabían dos mil pesos con ser tantos, ni poco ni mucho no se ha podido cobrar. 317
Y con todo, cuando se quisiere hacer, se puede tener cuenta con estar ellos divididos por ayllos y parcialidades como lo están, porque los principales la tienen la costumbre de acudir con lo que a cada uno les cabe, y cuando salen fuera de su tierra a lo que a ellos o a toda su comunidad conviene dejar gente que entienda en lo sobre dicho para que no falte. 320
El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Sólo es bien que se entienda una cosa conveniente a la materia: que cuando iban al beneficio, así al sembrar como a las demás necesidades, hasta encerrar la comida en los depósitos, comían y bebían a costa del inca y del Sol; y este beneficio no se hacía por parcialidades ni se contaba la gente que a ello había de ir, sino que todo el pueblo, como se hallaban presentes, salían a ello, sin salir viejo ni enfermo, sino la gente de trabajo, vestidos cada uno con lo mejor que tenían y cantando cantares apropiados a la materia sin permitirse otra cosa. De manera que estos dos géneros de tributos se ha de notar porque así se manifestó. 229
La primera es qué sea la razón porque tantos pleitos como hay entre los indios -que casi tienen ocupados audiencias, corregidores y todos los demás jueces- no pende casi ninguno entre un indio y otro de un pueblo, ni aún de una provincia, sino entre los pueblos o parcialidades y aún pocas veces o ninguna penden sino entre diferentes repartimientos, porque si es toda una la contribución no pleitean. 243
Lo segundo, cuanto a lo que de parte de Su Majestad se ha hecho hasta ahora todo queda sin fundamento, porque lo sustancial ha sido las vistas y tasas que por virtud dellas se ha hecho, de las cuales la principal ha sido averiguar el número y, conforme a él, habido respecto a la comarca y granjerías, tasar la contribución y cantidad con que han de acudir los de un repartimiento y, conforme a este número, asimismo los indios han dividido las distribución por ayllos y parcialidades. 250
Y no hay duda sino que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco (que era cacique principal de una de aquellas parcialidades), se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes, porque como quedaron muy hombres sus hijos, y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 277
La cual no se pone aquí ni hace memoria della sino solamente porque se entienda que, en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos dél, sin diferencia ni porfía ni pleito; y cada provincia, cuánto cabía a las parcialidades, empezando la cuenta por las cabeceras, y luego se iban distribuyendo por menudo, de manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 288
Luego, juntas las dos parcialidades de aquellas provincias, que en todas partes son Hanansaya y Hurinsaya, Anancuzco y Hurincuzco, conforme a la lengua y uso de cada una tierra los nombres, luego saben lo que les cabe y cuánto se ha de distribuir. 288
Más ha de veinte años que, siendo tasados estos indios en siete mil pesos de plata ensayada, dieron la misma orden que todos los demás para pagarlos, que fue entender qué indios serían menester para ganarlos en la provincia del Porco y minas de aquel asiento, adonde antes de la tasa asimismo buscaban lo que a sus amos les pedían; y éstos los repartieron por ayllos y parcialidades, y creo que enviaron allí setenta u ochenta con sus mujeres -que bien me acuerdo que este fue el número- los cuales hasta hoy han pagado toda la tasa sin haber hecho falta. 296-297
De suerte que un año destos, que son muy ordinarios, sale de su tierra la mayor parte de la gente, unos con carneros de la comunidad y de viudas y menores y encomiendas que por sus ayllos y parcialidades tienen su cuenta, y en el mismo ganado llevan sus rescates de lana y costales y carneros, y lo principal es carneros nuevos de dos años, con que cargan maíz y vuelven a sus tierras de que se sustentan todo el año. 304
Y es gran yerro entrar de golpe en sus negocios, pues ellos los hacen tan bien que de aquí a cincuenta años no sería poco que nosotros los supiésemos entender; porque dado caso que en el repartamiento general en la distribución que hacen no tengan consideración a la persona de cada uno sino a las parcialidades y a la tierra y a las minas y a la habilidad y a las comarcas, tomando así generalmente todo, después, cuando se va desmenuzando por ayllos y parcialidades, cada uno tiene consideración en la suya de cosas en particular, y que queriéndolo yo saber me han espantado. 309
Las demás parcialidades consideraban en la distribución de los ganados y las minillas de soroche , y aún dicen los unos a los otros que habían de pagar más, porque eran más hábiles en el género de trato en que se adquiría la plata, y trataban de la calidad de las tierras. 311-312
Y así, desde la primera vez que yo los vi distribuir hasta la postrera, entendí que trataban bien por menudo estas cosas, de manera que entre ellos mismos entendí yo que es tan notoria la posibilidad de las parcialidades que brevísimamente se conforman, y si hay alguna novedad luego la conocen. 312
En lo cual asimismo no se tiene consideración a si hay alguna parcialidad, por ser alguna tierra de comunidad de quel inca les hubiese hecho merced, como dijimos de la lana se ha de entender en todo lo demás. 238
Y la distribución se hacía desta manera: que después de entendido lo que cabía a una provincia de la ropa que se les mandaba hacer, considerada la gente que era menester para tejerla, se repartía ésta por los cuellos [sic: ayllos] o parcialidades, y con ésta acudía; y dábanles la lana necesaria para la cantidad de los mismos depósitos y así juntos la labraban y se guardaba, teniéndose siempre cuenta que este trabajo fuese igual desta manera: que si [a] una parcialidad le cabía este año diez indios para tejer ropa, que otro año cabía a otros, y aquéllos no tornaban a trabajar en aquel género de negocio hasta que pasaba por todos. En lo cual se tenía tanta cuenta que, después de vista y entendida por sus nudos, ninguno dudara, sino que la distribución era igual y que ninguno era agraviado. 284

Parynacocha


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

Paria


Cita Número de página
Para lo cual quiero concluir con la distribución que en mi presencia ha hecho el repartimiento de Paria cuatro veces en diferentes tiempos. 309
Y así es plática común hasta el día de hoy que si preguntan cúantos indios están en tal parte dicen diez o doce los que son, aunque estén veinte pescadores con ellos; y si después les dicen que eran más, responden que no son sino huros, y que no entran en cuenta; finalmente, que nunca sacaron oro ni plata, ni salieron de su tierra para edificios ni a la guerra, ni se tuvo consideración ni cuenta con ellos para ningún género de negocio, sino que, como los de Paria, son tantos que en ninguna parte hay tan gran congregación ni aún creo que todos juntos los del Collao -que es adonde los hay- no deben de ser en tanta cantidad. 310-311
Y quien lo quisiere ver al cierto basta que Lorenço de Aldana quitó a los indios de Paria cierta parte de la tasa, no por auto sino dejándola de cobrar por consideraciones que para ello tuvo de cosas atrás, cuando no estaban tasados; y desta manera se la llevó algunos años y murióse. 317

Peru


Cita Número de página
Y para indios, la gente del Perú-a lo menos esto que sujetó el inca-no es mucha, y la tierra, aunque larga, tiene grandes despoblados y por todas partes es angosta. 269

Pilcomayo


Cita Número de página
Asimismo, mandó hacer la del río de Ariquipa y las desta provincia de Las Charcas en Chachimayo [sic:Cachimayo] y Pilcomayo, negocio muy importante, y otras dejó trazadas y mandadas hacer sino que con su muerte cesaron hasta hoy. 279

Pocona


Cita Número de página
Y el señor obispo de Las Charcas , dudando él si aquello fuese tan universal, cuando vinimos juntos al negocio de la perpetuidad por mandado de Su Majestad, se lo mostré en Pocona, y los mismos indios le pintaron allí la misma carta; y en esto no hay duda, porque se hallará como digo sin falta y, por ser negocio general, se ha de tener en más haberse descubierto. 228
Del cual servicio ninguno se reservaba, porque con todo el reino se hacía el repartimiento de lo que era menester por provincias; y en muchas provincias estaba la gente de asiento como mitimaes de todas naciones, como en Pocona y en otras partes que se quedaron y encomendaron así como los hallamos. 262

Porco


Cita Número de página
Más ha de veinte años que, siendo tasados estos indios en siete mil pesos de plata ensayada, dieron la misma orden que todos los demás para pagarlos, que fue entender qué indios serían menester para ganarlos en la provincia del Porco y minas de aquel asiento, adonde antes de la tasa asimismo buscaban lo que a sus amos les pedían; y éstos los repartieron por ayllos y parcialidades, y creo que enviaron allí setenta u ochenta con sus mujeres -que bien me acuerdo que este fue el número- los cuales hasta hoy han pagado toda la tasa sin haber hecho falta. 296-297
De manera que está entendida la razón porque diez indios de tierra estéril pueden dar más plata que treinta de otra fértil, porque allende del aparejo del ganado-que les falta, porque como está dicho, en las tierras fértiles no sería sino en las punas- hácenseles de mal, aunque estén cerca, residir en Potosí y en Porco; porque el abundancia que los de la tierra estéril pretenden viniendo a las minas, la dejan los otros en su casa, y por otras muchas razones que se han entendido y entenderán en el discurso de lo que se trata que vendrán a propósito, que todo parece dificultoso de creer aunque visto no tiene duda. 313

Potosí


Cita Número de página
Mayormente, que trayendo su ganado a Potosí y diez indios con cien carneros, ganan más en un mes que viente de los otros con sus personas en un año, y más descaradamente; y aún tornan su ganado mejorado, porque andan con ello por tierra aparejada para conservarlo al trato del carbón, que es lo más provechoso de las minas, que es una de las consideraciones más importantes que conviene tener para las tasas y que más podrían dañar si el negocio se tomase generalmente. 233
Y se hallaron en la visita, y por razón dello les mandaron llevar a Potosí cantidad de comida al respecto del ganado que se entendía que había en el repartimiento; y este género de contribución era tributo muy conocido en tiempo del inca, porque lo llevan en estos miembros ganados del Sol y del inca al Cuzco en gran cantidad, y a otras partes donde era menester. 237
Y esta orden, cuanto a esto, está alterada, porquel tributo está tasado de otra manera: en cada parte, conforme a lo que se entendió que convenía considerada la tierra y comarcas, granjerías, y tratos nuevos de los indios en que empezaron a entender después que se descubrió el cerro de Potosí, que fue como un año antes del castigo de Gonçalo Piçarro. 243
Y para que esto se crea fácilmente se podrá persuadir a quien supiere que los indios Charcas, que fueron del general Hinojosa, daban a su encomendero quinientos marcos de plata cada sábado y todo el maíz que se podía vender en una tienda en Potosí, que era gran cantidad porque valía cada fanega en aquella sazón veinte pesos, y ropa y ganado y otras cosas. 292
Y también se ha de entender que en esto de acárriba fue después que se descubrió el cerro de Potosí, que pudo ser tres o cuatro años antes que la tasa, porque hasta esta sazón fue tierra muy pobre y así lo tornaría a ser si faltase del todo. 293
Y para hacer esta moderación yo quise saber la orden que tenían en la paga, y hallé que traían en Potosí seiscientos indios y que cada uno acudía a los caciques con un marco cada sábado, de manera que a la cuenta sobraba cada semana cien marcos. 295
Lo cual vi yo más claro después, cuando les abajaron el tributo cincuenta mil pesos en todo y aún algo menos, que me parece que traían en Potosí muy pocos indios, que no debían ser doscientos, pues siendo así verdad que, de la estada deste número de indios, los que allí residían en particular no solamente no recibían agravio sino gran beneficio mudándose por su orden, y aún mayor cuanto más los dejaron. 296
Y dado caso que en otros muchos que en Potosí residen su pudiera poner el mismo ejemplo cuando los caciques se han descuidado algún tiempo de trocarlos, pero no es necesario, porque la pesadumbre de mudarse en todos es general, y en esto no hay contradicción sino que tienen por muy mejor los que allí residen pagar la tasa de plata porque los que están en los pueblos que no volverse a ellos para que vengan otros. 297
Lo primero, considerada la orden que han dado los indios en la distribución de sus tasas, ques tasa casi general y está asentada universalmente casi en todos los repartimientos, desde el Cuzco hasta Potosí, cualquier repentina mudanza lo alteraría, de suerte que fuese menestar más tiempo para volverlo a poner como estaba que para mudarlo como se pretende. 299
La otra razón es porque entendiendo bien la orden sobre dicha que los indios han dado para pagar sus tasas de plata, que es poner en Potosí de sus repúblicas aquellos que son menester para que les busquen en la orden sobredicha, y repartidos por sus ayllos y parcialidades, si ahora se proveyese que todo el repartimiento pagase por personas o cada uno lo que le cupiese sería cierto que los que están en Potosí -o la mayor parte- se quedarían allí 301
Lo cual yo he oído decir a algunos, sin considerar que en todos los acarretos cuando más andan ocupados quinientos o seiscientos y sesenta, y que fuesen mil que no fuesen menester tantos, pues si doscientos mil hubiesen de andar a este trato, que ni hallarían a quién servir ni el que los hubiese menester les daría por su trabajo el diezmo que ahora ganan como se alquilaban antes que hubiese el trato de Potosí. 302
Y porque en la sustancia desta razón dije que se quedarían en Potosí muchos de los que ahora residen allí y pagan la plata por su provincia, pongamos que se quieran ir a sus tierras y hagamos un presupuesto bien dificultoso de averiguar: que en ellas mismas los unos y los otros pudiesen buscar lo que les cupiese en plata. 302
Cierto es de considerar qué lejos están los que tratan esta materia de entender que por el mismo caso perdía Su Majestad trescientos mil castellanos de renta en cada un año de sus quintos, los cuales ya no proceden de las minas de Potosí, porque el cerro al presente sale muy poco, sino de aquella gran congregación de indios que allí andan mariscando cada uno lo que ha menester de minillas pobres de la comarca, que ni son para seguir ni hacer caso dellas sino que la necesidad hace a los indios que las labren, y de lo que sacan compran la comida y la coca y la ropa, y los que lo traen a vender, así indios como españoles, acuden con ello a pagar sus quintos y marcarlo. 302
Al menos en tanto que ella misma no se cae o disminuye con algún extremo, que es el que más temo según se ve en las muestras, aunque podría ser que desto pende la esperanza ahora que se descubriese andando buscando, como se hace alguna cosa importante, como lo fue el mismo cerro de Potosí, que le diese fundamento para no acabarse tan presto. 303
Y por muchas razones que yo quiera dar -que creo que lo he mirado y tratado tanto como otro cualquier, pues fui el primero que goberné estas provincias después que se descubrió Potosí y el que lo puso en la orden que ha tenido, y el que hizo las ordenanzas de las minas y lo demás por donde hasta hoy rige -no creo que ha de perecer mi trabajo y lo que se me dé por este nuevo que ahora tomo, si no fuese que haciéndose lo que se platica se perdiese todo. 303
Y lo que peor es, que se ponen pláticas sin ninguna necesidad, estando al presente ordenado de una manera, que a los indios que están en Potosí, y a los que quedan en los pueblos, y a los encomenderos y al rey y a la república, para todos no se puede imaginar otra mejor, y que se introdujo ello así sin poner en ello nadie la mano, y que, entendido, no resulta cosa mala ni justa; y si algo hay de lo que se trata, lo más es irse tras el vulgo, y lo que hay que remediar no es muy dificultoso. 306
Claro que la razón porque diez indios de un repartimiento adquieren en Potosí más plata que treinta de otro, que esta ventaja no la causa solamente la habilidad para buscarla, aunque hace mucho al caso, sino al aparejo que llevan para adquirirla; y lo principal es el ganado, porque tres indios con cien carneros más ganan en hacer carbón un mes que treinta indios de los otros alquilándose en un año, y este ganado que llevan cuando van a Potosí, en la distribución que hacen lo dividen según cada uno de aquella parcialidad tiene, y algunas veces el ganado de uno va y no va la persona, y otras al contrario. 309
De manera que queriendo yo averiguar la razón de la división muy en particular por negocio que andaba por saberle de raíz y mucho tiempo había, hallé que consideraban que los pescadores, siendo este tributo de plata, no era gente que podía residir en Potosí para buscarlo, y que habiéndolo de ganar por su tierra que bastaba aquello que les echaban. 310
Y puesto el negocio en estos términos, cada principal busca la gente que le parece que basta para que busquen aquella plata que le fue repartida, y él mismo o algún hermano se va con ella a Potosí y allí acude con sus tercios con aquella cantidad y la llevan junta a fundición y hacen sus barras y pegan a su encomendero. 312-313
Y la razón está clara y vése por evidencia, que como está proveído que ninguno saque plata por quintar ni marcar de Potosí, con pena de perderla, al tiempo que se mudan les han tomado los alguaciles cantidad. 313
De manera que está entendida la razón porque diez indios de tierra estéril pueden dar más plata que treinta de otra fértil, porque allende del aparejo del ganado-que les falta, porque como está dicho, en las tierras fértiles no sería sino en las punas- hácenseles de mal, aunque estén cerca, residir en Potosí y en Porco; porque el abundancia que los de la tierra estéril pretenden viniendo a las minas, la dejan los otros en su casa, y por otras muchas razones que se han entendido y entenderán en el discurso de lo que se trata que vendrán a propósito, que todo parece dificultoso de creer aunque visto no tiene duda. 313
Porque si en la primera división de Hanansaya y Hurinsaya que se hace en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude como está dicho, ni menos en la que cada una de las parcialidades con sus principalejos, cada uno según su posibilidad y división antigua, sólo resta saber si cada principal lleva más a estos indios que residen en Potosí de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba, pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar los que quedan. 314
Y si esto lo deja el principal a los atunlunas o se lo lleva no se puede bien averiguar, porque son los indios fuera de los principales tan cerrados que si no fuese tomándolo en Potosí muy despacio, y sin que ellos entiendan que la averiguación es para este fin, se podría hacer con dificultad. 314
Y para que esto se entienda así como cosa en que tanto va, quiero traer a la memoria aquel ejemplo que puse de los indios charcas que fueron Hinojosa, cuando poco antes de la tasa quejándose al presidente Gasca que daban a su amo quinientos marcos de plata cada semana, cuya moderación me fue a mí cometida en tanto que se concluía la tasa, que hallé que para pagarlas andaban en Potosí seiscientos indios. 314
Y esta duda, si de los principales abajo, los inferiores que vienen a Potosí tienen cuenta con lo que a cada uno cabe para no acudir con más y tomar él para sí lo que sobra, yo trabajé por quitarla y entender el negocio. 315
Que en cierta forma me satisface que, en caso que estos atunlunas en la distribución general no tengan cuenta, que después que está en particular sabido lo que cabe a cada principalejo y ellos van a Potosí, que no reciben agravio sino que cada uno acude con lo que le cabe de aquella parte. 315
Y estoy satisfecho que si esto se conserva y viven sin necesidad, que es por la orden que tienen de tributar, porque de otra manera ninguna duda tengo sino que se perdería y que ningún repartimiento, con quedar ellos perdidos, no sería suficiente para pagar la tercia parte que ahora con poco trabajo; y aún con todo eso, como es notorio, si la posibilidad destas provincias y aún de casi todo el reino subió tanto por respecto de las minas de Potosí, y su riqueza y tratos y contratos que los naturales en ellas tienen. 324

principal / principales / principalejo / principalejos


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Que cierto me causó gran admiración porque la misma orden tuvieron los romanos, y así tuvieron los ídolos de todas las provincias que conquistaron, el principal de cada una, en aquella casa que llamaban en Roma panteón, que después se hizo iglesia y muy a propósito se le dio por advocación omnium santorum. 261
El tocado de los indios es todo diferente porque en ninguna provincia se usa lo que en otra y, aunque a lo menos los principales están obligados a saber la lengua general, pero cada provincia tiene la suya. Algunos dicen que usar los unos del traje de los otros era prohibición del inca -y créolo porque llevaba camino- aunque sin esto es su natural inclinación. 285
Entendidos por estos presupuestos, en los cuales no hay duda porque cada uno averiguó en particular por ser negocios generales, queda muy claro lo que algunos dudan que sea la causa de ser estos indios tan descuidados en adquirir y tener hacienda propia -fuera de los principales- en tanto grado que, en caso que ahora tengan desocupaciones, no se acuerdan de hacer un vestido hasta que el que tienen está muy viejo y aún roto; y si no es principal, que está hecho a mandar, muy pocos hallarán que tengan dos entre la gente común. 286
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
Que todo esto era fácil como fueran entendiendo quel provecho fuera para ellos mismos, conservándoles en sus comunidades y uso antiguo, dejando por entonces lo que toca a los principales -pues se pudiera remediar con el tiempo- porque no fuera dificultosa la orden. 293
Y haciéndoles desto cargo a los caciques, respondieron que siempre había fallas, así de algunos enfermos como de otros que se volvían a su tierra y no tornaban tan presto; allende de lo cual, estaban con los indios de todas las parcialidades más de treinta principales que se habían de tener. 295
Lo cual todo visto y considerado, a mí me pareció que tenían razón, mayormente entendida la costumbre destos que todas las fiestas, cuando van y vienen, acuden a comer y beber con sus principales, y siempre se ha de tener esta consideración. 296
Aunque también creo que son de condición que sacado aquello se les daría poco por buscar más, y no serían por eso más ricos sino pobres, a lo menos de salud, porque lo consumirían en vicios y borracheras que notoriamente vemos que los consume y acaba, especialmente si les faltase la industria y solicitud de los principales que están con ellos, lo cual lo allegan y juntan. 301
Los cuales, para dividir estos once mil pesos, se juntan de todos como treinta indios principales y quipocamayos, que son sus contadores o marcacamayos, y puesto caso que dan sus voces con sus piedras y machices [sic: maíces] y frijoles puestos en el suelo con que hacen sus cuentas por la orden acostumbrada, finalmente en menos de tres horas supo delante de mí cada parcialidad lo que le cabía. 310
De manera que en esta división general luego se avienen con poco ruido, y hecha no se puede de poner duda, sino que ninguno de los principales de cada parcialidad reconozca al otro o le tenga sujeción de manera que le pueda hacer agravio. 312
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312
Y puesto el negocio en estos términos, cada principal busca la gente que le parece que basta para que busquen aquella plata que le fue repartida, y él mismo o algún hermano se va con ella a Potosí y allí acude con sus tercios con aquella cantidad y la llevan junta a fundición y hacen sus barras y pegan a su encomendero. 312-313
Porque si en la primera división de Hanansaya y Hurinsaya que se hace en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude como está dicho, ni menos en la que cada una de las parcialidades con sus principalejos, cada uno según su posibilidad y división antigua, sólo resta saber si cada principal lleva más a estos indios que residen en Potosí de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba, pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar los que quedan. 314
Y si esto lo deja el principal a los atunlunas o se lo lleva no se puede bien averiguar, porque son los indios fuera de los principales tan cerrados que si no fuese tomándolo en Potosí muy despacio, y sin que ellos entiendan que la averiguación es para este fin, se podría hacer con dificultad. 314
De manera que si los caciques destos principales quisieran, pudieran hurtar, no compeliéndoles entonces nadie que trujesen muchos ni pocos, ni teniéndose con ellos cuenta hasta hoy en este caso ni los indios habilidad para quejarse, ni aún fuera de los principales, entre los demás, debe de haber bien pocos que entiendan su distribución en lo general. 314
Y esta duda, si de los principales abajo, los inferiores que vienen a Potosí tienen cuenta con lo que a cada uno cabe para no acudir con más y tomar él para sí lo que sobra, yo trabajé por quitarla y entender el negocio. 315
De una cosa estoy yo satisfecho, que para comer el principal y beber deben acudir todos, y esto no es agravio porque justo es que le reconozcan en algo, porque también ellos acuden a sus casas a beber algunas fiestas, y entre ellos es orden general. 315
Y porque esta opinión que los caciques roban a estos indios es tan común, y no sin gran ocasión, es bien que se entienda la orden que tienen en hacerlo para que se pueda remediar, de manera que todo lo dicho sirva, allende del intento principal que se tuvo -que sacarlos de su comunidad y orden de contribuir y distribuir lo que les está tasado sería perniciosísimo y total destrucción de todo el reino y perdición dellos mismos- para entender que si están tasados en diez y los abaja en dos, que no se los llevan a los caciques y principales sino que en ellos haya cuenta y razón; y lo mismo en las comidas y ropa, y en todas las demás cosas que se les manda acudir. 318
En lo demás tengo yo por averiguado que con cualquier ocasión, por pequeña que fuese, quel cacique principal y principales quisiesen echar otras contribuciones nuevas harían la distribución diciéndoles la cantidad como le sea posible, y acudirían con ella y buscarían orden cómo buscarlo como hacen los demás, con poca pesadumbre aunque fuese en calidad de mil pesos. 318
Y con todo, cuando se quisiere hacer, se puede tener cuenta con estar ellos divididos por ayllos y parcialidades como lo están, porque los principales la tienen la costumbre de acudir con lo que a cada uno les cabe, y cuando salen fuera de su tierra a lo que a ellos o a toda su comunidad conviene dejar gente que entienda en lo sobre dicho para que no falte. 320
Y para todo no es menester tratar con más de con dos o con tres principales en un repartimiento de mil indios, porque ellos lo tratan con sus inferiores y en una hora se entiende en quién está la falta, y en otra se remedia por la orden que ahora se tiene entrellos, que es su fundamento desde que se acuerdan. 320
Ques pues justo es que, pues son señores y le ha de quedar el cuidado de mandar y ejecutar las leyes que para su policía les fueron puestas, que tengan algo por razón del señorío y trabajo, lo cual se ha de tasar en sementeras, y quien les haga ropa y otras cosas de las necesarias. Y luego se entenderá con qué principales se ha de entender esto, y puesta la pena para que no excedan. 324-325
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312
Porque si en la primera división de Hanansaya y Hurinsaya que se hace en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude como está dicho, ni menos en la que cada una de las parcialidades con sus principalejos, cada uno según su posibilidad y división antigua, sólo resta saber si cada principal lleva más a estos indios que residen en Potosí de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba, pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar los que quedan. 314
Que en cierta forma me satisface que, en caso que estos atunlunas en la distribución general no tengan cuenta, que después que está en particular sabido lo que cabe a cada principalejo y ellos van a Potosí, que no reciben agravio sino que cada uno acude con lo que le cabe de aquella parte. 315
Y en caso que algunas veces los principalejos murmuran desto no le van a la mano ni en su presencia se habla en ello. 319
Verdad es que, dado caso que este ganado manso aplicó en la forma sobredicha, no fue todo, porque alguna parte -aunque pequeña- dejó al pueblo, y alguna dio a los principales, y después hizo mercedes a las personas que le sirvieron en poca cantidad, prohibiéndoles así mismo el matar hembras. 232
Lo cual, aunque será dificultoso al principio por salir de sus costumbres, que lo hacen con gran trabajo, tratándoles el negocio por razón, entendido bien por los principales, al fin se hará. 236
El cuarto, que se puede creer piadosamente que no será igual el repartimiento, ni en semejantes años el cacique ni los principales contribuirán conforme a lo que cada uno cogió; antes acaece coger una vieja dos hanegas de papas y llevárselas sin dejarla cosa que coma aquel año, y el viejo y el enfermo. 239
Y al tiempo que la primera vez se visitó la tierra para repartirla, estos indios que se hallaron en algunos valles, como está hecha relación que estaban puestos para el efecto susodicho, contáronlos y repartiéronlos con los del mismo valle, de manera que los sacaron de la sujeción de sus principales y los repartieron sin ellos y los dieron diferente encomendero. 246
No teniendo nadie propiedad ni señorío distinto en ninguna tierra, no tienen para qué ni título cómo pleitear uno con otro si no fuere alguno con el cacique o principal que no le dio lo que había menester; y desto, a lo menos por acá en la sierra, no los agravian porque les sobra tierra en todas partes. 243
Y claro está que si diez indios se salen de un repartimiento para irse a otro, que la tasa del uno se aumenta y carga sobre los que quedan y la del otro se disminuye, y todas las veces que el principal dijese: 'aquellos fueron tasados y contados en mi tierra y se me han ido a tal repartimiento', que habiendo de hacerles justicia se ha de hacer una de dos cosas: o mandarles que vuelvan y acudan con su tasa o descontar aquello menos del tributo que se les tasó respecto de las personas que fueren; y luego también sería justicia que el repartimiento donde se fueron se añadiese más en el tributo conforme al número. 251

provincias / provincia


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Y luego el sucesor empezó a conquistar por esta parte, y aún nunca estuvieron pacíficas aquellas provincias hasta el tiempo de Topa Ynga Yupangui, padre de Guaynacapa, y aún el mismo Guaynacapa tuvo por allí guerras e hizo muy grandes castigos. 223
Y aunque en el registro de los incas muy por extenso hallamos memoria, también cada provincia tiene sus registros de las victorias, guerras y castigos de su tierra. 223
Si importara algo / pudiéramos muy bien colegir el tiempo que había que cada una estaba pacífica debajo de la sujeción del inca; pero esto no importa para lo que se pretende, pues basta tener averiguado que estos incas señorearon por violencia y guerra y el tiempo que ha empezaron su conquista, la cual fueron partes para hacer porque no tuvieron contradicción universal sino cada provincia defendía su tierra sin ayudarle otro ninguno, como eran behetrías. 223
Y ayudoles en gran -a mi parecer- que ninguna provincia les pretendió inquietar y a ellos en su tierra, sino que se contentaban con que los dejasen en la suya, porque desto no hay memoria en sus registros ni en los de los otros. 223
Y yo, por sus mismos registros, para ensayar la manifestación saqué muchas que [había en] las provincias de Chynchasuyo y Collsuyo. 226
El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Dividió los pastos y cazaderos, no para hacerlo concejil sino para que ninguna provincia pasase con el ganado a la otra, ni a cazar cuando se les daba licencia, sino que cada uno tuviese su distrito limitado; que también por este presupuesto han querido algunos tomarles el ganado diciendo que fuese del Sol o del inca, y aún antes que hubiese justicia, como ahora, salieron con ello y les tomaron gran suma. 231
Pero cierto no hay duda sino que si sucediera caso -aunque no podía ser- que si en los depósitos del inca o de su religión no se hallara la parte que cabía a la provincia de lo que se mandaba dar, que en tal caso no se les tomara de lo propio ni de la comunidad, ni en comida ni en ganado, porque esto estaba diputado para la necesidad pública de cada uno del pueblo. 235
Y no habiendo mitimaes ni ganado de comunidad, o esto no es suficiente para el tributo que se les echa, considerar que esta república es de pobres y ricos y quel tributo de ganados e destribute de los que lo crían y no en más, pues ha de ser proporcionado conforme a lo que hay de crianza, sin considerar si un indio pobre adquiere un carnero, ques todo su hato, al cual es grande inhumanidad que los otros se lo tomen para el tributo como lo hacen. Y esto, aunque en pocas partes fuera desta provincia se puede explicar, es de mucha importancia y es justo que se advierta en ella. 236
Lo mismo es en los acarretos que se mandan dar por la tasa en esta provincia de Las Charcas, donde había ganados y mitimaes. 237
Y estas tierras dividían en cada un año y dividen hoy día en la mayor parte del reino, y yo me he hallado presente a la división en muchas, y principalmente en la provincia del Collao y en la del Chucuyto. 238
La primera es qué sea la razón porque tantos pleitos como hay entre los indios -que casi tienen ocupados audiencias, corregidores y todos los demás jueces- no pende casi ninguno entre un indio y otro de un pueblo, ni aún de una provincia, sino entre los pueblos o parcialidades y aún pocas veces o ninguna penden sino entre diferentes repartimientos, porque si es toda una la contribución no pleitean. 243
La segunda [razón] porque pleitean tantos pueblos unos con otros y provincias es porque en tiempo del inca daban, como está dicho, el tributo ordinario de las tierras que estaban señaladas para el inca y para su religión y del trabajo que ponían de comunidad para sembrarlas y cogerlas. 243
Dado caso que, cuando el inca las dividió y partió, se entiende claro ahora cúyas eran, o de qué pueblo provincia o nación de gente, pero acudían otros de las comarcas, conforme como estaba ordenado, a sembrarlas, y aún como se dividieron las provincias, y por encomiendas. 244
Con lo cual queda quitada una duda que es muy importante en materia de pleitos: es que cuando así acaecía que de unas provincias venían a sembrar a otras, presupuesto que todo lo que se cogía era para el inca y se ponía en sus depósitos y para lo que se gastaba en los sacrificios y ofertas de su desventurada religión, siempre tenía diputada para esto, que llaman suyos. 245
Y así fue en todos los de aquells provincias en quitarles los indios y las tierras que tenían en la costa de la mar, de que se hicieron particulares encomiendas y los pusieron debajo de la jurisdicción de la ciudad de Ariquipa cuando se pobló, no entendiendo los gobernadores la orden que los indios tenían. 247
Y así, gobernando estos reinos el marqués de Cañete se trató esta materia, y hallando verdadera esta información que yo le hice, queriéndola saber de mí y el remedio que podía tener, se hizo de esta manera: que a la provincia de Chucuyto se le volvieron los indios y las tierras que tenía en la costa en el tiempo del inca donde cogían sus comidas; y a Juan de San Juan, vecino de Ariquipa en quien estaban encomendados, se le dieron otros que vacaron en aquella ciudad, y así quedó aquella provincia remediada. 247
Con lo cual, entendida una vez la división de todo el reino y la cantidad de gente de cada provincia y las provincias que estaban debajo de cada [h]uno, a que les [ll]amaran a estos diez mil indios casados, las contribuciones y distribuciones eran facilísimas sin recibir ninguno agravio, porque poco más o menos siempre estaban en un ser, considerados muertos y nacidos, sin haber necesidad de contarlos en mucho tiempo después quel inca los puso debajo de su dominio. 249
Y aún esto también es razón de diferencia, porque hay en estas partes vecino que tiene de encomienda cincuenta indios mitimaes, o sacados antiguamente de alguna provincia, y si el cacique se los lleva queda la encomienda inútil y la tierra donde estaba despoblada. 252
Y como todos ven que en estas provincias tienen un repartimiento con mil vecinos cincuenta leguas de tierra, y en México en una legua hay cincuenta mil vecinos en algunas partes, así que no hay proporción para que las costumbres y ordenanzas de una parte se puedan cuadrar ni apropiar para otra. 252
Lo mismo hicieron los incas en la división de los pastos y cazaderos y montes, que dado caso que las tierras inhabitables por razón de mucho frío son pastos apropiados para los ganados de los naturales, también los dividieron y amojonaron, apropiando los términos en cada provincia conforme a la división que hicieron de los ganados. 253
Y asimismo como estaba dividido el término y pasto en una provincia en la forma dicha, también estaban divididos los términos entre una provincia y otra, y esto es lo que se llamaba y llama el día de hoy 'moyas del inca y moyas del Sol'. 253
Pero hase de presuponer que, dado caso quel inca aplicó todos los cazadores para sí, como está dicho, que también los amojonó entre una provincia y otra, de manera que, aunque cazaban con su licencia, a ninguno se la daban para cazar en el término del otro.. 253
Item, tuvieron éstos en tiempo del inca otro género de contribución, a mi parecer más pesado y trabajoso que todos los otros, y era que en todas las provincias tuvieron una casa ayllaguaca [sic: acllawasi], que quiere decir 'casa de escogidas', en la cual se guardaba esta orden: que había un gobernador de cada una destas cuyo nombre [era] apopanaca, que significa este género de oficio, el cual tenía licencia de escoger todas las muchachas que a él pareciese de buena disposición y gesto de ocho años para abajo, en lo cual no había límite ni número sino lo que a él le parecía. 255-256
Las cuales juntas de todas las provincias, que eran en gran cantidad, mediado el mes de marzo a mi cuenta -según la que ellos dan por las lunas contando el discurso del Sol por aquellos pilares o topos que llamaban ellos saybas, que están en torno de la ciudad del Cuzco- las repartía el inca o su lugarteniente, habiéndose hecho una fiesta solemne para ello, en esta forma: que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que tenían sus casas para su servicio, en las cuales había gran guarda para que siempre estuviesen doncellas. 256
Para lo cual se tresquilaban los ganados del inca y del Sol en la cantidad necesaria, y había gran suma della en los depósitos para labrarla conforme a lo que se les mandaba en cada una dellas provincias por sí, señaladamente conforme a lo que les cabía de lo que se mandaba hacer en todo el reino; y de los depósitos se llevaba al Cuzco por el mes de febrero con los demás tributos, de manera que siempre se hacía de suerte que los depósitos eran mayores. 259
Asimismo, tenían mucha gente de servicio de todas las provincias en la ciudad del Cuzco para el inca y para su gente, el cual mudaban en cada un año; y uno particular y de no poca pesadumbre: que, como está dicho, todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el mismo cuerpo del señor que le había conquistado; y así, todos los cuerpos y los ídolos estaban en aquel galpón grande de la casa del Sol, y cada ídolo destos tenía su servicio y gastos y sus mujeres; y en la casa del Sol le iban a hacer reverencia los que venían de su provincia. 260-261
Para lo cual, y sacrificios que se hacían, proveían de su misma tierra ordinaria y muy abundantemente por la misma orden que lo hacían cuando estaba en la misma provincia, que daba gran autoridad a mi parecer y aún fuerza a estos incas. 261
Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca , el señor principal della, y le mató. 261
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos deLas Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Del cual servicio ninguno se reservaba, porque con todo el reino se hacía el repartimiento de lo que era menester por provincias; y en muchas provincias estaba la gente de asiento como mitimaes de todas naciones, como en Pocona y en otras partes que se quedaron y encomendaron así como los hallamos. 262
Y para que se entienda, se puede poner ejemplo en los lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del inca y tener el paso, según ellos dicen, muy llano y asentado, y por esta razón todos los anderos del inca eran desta nación de los lucanas; porque los Chunvivilcas eran bailadores tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos chichas, muy labrada y aderezada, y hecho en ella gran suma de pinturas, y muy igual y en gran cantidad, para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del inca y de los demás cuerpos de sus antecesores, que todos los días quel inca salía a comer allí, que era muy ordinario, los sacaba aalí su gente, como está dicho donde se trató desta materia. 262
Y con esto se entenderá cuán mal afirman algunos que los lucanas y Chunvivilcas y chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganadoy todo lo demás traído de las dichas provincias; y es muy notorio negocio entre estos naturales. 262-263
Otrosí, se ha de presuponer, y servirá de respuesta para lo que Su Majestad quiere saber por un capítulo de una instrucción que trajeron los Comisarios firmada de la Serenísima princesa de Portugal, que fue averiguar la cantidad que las provincias daban de tributo a inca. 263
Para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar por delante, y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado, porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estaban señaladas en cada provincia para el inca y para sus adoratorios, lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y destos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba; y de lo que tocaba al ganado, de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el inca y para sus adoratorios, y desto llevaban asimismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia; y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba y la demás se quedaba en los depósitos. 263
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras; y donde los chichas que están en esta provincia, así todos los diaguitas y todo lo de Chili, desde Coquinbo hasta el río de Maule, todos daban oro, trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba, ya acudiendo con lo que resultaba de su trabajo, poco o mucho, sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 265
Allende de lo cual, todas las veces que se descubría oro en algunas provincias, y aún según dicen, cuando fallecía el inca y sucedía otro nuevo, se mandaba juntar copia de gente de aquella comarca conforme a lo que se mandaba, cuya distribución estaba a cargo de los mismos indios. 265
Y hacíase desta forma: que si el inca quería mandar algo a algún gobernador se lo decía al primer chasqui; y luego a toda furia salía corriendo y, sin parar, andaba la legua y media; y antes que llegase al otro lado alzaba la voz y decía que se apercibiese, y empezaba a decir su embajada y a qué provincia iba dirigida. 266
También usaba el inca destos chasquis cuando se le antojaba alguna cosa que hubiese en otra provincia, como fruta o pescado fresco de la mar; venía, según afirman, con haber cien leguas muy frescos en dos días. 267
Porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, hacían su distribución por sus umos [sic: hunu] y provincias en todo el reino, y por la orden que se dirá en su lugar. 270
La orden que dicen los viejos que tuvieron en traerla fue por tambos y provincias, acudiendo toda la tierra al camino real, y cada provincia lo ponía y llevaba por sus términos, lo cual se les mandaba hacer en tiempos desocupados. 271
Lo cual hacen esto de diferentes maneras en cada provincia, porque unos tienen piedras y frijoles de muchos colores, y otros unas arañas grandes metidas en unas ollas con cierta harina de que se sustentan -y esto es más común en la provincia de Chinchasuyo. 273
Asimismo, mandó hacer la del río de Ariquipa y las desta provincia de Las Charcas en Chachimayo [sic:Cachimayo] y Pilcomayo, negocio muy importante, y otras dejó trazadas y mandadas hacer sino que con su muerte cesaron hasta hoy. 279
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282
Y lo otro, que ningún indio contribuía de lo quél cogía en la tierra que se le repartía para su comida, de la ropa que hacía para su vestir, de la lana que se daba de la comunidad para ese efecto, sino, como está dicho, el inca y el Sol y todas las demás guacas tenían sus chácaras en cada provincia, y éstas sembraban y cogían por la comunidad a los tiempos que estaba diputado. 283
Y en todas partes había depósitos, como ahora se parece, de donde se tomaba lo que cabía a cada provincia para llevar al Cuzco y gastar conforme a lo que se proveía, y allí quedaba lo que sobraba, que siempre era mucha cantidad. 283
Y lo demás de los depósitos se sacaba como cabía a cada provincia, pero nunca fue tributo tasado sino a la voluntad del inca como se proveía en cada un año, y siempre quedaba en los depósitos gran número de todo sobrado. 284
Y la distribución se hacía desta manera: que después de entendido lo que cabía a una provincia de la ropa que se les mandaba hacer, considerada la gente que era menester para tejerla, se repartía ésta por los cuellos [sic: ayllos] o parcialidades, y con ésta acudía; y dábanles la lana necesaria para la cantidad de los mismos depósitos y así juntos la labraban y se guardaba, teniéndose siempre cuenta que este trabajo fuese igual desta manera: que si [a] una parcialidad le cabía este año diez indios para tejer ropa, que otro año cabía a otros, y aquéllos no tornaban a trabajar en aquel género de negocio hasta que pasaba por todos. En lo cual se tenía tanta cuenta que, después de vista y entendida por sus nudos, ninguno dudara, sino que la distribución era igual y que ninguno era agraviado. 284
El tocado de los indios es todo diferente porque en ninguna provincia se usa lo que en otra y, aunque a lo menos los principales están obligados a saber la lengua general, pero cada provincia tiene la suya. Algunos dicen que usar los unos del traje de los otros era prohibición del inca -y créolo porque llevaba camino- aunque sin esto es su natural inclinación. 285
Para lo cual basta lo dicho: que siempre tuvieron ocupaciones de comunidad y quién tuviese cuidado de hacerles labrar sus chácaras y castigarlos cuando no lo hacían, y hacer su ropa para vestirse, para lo cual las mujeres siempre fueron reservadas, y los hijos hasta que se casaban y se ponían en el número de los tributarios, y hasta entonces no podían traer chucos ni bragueros como se usa en el Collao. Y en cada provincia tenían insignia para esto conforme al hábito que traen. 286
La cual no se pone aquí ni hace memoria della sino solamente porque se entienda que, en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos dél, sin diferencia ni porfía ni pleito; y cada provincia, cuánto cabía a las parcialidades, empezando la cuenta por las cabeceras, y luego se iban distribuyendo por menudo, de manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 288
Y por la misma orden se hacía la distribución en cada uno, que si le cabía en la distribución general mil fanegas de maíz, luego se dividía por las provincias de aquel uno [sic: hunu], y entendía cada uno lo que había de sacar de sus depósitos. 288
Luego, juntas las dos parcialidades de aquellas provincias, que en todas partes son Hanansaya y Hurinsaya, Anancuzco y Hurincuzco, conforme a la lengua y uso de cada una tierra los nombres, luego saben lo que les cabe y cuánto se ha de distribuir. 288
Y en ello no se puede negar que hubo grandes exorbitarias, todas las cuales procedieron de no entender su orden; porque entendida, aunque les pidieran doblado tributo, fuera menos el daño, porque aunque ellos daban lo que se les pedía del mismo ganado que tenían diputado para los tributos del inca y del Sol, pero tomábaselo muchas veces por su autoridad y llevábanles las hembras, que ellos no tenían costumbre de matar; distiniendo, ausentábanlo de las provincias y pastos donde lo tenían. Así perdieron gran suma dello y algunos vinieron a quedar pobres, porque ésta es su principal hacienda donde lo hay. 289
De lo que les pedían cada provincia distribuía por sí lo que su encomendero mandaba que diesen, y así en la distribución siempre guardaron la orden de antes, considerando la posibilidad de la gente y hacienda de la misma provincia. 289
Que, como está dicho, el repartimiento y las provincias y el reino estaba dividido por cuotas partes, de manera que si a una provincia le cabían diez, luego sabía cada parcialidad si era sétima o quinta o décima parte con lo que había de acudir; y la misma orden guardan hoy en la división del tributo de un repartimiento, sin tener consideración si algunas de las parcialidades ha venido en disminución, o por pestilencia que dio más en unas partes que en otras, o porque la gente que ha ido a entradas o descubrimientos ha llevado más gente de aquella parcialidad, que acaece caberles más en comarca, o que por ser mitimaes se ha disipado y sacádolos de su tierra españoles, porque éstos salen de mejor voluntad a servir. 290
Porque yo hice visita -antes de la tasa- a todas las provincias de las Charcacas [sic:Las Charcas ], donde al tiempo de la visita mel hallé por coregidor, por las instrucciones quel señor Arzobispo y el señor presidente Gasca enviaron, con parecer de prelados y de otras personas antiguas en la tierra. 291
Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292
Y por esta orden pudiera hacer relación de todos los demás repartimientos desta provincia de Las Charcas de que yo tengo más noticia -todo sin el servicio y ocupaciones, que eran conforme a la voluntad de los encomenderos; que si algunos ahora dan algo de aquello se les paga y en ello se viene a descontar buena parte de la tasa. 292
Para que esta materia se entienda mejor es menester presuponer, para los que no se hallaron presentes, que concluida la tasa, en que se tuvo consideración al número de los indios y comarca donde tenían sus tierras y granjerías en que se entendían y tierras y ganado que poseían, que todos los que en sus tierras tuvieron minas, que fue la mayor parte de las provincias del reino que están en la sierra, sacaron dellas el tributo, porque lo mismo hacían antes de la tasa; y como era mucho más cantidad que lo tasado, no tuvieron más que hacer de atajar el número de los indios que en ello entendían. 295
Para en prueba de lo cual bastará el ejemplo de tres o cuatro repartimientos que ahora en este año y en los pasados han pleiteado en esta real audiencia de Las Charcas, uno de los cuales fue la provincia de Achacache, ques en el Collao, el cual pretendió lo siguiente. 296
Más ha de veinte años que, siendo tasados estos indios en siete mil pesos de plata ensayada, dieron la misma orden que todos los demás para pagarlos, que fue entender qué indios serían menester para ganarlos en la provincia del Porco y minas de aquel asiento, adonde antes de la tasa asimismo buscaban lo que a sus amos les pedían; y éstos los repartieron por ayllos y parcialidades, y creo que enviaron allí setenta u ochenta con sus mujeres -que bien me acuerdo que este fue el número- los cuales hasta hoy han pagado toda la tasa sin haber hecho falta. 296-297
De manera que decir quel tributo se distribuyese por cabezas en el repartimiento y que se empadronasen los indios, y que pagando cada uno su parte no fuese obligado a tener más cuenta con el cacique, a lo menos en estas provincias de acá arriba, no sería provecho ni se podría salir con ello sin perderse notoriamente. 298
Sólo una cosa quiero yo preguntar a los que tratan lo contrario antes que pasaran adelante: si cien indios pagando la tasa de plata de dos mil, como está dicho y es así averiguado, o dejándolos de asiento o trocándolos como quiera que sea, y esta plata no hay donde haberla de sacar sino por esta provincia de Las Charcas , a lo que se alcanza, si dos mil indios hubiesen de dar dos mil marcos de plata, que sería menester más de cuatro mil para ensayarlos y para comer y vestir en tanto que los buscan; si hubiesen de venir todos a ganar cada uno su parte, unos ciento cincuenta leguas y otros ciento treinta y otros más como hay la distancia, y habiendo de residir dos y tres años, poco hace más al caso que estén cerca o lejos como lo hacen si, acabados de buscar los dos marcos o cuatro que les caben, si se volverá a su tierra para tornar de allí a cuatro meses otras tantas leguas a buscar otros tantos, o si habían todos de dejar sus hijos y mujeres o traerlos, que tan determinadamente, sin ahondar el negocio, se atreven a hablar en cosa tan pesada. 301-302
Y porque en la sustancia desta razón dije que se quedarían en Potosí muchos de los que ahora residen allí y pagan la plata por su provincia, pongamos que se quieran ir a sus tierras y hagamos un presupuesto bien dificultoso de averiguar: que en ellas mismas los unos y los otros pudiesen buscar lo que les cupiese en plata. 302
Y por muchas razones que yo quiera dar -que creo que lo he mirado y tratado tanto como otro cualquier, pues fui el primero que goberné estas provincias después que se descubrió Potosí y el que lo puso en la orden que ha tenido, y el que hizo las ordenanzas de las minas y lo demás por donde hasta hoy rige -no creo que ha de perecer mi trabajo y lo que se me dé por este nuevo que ahora tomo, si no fuese que haciéndose lo que se platica se perdiese todo. 303
Y con esto es casi ordinario tomarles fuera de sus pueblos el tiempo de sembrar, y en tal caso quédanse adonde se hallan, mayormente con gente de su tierra que están puestos por mitimaes casi en todas las provincias, y acostumbran pagarles algo de lo que cogen por el terrazgo y después se vuelven; y aún algunos se quedan y desde allí acuden a sus caciques con la tasa. 305
Y también, como ya estas provincias de Las Charcas están tan pobladas de españoles, adonde quiera hallan quien les dé tierra para sembrar porque les ayuden, y aún otros regalos mediante los cuales se les quedan allí, y aún los casan con indias a quien han faltado los maridos, que para ellas poco les embaraza haber dejado mujeres en sus tierras. 305
Y por ésta y por otras muchas razones se salen y hay en estas provincias chucos y yanaconas -que se llama servicio de españoles- más de cinco mil, que fueron visitados y tasados en los repartimientos. 305
Y aún en esas provincias de Chucuyto desto se han dado excesivos dotes los unos a los otros, porque lo han aprendido de nosotros, que de antes no se usaba entrellos. 319
Y estoy satisfecho que si esto se conserva y viven sin necesidad, que es por la orden que tienen de tributar, porque de otra manera ninguna duda tengo sino que se perdería y que ningún repartimiento, con quedar ellos perdidos, no sería suficiente para pagar la tercia parte que ahora con poco trabajo; y aún con todo eso, como es notorio, si la posibilidad destas provincias y aún de casi todo el reino subió tanto por respecto de las minas de Potosí, y su riqueza y tratos y contratos que los naturales en ellas tienen. 324
Y tratándose de la averiguación si lo cumplen y llevando el castigo poco a poco se podrá remediar con el tiempo para que se venga a poner en lo que es razón; y luego entender si podrá ayudarse destos incas del Cuzco -que son prudentes- para que tengan cargo por provincias, porque de otra manera todo se ha de hacer con mucha dificultad y a fuerza de brazos. 325

pucara / pucaraes


Cita Número de página
Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacute Ynga Yupangui que, como está hecha relación más copiosa en los capítulos [que tratan de] las opiniones y guacas que dellas resultaron, habiendo sido desbaratado su padre deste inca por los changas y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. 225
En todas estas partes hallamos el día de hoy los pucaraes y fuertes adonde se recogía la gente y caminos hechos hasta la tierra de guerra. 262

punas


Cita Número de página
De manera que está entendida la razón porque diez indios de tierra estéril pueden dar más plata que treinta de otra fértil, porque allende del aparejo del ganado-que les falta, porque como está dicho, en las tierras fértiles no sería sino en las punas- hácenseles de mal, aunque estén cerca, residir en Potosí y en Porco; porque el abundancia que los de la tierra estéril pretenden viniendo a las minas, la dejan los otros en su casa, y por otras muchas razones que se han entendido y entenderán en el discurso de lo que se trata que vendrán a propósito, que todo parece dificultoso de creer aunque visto no tiene duda. 313

puquios


Cita Número de página
Especialmente, en cada pueblo puso la misma orden del Cuzco y dividió por çeques y rayas la comarca, e hizo adoratorios de diversos advocaciones [a] todas las cosas que parecían notables, de fuentes y manantiales y puquios y piedras hondas y valles y cumbres, quellos llaman apachetas, y puso a cada cosa su gente y les mostró la orden que habían de tener en sacrificar cada una dellas y para qué efecto,y puso quien se lo enseñase y en qué tiempo y con qué género de cosas. 227
Otros muchos varones y hembras tienen cargo de las guacas fijas de que está hecha particular relación en la carta general del Cuzco, ques común en todo el reino, y contiene todos los lugares que se diferencian de los otros en algo, alrededor del pueblo hasta las cumbres si es tierra áspera, que llaman éstos apachetas, como algunas piedras grandes y todos los puquios y nacimientos de agua o algunos llanos que hacen en alguna cuesta, o algunos árboles señalados, o las partes donde siembran el maíz para los sacrificios. 274

Purunrunas


Cita Número de página
Y desta victoria y suceso, que está hecha relación en el capítulo de los purunrunas, que fueron guancas que procedieron y resultaron de aquella batalla porque los changas fueron vencidos, que fue el fundamento de todas sus victorias, por esotra parte del Cuzco, hacia el camino de Colla suyo [sic: Collasuyo]. 222-223

pururaucas / Purvaraucas


Cita Número de página
De la cual batalla resultaron aquellas guacas e ídolos tan venerados entre los incas, que llamamos pururaucas, como está hecha particular relación en el capítulo que trata dellos en su lugar. 261
Finalmente, en este título fue y venció, y de allí quedó aquella imaginación de los Purvaraucas de que se hizo relación, que fue una de las más importantes que los incas tuvieron por hacerse señores. 225

quichos


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265

quillacas


Cita Número de página
Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en éstas mismas están poblados los indios que los poseen, como en todo el Collao, y a los lados, hacia la ciudad de Ariquipa hacia la costa, como en todos los carangas, aullagas y quillacas y collaguas, y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. 232
Pues no se les haría muy pesada a los quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían dado a su encomendero más de ochenta mil castellanos, si toda la tasa no pasa de doce; y si los carangas de Chuquicota daban de cada semana doscientos marcos de plata y todas las ovejas y carneros que se les pedían, que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos, si la tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve; pues los indios condes y lipes de Tapia y Segura desta provincia bien daban, si todo se contara, más de treinta mil pesos, y después no pasó la tasa de diez, y ahora no llega a cuatro. 292

quinoa


Cita Número de página
Toda la cual tierra, si bien la han considerado los que la han visto, si no fuese por el ganado, la podrían juzgar por inhabitable. Porque aunque [en] alguna della se cogen papas y quinoa, es cosa ordinaria ser las tierras estériles, y aún la poca sustancia de la tierra se conoce bien en que no se puede coger fruto en ninguna parte, en siete años, o en seis por lo menos, después que una vez siembra. 232-233

quipocamayos


Cita Número de página
Los cuales, para dividir estos once mil pesos, se juntan de todos como treinta indios principales y quipocamayos, que son sus contadores o marcacamayos, y puesto caso que dan sus voces con sus piedras y machices [sic: maíces] y frijoles puestos en el suelo con que hacen sus cuentas por la orden acostumbrada, finalmente en menos de tres horas supo delante de mí cada parcialidad lo que le cabía. 310

quipos


Cita Número de página
De lo cual, allende de lo que se puede saber por la manifestación general que por sus quipos y resgistros hicieron ante mi y ante los prelados de los monasterios de la ciudad del Cuzco, lo tengo yo mejor entendido que los demás por haber tratado tantas veces y en tan diferentes lugares de sus negocios y pleitos, y haber errado así mismo en la determinación dellos a los principios como los demás jueces, y haber visitado su tierra antes y después que tuviese noticia de lo ahora. 219
Lo qual me parece que se podía mejor entablar por presupuestos, los cuales y cada uno dellos se ha de entender que son verdaderos, y que para su verificación ni hay ni puede haber conforme a la costumbre destos indios más claridad de la que hallé, que no fue pequeña, pues faltándoles escrituras no pudieron tener otra que más satificiese a sus propios quipos por registros. 221
Desta generalidad dura la memoria entrellos y muy generalmente, como cosa muy notoria; y de lo demás no tienen noticia si no es por los señores que han tenido, que se acuerdan por sus quipos de diez a doce señores; y, según lo que dicen haber vivido cada uno, no se puede extender el tiempo a cuatrocientos años. 222
Y con esto se entenderá cuán mal afirman algunos que los lucanas y Chunvivilcas y chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado y todo lo demás traído de las dichas provincias; y es muy notorio negocio entre estos naturales. 262-263
Y los que éstos declaran por sus quipos y se entiende claro ser así, aunques verdad que por no ser ordinarios, sino como le venía la voluntad y lo ordenaba el señor, no es necesaria más de la regla general de no haber cosa tasada ni servicio que se pudiese rehusar, salvo que sola la distribución quedaba en mano de los naturales, la cual se hacía con gran orden. 281
Porque si en particular se quisiese tratar de ocupaciones y guardas de ganados, y de depósitos y guardas de registros, o quipos, como ellos los llaman, y los que venían con los tributos de toda la tierra hasta el Cuzco, y en mudar comida de un cabo para otro cuando lo pedía la necesidad, sería nunca acabar. 282
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312

Quiquixana


Cita Número de página
El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279

Quito


Cita Número de página
Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias de ordinario, como fue en las de Chile del río Maule para adelante, y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas, y en éstos de Las Charcas por los chiriguanaes, después que salieron de Brasil en los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas, hacia los chunchos y mojos. 261-262
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Y era que en todos los caminos reales de Quito hasta Chile, y más adelante, por la gobernación de Uenalcáçar hasta donde el inca conquistó y puso las fronteras, por la sierra y por los llanos y en muchas travesías, principalmente adonde había fronteras, tenían puesto chasquis cada uno por su tierra, que son unas casillas en cada topo -ques a nuestra media legua y media- que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una. 266
Y el recado en esto era tan grande, y la furia de las postas, que afirman que desded el Cuzco hasta Quito, que son quinientas leguas, y la mayor parte tierra áspera, cuando más tardaban de ida y vuelta eran veinte días. 266
Esto tuvieron ellos por grandeza y así tienen memoria de muchas veces que vinieron de Quito y de Tambez [sic: Tumbez] al Cuzco en poco tiempo, con estos antojos, de cuatrocientos y quinientas leguas. 267
Porque en ello no se pone duda, ni menos que en Quito esté una casa que los incas mandaron hacer de piedra labrada de las canteras del Cuzco, que en caso que no fuese muy grande, según la distancia del camino lo sería el trabajo de llevarla, porque son quinientas leguas. 272
Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían, allende de lo universal, sino cada uno en su tierra, vea desta ciudad hasta la de Quito, por la sierra, así por el camino que va a la ciudad de Los Reyes como tomando el de Guaxi [sic: Guari], por Guánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del inca y fortalezas y descansaderos. 282
Aunque los que hubieran tratado desto lo uno y lo otro entenderán fácilmente, porque los mismos edificios los muestran bien, y cantidad de depósitos y fortalezas en todas las fronteras de Quito hasta Chile, y las grandes guerras y largas que tuvieron los incas con la gente que le quedó por meter debajo de su dominio cuando los españoles entraron en la tierra, que después acá se ha hecho bien poco en su reducción. 282

rayme


Cita Número de página
Y estos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y pascua del çayne [sic: rayme], que era la principal, y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden, aunque de suyo es buena y provechosa, pero la pretensión de los incas,y tenerlos más sujetos, era y fue importantísima; mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba. 226-227
De las cuales, por el mes de febrero, que era cuando se hacía la fiesta del ayme [sic: rayme] en la ciudad del Cuzco, que era su fiesta principal, las tenía puestas en aquella ciudad conforme a lo que cabía a cada una de las provincias. 256
Inquiriendo la razón de haberla traído, dicen haber sido por reverencia del Tizeberacocha, a quien ellos dirigen principalmente sus sacrificios, y le envían las cenizas dellos por aquellos dos ríos que salen del Cuzco en cada un año, con aquella solemnidad de los bacos y cantares de que se hizo relación en la fiesta del Ayme [sic: rayme]. Iban con ellas [las cenizas] a la cueva de Pacaytambo, que es donde ellos tienen por opinión que salieron aquellos siete hombres y mujeres después del diluvio de que se tornó a multiplicar todo el mundo. 271

registro / registros


Cita Número de página
Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277
Hecha pues esta división general a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo, luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido conforme al número viejo y posibilidad, y hacen su distribución, que también a ésta me hallé yo presente por entenderlo de raíz. 312
Y con esto se entenderá cuán mal afirman algunos que los lucanas y Chunvivilcas y chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado y todo lo demás traído de las dichas provincias; y es muy notorio negocio entre estos naturales. 262-263
Y yo, por sus mismos registros, para ensayar la manifestación saqué muchas que [había en] las provincias de Chynchasuyo y Collsuyo. 226
En este tiempo, poco más o menos, debe de haber que ellos empezaron a señorear y conquistar en aquellas comarcas del Cuzco; y, según parece por sus registros, algunas veces fueron desbaratados. 222
Porque si en particular se quisiese tratar de ocupaciones y guardas de ganados, y de depósitos y guardas de registros, o quipos, como ellos los llaman, y los que venían con los tributos de toda la tierra hasta el Cuzco, y en mudar comida de un cabo para otro cuando lo pedía la necesidad, sería nunca acabar. 282
Y así se puede entender, conforme a la relación que ellos dan y lo que tienen asentado en sus registros, que desde el tiempo quel inca los señoreó hasta que los españoles entraron en la tierra fue sin comparación más lo que se multiplicó en el ganado por la orden que en ellos se tenía que no lo que ellos pudieron dar de tributo para la religión y para el gobierno. 254
Y aunque en el registro de los incas muy por extenso hallamos memoria, también cada provincia tiene sus registros de las victorias, guerras y castigos de su tierra. 223
Y ayudoles en gran -a mi parecer- que ninguna provincia les pretendió inquietar y a ellos en su tierra, sino que se contentaban con que los dejasen en la suya, porque desto no hay memoria en sus registros ni en los de los otros. 223
Lo qual me parece que se podía mejor entablar por presupuestos, los cuales y cada uno dellos se ha de entender que son verdaderos, y que para su verificación ni hay ni puede haber conforme a la costumbre destos indios más claridad de la que hallé, que no fue pequeña, pues faltándoles escrituras no pudieron tener otra que más satificiese a sus propios quipos por registros. 221
Y aunque en el registro de los incas muy por extenso hallamos memoria, también cada provincia tiene sus registros de las victorias, guerras y castigos de su tierra. 223
Y según esta orden, si todos estuviesen juntos en media hora sabrían la distribución, cómo se había de hacer y cuánto cabía, sin altercarles más de sacar sus hilos con sus nudos, que era registro común de las partes y su libro. 288-289

reino / reinos


Cita Número de página
El cuarto presupuesto [es] que allí adonde pobló los pueblos en todo el reino, en cada uno dividió las tierras en esta forma: una parte dellas aplicó para la religión, dividiéndola entre Sol y el Pachayachachi y el Trueno -quellos llaman Chucuylla-/ y la Pachamama y los muertos y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar desto en particular, porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que, aunque no tuviera otra cosa en qué entender, no estuviera muy desocupado. 227
También fue gran subsidio el que tenían en todos los pueblos del reino con la orden que los incas tenían puesta para la veneración de los adoratorios y oficios que tenían estatuidos que hubiese (como está hecha relación en el capítulo que particularmente trata desto) en las guacas y adoratorios. 273
Y por esta misma orden -por abreviar-se llevaba toda la comida, así de maíz, chuño y ají, y todas las demás cosas dde bastimento que se cogían en todo el reino, que se sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas para ello. 260
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288
El cual, en la mayor parte del reino y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey destos reinos, se les quitó en su tiempo e hizo los caminos más fáciles, y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchas. Y de la ciudad de Los Reyes fue la primera, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo la de Xauxa y la de Angoyaco y la de Aucay y la del angostura del Cuzco y la de T[blanco], con la cual, aderezando solamente media legua el camino real, se excusan la de Quiquixana, Combapata y otras más pequeñas. 279
Otros muchos varones y hembras tienen cargo de las guacas fijas de que está hecha particular relación en la carta general del Cuzco, ques común en todo el reino, y contiene todos los lugares que se diferencian de los otros en algo, alrededor del pueblo hasta las cumbres si es tierra áspera, que llaman éstos apachetas, como algunas piedras grandes y todos los puquios y nacimientos de agua o algunos llanos que hacen en alguna cuesta, o algunos árboles señalados, o las partes donde siembran el maíz para los sacrificios. 274
Y así, gobernando estos reinos el marqués de Cañete se trató esta materia, y hallando verdadera esta información que yo le hice, queriéndola saber de mí y el remedio que podía tener, se hizo de esta manera: que a la provincia de Chucuyto se le volvieron los indios y las tierras que tenía en la costa en el tiempo del inca donde cogían sus comidas; y a Juan de San Juan, vecino de Ariquipa en quien estaban encomendados, se le dieron otros que vacaron en aquella ciudad, y así quedó aquella provincia remediada. 247
Y porque esta opinión que los caciques roban a estos indios es tan común, y no sin gran ocasión, es bien que se entienda la orden que tienen en hacerlo para que se pueda remediar, de manera que todo lo dicho sirva, allende del intento principal que se tuvo -que sacarlos de su comunidad y orden de contribuir y distribuir lo que les está tasado sería perniciosísimo y total destrucción de todo el reino y perdición dellos mismos- para entender que si están tasados en diez y los abaja en dos, que no se los llevan a los caciques y principales sino que en ellos haya cuenta y razón; y lo mismo en las comidas y ropa, y en todas las demás cosas que se les manda acudir. 318
Y que, cumplido con lo que le cabe, saliese de la sujeción y mandado de los caciques y de su orden y libremente pudiesen ir donde les pareciere, sería sacarlos el freno con que los hacen estar juntos y concertados, y con que se conservan y conservaron antes que hubiésemos los cristianos estos reinos. 322
De lo cual, después que ellos tuvieron pacíficas sus comarcas, también les ayudaba tener la tierra fortísima, porque por cuatro caminos quel Cuzco tiene a todo el reino que salen dél ninguno hay que no tenga río que en ningún tiempo del año se vadea bien si no es por maravilla, y la tierra es asperísima y fuerte. 223-224
Otro tributo tenían común en todo el reino, del servicio de tambos y caminos y puentes en todos los ríos, que son muchos, a todo lo cual acudían por comarcas conforme a la orden que se les había puesto. 278
Y esta gente nunca volvía a su tierra sino siempre estaban allí, acompañando el cuerpo; y antes, cuando faltaba, se les proveía de más para aquel servicio, y tenía siempre el cuerpo un capitán a cuyo cargo quedaba toda aquella gente desde que fallecía, y sólo éste y las mujeres a cuyo cargo estaba el limpiarle y lavarle de ordinario y renovarle la ropa y algodón le podían ver el gesto-aunque dicen que ciertas veces le veía el hijo mayor que sucedía en el reino. 281
Traído de todo el reino, era en grandísima cantidad, porque allí tenían las casas principales de todos los dioses, y gente mucha en cada una que no entendían en otra cosa, y cada día sacrificaba cada uno en la plaza y en los cerros, que [es] cierto ver en esto la manifestación general. 228
Pero de lo que cogía desta parte que le cabía en repartimiento que se le daba en cada un año, tampoco pagaba tributo -en lo cual no hay que dudar- en todo el reino y nunca le pagaron, que, como está presupuesto, el tributo era sembrar las chácaras estatuidas para el inca y para su religión de comunidad -que eran muchas- y coger y poner en los depósitos lo que dellas procedía, en los cuales había siempre gran cantidad sobrada. 238-239
Y estas tierras dividían en cada un año y dividen hoy día en la mayor parte del reino, y yo me he hallado presente a la división en muchas, y principalmente en la provincia del Collao y en la del Chucuyto. 238
Y lo más ordinario y general es mirar las asaduras de los cuys, que son unos animalejos como conejos mansos de muchas colores que ellos crían en todo el reino en sus casas, degollados con ciertas ceremonias, y es negocio importante; hacen lo mismo en los corderos de la tierra y en carneros grandes y de otras maneras diferentes. 273
Y estos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y pascua del çayne [sic: rayme], que era la principal, y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden, aunque de suyo es buena y provechosa, pero la pretensión de los incas,y tenerlos más sujetos, era y fue importantísima; mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba. 226-227
Que, presupuesto que el inca daba de comer a todas sus guarniciones y servicio y parientes y señores que consigo tenía destos tributos y comida que de todo el reino se traía / al Cuzco, si tenía guarniciones o guerras la comida de unas partes se pasaba a otras, allende del gasto ordinario. 229
Para lo cual se tresquilaban los ganados del inca y del Sol en la cantidad necesaria, y había gran suma della en ls depósitos para labrarla conforme a lo que se les mandaba en cada una dellas provincias por sí, señaladamente conforme a lo que les cabía de lo que se mandaba hacer en todo el reino; y de los depósitos se llevaba al Cuzco por el mes de febrero con los demás tributos, de manera que siempre se hacía de suerte que los depósitos eran mayores. 259
Y así en el Cuzco las más casas las tienen de una pieza, aunque hay muchas bien anchas; y en todas cuantas las han querido poner y han acortado gran número los indios para pilares, quien quiera puede considerar la mucha gente que debía de andar en estos edificios, para los cuales la contribución se hacía en general por todo el reino. 269-270
Porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, hacían su distribución por sus umos [sic: hunu] y provincias en todo el reino, y por la orden que se dirá en su lugar. 270
Y así, no solamente en el Cuzco pero en todo el reino, se tuvo gran veneración a esta plaza por esto y por las fiestas y sacrificios que en ella se hacían, de ordinario, por la salud de todo el reino, reservadas solamente a los incas, que por haberlo tratado en su lugar no se hace relación. 271-272
Y en lo primero pierde a quien se encomendaron sus méritos y gratificación, y [en] lo segundo, queda la proporción y población deshecha, que aún sin estas permisiones es este reino muy despoblado y la más tierra dél sería de trabajosa habitación si no fuese por los ganados que conserva la gente que vive en tierra estéril, y con ellos son abundosamente proveídos de todo lo que nace en la fértil. Por esta razón se ha de tener gran consideración a la conservación de estas ovejas de la tierra. 252
Para que esta materia se entienda mejor es menester presuponer, para los que no se hallaron presentes, que concluida la tasa, en que se tuvo consideración al número de los indios y comarca donde tenían sus tierras y granjerías en que se entendían y tierras y ganado que poseían, que todos los que en sus tierras tuvieron minas, que fue la mayor parte de las provincias del reino que están en la sierra, sacaron dellas el tributo, porque lo mismo hacían antes de la tasa; y como era mucho más cantidad que lo tasado, no tuvieron más que hacer de atajar el número de los indios que en ello entendían. 295
También fue gran subsidio el que tenían en todos los pueblos del reino con la orden que los incas tenían puesta para la veneración de los adoratorios y oficios que tenían estatuidos que hubiese (como está hecha relación en el capítulo que particularmente trata desto) en las guacas y adoratorios. 273
Otra contribución y tributo tuvieron éstos en tiempo del inca de gran trabajo, y era de dar gente de todo el reino para los edificios del Cuzco, que fueron muy pesados. 268
No era pequeña pesadumbre, aunque se hacía pocas veces, el servicio que éstos daban al inca cuando sucedía por señor en el reino. 280
Porque como está dicho, el servicio de su antecesor, ni en la ropa que en el discurso de su vida se hallaba en los depósitos del Cuzco ni en su vajilla de oro y plata -que era muy notable lo que se hacía para cada inca cuando sucedía en el reino- ni en otra cosa que él tuviese por propia, sino que todo esto y la gente de su servicio quedaba para el cuerpo, para el cual y para el servicio se le hacían chácaras. 280
Y todos los demás que después que Su Majestad tiene estos reinos hemos procurado descubrir y conquistar, que creo que son más de quince jornadas las que se han hecho por esta tierra, no sabemos que haya un cristiano ni se pueda doctrinar, sino sólo estos que estaban en esta orden debajo de la sujección del inca. 321
Pues a[l] cabo de un año que había tratado las cosas de esta tierra, aunque con enfermedades, con haber puesto la orden en México en tan largo discurso de tiempo, decía que primero que mudase ni ordenase cosa ninguna en este reino había de hacer tres cosas: la primera ver la tierra, la segunda conocer la capacidad de los indios, la tercera saber sus costumbres y fueros y manera de vivir y tributar antiguamente. 252
Del cual servicio ninguno se reservaba, porque con todo el reino se hacía el repartimiento de lo que era menester por provincias; y en muchas provincias estaba la gente de asiento como mitimaes de todas naciones, como en Pocona y en otras partes que se quedaron y encomendaron así como los hallamos. 262
Que, como está dicho, el repartimiento y las provincias y el reino estaba dividido por cuotas partes, de manera que si a una provincia le cabían diez, luego sabía cada parcialidad si era sétima o quinta o décima parte con lo que había de acudir; y la misma orden guardan hoy en la división del tributo de un repartimiento, sin tener consideración si algunas de las parcialidades ha venido en disminución, o por pestilencia que dio más en unas partes que en otras, o porque la gente que ha ido a entradas o descubrimientos ha llevado más gente de aquella parcialidad, que acaece caberles más en comarca, o que por ser mitimaes se ha disipado y sacádolos de su tierra españoles, porque éstos salen de mejor voluntad a servir. 290
Y estoy satisfecho que si esto se conserva y viven sin necesidad, que es por la orden que tienen de tributar, porque de otra manera ninguna duda tengo sino que se perdería y que ningún repartimiento, con quedar ellos perdidos, no sería suficiente para pagar la tercia parte que ahora con poco trabajo; y aún con todo eso, como es notorio, si la posibilidad destas provincias y aún de casi todo el reino subió tanto por respecto de las minas de Potosí, y su riqueza y tratos y contratos que los naturales en ellas tienen. 324
Y estas tierras dividían en cada un año y dividen hoy día en la mayor parte del reino, y yo me he hallado presente a la división en muchas, y principalmente en la provincia del Collao y en la del Chucuyto. 238
Y así, gobernando estos reinos el marqués de Cañete se trató esta materia, y hallando verdadera esta información que yo le hice, queriéndola saber de mí y el remedio que podía tener, se hizo de esta manera: que a la provincia de Chucuyto se le volvieron los indios y las tierras que tenía en la costa en el tiempo del inca donde cogían sus comidas; y a Juan de San Juan, vecino de Ariquipa en quien estaban encomendados, se le dieron otros que vacaron en aquella ciudad, y así quedó aquella provincia remediada. 247
Con lo cual, entendida una vez la división de todo el reino y la cantidad de gente de cada provincia y las provincias que estaban debajo de cada [h]uno, a que les [ll]amaran a estos diez mil indios casados, las contribuciones y distribuciones eran facilísimas sin recibir ninguno agravio, porque poco más o menos siempre estaban en un ser, considerados muertos y nacidos, sin haber necesidad de contarlos en mucho tiempo después quel inca los puso debajo de su dominio. 249

repartimiento / repartimientos


Cita Número de página
Pero entiendo que si los indios de un repartimiento son mil y tienen quinientos mitimaes (los cuales en ninguna parte poseen ganado), que si el tributo son quinientas cabezas les manden buscar la mitad, como lo hacen, es imposible cumplir aunque todos juntos no entiendan en otra cosa todo el año. 236
Y se hallaron en la visita, y por razón dello les mandaron llevar a Potosí cantidad de comida al respecto del ganado que se entendía que había en el repartimiento; y este género de contribución era tributo muy conocido en tiempo del inca, porque lo llevan en estos miembros ganados del Sol y del inca al Cuzco en gran cantidad, y a otras partes donde era menester. 237
Y claro está que si diez indios se salen de un repartimiento para irse a otro, que la tasa del uno se aumenta y carga sobre los que quedan y la del otro se disminuye, y todas las veces que el principal dijese: 'aquellos fueron tasados y contados en mi tierra y se me han ido a tal repartimiento', que habiendo de hacerles justicia se ha de hacer una de dos cosas: o mandarles que vuelvan y acudan con su tasa o descontar aquello menos del tributo que se les tasó respecto de las personas que fueren; y luego también sería justicia que el repartimiento donde se fueron se añadiese más en el tributo conforme al número. 251
Para lo cual no se ha de tomar argumento de lo que se hace en México, porque allende de ser diferente la gente y la tierra desde el principio tuvo orden, y en ésta se empieza a poner ahora, y aunque un indio se vaya a otra parte, no por eso dejan de cobrar dél el tributo, con tener más indios un repartimiento que acá toda la tierra. 251-252
Del cual servicio ninguno se reservaba, porque con todo el reino se hacía el repartimiento de lo que era menester por provincias; y en muchas provincias estaba la gente de asiento como mitimaes de todas naciones, como en Pocona y en otras partes que se quedaron y encomendaron así como los hallamos. 262
Que, como está dicho, el repartimiento y las provincias y el reino estaba dividido por cuotas partes, de manera que si a una provincia le cabían diez, luego sabía cada parcialidad si era sétima o quinta o décima parte con lo que había de acudir; y la misma orden guardan hoy en la división del tributo de un repartimiento, sin tener consideración si algunas de las parcialidades ha venido en disminución, o por pestilencia que dio más en unas partes que en otras, o porque la gente que ha ido a entradas o descubrimientos ha llevado más gente de aquella parcialidad, que acaece caberles más en comarca, o que por ser mitimaes se ha disipado y sacádolos de su tierra españoles, porque éstos salen de mejor voluntad a servir. 290
Pero de lo que cogía desta parte que le cabía en repartimiento que se le daba en cada un año, tampoco pagaba tributo -en lo cual no hay que dudar- en todo el reino y nunca le pagaron, que, como está presupuesto, el tributo era sembrar las chácaras estatuidas para el inca y para su religión de comunidad -que eran muchas- y coger y poner en los depósitos lo que dellas procedía, en los cuales había siempre gran cantidad sobrada. 238-239
…es qué sea la razón porque después que hay jueces ni (sic) audiencias, con ser éstos tan amigos de pleitos, no creo yo que han visto pleitear un indio con otro sobre tierras en un repartimiento, y es porque ninguno tuvo propiedad en ninguna dellas. 239
El tercero, que como el [en] comendero recibe toda la comida que se coge del repartimiento acaece rescatarle con ella el ganado y, compelidos con el hambre, hanlos de dar como él quisiere, de manera que siendo el tributo de comida, le está mejor al amo quel año sea malo para que valga más. 239
El cuarto, que se puede creer piadosamente que no será igual el repartimiento, ni en semejantes años el cacique ni los principales contribuirán conforme a lo que cada uno cogió; antes acaece coger una vieja dos hanegas de papas y llevárselas sin dejarla cosa que coma aquel año, y el viejo y el enferno. 239
Y por esta orden pudiera hacer relación de todos los demás repartimientos desta provincia de Las Charcas de que yo tengo más noticia -todo sin el servicio y ocupaciones, que eran conforme a la voluntad de los encomenderos; que si algunos ahora dan algo de aquello se les paga y en ello se viene a descontar buena parte de la tasa. 292
En efecto, porque habiendo atajado los daños antes de la tasa, tiempo tuvieron para entender si estaban cargados o qué repartimientos eran los agraviados porque el remedio se pusiera. 294
En particular, sabiendo dar razón de lo que se hacía, y no tan a carga cerrada que no les quedase otra guarida a los que en ello entendían sino responder que por mucho que les quitasen les debían menos, que era bien concluyente razón para concluir con las provisiones que les mandaban hacer la tasa, y conforme a la posibilidad de los repartimiento, tratos y granjerías de los indios. 294-295
Para en prueba de lo cual bastará el ejemplo de tres o cuatro repartimientos que ahora en este año y en los pasados han pleiteado en esta real audiencia de Las Charcas, uno de los cuales fue la provincia de Achacache, ques en el Collao, el cual pretendió lo siguiente. 296
Bastante argumento es éste para entender que si el tal repartimiento tiene dos mil indios de visita y a todo él se le mandó pagar siete mil pesos en plata -que lo demás es de poca importancia-, que si éstos los pagan ochenta indios quel repartimiento no está agraviado. 297
De manera que decir quel tributo se distribuyese por cabezas en el repartimiento y que se empadronasen los indios, y que pagando cada uno su parte no fuese obligado a tener más cuenta con el cacique, a lo menos en estas provincias de acá arriba, no sería provecho ni se podría salir con ello sin perderse notoriamente. 298
Lo primero, considerada la orden que han dado los indios en la distribución de sus tasas, ques tasa casi general y está asentada universalmente casi en todos los repartimientos, desde el Cuzco hasta Potosí, cualquier repentina mudanza lo alteraría, de suerte que fuese menestar más tiempo para volverlo a poner como estaba que para mudarlo como se pretende. 299
La otra razón es porque entendiendo bien la orden sobre dicha que los indios han dado para pagar sus tasas de plata, que es poner en Potosí de sus repúblicas aquellos que son menester para que les busquen en la orden sobredicha, y repartidos por sus ayllos y parcialidades, si ahora se proveyese que todo el repartimiento pagase por personas o cada uno lo que le cupiese sería cierto que los que están en Potosí -o la mayor parte- se quedarían allí. 301
Y si en un repartimiento hay naturales y mitimaes y quisiese que pagasen por personas tanto los unos como los otros, tengo por cierto que cuando viese el daño no sería parte para poner el remedio. 307
Y si el repartimiento tiene pescadores que hombres son como los otros, y aún industriados por el tiempo más hábiles para tejer y hacer ropa que ningunos,no sé yo qué distribución se puede hacer por personas entre gente que, cada vez que viniere el tercio, será menester armar redes para cogerlos en el agua, siendo verdad que no tienen más fundamento sus casas y moradas que un poco de totora encima del agua, que es donde están este año y se mudan el que viene (algunas veces suele haber cinco leguas). 307
Y si en un repartimiento hay ganado, el cual se posee por parcialidades fuera de lo común, no será razón igualar a los que tienen mucho con otros que por ventura no tienen ninguno o mucho menos. 307
Finalmente, que nunca por la distribución de un año pasa el siguiente ni será posible hacer ninguno el repartimiento tan igual ni tan delicado como ellos mismos, con ser algunas veces en pueblos que la mitad de la gente no ha tenido habilidad para aprender el pater noster con haber treinta años que se les enseña. 308
Claro que la razón porque diez indios de un repartimiento adquieren en Potosí más plata que treinta de otro, que esta ventaja no la causa solamente la habilidad para buscarla, aunque hace mucho al caso, sino al aparejo que llevan para adquirirla; y lo principal es el ganado, porque tres indios con cien carneros más ganan en hacer carbón un mes que treinta indios de los otros alquilándose en un año, y este ganadoque llevan cuando van a Potosí, en la distribución que hacen lo dividen según cada uno de aquella parcialidad tiene, y algunas veces el ganado de uno va y no va la persona, y otras al contrario. 309
De manera que entendido que entre ellos hay orden y cuenta y razón tan delicada que sobre un chuco de maíz o sobre dos libras de lana los vemos diferir cuando hacen sus repartimientos, ques cosa maravillosa la diligencia que ponen, aunque no se lleve más de lo que cabe, tengo por gran atrevimiento tratar de mudanza de una orden tan general entre gente nueva. 309
Para lo cual quiero concluir con la distribución que en mi presencia ha hecho el repartimiento de Paria cuatro veces en diferentes tiempos. 309
Pongo el ejemplo en este repartimiento porque hay tres parcialidades: la una destos huros pescadores, que serán más de la mitad, y algunos quieren decir que las dos partes; los otros se llaman casayas; y la otra parcialidad son indios suras . 309-310
Y en este general repartimiento -porque se vaya entendiendo el fraude de los caciques- entendidas sus pláticas y cuenta no hay duda sino que ninguno consiente agraviar a su parcialidad, y que tiene consideración que cuando se me declararon en sus porfías conocí ser imposible venir a nuestra noticia en mucho tiempo. 310
Y fueron visitados y tasados con todo el repartimiento, así junto hiciese la distribución entrellos en la forma susodicha, y aún según me certificaron, aunque ello no cumple. 311
Porque si en la primera división de Hanansaya y Hurinsaya que se hace en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude como está dicho, ni menos en la que cada una de las parcialidades con sus principalejos, cada uno según su posibilidad y división antigua, sólo resta saber si cada principal lleva más a estos indios que residen en Potosí de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba, pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar los que quedan. 314
Para que mejor se entienda su condición y costumbre, lo cual es muy necesario para su gobierno, se ha de entender que si hay obra pública nueva a que les manden acudir y que distribuyan generalmente cien indios, entre todos lo hacen con menos pesadumbre que si después de distribuidos a cualquier repartimiento les manden uno solo, aunque le paguen doblado de jornal de lo que comúnmente gana. 320
Y para todo no es menester tratar con más de con dos o con tres principales en un repartimiento de mil indios, porque ellos lo tratan con sus inferiores y en una hora se entiende en quién está la falta, y en otra se remedia por la orden que ahora se tiene entrellos, que es su fundamento desde que se acuerdan. 320
Pero si estuviesen empadronados y por el padrón hubiesen de ser compelidos, sería menester -aunque se entendiese la falta que tengo por imposible -andar un año a buscarle, y aunque todo un cabildo de una ciudad no entendiese en otra cosa sino con sólo un repartimiento, no creo yo que saldría con que estuviesen concertados como ahora. 321
Porque es menester responder a todo, parece que se podría ofrecer una que, según esta relación, estando las cosas en los términos que ahora cuanto a la posibilidad de la tierra, que si, como hemos concluido, ochenta y cien indios de un repartimiento de mil y más indios pagan la tasa de plata, que proveyéndose que fuesen doblados podrían dar otra tanta cantidad, que son consecuencias que cuadran a algunos conforme a sus opiniones. 322
Y estoy satisfecho que si esto se conserva y viven sin necesidad, que es por la orden que tienen de tributar, porque de otra manera ninguna duda tengo sino que se perdería y que ningún repartimiento, con quedar ellos perdidos, no sería suficiente para pagar la tercia parte que ahora con poco trabajo; y aún con todo eso, como es notorio, si la posibilidad destas provincias y aún de casi todo el reino subió tanto por respecto de las minas de Potosí, y su riqueza y tratos y contratos que los naturales en ellas tienen. 324
Para que los caciques no roben ni lleven más de lo que fuere tasado a sus indios no es necesario tocar a la tasa quel repartimiento está obligado a dar, ni poner otra orden de la que ellos tienen en pagar por las razones dichas, porque juntos los pueblos y hecha congregación de los indios en cuanto fuere posible -en lo cual también es menester gran tiento para la reducción, considerada las tierras y el agua y comodidad que para ello hubiere- luego es necesario que se haga tasa entre los caciques y sus indios. 324
La primera es qué sea la razón porque tantos pleitos como hay entre los indios -que casi tienen ocupados audiencias, corregidores y todos los demás jueces- no pende casi ninguno entre un indio y otro de un pueblo, ni aún de una provincia, sino entre los pueblos o parcialidades y aún pocas veces o ninguna penden sino entre diferentes repartimientos, porque si es toda una la contribución no pleitean. 243
Lo segundo, cuanto a lo que de parte de Su Majestad se ha hecho hasta ahora todo queda sin fundamento, porque lo sustancial ha sido las vistas y tasas que por virtud dellas se ha hecho, de las cuales la principal ha sido averiguar el número y, conforme a él, habido respecto a la comarca y granjerías, tasar la contribución y cantidad con que han de acudir los de un repartimiento y, conforme a este número, asimismo los indios han dividido las distribución por ayllos y parcialidades. 250
Cuanto más que, entendida la [orden] de los mitimaes quel inca puso de unos repartimientos en otros, y que las encomiendas se hicieron como se hallaron, que entienden los caciques que les queda facultad a los indios para volverse dondel inca los sacó, que muchas encomiendas quedarían inútiles y mucha tierra despoblada, y toda la buena orden perecería sin ningún remedio. 251
Y por ésta y por otras muchas razones se salen y hay en estas provincias chucos y yanaconas -que se llama servicio de españoles- más de cinco mil, que fueron visitados y tasados en los repartimientos. 305

saybas


Cita Número de página
Las cuales juntas de todas las provincias, que eran en gran cantidad, mediado el mes de marzo a mi cuenta -según la que ellos dan por las lunas contando el discurso del Sol por aquellos pilares o topos que llamaban ellos saybas, que están en torno de la ciudad del Cuzco- las repartía el inca o su lugarteniente, habiéndose hecho una fiesta solemne para ello, en esta forma: que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que tenían sus casas para su servicio, en las cuales había gran guarda para que siempre estuviesen doncellas. 256

Sayri Topa


Cita Número de página
Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277

señor / señores / señorear / señorío / señoríos


Cita Número de página
La primera, que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra, hecha merced dello por el inca, no contribuían desto en ninguna manera; pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es que en esto que poseían en propiedad -y en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras partes- que también muerto aquel a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía, salvo que uno que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad lo tenía en su cabeza, y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas desta manera: que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales; y tantas partes se hacían cuantas personas había. 241-242
Desta generalidad dura la memoria entrellos y muy generalmente, como cosa muy notoria; y de lo demás no tienen noticia si no es por los señores que han tenido, que se acuerdan por sus quipos de diez a doce señores; y, según lo que dicen haber vivido cada uno, no se puede extender el tiempo a cuatrocientos años. 222
También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío, que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223
Si importara algo pudiéramos muy bien colegir el tiempo que había que cada una estaba pacífica debajo de la sujeción del inca; pero esto no importa para lo que se pretende, pues basta tener averiguado que estos incas señorearon por violencia y guerra y el tiempo que ha empezaron su conquista, la cual fueron partes para hacer porque no tuvieron contradicción universal sino cada provincia defendía su tierra sin ayudarle otro ninguno, como eran behetrías. 223
Y lo primero que estos incas propusieron, aunque no fue éste el título que acabaron y el que les hizo señores, fue una imaginación que se les asentó o que ellos fingieron a los principios: que después del diluvio habían salido de una cueva que ellos llaman Pacaritanbo -cinco leguas del Cuzco, donde está labrada antiquísimamente una ventana de cantería arrimada a un cerro que fue antiguo adoratorio suyo- siete personas hombres y mujeres de los cuales se había multiplicado todo el mundo (...) De lo cual resultaron en todas las provincias, en cada una, / su adoratorio de la misma dedicación. 224
Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacute Ynga Yupangui que, como está hecha relación más copiosa en los capítulos [que tratan de] las opiniones y guacas que dellas resultaron, habiendo sido desbaratado su padre deste inca por los changas y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. 225
Finalmente, en este título fue y venció, y de allí quedó aquella imaginación de los Purvaraucas de que se hizo relación, que fue una de las más importantes que los incas tuvieron por hacerse señores. 225
El tercero capítulo: presupuesto que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados; y que se contasen y dividiesen por parcialidades; y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos; y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro, que llamaban esta división de diez mil indios uno [sic: hunu]. Y sobre todos, un gobernador inca, a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedi[d]o, así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás, por cuenta y muy particular y menuda. 226
Y estos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y pascua del çayne [sic: rayme], que era la principal, y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden, aunque de suyo es buena y provechosa, pero la pretensión de los incas,y tenerlos más sujetos, era y fue importantísima; mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba. 226-227
Que, presupuesto que el inca daba de comer a todas sus guarniciones y servicio y parientes y señores que consigo tenía destos tributos y comida que de todo el reino se traía / al Cuzco, si tenía guarniciones o guerras la comida de unas partes se pasaba a otras, allende del gasto ordinario. 229
Porque si es derecho realengo, sucede en él Su Majestad, y estas encomiendas que hace temporales, por vida o vidas como a él le parece, claro está que no es su intento, ni es justo que lo sea, en encomendar la hacienda de los indios sino lo que a él le pertenece, y que el tributo que tasa ha de ser de aquello mismo quel inca llevaba como rey y señor, y no de lo concejil ni propio. De lo cual sucedió un engaño notable, y fue que a Su Majestad le informaron que todas las chácaras de coca eran del inca. 230
Y procuré sobre esta materia ponerlos en razón, unas veces como persona pública y otras como privada; y aunque lo entienden así, es cosa maravillosa ver cuán cuesta arriba se les hace, porque en caso quel mismo encomendero quiera deshacer el yerro de la tasa y perdonar lo que cabe a los mitimaes, los naturales tornan a echar parte de lo que resta y, en fin, lo traen porque son muy señores dellos. 237
Pero todos dicen verdad, y por no entenderse el origen de la cosa sobre que se pleitea muchas veces lo dan a cúyo no es, y el verdadero señor y propietario lo dejan sin ello, o porquel otro presentó más testigos o fue más diligente o pagó mejor al procurador o escribano que hace más al caso. 245
Y aunque estaba en tierra ajena eran sujetos a sus caciques y no a los señores de la tierra donde residían, que es otro género de gente muy notoria que los que llamaban mitimaes, porque éstos salían de la sujeción de los caciques y de su naturaleza. 246
Y de lo que llevaban para el inca también se proveían las casas donde estaban los señores incas, de que se mantenían el servicio que cada uno dellos tenía era mucho. 260
Asimismo, tenían mucha gente de servicio de todas las provincias en la ciudad del Cuzco para el inca y para su gente, el cual mudaban en cada un año; y uno particular y de no poca pesadumbre: que, como está dicho, todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el mismo cuerpo del señor que le había conquistado; y así, todos los cuerpos y los ídolos estaban en aquel galpón grande de la casa del Sol, y cada ídolo destos tenía su servicio y gastos y sus mujeres; y en la casa del Sol le iban a hacer reverencia los que venían de su provincia. 260-261
Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacuti Ynga Yupangui Ynga, que fue uno de los que yo envié al marqués de Cañete a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé en él el ídolo principal de la provincia de Andauaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Batcuvilca , el señor principal della, y le mató. 261
Pero aún después que los cristianos entraron en la tierra fue este daño mucho mayor en los señores porque tomaban ellos y sus hijos la licencia más cumplida y copiosa que antes se les daba, porque cada uno era inca en su tierra, y los vivos que no quedaban en los señoríos con el amor de los padres, y con la pretensión que se hiciese lo mismo con ellos, alargábanse demasiadamente. 276
Y en los incas-quiero decir en los que fueron reyes, a los cuales llamaban estos Capa Ynga por sus memorias-siempre se fue multiplicando el daño como fueron señoreando más. 277
Y así parece que a Guaynacapa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados, por los registros, se le mataron mil personas de todas edades, porque éste fue el postrero inca que murió en su trono, que los demás, como Guaspar [sic: Guascar] y Tavaliça [sic: Atahualpa] y Mango Ynga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. 277
No era pequeña pesadumbre, aunque se hacía pocas veces, el servicio que éstos daban al inca cuando sucedía por señor en el reino. 280
Y los que éstos declaran por sus quipos y se entiende claro ser así, aunques verdad que por no ser ordinarios, sino como le venía la voluntad y lo ordenaba el señor, no es necesaria más de la regla general de no haber cosa tasada ni servicio que se pudiese rehusar, salvo que sola la distribución quedaba en mano de los naturales, la cual se hacía con gran orden. 281
De manera que no se niega quel remedio para que los caciques con sus indios no sean tan señores deja de ser necesario, pero que por esta razón quieran mudar la orden que entrellos hay para pagar y buscar sus tributos como les están tasados, con la cual acuden ellos a tan poca costa y trabajo, como está hecha relación, es destruir todo el fundamento, y pretendiendo la libertad y descanso destos naturales, derramarlos y despoblarlos, de suerte que lo que hiciere un hombre solo a quien se le dé comisión, sin entenderlo no lo adoben después ciento con todo el poder y prudencia del mundo. 319-320
Ques pues justo es que, pues son señores y le ha de quedar el cuidado de mandar y ejecutar las leyes que para su policía les fueron puestas, que tengan algo por razón del señorío y trabajo, lo cual se ha de tasar en sementeras, y quien les haga ropa y otras cosas de las necesarias. Y luego se entenderá con qué principales se ha de entender esto, y puesta la pena para que no excedan. 324-325
Y así se puede entender, conforme a la relación que ellos dan y lo que tienen asentado en sus registros, que desde el tiempo quel inca los señoreó hasta que los españoles entraron en la tierra fue sin comparación más lo que se multiplicó en el ganado por la orden que en ellos se tenía que no lo que ellos pudieron dar de tributo para la religión y para el gobierno. 254
Y tuvo su majestad muy gran razón de mandar averiguar el origen del señorío destos incas y la forma que tuvieron en servirse de las gentes desta tierra y la que ellos mismos tenían en la distribución de lo que daban, porque desto resultaría todo lo que toca a la justicia y fueros que entrellos se guardaban e, incidentemente, el daño que han recibido y reciben en la orden del proceder que con ellos se tiene en la determinación de sus pleitos. 220
También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío , que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223
No creo yo que se halla en ningún señorío de gente de la que tenemos noticia que tanto ni con tantas ceremonias gastasen en sacrificios y que tanta parte de tierras se aplicasen en cada pueblo para ese efecto. 228
No teniendo nadie propiedad ni señorío distinto en ninguna tierra, no tienen para qué ni título cómo pleitear uno con otro si no fuere alguno con el cacique o principal que no le dio lo que había menester; y desto, a lo menos por acá en la sierra, no los agravian porque les sobra tierra en todas partes. 243
Pero aún después que los cristianos entraron en la tierra fue este daño mucho mayor en los señores porque tomaban ellos y sus hijos la licencia más cumplida y copiosa que antes se les daba, porque cada uno era inca en su tierra, y los vivos que no quedaban en los señoríos con el amor de los padres, y con la pretensión que se hiciese lo mismo con ellos, alargábanse demasiadamente. 276
Ques pues justo es que, pues son señores y le ha de quedar el cuidado de mandar y ejecutar las leyes que para su policía les fueron puestas, que tengan algo por razón del señorío y trabajo, lo cual se ha de tasar en sementeras, y quien les haga ropa y otras cosas de las necesarias. Y luego se entenderá con qué principales se ha de entender esto, y puesta la pena para que no excedan. 324-325

soras / suras


Cita Número de página
Y así, tornando a la materia, parece quel servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más en la comarca del Cuzco, como en los quichos y chunbilvicas sic :chunbivilcas, Andavaylas, Parynacocha y Anaguaras, y en toda la sierra, como en los soras y lucanas y en todas las provincias de Condesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya, y todos los comarcanos a las provincias de los mojos y chunchos, y en toda la provincia de Guánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 264-265
Pongo el ejemplo en este repartimiento porque hay tres parcialidades: la una destos huros pescadores, que serán más de la mitad, y algunos quieren decir que las dos partes; los otros se llaman casayas; y la otra parcialidad son indios suras . 309-310

soroche


Cita Número de página
Las demás parcialidades consideraban en la distribución de los ganados y las minillas de soroche , y aún dicen los unos a los otros que habían de pagar más, porque eran más hábiles en el género de trato en que se adquiría la plata, y trataban de la calidad de las tierras. 311-312

suyos


Cita Número de página
Con lo cual queda quitada una duda que es muy importante en materia de pleitos: es que cuando así acaecía que de unas provincias venían a sembrar a otras, presupuesto que todo lo que se cogía era para el inca y se ponía en sus depósitos y para lo que se gastaba en los sacrificios y ofertas de su desventurada religión, siempre tenía diputada para esto, que llaman suyos. 245
No trato [yo] aquí si se pudiera hacer mejor de otra manera que de la que hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio, pero la duda es ahora que acaece los caciques destos indios llevárselos a sus tierras, y después pretender tener derecho a las chácaras o suyos que sembraban para el inca. 246

Taguantinsuyo


Cita Número de página
Lo primero es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes, que cada una era de diez mil indios que llaman 'uno' [ sic: hunu], y de cada 'uno' [ sic: hunu] destos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones como está dicho, allente de otra división más general que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collsuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 288

Taguantinsuyu


Cita Número de página
Conforme a la cual, si Su Majestad el día de hoy hubiese de tratar un negocio general con toda la república de los indios Taguantinsuyo, propuesto en la ciudad del Cuzco, donde sería necesario de por fuerza para que ellos se entendiesen y aún porque está en la mejor comarca para ello; por su misma orden, sin alterarla en ninguna cosa, después de resumido y tratado, hecho el llamamiento general, que se resumiría en no mucha gente; entendiendo su orden antigua, en una tarde quedaría concluida y determinada la distribución de consentimiento de partes. 289

Tumbez


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Esto tuvieron ellos por grandeza y así tienen memoria de muchas veces que vinieron de Quito y de Tambez [sic: Tumbez] al Cuzco en poco tiempo, con estos antojos, de cuatrocientos y quinientas leguas. 267

tambos / tambo


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La orden que dicen los viejos que tuvieron en traerla fue por tambos y provincias, acudiendo toda la tierra al camino real, y cada provincia lo ponía y llevaba por sus términos, lo cual se les mandaba hacer en tiempos desocupados. 271
Otro tributo tenían común en todo el reino, del servicio de tambos y caminos y puentes en todos los ríos, que son muchos, a todo lo cual acudían por comarcas conforme a la orden que se les había puesto. 278
Porque los servicios de los tambos y caminos reales, y la orden que ahora se tiene en dar indios en los pueblos y ciudades pagándose como está tasado […] 320
Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos, y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera, y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler, y otros para iglesias que se edifican, y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas, que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 323
Porque mucho tiempo duró dar indios en los tambos para cargas, todos los que cada uno pedía; y aún para hamacas, si quería caminar en hombros de indios, no tenían que hacer más de negociarlo en el primero tambo donde salia, porque después, como llegaba, le daban el recaudo, aunque fuese quinientas leguas. 278

Tiaguanaco


Cita Número de página
Y quien hubiere visto la obra que los incas empezaron en Tiaguanaco, ques acá en el Collao, cerca de Chuquiaco, si considerare que en sesenta leguas de allí no se halla el venero de aquella piedra y la suntuosidad con que va trazada, entenderá fácilmente la poca dificultad que hallaban en hacer edificios aunque fuesen pesados. 269

tiana


Cita Número de página
Y dado caso que este servicio en la gente de estimación fuese del mismo que le servía, y aún el más amado y querido del propio, así de las mujeres como de las viejas que hacen el vino o chicha, y el muchacho que trae la tiana o silla en que ellos se asientan de ordinario, pero en caciques principales era grande la exorbitancia, porque se daban las licencias más largas, y en gobernadores muchos mayores. 276

Tizeberacocha / Tiziviracocha


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Inquiriendo la razón de haberla traído, dicen haber sido por reverencia del Tizeberacocha, a quien ellos dirigen principalmente sus sacrificios, y le envían las cenizas dellos por aquellos dos ríos que salen del Cuzco en cada un año, con aquella solemnidad de los bacos y cantares de que se hizo relación en la fiesta del ayme [sic: rayme] . Iban con ellas [las cenizas] a la cueva de Pacaytambo, que es donde ellos tienen por opinión que salieron aquellos siete hombres y mujeres después del diluvio de que se tornó a multiplicar todo el mundo. 271
Porque al que ellos tienen por criador universal llámanle de muchas maneras: por un nombre Pachayachachi, que es nombre general y quiere decir creador y cuando tratan de la mar llámanle Tiziviracocha, y otros nombres que de todo dan su origen y cuentan mil desatinos. 271

Topa Ynga Yupangui


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Y luego el sucesor empezó a conquistar por esta parte, y aún nunca estuvieron pacíficas aquellas provincias hasta el tiempo de Topa Ynga Yupangui, padre de Guaynacapa, y aún el mismo Guaynacapa tuvo por allí guerras e hizo muy grandes castigos. 223

topo / topos


Cita Número de página
Y era que en todos los caminos reales de Quito hasta Chile, y más adelante, por la gobernación de Uenalcáçar hasta donde el inca conquistó y puso las fronteras, por la sierra y por los llanos y en muchas travesías, principalmente adonde había fronteras, tenían puesto chasquis cada uno por su tierra, que son unas casillas en cada topo -ques a nuestra media legua y media- que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una. 266
Las cuales juntas de todas las provincias, que eran en gran cantidad, mediado el mes de marzo a mi cuenta -según la que ellos dan por las lunas contando el discurso del Sol por aquellos pilares o topos que llamaban ellos saybas, que están en torno de la ciudad del Cuzco- las repartía el inca o su lugarteniente, habiéndose hecho una fiesta solemne para ello, en esta forma: que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que tenían sus casas para su servicio, en las cuales había gran guarda para que siempre estuviesen doncellas. 256

Tytri


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Y primero que todas se daban al Pachayachachi -aunque nunca pude allí averiguar dónde fuese su casa, algunos afirman que fuese dentro de la del Sol-; también se daban a la Pachamama, que ellos llaman a la tierra, y a otras cosas de su religión; y luego se apartaban otras para los sacrificios que se hacían en el discurso del año, que eran muchos, en los cuales se mataban destas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen vírgenes; sin otros muchos sacrificios que se hacían, como por la salud del inca si caía enfermo, o si fallecía para enviarle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclipse del Sol o de la Luna, o si temblaba la tierra en aquella fiesta principal que aquellos llamaban Tytri que por esta razón se hacía, o por la pestilencia, o por otras muchas ocasiones quel demonio, por sus viejos y hechiceros les decía tener necesidad de estos sacrificios. 257

urcumbe


Cita Número de página
Esta ropa era de muchas maneras conforme a la traza que se les daba en cada un año, porque del urcumbe tejida a dos haces se hacía en gran cantidad, y de la otra común de abasca, y otra de otra suerte para los sacrificios quel mismo inca hacía, en cada año, en todas las fiestas ordinarias quel hacía, en las cuales quemaba mucha cantidad. 258-259

Uscovilca


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También hay memoria cuando los canas y canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra pagados por amistad y no por vía de señorío, que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca señor de los changas. 223

viejo / viejos / viejas


Cita Número de página
Y primero que todas se daban al Pachayachachi -aunque nunca pude allí averiguar dónde fuese su casa, algunos afirman que fuese dentro de la del Sol-; también se daban a la Pachamama, que ellos llaman a la tierra, y a otras cosas de su religión; y luego se apartaban otras para los sacrificios que se hacían en el discurso del año, que eran muchos, en los cuales se mataban destas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen vírgenes; sin otros muchos sacrificios que se hacían, como por la salud del inca si caía enfermo, o si fallecía para enviarle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclipse del Sol o de la Luna, o si temblaba la tierra en aquella fiesta principal que aquellos llamaban Tytri que por esta razón se hacía, o por la pestilencia, o por otras muchas ocasiones quel demonio, por sus viejos y hechiceros les decía tener necesidad de estos sacrificios. 257
Tuvieron estos naturales otro género de tributo, aunque no ordinario pero pesado y trabajoso, el cual nacía de sus imaginaciones y opiniones, todas enderezadas a dar a entender los incas la grandeza de aquella ciudad del Cuzco y el gran [blanco] que tenía el gran criador universal que se engrandeciese y ennobleciese, y que en ella hubiese grandes misterios y que así cualquiera cosa que proponían los viejos hechiceros que convenía o se les había dicho en sueños (porque estuvieron entre estos indios en gran crédito) luego se podía por obra, engañándose los unos a los otros por inducción del demonio, y de todo venía a resultar en trabajo de la gente menuda. 270
La orden que dicen los viejos que tuvieron en traerla fue por tambos y provincias, acudiendo toda la tierra al camino real, y cada provincia lo ponía y llevaba por sus términos, lo cual se les mandaba hacer en tiempos desocupados. 271
Asimismo les hicieron señalar gente para hechiceros, que también es entre ellos oficio público y conocido. En todos los cuales dichos oficios de que está hecha relación, dado caso que la gente que en ello entiende es mucha, según la grandeza de cada pueblo, los diputados para ello n lo tenían por trabajo, porque ninguno podía tener semejante oficio como los dichos si no fuesen viejos y viejas y personas inhábiles para trabajar, como mancos, cojos o contrahechos, y gente así a quien faltaba las fuerzas para ello. 274
Y dado caso que este servicio en la gente de estimación fuese del mismo que le servía, y aún el más amado y querido del propio, así de las mujeres como de las viejas que hacen el vino o chicha, y el muchacho que trae la tiana o silla en que ellos se asientan de ordinario, pero en caciques principales era grande la exorbitancia, porque se daban las licencias más largas, y en gobernadores muchos mayores. 276

Vilcanota


Cita Número de página
Que no hay memoria bastante cuándo señorearon por este mismo camino hasta la laguna de Vilcanota, que es adonde empieza el Collado y salen de aquella lagunilla dos poderosos ríos, quel uno vierte a la mano del norte y el otro a la del sur, que fue adoratorio destos naturales y guaca señalada universal. 223

Xaquixahuana


Cita Número de página
Sólo hace al propósito saber que a lo que se puede averiguar y conjeturar por la cuenta destos indios no debe de haber trescientos y cincuenta o cuatrocientos años que estos indios no poseían ni señoreaban más de aquel valle del Cuzco y hasta Hurcos, que son seis leguas,y el valle de Yucay y Xaquixaguana, que por cada parte no hay más de cinco leguas. 222

yanaconas


Cita Número de página
Y por ésta y por otras muchas razones se salen y hay en estas provincias chucos y yanaconas -que se llama servicio de españoles- más de cinco mil, que fueron visitados y tasados en los repartimientos. 305

Yucay


Cita Número de página
Sólo hace al propósito saber que a lo que se puede averiguar y conjeturar por la cuenta destos indios no debe de haber trescientos y cincuenta o cuatrocientos años que estos indios no poseían ni señoreaban más de aquel valle del Cuzco y hasta Hurcos, que son seis leguas,y el valle de Yucay y Xaquixaguana, que por cada parte no hay más de cinco leguas. 222
Y hallando yo entre los otros este oficio en el valle de Yucay, quise saber de qué usan para esto, y manifestaron que cogían basura de casa de la que barrían y espuma del río y algunas yerbas silvestres, y que con esto les daban ciertos sahumerios, diciendo que así como todo aquello crece, sin entender en ello nadie y aunque a todos les pese, que así crezca aquel niño. 273-274

yungas


Cita Número de página
También me satisface ser esto así porque declararon haber una sepultura en las casas del capitán Diego Maldonado, labrada de cantería debajo de tierra, adonde se enterró una mujer del inca natural de los yungas, la cual hallamos bien honda y labrada desde tres estados de cantería muy prima y en cuadra como doce pies, y afirmaron ellos ser aquella arena de la costa de la mar. 272