Bartolomé Álvarez

De las costumbres y conversión de los indios del Perú: Memorial a Felipe II [1588]. Madrid, Polifemo, 1998.

Presentación de Bartolomé Álvarez

Cómo citar:
GLOSAS CRONIQUENSES (1994-), Bartolomé Álvarez. https://glosascroniquenses.github.io/Glosario/intro/cronista02. [Fecha de consulta: 24.11.2021]


Acapalco


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(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153
Y declárolo así: 'acapalco llulla pacha mundo sutini'; palco y llulla quieren decir lo mismo que 'mentira' o 'engaño'; y pacha quiere decir 'tiempo', 'cielo', 'tierra'. Estas tres cosas significa esta palabra, pacha de suerte que en la traducción, lo que está escrito, vuelto en castellano, quiere decir: 'este tiempo de engaño y mentira se llama mundo'. 153

Açua


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Ofrecen asimismo açua - que es su bebida, como en otras partes cerveza-, plumas de parinas y otras cosas; y ofrecen plata y oro, en poca cantidad y muy escondido. 91
Solían los curacas principales, cuando moría algún principal curaca, hacer que en el aposento del muerto se encerrasen las mancebas que habían sido de aquel que estaba muriendo. A las cuales las cercaban otras mujeres; dándoles a comer coca y a beber açua, las hacían morir borrachas y ahogadas desta comida y bebida, diciendo: 'come, come y bebe presto y mucho, que has de ir a servir al malco - que quiere decir 'señor' (...). 94
Luego se sentaban a comer de fiesta lo que para ellos tenían aparejado, con gran regocijo y contento; habiendo gran cantidad de açua, comían bravamente y bebían, porque era fiesta principal. 104
Entierran asimismo con estos cuerpos todas las comidas secas que ellos usan -y échanles açua en la sepultura, que es su bebida-, llamándolos por sus nombres (…). 116
Por sólo celebrar en él todas sus suciedades de fornicación que querían, comenzábanse a juntar cuando se ponía el sol: y cada mujer iba con su cántaro de açua a una casa pública, que servía de sólo aquello y de hacer en ella otros actos públicos de sus ritos y pecados. 308
Comen en platos y escudillas de barro tosco, de cualquier barro aparejado a la labor, hechos según hay el barro; en platos de madera. Los curacas salen algo deste tosco uso, que con la pujanza tienen algunos platos de plata y algunas vasijas; empero lo más ordinario es -como comen con todos sus indios- comer a la usanza de todos por que los indios siempre perseveren en su amor y obediencia. No lavan perpetuamente las vasijas en que guardan el açua, y en que la hacen. 324-325
Como el açua que beben es cocida y pierde alguna parte de la salsedumbre, así no sienten el mal si no es cuando están enfermos: que desean agua dulce, y entonces ven la fatiga que es no tener qué beber; (….). 326
Por esta solemnidad hacen gran cantidad de açua -en que gastan mucho maíz, que vale dinero-, y toda la consumen con esta ocasión; que, bien contemplado, en lo que todos gastan consumen más que pagande esa. De lo cual es causa el huésped: que, si no viniese, no harían aquel gasto cuando el huésped se le antoja mandar juntar de noche a los taquines o bailes y fiestas, que he contado en otras partes hacen de noche; (...). 334

Aichasa


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(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153

Aillo / Aillos


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Repártenla por los principales por que ellos a sus aillos la repartan, y cóbrase con brevedad. 20
Yo vi una carta ejecutoria dada para que se pasase un aillo del pueblo llamado Chuquicota a Turco, y luego otra para que no se pasase, y luego otro recado para que se pasase; que con sólo un decreto, en la petición inserto, remitido al corregidor bastaba para pasar todo el pueblo, cuanto más un aillo. 66
(…) en cerros altos de señalada vista tenían asimismo uacas de veneración por sus provincias, y en particular cada pueblo y cada aillo, como digamos «cognaciones» o «parcialidades». Tenían sus uacas todas colocadas en cerrros, las cuales traían consigo y las llevaban cuando todo el pueblo se mudaba de una parte a otra buscando tierras donde vivir (...). 75
Y con esto juntamente entierran todas las cosas de que el difunto usaba cuando vivía: como es las ojotas -que es su calzado-, una uayaca -a veces con coca, a veces sin ella-, la cobertura de su cabeza -con sus plumajes de oro o plata o azófar o plumas-, una manilla que usan traer en el brazo derecho, los instrumentos con que solía jugar, un aillo, que es una manera de arma que usan contra el enemigo y contra la caza y es tan fuerte que, tirándole a cierta distancia, atan un animal de suerte que luego cae y no se puede huir; lo mismo hace en un hombre y aun lo derribará muerto. 115
Y desta edad se confesaban con sus confesores, los cuales eran los principales de sus aillos: de aquella edad los engañaban y engañan, acostumbrándolos a todos sus pecados. 222
afirmo esto con tantas veces porque, siendo este caso fresco, entré an aquella doctrina y hallé -queriéndolo aberiguar para mí- que la criatura era del linaje del cacique de aquel aillo, y que toda la parentela se había hallado en la solemnidad. 330-331
En muchas partes tienen los indios chácaras de comunidad, donde cogen maíz y lo venden, por la mayor parte para suplir el servicio del tambo. Para traer este maíz, si la comunidad no tiene carneros en qué lo chacanear, reparten entre los indios por derrama los carneros que ha de dar cada uno o cada aillo, y envían indios del mismo pueblo que [a] que lo traigan. Vendiéndolo en el tambo, encierran la plata en la caja de comunidades (...). 342

Aimara


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(…) los religiosos del nombre de Jesús o de la Compañía - que tenían la doctrina de Jule - trabajando de servir a Dios y de remediar almas tan perdidas compusieron una doctrina cristiana en la lengua aimará. La cual enviaron a la sede vacante de Los Charcas y, como les pareció a los del cabildo eclesiástico ser cosa conveniente, mandáronla trasladar en muchos cuadernos, harto mal trasladados y mentirosos. 60
Tienen después a estos tales en veneración, como a hombres dedicados a su diabólico culto; llaman a este ejercicio en lengua aimará talausu, y en lengua del Cuzco taquiongo, que quiere decir 'canto enfermo'. 126
(…) hijo de un indio Aimará del cual yo tenía indicios de que era hechicero, maestro destas maldades, y por este indicio habiendo consolado al muchacho y animándole a la confesión, después que hubo dicho por sí poco más de nada, por inquirir le pregunté si había mochado la uaca, y dijo que sí. 128
(…) y otros dicen que lo que llaman mullo en lengua aimará -que es una cosa que en el hombre vive y se les pierde, no del todo sino cuando más espavorido de un temor se queda casi sin sentido, como muerto o atónito- dicen que aquello les falta, o se les muere, de aquel temor. 145
(…) para preguntar en las lenguas: '¿eres cristiano?, dicen todos generalmente en aimará: '¿sutini tati?', que quiere decir '¿tienes nombre?'. El indio responde: 'sutini tipi', que quiere decir 'tengo nombre', según diversas maneras de habar en diversas provincias. 167
(…) y es que los que hablan como yo hablamos de los indios hatunrimas -que es en lengua de los Ingas; en aimará llaman 'hachachuima' -, que quiere decir 'gran bellaco' o 'insensato o descorazonado bellacón': todas esas sentencias se entienden en ese dicho. 215
Y aunque se halle Aimará que pueda hacer esto, si hay Uro no lo harán sin que el Uro venga a ayudarles. 390

Aimaraes


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Entre estos naturales hay una generación que llaman Uros, gente más dura y mala, más torpe de entendimiento y más rebelde, más apartada de las cosas de cristiandad que los Aimaraes. 127
me resta de tratar de una parte de los naturales en particular; la cual gente se llaman Uros, a diferencia de ls Aimaraes: (…). 390
De aquesta gente Ura dicen ser los primeros habotadores de las tierra, y que los Aimaraes -cuando iban poblando- los iban topando poblados en lagunas, valles de mucha agua y ríos enlagunados: donde se hallaba mucha abundancia de raíces de que se mantenían, principalmente totora -que es caso como la henea de España- o juncos redondos y de tres esquinas que se crían en las lagunas, altos y con gran fertilidad. 390
(…) en este obispado de Los Charcas hay más que en otra parte. Es gente más rústica y grosera, más baja y torpe y sin policía que los Aimaraes: son tan torpes que con dificultad saben hacer una cuenta. Son más sucios, peor vestidos, más pobres que los Aimaraes; (...). 390
(…) son más malos que esotros Aimaraes: porque entre los Aimaraes no todos saben hacer las cerimonias de la idolatría en las sepulturas y uacas, y entre los Uros todos son tan cultores de su tonta religión que, cuando entre los Aimaraes falta quien les ayude a hacer algún sacrificio -o alguna superstición para adivinar con algún cuy, o con algunas suertes y otra cosa-, luego llaman un Uro que les ayude y lo haga. 390

Aji


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En el pueblo llamado Uarina deste obispado, muchos años ha le pidieron a un sacerdote, entre otras cosas excesivas de gasto que el sacerdote había hecho, una barra ensayada de sólo ají que había gastado en un año, porque le quiso su encomendero, que se decía Garci Gutiérrez de Escobar. 31-32
Lleva consigo una pequeña taleguilla de maíz sin sal ni agua ni ají, y allí ha de estar el tiempo que le es mandado, ayunando desta manera en gran riesgo de la vida (…). 120
en sus cerimonias hacen graves ayunos: eslo entre ellos el no comer sal ni ají los días que ya tienen en uso según diferentes propósitos, de los cuales algunos he declarado. 307
Si fuese comida la coca, no la echarían de la boca cuando quieren comer; antes comerían con ella si tuviese buen sabor. Y con los otros manjares la comerían; y no la comen como comen ají verde y otras muchas yerbas verdes conocidamente buenas, que comen con maíz y carne y otros manjares, todo revuelto. 374

Alpasiri


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El vocablo que usan para esto es alpasiri, que quiere decir «mascujar» o «mascador»; para decir «comer» dicen mancaña o manquiri, que quiere decir «comedor» o «comer». 372

Amaya


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De dónde vino llamar çupai a los muertos no lo he alcanzado, y desto trataré en otra parte. Llamaron çupai a los muertos que tenían en veneración, a quien ofrecían sacrificios. El natural nombre de 'muertos', que sólo esto signifique, es amaya o hiueri; y así, dice: 'murió', hiui. El más propio es amaya. 103
Palabra para significar lo que la fe llama 'transustanciación' no la hay asimismo. Usan de una dicción, que es tucu, o quipti. Con estas dos dicciones se significa la conversión de cada cosa, convertible naturaliter; como para decir 'aquél murió' dicen amaya tucu, de lo cual el propio sentido es 'volvióse cuerpo muerto', en lo que tucu es 'volvióse loco'. De suerte que por el tucu, en su fuerza, no significa más que acción externa causada, natural o accidentalmente, en las cosas (...). 152

Ambana


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(…) tratando de minas con unos curacas de unos pueblos que se dicen Ambaná y Moco Moco, habían dicho que en tiempo del Inga. no había pueblo en todo el reino, chico o grande, que no tuviese en su término minas de ora o plata, que labraban para el Inga. 386

Amo


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Esta palabra, tucu, significa asimismo 'acabarse una cosa de hacer', como una obra; y así dicen uta tucu, 'acabóse la casa'. Aunque es imperfecto dicho: quiere decir esa partícula tucu 'acabarse -o consumirse- alguna cosa, como mantenimiento'; así como mancaña tucu, 'la comida se acabó'; amo tucu, 'enmudeció'. 152

Andamarca


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(…) aconteció en tiempo del obispo don Alonso Granero de Ávalos pasar tres visitadores en un año por la doctrina de Andamarca y Urinoca, y visitar todos tres a Antonio de Peñalosa, que es un clérigo de setenta años en los Carangas. 49-50
(…) un indio ladino de un pueblo llamado Andamarca, en la provincia de Los Carangas, compró un Monterroso, y en otro pueblo llamado Corquemarca otro ladino compró Las Partidas del rey don Alonso, que le costaron 40 pesos. 268

Andes


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Y en dejándola de traer los españoles, a los pueblos que están ducientas leguas, no han de ir los indios por ella a los andes. 381

Apa


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Y así dicen 'mullo apa', que quiere decir 'el mullo me falta'. De este mullo no tienen cierta ciencia, ni saben en qué parte está ni qué parte está ni qué parte del hombre es. Oyendo predicar del alma, han considerado que lo que ellos llaman mullo es el alma, por razón de que les decimos que cuando el alma sale del cuerpo, entonces muere el hombre. 145

Apacheta / Apachetas


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Demás desto, adoraban en todos los pasajes de caminos que eran extraños, como de pasar tierra caliente a fría, o al contrario, donde quiera que se hacía en puerto o cumbre, de cuesta que hubiesen subido y la hubiesen de bajar; la cual llamaban apacheta. 77
Asimismo, por el camino van ofreciendo sus sacrificios a las apachetas, cerros y peñascos donde sabe están sus adoraciones. 338
Otros indios se ocupan en ir por soroche lejos de Potosí, a unas minas; y en el camino tienen muchos lugares de veneración que llaman apacheta, en que mochan por el buen suceso del viaje y de la salud. A la apacheta mochan, y a la mina del soroche, por que les dé buen soroche. Y después que lo han sacado y amontonado, ofrecen coca al mismo soroche en el montón; y, en llegando a Potosí, en sus casas lo guardan y allí le tornan a ofrecer coca y sebo -y hacen otras supersticiones- por fin de que tenga buena venta. En todas las entradas y salidas de Potosí tienen diversos mochaderos. 357

Apoma


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Usan asimismo a poner el nombre cristiano a la postre del suyo, y así dicen Sava Chinga Catalina, y Apoma María, Cayo Juan, y así lo demás; en lo cual se ve cómo entienden y qué amor tienen a las cosas de cristiandad. 168

Arequipa


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(…) y es que en la doctrina e iglesia de Jule -que es doctrina de los teatinos- ha acontecido llegar algún soldado a ver misa, y conocer entre las indias una con quien había dormido y pecado aquella noche. En Potosí oí decir que había acontecido otro tanto, y en Arequipa lo mismo. 219
Particularmente se halló en una parte de la costa que hay de Arequipa a Lima (…). 305
Y sobre los españoles acontecen grandes terremotos: vístose han, en tiempo de cinco años, tres en este reino que de gente española han hecho mucho daño, y de indios ha sido mayor: como fue el de Arequipa y el de Lima, y en este año la asolación de Quito. 310

Arica


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En un pueblo que se dice Tacana, nueve leguas del puerto de Arica, que es el obispado del Cuzco, está un cacique que se dice don Diego, de aventajado entendimiento para indio: es rico y poderoso, (…). A éste le dio el obispo del Cuzco licencia para que comulgase sin haberlo visto ni examinado; sólo por la fama y la riqueza pudo alcanzar esto (...). 274
(…) que por este camino que va del puerto de Arica a Potosí pasa el trajín del azogue, que es mucha cantidad, para lo cual está mandado dar el servicio necesario. 347
(…) y es que los trajineros o arrendadores del azogue traen recuas de mulas en esta carrera, de gran cantidad, con que cargan ropa ajena -de Castilla- del puerto de Arica para Potosí; y, en son de que les conviene para el trajín del azogue, gastan mucho maíz por el camino, para el servicio. 349

Aruñaca


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Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150

Atacama


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De no saber vino un clérigo, que estaba en Atacama en el año de 87, a decir a un indio adulto, queriéndolo baptizar: '¿crees en el Dios de los españoles?'. 178
Destas misericordias que usan los obispos con estos que desecha el mundo por inhábiles vino aquí un clérigo en el término de Chuquiabo: dio la extramaunción a un español con el olio del baptismo; y en Chaquí -que es un pueblo junto a Potosí - un clérigo que allí estaba, hallando un indio viejo por baptizar escondido en un cerro, le azotó y a su curaca porque no se había venido a baptizar; y el otro preguntó en Atacama al indio que quería baptizar: «crees en el Dios de los españoles?». 286
¿De qué sirve darles un corregidor a éstos y otros a los de Atacama, si no ha de servir más de lo que servía el primer rey que Júpiter dio a las ranas? 405

Atacamas


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Es así verdad, que entre ellos y los Atacamas hay piedras de gran estimación al parecer; (…). 403
me parece que se podrían hallar piedras de gran valor si los Atacamas y Lipes que están sujetos lo estuviesen a nuestro modo, y no al suyo. 404
Y procuran que no se conozcan las cosas preciosas que hay en ellas, principalmente oro y plata, que lo hallarían en abundancia; y oro, más en los Atacamas. Hállanse en sus punas, desiertos y tierras frías las verdaderas piedras bezares de quienes escribe Monardes, (...). 404
Estos Lipes, ni los Atacamas, no pagan la tasa enteramente porque, como son gente libre y desvergonzada, no los osan apretar; (…). 404
se puede ver en que a tres mil indios no les dan más que un sacerdote, que no ve de cien partes la una de los bestiales Lipes. Si yo se lo hubiera de dar, no se le diera ni a los Atacamas, si los gobernadores no los juntaran y poblaran, (…). 405
Para remedio desta minas, sin dar ruidao a todo el reino, se podìan dar diez mil indios por sus mitas a Las Salinas por la orden que he dicho, compeliendo a los de Challacollo y los demás Uros de quien trato, y [a] los Lipes con los Atacamas: que las más destas gentes están libres, aunque dan algunos pocos indios a Potosí. 407
Estos Lipes y Uros y Atacamas no sirven a Dios ni al Rey ni al mundo; (…). 408
De los Atacamas hablando, era necesario que los sujetaran, pues les han dado sacerdotes y entre ellos hay baptizados y casados: (…). 408

Aucanacapa


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(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153

Auqui


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Preguntando al muchacho qué hacían más, o qué decían, dijo que cuando lloraban decían: '!auqui Penchuca!'. El Penchuca fue, según después he averiguado, la cabeza o caudillo que trajo aquesta generación en aquella habitación: del cual dicen que les quedó el modo de doctrina que hasta ahora han guardado, y a aquél llamaban para sus miserables intentos. 108
(…) así como antiguamente decían que eran 'hijos del rayo', ahora dicen que son 'hijos de Santiago'; y así, cuando truena, mochan al rayo y trueno diciendo !'auqui Santiago'!, y echan coca al aire hacia el rayo o relámpago. 121
La palabra 'creo' se dice también por composición, que sólo verbo simple no lo hay, y es iastpi. Compónese de ia, que es 'si'; y de stpi, que es 'digo'. Lo cual junto hace este sentido: iastpi, 'digo sí'; y así, en el Credo dice: iastpi, Dios auqui, que quiere decir: 'digo sí, Dios es padre'. 151
(…) porque Dios auqui dice 'Dios padre'. 151

Cacicazgo / Cacicazgos


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(…) y al cacique, que era el principal, no le hizo cosa alguna -aunque él había traído el milagro- porque hacía la hacienda del corregidor. Y lo ha hecho después muy mejor, porque [el corregidor] disimuló con él en este caso, teniendo obligación de quitarle el cacicazgo. 261
Por todo este reino, hasta en el Nuevo Reino de Granada, se matan muchos unos a otros por tomarse los gobiernos y cacicazgos, y por heredarse unos a otros. 296

Cacique / Caciques


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Oído he decir que en el alzamieno de Quito, que hubo pocos años ha, realmente y con efecto estuvieron levantados los indios con el cacique principal, que es del linaje del Inga (…) 17
Y llevándolo a sus pueblos en una noche de luna llena, al salir de la luna, juntos los caciques de la tierra y muchos indios, haciendo un taqui - o fiesta y canto, que ellos llaman -, comenzando un mal viejo, maestro de sus cerimonias, su fiesta y canto con el muchacho - que traía al pie un cascabel gordo de Castilla al rayo de la luna dio al muchacho un mojicón, que le hizo arronjar mucha sangre de las narices (...) 17-18
En un pueblo que se llama Moxcarí, en Los Charcas, está un cacique principal que tenía una india casada con otro indio y la había tomado por su manceba. 18
(…) el cual, tomando la india un día que el cacique estaba ausente, la entregó a su marido y, venido el cacique -enojado de lo hecho y antes que el sacerdote lo entendiese -,atados a la picota les dio tantos azotes a marido y mujer que los puso que era lástima. 18
Riñendo esta maldad el sacerdote al cacique, con favor de muchos indios y con mucha soberbia y desvernguenza resistió al sacerdote diciendo que en su tierra no había otro rey sino él, y que no había de mandar el sacerdote ni nadie más de lo que él quisiese. 18
Y entrando en la casa, llegaban los niños a los caciques, y luego a los parientes y después a los viejos (…). 111
Para esta tresquila se solían juntar los caciques principales, si era hijo de principal; y, en acabando aquellas órdenes que se le daban, sentaban al muchacho en medio de todos, y allí llegaban todos a ofrecer de lo que cada uno podía: oro o plata en grano o en piezas, de sus trajes ropa o carneros o comidas de maíz, papas, chuño u otras cosas. 118
Todo el pueblo se alborota y teme; a lo cual se juntan los principales y caciques, y los viejos ministros de las cerimonias, y entre todos consultan de aquel caso. Y lo que sale de aquella consulta es mandarle que hagan penitencia, pues que la uaca ha mostrado querer hacer en ellos castigos dándoles aquella manera de hijos por el pecado que habían cometido, secreto y al pueblo no manifestado. 120
Es cosa digna de mirar y pensar por qupe no había de tener castigo el cacique principal que llama al sacerdote a confesar al que no está baptizado, pues lo saben ellos, que son los autores desta maldad: en esto se verá cómo son cristianos y qué entienden de nuestra fe y en qué la tienen. 174
Y así es necesario errar, como erraron en una dispensación que hicieron al cacique principal de este pueblo llamado Ullaga que tengo a cargo, que se llama don Juan Ezqueta. 226
Después de lo cual pasaron más de veinte años, en los cuales nunca en este cacique hubo fe ni cristiandad para pensar en el yerro que había hecho, con ser indio ladino que sabe leer y escribir y contar de guarismo, hasta que yo vine aquí. 227
Si un cacique o principal, o indio, hacía delito contra los mandatos del Inga, era luego castigado con rigor; tanto que en su presencia acontecía hacer pedazos a un hombre con una maza o porra: a golpes le quebrantaban los huesos, y de este modo era obedecido y servido. 243
En el pueblo llamado Capachica [había] un cacique llamado don Felipe Osa, el cual por creencia de sus antepasados tenía una uaca de gran veneración en una isla de la laguna grande - que la isla se llama Mantani -, la cual uaca le quitaron los corregidores y sacerdotes y otros. 260
Pareciéndole a este cacique que le faltaba algún gran bien, en despecho de aquello, dio en hacer una casa muy bien hecha en otra parte para en ella sacrificar al honor de la uaca que le habían quitado (…). 260
(…) e hizo entender al cacique que era Santiago; el cual echó una figura de estaño al cacique diciéndoles: «no estés triste por la uaca que te quitaron; toma esa figura y ponla en tu casa y sacrifícale, y tendréis este año abundancia de comidas, salud y ganados y todas las cosas (...)». 260-261
El cacique, tomando la imagen, la colocó en aquella casa y le ofrecían muchos sacrificios; (…), el corregidor hizo la averiguación engañando al cacique. De moso que le llevaron a ver la casa, en donde halló muchos corazones de carneros sacrificados y coca, unos frescos y otros enjutos (...). 261
(…) y al cacique, que era el principal, no le hizo cosa alguna -aunque él había traído el milagro- porque hacía la hacienda del corregidor. Y lo ha hecho después muy mejor, porque [el corregidor] disimuló con él en este caso, teniendo obligación de quitarle el cacicazgo. 261
Y el cacique teniendo desto noticia tomó otra muchacha, prima de aquélla, y mandándola ir en casa del clérigo le dijo que, si el padre la requiriese de amores, que consistiere (…). 261
(…) quien me reprehendiere dígame de qué habrá servido o aprovechado en la Iglesia de Dios haberse confesado aquel cacique y toda su gente las cuaresmas, qué confesiones harán hecho, de qué les aprovechará estar confirmados o de qué les aprovechará estar baptizados (...). 262
En Potosí está un hijo de un cacique de Sacaca que se dice «don Fernando», el cual aprende gramática con los teatinos; y trata ya el don Fernando, su padres, de enviarlo a Salamanca a que aprenda leyes, (…). 269
Y máxime, según la diligencia que este cacique quiere hacer en su hijo, que un día de éstos le pretenderá hacer oidor y otro día gobernador. 269
Y máxime, según la diligencia que este cacique quiere hacer en su hijo, que un día de éstos le pretenderá hacer oidor y otro día gobernador. 269
Aconteció pocos días -hablando con un cacique principal muy ladino, que se trata en traje de español cuando quiere- (…). 272
En un pueblo que se llama Puna, nueve leguas de Potosí, está un cacique mozo -destos que digo son ladinos, criados en cada de los sacerdotes y en los pecados de sus padres- que ha poco que se casó; y la noche de la boda, después de estar borracho dejó la mujer con quien había estado amancebado hasta entonces y hecho vida con ella, y se fue a dormir con otra manceba. 274
En un pueblo que se dice Tacana, nueve leguas del puerto de Arica, que es el obispado del Cuzco, está un cacique que se dice don Diego, de aventajado entendimiento para indio: es rico y poderoso, (…). A éste le dio el obispo del Cuzco licencia para que comulgase sin haberlo visto ni examinado; sólo por la fama y la riqueza pudo alcanzar esto (...). 274
Si un cacique es amigo de españoles y se trata con ellos, y les hace bien y los favorece, lo aborrecen todos los demás indios; y asimismo, no están bien con el cacique que se trae en traje de español, principalmente si conocen dél que se aparta de sus ordinarios ritos y costumbres. Y así, los caciques que con ellos perseveran en sus pecados son más amados, aunque traigan el traje español ad tempus y lo más se vuelven a su hábito (...). 296-297
afirmo esto con tantas veces porque, siendo este caso fresco, entré an aquella doctrina y hallé -queriéndolo aberiguar para mí- que la criatura era del linaje del cacique de aquel aillo, y que toda la parentela se había hallado en la solemnidad. 330-331
Al tiempo que se hicieron estas reducciones, los caciques que eran en los pueblos donde estos mitimas eran oriundos, como en los tiempos pasados no habían perdido la memoria de la parentela que dellos se había dividio -ni el señorío, que era trasladado en otra parte al tiempo de la reducción-, los caciques dieron por memoria o minuta, en la visita deste pueblo, aquellos que eran descendientes en dos y tres y cuatro edades o generaciones de aquellos que habían sido trasladados, diciendo: «en tal parte tengo tantos indios». 332
(…) y en lo que toca a cobrar las tasas, desde el principio las cobraron los caciques principales en sus pueblos, y allí las pagaban por sí y por los que en ella estaban, trasladados. 332
El daño sobre que voy haciendo esta narración es el que viene de cobrar las tasas o tributos los caciques principales de aquellos que en otras partes, por muchas muertes y nacimientos, han sido perpetuados. 333
(…) deseosos de señorío y vasallaje, les pesaba que los indios que dellos habían procedido fuesen sujetos a otro cacique, ni los conociesen ni sirviesen. Con esta propia intención los mismos mitimas, cuando en aquella parte se visitaban y reducían, decían: «yo no soy de aquí, sino de tal parte; allá tengo mi cacique y mi parentela». Y había sido nacido allí tres o cuatro de sus pasados -como es padre y agüelo y los demás- y así quedaron visitados y poblados donde se estaban. 333
Al tiempo de cobrar las tasas, envían un mandoncillo, bachiller en sus malos intentos; el cual, en llegando entre ellos, hace tan de señor como lo puede hacer el cacique principal, y los desventurados lo reciben con miedo y con un respeto que no saben dónde se lo poner ni ellos dónde se meter. En llegando éste, asimismo le honran los demá caciques de allí naturales y le convidan, excepto el cacique más principal, si lo hay; (...). 334
(..) que estos caciques con su cobranza y mando tienen libertad para semejantes maldades, principalmente si son curacas principales, o hijos de curacas, o parientes; que los respetan como a las mismas personas de los curacas. Los curacas pocas veces van a este negocio; y si alguna vez van, es por que les ofrezcan algo, y por ver y tomar cuenta de lo que se ha cogido en sus chácaras. 335
(…) mas, si son de pueblos que están a diez y quince y más leguas apartados del Camino Real, ¿qué obligación tienen los caciques que residen en el Camino Real de traer [a] los otros, que están lejos y no les son sujetos? 349
(…) cuando llegan con la carga y no llegan al punto de servicio, azotan con crueldad a los caciques presentes y a los alcaldes ordinarios diciendo que es la hacienda Real (…). 349
que un día que se les antojó de no tener cura en su pueblo -que llaman Tucai- se levantó un cacique con más de setenta flecheros y se fue a la iglesia, y dijo al sacerdote que no les dijere misa; (…). 401
Y así, cuando estas fuerzas o tiranías suceden, estos caciques son más malos que otros: (…). 402
Cuán necesario es quitar los caciques y mandoncillos déjase entender de todo este cuento. 402

Caciquejo


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Estos mitimas tienen un caciquejo que reside siempre con ellos. Y en llegando este que es enviado, es mayor entre ellos: sírvenle de comer y beber como al curaca principal, y hacen con él muchas fiestas y cantos borracheras la noche [que] llega y todos los días; que se tarda muchos en cobrar la tasa por gozar de las fiestas y otras maldades. 334
Y no se contenta este caciquejo con una ni dos en el tiempo, antes cada vez que se hace fiesta: o pide la que quiere o manda que se la traigan allí donde está asentado, para que le dé de beber hasta que es hora de dormir, y después queda por suya hasta que elige otra. 335
Un caciquejo que es «confesor» dellos -que se llama don Diego Sacatiri, y por otro nombre don Diego Mono- porque le tomó un rayo, queriendo sanar a una su nuera de unos desmayos que tenía de corazón, determinó hacer cierto sacrificio con coca y otras cosas, y alquiló un Uro que de su propio nombre se llama Alonso Mono, que sirve al corregidor de alcalde de la comunidad. 390-391

Calamarca


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Después que yo estoy en este reino, lo he oído decir en dos partes que lo han hecho curacas (…). Lo uno fue en un pueblo que se dice Calamarca; lo otro en el obispado del Cuzco, en un pueblo que se dice Chuquibamba. Aconteció, pasando yo por allí, negocio fresco: que una india se huyó de las manos de aquellos que la habían de matar y se fue a favorecer del sacerdote; aquél la libró del caso. 94

Camarico


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Entretanto que se ocupan en las visitas los que las hacen, les fatiagrán con depirles camarico o bastimento para comer los dìas que tardaren en la visita (…) 12

Camata


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Y así se ha dicho que, saliendo a Camata dijeron que darían el tributo y que les diesen sacerdotes, con condición de que no entrsasen a sus tierras españoles. 230

Camino Real / Caminos Reales


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En todas las partes del reino se hallan mitimas; éstos se estuvieron así poblados desde que los españoles entraron, hasta la visita general que el virrey don Francisco de Toledo hizo, en la cual los redujo en pueblos y en la mayor publicidad del reino, porque fueron los más poblados en los caminos reales. 332
(…) y es que los arrendadores del azogue sacan provisión de la Audiencia Real para que los curacas que están en el Camino Real tengan cuidado de tener prevenidos [a] los indios que son menester para cargar el trajín. Si los indios que cargan fuesen solamente de los pueblos de aquellos caciques que residen en el Camino Real, bien sería que los obligasen a aquel cuidado (...). 348-349
(…) mas, si son de pueblos que están a diez y quince y más leguas apartados del Camino Real, ¿qué obligación tienen los caciques que residen en el Camino Real de traer [a] los otros, que están lejos y no les son sujetos? 349

Cañaua


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Asimismo mochan las comidas: las papas, la quinoa, cañaua, las ocas, el maíz; en efecto todas las comidas que por diversas partes se cogen, que cogiéndose en unas partes no se cogen en otras. 85

Capa


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Si muere luego, juntan un poco de oro y plata, y plumas -de las que ya he dicho- y coca y chaquiras -de las que traen las mujeres por gargantillas, que llaman 'mollo' y 'capa' - y se lo ponen allí junto. 125-126

Capachica


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En el pueblo llamado Capachica [había] un cacique llamado don Felipe Osa, el cual por creencia de sus antepasados tenía una uaca de gran veneración en una isla de la laguna grande - que la isla se llama Mantani -, la cual uaca le quitaron los corregidores y sacerdotes y otros. 260

Capitanes


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Sábese que los Ingas eran señores de la coca y que ellos mandaban plantar; y que nadie tenía licencia de usar della sino los capitanes del Inga y los que por hechos señalados recibían de los Ingas alguna merced (…). 365

Carabaya


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Y en tierra del Cuzco se sabe haber grandes minerales de oro -en esta cordillera está Carabaya, (…). 382

Carangas


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(…) aconteció en tiempo del obispo don Alonso Granero de Ávalos pasar tres visitadores en un año por la doctrina de Andamarca y Urinoca, y visitar todos tres a Antonio de Peñalosa, que es un clérigo de setenta años en los Carangas. 49-50
Como aconteció con el obispo don Alonso Granero de Ávalos, que para subir a Potosí las mercancías que trajo de Nueva España no le bastaban los clérigos de las provincias de Pacasas y Carangas (…). 53
(…) un indio ladino de un pueblo llamado Andamarca, en la provincia de Los Carangas, compró un Monterroso, y en otro pueblo llamado Corquemarca otro ladino compró Las Partidas del rey don Alonso, que le costaron 40 pesos. 268
(…) en un pueblo llamado Chuquicota, en la provincia de Los Carangas, está ahora un sacerdote, hombre honrado, buena lengua, celoso de hacer el deber; y lo hace en lo que puede, según que tiene lugar en tanto impedimento como cuento. 281
Y así, ahora ha llegado la provisión de la doctrina de los Carangas de la villa de Potosí a un cleriguito que se dice Diego de Ribera, que no ha sabido tener quietud en doctrina que haya estado, ni tiene juicio para ello ni ciencia; tanto que no sabe leer la misa que dice. 284
Lávanse los Collas todos -y los Lupacas y la provincia de Umasuyo, Pacasas y Los Carangas - con orines, que muchas veces los tienen a pudrir muchos días: porque de aquella manera les dan lustre y afirman el negro de los cabellos. 321-322

Caribes


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Sábese que [en] las montañas de Tairona, si los indios Caribes diesen lugar a ello, se cogería en abundancia; como se ha cogido en el Nuevo Reino de Granada, y se coge y se ha cogido en tierra de Quito y [en] toda la gobernación de Juan Salinas (…). 382

Carneros de carga


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Asimismo es necesario, por lo dicho, que ayuden con carneros de carga a los que pasan, aunque no fuese por hacer bien (…) 15

Casi


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En la pascua de Resurrección celebraban una fiesta que llamaban el casi: esta fiesta era para holgarse, luego como acababan los barbechos, a honra de las uacas porque ya eran acabadas las aguas del invierno y las comidas estaban para goger, fuera de peligro. 110

Catu


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En lo que toca al catu de Potosí -o mercado ordinario-, no me atrevo a hablar, porque ha sido negocio tan reñido y conferido entre los letrados deste reino que quererme yo poner a hablar en él sería atrevimiento, para quedar muy corto. 359
(…) que dieran razón de los daños comunes y particulares que se siguen a los señores de minas e ingenios, que son muchos; y de los bienes que se siguen al común de todos aquellos que benefician metales comprados del catu, y no tienen minas ni las labran (...). 360
Los que compran estos metales dicen: «permítese el catu: bien podemos gozar dél». 362

Cayo


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Usan asimismo a poner el nombre cristiano a la postre del suyo, y así dicen Sava Chinga Catalina, y Apoma María, Cayo Juan, y así lo demás; en lo cual se ve cómo entienden y qué amor tienen a las cosas de cristiandad. 168

Chacanear


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En muchas partes tienen los indios chácaras de comunidad, donde cogen maíz y lo venden, por la mayor parte para suplir el servicio del tambo. Para traer este maíz, si la comunidad no tiene carneros en qué lo chacanear, reparten entre los indios por derrama los carneros que ha de dar cada uno o cada aillo, y envían indios del mismo pueblo que [a] que lo traigan. Vendiéndolo en el tambo, encierran la plata en la caja de comunidades (...). 342
Y a veces se le muere en el camino y se queda sin él, porque no hay quien se lo pague: el indio que va a chacanear va sirviendo de balde, que no le pagan cosa alguna de todos estosagravios y daños. 342
Paréceme que sólo sirven de dar a los indios trabajo y ocupaciones: a unos de sembrar, a otros de chacanear, a otros de destruir su ganado en servicio de la comunidad, y a otros de enfado y pesadumbre al tiempo de dar las cuentas. 343

Chacara / Chacaras


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Porque se ofrecen entre el encomendero y el sacerdote enemistades sobre si el sacerdote los trae a la doctrina y otras cosas, y el encomendero los ha menester para sus servicios, principalmente si tiene chácaras. 28
Y cuando esto no sea, por estarse los indios en sus chácaras y pueblos antiguos, se van a quejar a los encomenderos y a las justicias diciendo que no les deja el sacerdote ir a ganar la tasa. 28-29
Lo cual se hace fácilmente si acaso el sacerdote he hecho alguna diligencia que sea estorbo al coquero de vender su coca; o si el negro o mulato que vive en la comarca no ha podido sacar indios del pueblo para sus chácaras o servicio (…). 29
De otras muchas maneras las esconden entre las chácaras, en parte donde hay ramas, matas o edificios viejos, arbolillos viejos, lugares disimulados que no son conocidos sino dellos; y allí mochan desde aparte, cuando se juntan en sus chácaras o heredades a beber y comer en todos tiempos del año; que tienen gran cantidad de cerimonias, como contaré. 80
Trataré de las papas, que todo lo más es así: al tiempo de coger las papas - que son unas raíces, casi como turmas de tierra-, después que las han sacado debajo de tierra, se junta toda la gente del señor de la chácara; y cogiendo cada uno en una manta la parte que ha desenterrado, se llegan todos juntos alrededor de un hoyo donde las quieren depositar y, juntos a la par, las arrojan en el hoyo, con regocijo (...) 85
Es necesario mandar quemar todos los muertos que hay por todos los campos y chácaras, y que los escondidos se busquen, por las causas dichas y que diré. 96
(…) habiéndole exhortado al principio de la devoción diciéndole que la uaca sabe si confiesa verdad o si esconde algún pecado y, que si no se confiesa fielmente, que les castigará la uaca a todos dándoles enfermedades, quitándoles el agua a las chácaras, no lloviendo, y que el sol secará las chácaras, y que la uaca helará o granizará y que la tierra madre no quiera producir; que no sea él causa de tanto daño al pueblo por sus mentiras, que diga verdad. 100
Y espetándolos en unas puntas de varas altas, los mandaban llevar y poner encima de cuatro cerros altos, hincadas las varas en modo de cuatro esquinas, de suerte que tomaban las chácaras en medio. 104
Y el chullo de las misma manera: lo plataban en algún altillo, si le había, en medio de todas las chácaras. 104
Cuando comienzan a sembrar las chácaras ante todas cosas toman coca y la entierran en la misma chácara que en aquella sazón quieren sembrar, que es sacrificio hecho a la tierra, y con la semilla en la mano comienzan luego a sembrar (…). 106-107
Diciéndoles '¿qué quieres?' en la lengua, asimismo me respondió: 'señor, cuando tú fuiste a Las Salinas, que yo me huí a mi chácara, se juntaron todas las personas en Tolocache a media noche, y los curacas, y juntaron el ganado y las mujeres, y todos lloraban'. 107
Preguntando qué muchachos y muchachas estaban allí, me lo dijo estar todos con sus hijos, y que todos pedían salud al Penchuca y a los demás, para sí y para sus ganados y chácaras. 108
(…) llegué al pueblo viejo y chácaras desta gente. 109
Donde no se alcanzan a entender estas cerimonias, y para hacerlas a su salvo, se van a los compos y chácaras donde saben que no han de ser sentidos. 118
Y entretanto que les va conociendo, más mujeres paren en las chácaras; otras en los desiertos, entre los ganados; otras de amancebamientos -que, por que no se sepa y por no casarse, esconden lo que paren-; otras paren por los caminos. 171
Parece ser falso y fingido todo lo que las indias hacen en que, cansadas de la persuasión y detenencia en que las ocupan, piden licencia para ir a algunos negozuelos o a sus chácaras; y, dándosela, se van a otros mozos con que envolverse- y en esto se detienen muchos meses. 220
(…) y así, si los dejan en los días de fiesta tejer sus ropas, hilas, labrar sus chácaras y hacer otros oficios de sus cosas, lo hacen. 288
Para usar de su libertad y no hacer lo que les manda la ley de Dios, se van a sus chácaras o heredades y estancias [en los] pueblos viejos. Y sucede en toda la semana estar en el pueblo en donde son reducidos, y la vispera de la fiesta o un día antes irse a la chácara: por no estar el día de fiesta en la doctrina y en misa. Huélganse y procuran de tener las chácaras muy lejos, por tener aquel achaque en excusa de no venir las fiestas a misa (...). 289
(…) siempre procuran tener en qué entender en las chácaras en tiempo de sementeras, labores [y] cosechas. 289
Asimismo, no se les había de dar lugar a que se quejasen, ni oírlos de que los sacerdotes no les dejan ir a labrar sus chácaras. 290
Estas chácaras -que están tan lejos y escondidas que los sacerdotes no ven, unos por pereza, otros porque no se les da nada de verlas- sirven asimismo de tener escondidos los viejos y viejas: torpes, endurecidos y ciegos en sus pecados. 290
Las más principal causa por que guardan ellos propios sus ganados es lo que he dicho: que es por tener aquellas ocasión e irse cada y cuando que quieren a descansar, del cansancio que les aflije el espíritu todas las veces que oyen al sacerdote, queriendo ir a beneficiar su ganado y chácaras. 291
Traen -en estos ejercicios de guardar sus chácaras y ganados- ocupados la mayor parte de los hijos e hijas, pequeños o grandes: que en esto no hay orden ni concierto, ni miran si de aquesta manera de vivir se les sigue algún daño, espiritual o temporal. 291
(…) que los hijos que quieren esconder para no baptizarlos, y para que no les llevemos por el camino de cristiandad, los esconden y pueden esconder fácilmente trayéndoles todavía tras sus ganados, y guardando sus chácaras. Que para descubrirlos no es bastante diligencia el ir los sacerdotes a buscarlos porque, en imaginando que el sacerdote va a las chácaras, envían delante un mensajero que avisa a toda la tierra; y así, pasando el sacerdote, se quedan tras las matas, escondidos como ratones. 291
Ya he dicho en otra parte que, en estas chácaras y con los ganados, se esconden todos los viejos y viejas que no quieren ser baptizados. Guardando estos ganados y chácaras se esconden muchas de las indias solteras de todas edades, en donde las dejan sus padres y madres solas, sin personas que las guarden (...). 292
Máxime si se diese orden en que las chácaras las tuviesen más comercanas al pueblos, la cual orden se podía dar en muchas partes. 295
Otra cosa es muy cierta: que con mucha facilidad fabrican un oráculo con un idolillo de aquéllos, o en sus casas o en sus chácaras. 298
De la misma manera lo depositan en las chácaras y era justo que se diese licencia a que lo pudiese buscar o tomar cualquiera que lo hallare (…). 299
Sucédeles estarse bebiendo todo lo más de la semana, y al cabo -viernes o sábado- ordena de ir a sus chácaras por no estar el domingo en misa, o dicen que quieren ir a ganar la tasa por que no les compelan a ello. 308
(…) si el tiempo perdido que gastan en beber gastasen en hacer algo que en sus chácaras o en otra obra alguna fuese ganar, ganarían hacienda con que serían ricos y andarían descansados, y tendrían largamente con qué vivir. 312
Y cuando se ha de sembrar la chácara va la mujer como principal a sembrar, y las otras con ella como a servirla. Y si la mujer quiere trabajar, trabaja; y si no, se sienta y las otras hacen la chácara. Lo mismo es en hilar ropa y hacerla, y todos los demás servicios del curaca. Es ésta una ocasión muy bastante para que esta libertad nunca la dejen los curacas, si no se les quita con cuidado y castigo. Lo uno por la libertad de la fornicación, lo otro por el interés de las chácaras (...).. 323
Los curacas, así como en los sacrificios de más solemnidad -que importan al bien propio y común, tocantes a la salud o conservación de la vida, o al aumento de los bienes y conservación del ganado y chácaras -mandan ofrecer sus sacrificios a otros que son sus ministros -y ellos no se hallan en ello-, asimismo mandan hacer esta tonta cerimonia sin que se vea que allí lo mandan. 329-330
Y así, otra de las cosas que pretendieron los curacas fue tenerlos allí como por esclavos; y para tener sobre ellos el dominio que quieren, demás del tributo Real con que los afligen y amedrentan, procuran de tener entre ellos chácaras y tierras; (…) se las hacen sembrar, y se las siembran de maíz o de cosas que allí se cogen. 333
Y donde no tienen chácaras les hacen guardar ganados, si la tierra es de buenos pastos, que los curacas tienen en poca o mucha cantidad: pretendiendo sólo conservar aquel fuero de ser obedecidos sin pagarles alguna cosa por su trabajo. Para sustentar sus vanidades, los curacas tienen necesidad de hacer esto, que no les vale poco interés. 333
(..) que estos caciques con su cobranza y mando tienen libertad para semejantes maldades, principalmente si son curacas principales, o hijos de curacas, o parientes; que los respetan como a las mismas personas de los curacas. Los curacas pocas veces van a este negocio; y si alguna vez van, es por que les ofrezcan algo, y por ver y tomar cuenta de lo que se ha cogido en sus chácaras. 335
Acostumbran los indios de los puebos comarcanos a los yungas -de doce, quince leguas y más- a ir a la cosecha de la coca, que se coge cuatro veces en catorce meses. Son los indios Yungas tan señores con la coca que se halla, que por sus personas no trabajan en sus chácaras más que en mirar y mandar; y así, se sirven de los forasteros en el coger de la chácara, limpiarla, rozarla y plantarla de nuevo: (...). 337
En muchas partes tienen los indios chácaras de comunidad, donde cogen maíz y lo venden, por la mayor parte para suplir el servicio del tambo. Para traer este maíz, si la comunidad no tiene carneros en qué lo chacanear, reparten entre los indios por derrama los carneros que ha de dar cada uno o cada aillo, y envían indios del mismo pueblo que [a] que lo traigan. Vendiéndolo en el tambo, encierran la plata en la caja de comunidades (...). 342
Lo mismo se debe hacer de las cosechas de las chácaras que en efecto es [de la] comunidad, y entre ellos hay muchos pobres, viejos y viejas que no pueden trabajar, niños huérfanos, mentecatos, tullidos y enfermos que padecen grandes necesidades; y de los sanos, las padecen por su inhabilidad y pereza. 345
Es árbor que se envejece en pocos años, y en siendo viejo echa aquella hoja con más grosedad o aspereza que cuando es nuevo. Cuando se envejece, plantan de nuevo cortando los cogollos de la vieja [planta], como quien trasplanta un durazno o naranjillo que ha nacido acaso de alguna pepita; desta manera renuevan las chácaras de la coca. 365
La gente que cultivaba la coca para los Ingas en este valle eran indios a quien el Inga por delitos tenía determinado de justiciar, y por ruego o por otras causas les dejaba de matar, condenándoles a la población de aquel valle y servicio de las chácaras de coca que allí los indios tenían. 366
Que los españoles la multiplicaron se ve en que pidieron licencia al virrey don Francisco de Toledo para plantar más chácaras de las que al principio habían plantado; y de ver los indios que los españoles plantaban las chácaras, las plantaron ellos donde nunca se había criado. Cuando los Ingas, había poca y en pocas partes, y ahora son más de ducientas leguas en largo de serranía donde los valles están plantados de coca, que es desde Pocona hasta el Cuzco y de ahí a Quito. 372
Los indios que pagan con la coca se huelgan de tenerla y de pagar con ella: lo uno por no vivir sin la coca, lo otro porque para pagar la tasa no tienen trabajo, que la pagan con mucho descanso por el mucho servicio que les entra para el beneficio de las chácaras. 377
(…) viniéndole una vez a apretar y mandándole traer de la chácara, donde estaba con la india, vino quejándose y diciendo que yo le hacía pobre y que moría de hambre, por que no le dejaba beneficiar su chácara. Conforme a esto es lo de la coca. 377
Y dado caso que se les haga daño en disiparles las chácaras y que digan que tienen gran costa en la que han hecho, ya se han aprovechado dellas más que vale los que las tuvieron de costa. 379
Hay muchos prendados en ellas, los cuales han dado su plata a los señores de las chácaras adelantada para ternerlos obligados y las palabras tomadas, para que les den la coca de aquel año o de aquella mita. Si las chácaras se quitasen de repente, los dueños quedarían adeudados y las chácaras o haciendas perdidas; (...). 379
porque, si se espera a que los chacareros paguen las deudas con la coca, no es remediar las almas si les venden la coca de aquellas esperas. Si, habiendo conocido cuánto es el daño que les viene y cuán necesario es el remedio y destruición de las chácaras, será dar licencia para la perdición de las almas por que en la hora se satisfagan. 380
Algunos dicen que, cuando falte la coca de las chácaras, que se apercibirán y la esconderán los indios para mucho tiempo, y que sacarán la coca que está en las sepulturas para comer. A esto respondo que, si usaran de la coca principalmente para comer y fuera manjar urgente, aún no sacaran de las sepulturas y adoratorios la coca: porque tienen gran miedo de quitar lo ue dan u ofrecen en cualquier oráculo. 381
(…) si fuere cosa de comer, en faltando los árboles y chácaras lo que guardase se lo comerían en breve tiempo, si es manjar. Y si no lo es y lo guardan, está claro que la guardan para sacrificar. 381
Chuquiabo -nombre corrompido por los españoles- se llama Chuquiyapu, que quiere decir «chácara de oro» por unas minas que allí junto, están [a] poca distancia; las cuales se labraban para el Inga, y se dejaron después que los españoles entraron. 383
y es que los señores de las chácaras, viéndose desposeídos dellas, con las noticias que de ordinario tienen los que en los valles de la cordillera viven de minas de oro o plata se darían a descubrirlas. 384
Los indios que tienen la coca -si se les vedase- dirían que no podían pagar, por muchos intentos suyos. Lo primero sería por no dejar la coca, que es vicio de su usanza el traerla mascujando; demás de ser cerimonia o rito de su religión idolátrica. A causa de la coca les entra tanto servicio y provisión, al tiempo de la cosecha, que viven descansadísimos y sin cuidado de lo que han menester: porque, cuando han de sembrar, por la coca hallan forasteros que les siembran las chácaras de maíz y papas, yucas y otras cosas de comidas. 387
Lo mismo hacen cuando van alquilados a ayudar a sembrar las chácaras y a limpiarlas, por interés: que mochan a las nubes y a la tierra donde siembran. Y en todas las demás cerimonias idolátricas que he declarado, si se halla un Uro todos le dan la mano: como si de mano de aquél fuese más acepto o más cierto aquel diabólico hecho. 392

Chacareros


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Y para que se entienda cómo es esto, digo que esto es cuanto a los pleitos que redundan de pasiones, los cuales a veces mueven encomenderos, a veces chacareros, pasajeros y contratantes como coqueros, mestizos, negros, mulatos (…). 28
A lo cual, considerado bien y satisfechos de la razón del daño que la coca causa, otros juicios más claros que el mío en pobreza verán, por lo que trata el discurso desta historia, que el menor daño es el interés propio de aquellos chacareros. 378
porque, si se espera a que los chacareros paguen las deudas con la coca, no es remediar las almas si les venden la coca de aquellas esperas. Si, habiendo conocido cuánto es el daño que les viene y cuán necesario es el remedio y destruición de las chácaras, será dar licencia para la perdición de las almas por que en la hora se satisfagan. 380
Y si, teniendo atención a que los prendados sean satisfechos y que no padezcan, y que los chacareros paguen con la coca -y para ello se les diese licencia por un año o dos, o por menos (…). 380

Chacarilla


Cita Número de página
otros se quedan por baptizar porque no hay quien los traiga, máxime si la criatura nace fuera del pueblo, o en alguna chacarilla. 355

Chai


Cita Número de página
Luego de pasada esta fiesta, cogían las comidas y, llegando el día de Corpus Christi, celebraban otra fiesta que llaman el chai -y era solemnidad al sol -, y así ésta como esotras hacen hoy día. 111

Challacata


Cita Número de página
En este pueblo de Ullaga, donde esto se escribe, están 500 tributarios tn perdidos como los de Challacollo. Y en un pueblo de Las Salinas, que se llama Challacata, están 100 que no tienen doctrina; y adelante siete leguas está otro que se dice Chipaya, don hay 380; (...). 399

Challacollo


Cita Número de página
(…) digo qué aconteció en Challacollo, provincia de Paria poco ha (…) 300
Lo más en que trabajan es en hurtar, y pasa así: que alrededor de la laguna -doce o quince leguas desde la parte donde está el pueblo de su reducción, que se lama Challacollo -se han poblado pocas estancias [por] algunos españoles y extranjeros; (…). 396
En este pueblo de Ullaga, donde esto se escribe, están 500 tributarios tn perdidos como los de Challacollo. Y en un pueblo de Las Salinas, que se llama Challacata, están 100 que no tienen doctrina; y adelante siete leguas está otro que se dice Chipaya, don hay 380; (...). 399
Para remedio desta minas, sin dar ruidao a todo el reino, se podìan dar diez mil indios por sus mitas a Las Salinas por la orden que he dicho, compeliendo a los de Challacollo y los demás Uros de quien trato, y [a] los Lipes con los Atacamas: que las más destas gentes están libres, aunque dan algunos pocos indios a Potosí. 407

Challapata


Cita Número de página
(…) esto me dijo un clérigo que se dice Juan de Escobar, natural de Marchena, que ahora hace la doctrina o es cura en un pueblo llamado, Challapata. 270

Chaqui


Cita Número de página
Destas misericordias que usan los obispos con estos que desecha el mundo por inhábiles vino aquí un clérigo en el término de Chuquiabo: dio la extramaunción a un español con el olio del baptismo; y en Chaquí -que es un pueblo junto a Potosí - un clérigo que allí estaba, hallando un indio viejo por baptizar escondido en un cerro, le azotó y a su curaca porque no se había venido a baptizar; y el otro preguntó en Atacama al indio que quería baptizar: «crees en el Dios de los españoles?». 286

Chaquiras


Cita Número de página
Ofrecen chaquiras de todas suertes que ellos usan, que llamamos 'gargantillas de las mujeres'. 91
(…) la manceba -en señal del amor que le tiene- cortando un poco de sus propios cabellos, los encierran en un jarrillo con un poco de coca y algunas chaquiras; y luego, hinchando el jarrillo de tierra seca o de arena, lo sepulta con su amado. 116
Si muere luego, juntan un poco de oro y plata, y plumas -de las que ya he dicho- y coca y chaquiras -de las que traen las mujeres por gargantillas, que llaman 'mollo' y 'capa' - y se lo ponen allí junto. 125-126
Usan asimismo llevar chaquiras o gargantillas y otras cosas que dar a los indios, cuando pasan por pueblos donde están más sujetos. 231
Si es persona que puede, en acabando la casa beben tres o cuatro días -y ocho a veces, como es principal- y cantan todos los días.Cuelgan en las casas mazorcas de maíz, y a veces lo entierran en el suelo de la casa o a la entrada de la puerta: es superstición y ofrenda ofrecida a la uaca por el bien y ventura de aquella casa. Ofrecen esto con coca y con algunas chaquiras, y así lo entierran o lo cuelgan, y hacen otros sacrificios; el beber asimismo sobre la casa hecha muchos días es superstición. 328

Charcas


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En un pueblo que se llama Moxcarí, en Los Charcas, está un cacique principal que tenía una india casada con otro indio y la había tomado por su manceba. 18
Y así, mandó el presidente de la Real Audiencia de Los Charcas que el sacerdote fuese expelido de la doctrina, diciendo que el Rey lo mandaba, para que el infiel quedase triunfando del sacerdote (…) 19
Y así, digo que ha más de diez años que estoy en este obispado de Los Charcas, y en este tiempo he visto muchas visitas y pleitos extraordinarios contra sacerdotes y otras gentes, y ninguno he visto tratar con amor y deseo de enmendar las vidas, corregir las personas, consolar a los afligidos ni evitar los pecados. 21
(…) cuando la sede vacante que era en aquellos años en Los Charcas, desasosegó en toda la provincia de Chicuito y la de Pacasas y de otros pueblos a muchos sacerdotes, mandándolos parecer en la Audiencia espiscopal a ser revisitados. 22
Lo dejo, con sólo decir que en esa Corte entiendo se hallarán sacerdotes que dirán llo que yo callo, en casos acaecidos en diversas partes: entre ellos, un Antonio Álvarez y un Alonso Gallegos Blanco, así en cosas del Cuzco como de Los Charcas y otras partes. 50
Cosa es digna de consideración que tengan los obispos desta tierra de venticinco mil pesos arriba ensayados - digo el de Los Charcas y el de Cuzco - y que no se contenten sin querer consumir el sudor de los pobres clérigos. 55
(…) los religiosos del nombre de Jesús o de la Compañía - que tenían la doctrina de Jule - trabajando de servir a Dios y de remediar almas tan perdidas compusieron una doctrina cristiana en la lengua aimará. La cual enviaron a la sede vacante de Los Charcas y, como les pareció a los del cabildo eclesiástico ser cosa conveniente, mandáronla trasladar en muchos cuadernos, harto mal trasladados y mentirosos. 60
(…) le dejaron volver a este obispado de Los Charcas porque el demonio ayuda a los suyos (…). 90
Y es así que, pasando el obispo de Los Charcas con el de Tucumán por este pueblo que se dice de Los Ullagas, yendo al conciclio de Lima, llegaron aquí a tiempo que el sacerdote que aquí estaba -que se decía el bachiller Juan Gonzáles, y es de la Mancha de Toledo - por no esperar la furia de los dos y la sed del de Los Charcas, alzó velas (...). 195
Porque, si el de los Charcas procurara de tener sacerdotes de entendimiento y hábiles para que le descargaran la conciencia -y no colmenas que castrar tres o cuatro veces cada año, que era cosa incompatible-, y los tratara con amor (…). 196
Usan los religiosos del Nombre de Jesús enviar algunas veces por este obispado de Los Charcas a algunos de su religión, sacerdotes, a que prediquen a los indios en las lenguas que los religiosos aprenden. 228
Para averiguación de lo que el indio dice contra el clérigo, dice el presidente de la Real Audiencia de Los Charcas que ahora es, que no es menester información parar creerle (…). 233-234
Habrá un año que se mandó, en una visita deste obispado de Los Charcas, que se diese la extremaunción a los enfermos peligrosos de muerte que tuviesen disposición o aptitud. 257
Usan todos traer cabellos largos (todos los cabellos negros por la mayor parte; hacia Lima y Quito algunas indias los tienen algo rubios). Estiman las mujeres la largueza de los cabellos. En estas provincias deste obispado de Los Charcas usan los hombres a traer los cabellos largos hasta los hombros, y en otras muchas partes (...). 320
En muchas partes deste reino, principalmente en este obispado de Los Charcas, se hallan las aguas salsugíneas en muchas leguas; (…). 325
Las rentas eclesiásticas de los obispados y cabildos, como son el Cuzco y el de Los Charcas, gozan de los diesmos de la coca y con ello se aumentan las rentas, y la Iglesia o los eclesiásticos venden las rentas destos diezmos a los arrendadores. 377
(…) atravesando por el Nuevo Reino de Granada, Quito y el arzobispado de Lima, Cuzco y Charcas -, que atraviesa todos estos reinos una cordillera que parece tener su principio en las montañas de Tairona -a cuyo pie está la ciudad de Santa Marta - y corre hasta meterse en el mar que solían llamar Estrecho de Magallanes. A lo largo de todos estos reinos el anchura desta cordillera, por donde yo he tenido noticia, es de más de treinta y cuarenta leguas, y más. 382
En Los Charcas por la mayor parte es baja y no llana, por la cual causa todos Los Charcas es tierra áspera, de muchos altos y bajos; y por no ser alta serranía, son Los Charcas templadas tierras por la mayor parte. 382
(…) en este obispado de Los Charcas hay más que en otra parte. Es gente más rústica y grosera, más baja y torpe y sin policía que los Aimaraes: son tan torpes que con dificultad saben hacer una cuenta. Son más sucios, peor vestidos, más pobres que los Aimaraes; (...). 390
Los ciento que están adelante -su pueblo se llama Islluga -son tales que, por no tener cura, estando en el obispado de Los Charcas dicen que quieren pasarse al del Cuzco, que está la raya allí cerca. 400
Aunque le fue dada cuenta al presidente de la Real Audiencia de Los Charcas deste hecho, no hubo memoria de castigarlo; (…). 401

Charimango


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Entre los Conchucos, indios del término de Uánuco, se hizo un indio Dios e hizo entender a toda la tierra que era Dios; y los pocos días que tuvo lo siguieron muchos y lo temían; y les hacía entender que en su mano estaba el poder de llover y no llover, dar vida y salud, y otras cosas. Hasta que fue sentido, y lo justiciaron con otros muchos. El indio se llamaba Charimango. 149

Charque


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y así, en todas partes se vende coca por menudo, de suerte que por un puño de coca dan un puño de maíz o de cecina -que llaman charque -, o de otra cualquiera cosa. Y por esta manera de contratación dicen que la coca es plata (…). 375

Chicha


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Acerca desto que dije de los curacas digo que es especie, ganancia e interés para los curacas el tener muchas mujeres o mancebas; porque todas le sirven de hacer chicha y comida, y duerme con ellas por vez, y así con la mujer. 323

Chicuito


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(…) cuando la sede vacante que era en aquellos años en Los Charcas, desasosegó en toda la provincia de Chicuito y la de Pacasas y de otros pueblos a muchos sacerdotes, mandándolos parecer en la Audiencia espiscopal a ser revisitados. 22
(…) como hay algunos en la serranía que está entre la provincia de Chicuito y la costa; porque unos a otros se esconden, y los curacas los esconden y favorecen a todos -como ya dije en otra parte- por servirse dellos y por tener tributo dellos (…). 159
Y que yerran asimismo en comulgar a los hatunrimas es notorio en la doctrina que tienen en el pueblo de Jule, que es de más de seis mil tributarios de la provincia de Chicuito (…). 216
A los Lupacas he tenido en doctrina, que son los de Jule y otros de todo Chicuito: sé dellos que son más idólatras que otros hoy día (…). 217
Entre otras maliciosas delicadezas de indios, sucedió una en la provincia de Chicuito: que ante un visitador puso un indio una acusación contra un sacerdote, diciendo que el sacerdote había quemado un libro de los vedados por la Santa Inquisición. 271

Chinga


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Usan asimismo a poner el nombre cristiano a la postre del suyo, y así dicen Sava Chinga Catalina, y Apoma María, Cayo Juan, y así lo demás; en lo cual se ve cómo entienden y qué amor tienen a las cosas de cristiandad. 168

Chinquipillo


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(…) que queriendo el presidente dar una doctrina a un clérigo que llaman Luis Darmas, hombre tan inquieto y mal ejemplar que pos sus inquietudes o vicios le llaman los indios en el obispado del Cuzco 'ninacique' . Que quiere decir 'culo de fuego' - y otro nombre, ques 'chinquipillo', que quiere decir 'cingulum vulvae'. 90

Chipaya


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En este pueblo de Ullaga, donde esto se escribe, están 500 tributarios tn perdidos como los de Challacollo. Y en un pueblo de Las Salinas, que se llama Challacata, están 100 que no tienen doctrina; y adelante siete leguas está otro que se dice Chipaya, don hay 380; (...). 399
Yo vi habrá cinco años [a] los de Chipaya, que decían que no conocían amo, que no querían pagar tasa y debían cinco tercios; decían que no tenían rey y que, si su cura iba a su pueblo, lo habían de ahogar en el río. 399

Chirigonaes


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Esto pasa en esta gente ruin del Pirú que está habitada de españoles, que en los indios de guerra que están por conquistar y son bravos flecheros - valientes bárbaros, como son Chunchos, Mojos, Chirigonaes y otros - no se dejan así sujetar. 78
De donde han venido con estas diligencias a hacer en poco tiempor una heredad en la frontera de los Chirigonaes -tierra de guerra, de gente mala, belicosa, de grandes ladrones salteadores -, en la cual han metido sesenta yanaconas casados o más, que ni se los ha dado el Virrey ni el Audiencia. 226

Chullo


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Y el chullo de las misma manera: lo plataban en algún altillo, si le había, en medio de todas las chácaras. 104

Chunchos


Cita Número de página
Esto pasa en esta gente ruin del Pirú que está habitada de españoles, que en los indios de guerra que están por conquistar y son bravos flecheros - valientes bárbaros, como son Chunchos, Mojos, Chirigonaes y otros - no se dejan así sujetar. 78
He oído decir que estos religiosos de la casa de Jule quisieron entrar en las provincias de los Chunchos, que es gente tan bárbara como toda la demás, belicosa, valiente y que está de guerra, acostumbrados ya a matar muchos españoles que han entrado en cuadrillas en son de guerra y conquista, y a otros que han entrado de paz, solos o con poca compañía, con rescates. 230
Díceseque en Los Chunchos han entrado en los tiempos pasados algunos frailes a solas, y han estado con los indios predicándoles y que han baptizado a algunos: ¿de qué sirve haberles hecho este baptismo, si los dejaron en sus ritos y pecados? 230

Chuño


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Para esta tresquila se solían juntar los caciques principales, si era hijo de principal; y, en acabando aquellas órdenes que se le daban, sentaban al muchacho en medio de todos, y allí llegaban todos a ofrecer de lo que cada uno podía: oro o plata en grano o en piezas, de sus trajes ropa o carneros o comidas de maíz, papas, chuño u otras cosas. 118
Hame acontecido decirme en la confesión que no han comido carne, ni papas, ni mote, ni pescado, ni quinoa, ni chuño, ni otra cosa alguna, sino «la comida del Cuzco» y «la comida del Cuzco» es todas esas comidas que voy nombrando. Digo esto desta manera por dar a entender la fuerza de su mentira, porque «la comida de Cuzco» y la de todo el reino es todo lo dicho. 307

Chupas


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Hacen algunas chupas las mujeres, [y] algunos salen fuera por los pueblos donde no les conocen, y tejen unos pocos de días e hiñan; ganan alguna comida y vuélvense a ala laguna. 396

Chuquiabo


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En un pueblo llamado Uarina, término de la ciudad de Chuquiabo, hizo un clérigo esta manera de tresquilar en un hijo que le dio la obra de su pecado: ya es muerto. Esta cerimonia hacían a los varones; no he entendido se hiciese enlas mujeres. Llamábanla yavichico. 118
Habrá cinco años que vi en el arzobispado de Lima un clérigo, el cual me pidió consejo sobre si iría a quejarse al concilio último próximo pasado sobre que un visitador -que se llama Fulano de Oropesa, que ahor vino por beneficiado de Chuquiabo - le visitó (...). 234
Destas misericordias que usan los obispos con estos que desecha el mundo por inhábiles vino aquí un clérigo en el término de Chuquiabo: dio la extramaunción a un español con el olio del baptismo; y en Chaquí -que es un pueblo junto a Potosí - un clérigo que allí estaba, hallando un indio viejo por baptizar escondido en un cerro, le azotó y a su curaca porque no se había venido a baptizar; y el otro preguntó en Atacama al indio que quería baptizar: «crees en el Dios de los españoles?». 286
Los vecinos de Chuquiabo y de otras partes, que tienen repartidas sus rentas sobre los indios de los yungas, asimismo defendieron la coca en los tiempos pasados: porque les está la renta tasada en coca, y cada cesto de coca le está tasado a cada vecino en peso y medio ensayado, que en corriente viene a ser tres pesos y tres tomines. Cobrando la tasa en coca, venden cada cesto por seis y siete pesos corrientes, que a esta cuenta las rentas les valen doblado de lo que se les dio de merced. 376
En esta cordillera, y término de Chuquiabo, he yo andado en busca de minas de oro de gran fama, que los curacas de aquella tierra tienen ocultadas; (…). 383
En todos los yungas de Chuquiabo los ríos llevan mucho oro, y es toda la tierra destos yungas de Chuquiabo de más de 70 leguas en largo; todos los ríos y cerros [son] riquísimos, entre los cuales está el de Siniaco, (…). 383
Chuquiabo -nombre corrompido por los españoles- se llama Chuquiyapu, que quiere decir «chácara de oro» por unas minas que allí junto, están [a] poca distancia; las cuales se labraban para el Inga, y se dejaron después que los españoles entraron. 383

Chuquibamba


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Después que yo estoy en este reino, lo he oído decir en dos partes que lo han hecho curacas (…). Lo uno fue en un pueblo que se dice Calamarca; lo otro en el obispado del Cuzco, en un pueblo que se dice Chuquibamba. Aconteció, pasando yo por allí, negocio fresco: que una india se huyó de las manos de aquellos que la habían de matar y se fue a favorecer del sacerdote; aquél la libró del caso. 94

Chuquicota


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Yo vi una carta ejecutoria dada para que se pasase un aillo del pueblo llamado Chuquicota a Turco, y luego otra para que no se pasase, y luego otro recado para que se pasase; que con sólo un decreto, en la petición inserto, remitido al corregidor bastaba para pasar todo el pueblo, cuanto más un aillo. 66
(…) en un pueblo llamado Chuquicota, en la provincia de Los Carangas, está ahora un sacerdote, hombre honrado, buena lengua, celoso de hacer el deber; y lo hace en lo que puede, según que tiene lugar en tanto impedimento como cuento. 281

Chuquisaca


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Allí estuvo un sacerdote que se decía Juan Guajardo, al cual le quitaron el ornamento con que había de decir misa; y no se lo quisieron dar hasta que el clérigo escribió a Chuquisaca. 408

Chuquiyapu


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Chuquiabo -nombre corrompido por los españoles- se llama Chuquiyapu, que quiere decir «chácara de oro» por unas minas que allí junto, están [a] poca distancia; las cuales se labraban para el Inga, y se dejaron después que los españoles entraron. 383

Chuse


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Por el torpe [e] impolito uso suyo duermen en el suelo muchos, debajo de una manta que llaman chuse (…). 304

Coca


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(…) y éstos son los que venden la coca, que es yerba que el Señor quiso dar en este reino para perdición de la nación que en él había de poblar, como lo hizo con el pueblo de Israel cuando, habiéndoles dado la Tierra de Promisión, les dejó por vecinos a los idólatras para probarlos (...) 19
Impiden los corregidores de los indios el pasaje de la coca por los pueblos dellos, por que se venda la que ellos metes, y la de sus amigos y servidores, que no por el servicio de Dios ni en bien de los indios. 20
De suerte que a las veces les causa más daño que no provecho, como es en que, tomando la coca, a veces no pueden cumplir con la paga tan presto como se les pide. 20
O, comiéndose mucha cantidad de coca y gastándola en rescates que no son plata, les es forzoso vender de su hacienda para pagar la coca que tomaron. 20
Lo cual se hace fácilmente si acaso el sacerdote he hecho alguna diligencia que sea estorbo al coquero de vender su coca; o si el negro o mulato que vive en la comarca no ha podido sacar indios del pueblo para sus chácaras o servicio (…). 29
Cosa conocida es, y práctica ordinaria, que quien quisiere servirse de los indios les ha de contentar con darles coca, dejarlos emborrachar y, si tienen mancebas, no hablarles en ellas, y no hablarles en la señal de la cruz (…). 30
(…) que con sus particulares contrataciones tenía ocupados a los clérigos, repartiéndoles coca a cada uno para que se la vendiesen en los pueblos de sus doctrinas entre los indios (…) 54
No le servían por amor sino por temor, e invocaban al demono con prepararle una casa limpia, barrida y tender en el suelo alguna ropa buena: y sobre ella derramaban coca en sacrificio, y cuando venía le llamaban malco. 77
Se hacía en lugar cierto, o hecho junto al camino, un majano de piedras de antigüedad allí han juntado los que pasan; demás de las cuales unos ofrecen allí la coca mascada o por mascar; o las ojotas, que son zapatos de su usanza; o una pluma, si la llevan, de las que traen por plumajes; o maíz de lo que llevan para comer; y de los colores que llevan las mujeres para sus afeites llegan a pintar la piedra a quien reverencian. 78
Mochaban y mochan al tigre y tiénenle miedo de manera que, en viéndoles, no tienen ánimo par huir ni para acometerle; antes si va un indio solo por tierra dellos - que los hay cuando entran en los yungas, donde se cría la coca, en viéndole le mochan como si fuese animal de entendimiento, con cerimonias de manos y boca, entendiendo que aquello le valdrá. 78
(…) y luego, tomando coca y sebo todo junto, ponen poquitos a poquitos muchos montoncillos alrededor de las papas, y luego comen y beben; y de que han descansado, u otro día, encierran las papas en otro hoyo mayor, o en piruas, que son como trojes - en conclusión son depósitos- en que guardan la comida todo el año. Después que han cerrado el depósito, o antes, suelen matar un cuy - que en Castilla han llamado 'conejo de Indias' - o dos a las veces, blancos sin mácula, como los elige el maestro que llaman para aquel acto. 85
Es sacrificio hecho a la tierra - que llaman 'madre', en honor de que les ha dado la comida que han cogido-, para tenerla grata otra sementera; asimismo esto - como lo del sebo y coca - lo hacen para la conservación de aquellas comidas. 85-86
Y todo eso ofrecen ahora, principalmente coca, que a ellos les es como a nosotros el incienso; que, demás de la que ofrecían en hoja y mascada, la ofrecían en el fuego: haciendo un pequeño fueguecillo junto a la uaca o la parte donde querían sacrificar, le echaban la coca; quemándose aquel humo, era acepto a la deida que ellos entendían. 87
Cuando degollaban algunos carneros - dos o cuatro, según se juntaban entre ellos-, ofrecían asimmismo coca en hoja, esparcida en el sepulcro o derramada; otras veces una taleguillas llena; otras veces, mascada, la arrojaban en el sepulcro. La mayor solemnidad es quemarla en fuego. 91
Prestamente le miran qué tiene dentro y, si le hallan dentro la sangre cuajada, entienden que no ha sido acepto el sacrificio; y si no la tiene cuajada, le ponen en aquel fueguecillo a que se queme, y le echan coca juntamente para que con aquel perfume sea sacrificado. 92
Solían los curacas principales, cuando moría algún principal curaca, hacer que en el aposento del muerto se encerrasen las mancebas que habían sido de aquel que estaba muriendo. A las cuales las cercaban otras mujeres; dándoles a comer coca y a beber açua, las hacían morir borrachas y ahogadas desta comida y bebida, diciendo: 'come, come y bebe presto y mucho, que has de ir a servir al malco - que quiere decir 'señor' (...). 94
Si se afirma en decir que ha dicho verdad y que ha hecho el deber, toma el segundo una hoja de coca entera y sana - que tiene en cada haz diversos colores, en la una verde claro y en la otra verde oscuro- y echándola en el aire dice: 'ahora mostrará la uaca si has dicho verdad o mentira'. Y cayendo la hoja en el suelo, la miran; si cae lo claro hacia arriba, dícenle: 'tú has hecho bien, que has confesado como bueno; este año nos hará bien la uaca'. 100-101
Para lo cual juntándose toda la parentela de aquél en una casa y, el que los ha de oír toma una uayaca de coca - o taleguilla - y cierta cantidad de sebo y, repartiendo a cada uno un poco de coca con un poco de sebo, se lo ponen en la mano derecha; y, haciéndoles tener aquella mano levantada en alto, dice al que ha de partir que se confiese primero, por que lleve buen viaje, vaya bueno y vuelva (...); en acabando, toma el viejo toda la coca y sebo, que está en las manos de todos. 102
Cuando comienzan a sembrar las chácaras ante todas cosas toman coca y la entierran en la misma chácara que en aquella sazón quieren sembrar, que es sacrificio hecho a la tierra, y con la semilla en la mano comienzan luego a sembrar (…). 106-107
(…) y si -por causa de las aguas ser tardías- la sementera no nace o no crece, todas las veces que la van a ver y se entristecen de que no medra, meten coca en la tierra mochando a la tierra con cerimonias de la boca y de las manos. 107
Y desde donde se hallan, si alcanzan a ver la uaca, o el cerro o lugar donde está, la adoran haciendo cerimonias de manos y boca; y, tomando coca de una uayaca que traen siempre consigo, la arrojan por el aire hacia donde está la uaca; y, si hay nubes, las mochan arrojándoles asimismo coca y con otras cerimonias, diciendo en su lengua: 'Padre mío, suéltanos el agua'. 107
Y si por ventura hiela -que faltando las aguas y nublados, en toda la tierra fría del Pirú es muy cierto-, ofrecen coca a la tierra enterrándola. 107
(…) y así, preguntándole más si habían muerto algún carnero alló o cuy u otra cosa, dijo que no había visto más de que habían hecho un pequeño fuego junto a aquellas casa, y que todos llegaban y que cada uno echaba en el fuego un poco de coca; y una vez quemada, otro. 108
Todas estas mujeres traían sus talegas con coca y se las daban a estos principales o viejos; y de cada talega echaban por cada niño un poco de coca en el fuego, que estaba en medio de la casa (…). 111
Traían luego coca y, echándola en la lumbre, ofrecían aquel sacrificio por la salud del enfermo, y esto lo hacen hoy día aquí. 112
Luego ponen aquellos corazones encima de un fuego que han hecho, y echan coca en la lumbre (…). 113
Y con esto juntamente entierran todas las cosas de que el difunto usaba cuando vivía: como es las ojotas -que es su calzado-, una uayaca -a veces con coca, a veces sin ella-, la cobertura de su cabeza -con sus plumajes de oro o plata o azófar o plumas-, una manilla que usan traer en el brazo derecho, los instrumentos con que solía jugar, un aillo, que es una manera de arma que usan contra el enemigo y contra la caza y es tan fuerte que, tirándole a cierta distancia, atan un animal de suerte que luego cae y no se puede huir; lo mismo hace en un hombre y aun lo derribará muerto. 115
Entierran con ellas algunos ovillos de lana y los usos con que hilan, y algunos envoltillos de coca muy atados entre alguna ropa. 115
(…) en medio ponen un poco de algodón escarmeñado y en el algodón un poco de coca (…) 115
De estos actos y de otros se deja entender que la coca, que los españoles tanto cultivan y aumentan para su codicia, y para perdición de estos desdichados, es el más ordinario sacrificio, y agradable; y así, con todas las otras diversidades de sacrificios, va siempre éste quemado en fuego, como el incieso. 115
Cuando no pueden haber los cuerpos de los muertos, como he dicho, les cortan las uñas de los pies y las manos y unos pocos de cabellos; y esto, envuelto con un poco de coca y atado en un paño, lo llevan a enterrar en el lugar donde le han de hacer veneración. 116
(…) la manceba -en señal del amor que le tiene- cortando un poco de sus propios cabellos, los encierran en un jarrillo con un poco de coca y algunas chaquiras; y luego, hinchando el jarrillo de tierra seca o de arena, lo sepulta con su amado. 116
(…) así como antiguamente decían que eran 'hijos del rayo', ahora dicen que son 'hijos de Santiago'; y así, cuando truena, mochan al rayo y trueno diciendo !'auqui Santiago'!, y echan coca al aire hacia el rayo o relámpago. 121
No comen casi nada o nada; lo más es coca, que en la boca tienen de ordinario para este ejercicio. 125
Si muere luego, juntan un poco de oro y plata, y plumas -de las que ya he dicho- y coca y chaquiras -de las que traen las mujeres por gargantillas, que llaman 'mollo' y 'capa' - y se lo ponen allí junto. 125-126
Yo, entiendiendo si era uaca de piedra -que entonces tenía menos experiencia que ahora- le pregunté quién la había traído, y cómo y de dónde; y díjome que su padre la había llamado en aquella casa; haciendo un pequeñuelo fueguecillo y echando en sacrificio un poco de coca y sebo en la lumbre, vino la uaca y que, cuando entré la uaca en la casa, temblba toda la casilla; y que entonces su padre comenzó a mocharla, y dijo al muchacho que la mochase con palabras y otra cerimonias. 128
Y que ha idolatrado no es menester más probanza, en conciencia, de saber que en idolatría vivió - como he declarado-, y que trae la coca en la boca de ordinario. 187-188
Y asando sobre la lumbre la parte de la carne que en el sueño se les ha pedido, lo ofrecen en sacrificio. Quemando asimismo coca, asan desta manera las renes o lomos del corazón y entrañas, lo más ordinario. 189
Y era manera de juego, y con aquello se regocijaban; y después se ponían a ofrecer sacrificios a las nubes: los sacrificios eran de lana de vicuña, pelos de cuy, plumas y coca y sebo, para que lloviese. 209
El cacique, tomando la imagen, la colocó en aquella casa y le ofrecían muchos sacrificios; (…), el corregidor hizo la averiguación engañando al cacique. De moso que le llevaron a ver la casa, en donde halló muchos corazones de carneros sacrificados y coca, unos frescos y otros enjutos (...). 261
(…) y así, trabaja en balde el que trabaja si el vecino, corregidor y clérigo está vendiendo vino y coca, y disimulando con la doctrina y más pecados por que se venda el vino acedo por bueno. 313
Como son que, cuando hacen la casa, reparten coca a toda la gente que ayuda, la cual tienen en la boca todo el tiempo que andan trabajando: es superstición como todas las otras cosas. Dicen los indios para encubrir su mal intento, que les da fuerza para trabajar y que no sienten hambre. Es falso y contra toda verdad de buena filosofía, como declararé en lo que tratare tocante a la coca. 328
Si es persona que puede, en acabando la casa beben tres o cuatro días -y ocho a veces, como es principal- y cantan todos los días.Cuelgan en las casas mazorcas de maíz, y a veces lo entierran en el suelo de la casa o a la entrada de la puerta: es superstición y ofrenda ofrecida a la uaca por el bien y ventura de aquella casa. Ofrecen esto con coca y con algunas chaquiras, y así lo entierran o lo cuelgan, y hacen otros sacrificios; el beber asimismo sobre la casa hecha muchos días es superstición. 328
Si en alguna piedra del campo o de alguna casa cae algún rayo, de suerte que conocidamente se sepa el rayo haber caído en aquel lugar, en tronando recio o cayendo algún rato luego van a mochar en aquel lugar, y lo que ofrecen es la coca que traen ordinariamente en la boca: que cuando no hubiera otra cosa más que ésta en que poder ver cómo el uso de la coca es cerimonia de sus ritos, si no, ésta bastaba. Lo demás diré cuando trate de la coca. 328-329
(…) porque por los españoles se ha visto la coca fresca, acabada de sacar de la boca mascada, pegada en la piedra o parte donde ha dado el rayo. Aunque sea de muchos años atrás, aquella memoria la veneran como lugar que el rayo eligió para sí, y le es dedicado. 329
Porque yo estuve en una doctrina que llaman Savaya, en la cual un clérigo -mi antecesor, que se llama Florián Cortinas- halló en una pirua -que es troje- una criatura muy pequeña enterrada, y con ella ofrecida una libra o más de oro en grano, y otras cosas. Lo cual descubrió un yanacona, que andaba vendiendo coca en servicio de un mestizo que se llama Arisméndez. El yanacona huyó, y enviaron tras él quien lo mató con ponzoña, comiendo en un desierto: sin saber el pobre quién comía con él, ni qué es lo que comían lo que con él caminaban. 330
Llaman a la tierra fría puna, y a la tierra caliente llaman quiroas, y a la demasiado caliente -donde se cría la coca- llaman yungas. Quiroas y yungas es todo serranías de gran aspereza, donde descienden grandes valles. 332
Acostumbran los indios de los puebos comarcanos a los yungas -de doce, quince leguas y más- a ir a la cosecha de la coca, que se coge cuatro veces en catorce meses. Son los indios Yungas tan señores con la coca que se halla, que por sus personas no trabajan en sus chácaras más que en mirar y mandar; y así, se sirven de los forasteros en el coger de la chácara, limpiarla, rozarla y plantarla de nuevo: (...). 337
La paga que les hacen los Yungas a los forasteros por su trabajo es en coca y darles de comer; y las mozas forasteras, por ganar doblado sueldo, se amanceban con los Yungas el tiempo que allá están (…). Y a veces el que le lleva la corriente, porque de aquel interés de coca espera parte; o todo, si la moza le está bien sujeta. 337-338
Acontece llevar las hijas a vender a estos Yungas, y por coca las dan los padres y las madres doncelluelas y chiquitas (…). 338
(…) la coca que les dan por la hija -cuando está doncella, si la corrompe el que la lleva- guárdanla o parte della mucho tiempo; y tienen esta coca en mucho, como reliquia, porque fue precio del virgo. 338
No entrará un indio en la mina sin ofrecer a la puerta su sacrificio de coca, mascada o por mascar, aunque esté un ángel a la puerta diciéndoles que, si ofrece, se ha de hacer pedazos; ecepto si el ángeñ se le mostrara de suerte que le cause miedo, que en tal caso mocharía al ángel primero con la coca, y después -si lo dejaran ir- mocharía a la mina. 351
(…) si la veta es de metal duro, saca con el dedo sucio de la boca -que está más sucia- la coca mascada y unta el metal, entendiendo que ha de ablandar su dureza con aquello; es abusión del demonio. En todos los pasos peligrosos de las minas y puentes va ofreciendo coca. 351
Lo que podría mucho ayudar al descargo de los gobernadores sería un vigilante cuidado sobre quitarles la coca (…). 352
Hay en Potosí gran número de indios fundidores que llaman «guairizadores». Estos todos funde - o «guairan» - para sí en una semana lo que han hurtado en la otra; y la semana que determinan de guairar se confiesan con sus confesores -que llaman ichuiri- en el principio della, por fin de que el metal de la plata y que la dé en abundancia. Y cuando están guairando ofrecen coca en la guaira al fuego: lo cual quemándose, piensan que es parte para sacar más próspera ganancia después de la fundición. 356
Tienen en sus casas un hornillo en que refinan la plata; en encendiendo el horno y poniendo la plata a refinar, comienzan a ofrecer coca en aquel fuego y algún abortivo de oveja o algún cuy, y las cejas y pestañas (…). 356
(…) en tanto que el uno está encendiendo el fuego los otros le están ofreciendo coca por encima del horno, para que tenga buen succeso. Después que lo han cocido y amontonado para hacer sus cargas, le tornan a ofrecer coca por que tenga buen suceso en la venta. 357
Otros indios se ocupan en ir por soroche lejos de Potosí, a unas minas; y en el camino tienen muchos lugares de veneración que llaman apacheta, en que mochan por el buen suceso del viaje y de la salud. A la apacheta mochan, y a la mina del soroche, por que les dé buen soroche. Y después que lo han sacado y amontonado, ofrecen coca al mismo soroche en el montón; y, en llegando a Potosí, en sus casas lo guardan y allí le tornan a ofrecer coca y sebo -y hacen otras supersticiones- por fin de que tenga buena venta. En todas las entradas y salidas de Potosí tienen diversos mochaderos. 357
Con sus ciegas abusiones se ha hallado en Potosí que, en el lugar donde se sentaban algunos indios a vender algo, tenían enterrados algunos hechizos de supersticiones. Yo vi uno, que era un corazón de no sé qué animalejo con un poco de coca y con un poco de lana y sangre (...). 359
(…) se notará que no es de menor daño para las almas de los naturales el aumento y uso de la coca [de lo] que en España lo eran los libros que Cazalla y Constantino, Egidio y sus secuaces comenzaron a sembrar para fundamento [y] perpetuidad de sus dañadas intenciones. 364
(…) para perdición de los naturales, es mayor daño el uso de la coca que para España los libros de secta falsa; porque aquellos libros los repartían herejes disimulados, y la coca -que es tan perniciosa y a Dios odiosa- la venden cristianos que se tienen por católicos. 364
(…) y la coca la venden por dinero unos cristianos a otros, y todos la venden a los indios para que de ordinario hagan sacrificios al demonio. 364
(…) y la coca la venden a quien saben que idolatra con ella, y que no la compran ni se usa para otra cosa. 364
(…) y la coca se vende públicamente (…). 364
(…) y la coca [la] ha aumentado y plantado la codicia española para perdición de las almas: que [los indios] no tenían licencia para usar della en tiempo de la infidelidad de los Ingas. 364
Que sea verdad que los españoles aumentaron el interés o sacrificios de los ídolos en umentar la coca, la fama lo publica de la experiencia notoria (…). 365
(…) y es verdad que, cuando los Ingas reinaban, ellos eran señores de toda la coca y la mandaban plantar en las partes donde se daba más regalada, fértil, menos áspera y más delicada: que con ser yerba -para ninguna cosa humana útil-, es tan delicada que es necesario criarla en tierra tan caliente que jamás hiele, ni [que] viento frío ni cierzo la pueda tocar. 365
Y, aunque es menester guardarla de los ardientes fríos, asimismo es necesario guardarla del excesivo calor que hace en aquellos valles; y así plantan, por aquellos valles por donde plantan la coca, árbores altos de sombra. Y no muy cerrados, porque asimismo no ha de estar muy asombrada sino desavehada: de suerte que pasando el sol le dé a ratos, y a ratos la deje en sombra. 365
[Re]quiere criarse en tierra fértil de mucha agua de regadío, y no en pantanos ni en ciénagas, sino en parte que, en tomando el riego, quede [el suelo] enjuto. La coca es una hoja que se cría en un arbolillo tan pequeño como hasta la rodilla, o como hasta la cinta. 365
Es árbor que se envejece en pocos años, y en siendo viejo echa aquella hoja con más grosedad o aspereza que cuando es nuevo. Cuando se envejece, plantan de nuevo cortando los cogollos de la vieja [planta], como quien trasplanta un durazno o naranjillo que ha nacido acaso de alguna pepita; desta manera renuevan las chácaras de la coca. 365
Sábese que los Ingas eran señores de la coca y que ellos mandaban plantar; y que nadie tenía licencia de usar della sino los capitanes del Inga y los que por hechos señalados recibían de los Ingas alguna merced (…). 365
Así como los Ingas hacían mercedes de diversos dones a los fieles y de más valor en su servicio, así les daban la coca a los que querían honrar, y licencia para que sacrificasen con ella y la trajesen en la boca por cerimonia del culto de sus ídolos y supersticiones religión (...). 365
Usaban de la coca todos los que eran del linaje del Inga. 366
Toda la coca que se cogía se llevaba al Inga del Cuzco; y, como señor della y de toda la idolatría -por cuyo parecer la religión superticiosa se gobernaba y honraba-, tenía dada orden cómo se había de repartir aquella coca: parte della por las uacas del reino -toda para los sacrificios-, parte della a los que recibían merced, y parte della para su propia persona y parientes. 366
Esta coca se plantaba en algunos valles de los andes -o yungas - del Cuzco, en pocas partes; y en un valle que se dice Pallayunga, el cual es tan caliente que en tiempo que gobernó don Francisco de Toledo se le dio noticia diciendo que en aquel valle se cogía coca todos los días del año; a lo cual entraban indios de ordinario todos los días y los menos salían, porque por maravulla escapaba persona que allí entrase, varón o hembra. 366
Por evitar esta mortandad destos indios mandó don Francisco de toledo destruir la coca de aquel avlle, y un mesticio que dio en esto bastó a acabarlo, y así se destruyó por el bien de tantas almas que perecen. 366
La gente que cultivaba la coca para los Ingas en este valle eran indios a quien el Inga por delitos tenía determinado de justiciar, y por ruego o por otras causas les dejaba de matar, condenándoles a la población de aquel valle y servicio de las chácaras de coca que allí los indios tenían. 366
He dicho que la coca se sembraba en partes donde se daba regalada, fértil y delicada. 367
Todas las veces que [se] meten coca en la boca muerden aquella pasta -que llaman llipta - y con aquello mascujan la coca y la saborean hasta que, bien mascujada, la meten entre las muelas en un carrillo. 367
De la caña deste árbor, depués de seca y quemada, hacen ceniza o carbón; y de aquel carbón, moliéndolo con sal en cantidad y haciendo pasta con agua, lo hacen tortillas; y secas al sol, sirven de condimento para la coca. 368
(…) por la misma manera el que trae la coca a vender a los indios usa trato ilícito, aunque no les diga: «véndotela para que sacrifiques». Que ya se sabe que no es comida ni la comen, sino que sólo della usan para sacrificar. 368
¿Qué cosa es aumentar la coca y venderla nisi «mittere scandalum coram filiis Israel et tenere doctrinam nicolaitarum»? Si los Ingas tenían por estimable culto y honroso rito y sacrificio principal la coca, y los españoles la aumentaron y se la consienten (...). 368
Que la coca se debe prohibir, pruébolo en que, así como no es lícito vender ídolos a los idólatras, así no es lícito vender el sacrificio a los que han de idolatrar. La coca es sacrificio, como parece por toda esta historia; luego no es lícito venderla. 369
Los que venden la coca a los cristianos baptizados en la Iglesia de Dios, que engañados de los viejos, sacrifican con ella, ¿qué hacen sino vender en el templo de Dios lo que no es lícito, y dar el peligro a los que han de ser cristianos para que se pierdan y no sean templo de Dios? 369
Los que plantan la coca y los que la venden, y los que la consienten vender sabiendo que se sacrifica con ella, no pueden vivir fuera de culpa pues que venderla a los indios es poner el grano del incienso en el incensario para que inciensen al ídolo con ella. 369-370
Para defender la coca y decir que es cosa lícita y provechosa, buscan muchas invenciones [los] españoles [que] la han mascado y probado a comer para saber qué gusto y qué efecto tiene (…). 370
(…) porque, habiendo informado al virrey don Francisco de Toledo del daño que causaba la coca, la quiso destruir; y los señores de la coca la defendieron suplicando por entretenimiento dellas, y apelaron y le levantaron testimonios diciendo que era útil y provechosa para las cosas arriba dichas. 370
Que dado caso que el indio sacrifique con el carnero y con el cuy y el abortivo de la oveja, y con las cejas y pestañas, y con diversas plumas -y con un palo y una piedras en el camino, cuando no hallan otra cosa-, aquello con que sacrifica solo él peca en hacerlo, y no peca el que no se lo vende. De donde se infiere que el que vende la coca peca -porque le vende el sacrificio - como el que lo ofrece, porque se sabe que sacrifican con ello. 370-371
Lo que no hay en la coca: que en un cesto hay para muchos días, y la traen de día y de noche consigo en una taleguilla colgada al pescuezo. Y en la boca y en un puño tienen para más de dos días o tres; y es cosa que cuesta poco echar tres o cuatro hojas al aire cuando mochan las nubes u otra cosa. 371
y no andan a cada hora adivinando, como andan a cada paso con la coca ofreciendo. El carnero y el cuy lo ofrecen a tiempos y en solemnidad de sus fiestas, en casos de enfermedades o de notables acaescimientos; la coca, de día y de noche, a cualquier miedo, o a cualquier pena o cerro, o al cualquier tonta imaginación. 371
Cada vez que quieren ofrecer la coca -que son innumerables veces-, no buscan un carnero ni un cuy para ofrecer con ella, sino la coca sola ofrecen; y con todos los otros sacrificios ofrecen coca, que ninguno ofrecen sin ella. Ningún sacrificio ofrecen en fuego sino de la coca, que la queman como nosotros el incienso; y en algún caso notable el corazón del carnero lo ponen en el fuego por sacrificio, y con él la coca. 371
y que, cuando los otros faltasen, éste no faltaría en tanto que los españoles plantaren la coca y la cendieres. [De] donde se deja entender deberse quitar la coca. 372
Que los españoles la multiplicaron se ve en que pidieron licencia al virrey don Francisco de Toledo para plantar más chácaras de las que al principio habían plantado; y de ver los indios que los españoles plantaban las chácaras, las plantaron ellos donde nunca se había criado. Cuando los Ingas, había poca y en pocas partes, y ahora son más de ducientas leguas en largo de serranía donde los valles están plantados de coca, que es desde Pocona hasta el Cuzco y de ahí a Quito. 372
Testimonio de que los españoles tienen culpa mucha en los pecados que los indios hacen con la coca, me lo han dado indios a entender. Diciéndoles yo: «!no comas coca!, deja la coca!», me han dicho: «si los españoles nos la traen y nos la venden, ¿por qué no la hemos de comer?» 372
Que la coca sea comida, la experiencia muestra ser falso; porque, cuanto en razón de comida lo que lo es -o «mantenimiento» - ha de entrar en el estómago para que sea comido o sustento, la coca no entra en el estómago del indio realmente, y quien dijere lo contrario no trata verdad. 372
El uso que le han puesto los que la venden -por venderla, no parando en más que en el deseo de su interés- es decir que los indios «comen coca»; y es falso: que ni los indios la comen ni el vocablo que tienen para decir el uso della no quiere decir «comer», sino «mascujar». 372
Que no es buena la coca para el bien humano, ni es comida, se parece en que los españoles no la comen (…). 373
Y, si fuera comida, no trajera un indio un puño de coca en la uayaca dos o tres días y más (…). 373
La coca no lo puede ser, y así ningún español la come; y, si alguno hubiere que pueda jurar que la ha comida, habrá sido de hecho artificiosamente por dar parecer en el favor della, y por sustentarla. Si a este tal le encerrasen en un aposento donde le pusiesen un cesto de coca y no le diesen otra cosa a comer, él confesaría la verdad antes de muchas horas. 373-374
Que no sea buena la coca para el bien humano, se parece en que nadie sabe que aproveche para otra cosa más que para lo que dice esta historia. 374
Para que se vea qué cosa es la coca, la envío en este pliego. Los que la mascan que sienten en ella después de mascujada en gusto acidillo, y lo que se entiende y es verdad es que, con la calidad de calor suyo -y con la ayuda de la sal de la llipta y la calidad del carbón de que está hecha-, les provoca a bajar del cerebro algunas flemosidades con la fuerza de su humo: y aquellas flemazas tragan. 374
(…) será la coca buena para este efecto. Según mi pobre parecer que no basta; la experiencia dellos mismos lo muestra, y es claro que, si los sustentase en fuerzas y es quitase hambre, no tendrían necesidad de comer todas las comidas ordinarias, y así comerían menos y tendrían menos costa. 374
y, para comer el manjar, echan de la boca la coca que tienen mascada, y algunos se lavan la boca para comer. 374
Si fuese comida la coca, no la echarían de la boca cuando quieren comer; antes comerían con ella si tuviese buen sabor. Y con los otros manjares la comerían; y no la comen como comen ají verde y otras muchas yerbas verdes conocidamente buenas, que comen con maíz y carne y otros manjares, todo revuelto. 374
Entre los viejos alguno se halla que com alguna coca, no por manteniemiento ni ordinariamente como los demás manjares, sino como cosa acaso: por la ordinaria costumbre que tienen de traerla en la boca, se tragan alguna. 374-375
y así, en todas partes se vende coca por menudo, de suerte que por un puño de coca dan un puño de maíz o de cecina -que llaman charque -, o de otra cualquiera cosa. Y por esta manera de contratación dicen que la coca es plata (…). 375
Es tanta la sed de los españoles que traen de pueblo en pueblo a vender esta coca que me ha acontecido quitar y quere resistir a la gente moza el traer en la boca la coca, y meterse ellos a impedir lo que yo y otros curas hacemos. 375
En lo que digo que la coca es de mayor daño a los indios que los libros de falsa doctrina en España, no quiero decir que los libros no eran de mucho y pernicioso daño, sino que aquellos libros no los osaban dar a todos sino a los que engañaban primero (...). 375
Y los indios, para que se usen de la coca, no es menester engañarlos, que ellos están engañados y sus cerimonias los tienen engañados (…). 375
Oído he decir que la contienda de la coca -sobre si se permitiría- se trató en un Consejo Real, y que se permitió; (…). 376
Conforme a este propósito, me parece pecado intolerable el que hacen los que venden y plantan la coca: pues que a los baptizados les dan la coca con que sacrifican los ídolos, ¿qué otra cosa quiere decir sino «conviene que los que sois convertidos y baptizados seáis también idólatras; y que para ello compréis nuestra coca, porque la queremos nosotros vender y enriquecernos para que vosotros guardéis la le vieja»? 376
El obispo del Cuzco, que murió poco ha, fue uno de los que más amparaban la coca, porque cargaba él solo más que ninguno de los que corría la carrera de Potosí. 376
Los vecinos de Chuquiabo y de otras partes, que tienen repartidas sus rentas sobre los indios de los yungas, asimismo defendieron la coca en los tiempos pasados: porque les está la renta tasada en coca, y cada cesto de coca le está tasado a cada vecino en peso y medio ensayado, que en corriente viene a ser tres pesos y tres tomines. Cobrando la tasa en coca, venden cada cesto por seis y siete pesos corrientes, que a esta cuenta las rentas les valen doblado de lo que se les dio de merced. 376
Los indios que pagan con la coca se huelgan de tenerla y de pagar con ella: lo uno por no vivir sin la coca, lo otro porque para pagar la tasa no tienen trabajo, que la pagan con mucho descanso por el mucho servicio que les entra para el beneficio de las chácaras. 377
Cuando se trató de quitar la coca, salieron los indios diciendo que no tendrían con qué pagar la tasa si les quitaban la coca, y todos ayudaron por sus intereses. De donde se entiende que la codicia de los interesados en la coca y la maldad de los indios, que no quieren salir de sus idolatrías, es parte para que no se conozca la verdad de las marañas que inventan para no salir de sus pecados. 377
(…) viniéndole una vez a apretar y mandándole traer de la chácara, donde estaba con la india, vino quejándose y diciendo que yo le hacía pobre y que moría de hambre, por que no le dejaba beneficiar su chácara. Conforme a esto es lo de la coca. 377
Las rentas eclesiásticas de los obispados y cabildos, como son el Cuzco y el de Los Charcas, gozan de los diesmos de la coca y con ello se aumentan las rentas, y la Iglesia o los eclesiásticos venden las rentas destos diezmos a los arrendadores. 377
(…) si los indios acabasen de conocer cuál es el remedio de su salvación y dejasen la idolatría, no usarían jamás de la coca; porque, para la necesidad humana, ya he dicho de cuán poco efecto es -y las [circunstancias] en que parece tiene algún efecto-, y el pecado para que se usa cuán dañoso. 378
A lo cual, considerado bien y satisfechos de la razón del daño que la coca causa, otros juicios más claros que el mío en pobreza verán, por lo que trata el discurso desta historia, que el menor daño es el interés propio de aquellos chacareros. 378
Y los plantadores de la coca tienen mayor culpa que podían tener los libreros; (…). 379
Lo cual no es así en los coqueros: que siempre desde el principio -y más claro en el principio- se entendió -porque la infidelidad era mayor y más clara que ahora- que los indios sacrificaban con la coca, y desto servía su uso. 379
Hay muchos prendados en ellas, los cuales han dado su plata a los señores de las chácaras adelantada para ternerlos obligados y las palabras tomadas, para que les den la coca de aquel año o de aquella mita. Si las chácaras se quitasen de repente, los dueños quedarían adeudados y las chácaras o haciendas perdidas; (...). 379
porque, si se espera a que los chacareros paguen las deudas con la coca, no es remediar las almas si les venden la coca de aquellas esperas. Si, habiendo conocido cuánto es el daño que les viene y cuán necesario es el remedio y destruición de las chácaras, será dar licencia para la perdición de las almas por que en la hora se satisfagan. 380
En buen juicio de la pernicie de la coca y del peligro de las almas, es necesario prohibirla con rigor y no atender a daños, lágrimas ni misericordias, que traen condenación. 380
Y si, teniendo atención a que los prendados sean satisfechos y que no padezcan, y que los chacareros paguen con la coca -y para ello se les diese licencia por un año o dos, o por menos (…). 380
Algunos dicen que, cuando falte la coca de las chácaras, que se apercibirán y la esconderán los indios para mucho tiempo, y que sacarán la coca que está en las sepulturas para comer. A esto respondo que, si usaran de la coca principalmente para comer y fuera manjar urgente, aún no sacaran de las sepulturas y adoratorios la coca: porque tienen gran miedo de quitar lo ue dan u ofrecen en cualquier oráculo. 381
Y así, siempre se verá ser falso si alguien dijere que han de quitar la coca que han ofrecido a las sepulturas. Demás desto, la coca que no está muy guardada en su cesto luego se pudre, o le da no sé qué gusano que la consume: donde no queda para mascar.! 381
Para destruir la coca que los indios guardaren, no es menester más que encomendarlo a los sacerdotes, que los que fueren celosos la destruirán; y los que no, mándandoselo los perlados con pena, todo se acabará en breve. 381
Los bienes que podrían venir a las almas de las destruición de la coca, de lo dicho se presume. 382
De donde se deja entender que, si [a] los indios que en toda esta cordillera viven poblados desde su origen no se les consintiese criar la coca, y se asolase con rigor de castigo, necesitados vendrìan a buscar el oro para pagar las tasas; (…). 384
Si los indios comercanos a los valles de la coca no hallasen tantas veces al año quien les fuera a rogar con la plata para el beneficio de la cosecha de la coca, la necesidad les haría labrar las minas que tienen encubiertas; (…). 386
si los españoles se ocupasen en labrar en minas y no en coca -y los indios que en la coca se ocupan se ocupasen en minas de españoles-, más aumento habría de quintos que provecho de la coca, pues que a la Hacienda Real no viene parte della. 387
Los indios que tienen la coca -si se les vedase- dirían que no podían pagar, por muchos intentos suyos. Lo primero sería por no dejar la coca, que es vicio de su usanza el traerla mascujando; demás de ser cerimonia o rito de su religión idolátrica. A causa de la coca les entra tanto servicio y provisión, al tiempo de la cosecha, que viven descansadísimos y sin cuidado de lo que han menester: porque, cuando han de sembrar, por la coca hallan forasteros que les siembran las chácaras de maíz y papas, yucas y otras cosas de comidas. 387
Los Yungas, con aquella ocasión de la coca, son tan señores que no tra[ba]jan casi en cosa alguna, si no es en mirar cómo el indio forastero le está sirviendo como un esclavo. Por no perder los Yungas este ordinario servicio y señorío, harán cuanto pudieren por no dejar la coca. 387
Aunque, si la contratación de oro hubiese, de españoles -con ropa, y las cosas que han menester y los españoles tratan- serían tan socorridos como de los indios por la coca. 388
[por]que les valdría menos de un peso y medio ensayado -o de oro fino- a un cesto de coca, que lo venden cada uno en su casa por seis o siete pesos y más. 388
Un caciquejo que es «confesor» dellos -que se llama don Diego Sacatiri, y por otro nombre don Diego Mono- porque le tomó un rayo, queriendo sanar a una su nuera de unos desmayos que tenía de corazón, determinó hacer cierto sacrificio con coca y otras cosas, y alquiló un Uro que de su propio nombre se llama Alonso Mono, que sirve al corregidor de alcalde de la comunidad. 390-391

Cochabamba


Cita Número de página
(…) que en el valle de Cochabamba pusieron una acusación los indios de un pueblo contra un clérigo, en que le probaron haber muerto [sin extremaunción] doce indios. 260

Collao


Cita Número de página
Después que estoy en este obispado, oí certificar por cosa muy cierta que se había hallado uno déstos -en aquellas partes que llaman el Collao, comercano a la parte que por allí llaman la provincia de Umasuyo - que en hábito de mujer andaba con las mujeres sembrando papas en la arada que los hombres andaban arando. 304

Collas


Cita Número de página
Lávanse los Collas todos -y los Lupacas y la provincia de Umasuyo, Pacasas y Los Carangas - con orines, que muchas veces los tienen a pudrir muchos días: porque de aquella manera les dan lustre y afirman el negro de los cabellos. 321-322

Combas


Cita Número de página
y es así que, como los indios no tenían barretas de hierro ni lo conocían, ni tenían [con] qué labrar aquel metal sino con otras piedras que buscaban -más duras que el metal, con las cuales lo quebraban a modo de barreta, que llamaban combas -, (….). 386

Conchucos


Cita Número de página
Entre los Conchucos, indios del término de Uánuco, se hizo un indio Dios e hizo entender a toda la tierra que era Dios; y los pocos días que tuvo lo siguieron muchos y lo temían; y les hacía entender que en su mano estaba el poder de llover y no llover, dar vida y salud, y otras cosas. Hasta que fue sentido, y lo justiciaron con otros muchos. El indio se llamaba Charimango. 149

Condor / Condores


Cita Número de página
(…) y era que algunas veces se les aparecía en figura de tigre o de cóndores - que llamamos 'buitres' - o los espantaba en traza de fantasmas, como hoy día les espanta. 77
Asimismo, mochan los indios al cóndor y al halcón con reverencia y miedo cuando les ven pasar volando, con cerimonias de manos y palabras llamándoles 'Hacedor de los hombres' (…). 79
(…) en que dicen que el azor y el buitre -que ellos llaman mantuca y cóndor -son hacedores de los hombres, y que por tales los adoran cuando los ven pasar volando, para que se entienda que en ellos no hay cosa de la fe, ni de Dios imaginación. 149

Coquero / Coqueros


Cita Número de página
Y para que se entienda cómo es esto, digo que esto es cuanto a los pleitos que redundan de pasiones, los cuales a veces mueven encomenderos, a veces chacareros, pasajeros y contratantes como coqueros, mestizos, negros, mulatos (…). 28
Lo cual se hace fácilmente si acaso el sacerdote he hecho alguna diligencia que sea estorbo al coquero de vender su coca; o si el negro o mulato que vive en la comarca no ha podido sacar indios del pueblo para sus chácaras o servicio (…). 29

Coqueros


Cita Número de página
Lo cual no es así en los coqueros: que siempre desde el principio -y más claro en el principio- se entendió -porque la infidelidad era mayor y más clara que ahora- que los indios sacrificaban con la coca, y desto servía su uso. 379

Corquemarca


Cita Número de página
(…) un indio ladino de un pueblo llamado Andamarca, en la provincia de Los Carangas, compró un Monterroso, y en otro pueblo llamado Corquemarca otro ladino compró Las Partidas del rey don Alonso, que le costaron 40 pesos. 268
Esta última proposición oí decir a un español que se dice Gaspar Arias, que anda por estos pueblos ganando de comer: díjola de un indio de Corquemarca. Tiéneles aficionados a los indios el nombre de «ingleses» en gran manera; y dicen que «inglés» viene de «Inga», y que es nombre de los reyes Ingas, y así dicen que todos deben ser unos. 270

Coya


Cita Número de página
porque en toda la aspereza de la tierra que es hacia poniente comarcana al Cuzco -y hasta la costa del mar del Sur, que es toda tierra áspera y alta de serranía- pocos cerros hay sin señales de metales. Y del Cuzco para la cordillera, que es hacia oriente, hay tanta fama que una india que llaman «la Coya» -parienta del Inga último muy cercana -,movida con la voz de Vilcabamba y sospechosa de que los españoles no den con unas minas de gran estima de oro y otras de plata, quiso ganar gracias con el virrey don Pedro de Torres y Portugal. 385

Curaca / Curacas


Cita Número de página
Y no haciéndose con voluntad de cumplir lo que conviene a la ley de la razón, se quedaba, todo como de antes, porque los indios se encubren unos a otros; los curacas y principales les esconden por sus fines y trabajan de que cosa alguna no se sepa 12
Y los indios lo sufrirán todo, porque no saben si les está bien pedir remedio, ni a quién lo han de pedir; y por verse presto desembarazados de una molestia tan grande pasan por todo, porque quien lleva esta carga son los más pobres y que menos saben y pueden, mandados y compelidos de los curacas (...) 13
(…) la cual recogiendo con una escudilla, la expensió sobre todos los curacas e indios que ahí estaban, aperjándolos a todos por los rostros y las cabezas; y después desto y otras cerimonias, en conclusión lo sacrificaron a la luna en un palo. 18
Y así, con este saber de bestias, inhábil y bronco, van a jurar a veces lo que les mandan sus curacas, cuando de hecho quieren hacer alguna bellaquería movidos por sus pasiones (…). 26
Por lo cual acontece a algunos sacerdotes concertarse con los curacas, a lo menos de concierto implícito, dándoles algunos cohechos y regalos de botijas de vino y otras cosas de estimación para tenerlos propicios para hacer las haciendas propias, queriendo ser ayudados de los curacas para tener servicio y ganado con que hacer la hacienda que pretenden, para salir presto de tanta persecución. 43
(…) les dejan con sus mancebas como e antes; que ni les destierran ni se las quitan ni las buscan para castigarlas, porque quieren que cada año haya allí una colmena que castrar; y porque el curaca tiene cuidado de esconderlas con tiempor, por ocho días hasta que pasa la tormenta (...). 44
Los cuales pesos a los curacas no les dan pena pagarlos, porque del sudir de los pobres indios sale lo más de lo que ellos gastan en esto y otras profanidades. 44
Lo cual no bastará todo el mundo a impedir que no lo hagan los curacas, si no es que en manera de servicio les mandasen dar la procuración en especie, como ración de cada día. De hacerse de otra manera redunda que, a los pobres y que poco pueden, toman los curacas lo que quieren para servir al visitador. 48
(…) dejando por visitar el que está lejos y llamando a los curacas, los visitan en la cabeza de la doctrina, y dejando toda la demás gente sin visitar. 48
(…) mandan salir a los indios que pueden - que no son más de los curacas - , y sacar los ornamentos. 48-49
(…) se dio una provisión para que los indios no anduvieren a caballo ni a mula; y luego los curacas comenzaron a suplicar metiendo peticiones, a los cuales se les libraba luego una provisión por un marco. 67
Y si sirviere contra la voluntad del sacerdote, y el sacerdote lo quisiese revolver con los curacas, lo hará tratar mal y echar del pueblo, y todo se puede hacer sin que se sepa cómo. 68
Otros, haciendo el cimiento macizo, en la bóveda de arriba ponían todos los muertos - asentados los curacas en sus sillas y los demás sin ellas-, vestidos de sus ropas como cuando eran vivos, con toda su autoridad, cubiertas sus cabezas con su traje de plumajes y paras - que es una cosa como patena que traen sobre la frente - redondas o largas que llegan sobre las cejas, de otro o de plata o de azófar (...). 93
Solían los curacas principales, cuando moría algún principal curaca hacer que en el aposento del muerto se encerrasen las mancebas que habían sido de aquel que estaba muriendo. A las cuales las cercaban otras mujeres; dándoles a comer coca y a beber açua, las hacían morir borrachas y ahogadas desta comida y bebida, diciendo: 'come, come y bebe presto y mucho, que has de ir a servir al malco - que quiere decir 'señor' (...). 94
Después que yo estoy en este reino, lo he oído decir en dos partes que lo han hecho curacas (…). Lo uno fue en un pueblo que se dice Calamarca; lo otro en el obispado del Cuzco, en un pueblo que se dice Chuquibamba. Aconteció, pasando yo por allí, negocio fresco: que una india se huyó de las manos de aquellos que la habían de matar y se fue a favorecer del sacerdote; aquél la libró del caso. 94
Y los curacas con ellos, que son toda la fuerza de todas sus maldades: que cometen y han cometido muchas diversidades de maleficios intolerables (…). 98
Diciéndoles '¿qué quieres?' en la lengua, asimismo me respondió: 'señor, cuando tú fuiste a Las Salinas, que yo me huí a mi chácara, se juntaron todas las personas en Tolocache a media noche, y los curacas, y juntaron el ganado y las mujeres, y todos lloraban'. 107
Azotando a los muchachos de aquel pueblo, me dijeron los que estaban allí enterrados, y muchas cosas de las que allí hacían los curacas y los demás. 109
En la cual borrachera se juntaban los principales curacas y todos los mandones y viejos, y -estando juntos en una casa redonda grande que, bien considerada su figura, parece ser casa y contratación del infierno (…). 111
(…) y los demás indios, principalmente los curacas, los ayudan a esconder y favorecen este acto: lo uno, porque todos desean que aquéllos no se bapticen; lo otro, porque a ellos mismos les pesa de ser baptizados. 114
Asimismo se sabe que, todas las veces que han podido y pueden, han sacado y sacan de las iglesias que no tienen guarda; y de los cimenterios, los cuerpos de los muertos, principalmente de los curacas -desto dará razón un Alonso de Paz, de quien ya dije - y destos viejos, y los llevan a enterrar en sus sepulcros. 114
Y, aunque todo el pueblo padecía, y la tierra, gran afliacción, ni los alcaldes indios ni los curacas quisieron dar orden en castigarlo ni poner remedio, y el tonto padre -que no hay alguno que sepa castigar sus hijos- se atrevió antes a ahorcarse que a castigar la hija. Porque todos, los unos y los otros, son tan malos que de ninguna manera saben de castigo después que les faltaron los Ingas, ni saben castigar ni reprehender. 123
(…) lo dije al corregidor para que castigase a los alcaldes y curacas, porque no castigaron a la india con tiempo (…). 124
Bien se sabe y entiende que hablan con el demonio y que les responde en diversos lugares, principalmente en algunas uacas, aunque en otras uacas no les responde. Empero, por la antigua y vieja costumbre que tienen de ir a aquellos lugares a mochar no dejan ir, aunque no les hablan. Los que más ignorantes son en esto es la gente moza que, sin saber lo que se hacen, van tras la opinión y mandatos de los curacas, y tras las doctrina de los viejos (...). 127
(…) aquí me quiero volver contra los curacas y viejos para significar parte de la necesidad que hay de castigo y enmienda sobre las engañosas maldades dellos. 129
Son todos los curacas los que sustentan la idolatría, los que la favorecen y amparan y esconden; asimismo esconden a los viejos y a todos los maestros de esta maldad. 130
(…) así como los antiguos seguían la voz y apellido de sus curacas y cabezas o capitanes, y éstos - como mayores cabezas de aquel gobierno- eran antiguamente los principales ministradores de las uacas que aquéllos tenían -y a ellos esperaba el pueblo, y a éstos oían y respetaban y creían (...). 130
(…) que era en aquel tiempo perseverante en la doctrina e idolatría que de aquellos curacas recibieron - con tanta fe que, si Dios que los hizo no les muda los corazones, no es posible salvarse alguno-, asimismo ahora perserveran, viven y creen en aquello en que quedaron impuestos, y no en otra cosa. 130
Y creen sólo aquello que tienen costumbre de oír y creer de sus viejos y curacas. 130
Si no hay quien entienda esto ni quien lo enmiendo y, si se entiende, y no hay quien lo quiera enmendar ni castigar -antes sustentan esta mala vejez y pésima, y la potencia de los curacas-, ¿cómo es posible que la conversión se haga ni la predicación aproveche? 130
(…) qué doctrina siguen, qué dioses honran, para quitarles -como se debn quitar y destruir- los viejos y curacas, cuya voz siguen con la idolatría? 131
Y así hará a éstos, aunque los espere, porque no tienen disposición de enmendarse, ni los curacas y viejos dejan salir de su falsa doctrina al pueblo ignorante. 132
(…) necesario es detruir los viejos y curacas y su doctrina e idolatría, para que puedan volver toda la atenión y corazón a la doctrina de Cristo (…). 133
(…) pretenden los curacas pervertir y atraer al pueblo ignorante a sus opiniones. 134
Por el mismo camino, los curacas favorecen y sustentan la idolatría y todas sus antiguas cerimonias y suciedades (…). 135
Por lo cual los curacas tienen lugar de llevar su opinión al pueblo ignorante y vicioso, porque los súbditos son amigos de la torpe libertad y gozan della, y en ella se envician y deleitan, y ayudan a los que la usan y se lo aconsejan, y con ellos se huelgan y a aquéllos obedecen y aman. 136
Lo curacas asimismo pretenden el señorío y mando, por la libertad que tienen con todo su pueblo de usar de toda la libertad de los torpes pecados que siempre han usado. Y, asimismo, porque el pueblo los ama con gran afición, tienen lugar de servirse dellos; y ellos sirven a sus curacas con extraña afición. 136
(…) y a los pésimos curacas no se les restringe la arrogante pretensión de su mando, y a la multitud no se le prohíbe y castiga con rigor la obscena costumbre de sus muchos pecados, jamás tendrán enmienda (…). 136
Si el bien de los indios se pretende -y el de las almas es el más necesario-, y éste les impide con tanta fuerza por la presencia de los viejos y por el gobierno y mando de los curacas (…). 136
Señaladamente, me aconteció en este pueblo en que ahora estoy preguntar a un curaca ladino, que ahora es alcalde ordinario: 'Dios ¿de qué es hecho?'. Y dijo: 'de barro'. 137
Y así, con castigo, los viejos y curacas cesarían en sus opiniones, y la gente moza se iría olvidando y apartando de tanta maldades. 137
(…) como hay algunos en la serranía que está entre la provincia de Chicuito y la costa; porque unos a otros se esconden, y los curacas los esconden y favorecen a todos -como ya dije en otra parte- por servirse dellos y por tener tributo dellos (…). 159
Hay otros infieles cristianos, disimulados engañadores que, no siendo baptizados, se han puesto nombres de cristianos. O, por mejor decir: los curacas que ahora son y los que ha poco que al infierno pasaron y los viejos les han puesto los nombres para que por ellos estén disimulados y encubiertos. 159
Esto prueba asimismo ser la maldad de los curacas intolerable y digna de castigo y remedio, porque cosa alguna déstas no se escapa a los curacas; de donde se entiende que, si los curacas fueran cristianos, no hubiera este mal encubierto (…). 160
Ni sus padres, que hasta en aquel día los habían tenido encubiertos, tenpian deseo de que se baptizasen, como parece del hecho; ni los curacas, que todo lo saben, dieron orden en remediarlo. 175-176
(…) que como los sacerdotes tienen en su casa, en escuela y para el servicio de la iglesia, los hijos de los curacas y principales (…). 186
Acontecióme, hablando con unos curacas en algunas cosas destas en que se ofreció ocasión, decirme uno: 'Vuesa Merced no está como los vecinos'. 189
Esta plática fue más larga que aquí, aprobando con ejemplos de los curacas vecinos que vivían mal. 189
¿Cómo se remediará la confusión que hay en los pueblos, donde los curacas que hoy día son -y los que pasaron - mandaron quemar o destruir los libros donde los primeros sacerdotes cuidadoso comenzaron a escribir a los que iban baptizando? 194
(…) a causa de que los curacas, con la traidora determinación de sus engaños que he contado, no pretenden más: en diciéndoles '!baptizaos!' o '!confirmaos!' o '!confesos!', por el miedo que tienen de ser conocidos y descubiertos traen los que pueden o los primeros que se hallan. 195
Y así lo dejo hasta que dél sale; y después no sale dél sino de los curacas, que le riñen porque luego entienden que no se confesó, y dicen que el cura les echará la culpa a ellos; de donde viene el enfemo a decir que se quiere confesar. 208
Y todo venía a parar con la noche en borracheras, cantos y fornicaciones: sólo por estos efectos han pretendido siempre los curacas que las mujeres sean comunes. 210
Estos cofrades, que siguen la doctrina de los religiosos, no sabemos que descubran la idolatría que coocen de sus padres, parientes ni de los curacas (…). 217
(…) y pues no los descubren, síguese que aman lo que sus padres obran y sus curacas. 217-218
(…) la cuarta es que, así en Potosí como en otras partes, hacen congregación de los indios a quien doctrinan en manera de cofradía, en la cual conducen a todos los curacas principales y no principales de Potosí. 225
(…) para predicar la ley de Dios no parece buena orden para traer a los indios que están endurecidos en la obstinada determinación de sus pecados: que no sólo lo están todos por la propia ceguedad, mas también por la consulta y predicación de los curacas y viejos. 231
Ni los fiscales de la doctrina lo descubren: lo uno porque ni estiman ni temen al sacerdote, lo otro porque las pláticas y predicaciones de los viejos espantan a todos, y lo impide las amenazas de los curacas. 237
(…) y es que, si un sacerdote pretende quitar a un indio de un pecado grave de los exorbitantes que ellos hacen, o a un curaca, con el disgusto de aquello no miran si lo hace por el bien que les predica del alma, y la salvación y peligro de la condenación. 240
(…) y de que los curacas los ven así desconcertados les mandan que hagan vida juntos en el amancebamiento en que se han concertado, pues que en el casamiento no se hallaban bien; y de nuevo los casa un viejo y hacen una borrachera. Y es entre ellos como cosa forzosa, cuando un viejo o los curacas los conciertan para que hagan vida juntos: y por eso ni se apartan ni vuelven al casamiento. 245
Los curacas toman o piden las hijas a los indios que poco saben, o que poco pueden, y las hijas de las pobres viejas y viudas que no saben lo que importa tanto desconcierto. Lo cual ha lugar por lo que dije de la orden que tienen los curacas en sustentarse con su valor, ambición y gobierno: que nadie eniende ni alcanza la maldad que hay en esto. 248
Máxime que por maravilla hay uno que lo pida: si no es con algún mal intento de engaño, como poco ha aconteció del curaca de este pueblo. 250
¿Qué mejor averiguación de verdad puede haber, para conocer la maldad e infidelidad de todos -y más la de los ladinos-, que saber los ladinos y los curacas y los que son baptizados que los que no lo son usan de nuestras sacras cerimonias y misterios divinos, y no hay entre ellos uno que diga 'tú no puedes recibir esto', o 'aquél no es cristiano para recibir esto'? 253
No dándome rastro ni razón de si son baptizados, más de lo que los curacas quieren mentir por que no parezcan tantas sus bellaquerías, (…). 265
Comencé en otra parte a decir lo que siento de los indios ladinos, y por qué los más son curacas e hijos de curacas que en casa de los sacerdotes se han criado y allí han aprendido la lengua castellana, con otras costumbres diferentes de las que justamente han visto y aprendido de sus padres. 267
Sirven estos ladinos de espías a sus padres y a los curacas y viejos: decláranles las palabras y las intenciones nuestras. No se trata cosa en casa del sacerdote ni en los tambos entre los cristianos pasajeros sin que esté una espía escuchando, para saber todo lo que pasa por el reino, principalmente lo que contra ellos se trata. 267
A lo cual, después que me ven resuelto de no lo querer hacer, determinaron de echarme su curaca que me dijese: «diga vuesa merced las misas que los indios quieren y, si les aprovechare, aprovecharles ha; y si no, perderse ha». 272
Como les aconteció en esta ocasión -que sucedió otro días, domingo- que, antes que dijese misa, les comencé a declarar su intención en aquel dicho, de manera que el curaca quedó perdido y todos ellos confusos. 272
(…) o por entender que Dios está en ella - que no lo creen, y por eso dijo el curaca aquel dicho-, pues dicen que el sacerdote no va al altar más que a comer aquel pan y beber aquel vino, (…). 272-273
(…) y que en su pueblo no hay indio cristiano, y que son grandes ladrones. Y que todo lo sabe el curaca. 274
Por lo cual, reprehendiendo los españoles a los curacas en favor del clérigo -por se conocido-, hubo un curaca que se desvergonzó a decir: «Si el padre quiere vivir, no se meta con nosotros ni en buscar nuestras vidas (..)». 281
Destas misericordias que usan los obispos con estos que desecha el mundo por inhábiles vino aquí un clérigo en el término de Chuquiabo: dio la extramaunción a un español con el olio del baptismo; y en Chaquí -que es un pueblo junto a Potosí - un clérigo que allí estaba, hallando un indio viejo por baptizar escondido en un cerro, le azotó y a su curaca porque no se había venido a baptizar; y el otro preguntó en Atacama al indio que quería baptizar: «crees en el Dios de los españoles?». 286
Si la gente es mucha, los curacas, fiscales y alguaciles los dejan ir, porque también se querrían ir ellos, que todos son unos. 293
(…) que para pagar la tasa no juntan los indios el oro ni la plata en algún depósito general, ni dan la hacienda de la tasa a otro para que se la guarde (danla al tercio, en que suelen pagar cada año: cada uno llega al curaca y le da la parte que le cabe). 299
Atento a que el virrey don Francisco de Toledo entendió las muchas torpezas y malas inclinaciones de los indios, y que dello redundaban mucho daño y ocasiones de perderse a los españoles (...), por lo cual mandó por una ordenanza que todo lo que se hurtase en los tambos lo pagasen los curacas del pueblos (...). 301
A las borrachera y cantos de noche acuden todas las mozas solteras, y quien quiere hallar lugar con alguna dellas -si en otra parte no lo ha hallado- allí es lo más cierto. Los curacas y todos lo que mandan pretenden esto más que otros, (…). Y así como están borrachas, sin defensa -aunque para los curacas tiene poca, aunque estén cuerdas-, con facilidad alcanza uno lo que quiere (...). 309
Los curacas en las borracheras hacen que les de de beber o que les peine la moza con quien quieren dormir, aunque tenga mujer; y la mujer ha de callar. 323
Acerca desto que dije de los curacas digo que es especie, ganancia e interés para los curacas el tener muchas mujeres o mancebas; porque todas le sirven de hacer chicha y comida, y duerme con ellas por vez, y así con la mujer. 323
Y cuando se ha de sembrar la chácara va la mujer como v a sembrar, y las otras con ella como a servirla. Y si la mujer quiere trabajar, trabaja; y si no, se sienta y las otras hacen la chácara. Lo mismo es en hilar ropa y hacerla, y todos los demás servicios del curaca. Es ésta una ocasión muy bastante para que esta libertad nunca la dejen los curacas, si no se les quita con cuidado y castigo. Lo uno por la libertad de la fornicación, lo otro por el interés de las chácaras (...).. 323
Hácense los curacas servir con más imperio de aquel que les da la Real merced; y así, pretenden -donde no les entienden los sacerdotes- de hacerse repartir mozas echando la repartición por casas. 323
Algunos curacas -o gente que se ha criado entre españoles- algunas veces se lavan, que no siempre; cuando mucho, ponen por mesa un poco de paja en el suelo y allí ponen la comida, con plato o sin él. 324
Comen en platos y escudillas de barro tosco, de cualquier barro aparejado a la labor, hechos según hay el barro; en platos de madera. Los curacas salen algo deste tosco uso, que con la pujanza tienen algunos platos de plata y algunas vasijas; empero lo más ordinario es -como comen con todos sus indios- comer a la usanza de todos por que los indios siempre perseveren en su amor y obediencia. No lavan perpetuamente las vasijas en que guardan el açua, y en que la hacen. 324-325
Usan los curacas y principales, cuando se muere algún indio o india que puede poco, si tiene alguna hacienda tomársela en muriendo, y esconderla; de suerte que los sacerdotes no lo entiendan, porque no la pida. 326
Algunos remedian lo que pueden cuando hay herederos, y otros no lo hacen por no enojar a los curacas. 327
De todo este proceso se deja entender el grave daño que viene a toda la tierra del imperio de los curacas, del cual -aunque digo mucho- no digo lo que hay porque no se puede alcanzar todo lo que hay secreto entre los indios y los curacas. Porque en efecto se aman unos a otros, y a nosotros aborrecen como a enemigo común, (...). 327
Usan hacer sus casas con ayuda unos de otros, porque su costumbre no es bastante a darles ánimo para el gasto que se ofrece en el edificar; y así se ayudan unos a otros, y los curacas los ayudan mandando que todos ayuden. 327
Los curacas, así como en los sacrificios de más solemnidad -que importan al bien propio y común, tocantes a la salud o conservación de la vida, o al aumento de los bienes y conservación del ganado y chácaras -mandan ofrecer sus sacrificios a otros que son sus ministros -y ellos no se hallan en ello-, asimismo mandan hacer esta tonta cerimonia sin que se vea que allí lo mandan. 329-330
De muchas cosas que he contado se ve que todo el fundamento del daño y mal en que perseveran -y fuerza de la perseverancia - son los curacas; a los cuales si se castigase, cuando algun pecado se halla de los muchos que he contado, podría tener remedio mucha parte del daño, aunque no se hallase quién lo hizo.So cargo de mi conciencia, digo que se había de castigar al que lo hizo y a su curaca, y aún más adelante, aunque dijesen que les hacían agravio. 330
(…) ofrecieron los curacas dos indios al corregidor diciendo que aquéllos lo habían hecho; y aquellos dos azotaron y tresquilaron. Y lo pasaron, por librar a los curacas; y pasarán los indios chontales peor que eso, si los curacas se lo mandan: tan ciegos están todo, y tan sujetos y engañados los tienen los curacas. 330
Por estas cosas digo que habían de castigar a los que se averiguase haberlo hecho, y al curaca o curacas. 330
Y para esto diré los fines y la intención que tuvieron los curacas cuando en la visita dijeron «en tal parte tendo tantos indios, son mis sujetos, han de ser visitados en este pueblo y aquí han de pagar su tributo». 333
Y así, otra de las cosas que pretendieron los curacas fue tenerlos allí como por esclavos; y para tener sobre ellos el dominio que quieren, demás del tributo Real con que los afligen y amedrentan, procuran de tener entre ellos chácaras y tierras; (…) se las hacen sembrar, y se las siembran de maíz o de cosas que allí se cogen. 333
Y donde no tienen chácaras les hacen guardar ganados, si la tierra es de buenos pastos, que los curacas tienen en poca o mucha cantidad: pretendiendo sólo conservar aquel fuero de ser obedecidos sin pagarles alguna cosa por su trabajo. Para sustentar sus vanidades, los curacas tienen necesidad de hacer esto, que no les vale poco interés. 333
Estos mitimas tienen un caciquejo que reside siempre con ellos. Y en llegando este que es enviado, es mayor entre ellos: sírvenle de comer y beber como al curaca principal, y hacen con él muchas fiestas y cantos borracheras la noche [que] llega y todos los días; que se tarda muchos en cobrar la tasa por gozar de las fiestas y otras maldades. 334
(..) que estos caciques con su cobranza y mando tienen libertad para semejantes maldades, principalmente si son curacas principales, o hijos de curacas, o parientes; que los respetan como a las mismas personas de los curacas. Los curacas pocas veces van a este negocio; y si alguna vez van, es por que les ofrezcan algo, y por ver y tomar cuenta de lo que se ha cogido en sus chácaras. 335
Traté deste caso de los mitimas y destos cobradores de las tasas con un tiniente de corregidor -gran bachiller- significándole algunas cosas de los agravios que los indios reciben, por ver qué inconveniente sacaría o hallaría para que estos curaquejos dejasen de cobrar las tasas destos mitimas, diciendo yo que convenía que los mitimas pagasen las tasas en los pueblos donde están como naturales avencindados y hacendados -y a los curacas de los mismos pueblos-, y no a los pueblos y curacas de donde vinieron, por excusar tantas molestias. 335-336
Yo hallo que el tiempo que gastan los curacas y curaquejos y otros muchos mensajeros en ir y venir a cobrar las tasas, y a percibirlas y a tornar por lo rezagado, es más daño y trabajo que el de los corregidores: (…). 336
Todos estos pecado y otros muchos que no se alcanzan se obran entre los indios, y no hay cosa que a los curacas se esconda. 339
De todo lo que hasta aquí está dicho se manifiesta cuán perdido está todo, y que lo saben los curacas; de donde se deja entender que confiar de ningún curaca es yerro notable. 339
Los curacas en algunas partes hacen pagar tributo a las mozas solteras. 347
(…) y llegar a los indios y a los curacas con la plata en las manos y aventajadas pagas; y no hay un indio que quiera moverse a ganar dinero, por estarse sentados en sus concilios, emborrachándose todos los días de la semana en peso. 347
Yo sé que acontece y ha acontecido, a falta de hombres, salir las mujeres; y mandarles los curacas que vayan a cargar. 348
(…) y es que los arrendadores del azogue sacan provisión de la Audiencia Real para que los curacas que están en el Camino Real tengan cuidado de tener prevenidos [a] los indios que son menester para cargar el trajín. Si los indios que cargan fuesen solamente de los pueblos de aquellos caciques que residen en el Camino Real, bien sería que los obligasen a aquel cuidado (...). 348-349
Las borracheras en Potosí son más ordinarias que en otras partes. Todos los días de la semana están bebiendo los curacas, y con ellos no falta jamás quien beba, de los que se mudan y acaban la tarea de su trabajo. 355
Hay en Potosí hechiceros que hablan con el demonio más que en otras partes. Y los curacas de aquella villa, que asisten a dar razón de la gente del servicio, [son] más libres que en otras partes (…). 356
Y lo mismo hace quien consiente entre sus baptizados [a] los viejos y curacas dogmatizadores (…). 368-369
En esta cordillera, y término de Chuquiabo, he yo andado en busca de minas de oro de gran fama, que los curacas de aquella tierra tienen ocultadas; (…). 383
(…) tratando de minas con unos curacas de unos pueblos que se dicen Ambaná y Moco Moco, habían dicho que en tiempo del Inga. no había pueblo en todo el reino, chico o grande, que no tuviese en su término minas de ora o plata, que labraban para el Inga. 386
Era justo se guardara la ordenanza de don Francisco de Toledo, y que se mandase a los curacas que pagasen estos y otros daños del ganado; (…). 396
Y en todos los Lipes en muchos años no les dieron sacerdotes, y los que nacieron en aquellos tiempos fueron tomando nombres de cristianos y con aquéllos se han quedado todos los más, como éstos de este pueblo y otros de pueblos muy sujetos y tratables. Y todo esto lo hacen los curacas. 403
Sólo de que no hagan caso del sirve, que el día de fiesta no se llega un indio a misa; y, si se llega un alcalde o algún ladinejo o curaca, no se llegan seis. Tienen la iglesia -y la casa del sacerdote y la del corregidor y un mal tambo de los pasajeros- todo junto y apartado de su habitación, como cuartel de enemigos. 408

Curacatos


Cita Número de página
En muchas partes deste reino se tiranizan los curacatos muchos indios soberbios, con las mañas y orden deste don Alonso: (…). 402

Curaquejos


Cita Número de página
Traté deste caso de los mitimas y destos cobradores de las tasas con un tiniente de corregidor -gran bachiller- significándole algunas cosas de los agravios que los indios reciben, por ver qué inconveniente sacaría o hallaría para que estos curaquejos dejasen de cobrar las tasas destos mitimas, diciendo yo que convenía que los mitimas pagasen las tasas en los pueblos donde están como naturales avencindados y hacendados -y a los curacas de los mismos pueblos-, y no a los pueblos y curacas de donde vinieron, por excusar tantas molestias. 335-336
Yo hallo que el tiempo que gastan los curacas y curaquejos y otros muchos mensajeros en ir y venir a cobrar las tasas, y a percibirlas y a tornar por lo rezagado, es más daño y trabajo que el de los corregidores: (…). 336

Curicamayos


Cita Número de página
Es plática que se tiene por cierta, y que pasó así: que los Ingas eran tan rigorosos señores que en todos sus reinos no había indio que poseyese cosa suya, ni su propio trabajo; que de lo que sembraban, tomado lo que se sabía que le era necesario para su casa y familia, lo demás se lo quitaban los gobernadores y lo guardaban en depósitos públicos, para proveimiento de las guerras ordinarias y para proveer a los curicamayos, que son los mineros del oro. 242-243

Cuy / Cuyes


Cita Número de página
(…) y luego, tomando coca y sebo todo junto, ponen poquitos a poquitos muchos montoncillos alrededor de las papas, y luego comen y beben; y de que han descansado, u otro día, encierran las papas en otro hoyo mayor, o en piruas, que son como trojes - en conclusión son depósitos- en que guardan la comida todo el año. Después que han cerrado el depósito, o antes, suelen matar un cuy - que en Castilla han llamado 'conejo de Indias' - o dos a las veces, blancos sin mácula, como los elige el maestro que llaman para aquel acto. 85
Ofrecen asimismo en entas piruas un abortivo de lo que las ovejas paren malparido, que lo guardan para sus sacrificios cuando acontece malparir, que sea pequeño que grande lo que ha malparido. El cuy que dije lo entierran en la tierra en sacrificio. 86
Sábese que a estas uacas ofrecían oro y plata, en piezas y en granos; ofrecían plumas de un ave que llaman flamencos en España, y de unos papagayos que llaman guacamayos y cuyes muertos de la manera que dije; especialmente sacrificaban mucho ganado, carneros y corderos. 87
Ofrecen cuyes a las veces sin manchas, blancos, según os elige para tal caso el que hace la cerimonia; deguéllanlos con la uña para semejante caso, porque el sacrificio es derramar sangre. Aquellos cuyes no los comen: entiérranlos junto a las sepulturas o dentro. 91
En los cuyes adivinan, mirándoles las entrañas, del bueno o mal suceo de sus necesidades. 92
Con éste tomaban cuatro cuyes sin mácula, a los cuales ahogaban retorciéndoles las cabezas hasta quebrar el hueso por la nuca (…). 103
(…) y así, preguntándole más si habían muerto algún carnero alló o cuy u otra cosa, dijo que no había visto más de que habían hecho un pequeño fuego junto a aquellas casa, y que todos llegaban y que cada uno echaba en el fuego un poco de coca; y una vez quemada, otro. 108
(…) y allí lo sacrificaban degollándolo por el buen suceso de aquellos niños. Y otras veces algunos cuyes: mirándoles las entrañas, adividaban sus mentiras. 111
Y el que puede poco trae un cuy, el cual matan como ya he dicho y, rompiéndole el pecho, le descubren las entrañas y en ellas adivinan si morirá (…). 112
Y era manera de juego, y con aquello se regocijaban; y después se ponían a ofrecer sacrificios a las nubes: los sacrificios eran de lana de vicuña, pelos de cuy, plumas y coca y sebo, para que lloviese. 209
Tienen en sus casas un hornillo en que refinan la plata; en encendiendo el horno y poniendo la plata a refinar, comienzan a ofrecer coca en aquel fuego y algún abortivo de oveja o algún cuy, y las cejas y pestañas (…). 356
Diciendo más: que, si lols indios sacrificaban con ella, también sacrificaban con cuyes y carneros y con otras cosas. 370
Que dado caso que el indio sacrifique con el carnero y con el cuy y el abortivo de la oveja, y con las cejas y pestañas, y con diversas plumas -y con un palo y una piedras en el camino, cuando no hallan otra cosa-, aquello con que sacrifica solo él peca en hacerlo, y no peca el que no se lo vende. De donde se infiere que el que vende la coca peca -porque le vende el sacrificio - como el que lo ofrece, porque se sabe que sacrifican con ello. 370-371
Un cuy, ni lo llevan consigo ni menos lo hallan cada vez que lo quieren (…). 371
Y así, el que entra en la mina y el que va [de] camino no puede usar el cuy, si no se para un rato o un día a tomarlo, y esto no lo hay en todas partes. Demás desto, el cuy y el carnero no usan dél para sólo sacrificar, sino para agüero de adivinación: lo cual adivinan y conocen mirándoles el corazón y sus señales, las entrañas y los bofes. Así que al cuy y al carnero los matan y ofrecen, necesitados de los que quieren adivinar (...). 371
y no andan a cada hora adivinando, como andan a cada paso con la coca ofreciendo. El carnero y el cuy lo ofrecen a tiempos y en solemnidad de sus fiestas, en casos de enfermedades o de notables acaescimientos; la coca, de día y de noche, a cualquier miedo, o a cualquier pena o cerro, o al cualquier tonta imaginación. 371
Cada vez que quieren ofrecer la coca -que son innumerables veces-, no buscan un carnero ni un cuy para ofrecer con ella, sino la coca sola ofrecen; y con todos los otros sacrificios ofrecen coca, que ninguno ofrecen sin ella. Ningún sacrificio ofrecen en fuego sino de la coca, que la queman como nosotros el incienso; y en algún caso notable el corazón del carnero lo ponen en el fuego por sacrificio, y con él la coca. 371
(…) son más malos que esotros Aimaraes: porque entre los Aimaraes no todos saben hacer las cerimonias de la idolatría en las sepulturas y uacas, y entre los Uros todos son tan cultores de su tonta religión que, cuando entre los Aimaraes falta quien les ayude a hacer algún sacrificio -o alguna superstición para adivinar con algún cuy, o con algunas suertes y otra cosa-, luego llaman un Uro que les ayude y lo haga. 390

Cuzco


Cita Número de página
De un sacerdote se probó en el Cuzco, el cual vivebat sine virilia: defendiendo su causa para vencer la maldad, pidió a un escribano le diese un terstimonio de su falta natural. 36
En el obispado del Cuzco, ¿no decían, en tiempo del obispo Lartaón, sino que no enviaba él visitadores para que santificase los clérigos? 50
Lo dejo, con sólo decir que en esa Corte entiendo se hallarán sacerdotes que dirán llo que yo callo, en casos acaecidos en diversas partes: entre ellos, un Antonio Álvarez y un Alonso Gallegos Blanco, así en cosas del Cuzco como de Los Charcas y otras partes. 50
Cosa es digna de consideración que tengan los obispos desta tierra de venticinco mil pesos arriba ensayados - digo el de Los Charcas y el de Cuzco - y que no se contenten sin querer consumir el sudor de los pobres clérigos. 55
Y así, si en alguna parte el demonio se les aparecía o les hablaba, les era forzoso, si era en piedra o cosa que se pudiese mover, llevarlo al Cuzco a los Ingas, donde se hallaban. 74
(…) que queriendo el presidente dar una doctrina a un clérigo que llaman Luis Darmas, hombre tan inquieto y mal ejemplar que pos sus inquietudes o vicios le llaman los indios en el obispado del Cuzco 'ninacique' . Que quiere decir 'culo de fuego' - y otro nombre, ques 'chinquipillo', que quiere decir 'cingulum vulvae'. 90
Después que yo estoy en este reino, lo he oído decir en dos partes que lo han hecho curacas (…). Lo uno fue en un pueblo que se dice Calamarca; lo otro en el obispado del Cuzco, en un pueblo que se dice Chuquibamba. Aconteció, pasando yo por allí, negocio fresco: que una india se huyó de las manos de aquellos que la habían de matar y se fue a favorecer del sacerdote; aquél la libró del caso. 94
Tienen después a estos tales en veneración, como a hombres dedicados a su diabólico culto; llaman a este ejercicio en lengua aimará talausu, y en lengua del Cuzco taquiongo, que quiere decir 'canto enfermo'. 126
(…) contaré lo que pasó en el pueblo de Los Lucanas habrá seis meses, poco más o menos, año de 1587, en el obispado del Cuzco. 132
(…) llegó otro proveído por el Cuzco, que era antiguo lengua y hombre que entendía los indios; al cual habiendo los indios entendido y conocido, le dijeron que se volviese porque ellos estaban contentos con el chapetón y, si no quería, que lo irían a pedir al Cuzco (...). 133
En el arzobispado de Lima y en el Cuzco se manda dar [la extremaunción] y, si decir que se da a los idóneos no parase en más que en saber lo que el sacerdote hace y darle crédito a lo que dijere, no se seguiría mucho daño de mandar dar este sacramento (...) 258
En un pueblo que se dice Tacana, nueve leguas del puerto de Arica, que es el obispado del Cuzco, está un cacique que se dice don Diego, de aventajado entendimiento para indio: es rico y poderoso, (…). A éste le dio el obispo del Cuzco licencia para que comulgase sin haberlo visto ni examinado; sólo por la fama y la riqueza pudo alcanzar esto (...). 274
Hame acontecido decirme en la confesión que no han comido carne, ni papas, ni mote, ni pescado, ni quinoa, ni chuño, ni otra cosa alguna, sino «la comida del Cuzco»; y «la comida del Cuzco» es todas esas comidas que voy nombrando. Digo esto desta manera por dar a entender la fuerza de su mentira, porque «la comida de Cuzco» y la de todo el reino es todo lo dicho. 307
Toda la coca que se cogía se llevaba al Inga del Cuzco; y, como señor della y de toda la idolatría -por cuyo parecer la religión superticiosa se gobernaba y honraba-, tenía dada orden cómo se había de repartir aquella coca: parte della por las uacas del reino -toda para los sacrificios-, parte della a los que recibían merced, y parte della para su propia persona y parientes. 366
Esta coca se plantaba en algunos valles de los andes -o yungas - del Cuzco, en pocas partes; y en un valle que se dice Pallayunga, el cual es tan caliente que en tiempo que gobernó don Francisco de Toledo se le dio noticia diciendo que en aquel valle se cogía coca todos los días del año; a lo cual entraban indios de ordinario todos los días y los menos salían, porque por maravulla escapaba persona que allí entrase, varón o hembra. 366
Que los españoles la multiplicaron se ve en que pidieron licencia al virrey don Francisco de Toledo para plantar más chácaras de las que al principio habían plantado; y de ver los indios que los españoles plantaban las chácaras, las plantaron ellos donde nunca se había criado. Cuando los Ingas, había poca y en pocas partes, y ahora son más de ducientas leguas en largo de serranía donde los valles están plantados de coca, que es desde Pocona hasta el Cuzco y de ahí a Quito. 372
El obispo del Cuzco, que murió poco ha, fue uno de los que más amparaban la coca, porque cargaba él solo más que ninguno de los que corría la carrera de Potosí. 376
Las rentas eclesiásticas de los obispados y cabildos, como son el Cuzco y el de Los Charcas, gozan de los diesmos de la coca y con ello se aumentan las rentas, y la Iglesia o los eclesiásticos venden las rentas destos diezmos a los arrendadores. 377
Los vecinos del Cuzco y de los demás que la han multiplicado y plantado apellidan luego, diciendo que son sus haciendas y que les han costado mucha plata a plantar y beneficiar, y que los hacen pobres y que les quitan el comer y las haciendas, y que quedarán en pobreza. 378
La iglesia o los capitulares de la iglesia del Cuzco han de ayudar a este refrán diciendo que se pierden sus diezmos. 380
(…) atravesando por el Nuevo Reino de Granada, Quito y el arzobispado de Lima, Cuzco y Charcas -, que atraviesa todos estos reinos una cordillera que parece tener su principio en las montañas de Tairona -a cuyo pie está la ciudad de Santa Marta - y corre hasta meterse en el mar que solían llamar Estrecho de Magallanes. A lo largo de todos estos reinos el anchura desta cordillera, por donde yo he tenido noticia, es de más de treinta y cuarenta leguas, y más. 382
Y en tierra del Cuzco se sabe haber grandes minerales de oro -en esta cordillera está Carabaya, (…). 382
Cuando las minas de plata de Vilcacaba [Vilcabamba] se hallaron y las visitó el alcalde Marañón, viendo la riqueza, determinó de favorecer a los que habían trabajado y dar orden en que se diesen indios a aquellas minas de la comarca del Cuzco. 385
porque en toda la aspereza de la tierra que es hacia poniente comarcana al Cuzco -y hasta la costa del mar del Sur, que es toda tierra áspera y alta de serranía- pocos cerros hay sin señales de metales. Y del Cuzco para la cordillera, que es hacia oriente, hay tanta fama que una india que llaman «la Coya» -parienta del Inga último muy cercana -,movida con la voz de Vilcabamba y sospechosa de que los españoles no den con unas minas de gran estima de oro y otras de plata, quiso ganar gracias con el virrey don Pedro de Torres y Portugal. 385
Los ciento que están adelante -su pueblo se llama Islluga -son tales que, por no tener cura, estando en el obispado de Los Charcas dicen que quieren pasarse al del Cuzco, que está la raya allí cerca. 400

Gobernador / Gobernadores


Cita Número de página
Y tanto más es de culpar a los gobernadores cuando más entienden y menos cuidado tienen del remedio necesario, el cual no se pondrá jamás si a fuego y sangre no son destruidos los viejos. 131
Es plática que se tiene por cierta, y que pasó así: que los Ingas eran tan rigorosos señores que en todos sus reinos no había indio que poseyese cosa suya, ni su propio trabajo; que de lo que sembraban, tomado lo que se sabía que le era necesario para su casa y familia, lo demás se lo quitaban los gobernadores y lo guardaban en depósitos públicos, para proveimiento de las guerras ordinarias y para proveer a los curicamayos, que son los mineros del oro. 242-243
Y asimismo no podían, como ahora hacen, tomar cada uno la mujer que quería sin licncia, o si no se la daban los gobernadores del Inga. 243
(…) y los que mandaban juntar los gobernadores habían de obedecer so graves penas. 243
Ni quieren que se haga doctrina: porque es cosa de los oidores y gobernadores se consiente a los indios yanaconas y de su servicio que junten grandes cuadrillas de otros amigos con ellos; y allí, como en casas de libertad, cantan y se emborrachan y hacen más bellaquerías y maldades, amancebamientos fornicaciones que en otras partes. 279
Los esclavos, yanaconas y gente baja de servicio tratan a los indios hatunrunas -rústicos mal prácticos -con rigor e imperio tan terrible que no hay quien con tanta crueldad los trate: como son los esclavos destas potestades y los yanaconas hombres y mujeres prácticos, criados y favorecidos en casa de los gobernadores. 279
De no querer los gobernadores entender que son ellos la causa de tanto daño, vienen a que escriben contra el clero tanto mal como en la Corte se entiende. 280
De lo cual se sigue que los gobernadores, no conociendo el bien ni la necesidad que hay dél ni sabiendo entender el camino por donde se ha de tratar, dicen mal del mal y a veces del bien (…). 280
Y, si esto no bastaba, les ponían a todos un gobernador del linaje de los Ingas, y por serles naturales eran fieles, y así conservaban toda la tierra y les estaba sujeta; y si alguien se levantaba, luego lo sabían y lo remediaban. Aquestos trasladados los llaman mitimas donde quiera que están, ora en parte caliente ora en parte fría. 331-332
Muchos indios en el Pirú pagan menos tasa que otros: o porque son rebeldes -que no se han acabado de pacificar ni sujetar, en cierta manera- o porque son de estos Urosç que, como los ven tan desposeídos, les parece a los gobernadores que no la pueden pagar. De lo cual los gobernadores tienen el cargo: (...). 397

Guaca


Cita Número de página
(…) aunque de sus uacas presumían o entendían un ser que no veían, como cosa espiritual, no pensaban más de que aquel poder era cuanto para ellos o contra ellos - y entre ellos - según que agrdaban o desagradaban a su guaca. 88

Guacamayos


Cita Número de página
Sábese que a estas uacas ofrecían oro y plata, en piezas y en granos; ofrecían plumas de un ave que llaman flamencos en España, y de unos papagayos que llaman guacamayos y cuyes muertos de la manera que dije; especialmente sacrificaban mucho ganado, carneros y corderos. 87

Guaira


Cita Número de página
Hay en Potosí gran número de indios fundidores que llaman «guairizadores». Estos todos funde - o «guairan» - para sí en una semana lo que han hurtado en la otra; y la semana que determinan de guairar se confiesan con sus confesores -que llaman ichuiri- en el principio della, por fin de que el metal de la plata y que la dé en abundancia. Y cuando están guairando ofrecen coca en la guaira al fuego: lo cual quemándose, piensan que es parte para sacar más próspera ganancia después de la fundición. 356

Guairar (v)


Cita Número de página
Hay en Potosí gran número de indios fundidores que llaman «guairizadores». Estos todos funde - o «guairan» - para sí en una semana lo que han hurtado en la otra; y la semana que determinan de guairar se confiesan con sus confesores -que llaman ichuiri- en el principio della, por fin de que el metal de la plata y que la dé en abundancia. Y cuando están guairando ofrecen coca en la guaira al fuego: lo cual quemándose, piensan que es parte para sacar más próspera ganancia después de la fundición. 356

Guairizadores


Cita Número de página
Hay en Potosí gran número de indios fundidores que llaman «guairizadores». Estos todos funde - o «guairan» - para sí en una semana lo que han hurtado en la otra; y la semana que determinan de guairar se confiesan con sus confesores -que llaman ichuiri- en el principio della, por fin de que el metal de la plata y que la dé en abundancia. Y cuando están guairando ofrecen coca en la guaira al fuego: lo cual quemándose, piensan que es parte para sacar más próspera ganancia después de la fundición. 356

Hachachuima


Cita Número de página
(…) y es que los que hablan como yo hablamos de los indios hatunrimas -que es en lengua de los Ingas; en aimará llaman 'hachachuima' -, que quiere decir 'gran bellaco' o 'insensato o descorazonado bellacón': todas esas sentencias se entienden en ese dicho. 215

Hatunrimas


Cita Número de página
(…) y es que los que hablan como yo hablamos de los indios hatunrimas -que es en lengua de los Ingas; en aimará llaman 'hachachuima' -, que quiere decir 'gran bellaco' o 'insensato o descorazonado bellacón': todas esas sentencias se entienden en ese dicho. 215
(…) si dicen que no comulgan a los hatunrimas -que por otro nombre quiere decir 'gente rústica' (…). 216
Y que yerran asimismo en comulgar a los hatunrimas es notorio en la doctrina que tienen en el pueblo de Jule, que es de más de seis mil tributarios de la provincia de Chicuito (…). 216

Hatunrunas


Cita Número de página
No hay gente que tanto mal haga a los indios hatunrunas, ni que tanto los sujete y se aproveche dellos -con excesivo trabajo, y daño y costa de los indios. Como los hijos de los oidores, sus criados, allegados hacedores, que de sus sombras y casa salen con oficios o cargos, propios de la Justicia Real. 279
Los esclavos, yanaconas y gente baja de servicio tratan a los indios hatunrunas -rústicos mal prácticos -con rigor e imperio tan terrible que no hay quien con tanta crueldad los trate: como son los esclavos destas potestades y los yanaconas hombres y mujeres prácticos, criados y favorecidos en casa de los gobernadores. 279

Hayo Hayo


Cita Número de página
En el pueblo llamado Hayo Hayo le pidieron a un sacerdote que se llama Alonso de Paz, natural de Lerena, trecientas cabezas de ganado de la tierra, porque les quitó una uaca a aquellos infieles. 32

Hiueri


Cita Número de página
De dónde vino llamar çupai a los muertos no lo he alcanzado, y desto trataré en otra parte. Llamaron çupai a los muertos que tenían en veneración, a quien ofrecían sacrificios. El natural nombre de 'muertos', que sólo esto signifique, es amaya o hiueri y así, dice: 'murió', hiui. El más propio es amaya. 103

Hiui


Cita Número de página
De dónde vino llamar çupai a los muertos no lo he alcanzado, y desto trataré en otra parte. Llamaron çupai a los muertos que tenían en veneración, a quien ofrecían sacrificios. El natural nombre de 'muertos', que sólo esto signifique, es amaya o hiueri; y así, dice: 'murió', hiui. El más propio es amaya. 103

Huatacamayos


Cita Número de página
(…) y si el sacerdote no los mandase buscar a los fiscales y huatacamayos, no los traen ni los traerán perpetuamente, si los dejan. 212
Fuera desto, todos hacen lo que conté en otra parte de los fiscales y huatacamayos. Según lo dicho, bien se sigue que ni conocen a los indios ni los pueden conocer, porque no es el trato que les hacen ni la manera de tratarlos de suerte que puedan conocerlos. 223

Ia


Cita Número de página
Y así sigo: que para decir 'fe' dicen iasañasa, que es composición de tres partes de la oración: a saber, ia, que quiere decir 'sí'; saña, que quiere decir 'para decir'; y sa, que quiere decir 'nosotros'. Los cuales vocablos hacen esta sentencia: iasañasa, 'para decir/nosotros/sí'. 150
Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150
La palabra 'creo' se dice también por composición, que sólo verbo simple no lo hay, y es iastpi. Compónese de ia, que es 'si'; y de stpi, que es 'digo'. Lo cual junto hace este sentido: iastpi, 'digo sí'; y así, en el Credo dice: iastpi, Dios auqui, que quiere decir: 'digo sí, Dios es padre'. 151

Iasañasa


Cita Número de página
Y así sigo: que para decir 'fe' dicen iasañasa, que es composición de tres partes de la oración: a saber, ia, que quiere decir 'sí'; saña, que quiere decir 'para decir'; y sa, que quiere decir 'nosotros'. Los cuales vocablos hacen esta sentencia: iasañasa, 'para decir/nosotros/sí'. 150
Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150

Iastpi


Cita Número de página
La palabra 'creo' se dice también por composición, que sólo verbo simple no lo hay, y es iastpi. Compónese de ia, que es 'si'; y de stpi, que es 'digo'. Lo cual junto hace este sentido: iastpi, 'digo sí'; y así, en el Credo dice: iastpi, Dios auqui, que quiere decir: 'digo sí, Dios es padre'. 151

Ica


Cita Número de página
Y así, digo que en un pueblo llamado Ica aconteció que un indio se escondió en la iglesia de los frailes agustinos que hay en aquel pueblo, y a la hora que le pareció no haber alguien que le mirase salió; y llegándose al altar, echó las manos a un cofrecito pequeño en que tenían el Santo Sacramento. 163

Icho


Cita Número de página
(…) unos se van a hurtar a las minas los domingos y fiestas, otros por leña, icho y carbón por diversas partes (…). 354

Ichuiri


Cita Número de página
Hay en Potosí gran número de indios fundidores que llaman «guairizadores». Estos todos funde - o «guairan» - para sí en una semana lo que han hurtado en la otra; y la semana que determinan de guairar se confiesan con sus confesores -que llaman ichuiri- en el principio della, por fin de que el metal de la plata y que la dé en abundancia. Y cuando están guairando ofrecen coca en la guaira al fuego: lo cual quemándose, piensan que es parte para sacar más próspera ganancia después de la fundición. 356

Inga / Ingas


Cita Número de página
Oído he decir que en el alzamieno de Quito, que hubo pocos años ha, realmente y con efecto estuvieron levantados los indios con el cacique principal, que es del linaje del Inga (…) 17
Su principal adoración eran las uacas que ellos llamaban, y este ídolo era lo que más reverenciaban. Dícese que después que fueron sujetos a los Ingas, que les era prohibido por esos señores adorar uaca alguna si por Ingas reyes no les era mandado o concedido. 74
Y así, si en alguna parte el demonio se les aparecía o les hablaba, les era forzoso, si era en piedra o cosa que se pudiese mover, llevarlo al Cuzco a los Ingas, donde se hallaban. 74
Y habiéndole dado la razón de la uaca que llevaban, y de cómo la habían hallado o conocido, la mandaba meter en su oráculo. Y entrando el mismo Inga en su oráculo, consultaba de aquel caso con su oráculo, que le hablaba, y con la uaca nuevamente traída. 74
Si respondía la uaca, decía el Inga que era buena, y que la adorasen y pusiesen en lugar de veneración; y el Inga les ofrecía sus dones, la mandaba llevar al lugar de donde había sido traída; y siempre tenían cuidado los Ingas de enviarles sus sacrificios cada año adonde quiera que las mandaba colocar. 74
Si alguna uaca los indios llevaban y no daba respuesta, cuando los Ingas llegaban en su oráculo a hablar con su uaca y con la nuevamente traída, decían que no era buena, y no la mandaban adorar. 74
Todas estas uacas eran de piedra, por la mayor parte figuras de Ingas y de hombre principales, antecesores dellos en que después de muertos, el demonio se les aparecía o les hablaba por los campos o en los cerros o en peñascos altos y fragosos (…). 75
Entre otras cosas que solían ofrecer los Ingas al sol - a quien tenían hecho templo, y no a otro alguno de sus ídolos-, eran panecillos hechos del más excelente maíz, que comían porque conocieron de sol la virtud de ser creador, y con este pensamiento le atribuían esta honra. 83
(…) porque de su natural condición requieren ser tratados con mano dura, como los trataba el Inga. 97
Y, aunque todo el pueblo padecía, y la tierra, gran afliacción, ni los alcaldes indios ni los curacas quisieron dar orden en castigarlo ni poner remedio, y el tonto padre -que no hay alguno que sepa castigar sus hijos- se atrevió antes a ahorcarse que a castigar la hija. Porque todos, los unos y los otros, son tan malos que de ninguna manera saben de castigo después que les faltaron los Ingas, ni saben castigar ni reprehender. 123
En lo que toca al segundo enemigo dicen: 'çupayo diablo sutini'. Esto está más falso, y se les enseña un error grande. Y declárolo así: los indios, así como no tuvieron conociemiento de Dios, así no lo tuvieron de que hubiese habitadores en el cielo. Dejo aparte ciertas opiniones de algunos curiosos, que dicen de los Ingas haber tenido cierta consideración cpn su intento (...). 154
Como no la tuvo el fraile primero que llegó con los primeros españoles en la presencia del Inga. El cual, queriendo persuadir al Inga de a fe de repente, siendo negocio que quiere mucho espacio, dijo que aquel libro misal decía lo que el santo evangelio contaba, haciendo ostensión del misal. A lo cual el Inga pidió el misal, pensando que le había de hablar, como le hablaba su uaca; y de que el misal no habló, arrojólo por ahí. Con razón, pues este fraile que le dió el misal fue más bárbaro, y los que con él estaban, que el Inga (...). 164-165
Demás desto, se sabe que todos aquellos que los sujetaron antes que los españoles viniese, no se podían servir dellos si no era por fuerza: de donde sucedía a los Ingas que, para sujetar algunas naciones dellos muy rebeldes, los acababan haciendo en ellos grandes crueldades y muertes, y así les obedecían. 203
(…) y es que los que hablan como yo hablamos de los indios hatunrimas -que es en lengua de los Ingas; en aimará llaman 'hachachuima' -, que quiere decir 'gran bellaco' o 'insensato o descorazonado bellacón': todas esas sentencias se entienden en ese dicho. 215
Es plática que se tiene por cierta, y que pasó así: que los Ingas eran tan rigorosos señores que en todos sus reinos no había indio que poseyese cosa suya, ni su propio trabajo; que de lo que sembraban, tomado lo que se sabía que le era necesario para su casa y familia, lo demás se lo quitaban los gobernadores y lo guardaban en depósitos públicos, para proveimiento de las guerras ordinarias y para proveer a los curicamayos, que son los mineros del oro. 242-243
(…) que no era cosa suya ni aun el tiempo, que parte dél se lo tomaba el Inga. 243
Y asimismo no podían, como ahora hacen, tomar cada uno la mujer que quería sin licncia, o si no se la daban los gobernadores del Inga. 243
Si un cacique o principal, o indio, hacía delito contra los mandatos del Inga, era luego castigado con rigor; tanto que en su presencia acontecía hacer pedazos a un hombre con una maza o porra: a golpes le quebrantaban los huesos, y de este modo era obedecido y servido. 243
Cosa lícita es y justa que, pues en tiempo del Inga no podían soltar las mujeres que les daban, que ahora se diese orden en que los que una vez se casan no se apartasen con la facilidad con que se aoartan (…). 247
Esta última proposición oí decir a un español que se dice Gaspar Arias, que anda por estos pueblos ganando de comer: díjola de un indio de Corquemarca. Tiéneles aficionados a los indios el nombre de «ingleses» en gran manera; y dicen que «inglés» viene de «Inga», y que es nombre de los reyes Ingas, y así dicen que todos deben ser unos. 270
(…) que cuando los Ingas poseían estos reinos por la fuerza de sus tiranías, como la gente toda estaba antes acostumbrada a sus libertades y a no conocer rey ni señor más que a sus señorillos, cabezas o caudillos -con quien hbían venido como condes gitanos, con el consejo y amor de los que los habían rancheado donde mejor tierra para sementera podían hallar-, viéndose sujetos al poder de los Ingas y tan supeditados que, como en otra parte dije, aunque lo poseían propio no era suyo y lo que Dios había hecho común no podían gozar dello sin liocencia -y lo que trabajaban, poco o mucho en diversos ejercicios-, viéndose tan oprimidos, en muchas partes se alteraban y levantaban. 331
Y, si esto no bastaba, les ponían a todos un gobernador del linaje de los Ingas, y por serles naturales eran fieles, y así conservaban toda la tierra y les estaba sujeta; y si alguien se levantaba, luego lo sabían y lo remediaban. Aquestos trasladados los llaman mitimas donde quiera que están, ora en parte caliente ora en parte fría. 331-332
(…) y la coca [la] ha aumentado y plantado la codicia española para perdición de las almas: que [los indios] no tenían licencia para usar della en tiempo de la infidelidad de los Ingas. 364
(…) y es verdad que, cuando los Ingas reinaban, ellos eran señores de toda la coca y la mandaban plantar en las partes donde se daba más regalada, fértil, menos áspera y más delicada: que con ser yerba -para ninguna cosa humana útil-, es tan delicada que es necesario criarla en tierra tan caliente que jamás hiele, ni [que] viento frío ni cierzo la pueda tocar. 365
Sábese que los Ingas eran señores de la coca y que ellos mandaban plantar; y que nadie tenía licencia de usar della sino los capitanes del Inga y los que por hechos señalados recibían de los Ingas alguna merced (…). 365
Así como los Ingas hacían mercedes de diversos dones a los fieles y de más valor en su servicio, así les daban la coca a los que querían honrar, y licencia para que sacrificasen con ella y la trajesen en la boca por cerimonia del culto de sus ídolos y supersticiones religión (...). 365
Usaban de la coca todos los que eran del linaje del Inga. 366
Toda la coca que se cogía se llevaba al Inga del Cuzco; y, como señor della y de toda la idolatría -por cuyo parecer la religión superticiosa se gobernaba y honraba-, tenía dada orden cómo se había de repartir aquella coca: parte della por las uacas del reino -toda para los sacrificios-, parte della a los que recibían merced, y parte della para su propia persona y parientes. 366
La gente que cultivaba la coca para los Ingas en este valle eran indios a quien el Inga por delitos tenía determinado de justiciar, y por ruego o por otras causas les dejaba de matar, condenándoles a la población de aquel valle y servicio de las chácaras de coca que allí los indios tenían. 366
¿Qué cosa es aumentar la coca y venderla nisi «mittere scandalum coram filiis Israel et tenere doctrinam nicolaitarum»? Si los Ingas tenían por estimable culto y honroso rito y sacrificio principal la coca, y los españoles la aumentaron y se la consienten (...). 368
Que los españoles la multiplicaron se ve en que pidieron licencia al virrey don Francisco de Toledo para plantar más chácaras de las que al principio habían plantado; y de ver los indios que los españoles plantaban las chácaras, las plantaron ellos donde nunca se había criado. Cuando los Ingas, había poca y en pocas partes, y ahora son más de ducientas leguas en largo de serranía donde los valles están plantados de coca, que es desde Pocona hasta el Cuzco y de ahí a Quito. 372
En el nacimiento de este río se ha desaguado un socavón de 9 brazas en hondo, donde el Inga labró la veta y sacó el oro hasta que se perdió; y de la otra parte labraron los mineros del Inga un río de poca agua, que de allí nace -a tajo abierto hasta la peña, en largo de legua y media y en ancho como seis brazas-, donde sacó tanta riqueza que tenía allí casa y congregación del oro que se cogía por aquella serranía. 383
Chuquiabo -nombre corrompido por los españoles- se llama Chuquiyapu, que quiere decir «chácara de oro» por unas minas que allí junto, están [a] poca distancia; las cuales se labraban para el Inga, y se dejaron después que los españoles entraron. 383
porque en toda la aspereza de la tierra que es hacia poniente comarcana al Cuzco -y hasta la costa del mar del Sur, que es toda tierra áspera y alta de serranía- pocos cerros hay sin señales de metales. Y del Cuzco para la cordillera, que es hacia oriente, hay tanta fama que una india que llaman «la Coya» -parienta del Inga último muy cercana -,movida con la voz de Vilcabamba y sospechosa de que los españoles no den con unas minas de gran estima de oro y otras de plata, quiso ganar gracias con el virrey don Pedro de Torres y Portugal. 385
(…) tratando de minas con unos curacas de unos pueblos que se dicen Ambaná y Moco Moco, habían dicho que en tiempo del Inga no había pueblo en todo el reino, chico o grande, que no tuviese en su término minas de ora o plata, que labraban para el Inga. 386
De donde se sigue que, si les faltase a los indios de otras contrataciones de donde sacar plata, les sería forzoso labrar las minas que labraban para el Inga para pagar sus tasas. 386
Los Ingas, que les conocían bien, los trataban con la justicia que se les debe; y así, en una nación que halló desposeída y descuidada y vil -que no bastó para resistirle ni servir ni darle tributo-, les mandó que tuviesen haciendas, so graves penas. 397
Porque quieren los justicias y gobernadores, son pobres: que, si hiciesen lo que hacía el Inga -que era obra de virtud mandarles tener haciendas y trabajar-, serían ricos, (…). 398

Islluga


Cita Número de página
Los ciento que están adelante -su pueblo se llama Islluga -son tales que, por no tener cura, estando en el obispado de Los Charcas dicen que quieren pasarse al del Cuzco, que está la raya allí cerca. 400

Juacho


Cita Número de página
(…) y de buen viejo que se dice el bachiller Bonilla, que en un pueblo llamado Juacho le trataron muy mal en tiempo del obispo don Alonso Granero de Ávalos. 35

Jule


Cita Número de página
(…) los religiosos del nombre de Jesús o de la Compañía - que tenían la doctrina de Jule - trabajando de servir a Dios y de remediar almas tan perdidas compusieron una doctrina cristiana en la lengua aimará. La cual enviaron a la sede vacante de Los Charcas y, como les pareció a los del cabildo eclesiástico ser cosa conveniente, mandáronla trasladar en muchos cuadernos, harto mal trasladados y mentirosos. 60
Y que yerran asimismo en comulgar a los hatunrimas es notorio en la doctrina que tienen en el pueblo de Jule, que es de más de seis mil tributarios de la provincia de Chicuito (…). 216
A los Lupacas he tenido en doctrina, que son los de Jule y otros de todo Chicuito: sé dellos que son más idólatras que otros hoy día (…). 217
(…) y es que en la doctrina e iglesia de Jule -que es doctrina de los teatinos- ha acontecido llegar algún soldado a ver misa, y conocer entre las indias una con quien había dormido y pecado aquella noche. En Potosí oí decir que había acontecido otro tanto, y en Arequipa lo mismo. 219
He oído decir que estos religiosos de la casa de Jule quisieron entrar en las provincias de los Chunchos, que es gente tan bárbara como toda la demás, belicosa, valiente y que está de guerra, acostumbrados ya a matar muchos españoles que han entrado en cuadrillas en son de guerra y conquista, y a otros que han entrado de paz, solos o con poca compañía, con rescates. 230

Lima


Cita Número de página
Y para remedio desto tuvieron orden con que en Lima robaron un muchacho de pequeña edad, gentilhombre indio que un español había llevado a aquella ciudad en su servicio sacándolo de su tierra, que era serrano de mucha distancia de leguas. 17
Desto hubo algún indicio y sospecha, y dicen que ocurrió como lo demás: que la Audiencia de Lima mandó hacer diligencia sobre esto y que llos indios negociaron con los que fueron a ellos como quisieron. 18
Y es así que, pasando el obispo de Los Charcas con el de Tucumán por este pueblo que se dice de Los Ullagas, yendo al conciclio de Lima, llegaron aquí a tiempo que el sacerdote que aquí estaba -que se decía el bachiller Juan Gonzáles, y es de la Mancha de Toledo - por no esperar la furia de los dos y la sed del de Los Charcas, alzó velas (...). 195
(…) yo le oí contar haber visto el propio caso en la ciudad de Lima, no sólo después de haber pecado mas después de haber almorzado con el que pecó con ella aquella noche. 219
Entre otros que usan de dar el Santo Sacramento a los indios, es uno el arzobispo de Lima: que, por hacer todo el gobierno del obispado y de su conciencia por el parecer de los teatinos, sigue la opinión dellos. 232
Habrá cinco años que vi en el arzobispado de Lima un clérigo, el cual me pidió consejo sobre si iría a quejarse al concilio último próximo pasado sobre que un visitador -que se llama Fulano de Oropesa, que ahor vino por beneficiado de Chuquiabo - le visitó (...). 234
De donde ha venido el arzobispado de Lima a que, habiendo andado visitando a sus clérigos tres años, ha sacado de ochenta mil pesos arriba de la visita, diciendo que las penas son para el Hospital de los Indios de Lima. 235
Y para salir con su intento hicieron al arzobispo de Lima que en el sínodo próximo pasado, hiciese un estatuto en que se ordenó que los perlados, con parecer de los teatinos, dispensasen o usasen de algunos provilegios dados en favor de los indios, y otras cosas. 254
En el arzobispado de Lima y en el Cuzco se manda dar [la extremaunción] y, si decir que se da a los idóneos no parase en más que en saber lo que el sacerdote hace y darle crédito a lo que dijere, no se seguiría mucho daño de mandar dar este sacramento (...) 258
Particularmente se halló en una parte de la costa que hay de Arequipa a Lima (…). 305
Y sobre los españoles acontecen grandes terremotos: vístose han, en tiempo de cinco años, tres en este reino que de gente española han hecho mucho daño, y de indios ha sido mayor: como fue el de Arequipa y el de Lima, y en este año la asolación de Quito. 310
Usan todos traer cabellos largos (todos los cabellos negros por la mayor parte; hacia Lima y Quito algunas indias los tienen algo rubios). Estiman las mujeres la largueza de los cabellos. En estas provincias deste obispado de Los Charcas usan los hombres a traer los cabellos largos hasta los hombros, y en otras muchas partes (...). 320
(…) atravesando por el Nuevo Reino de Granada, Quito y el arzobispado de Lima, Cuzco y Charcas -, que atraviesa todos estos reinos una cordillera que parece tener su principio en las montañas de Tairona -a cuyo pie está la ciudad de Santa Marta - y corre hasta meterse en el mar que solían llamar Estrecho de Magallanes. A lo largo de todos estos reinos el anchura desta cordillera, por donde yo he tenido noticia, es de más de treinta y cuarenta leguas, y más. 382

Limpe


Cita Número de página
y presúmese ser así porque, junto a la de Vilcabamba, se hallaron en unos cerros unos mantos de metal que parecía haber de dar limpe; y, probando lo que podía ser, sacaron azogue. 385-386
El limpe es el más fino color de grana que hay en todos los colores de su suerte; para las mujeres el más excelente y perfecto. Críase donde se cría el azogue. 386

Lipe


Cita Número de página
Gobiérnalos un indio llamado don Alonso, que es de la nación deste pueblo donde yo estoy, que se llama Uruquillas. No es de nación Lipe: usurpóse el señorío con sus propias mañas sin tener allí vasallos, (…). 402

Lipes


Cita Número de página
(…) de ahí fueron a parar en los Lipes -gente de quien trataré en otra parte -, y no los recibieron de buena gana, ni los querían oír ni apenas dar de comer, diciendo que ellos tenían cura, que no querían más padres: fueles necesario dejarlos en breve. 229
hacia el sur, está otra gente que llaman los Lipes, que según dicen son tres mil indios. 401
Este don Alonso no se sabe si es cristiano, y otros muchos Lipes asimismo no se sabe si los son. La razón que hallo para decir esto es que aquel don Alonso es hijo de Uruquilla, de la nación deste pueblo: (…). 403
Y en todos los Lipes en muchos años no les dieron sacerdotes, y los que nacieron en aquellos tiempos fueron tomando nombres de cristianos y con aquéllos se han quedado todos los más, como éstos de este pueblo y otros de pueblos muy sujetos y tratables. Y todo esto lo hacen los curacas. 403
y él tiene aquellos Lipes peor puestos [de lo] que de su propia inclinación podían estar. 403
me parece que se podrían hallar piedras de gran valor si los Atacamas y Lipes que están sujetos lo estuviesen a nuestro modo, y no al suyo. 404
Estos Lipes, ni los Atacamas, no pagan la tasa enteramente porque, como son gente libre y desvergonzada, no los osan apretar; (…). 404
se puede ver en que a tres mil indios no les dan más que un sacerdote, que no ve de cien partes la una de los bestiales Lipes. Si yo se lo hubiera de dar, no se le diera ni a los Atacamas, si los gobernadores no los juntaran y poblaran, (…). 405
Tienen estos indios Lipes mucho ganado escondido entre sierra, donde los españoles no lo pueden saber. 406
Estos Lipes están comercanos al asiento de minas que llaman «de Las Salinas» -o «de San Pero del Villar», que los españoles han nombrado [así] por respeto del virrey don Pedro de Torres y Portugal, (…). 406
Para remedio desta minas, sin dar ruidao a todo el reino, se podìan dar diez mil indios por sus mitas a Las Salinas por la orden que he dicho, compeliendo a los de Challacollo y los demás Uros de quien trato, y [a] los Lipes con los Atacamas: que las más destas gentes están libres, aunque dan algunos pocos indios a Potosí. 407
Estos Lipes y Uros y Atacamas no sirven a Dios ni al Rey ni al mundo; (…). 408

Llallaua / Llallauas


Cita Número de página
(…) y, como acontece en España, por la fertilidad salir en un higo dos, o uno procediente de otros - que los muchachos llaman 'higo parido' -, les acontece en las ocas y en las papas. Y a éstas tienen por cosa señalada por su extremo; llámanlas 'llallaua' y móchanlas después que las han juntado, y hácenles particular sacrificio con las cosas dichas. Guardan estas llallauas en particulares depósitos y, cuando se juntan a hacer algún negocio o fiesta, las comen y dellas dan a los más principales (...). 86

Llipta


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Todas las veces que [se] meten coca en la boca muerden aquella pasta -que llaman llipta - y con aquello mascujan la coca y la saborean hasta que, bien mascujada, la meten entre las muelas en un carrillo. 367
Hay otra llipta en otras partes, blanda como ungüento alcanforado. Hácese esta pasta en esta manera: tienen una semilla, la cual llaman quinoa, que es comida buena para toda gente. 367
Para que se vea qué cosa es la coca, la envío en este pliego. Los que la mascan que sienten en ella después de mascujada en gusto acidillo, y lo que se entiende y es verdad es que, con la calidad de calor suyo -y con la ayuda de la sal de la llipta y la calidad del carbón de que está hecha-, les provoca a bajar del cerebro algunas flemosidades con la fuerza de su humo: y aquellas flemazas tragan. 374

Llulla


Cita Número de página
(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153
Y declárolo así: 'acapalco llulla pacha mundo sutini'; palco y llulla quieren decir lo mismo que 'mentira' o 'engaño'; y pacha quiere decir 'tiempo', 'cielo', 'tierra'. Estas tres cosas significa esta palabra, pacha, de suerte que en la traducción, lo que está escrito, vuelto en castellano, quiere decir: 'este tiempo de engaño y mentira se llama mundo'. 153

Lucanas


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(…) contaré lo que pasó en el pueblo de Los Lucanas habrá seis meses, poco más o menos, año de 1587, en el obispado del Cuzco. 132

Lupacas


Cita Número de página
A los Lupacas he tenido en doctrina, que son los de Jule y otros de todo Chicuito: sé dellos que son más idólatras que otros hoy día (…). 217
Lávanse los Collas todos -y los Lupacas y la provincia de Umasuyo, Pacasas y Los Carangas - con orines, que muchas veces los tienen a pudrir muchos días: porque de aquella manera les dan lustre y afirman el negro de los cabellos. 321-322

Machaca


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En ella mataron un español o dos, e hirieron a otros: esto fue en un pueblo que se dice Machaca la Grande. De todo esto entiendo se ha enviado información a Cortes. 268

Maiz


Cita Número de página
Se hacía en lugar cierto, o hecho junto al camino, un majano de piedras de antigüedad allí han juntado los que pasan; demás de las cuales unos ofrecen allí la coca mascada o por mascar; o las ojotas, que son zapatos de su usanza; o una pluma, si la llevan, de las que traen por plumajes; o maíz de lo que llevan para comer; y de los colores que llevan las mujeres para sus afeites llegan a pintar la piedra a quien reverencian. 78
Entre otras cosas que solían ofrecer los Ingas al sol - a quien tenían hecho templo, y no a otro alguno de sus ídolos-, eran panecillos hechos del más excelente maíz, que comían porque conocieron de sol la virtud de ser creador, y con este pensamiento le atribuían esta honra. 83
Asimismo mochan las comidas: las papas, la quinoa, cañaua, las ocas, el maíz; en efecto todas las comidas que por diversas partes se cogen, que cogiéndose en unas partes no se cogen en otras. 85
Ofrecen asimismo maíz tostado, como si los muertos hubiesen de comer. Cuando yo entendía menos que ahora, hice que metiesen maíz tostado a un muerto en la boca y, preguntándoles '¿cómo no come este muerto?'. 91
Para esta tresquila se solían juntar los caciques principales, si era hijo de principal; y, en acabando aquellas órdenes que se le daban, sentaban al muchacho en medio de todos, y allí llegaban todos a ofrecer de lo que cada uno podía: oro o plata en grano o en piezas, de sus trajes ropa o carneros o comidas de maíz, papas, chuño u otras cosas. 118
Lleva consigo una pequeña taleguilla de maíz sin sal ni agua ni ají, y allí ha de estar el tiempo que le es mandado, ayunando desta manera en gran riesgo de la vida (…). 120
He visto en tierra donde se cría maíz -en partes donde no falta comida- dos veces que, por no tener qué comer dos mujeres, comían cueros de los que quitan de sus ganados: (…). 326
Si es persona que puede, en acabando la casa beben tres o cuatro días -y ocho a veces, como es principal- y cantan todos los días.Cuelgan en las casas mazorcas de maíz, y a veces lo entierran en el suelo de la casa o a la entrada de la puerta: es superstición y ofrenda ofrecida a la uaca por el bien y ventura de aquella casa. Ofrecen esto con coca y con algunas chaquiras, y así lo entierran o lo cuelgan, y hacen otros sacrificios; el beber asimismo sobre la casa hecha muchos días es superstición. 328
Y así, otra de las cosas que pretendieron los curacas fue tenerlos allí como por esclavos; y para tener sobre ellos el dominio que quieren, demás del tributo Real con que los afligen y amedrentan, procuran de tener entre ellos chácaras y tierras; (…) se las hacen sembrar, y se las siembran de maíz o de cosas que allí se cogen. 333
Por esta solemnidad hacen gran cantidad de açua -en que gastan mucho maíz, que vale dinero-, y toda la consumen con esta ocasión; que, bien contemplado, en lo que todos gastan consumen más que pagande esa. De lo cual es causa el huésped: que, si no viniese, no harían aquel gasto cuando el huésped se le antoja mandar juntar de noche a los taquines o bailes y fiestas, que he contado en otras partes hacen de noche; (...). 334
En muchas partes tienen los indios chácaras de comunidad, donde cogen maíz y lo venden, por la mayor parte para suplir el servicio del tambo. Para traer este maíz, si la comunidad no tiene carneros en qué lo chacanear, reparten entre los indios por derrama los carneros que ha de dar cada uno o cada aillo, y envían indios del mismo pueblo que [a] que lo traigan. Vendiéndolo en el tambo, encierran la plata en la caja de comunidades (...). 342
Los favorecedores y corregidores no tienen memoria ni de repartir a los pobres de aquel maíz que coman, aunque padecen mil calamidades (…). 343
(…) y es que los trajineros o arrendadores del azogue traen recuas de mulas en esta carrera, de gran cantidad, con que cargan ropa ajena -de Castilla- del puerto de Arica para Potosí; y, en son de que les conviene para el trajín del azogue, gastan mucho maíz por el camino, para el servicio. 349
Piden que les den provisión para que en el camino les den los indios el maíz por el tercio menos de lo que está tasado por los corregidores: es agravio notable, que se hace porque las recuas de mulas no sirven al azogue, sino a sus cargas o intereses y ganancias. 349
(…) que lo que comen y visten no vale el diezmo de lo que beben, a causa de que en Potosí vale el maíz muy caro, y es mucho más lo que se gastan en beber que en comer. 355
Si fuese comida la coca, no la echarían de la boca cuando quieren comer; antes comerían con ella si tuviese buen sabor. Y con los otros manjares la comerían; y no la comen como comen ají verde y otras muchas yerbas verdes conocidamente buenas, que comen con maíz y carne y otros manjares, todo revuelto. 374
y así, en todas partes se vende coca por menudo, de suerte que por un puño de coca dan un puño de maíz o de cecina -que llaman charque -, o de otra cualquiera cosa. Y por esta manera de contratación dicen que la coca es plata (…). 375
Los indios que tienen la coca -si se les vedase- dirían que no podían pagar, por muchos intentos suyos. Lo primero sería por no dejar la coca, que es vicio de su usanza el traerla mascujando; demás de ser cerimonia o rito de su religión idolátrica. A causa de la coca les entra tanto servicio y provisión, al tiempo de la cosecha, que viven descansadísimos y sin cuidado de lo que han menester: porque, cuando han de sembrar, por la coca hallan forasteros que les siembran las chácaras de maíz y papas, yucas y otras cosas de comidas. 387
Tienen muchos totorales, con que se mantienen de las raíces: que no tienen necesidad de otro manjar si no le quieren, y en diversas partes de la laguna tienen otras muchas raíces que comen. Si quieren tener algún maíz, salen por ello sin ser conocidos -ni saber alguien por dónde caminan- y compran lo que han menester. 395

Maíz


Cita Número de página
(…) donde presumen que el rayo paró derraman un batido hecho de harina de maíz y agua, como poteadas, y con aquello untan todo aquel pedazo de tierra, donde ellos entienden hacer su agüero. Y luego, llevando el enfermo a su casa, tratan de mudarle el nombre, porque en aquel nombre que hasta entonces tenía no les parece le pueda suceder bien cosa alguna. 83

Malco


Cita Número de página
No le servían por amor sino por temor, e invocaban al demono con prepararle una casa limpia, barrida y tender en el suelo alguna ropa buena: y sobre ella derramaban coca en sacrificio, y cuando venía le llamaban malco. 77
Solían los curacas principales, cuando moría algún principal curaca, hacer que en el aposento del muerto se encerrasen las mancebas que habían sido de aquel que estaba muriendo. A las cuales las cercaban otras mujeres; dándoles a comer coca y a beber açua, las hacían morir borrachas y ahogadas desta comida y bebida, diciendo: 'come, come y bebe presto y mucho, que has de ir a servir al malco - que quiere decir 'señor' (...). 94

Mancaña


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Esta palabra, tucu, significa asimismo 'acabarse una cosa de hacer', como una obra; y así dicen uta tucu, 'acabóse la casa'. Aunque es imperfecto dicho: quiere decir esa partícula tucu 'acabarse -o consumirse- alguna cosa, como mantenimiento'; así como mancaña tucu, 'la comida se acabó'; amo tucu, 'enmudeció'. 152
El vocablo que usan para esto es alpasiri, que quiere decir «mascujar» o «mascador»; para decir «comer» dicen mancaña o manquiri, que quiere decir «comedor» o «comer». 372

Mandones


Cita Número de página
(…) o llevar carga por su propia persona como tenga fuerzas, o ser mitayo del tambo y limpiar la caballeriza o la casa, o la cocina, o ser el servidor del corregidor o de otro personaje, o cualquiera otro servicio, por sucio que sea -, como le llegue la vez al maestro no le perdonan, que ha de ir como todos, que no se escapan sino los mandones, y a ésos a veces se les llega su vez. 99
En la cual borrachera se juntaban los principales curacas y todos los mandones y viejos, y -estando juntos en una casa redonda grande que, bien considerada su figura, parece ser casa y contratación del infierno (…). 111
(…) porque, como ya en la edad que ello acontece ellos son mandones y ellas tienen cuerpo y no resistencia, y los unos ni los otros tienen vergüenza ni honra para impedirlo. 186
Y los mandones, demás de ser de suyo infieles, se huelgan de que en todos no haya cristiandad (…). 186

Manquiri


Cita Número de página
El vocablo que usan para esto es alpasiri, que quiere decir «mascujar» o «mascador»; para decir «comer» dicen mancaña o manquiri, que quiere decir «comedor» o «comer». 372

Mantani


Cita Número de página
En el pueblo llamado Capachica [había] un cacique llamado don Felipe Osa, el cual por creencia de sus antepasados tenía una uaca de gran veneración en una isla de la laguna grande - que la isla se llama Mantani -, la cual uaca le quitaron los corregidores y sacerdotes y otros. 260

Mantuca


Cita Número de página
(…) en que dicen que el azor y el buitre -que ellos llaman mantuca y cóndor -son hacedores de los hombres, y que por tales los adoran cuando los ven pasar volando, para que se entienda que en ellos no hay cosa de la fe, ni de Dios imaginación. 149

Mita


Cita Número de página
Los cuales, en llegando a edad como les cae la mita, van al servicio de Potosí: éstos solos saben algo, y en poco tiempo que estén en Potosí se les olvida, como cosa que no la aprendieron para tenerla ni creerla. Cáusalo que ni en sus padres hallaron razón ni uso por donde se obligasen a perseverar en ellos, ni en Potosí hay escuela ni traza de poder vivir según lo que aprendieron. 353
Hay muchos prendados en ellas, los cuales han dado su plata a los señores de las chácaras adelantada para ternerlos obligados y las palabras tomadas, para que les den la coca de aquel año o de aquella mita. Si las chácaras se quitasen de repente, los dueños quedarían adeudados y las chácaras o haciendas perdidas; (...). 379

Mitas


Cita Número de página
Para remedio desta minas, sin dar ruidao a todo el reino, se podìan dar diez mil indios por sus mitas a Las Salinas por la orden que he dicho, compeliendo a los de Challacollo y los demás Uros de quien trato, y [a] los Lipes con los Atacamas: que las más destas gentes están libres, aunque dan algunos pocos indios a Potosí. 407

Mitayo


Cita Número de página
(…) o llevar carga por su propia persona como tenga fuerzas, o ser mitayo del tambo y limpiar la caballeriza o la casa, o la cocina, o ser el servidor del corregidor o de otro personaje, o cualquiera otro servicio, por sucio que sea -, como le llegue la vez al maestro no le perdonan, que ha de ir como todos, que no se escapan sino los mandones, y a ésos a veces se les llega su vez. 99

Mitimas


Cita Número de página
Y, si esto no bastaba, les ponían a todos un gobernador del linaje de los Ingas, y por serles naturales eran fieles, y así conservaban toda la tierra y les estaba sujeta; y si alguien se levantaba, luego lo sabían y lo remediaban. Aquestos trasladados los llaman mitimas donde quiera que están, ora en parte caliente ora en parte fría. 331-332
En todas las partes del reino se hallan mitimas; éstos se estuvieron así poblados desde que los españoles entraron, hasta la visita general que el virrey don Francisco de Toledo hizo, en la cual los redujo en pueblos y en la mayor publicidad del reino, porque fueron los más poblados en los caminos reales. 332
Al tiempo que se hicieron estas reducciones, los caciques que eran en los pueblos donde estos mitimas eran oriundos, como en los tiempos pasados no habían perdido la memoria de la parentela que dellos se había dividio -ni el señorío, que era trasladado en otra parte al tiempo de la reducción-, los caciques dieron por memoria o minuta, en la visita deste pueblo, aquellos que eran descendientes en dos y tres y cuatro edades o generaciones de aquellos que habían sido trasladados, diciendo: «en tal parte tengo tantos indios». 332
(…) deseosos de señorío y vasallaje, les pesaba que los indios que dellos habían procedido fuesen sujetos a otro cacique, ni los conociesen ni sirviesen. Con esta propia intención los mismos mitimas, cuando en aquella parte se visitaban y reducían, decían: «yo no soy de aquí, sino de tal parte; allá tengo mi cacique y mi parentela». Y había sido nacido allí tres o cuatro de sus pasados -como es padre y agüelo y los demás- y así quedaron visitados y poblados donde se estaban. 333
Tienen asimismo de aquestos mitimas otros intereses de frutas, aves y otras cosas que en aquellas tierras se cogen, con que les sirven de ordinario; que, si no reconociesen aquel vasallaje, les podría aprovechar para su mantenimiento o de sus hijos, o para venderlo y hacer moneda. 333
Estos mitimas tienen un caciquejo que reside siempre con ellos. Y en llegando este que es enviado, es mayor entre ellos: sírvenle de comer y beber como al curaca principal, y hacen con él muchas fiestas y cantos borracheras la noche [que] llega y todos los días; que se tarda muchos en cobrar la tasa por gozar de las fiestas y otras maldades. 334
Por tener respeto estos mitimas a los pueblos de donde son trasladados, se sigue que muchos indios mozos se huyen amancebados deste pueblo al otro, donde no los conoce el sacerdote, y se están allá los años que quieren y como quieren porque no hay quien los busque; (...). 335
Traté deste caso de los mitimas y destos cobradores de las tasas con un tiniente de corregidor -gran bachiller- significándole algunas cosas de los agravios que los indios reciben, por ver qué inconveniente sacaría o hallaría para que estos curaquejos dejasen de cobrar las tasas destos mitimas, diciendo yo que convenía que los mitimas pagasen las tasas en los pueblos donde están como naturales avencindados y hacendados -y a los curacas de los mismos pueblos-, y no a los pueblos y curacas de donde vinieron, por excusar tantas molestias. 335-336
(…) que los corregidores de los pueblos donde están los mitimas, cobrando de indios de tantos y tan diferentes pueblos, tendrían trabajo de hacer aquella repartición a tantos encomenderos, y la repartición de las cuentas asimismo; y que los pueblos que están acá, de donde aquellos mitimas procedieron, tendrían trabajo de hacer nuevas cuentas. 336

Mochadero / Mochaderos


Cita Número de página
En lo alto tenían y tienen el mochadero o en algún peñasco, o de piedra… 77-78
Y son tantos estos mochaderos en todos los caminos ordinarios y extraordinarios, que no se pasará jornada sin que se halle deste negocio hasrto recado a dos y a tres y más mochaderos. 78
Y así, tienen diferentes uacas y mochaderos que, aunque son muchos, todos van a un fin. 87
Otros indios se ocupan en ir por soroche lejos de Potosí, a unas minas; y en el camino tienen muchos lugares de veneración que llaman apacheta, en que mochan por el buen suceso del viaje y de la salud. A la apacheta mochan, y a la mina del soroche, por que les dé buen soroche. Y después que lo han sacado y amontonado, ofrecen coca al mismo soroche en el montón; y, en llegando a Potosí, en sus casas lo guardan y allí le tornan a ofrecer coca y sebo -y hacen otras supersticiones- por fin de que tenga buena venta. En todas las entradas y salidas de Potosí tienen diversos mochaderos. 357

Mochar (v)


Cita Número de página
Y, reprehendiendo al pobre insensato indio, le decía: '¿por qué no me has mochado - que quiere decir 'adorar o 'reverenciar con palabras, cerimonias y dones' -, por qué no me habéis visitado? 76
Y así, les ponía miedo diciendo: 've a tus padres y parientes, y diles que me mochen y que no se olviden de mí; y si no lo hicieren, yo les haré tales y tales daños'. 76
Acontecía preguntar el indio '¿dónde te mocharemos?', o '¿dónde te veremos y te hablaremos?' El demonio les decía que le mochasen en el sepulcro donde estaba enterrado aquel que él decía que era, o en algún peñasco o lugar dificultoso (…). 76
Y no sabían otro camino de defensa sino obedecer y mochar; tanto que en los lugares donde tenían uacas antiguamente, y se las han quitado, dicen: 'mochemos aquí al rostro de la uaca que aquí estaba, que así se llamaba…'. 77
Mochaban y mochan al tigre y tiénenle miedo de manera que, en viéndoles, no tienen ánimo par huir ni para acometerle; antes si va un indio solo por tierra dellos - que los hay cuando entran en los yungas, donde se cría la coca, en viéndole le mochan como si fuese animal de entendimiento, con cerimonias de manos y boca, entendiendo que aquello le valdrá. 78
Asimismo, mochan los indios al cóndor y al halcón con reverencia y miedo cuando les ven pasar volando, con cerimonias de manos y palabras llamándoles 'Hacedor de los hombres' (…). 79
De otras muchas maneras las esconden entre las chácaras, en parte donde hay ramas, matas o edificios viejos, arbolillos viejos, lugares disimulados que no son conocidos sino dellos; y allí mochan desde aparte, cuando se juntan en sus chácaras o heredades a beber y comer en todos tiempos del año; que tienen gran cantidad de cerimonias, como contaré. 80
Al león mochan según sus tontedades, viéndole pintado y esculpido, porque desta manera lo ponen (…). 81
(…) pues se han hallado y se hallan en las calles, en los cantones de las casas y en las plazas uacas colocadas en lugares por donde, pasando, a cada paso hallan qué mochar. Ha acontecido, en el pie de la cruz que ponen en la plaza, o en el cimenterio junto a la iglesia, enterrar una uaca para mocharla antes que entren en la iglesia, cuando se juntan a la doctrina. Estas uacas y algunos muertos tienen en la plaza, a quien mochan cuando danzan en todas las fiestas en que se juntan. 81
De todos los animales que mochan vivos tienen sus figuras esculpidas o pintadas, o variadas de metales, de suerte que vivo y muerto adoran a todo lo que he dicho, y a otras cosas que no he alcanzado (…). 82
Asimismo mochan las comidas: las papas, la quinoa, cañaua, las ocas, el maíz; en efecto todas las comidas que por diversas partes se cogen, que cogiéndose en unas partes no se cogen en otras. 85
(…) y, como acontece en España, por la fertilidad salir en un higo dos, o uno procediente de otros - que los muchachos llaman 'higo parido' -, les acontece en las ocas y en las papas. Y a éstas tienen por cosa señalada por su extremo; llámanlas 'llallaua' y móchanlas después que las han juntado, y hácenles particular sacrificio con las cosas dichas. Guardan estas llallauas en particulares depósitos y, cuando se juntan a hacer algún negocio o fiesta, las comen y dellas dan a los más principales (...). 86
Asimismo porque el demonio, con las amenazas que les hacía - diciéndoles '¿por qué no me mocháis?'. 90
(…) y si -por causa de las aguas ser tardías- la sementera no nace o no crece, todas las veces que la van a ver y se entristecen de que no medra, meten coca en la tierra mochando a la tierra con cerimonias de la boca y de las manos. 107
Y desde donde se hallan, si alcanzan a ver la uaca, o el cerro o lugar donde está, la adoran haciendo cerimonias de manos y boca; y, tomando coca de una uayaca que traen siempre consigo, la arrojan por el aire hacia donde está la uaca; y, si hay nubes, las mochan arrojándoles asimismo coca y con otras cerimonias, diciendo en su lengua: 'Padre mío, suéltanos el agua'. 107
(…) así como antiguamente decían que eran 'hijos del rayo', ahora dicen que son 'hijos de Santiago'; y así, cuando truena, mochan al rayo y trueno diciendo !'auqui Santiago'!, y echan coca al aire hacia el rayo o relámpago. 121
Bien se sabe y entiende que hablan con el demonio y que les responde en diversos lugares, principalmente en algunas uacas, aunque en otras uacas no les responde. Empero, por la antigua y vieja costumbre que tienen de ir a aquellos lugares a mochar no dejan ir, aunque no les hablan. Los que más ignorantes son en esto es la gente moza que, sin saber lo que se hacen, van tras la opinión y mandatos de los curacas, y tras las doctrina de los viejos (...). 127
(…) hijo de un indio Aimará del cual yo tenía indicios de que era hechicero, maestro destas maldades, y por este indicio habiendo consolado al muchacho y animándole a la confesión, después que hubo dicho por sí poco más de nada, por inquirir le pregunté si había mochado la uaca, y dijo que sí. 128
Yo, entiendiendo si era uaca de piedra -que entonces tenía menos experiencia que ahora- le pregunté quién la había traído, y cómo y de dónde; y díjome que su padre la había llamado en aquella casa; haciendo un pequeñuelo fueguecillo y echando en sacrificio un poco de coca y sebo en la lumbre, vino la uaca y que, cuando entré la uaca en la casa, temblba toda la casilla; y que entonces su padre comenzó a mocharla, y dijo al muchacho que la mochase con palabras y otra cerimonias. 128
A las uacas llaman por este nombre diverso: uaca. Empero, cuando habla dicen que allí habla el çupai, o habla la uaca; y cuando lo invocan en sus casas dicen: 'llamemos al çupai' o 'mochemos al çupai' o 'a la uaca'. Y así, si sobre tal caso les preguntan: '¿llamastes al çupai?, ¿hablastes al çupai?', o '¿vino el çupai?', dicen que sí. Si les preguntan: '¿hablastes a la uaca?', o '¿vino la uaca', dicen sí. Y si les preguntan: '¿quién es la uaca?', dicen: 'el çupai'. Según esto, se deja entender que en todas las cosas en que tienen adoración entienden el çupai. 155-156
(…) que naturalmente tienen alguna vergüenza desto y de que se les predica que son ingratos a Dios que les crió, y que mochan los ídolos y que son bellacos, y otras cosas que les dan pena (…). 218
Lo indios sólo tuvieron de su inteligencia que, si no mochaban la uaca, era pecado por el cual temían si habían de pasar mal allá a donde iban; (…). 263
Si en alguna piedra del campo o de alguna casa cae algún rayo, de suerte que conocidamente se sepa el rayo haber caído en aquel lugar, en tronando recio o cayendo algún rato luego van a mochar en aquel lugar, y lo que ofrecen es la coca que traen ordinariamente en la boca: que cuando no hubiera otra cosa más que ésta en que poder ver cómo el uso de la coca es cerimonia de sus ritos, si no, ésta bastaba. Lo demás diré cuando trate de la coca. 328-329
(…) que, en cogiéndoles una tempestad en el campo, luego comienzan a mochar las nubes y rayos y el fuego del relámpago. Y si se esconden en alguna cueva, allí están haciendo lo mismo: (…). 329
No entrará un indio en la mina sin ofrecer a la puerta su sacrificio de coca, mascada o por mascar, aunque esté un ángel a la puerta diciéndoles que, si ofrece, se ha de hacer pedazos; ecepto si el ángeñ se le mostrara de suerte que le cause miedo, que en tal caso mocharía al ángel primero con la coca, y después -si lo dejaran ir- mocharía a la mina. 351
Todas las veces que suben al cerro le van mochando, máxime si van a hurtar; cuando van desde sus pueblos a Potosí, desde donde le dan la primera vista le mochan y le llaman «señor», y piden ventura y salud y riqueza. 357
Otros indios se ocupan en ir por soroche lejos de Potosí, a unas minas; y en el camino tienen muchos lugares de veneración que llaman apacheta, en que mochan por el buen suceso del viaje y de la salud. A la apacheta mochan, y a la mina del soroche, por que les dé buen soroche. Y después que lo han sacado y amontonado, ofrecen coca al mismo soroche en el montón; y, en llegando a Potosí, en sus casas lo guardan y allí le tornan a ofrecer coca y sebo -y hacen otras supersticiones- por fin de que tenga buena venta. En todas las entradas y salidas de Potosí tienen diversos mochaderos. 357
Lo que no hay en la coca: que en un cesto hay para muchos días, y la traen de día y de noche consigo en una taleguilla colgada al pescuezo. Y en la boca y en un puño tienen para más de dos días o tres; y es cosa que cuesta poco echar tres o cuatro hojas al aire cuando mochan las nubes u otra cosa. 371
Lo mismo hacen cuando van alquilados a ayudar a sembrar las chácaras y a limpiarlas, por interés: que mochan a las nubes y a la tierra donde siembran. Y en todas las demás cerimonias idolátricas que he declarado, si se halla un Uro todos le dan la mano: como si de mano de aquél fuese más acepto o más cierto aquel diabólico hecho. 392

Moco Moco


Cita Número de página
(…) tratando de minas con unos curacas de unos pueblos que se dicen Ambaná y Moco Moco, habían dicho que en tiempo del Inga. no había pueblo en todo el reino, chico o grande, que no tuviese en su término minas de ora o plata, que labraban para el Inga. 386

Mohanes


Cita Número de página
En el Nuevo Reino de Granada usan mucho los mohanes -que son los padres y ministros de las uacas, que siempre están en guarda dellas- a matar con este soplo a cualquier indio que ellos sepan quiere destruir la uaca que guardan; es un hecho endiablado que con aquella hechicería alcanzan, sin ver, al que quieren matar, por lejos que esté. 298

Mojos


Cita Número de página
Esto pasa en esta gente ruin del Pirú que está habitada de españoles, que en los indios de guerra que están por conquistar y son bravos flecheros - valientes bárbaros, como son Chunchos, Mojos, Chirigonaes y otros - no se dejan así sujetar. 78

Mollo


Cita Número de página
Si muere luego, juntan un poco de oro y plata, y plumas -de las que ya he dicho- y coca y chaquiras -de las que traen las mujeres por gargantillas, que llaman 'mollo' y 'capa' - y se lo ponen allí junto. 125-126

Mote


Cita Número de página
Hame acontecido decirme en la confesión que no han comido carne, ni papas, ni mote, ni pescado, ni quinoa, ni chuño, ni otra cosa alguna, sino «la comida del Cuzco» y «la comida del Cuzco» es todas esas comidas que voy nombrando. Digo esto desta manera por dar a entender la fuerza de su mentira, porque «la comida de Cuzco» y la de todo el reino es todo lo dicho. 307

Moxcarí


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En un pueblo que se llama Moxcarí, en Los Charcas, está un cacique principal que tenía una india casada con otro indio y la había tomado por su manceba. 18

Mullo


Cita Número de página
(…) y otros dicen que lo que llaman mullo en lengua aimará -que es una cosa que en el hombre vive y se les pierde, no del todo sino cuando más espavorido de un temor se queda casi sin sentido, como muerto o atónito- dicen que aquello les falta, o se les muere, de aquel temor. 145
Y así dicen 'mullo apa', que quiere decir 'el mullo me falta'. De este mullo no tienen cierta ciencia, ni saben en qué parte está ni qué parte está ni qué parte del hombre es. Oyendo predicar del alma, han considerado que lo que ellos llaman mullo es el alma, por razón de que les decimos que cuando el alma sale del cuerpo, entonces muere el hombre. 145
Como con aquel pavor o temor que conciben de alguna cosa súpita les faltan o se les amortiguan los espíritus vitales, imaginan se el alma lo que llaman mullo. Dicen algunos que lo que llaman mullo -y en otra lengua llaman yque - que no moría ni se perdía ni se acababa. 145-146
(…) no saben entender por sí qué parte del hombre es mullo. 146

Ninacique


Cita Número de página
(…) que queriendo el presidente dar una doctrina a un clérigo que llaman Luis Darmas, hombre tan inquieto y mal ejemplar que pos sus inquietudes o vicios le llaman los indios en el obispado del Cuzco 'ninacique' . Que quiere decir 'culo de fuego' - y otro nombre, ques 'chinquipillo', que quiere decir 'cingulum vulvae'. 90

Ñañacana


Cita Número de página
El verbo es uanqueta, 'yo espero', como esperar a otra persona. Para sacar el nombre verbal que es 'esperanza', toman el infinitivo y usan dél unas veces para infinitivo y otras veces para nombre; y así, dicen uanqueña, 'esperar', uanqueña, 'esperanza'. Y así, dicen en la Salve: ñañacana uanqueña, que quiere decir: 'de nosotros, esperanza mía', aunque es menester darle el sentido de derecho: 'de nosotros, esperanza nuestra'. 151

Ocas


Cita Número de página
Asimismo mochan las comidas: las papas, la quinoa, cañaua, las ocas, el maíz; en efecto todas las comidas que por diversas partes se cogen, que cogiéndose en unas partes no se cogen en otras. 85
(…) y, como acontece en España, por la fertilidad salir en un higo dos, o uno procediente de otros - que los muchachos llaman 'higo parido' -, les acontece en las ocas y en las papas. Y a éstas tienen por cosa señalada por su extremo; llámanlas 'llallaua' y móchanlas después que las han juntado, y hácenles particular sacrificio con las cosas dichas. Guardan estas llallauas en particulares depósitos y, cuando se juntan a hacer algún negocio o fiesta, las comen y dellas dan a los más principales (...). 86

Ojotas


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Se hacía en lugar cierto, o hecho junto al camino, un majano de piedras de antigüedad allí han juntado los que pasan; demás de las cuales unos ofrecen allí la coca mascada o por mascar; o las ojotas, que son zapatos de su usanza; o una pluma, si la llevan, de las que traen por plumajes; o maíz de lo que llevan para comer; y de los colores que llevan las mujeres para sus afeites llegan a pintar la piedra a quien reverencian. 78
Y con esto juntamente entierran todas las cosas de que el difunto usaba cuando vivía: como es las ojotas -que es su calzado-, una uayaca -a veces con coca, a veces sin ella-, la cobertura de su cabeza -con sus plumajes de oro o plata o azófar o plumas-, una manilla que usan traer en el brazo derecho, los instrumentos con que solía jugar, un aillo, que es una manera de arma que usan contra el enemigo y contra la caza y es tan fuerte que, tirándole a cierta distancia, atan un animal de suerte que luego cae y no se puede huir; lo mismo hace en un hombre y aun lo derribará muerto. 115

Pacasas


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(…) cuando la sede vacante que era en aquellos años en Los Charcas, desasosegó en toda la provincia de Chicuito y la de Pacasas y de otros pueblos a muchos sacerdotes, mandándolos parecer en la Audiencia espiscopal a ser revisitados. 22
Entre otras cosas, vi salir un juez de comisión visitar los clérigos de la provincia de Los Pacasas, llevando partido de días y salario, y llevar a cada clérigo el salario por entero de los días todos que rezaba la comisión, como si no fuera en cuarenta días a visitar más que a uno. 50
Como aconteció con el obispo don Alonso Granero de Ávalos, que para subir a Potosí las mercancías que trajo de Nueva España no le bastaban los clérigos de las provincias de Pacasas y Carangas (…). 53
Y parécese esto en muchas cosas, especial en que cuando el capitán Francisco [Drac] llegó por esta mar del Sur robando, en muchas partes se sabe tuvieron sus consultas; y los indios de la provincia de Los Pacasas se señalaron más que todos en determinarse a escribir una carta a los ingleses, entendiendo que se la podrían dar. 267-268
(…) le acontenció al obispo don Alonso Granero de Ávalos que tenía un clérigo en un pueblo de la provincia de Los Pacasas en doctrina, el cual era hombre irreprehensible: no sabía tener más hacienda que la que ganaba de su salario y pie de altar. 282
Lávanse los Collas todos -y los Lupacas y la provincia de Umasuyo, Pacasas y Los Carangas - con orines, que muchas veces los tienen a pudrir muchos días: porque de aquella manera les dan lustre y afirman el negro de los cabellos. 321-322

Pacha


Cita Número de página
(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153
Y declárolo así: 'acapalco llulla pacha mundo sutini'; palco y llulla quieren decir lo mismo que 'mentira' o 'engaño'; y pacha quiere decir 'tiempo', 'cielo', 'tierra'. Estas tres cosas significa esta palabra, pacha, de suerte que en la traducción, lo que está escrito, vuelto en castellano, quiere decir: 'este tiempo de engaño y mentira se llama mundo'. 153

Palco


Cita Número de página
Y declárolo así: 'acapalco llulla pacha mundo sutini'; palco y llulla quieren decir lo mismo que 'mentira' o 'engaño'; y pacha quiere decir 'tiempo', 'cielo', 'tierra'. Estas tres cosas significa esta palabra, pacha, de suerte que en la traducción, lo que está escrito, vuelto en castellano, quiere decir: 'este tiempo de engaño y mentira se llama mundo'. 153

Pallayunga


Cita Número de página
Esta coca se plantaba en algunos valles de los andes -o yungas - del Cuzco en pocas partes; y en un valle que se dice Pallayunga, el cual es tan caliente que en tiempo que gobernó don Francisco de Toledo se le dio noticia diciendo que en aquel valle se cogía coca todos los días del año; a lo cual entraban indios de ordinario todos los días y los menos salían, porque por maravulla escapaba persona que allí entrase, varón o hembra. 366

Papas


Cita Número de página
Asimismo mochan las comidas: las papas, la quinoa, cañaua, las ocas, el maíz; en efecto todas las comidas que por diversas partes se cogen, que cogiéndose en unas partes no se cogen en otras. 85
Trataré de las papas, que todo lo más es así: al tiempo de coger las papas - que son unas raíces, casi como turmas de tierra-, después que las han sacado debajo de tierra, se junta toda la gente del señor de la chácara; y cogiendo cada uno en una manta la parte que ha desenterrado, se llegan todos juntos alrededor de un hoyo donde las quieren depositar y, juntos a la par, las arrojan en el hoyo, con regocijo (...) 85
(…) y luego, tomando coca y sebo todo junto, ponen poquitos a poquitos muchos montoncillos alrededor de las papas, y luego comen y beben; y de que han descansado, u otro día, encierran las papas en otro hoyo mayor, o en piruas, que son como trojes - en conclusión son depósitos- en que guardan la comida todo el año. Después que han cerrado el depósito, o antes, suelen matar un cuy - que en Castilla han llamado 'conejo de Indias' - o dos a las veces, blancos sin mácula, como los elige el maestro que llaman para aquel acto. 85
(…) y, como acontece en España, por la fertilidad salir en un higo dos, o uno procediente de otros - que los muchachos llaman 'higo parido' -, les acontece en las ocas y en las papas. Y a éstas tienen por cosa señalada por su extremo; llámanlas 'llallaua' y móchanlas después que las han juntado, y hácenles particular sacrificio con las cosas dichas. Guardan estas llallauas en particulares depósitos y, cuando se juntan a hacer algún negocio o fiesta, las comen y dellas dan a los más principales (...). 86
Para esta tresquila se solían juntar los caciques principales, si era hijo de principal; y, en acabando aquellas órdenes que se le daban, sentaban al muchacho en medio de todos, y allí llegaban todos a ofrecer de lo que cada uno podía: oro o plata en grano o en piezas, de sus trajes ropa o carneros o comidas de maíz, papas, chuño u otras cosas. 118
Después que estoy en este obispado, oí certificar por cosa muy cierta que se había hallado uno déstos -en aquellas partes que llaman el Collao, comercano a la parte que por allí llaman la provincia de Umasuyo - que en hábito de mujer andaba con las mujeres sembrando papas en la arada que los hombres andaban arando. 304
Hame acontecido decirme en la confesión que no han comido carne, ni papas, ni mote, ni pescado, ni quinoa, ni chuño, ni otra cosa alguna, sino «la comida del Cuzco»; y «la comida del Cuzco» es todas esas comidas que voy nombrando. Digo esto desta manera por dar a entender la fuerza de su mentira, porque «la comida de Cuzco» y la de todo el reino es todo lo dicho. 307
Los indios que tienen la coca -si se les vedase- dirían que no podían pagar, por muchos intentos suyos. Lo primero sería por no dejar la coca, que es vicio de su usanza el traerla mascujando; demás de ser cerimonia o rito de su religión idolátrica. A causa de la coca les entra tanto servicio y provisión, al tiempo de la cosecha, que viven descansadísimos y sin cuidado de lo que han menester: porque, cuando han de sembrar, por la coca hallan forasteros que les siembran las chácaras de maíz y papas, yucas y otras cosas de comidas. 387

Paras


Cita Número de página
Otros, haciendo el cimiento macizo, en la bóveda de arriba ponían todos los muertos - asentados los curacas en sus sillas y los demás sin ellas-, vestidos de sus ropas como cuando eran vivos, con toda su autoridad, cubiertas sus cabezas con su traje de plumajes y paras - que es una cosa como patena que traen sobre la frente - redondas o largas que llegan sobre las cejas, de otro o de plata o de azófar (...). 93

Parcialidad / Parcialidades


Cita Número de página
(…) en cerros altos de señalada vista tenpian asimismo uacas de veneración por sus provincias, y en particular cada pueblo y cada aillo, como digamos «cognaciones» o «parcialidades». Tenían sus uacas todas colocadas en cerrros, las cuales traían consigo y las llevaban cuando todo el pueblo se mudaba de una parte a otra buscando tierras donde vivir (...). 75
Y para que el texto se cumpla se levantan de allí poca distancia y, tendidos por sus parcialidades reparten la carne del sacrificio a todos los circunstantes. 92
(…) digo que para comenzar a sembrar se juntan, ahora como de antes, donde no se temen de los sacerdotes, cada parcialidad en sus tierras, y con ellos dos viejos o maestros a quien llaman 'padres' - que en esto representan tenerles veneración, como a personas que tratan del honor de aquel culto. 100

Paria


Cita Número de página
(…) digo qué aconteció en Challacollo, provincia de Paria poco ha (…) 300
Pongo el ejemplo en las estancias de Paria, que fueron en su principio tan gruesas que valían -según se dice- ducientos mil pesos ensayados; y ahora no valen veinte mil (…). 346
Como se dice de un Diego de Guzmán y otros que tuvieron las haciendas de Paria, de las cuales- y del bien que se les ha hecho en esta forma- no les queda otra cosa sino la disminución de la hacienda y costales llenos de registros (…). 346
De esta generación, Uros, está poblada una laguna que llaman de Paria; los cuales son tan perdida gente y montaraz [e] indómita que no se sabe cuántos son, aunque se dice que son seis mil. La laguna donde se esconden tiene de circunferencia sesenta leguas, poco más o menos. 395

Parinas


Cita Número de página
Ofrecen asimismo açua - que es su bebida, como en otras partes cerveza-, plumas de parinas y otras cosas; y ofrecen plata y oro, en poca cantidad y muy escondido. 91

Pella


Cita Número de página
Todos los indios que viven en Potosí son más malos y menos cristianos que en sus pueblos; y así hay muchos que, después que gustan de las libertades y muchos vicios del Potosí, no quieren volver a sus pueblos. En Potosí, demás de los metales hurtan la plata que está con el azogue, que llaman «pella». 357

Penchuca


Cita Número de página
Preguntando al muchacho qué hacían más, o qué decían, dijo que cuando lloraban decían: '!auqui Penchuca!'. El Penchuca fue, según después he averiguado, la cabeza o caudillo que trajo aquesta generación en aquella habitación: del cual dicen que les quedó el modo de doctrina que hasta ahora han guardado, y a aquél llamaban para sus miserables intentos. 108
Preguntando qué muchachos y muchachas estaban allí, me lo dijo estar todos con sus hijos, y que todos pedían salud al Penchuca y a los demás, para sí y para sus ganados y chácaras. 108

Piru


Cita Número de página
He traido esta arenga, con poco entendimiento y tosco estilo adornada, para demostración de lo que veo pasar en el Pirú, en la vida, trato, conversación, cristiandad y poca o ninguna conversión de los indios 4
Esto pasa en esta gente ruin del Pirú que está habitada de españoles, que en los indios de guerra que están por conquistar y son bravos flecheros - valientes bárbaros, como son Chunchos, Mojos, Chirigonaes y otros - no se dejan así sujetar. 78
He contado este cuento porque en el Pirú he oído decir que los tienen por uacas; y, hallando una ocasión, de un hombre de crédito alcancé lo que he contado (…). 79
Y si por ventura hiela -que faltando las aguas y nublados, en toda la tierra fría del Pirú es muy cierto-, ofrecen coca a la tierra enterrándola. 107
(…) y que obedecen y están sujetos en estos reinos del Pirú -bien o mal pacíficos-, sino también para las demás partes que ha poco que se conquistaron, y otras que se andan conquistando, con otras que se pretenden conquistar (…). 141
Máxime en el Pirú, que quien no tiene un grado y fama o nombre campanudo no halla lugar ni tiene voto. 179
Porque hacerle de la manera que se ha hecho en el Pirú, los que más entienden en el Pirú dirán si es antes errar que acertar. 230
Lo cual todo va al revés en el Pirú, y los indios son más estimados que los sacerdotes. 239
Hay un yerro muy grave, inserto en todos los estados de los indios del Pirú, por el cual se cometen de parte de los indios muchos pecados en lo que toca a los sacramentos. 241
Y en todos los pueblos del Pirú se hallará apenas sacerdote que pregunte al indio si ha estado en Potosí y si ha robado metales o engañado con ellos, ni otra mucha cantidad de pecados que yo escribo en esta memoria. 363
Muchos indios en el Pirú pagan menos tasa que otros: o porque son rebeldes -que no se han acabado de pacificar ni sujetar, en cierta manera- o porque son de estos Uros que, como los ven tan desposeídos, les parece a los gobernadores que no la pueden pagar. De lo cual los gobernadores tienen el cargo: (...). 397
…Las aves que allí se crían las ha puesto a peso. !A peso, como en los caminos cosarios del Pirú, donde no se crían! 408

Pirua


Cita Número de página
Porque yo estuve en una doctrina que llaman Savaya, en la cual un clérigo -mi antecesor, que se llama Florián Cortinas- halló en una pirua -que es troje- una criatura muy pequeña enterrada, y con ella ofrecida una libra o más de oro en grano, y otras cosas. Lo cual descubrió un yanacona, que andaba vendiendo coca en servicio de un mestizo que se llama Arisméndez. El yanacona huyó, y enviaron tras él quien lo mató con ponzoña, comiendo en un desierto: sin saber el pobre quién comía con él, ni qué es lo que comían lo que con él caminaban. 330

Pirua / Piruas


Cita Número de página
(…) y luego, tomando coca y sebo todo junto, ponen poquitos a poquitos muchos montoncillos alrededor de las papas, y luego comen y beben; y de que han descansado, u otro día, encierran las papas en otro hoyo mayor, o en piruas, que son como trojes - en conclusión son depósitos- en que guardan la comida todo el año. Después que han cerrado el depósito, o antes, suelen matar un cuy - que en Castilla han llamado 'conejo de Indias' - o dos a las veces, blancos sin mácula, como los elige el maestro que llaman para aquel acto. 85
Ofrecen asimismo en entas piruas un abortivo de lo que las ovejas paren malparido, que lo guardan para sus sacrificios cuando acontece malparir, que sea pequeño que grande lo que ha malparido. El cuy que dije lo entierran en la tierra en sacrificio. 86
(…) por burlarme dellos les he dicho: 'si queréis que ese sacrificio os aproveche y questas comidas no se acaben, cerrar bien esa pirua y no la abáris ni saquéis cosa alguna para comer, y durará mucho tiempo esa comida. Si abrís la pirua, sabe que el sacrificio perderá su fuerza, y la comida se acabará y no valdrá algo lo que habéis hecho'. 86

Pocona


Cita Número de página
Que los españoles la multiplicaron se ve en que pidieron licencia al virrey don Francisco de Toledo para plantar más chácaras de las que al principio habían plantado; y de ver los indios que los españoles plantaban las chácaras, las plantaron ellos donde nunca se había criado. Cuando los Ingas, había poca y en pocas partes, y ahora son más de ducientas leguas en largo de serranía donde los valles están plantados de coca, que es desde Pocona hasta el Cuzco y de ahí a Quito. 372
En lo demás, hasta [en] los yungas de Pocona hay fama de oro; y asimismo hay gran fama de minas de plata; las minas que dicen se han ahora descubierto en Vilcabamba, de gran fama de plata, son en esta cordillera. 384

Potochi


Cita Número de página
Acontecióme en la villa de Potosí - que los indios llaman Potochi - entre sacerdotes de más caudal de letras que el mío, diferir sobre las absoluciones en estos casos de hurto (…). 361

Potosi


Cita Número de página
Como aconteció con el obispo don Alonso Granero de Ávalos, que para subir a Potosí las mercancías que trajo de Nueva España no le bastaban los clérigos de las provincias de Pacasas y Carangas (…). 53
Y así me sucedió a mí ponerme preso y descomulgado, estando muy pobre y sin doctrina en el tiempo que he dicho, hasta que por redimir mi vejación empeñé una fuente de plata de Francisco de Montalvo, alguacil mayor de Potosí, en los jueces del obispado hasta que pude pagar. 62
(…) o que se baptizaron en Potosí, que es pueblo del infierno donde ni se hace doctrina ni se puede averiguar verdad alguna, porque no hay quien quiera tratar deso. 173
En lo que al baptismo y a la perseverancia en la fe toca se ha hecho un yerro en la villa de Potosí muy grande, y acomodado para que los indios -aunque sean baptizados- no sean cristianos, y los que son baptizados no sepan si lo son (…). 190
Y de todos estos peligros han sido la causa los frailes de San Francisco que en la villa de Potosí residieron y poblaron casa en el principio (…). 191
Y esto duró hasta que el virrey don Francisco de Toledo vino, que -vista la necesidad- aumentó las parroquias en Potosí: que fue uno de los buenos hechos que acá hizo. 191
Como en Potosí hay y ha habido siempre de todas cuantas generaciones hay en todo el reino, y la cantidad de los indios es mucha -que pasa de veinte mil - y los que llevaban a baptizar eran muchos (…). 191
(…) si los buscaren, hallarán -como yo los he hallado- baptizados por los frailes franciscos en Potosí que no saben la señal de la Cruz ni itra cosa de la fe. 192
(…) síguese desto que es tan dudoso que el que quisiere decir que se baptizó en Potosí en casa de los frailes porque se quiere casar, que podría engañar fácilmente, como a muchos han engañado. 194
(…) y es que en la doctrina e iglesia de Jule -que es doctrina de los teatinos- ha acontecido llegar algún soldado a ver misa, y conocer entre las indias una con quien había dormido y pecado aquella noche. En Potosí oí decir que había acontecido otro tanto, y en Arequipa lo mismo. 219
La gente práctica y ladina a quien dan el Sacramento Santo en Potosí, la mayor parte son mujeres de la vida airada (…). 220
Son de diversas partes de todo el reeino, venidas a Potosí de parte que ni se les conoce padre ni mdre ni pariente ni pareentela, ni hay quien dé razón dellas (…). 220
Estando en sus religiosas casas encerrados, y los indios en Potosí -que es como una Babilonia- muy divididos, síguese que no pueden saber de sus vidas y costumbres más de los que ellos quisieren mentir en la confesión. 222
(…) la india -y el indio- que más confiesa y comulga en Potosí se emborracha de ordinario; y si no es casada, ha de estar amancebada, o con español o con yanacona. 222
(…) si los obispos son los que tienen autoridad y potestad en nombrar y dar sus veces a quien haga la predicación y administre los santos sacramentos a aquéllos, a quien son enviados los que para ello son electos, y no eligen ni nombrean teatinos en Potosí y en otras ciudades, claro está que hacen el oficio ajeno en querer ser curas. 224
(…) la cuarta es que, así en Potosí como en otras partes, hacen congregación de los indios a quien doctrinan en manera de cofradía, en la cual conducen a todos los curacas principales y no principales de Potosí. 225
Y no sabiendo si había topado, después de año y medio que yo sabía sus cosas en silencio, sin decirme cosa alguna se fue a Potosí (…). 227
(…) que muchos estudiantes dellos propios, de muchos días de estudio que intentan predicar en las plazas de Potosí, son a cada paso reprehendidos de los mestizos y de los mismos indios ladinos, que tienen alguna práctica de las cosas de la fe. 229
En Potosí está un hijo de un cacique de Sacaca que se dice «don Fernando», el cual aprende gramática con los teatinos; y trata ya el don Fernando, su padres, de enviarlo a Salamanca a que aprenda leyes, (…). 269
En un pueblo que se llama Puna, nueve leguas de Potosí, está un cacique mozo -destos que digo son ladinos, criados en cada de los sacerdotes y en los pecados de sus padres- que ha poco que se casó; y la noche de la boda, después de estar borracho dejó la mujer con quien había estado amancebado hasta entonces y hecho vida con ella, y se fue a dormir con otra manceba. 274
Y así, ahora ha llegado la provisión de la doctrina de los Carangas de la villa de Potosí a un cleriguito que se dice Diego de Ribera, que no ha sabido tener quietud en doctrina que haya estado, ni tiene juicio para ello ni ciencia; tanto que no sabe leer la misa que dice. 284
Destas misericordias que usan los obispos con estos que desecha el mundo por inhábiles vino aquí un clérigo en el término de Chuquiabo: dio la extramaunción a un español con el olio del baptismo; y en Chaquí -que es un pueblo junto a Potosí - un clérigo que allí estaba, hallando un indio viejo por baptizar escondido en un cerro, le azotó y a su curaca porque no se había venido a baptizar; y el otro preguntó en Atacama al indio que quería baptizar: «crees en el Dios de los españoles?». 286
Aconteció en la villa de Potosí que, de un bofetón que dio un español a un indio, se cayó muerto: de tal manera que pareció estarlo verdaderamente (…). 300
(…) que es tomar la historia evángelica, el texto de la pasión de Cristo, las maravillas de la Encarnación, Resurreción y Ascensión - y otros misterios que yo he oído predicar a los teatinos en Potosí -, que para los indios son cosas ridículas y que no las creen. 314
Si alguno tresquilan por justicia públicamente, por algunos hurtos que hacen a los que mandan en personas que pueden mucho y tienen favor-, en acabándoles de tresquilar se van a sus casas y se ponen una cabellera; que en algunas partes -como en Potosí, y en lugares forzosos donde, por sus muchas bellaquerías, les suele acontecer castigarlos - las tienen hechas, y para estos actos están prevenidos. 321
Pública voz y fama fue que de la caja de Potosí sacó quien pudo -habrá cinco años- cincuenta mil pesos para tener en compañía de metales con un don Francisco de Zárate (…). 344
(…) que por este camino que va del puerto de Arica a Potosí pasa el trajín del azogue, que es mucha cantidad, para lo cual está mandado dar el servicio necesario. 347
(…) y es que los trajineros o arrendadores del azogue traen recuas de mulas en esta carrera, de gran cantidad, con que cargan ropa ajena -de Castilla- del puerto de Arica para Potosí; y, en son de que les conviene para el trajín del azogue, gastan mucho maíz por el camino, para el servicio. 349
Pongo el ejemplo en lo que toca a la villa de Potosí: y, así, es verdad que los indios en aquel cerro han tenido y tienen muchos peligros -en que mueren muchos- por la gran hondura de las minas, y por ser el camino tan oscuro y las escaleras tales que es menester mucho juicio y seso para andar por ellas. 350
Por haber tratado de las minas se ofrece haber de tratar de Potosí, que es el crisol donde paran todas las cosas del reino y donde hay más males que en todo el reino juntamente. 352
Sólo digo que en Potosí se obran en un solo pueblo -con más libertad y desverguenza, y menos conocimientos y temor de Dios. Todos los pecados que declara esta historia que en todas las otras partes del reino. Y más otros pecados semejantes a los ya contados, que los obran por estar en Potosí; los cuales en sus pueblos no hacen -ni tan a menudo los que hacen- por no haber allá las causas que hay en Potosí. 353
(…) que, como la villa de Potosí no se fundó para tratar en ella del bien del alma ni para vivienda humana sino para tratos de codicia y obras de invención y engaño -ministros de la envidia-, no se trata en él cosa que sea fuera desto. 353
Que hay menos saber verse por la experiencia, porque no sale indio del Potosí que sepa hacer la señal de la cruz ni decir una oración (…). 353
Los cuales, en llegando a edad como les cae la mita, van al servicio de Potosí: éstos solos saben algo, y en poco tiempo que estén en Potosí se les olvida, como cosa que no la aprendieron para tenerla ni creerla. Cáusalo que ni en sus padres hallaron razón ni uso por donde se obligasen a perseverar en ellos, ni en Potosí hay escuela ni traza de poder vivir según lo que aprendieron. 353
Que en Potosí no hay escuela ni orden mediante la cual puedan perserverar en saber la fe, ni en las obras della (…). 354
Una de las cosas necesarias para que los indios no sean desenfrenados para hacer todos los pecados que quieren, es que sean conocidos y contados del sacerdote; y en Potosí no lo pueden ser (…). 354
Otros, de sus pueblos se huyen a Potosí por ser tierra de libertad, o porque se huyen amancebados o por no ver la doctrina (…). 354
Yo fui unos pocos de días cura en Potosí y vi toda esta confusió, y más de lo que digo (…). 355
Las borracheras en Potosí son más ordinarias que en otras partes. Todos los días de la semana están bebiendo los curacas, y con ellos no falta jamás quien beba, de los que se mudan y acaban la tarea de su trabajo. 355
(…) que lo que comen y visten no vale el diezmo de lo que beben, a causa de que en Potosí vale el maíz muy caro, y es mucho más lo que se gastan en beber que en comer. 355
Hay en Potosí hechiceros que hablan con el demonio más que en otras partes. Y los curacas de aquella villa, que asisten a dar razón de la gente del servicio, [son] más libres que en otras partes (…). 356
Hay en Potosí gran número de indios fundidores que llaman «guairizadores». Estos todos funde - o «guairan» - para sí en una semana lo que han hurtado en la otra; y la semana que determinan de guairar se confiesan con sus confesores -que llaman ichuiri- en el principio della, por fin de que el metal de la plata y que la dé en abundancia. Y cuando están guairando ofrecen coca en la guaira al fuego: lo cual quemándose, piensan que es parte para sacar más próspera ganancia después de la fundición. 356
Todas las veces que suben al cerro le van mochando, máxime si van a hurtar; cuando van desde sus pueblos a Potosí, desde donde le dan la primera vista le mochan y le llaman «señor», y piden ventura y salud y riqueza. 357
Otros indios se ocupan en ir por soroche lejos de Potosí, a unas minas; y en el camino tienen muchos lugares de veneración que llaman apacheta, en que mochan por el buen suceso del viaje y de la salud. A la apacheta mochan, y a la mina del soroche, por que les dé buen soroche. Y después que lo han sacado y amontonado, ofrecen coca al mismo soroche en el montón; y, en llegando a Potosí, en sus casas lo guardan y allí le tornan a ofrecer coca y sebo -y hacen otras supersticiones- por fin de que tenga buena venta. En todas las entradas y salidas de Potosí, tienen diversos mochaderos. 357
Todos los indios que viven en Potosí son más malos y menos cristianos que en sus pueblos; y así hay muchos que, después que gustan de las libertades y muchos vicios del Potosí, no quieren volver a sus pueblos. En Potosí, demás de los metales hurtan la plata que está con el azogue, que llaman «pella». 357
Usan en Potosí más logros y malas compras y ventas ilícitas que en otras partes. Así en Potosí como en todas las partes de todo el reino hay poca cuenta con las medidas y pesos de los indios. 358
Con sus ciegas abusiones se ha hallado en Potosí que, en el lugar donde se sentaban algunos indios a vender algo, tenían enterrados algunos hechizos de supersticiones. Yo vi uno, que era un corazón de no sé qué animalejo con un poco de coca y con un poco de lana y sangre (...). 359
En lo que toca al catu de Potosí -o mercado ordinario-, no me atrevo a hablar, porque ha sido negocio tan reñido y conferido entre los letrados deste reino que quererme yo poner a hablar en él sería atrevimiento, para quedar muy corto. 359
Porque he confesado en Potosí -y porque es un daño que se extiende a todo el reino -digo que, aunque ha habido algunos letrados que han predicado que les es lícito a los indios vender los metales que venden cada día en el mercado - y lo han disputado, trayendo argumentos y razones aparentes para prueba de que sea lícito-, no en todos actos ni en todos lugares sustentan el ser lícito. 360
Acontecióme en la villa de Potosí - que los indios llaman Potochi - entre sacerdotes de más caudal de letras que el mío, diferir sobre las absoluciones en estos casos de hurto (…). 361
Y en todos los pueblos del Pirú se hallará apenas sacerdote que pregunte al indio si ha estado en Potosí y si ha robado metales o engañado con ellos, ni otra mucha cantidad de pecados que yo escribo en esta memoria. 363
El obispo del Cuzco, que murió poco ha, fue uno de los que más amparaban la coca, porque cargaba él solo más que ninguno de los que corría la carrera de Potosí. 376
Para remedio desta minas, sin dar ruidao a todo el reino, se podìan dar diez mil indios por sus mitas a Las Salinas por la orden que he dicho, compeliendo a los de Challacollo y los demás Uros de quien trato, y [a] los Lipes con los Atacamas: que las más destas gentes están libres, aunque dan algunos pocos indios a Potosí. 407
Y así, podría venir a los españoles mucho daño en que, dándoles los indios por sus cédulas y haciéndoles las pagas, se huirían con ellas -y otros sin ellas-, como hacen en Potosí: (…). 407

Principal / Principales


Cita Número de página
Y no haciéndose con voluntad de cumplir lo que conviene a la ley de la razón, se quedaba, todo como de antes, porque los indios se encubren unos a otros; los curacas y principales les esconden por sus fines y trabajan de que cosa alguna no se sepa 12
Repártenla por los principales por que ellos a sus aillos la repartan, y cóbrase con brevedad. 20
Todas estas mujeres traían sus talegas con coca y se las daban a estos principales o viejos; y de cada talega echaban por cada niño un poco de coca en el fuego, que estaba en medio de la casa (…). 111
Otra causa es que querrían que no fuesen conocidos los viejos y viejas, porque los principales y gente moza tienen a éstos en veneración: como a padres cultores y maestros de aquel bien que tienen por bueno. 114
Para esta tresquila se solían juntar los caciques principales, si era hijo de principal; y, en acabando aquellas órdenes que se le daban, sentaban al muchacho en medio de todos, y allí llegaban todos a ofrecer de lo que cada uno podía: oro o plata en grano o en piezas, de sus trajes ropa o carneros o comidas de maíz, papas, chuño u otras cosas. 118
Todo el pueblo se alborota y teme; a lo cual se juntan los principales y caciques, y los viejos ministros de las cerimonias, y entre todos consultan de aquel caso. Y lo que sale de aquella consulta es mandarle que hagan penitencia, pues que la uaca ha mostrado querer hacer en ellos castigos dándoles aquella manera de hijos por el pecado que habían cometido, secreto y al pueblo no manifestado. 120
(…) las uacas que aquellos principales tenían cuando vinieron los españoles, como los principales fueron faltando, las fueron dejando a sus hijos que hoy viven, o a sus nietos en la misma sucesión. 130
Vista la bellaquería, tomé en mi casa a cinco o seis viejos y principales que ya tenía convencidos sobre aquel caso y, con palabras enganándoles, les persuadí a que dijesen lo que habían hecho todos, y quién y cuántos; pues ellos ya estaban convencidos y habían declarado su pecado, porque yo se los había probado bastantemente. 170
(…) que como los sacerdotes tienen en su casa, en escuela y para el servicio de la iglesia, los hijos de los curacas y principales (…). 186
Y desta edad se confesaban con sus confesores, los cuales eran los principales de sus aillos: de aquella edad los engañaban y engañan, acostumbrándolos a todos sus pecados. 222
Si un cacique o principal, o indio, hacía delito contra los mandatos del Inga, era luego castigado con rigor; tanto que en su presencia acontecía hacer pedazos a un hombre con una maza o porra: a golpes le quebrantaban los huesos, y de este modo era obedecido y servido. 243
(…) y al cacique, que era el principal, no le hizo cosa alguna -aunque él había traído el milagro- porque hacía la hacienda del corregidor. Y lo ha hecho después muy mejor, porque [el corregidor] disimuló con él en este caso, teniendo obligación de quitarle el cacicazgo. 261
Y cuando se ha de sembrar la chácara va la mujer como principal a sembrar, y las otras con ella como a servirla. Y si la mujer quiere trabajar, trabaja; y si no, se sienta y las otras hacen la chácara. Lo mismo es en hilar ropa y hacerla, y todos los demás servicios del curaca. Es ésta una ocasión muy bastante para que esta libertad nunca la dejen los curacas, si no se les quita con cuidado y castigo. Lo uno por la libertad de la fornicación, lo otro por el interés de las chácaras (...).. 323
Usan los curacas y principales, cuando se muere algún indio o india que puede poco, si tiene alguna hacienda tomársela en muriendo, y esconderla; de suerte que los sacerdotes no lo entiendan, porque no la pida. 326
Si es persona que puede, en acabando la casa beben tres o cuatro días -y ocho a veces, como es principal- y cantan todos los días.Cuelgan en las casas mazorcas de maíz, y a veces lo entierran en el suelo de la casa o a la entrada de la puerta: es superstición y ofrenda ofrecida a la uaca por el bien y ventura de aquella casa. Ofrecen esto con coca y con algunas chaquiras, y así lo entierran o lo cuelgan, y hacen otros sacrificios; el beber asimismo sobre la casa hecha muchos días es superstición. 328

Provincia / Provincias


Cita Número de página
Por donde lo que los corregidores remedian amparándoles de la multitud, lo dañan molestándoles con su servicio solo; y para ello apenas les basta una provincia para dar recado a sus contrataciones 10
Saliendo a visitar los visitadores, yo he visto -y aún creo habrá en esa Corte quien lo haya visto- no haber bien acabado de pasar la visita por una provincia cuando el juez superior llama a los visitados o les envía nuevos jueces de comisión. 22
(…) cuando la sede vacante que era en aquellos años en Los Charcas, desasosegó en toda la provincia de Chicuito y la de Pacasas y de otros pueblos a muchos sacerdotes, mandándolos parecer en la Audiencia espiscopal a ser revisitados. 22
Como aconteció con el obispo don Alonso Granero de Ávalos, que para subir a Potosí las mercancías que trajo de Nueva España no le bastaban los clérigos de las provincias de Pacasas y Carangas (…). 53
(…) en cerros altos de señalada vista tenpian asimismo uacas de veneración por sus provincias, y en particular cada pueblo y cada aillo, como digamos «cognaciones» o «parcialidades». Tenían sus uacas todas colocadas en cerrros, las cuales traían consigo y las llevaban cuando todo el pueblo se mudaba de una parte a otra buscando tierras donde vivir (...). 75
Ya dije que tenían uacas de provincias, de reino y lo demás. Otros las tenían en sus estancias, y éstos son hombres ricos que tienen ganados, haciendas y alguna nobleza de linaje, según su usanza, al modo que muchas del monto Efraím. 80
(…) como hay algunos en la serranía que está entre la provincia de Chicuito y la costa; porque unos a otros se esconden, y los curacas los esconden y favorecen a todos -como ya dije en otra parte- por servirse dellos y por tener tributo dellos (…). 159
(…) para preguntar en las lenguas: '¿eres cristiano?, dicen todos generalmente en aimará: '¿sutini tati?', que quiere decir '¿tienes nombre?'. El indio responde: 'sutini tipi', que quiere decir 'tengo nombre', según diversas maneras de habar en diversas provincias. 167
Y que yerran asimismo en comulgar a los hatunrimas es notorio en la doctrina que tienen en el pueblo de Jule, que es de más de seis mil tributarios de la provincia de Chicuito (…). 216
He oído decir que estos religiosos de la casa de Jule quisieron entrar en las provincias de los Chunchos, que es gente tan bárbara como toda la demás, belicosa, valiente y que está de guerra, acostumbrados ya a matar muchos españoles que han entrado en cuadrillas en son de guerra y conquista, y a otros que han entrado de paz, solos o con poca compañía, con rescates. 230
Y parécese esto en muchas cosas, especial en que cuando el capitán Francisco [Drac] llegó por esta mar del Sur robando, en muchas partes se sabe tuvieron sus consultas; y los indios de la provincia de Los Pacasas se señalaron más que todos en determinarse a escribir una carta a los ingleses, entendiendo que se la podrían dar. 267-268
(…) un indio ladino de un pueblo llamado Andamarca, en la provincia de Los Carangas, compró un Monterroso, y en otro pueblo llamado Corquemarca otro ladino compró Las Partidas del rey don Alonso, que le costaron 40 pesos. 268
Entre otras maliciosas delicadezas de indios, sucedió una en la provincia de Chicuito: que ante un visitador puso un indio una acusación contra un sacerdote, diciendo que el sacerdote había quemado un libro de los vedados por la Santa Inquisición. 271
(…) le acontenció al obispo don Alonso Granero de Ávalos que tenía un clérigo en un pueblo de la provincia de Los Pacasas en doctrina, el cual era hombre irreprehensible: no sabía tener más hacienda que la que ganaba de su salario y pie de altar. 282
(…) digo qué aconteció en Challacollo, provincia de Paria poco ha (…) 300
Después que estoy en este obispado, oí certificar por cosa muy cierta que se había hallado uno déstos -en aquellas partes que llaman el Collao, comercano a la parte que por allí llaman la provincia de Umasuyo - que en hábito de mujer andaba con las mujeres sembrando papas en la arada que los hombres andaban arando. 304
Usan todos traer cabellos largos (todos los cabellos negros por la mayor parte; hacia Lima y Quito algunas indias los tienen algo rubios). Estiman las mujeres la largueza de los cabellos. En estas provincias deste obispado de Los Charcas usan los hombres a traer los cabellos largos hasta los hombros, y en otras muchas partes (...). 320
Lávanse los Collas todos -y los Lupacas y la provincia de Umasuyo, Pacasas y Los Carangas - con orines, que muchas veces los tienen a pudrir muchos días: porque de aquella manera les dan lustre y afirman el negro de los cabellos. 321-322

Puna


Cita Número de página
En un pueblo que se llama Puna, nueve leguas de Potosí, está un cacique mozo -destos que digo son ladinos, criados en cada de los sacerdotes y en los pecados de sus padres- que ha poco que se casó; y la noche de la boda, después de estar borracho dejó la mujer con quien había estado amancebado hasta entonces y hecho vida con ella, y se fue a dormir con otra manceba. 274
Llaman a la tierra fría puna, y a la tierra caliente llaman quiroas, y a la demasiado caliente -donde se cría la coca- llaman yungas. Quiroas y yungas es todo serranías de gran aspereza, donde descienden grandes valles. 332

Punas


Cita Número de página
Y procuran que no se conozcan las cosas preciosas que hay en ellas, principalmente oro y plata, que lo hallarían en abundancia; y oro, más en los Atacamas. Hállanse en sus punas, desiertos y tierras frías las verdaderas piedras bezares de quienes escribe Monardes, (...). 404

Pusinipi


Cita Número de página
Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150

Quinçapi


Cita Número de página
(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153

Quinoa


Cita Número de página
Asimismo mochan las comidas: las papas, la quinoa, cañaua, las ocas, el maíz; en efecto todas las comidas que por diversas partes se cogen, que cogiéndose en unas partes no se cogen en otras. 85
Hame acontecido decirme en la confesión que no han comido carne, ni papas, ni mote, ni pescado, ni quinoa, ni chuño, ni otra cosa alguna, sino «la comida del Cuzco» y «la comida del Cuzco» es todas esas comidas que voy nombrando. Digo esto desta manera por dar a entender la fuerza de su mentira, porque «la comida de Cuzco» y la de todo el reino es todo lo dicho. 307
Hay otra llipta en otras partes, blanda como ungüento alcanforado. Hácese esta pasta en esta manera: tienen una semilla, la cual llaman quinoa, que es comida buena para toda gente. 367

Quipos


Cita Número de página
Y si les enseñasen los disparates de Juan del Encina, y les dijeren que de aquello pueden acusar al sacerdote, lo sabrán todo por capítulos, sin olvidarse cosa alguna. Y por quipos añudados, que es su manera de contar, lo sabrían decir como si en cada ñudo estuviese atada una palabra. 72
Sólo porque su condición es de guardar aquello que les ha dado pena y cuidado guardan aquellos quipos, no por saber si en algún tiempo ha de aprovechar. 346

Quipti


Cita Número de página
Palabra para significar lo que la fe llama 'transustanciación' no la hay asimismo. Usan de una dicción, que es tucu, o quipti. Con estas dos dicciones se significa la conversión de cada cosa, convertible naturaliter; como para decir 'aquél murió' dicen amaya tucu, de lo cual el propio sentido es 'volvióse cuerpo muerto', en lo que tucu es 'volvióse loco'. De suerte que por el tucu, en su fuerza, no significa más que acción externa causada, natural o accidentalmente, en las cosas (...). 152

Quiroas


Cita Número de página
Llaman a la tierra fría puna, y a la tierra caliente llaman quiroas, y a la demasiado caliente -donde se cría la coca- llaman yungas. Quiroas y yungas es todo serranías de gran aspereza, donde descienden grandes valles. 332

Quito


Cita Número de página
Oído he decir que en el alzamieno de Quito, que hubo pocos años ha, realmente y con efecto estuvieron levantados los indios con el cacique principal, que es del linaje del Inga (…) 17
(…) aunque no fuese más de por que no sucediese lo que al licenciado Cañaveral en la Audiencia de Quito, que cuando le tomaron residencia - haciéndole cargo de una provisión Real que había firmado sobre un caso (…) 55
(…) contaré un cuento que aconteció a un clérigo portugués con el obispo de Quito, que ha poco que murió. 63
Las indias mozas dan muchos hechizos de hierbas y otras ponzoñas de gusanos a sus amigos, unas para matar y otras para enamorar; mucho desto se usa en el reino de Quito, y en la gobernación de San Juan de Salinas y en el Nuevo Reino de Granada. 297
Y sobre los españoles acontecen grandes terremotos: vístose han, en tiempo de cinco años, tres en este reino que de gente española han hecho mucho daño, y de indios ha sido mayor: como fue el de Arequipa y el de Lima, y en este año la asolación de Quito. 310
Usan todos traer cabellos largos (todos los cabellos negros por la mayor parte; hacia Lima y Quito algunas indias los tienen algo rubios). Estiman las mujeres la largueza de los cabellos. En estas provincias deste obispado de Los Charcas usan los hombres a traer los cabellos largos hasta los hombros, y en otras muchas partes (...). 320
Que los españoles la multiplicaron se ve en que pidieron licencia al virrey don Francisco de Toledo para plantar más chácaras de las que al principio habían plantado; y de ver los indios que los españoles plantaban las chácaras, las plantaron ellos donde nunca se había criado. Cuando los Ingas, había poca y en pocas partes, y ahora son más de ducientas leguas en largo de serranía donde los valles están plantados de coca, que es desde Pocona hasta el Cuzco y de ahí a Quito. 372
(…) atravesando por el Nuevo Reino de Granada, Quito y el arzobispado de Lima, Cuzco y Charcas -, que atraviesa todos estos reinos una cordillera que parece tener su principio en las montañas de Tairona -a cuyo pie está la ciudad de Santa Marta - y corre hasta meterse en el mar que solían llamar Estrecho de Magallanes. A lo largo de todos estos reinos el anchura desta cordillera, por donde yo he tenido noticia, es de más de treinta y cuarenta leguas, y más. 382
Sábese que [en] las montañas de Tairona, si los indios Caribes diesen lugar a ello, se cogería en abundancia; como se ha cogido en el Nuevo Reino de Granada, y se coge y se ha cogido en tierra de Quito y [en] toda la gobernación de Juan Salinas (…). 382

Sa


Cita Número de página
Y así sigo: que para decir 'fe' dicen iasañasa, que es composición de tres partes de la oración: a saber, ia, que quiere decir 'sí'; saña, que quiere decir 'para decir'; y sa, que quiere decir 'nosotros'. Los cuales vocablos hacen esta sentencia: iasañasa, 'para decir/nosotros/sí'. 150
Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca} pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150

Sacaca


Cita Número de página
En Potosí está un hijo de un cacique de Sacaca que se dice «don Fernando», el cual aprende gramática con los teatinos; y trata ya el don Fernando, su padres, de enviarlo a Salamanca a que aprenda leyes, (…). 269

Sai


Cita Número de página
(…) primero fue amancebado muchos años con María Sai, prima hermana de María Titllo su mujer. 227

Sana


Cita Número de página
(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153

Saña


Cita Número de página
Y así sigo: que para decir 'fe' dicen iasañasa, que es composición de tres partes de la oración: a saber, ia, que quiere decir 'sí'; saña, que quiere decir 'para decir'; y sa, que quiere decir 'nosotros'. Los cuales vocablos hacen esta sentencia: iasañasa, 'para decir/nosotros/sí'. 150
Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150

Savaya


Cita Número de página
(…) digo que asimismo he tenido sospecha que entre éstos hay circuncisión, de lo cual halléindicio en algunos niños pequeños en una doctrina en que estuve un año, que se dice Savaya. 116
Porque yo estuve en una doctrina que llaman Savaya, en la cual un clérigo -mi antecesor, que se llama Florián Cortinas- halló en una pirua -que es troje- una criatura muy pequeña enterrada, y con ella ofrecida una libra o más de oro en grano, y otras cosas. Lo cual descubrió un yanacona, que andaba vendiendo coca en servicio de un mestizo que se llama Arisméndez. El yanacona huyó, y enviaron tras él quien lo mató con ponzoña, comiendo en un desierto: sin saber el pobre quién comía con él, ni qué es lo que comían lo que con él caminaban. 330

Señor / Señores


Cita Número de página
Tiempo me parece el presente que, si la tierra fuera de diferentes señores y no de la Real Corona, los mismos indios incitaran a comunidades a sus señores; porque conocen la desordenada codicia de la nación (…) 16
Al tiempo de cobrar las tasas, envían un mandoncillo, bachiller en sus malos intentos; el cual, en llegando entre ellos, hace tan de señor como lo puede hacer el cacique principal, y los desventurados lo reciben con miedo y con un respeto que no saben dónde se lo poner ni ellos dónde se meter. En llegando éste, asimismo le honran los demá caciques de allí naturales y le convidan, excepto el cacique más principal, si lo hay; (...). 334
Todas las veces que suben al cerro le van mochando, máxime si van a hurtar; cuando van desde sus pueblos a Potosí, desde donde le dan la primera vista le mochan y le llaman «señor», y piden ventura y salud y riqueza. 357
Sábese que los Ingas eran señores de la coca y que ellos mandaban plantar; y que nadie tenía licencia de usar della sino los capitanes del Inga y los que por hechos señalados recibían de los Ingas alguna merced (…). 365
Toda la coca que se cogía se llevaba al Inga del Cuzco; y, como señor della y de toda la idolatría -por cuyo parecer la religión superticiosa se gobernaba y honraba-, tenía dada orden cómo se había de repartir aquella coca: parte della por las uacas del reino -toda para los sacrificios-, parte della a los que recibían merced, y parte della para su propia persona y parientes. 366
(…) porque, habiendo informado al virrey don Francisco de Toledo del daño que causaba la coca, la quiso destruir; y los señores de la coca la defendieron suplicando por entretenimiento dellas, y apelaron y le levantaron testimonios diciendo que era útil y provechosa para las cosas arriba dichas. 370
y es que los señores de las chácaras, viéndose desposeídos dellas, con las noticias que de ordinario tienen los que en los valles de la cordillera viven de minas de oro o plata se darían a descubrirlas. 384
Los Yungas, con aquella ocasión de la coca, son tan señores que no tra[ba]jan casi en cosa alguna, si no es en mirar cómo el indio forastero le está sirviendo como un esclavo. Por no perder los Yungas este ordinario servicio y señorío, harán cuanto pudieren por no dejar la coca. 387

Señorío


Cita Número de página
Gobiérnalos un indio llamado don Alonso, que es de la nación deste pueblo donde yo estoy, que se llama Uruquillas. No es de nación Lipe: usurpóse el señorío con sus propias mañas sin tener allí vasallos, (…). 402

Siniaco


Cita Número de página
En todos los yungas de Chuquiabo los ríos llevan mucho oro, y es toda la tierra destos yungas de Chuquiabo de más de 70 leguas en largo; todos los ríos y cerros [son] riquísimos, entre los cuales está el de Siniaco, (…). 383

Soroche


Cita Número de página
Otros indios se ocupan en ir por soroche lejos de Potosí, a unas minas; y en el camino tienen muchos lugares de veneración que llaman apacheta, en que mochan por el buen suceso del viaje y de la salud. A la apacheta mochan, y a la mina del soroche, por que les dé buen soroche. Y después que lo han sacado y amontonado, ofrecen coca al mismo soroche en el montón; y, en llegando a Potosí, en sus casas lo guardan y allí le tornan a ofrecer coca y sebo -y hacen otras supersticiones- por fin de que tenga buena venta. En todas las entradas y salidas de Potosí tienen diversos mochaderos. 357

Stpi


Cita Número de página
La palabra 'creo' se dice también por composición, que sólo verbo simple no lo hay, y es iastpi. Compónese de ia, que es 'si'; y de stpi, que es 'digo'. Lo cual junto hace este sentido: iastpi, 'digo sí'; y así, en el Credo dice: iastpi, Dios auqui, que quiere decir: 'digo sí, Dios es padre'. 151

Sutini


Cita Número de página
Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150
(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153
Y declárolo así: 'acapalco llulla pacha mundo sutini'; palco y llulla quieren decir lo mismo que 'mentira' o 'engaño'; y pacha quiere decir 'tiempo', 'cielo', 'tierra'. Estas tres cosas significa esta palabra, pacha, de suerte que en la traducción, lo que está escrito, vuelto en castellano, quiere decir: 'este tiempo de engaño y mentira se llama mundo'. 153
En lo que toca al segundo enemigo dicen: 'çupayo diablo sutini'. Esto está más falso, y se les enseña un error grande. Y declárolo así: los indios, así como no tuvieron conociemiento de Dios, así no lo tuvieron de que hubiese habitadores en el cielo. Dejo aparte ciertas opiniones de algunos curiosos, que dicen de los Ingas haber tenido cierta consideración cpn su intento (...). 154
Todo este cuento bien he entendido, y dél -entendiendo que en este nombre, çupai, sólo entienden los muertos- se podrá considerar si es error el que se les enseña cuando les dicen 'çupayo diablo sutini'. En uno son dos errores: el uno es que les dan a entender que el muerto es demonio; por donde, sabiendo -como por su ciencia saben - que el çupai fue persona, decirles nosotros que el çupai se llama diablo no es otra cosa sino darles a entender que en nuestro vocablo llamamos diablo al hombre muerto; y esto es error. 156
(…) para preguntar en las lenguas: '¿eres cristiano?, dicen todos generalmente en aimará: '¿sutini tati?', que quiere decir '¿tienes nombre?'. El indio responde: 'sutini tipi', que quiere decir 'tengo nombre', según diversas maneras de habar en diversas provincias. 167

Suvaya


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Porque dije que «de mala inclinación», me aconteció en una doctrina en que estuve -que se llama Suvaya, donde hay agua buena- que poco más de media legua de un pueblo, en medio de un salitral, había una fuente de agua tan dulce que no había más que desear. 325-326

Tacana


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En un pueblo que se dice Tacana, nueve leguas del puerto de Arica, que es el obispado del Cuzco, está un cacique que se dice don Diego, de aventajado entendimiento para indio: es rico y poderoso, (…). A éste le dio el obispo del Cuzco licencia para que comulgase sin haberlo visto ni examinado; sólo por la fama y la riqueza pudo alcanzar esto (...). 274

Taha


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Pónenles nombres como ucha o taha, u otros que no he podido alcanzar, porque sus cosas las esconden tan extrañamente y con tanto cuidado que con gran dificultad se alcanza lo que cuento, y éstas muy pocos las alcanzan. (…). Esos nombres que se ponen de nuevo significan 'el rayo' o 'la obra del rayo', o ' que el rayo le apeteció y por eso le llegó y le espantó'. 83-84

Tairona


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(…) atravesando por el Nuevo Reino de Granada, Quito y el arzobispado de Lima, Cuzco y Charcas -, que atraviesa todos estos reinos una cordillera que parece tener su principio en las montañas de Tairona -a cuyo pie está la ciudad de Santa Marta - y corre hasta meterse en el mar que solían llamar Estrecho de Magallanes. A lo largo de todos estos reinos el anchura desta cordillera, por donde yo he tenido noticia, es de más de treinta y cuarenta leguas, y más. 382
Sábese que [en] las montañas de Tairona, si los indios Caribes diesen lugar a ello, se cogería en abundancia; como se ha cogido en el Nuevo Reino de Granada, y se coge y se ha cogido en tierra de Quito y [en] toda la gobernación de Juan Salinas (…). 382

Tala


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(…) como gente que merece ser colocada en lugar de glorioso merecimiento, dicen: 'pues ¿cómo no veis que estoy y para partir, que he hecho el tala?, ¿no veis que ya quiero morir porque ya estoy de partida?, ¿por qué no me ofrecéis alguna cosa, ni me dais cosa alguna de lo que se suele ofrecer los que hacen el tala?'. 125

Talausu


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Tienen después a estos tales en veneración, como a hombres dedicados a su diabólico culto; llaman a este ejercicio en lengua aimará talausu, y en lengua del Cuzco taquiongo, que quiere decir 'canto enfermo'. 126

Tambo / Tambos


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Las razones que para decir esto hallo son ser los indios infieles totalmente; y desto nace ser enemigos de cristianos y de aquí tener odio a la generación cristiana, y de ahí desear y procurar con estudio cómo harán mal y destruirán a los cristianos. Y, para ejecutar sus intenciones, en los tambos dan de ordinario mal servicio a los pasajeros, tardío y con pereza. 14
Éstos posan en los tambos, que por la mayor parte están en los pueblos en que no hay otros mesones; y así, es forzoso que los indios les den el servicio necesario - por su dinero, como se hace - de bastimentos de los que los indios tienen (…) 15
Es menester hacerles pasar adelante, pues así deste servicio, como de lo demás, les dan su paga conforme a los aranceles que los corregidores ponen en cada tambo. 15
(…) o llevar carga por su propia persona como tenga fuerzas, o ser mitayo del tambo y limpiar la caballeriza o la casa, o la cocina, o ser el servidor del corregidor o de otro personaje, o cualquiera otro servicio, por sucio que sea -, como le llegue la vez al maestro no le perdonan, que ha de ir como todos, que no se escapan sino los mandones, y a ésos a veces se les llega su vez. 99
Sirven estos ladinos de espías a sus padres y a los curacas y viejos: decláranles las palabras y las intenciones nuestras. No se trata cosa en casa del sacerdote ni en los tambos entre los cristianos pasajeros sin que esté una espía escuchando, para saber todo lo que pasa por el reino, principalmente lo que contra ellos se trata. 267
Atento a que el virrey don Francisco de Toledo entendió las muchas torpezas y malas inclinaciones de los indios, y que dello redundaban mucho daño y ocasiones de perderse a los españoles (...), por lo cual mandó por una ordenanza que todo lo que se hurtase en los tambos lo pagasen los curacas del pueblos (...). 301
En muchas partes tienen los indios chácaras de comunidad, donde cogen maíz y lo venden, por la mayor parte para suplir el servicio del tambo. Para traer este maíz, si la comunidad no tiene carneros en qué lo chacanear, reparten entre los indios por derrama los carneros que ha de dar cada uno o cada aillo, y envían indios del mismo pueblo que [a] que lo traigan. Vendiéndolo en el tambo, encierran la plata en la caja de comunidades (...). 342
Sólo de que no hagan caso del sirve, que el día de fiesta no se llega un indio a misa; y, si se llega un alcalde o algún ladinejo o curaca, no se llegan seis. Tienen la iglesia -y la casa del sacerdote y la del corregidor y un mal tambo de los pasajeros- todo junto y apartado de su habitación, como cuartel de enemigos. 408

Taqui


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Y llevándolo a sus pueblos en una noche de luna llena, al salir de la luna, juntos los caciques de la tierra y muchos indios, haciendo un taqui - o fiesta y canto, que ellos llaman -, comenzando un mal viejo, maestro de sus cerimonias, su fiesta y canto con el muchacho - que traía al pie un cascabel fordo de Castilla al rayo de la luna dio al muchacho un mojicón, que le hizo arronjar mucha sangre de las narices (...) 17-18

Taquines


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Por esta solemnidad hacen gran cantidad de açua -en que gastan mucho maíz, que vale dinero-, y toda la consumen con esta ocasión; que, bien contemplado, en lo que todos gastan consumen más que pagande esa. De lo cual es causa el huésped: que, si no viniese, no harían aquel gasto cuando el huésped se le antoja mandar juntar de noche a los taquines o bailes y fiestas, que he contado en otras partes hacen de noche; (...). 334

Taquiongo


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Tienen después a estos tales en veneración, como a hombres dedicados a su diabólico culto; llaman a este ejercicio en lengua aimará talausu, y en lengua del Cuzco taquiongo, que quiere decir 'canto enfermo'. 126

Tati


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(…) para preguntar en las lenguas: '¿eres cristiano?, dicen todos generalmente en aimará: '¿sutino tati?', que quiere decir '¿tienes nombre?'. El indio responde: 'sutini tipi', que quiere decir 'tengo nombre', según diversas maneras de habar en diversas provincias. 167

Tipi


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(…) para preguntar en las lenguas: '¿eres cristiano?, dicen todos generalmente en aimará: '¿sutini tati?', que quiere decir '¿tienes nombre?'. El indio responde: 'sutini tipi', que quiere decir 'tengo nombre', según diversas maneras de habar en diversas provincias. 167

Titllo


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(…) que este indio casó con doña María Titllo -que no puedo hallar que sea baptizada - su prima hermana (..). 226-227
(…) primero fue amancebado muchos años con María Sai, prima hermana de María Titllo su mujer. 227

Tolocache


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Diciéndoles '¿qué quieres?' en la lengua, asimismo me respondió: 'señor, cuando tú fuiste a Las Salinas, que yo me huí a mi chácara, se juntaron todas las personas en Tolocache a media noche, y los curacas, y juntaron el ganado y las mujeres, y todos lloraban'. 107

Topos


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Con las mujeres asimismo entierran los ornamentos de que andaban aderezadas en vida: como es sus ropas, ceñidores y, las que los usan, sus maneras de tocados en las cabezas; en las manos, ciertas sortijas de plata, de cuatro o cinco vueltas; ciertos prendedores que llaman topos (...). 115

Totora


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De aquesta gente Ura dicen ser los primeros habotadores de las tierra, y que los Aimaraes -cuando iban poblando- los iban topando poblados en lagunas, valles de mucha agua y ríos enlagunados: donde se hallaba mucha abundancia de raíces de que se mantenían, principalmente totora -que es caso como la henea de España- o juncos redondos y de tres esquinas que se crían en las lagunas, altos y con gran fertilidad. 390
trayéndolos a la laguna, los meten en la totora, donde se crían y engordan con las raíces [en] un año, o más o menos. Para la guarda dellos alquilan Uros, los que han menester [para] que se los guarden; (…). 396

Totoral / Totorales


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y plantando un poco de totoral alrededor, se esconden en seco en medio del agua, que no entra dentro. 395
Tienen muchos totorales, con que se mantienen de las raíces: que no tienen necesidad de otro manjar si no le quieren, y en diversas partes de la laguna tienen otras muchas raíces que comen. Si quieren tener algún maíz, salen por ello sin ser conocidos -ni saber alguien por dónde caminan- y compran lo que han menester. 395
Estos seis mil Uros -o los que son- era justo los poblaran, y por fuerza de castigo les hicieran salir del ser de puercos: que ellos y los puercos todos viven en los totorales. 398

Tucai


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que un día que se les antojó de no tener cura en su pueblo -que llaman Tucai- se levantó un cacique con más de setenta flecheros y se fue a la iglesia, y dijo al sacerdote que no les dijere misa; (…). 401

Tucu


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Palabra para significar lo que la fe llama 'transustanciación' no la hay asimismo. Usan de una dicción, que es tucu, o quipti. Con estas dos dicciones se significa la conversión de cada cosa, convertible naturaliter; como para decir 'aquél murió' dicen amaya tucu, de lo cual el propio sentido es 'volvióse cuerpo muerto', en lo que tucu es 'volvióse loco'. De suerte que por el tucu, en su fuerza, no significa más que acción externa causada, natural o accidentalmente, en las cosas (...). 152
Esta palabra, tucu, significa asimismo 'acabarse una cosa de hacer', como una obra; y así dicen uta tucu, 'acabóse la casa'. Aunque es imperfecto dicho: quiere decir esa partícula tucu 'acabarse -o consumirse- alguna cosa, como mantenimiento'; así como mancaña tucu, 'la comida se acabó'; amo tucu, 'enmudeció'. 152

Tucuman


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Y es así que, pasando el obispo de Los Charcas con el de Tucumán por este pueblo que se dice de Los Ullagas, yendo al conciclio de Lima, llegaron aquí a tiempo que el sacerdote que aquí estaba -que se decía el bachiller Juan Gonzáles, y es de la Mancha de Toledo - por no esperar la furia de los dos y la sed del de Los Charcas, alzó velas (...). 195
Según esto, fue necesario encomendarlo al obispo de Tucumán, pastor cuyas no eran las ovejas: de donde, como el uno hacía el oficio ajeno y el otro no se preciaba de hacer el suyo, confirmaron a los que estaban por baptizar. 195
(…) y si el que hace su oficio lo hiciere a espacio y como cosa que tanto importa -y no de paso, como oficio de que no se precian ni lo estiman-, no viniera el obispo de Tucumán a confirmam a los que no estaban baptizados. 196
Y el daño es en toda la tierra; y por esto el obispo de Tucumán confirmó a los que no estaban baptizados. 198

Tunca


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Donde para decir 'los artículos de la fe son catorce', dicen: 'ia/saña/sa/ artículos de la fe' y 'sutini aruñaca/tunca pusinipi', con la declaración: 'sí/para decir/nosotros/los artículos de la fe/se llaman las palabras/son catorce'. En donde se ve, según la construcción, cuán forzado va el sentido. Para aplicarlos a nuestro modo, hemos de convertir el significado en esta manera: iasañasa, 'para conceder/nosotros' y decir: 'sí, es verdad'. Que es como quien dice: 'hemos de creer: las palabras de la fe son catorce'. 150

Turco


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Yo vi una carta ejecutoria dada para que se pasase un aillo del pueblo llamado Chuquicota a Turco, y luego otra para que no se pasase, y luego otro recado para que se pasase; que con sólo un decreto, en la petición inserto, remitido al corregidor bastaba para pasar todo el pueblo, cuanto más un aillo. 66

Uaca / Uacas


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En el pueblo llamado Hayo Hayo le pidieron a un sacerdote que se llama Alonso de Paz, natural de Lerena, trecientas cabezas de ganado de la tierra, porque les quitó una uaca a aquellos infieles. 32
(…) como no confiesan ni defienden con razones ni disputas sus uacas y ritos, que tanto aman. 73
Su principal adoración eran las uacas que ellos llamaban, y este ídolo era lo que más reverenciaban. Dícese que después que fueron sujetos a los Ingas, que les era prohibido por esos señores adorar uaca alguna si por Ingas reyes no les era mandado o concedido. 74
Y habiéndole dado la razón de la uaca que llevaban, y de cómo la habían hallado o conocido, la mandaba meter en su oráculo. Y entrando el mismo Inga en su oráculo, consultaba de aquel caso con su oráculo, que le hablaba, y con la uaca nuevamente traída. 74
Si respondía la uaca, decía el Inga que era buena, y que la adorasen y pusiesen en lugar de veneración; y el Inga les ofrecía sus dones, la mandaba llevar al lugar de donde había sido traída; y siempre tenían cuidado los Ingas de enviarles sus sacrificios cada año adonde quiera que las mandaba colocar. 74
Si alguna uaca los indios llevaban y no daba respuesta, cuando los Ingas llegaban en su oráculo a hablar con su uaca y con la nuevamente traída, decían que no era buena, y no la mandaban adorar. 74
Estas uacas o ídolos las colocaban, las que a su modo conocían ser más veneradas, en los más altos cerros y más extremados en disposición y en lo más dificultoso dellos. De suerte que ahora hay sierras de nieve llenas en donde su tiempo tenían sus uacas, que si alguien quisiese desbaratar la nieve y abrir camino para ver dónde está o estaba aquella uaca o su tesoro, no se podrá hacer porque muestra al parecer no basta poder humano (...) 74
(…) en cerros altos de señalada vista tenpian asimismo uacas de veneración por sus provincias, y en particular cada pueblo y cada aillo, como digamos «cognaciones» o «parcialidades». Tenían sus uacas todas colocadas en cerrros, las cuales traían consigo y las llevaban cuando todo el pueblo se mudaba de una parte a otra buscando tierras donde vivir (...). 75
Cuando entraban en sus batallas, llevaban sus uacas en el ejército para ser ayudados dellas, y cuando los unos huían vencidos, decían que la uaca iba vencida (…) 75
Todas estas uacas eran de piedra, por la mayor parte figuras de Ingas y de hombre principales, antecesores dellos en que después de muertos, el demonio se les aparecía o les hablaba por los campos o en los cerros o en peñascos altos y fragosos (…). 75
Demás destas uacas, les había puesto el demonio miedo en tantas cosas que casi no daban paso sin topar en qué adorar. Y así, adoraban en la mayor parte de todos los cerros: en unos porque había uacas, en otros porque tenía memoria de que allí había el demoni hablado con sus pasados (...). 76-77
Y no sabían otro camino de defensa sino obedecer y mochar; tanto que en los lugares donde tenían uacas antiguamente, y se las han quitado, dicen: 'mochemos aquí al rostro de la uaca que aquí estaba, que así se llamaba…'. 77
He contado este cuento porque en el Pirú he oído decir que los tienen por uacas; y, hallando una ocasión, de un hombre de crédito alcancé lo que he contado (…). 79
Ya dije que tenían uacas de provincias, de reino y lo demás. Otros las tenían en sus estancias, y éstos son hombres ricos que tienen ganados, haciendas y alguna nobleza de linaje, según su usanza, al modo que muchas del monto Efraím. 80
Muchas destas uacas las hacen en figuras de carneros que hay en la tierra, que son sus ganados; algunas de plata, de oro y de cobre, y de baroo (…). 80
(…) pues se han hallado y se hallan en las calles, en los cantones de las casas y en las plazas uacas colocadas en lugares por donde, pasando, a cada paso hallan qué mochar. Ha acontecido, en el pie de la cruz que ponen en la plaza, o en el cimenterio junto a la iglesia, enterrar una uaca para mocharla antes que entren en la iglesia, cuando se juntan a la doctrina. Estas uacas y algunos muertos tienen en la plaza, a quien mochan cuando danzan en todas las fiestas en que se juntan. 81
Y aunque todos lo niegan, Dios lo descubre y al fin se hallan uacas de todas maneras, y otras muchas cosas de las que he dicho y diré, por las cuales los indios se enojan y persiguen a los sacerdotes con pleitos. 82
Donde tienen estas uacas - de todas estas formas que he dicho -, puestas públicas a sus ojos, tienen otras debajo enterradas, de piedras o de metal, que significan lo que ellos entienden: como son personas de las que ya pasaron que, aunque estén sin rostros ni figuras, son señales de lo que ellos pretenden según su torpe arbitrio. 82
Y así, tienen diferentes uacas y mochaderos que, aunque son muchos, todos van a un fin. 87
Volviendo a tratar de las uacas, digo que las que estaban en lugares altos y dificultosos, como los desampararon y las nieves ocuparon los lugares, se quedaron en sus puertos (…). 87
Sábese que a estas uacas ofrecían oro y plata, en piezas y en granos; ofrecían plumas de un ave que llaman flamencos en España, y de unos papagayos que llaman guacamayos y cuyes muertos de la manera que dije; especialmente sacrificaban mucho ganado, carneros y corderos. 87
Y todo eso ofrecen ahora, principalmente coca, que a ellos les es como a nosotros el incienso; que, demás de la que ofrecían en hoja y mascada, la ofrecían en el fuego: haciendo un pequeño fueguecillo junto a la uaca o la parte donde querían sacrificar, le echaban la coca; quemándose aquel humo, era acepto a la deida que ellos entendían. 87
De los ganados tratando, ofrecían algunos vivos y otros muertos: los vivos los guardaban como cosa dedicada a aquellas uacas, para matar a sus tiempos en sacrificios; y los que mataban se los comían. 87
Ya que he tratado de las uacas (…), esta gente, con su poco saber y la torpeza de su entendimiento, no alcanzaban ni entendían ser cosas divinas, ni imaginaban tener sus uacas lugar en el cielo, como los idólatras de nuestro hemisferio. 87
(…) aunque de sus uacas presumían o entendían un ser que no veían, como cosa espiritual, no pensaban más de que aquel poder era cuanto para ellos o contra ellos - y entre ellos - según que agrdaban o desagradaban a su guaca. 88
(…) y porque los sacerdotes destruían las uacas y los lugares donde podían alcanzar que hacían estos sacrificios-, acordaron estos bárbaros de esconder los muertos, como escondieron mucha parte de las uacas que hoy día tienen y adoran. 95
Juntos el día que eligen, se levantan todos de mañana y, juntos en el campo en donde pueden ver la uaca - o el lugar donde está: cerro, llano o sepultura -. Sentándose un viejo - y a veces dos o tres - en un lugar, comienzan a venir uno a uno a confesarse. 100
(…) habiéndole exhortado al principio de la devoción diciéndole que la uaca sabe si confiesa verdad o si esconde algún pecado y, que si no se confiesa fielmente, que les castigará la uaca a todos dándoles enfermedades, quitándoles el agua a las chácaras, no lloviendo, y que el sol secará las chácaras, y que la uaca helará o granizará y que la tierra madre no quiera producir; que no sea él causa de tanto daño al pueblo por sus mentiras, que diga verdad. 100
Si se afirma en decir que ha dicho verdad y que ha hecho el deber, toma el segundo una hoja de coca entera y sana - que tiene en cada haz diversos colores, en la una verde claro y en la otra verde oscuro- y echándola en el aire dice: 'ahora mostrará la uaca si has dicho verdad o mentira'. Y cayendo la hoja en el suelo, la miran; si cae lo claro hacia arriba, dícenle: 'tú has hecho bien, que has confesado como bueno; este año nos hará bien la uaca'. 100-101
Y certificábanse más cuando, juntos todos a sus sacrificios, algún viejo o maestro llegando adonde tenía la uaca colocada, ofreciendo su don o hablando: si la uaca respondía, lo tenía por negocio cierto, perpetuo y de veneración. 102
Algunas destas uacas eran tenidas por personas del otro mundo, y otras -como nosotros decimos- por cosas en que había manera de deidad. 103
Y por esto, al çupai temían y lo tenían por malo porque les hacía mal, o espantándolos o amenazándolos o de otra manera. Y a las uacas no las llamaban çupai ni las tenían por malas, sino por cosa poderosa de hacer bien: y así, las invocaban para sus necesidades y les ofrecían sus sacrificios por ese fin. Empero, temían el castigo que la uaca podía hacer cuando se desanimaban o no acudían con los sacrificios acostumbrados, y esto tenían por pecado. 103
De lo que digo acerca de las uacas -que significaban los pasados a la otra vida- vinieron a entender que los muertos les podían hacer mal en este mundo (…). 103
Y entretanto que estas varas se sitiaban en el lugar donde habían de estar, tomaban la carne de aquellos animales y enterrábanla en la tierra; de suerte que éste era el sacrificio hecho a la tierra, y el de los cuerto a la uaca. 104
(…) y que el predicarles no es otra cosa sino quererles persuadir que dejen sus ídolos o uacas por que sigan la nuestra, que presumen ser lo que les enseñamos. 106
Y desde donde se hallan, si alcanzan a ver la uaca, o el cerro o lugar donde está, la adoran haciendo cerimonias de manos y boca; y, tomando coca de una uayaca que traen siempre consigo, la arrojan por el aire hacia donde está la uaca; y, si hay nubes, las mochan arrojándoles asimismo coca y con otras cerimonias, diciendo en su lengua: 'Padre mío, suéltanos el agua'. 107
(…) diciéndoles que el fiscal y su madre le habían dicho que no se confesase ni dijese verdad; empero, que le prometía de ir a buscar la uaca y que la había de sacar de donde la tenían escondida (…). 109
En la pascua de Resurrección celebraban una fiesta que llamaban el casi: esta fiesta era para holgarse, luego como acababan los barbechos, a honra de las uacas porque ya eran acabadas las aguas del invierno y las comidas estaban para goger, fuera de peligro. 110
(…) y no pareciéndoles que basta eso, manda el enfermo a sus hijos, a parientes, que en muriendo vayan a donde está la uaca o a alguna sepultura de las dichas, y que lleven un carnero o don o más, como puede, y que lo sacrifiquen a los muertos y a la uaca. 113
Todo el pueblo se alborota y teme; a lo cual se juntan los principales y caciques, y los viejos ministros de las cerimonias, y entre todos consultan de aquel caso. Y lo que sale de aquella consulta es mandarle que hagan penitencia, pues que la uaca ha mostrado querer hacer en ellos castigos dándoles aquella manera de hijos por el pecado que habían cometido, secreto y al pueblo no manifestado. 120
Regocijándose, los alegran y consuelan, dándoles a entender que ellos y todo el pueblo vivirán sanos y seguros de que la uaca no los destruya. Tiénenlos a éstos de ahí adelante en respesto y veneración, como a gente que, por su penitencia de la uaca, fueron escogidos y preservados (...). 121
(…) haciéndoles unas veces entender, como he significado que en las uacas -que son ídolos- han de esperar o confiar como en potestades espirituales que tienen poder para hacer mal o bien, sin saber por qué caminon ni qué razón hay para esperar en aquello o para tenerlo (...). 123
Bien se sabe y entiende que hablan con el demonio y que les responde en diversos lugares, principalmente en algunas uacas, aunque en otras uacas no les responde. Empero, por la antigua y vieja costumbre que tienen de ir a aquellos lugares a mochar no dejan ir, aunque no les hablan. Los que más ignorantes son en esto es la gente moza que, sin saber lo que se hacen, van tras la opinión y mandatos de los curacas, y tras las doctrina de los viejos (...). 127
(…) hijo de un indio Aimará del cual yo tenía indicios de que era hechicero, maestro destas maldades, y por este indicio habiendo consolado al muchacho y animándole a la confesión, después que hubo dicho por sí poco más de nada, por inquirir le pregunté si había mochado la uaca, y dijo que sí. 128
Yo, entiendiendo si era uaca de piedra -que entonces tenía menos experiencia que ahora- le pregunté quién la había traído, y cómo y de dónde; y díjome que su padre la había llamado en aquella casa; haciendo un pequeñuelo fueguecillo y echando en sacrificio un poco de coca y sebo en la lumbre, vino la uaca y que, cuando entré la uaca en la casa, temblba toda la casilla; y que entonces su padre comenzó a mocharla, y dijo al muchacho que la mochase con palabras y otra cerimonias. 128
Pregunté por curiosidad: '¿oíste la voz de la uaca?, ¿qué voz tenía, gruesa o delgada?'. 128
(…) así como los antiguos seguían la voz y apellido de sus curacas y cabezas o capitanes, y éstos - como mayores cabezas de aquel gobierno- eran antiguamente los principales ministradores de las uacas que aquéllos tenían -y a ellos esperaba el pueblo, y a éstos oían y respetaban y creían (...). 130
(…) las uacas que aquellos principales tenían cuando vinieron los españoles, como los principales fueron faltando, las fueron dejando a sus hijos que hoy viven, o a sus nietos en la misma sucesión. 130
Y así, de sus uacas y de las cerimonias y culto de sus adoraciones, no tenían doctrina ni leyes sino un uso mecánico (…). 144
Máxime con ejemplo material de sus visibles uacas porque, viéndolas y engañándose unos a otros con aquella doctrina sin ciencia (…) 148
Ninguna cosa sucia de pecado tenían por pecado; lo que más temían y pensaban que era pecado, y que por aquello habían de padecer, era por no haber servido con muchos sacrificios a sus uacas. 149
Aunque les hablaba en las uacas, como algunas eran esculpidas en memoria de alguno de los pasados, en todos los casos consideraban ser el muerto que allí entendían (…). 155
A las uacas llaman por este nombre diverso: uaca. Empero, cuando habla dicen que allí habla el çupai, o habla la uaca; y cuando lo invocan en sus casas dicen: 'llamemos al çupai' o 'mochemos al çupai' o 'a la uaca'. Y así, si sobre tal caso les preguntan: '¿llamastes al çupai?, ¿hablastes al çupai?', o '¿vino el çupai?', dicen que sí. Si les preguntan: '¿hablastes a la uaca?', o '¿vino la uaca', dicen sí. Y si les preguntan: '¿quién es la uaca?', dicen: 'el çupai'. Según esto, se deja entender que en todas las cosas en que tienen adoración entienden el çupai. 155-156
Conforme a esto, me parece no será necesario probar con testigos si lo que he dicho de las uacas y de las adoraciones que hacen a los muertos es verdad (…). 160
En la cual perserveran de manera que, en donde solía estar la uaca que los sacerdotes primeros quitaron, allí van a adorar y tienen la memoria y nombre de la uaca; y se llevan unos a otros a adorar y enseñar a los que no saben, y les dicen: 'aquí estuvo la uaca, adoremos a su rostro', como quien dice: 'adoremos su memoria'. 160
Las uacas que pudieron esconder las metieron debajo de tierra, y para sacrificar ofrecen y ponen el sacrificio distante de la uaca lo que les parece que bastará para que, si el sacrificio fuere hallado, por él no se halle el ídolo (…). 160
Como no la tuvo el fraile primero que llegó con los primeros españoles en la presencia del Inga. El cual, queriendo persuadir al Inga de a fe de repente, siendo negocio que quiere mucho espacio, dijo que aquel libro misal decía lo que el santo evangelio contaba, haciendo ostensión del misal. A lo cual el Inga pidió el misal, pensando que le había de hablar, como le hablaba su uaca; y de que el misal no habló, arrojólo por ahí. Con razón, pues este fraile que le dió el misal fue más bárbaro, y los que con él estaban, que el Inga (...). 164-165
Hablando con algún hechicero se lo pudo enseñar, para taparles aquel camino de la diferencia que les damos a entender que hay de Dios a sus uacas. Y así, por ventura pretenden hacer Dios a sus uacas, si les parece más excelente nombre (…). 205
Entre esto también dicen 'para la uaca' y no hacen diferencia entre la uaca y Dios, antes todo lo ofrecen a una intención. 205
Demás desto, decían que de como acá les ofreciesen y honrasen recibirían allá contento, asimismo les encomendaban el reverenciar de las uacas, el cual hoy guardan. 211
(…) aprendimos con nuestros padres a ir a la iglesia y a oír los oficios divisno, y éstos con los suyos a saber dónde estaba la uaca y los sepulcros, y cómo los habían de adorar. 216
En el pueblo llamado Capachica [había] un cacique llamado don Felipe Osa, el cual por creencia de sus antepasados tenía una uaca de gran veneración en una isla de la laguna grande - que la isla se llama Mantani -, la cual uaca le quitaron los corregidores y sacerdotes y otros. 260
Pareciéndole a este cacique que le faltaba algún gran bien, en despecho de aquello, dio en hacer una casa muy bien hecha en otra parte para en ella sacrificar al honor de la uaca que le habían quitado (…). 260
(…) e hizo entender al cacique que era Santiago; el cual echó una figura de estaño al cacique diciéndoles: «no estés triste por la uaca que te quitaron; toma esa figura y ponla en tu casa y sacrifícale, y tendréis este año abundancia de comidas, salud y ganados y todas las cosas (...)». 260-261
Lo indios sólo tuvieron de su inteligencia que, si no mochaban la uaca, era pecado por el cual temían si habían de pasar mal allá a donde iban; (…). 263
En el Nuevo Reino de Granada usan mucho los mohanes -que son los padres y ministros de las uacas, que siempre están en guarda dellas- a matar con este soplo a cualquier indio que ellos sepan quiere destruir la uaca que guardan; es un hecho endiablado que con aquella hechicería alcanzan, sin ver, al que quieren matar, por lejos que esté. 298
Cantan muchos cantares diversos: dellos historias de acaescimientos pasados, dellos en alabanza de sus uacas o de sus muertos (…). 309
Cuando algún sacerdote, cansado de sus desatinadas denuncias en cosas que tocan a los hechos de cristiandad, les corta los cabellos o parte dellos, si los pueden coger -pocos o muchos-, los llevan a ofrecer a sus uacas o sepulturas, disculpándose de lo que les falta de la cabeza: lo ofrecen diciendo que se lo quitaron por fuerza y contra su voluntad. 321
Si es persona que puede, en acabando la casa beben tres o cuatro días -y ocho a veces, como es principal- y cantan todos los días.Cuelgan en las casas mazorcas de maíz, y a veces lo entierran en el suelo de la casa o a la entrada de la puerta: es superstición y ofrenda ofrecida a la uaca por el bien y ventura de aquella casa. Ofrecen esto con coca y con algunas chaquiras, y así lo entierran o lo cuelgan, y hacen otros sacrificios; el beber asimismo sobre la casa hecha muchos días es superstición. 328
Toda la coca que se cogía se llevaba al Inga del Cuzco; y, como señor della y de toda la idolatría -por cuyo parecer la religión superticiosa se gobernaba y honraba-, tenía dada orden cómo se había de repartir aquella coca: parte della por las uacas del reino -toda para los sacrificios-, parte della a los que recibían merced, y parte della para su propia persona y parientes. 366
(…) son más malos que esotros Aimaraes: porque entre los Aimaraes no todos saben hacer las cerimonias de la idolatría en las sepulturas y uacas, y entre los Uros todos son tan cultores de su tonta religión que, cuando entre los Aimaraes falta quien les ayude a hacer algún sacrificio -o alguna superstición para adivinar con algún cuy, o con algunas suertes y otra cosa-, luego llaman un Uro que les ayude y lo haga. 390
(…) que descubriere en todas sus tierras minas de oro o plata -que es tierra de grandes minerales y de piedras preciosas- o tesoro enterrado en uaca o sepultura, (…). 402

Uamanga


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Luego fue proveído un cura chapetón por el vicario de Uamanga, hombre que ni los conocía ni los entendía. 132

Uanqueña


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El verbo es uanqueta, 'yo espero', como esperar a otra persona. Para sacar el nombre verbal que es 'esperanza', toman el infinitivo y usan dél unas veces para infinitivo y otras veces para nombre; y así, dicen uanqueña, 'esperar', uanqueña, 'esperanza'. Y así, dicen en la Salve: ñañacana uanqueña, que quiere decir: 'de nosotros, esperanza mía', aunque es menester darle el sentido de derecho: 'de nosotros, esperanza nuestra'. 151

Uanqueta


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El verbo es uanqueta, 'yo espero', como esperar a otra persona. Para sacar el nombre verbal que es 'esperanza', toman el infinitivo y usan dél unas veces para infinitivo y otras veces para nombre; y así, dicen uanqueña, 'esperar', uanqueña, 'esperanza'. Y así, dicen en la Salve: ñañacana uanqueña, que quiere decir: 'de nosotros, esperanza mía', aunque es menester darle el sentido de derecho: 'de nosotros, esperanza nuestra'. 151

Uánuco


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Entre los Conchucos, indios del término de Uánuco, se hizo un indio Dios e hizo entender a toda la tierra que era Dios; y los pocos días que tuvo lo siguieron muchos y lo temían; y les hacía entender que en su mano estaba el poder de llover y no llover, dar vida y salud, y otras cosas. Hasta que fue sentido, y lo justiciaron con otros muchos. El indio se llamaba Charimango. 149

Uarachico


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Usan asimismo, como usaban antiguamente, echar a los muchachos unas uaras, que los españoles llaman bragas. Hacíanlas de cierta forma que, ceñidas a la cintura con una cinta angosta y echada por entre las piernas, no les tapaban más que las partes que llamamos virilia o genitalia. Llamaban esta fiesta 'del uarachico' (...). 119

Uaras


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Usan asimismo, como usaban antiguamente, echar a los muchachos unas uaras, que los españoles llaman bragas. Hacíanlas de cierta forma que, ceñidas a la cintura con una cinta angosta y echada por entre las piernas, no les tapaban más que las partes que llamamos virilia o genitalia. Llamaban esta fiesta 'del uarachico' (...). 119

Uarina


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En el pueblo llamado Uarina deste obispado, muchos años ha le pidieron a un sacerdote, entre otras cosas excesivas de gasto que el sacerdote había hecho, una barra ensayada de sólo ají que había gastado en un año, porque le quiso su encomendero, que se decía Garci Gutiérrez de Escobar. 31-32
En un pueblo llamado Uarina, término de la ciudad de Chuquiabo, hizo un clérigo esta manera de tresquilar en un hijo que le dio la obra de su pecado: ya es muerto. Esta cerimonia hacían a los varones; no he entendido se hiciese enlas mujeres. Llamábanla yavichico. 118

Uayaca


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Para lo cual juntándose toda la parentela de aquél en una casa y, el que los ha de oír toma una uayaca de coca - o taleguilla - y cierta cantidad de sebo y, repartiendo a cada uno un poco de coca con un poco de sebo, se lo ponen en la mano derecha; y, haciéndoles tener aquella mano levantada en alto, dice al que ha de partir que se confiese primero, por que lleve buen viaje, vaya bueno y vuelva (...); en acabando, toma el viejo toda la coca y sebo, que está en las manos de todos. 102
Y desde donde se hallan, si alcanzan a ver la uaca, o el cerro o lugar donde está, la adoran haciendo cerimonias de manos y boca; y, tomando coca de una uayaca que traen siempre consigo, la arrojan por el aire hacia donde está la uaca; y, si hay nubes, las mochan arrojándoles asimismo coca y con otras cerimonias, diciendo en su lengua: 'Padre mío, suéltanos el agua'. 107
Y con esto juntamente entierran todas las cosas de que el difunto usaba cuando vivía: como es las ojotas -que es su calzado-, una uayaca -a veces con coca, a veces sin ella-, la cobertura de su cabeza -con sus plumajes de oro o plata o azófar o plumas-, una manilla que usan traer en el brazo derecho, los instrumentos con que solía jugar, un aillo, que es una manera de arma que usan contra el enemigo y contra la caza y es tan fuerte que, tirándole a cierta distancia, atan un animal de suerte que luego cae y no se puede huir; lo mismo hace en un hombre y aun lo derribará muerto. 115
Y, si fuera comida, no trajera un indio un puño de coca en la uayaca dos o tres días y más (…). 373

Ucha


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Pónenles nombres como ucha o taha, u otros que no he podido alcanzar, porque sus cosas las esconden tan extrañamente y con tanto cuidado que con gran dificultad se alcanza lo que cuento, y éstas muy pocos las alcanzan. (…). Esos nombres que se ponen de nuevo significan 'el rayo' o 'la obra del rayo', o ' que el rayo le apeteció y por eso le llegó y le espantó'. 83-84

Ullaga


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De suerte que, sentada, una vieja que yo enterré no ha un mes al pie de la picota deste pueblo de Ullaga - infiel hasta que murió, que primero tuve por cristiana -, llegándome a ella no era más alta que hasta mi rodilla. 94
Y así es necesario errar, como erraron en una dispensación que hicieron al cacique principal de este pueblo llamado Ullaga que tengo a cargo, que se llama don Juan Ezqueta. 226
En este pueblo de Ullaga, donde esto se escribe, están 500 tributarios tn perdidos como los de Challacollo. Y en un pueblo de Las Salinas, que se llama Challacata, están 100 que no tienen doctrina; y adelante siete leguas está otro que se dice Chipaya, don hay 380; (...). 399

Ullagas


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Y es así que, pasando el obispo de Los Charcas con el de Tucumán por este pueblo que se dice de Los Ullagas, yendo al conciclio de Lima, llegaron aquí a tiempo que el sacerdote que aquí estaba -que se decía el bachiller Juan Gonzáles, y es de la Mancha de Toledo - por no esperar la furia de los dos y la sed del de Los Charcas, alzó velas (...). 195

Umasuyo


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Después que estoy en este obispado, oí certificar por cosa muy cierta que se había hallado uno déstos -en aquellas partes que llaman el Collao, comercano a la parte que por allí llaman la provincia de Umasuyo - que en hábito de mujer andaba con las mujeres sembrando papas en la arada que los hombres andaban arando. 304
Lávanse los Collas todos -y los Lupacas y la provincia de Umasuyo, Pacasas y Los Carangas - con orines, que muchas veces los tienen a pudrir muchos días: porque de aquella manera les dan lustre y afirman el negro de los cabellos. 321-322

Ura


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De aquesta gente Ura dicen ser los primeros habotadores de las tierra, y que los Aimaraes -cuando iban poblando- los iban topando poblados en lagunas, valles de mucha agua y ríos enlagunados: donde se hallaba mucha abundancia de raíces de que se mantenían, principalmente totora -que es caso como la henea de España- o juncos redondos y de tres esquinas que se crían en las lagunas, altos y con gran fertilidad. 390

Urinoca


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(…) aconteció en tiempo del obispo don Alonso Granero de Ávalos pasar tres visitadores en un año por la doctrina de Andamarca y Urinoca, y visitar todos tres a Antonio de Peñalosa, que es un clérigo de setenta años en los Carangas. 49-50
Y así aconteció, ahora fresco, el negocio en un pueblo llamado Urinoca, cinco leguas deste donde hoy resido (…). 337

Uro


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(…) son más malos que esotros Aimaraes: porque entre los Aimaraes no todos saben hacer las cerimonias de la idolatría en las sepulturas y uacas, y entre los Uros todos son tan cultores de su tonta religión que, cuando entre los Aimaraes falta quien les ayude a hacer algún sacrificio -o alguna superstición para adivinar con algún cuy, o con algunas suertes y otra cosa-, luego llaman un Uro que les ayude y lo haga. 390
Y aunque se halle Aimará que pueda hacer esto, si hay Uro no lo harán sin que el Uro venga a ayudarles. 390
Un caciquejo que es «confesor» dellos -que se llama don Diego Sacatiri, y por otro nombre don Diego Mono- porque le tomó un rayo, queriendo sanar a una su nuera de unos desmayos que tenía de corazón, determinó hacer cierto sacrificio con coca y otras cosas, y alquiló un Uro que de su propio nombre se llama Alonso Mono, que sirve al corregidor de alcalde de la comunidad. 390-391
Lo mismo hacen cuando van alquilados a ayudar a sembrar las chácaras y a limpiarlas, por interés: que mochan a las nubes y a la tierra donde siembran. Y en todas las demás cerimonias idolátricas que he declarado, si se halla un Uro todos le dan la mano: como si de mano de aquél fuese más acepto o más cierto aquel diabólico hecho. 392

Uros


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Entre estos naturales hay una generación que llaman Uros, gente más dura y mala, más torpe de entendimiento y más rebelde, más apartada de las cosas de cristiandad que los Aimaraes. 127
me resta de tratar de una parte de los naturales en particular; la cual gente se llaman Uros, a diferencia de ls Aimaraes: (…). 390
(…) son más malos que esotros Aimaraes: porque entre los Aimaraes no todos saben hacer las cerimonias de la idolatría en las sepulturas y uacas, y entre los Uros todos son tan cultores de su tonta religión que, cuando entre los Aimaraes falta quien les ayude a hacer algún sacrificio -o alguna superstición para adivinar con algún cuy, o con algunas suertes y otra cosa-, luego llaman un Uro que les ayude y lo haga. 390
Para allegar [a] los Uros deste pueblo, [a] éste alquiló para que le hiciese el sacrificio, como a hombre más sabio o más santo en su cerimonia. 391
Estos Uros son tan malos que, por donde quiera que van, siempre van haciendo mal y engañando: (…). 391
De esta generación, Uros, está poblada una laguna que llaman de Paria; los cuales son tan perdida gente y montaraz [e] indómita que no se sabe cuántos son, aunque se dice que son seis mil. La laguna donde se esconden tiene de circunferencia sesenta leguas, poco más o menos. 395
(…) cuando los Uros no quieren salir, no hay quien les pueda entrar a buscar, si no son otros Uros; lo cual no quieren hacer cuando no se les antoja. Es menester entrar en balsas en tanta anchura de agua [que] quien les entrase a buscar tendrá trabajo en hallarlos: (...). 395
trayéndolos a la laguna, los meten en la totora, donde se crían y engordan con las raíces [en] un año, o más o menos. Para la guarda dellos alquilan Uros, los que han menester [para] que se los guarden; (…). 396
Toda la generación de Uros, por no estar sujetos ni tener qué perder, no quieren tener hacienda; (…). 396
Muchos indios en el Pirú pagan menos tasa que otros: o porque son rebeldes -que no se han acabado de pacificar ni sujetar, en cierta manera- o porque son de estos Uros que, como los ven tan desposeídos, les parece a los gobernadores que no la pueden pagar. De lo cual los gobernadores tienen el cargo: (...). 397
Estos seis mil Uros -o los que son- era justo los poblaran, y por fuerza de castigo les hicieran salir del ser de puercos: que ellos y los puercos todos viven en los totorales. 398
Los Uros, que están en parte donde pueden ser sujetados de sacerdotes, por no serlo no siembran; y por no sembrar, [no] barbechan. 400
Para remedio desta minas, sin dar ruidao a todo el reino, se podìan dar diez mil indios por sus mitas a Las Salinas por la orden que he dicho, compeliendo a los de Challacollo y los demás Uros de quien trato, y [a] los Lipes con los Atacamas: que las más destas gentes están libres, aunque dan algunos pocos indios a Potosí. 407
Estos Lipes y Uros y Atacamas no sirven a Dios ni al Rey ni al mundo; (…). 408

Uruquilla


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Este don Alonso no se sabe si es cristiano, y otros muchos Lipes asimismo no se sabe si los son. La razón que hallo para decir esto es que aquel don Alonso es hijo de Uruquilla, de la nación deste pueblo: (…). 403

Uruquillas


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Gobiérnalos un indio llamado don Alonso, que es de la nación deste pueblo donde yo estoy, que se llama Uruquillas. No es de nación Lipe: usurpóse el señorío con sus propias mañas sin tener allí vasallos, (…). 402

Uta


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Esta palabra, tucu, significa asimismo 'acabarse una cosa de hacer', como una obra; y así dicen uta tucu, 'acabóse la casa'. Aunque es imperfecto dicho: quiere decir esa partícula tucu 'acabarse -o consumirse- alguna cosa, como mantenimiento'; así como mancaña tucu, 'la comida se acabó'; amo tucu, 'enmudeció'. 152

Vicuña


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He visto asimismo a los visitadores en algunas visitas, o a sus oficiales, pedir a los indios costales, sogas (que las que usan los indios son de lana de la tierra, lana de vicuña, que es un animal silvestre). 45
Y era manera de juego, y con aquello se regocijaban; y después se ponían a ofrecer sacrificios a las nubes: los sacrificios eran de lana de vicuña, pelos de cuy, plumas y coca y sebo, para que lloviese. 209

Vilcabamba


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En lo demás, hasta [en] los yungas de Pocona hay fama de oro; y asimismo hay gran fama de minas de plata; las minas que dicen se han ahora descubierto en Vilcabamba, de gran fama de plata, son en esta cordillera. 384
Cuando las minas de plata de Vilcacaba [Vilcabamba] se hallaron y las visitó el alcalde Marañón, viendo la riqueza, determinó de favorecer a los que habían trabajado y dar orden en que se diesen indios a aquellas minas de la comarca del Cuzco. 385
porque en toda la aspereza de la tierra que es hacia poniente comarcana al Cuzco -y hasta la costa del mar del Sur, que es toda tierra áspera y alta de serranía- pocos cerros hay sin señales de metales. Y del Cuzco para la cordillera, que es hacia oriente, hay tanta fama que una india que llaman «la Coya» -parienta del Inga último muy cercana -,movida con la voz de Vilcabamba y sospechosa de que los españoles no den con unas minas de gran estima de oro y otras de plata, quiso ganar gracias con el virrey don Pedro de Torres y Portugal. 385
y presúmese ser así porque, junto a la de Vilcabamba, se hallaron en unos cerros unos mantos de metal que parecía haber de dar limpe; y, probando lo que podía ser, sacaron azogue. 385

Vilcacaba


Cita Número de página
Cuando las minas de plata de Vilcacaba [Vilcabamba] se hallaron y las visitó el alcalde Marañón, viendo la riqueza, determinó de favorecer a los que habían trabajado y dar orden en que se diesen indios a aquellas minas de la comarca del Cuzco. 385

Yanacona / Yanaconas


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Y así acontece que quien quiere allegar yanaconas los allega, procurando allegar muchas muchachas indias a su servicio en su casa; los yanaconas o indios advenedizos, amancebándose con éstas, se suelen quedar como esclavos en casa. 30
(…) la india -y el indio- que más confiesa y comulga en Potosí se emborracha de ordinario; y si no es casada, ha de estar amancebada, o con español o con yanacona. 222
De donde han venido con estas diligencias a hacer en poco tiempor una heredad en la frontera de los Chirigonaes -tierra de guerra, de gente mala, belicosa, de grandes ladrones salteadores -, en la cual han metido sesenta yanaconas casados o más, que ni se los ha dado el Virrey ni el Audiencia. 226
Ni quieren que se haga doctrina: porque es cosa de los oidores y gobernadores se consiente a los indios yanaconas y de su servicio que junten grandes cuadrillas de otros amigos con ellos; y allí, como en casas de libertad, cantan y se emborrachan y hacen más bellaquerías y maldades, amancebamientos fornicaciones que en otras partes. 279
Los esclavos, yanaconas y gente baja de servicio tratan a los indios hatunrunas -rústicos mal prácticos -con rigor e imperio tan terrible que no hay quien con tanta crueldad los trate: como son los esclavos destas potestades y los yanaconas hombres y mujeres prácticos, criados y favorecidos en casa de los gobernadores. 279
(…) que, andando un yanacona de un español en busca de una mina de fama, fue llevado por un indio del mismo pueblo de noches diciendo que le enseñaría la veta. Andando de noche los dos por un cerro, le soplaron al yanacona con un soplo muy delgado y frío entre ceja y ceja, de suerte que el soplo le entraba por ambos oídos, sin ver quién ni cómo ni dónde venía. Y comenzándose a quejar del soplo, el compañero le dejó y huyó, que jamás ha parecido; y el pobre yanacona murió dentro en cuatro días. 297-298
Han muerto en este reino muchos yanaconas a sus amos yendo con ellos caminando, por robarlos; y en poblado se ha hallado tener atrevimiento de matar al amo -o quererle matar- estando durmiendo, por robarle. 299
Porque yo estuve en una doctrina que llaman Savaya, en la cual un clérigo -mi antecesor, que se llama Florián Cortinas- halló en una pirua -que es troje- una criatura muy pequeña enterrada, y con ella ofrecida una libra o más de oro en grano, y otras cosas. Lo cual descubrió un yanacona, que andaba vendiendo coca en servicio de un mestizo que se llama Arisméndez. El yanacona huyó, y enviaron tras él quien lo mató con ponzoña, comiendo en un desierto: sin saber el pobre quién comía con él, ni qué es lo que comían lo que con él caminaban. 330

Yavichico


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En un pueblo llamado Uarina, término de la ciudad de Chuquiabo, hizo un clérigo esta manera de tresquilar en un hijo que le dio la obra de su pecado: ya es muerto. Esta cerimonia hacían a los varones; no he entendido se hiciese enlas mujeres. Llamábanla yavichico. 118

Yque


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Como con aquel pavor o temor que conciben de alguna cosa súpita les faltan o se les amortiguan los espíritus vitales, imaginan se el alma lo que llaman mullo. Dicen algunos que lo que llaman mullo -y en otra lengua llaman yque - que no moría ni se perdía ni se acababa. 145-146
Aquella manera de decir que lo que llaman yque no se muere ni se pierde en el hombre -y por este vocablo nos quieren dar a entender que entienden 'el alma' -,parece falso el intento que tienen, en que -preguntándoles: 'Cuando el hombre muere, si es que no muere ni se acaba, ¿qué se hace, dónde se va, o dónde queda?' - no dien dónde, ni lo saben. 146
Porque el cuerpo siempre lo veis en la sepultura, 'yque' decís -que no sabéis si va, o qué se hace (…). 146

Yucas


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Los indios que tienen la coca -si se les vedase- dirían que no podían pagar, por muchos intentos suyos. Lo primero sería por no dejar la coca, que es vicio de su usanza el traerla mascujando; demás de ser cerimonia o rito de su religión idolátrica. A causa de la coca les entra tanto servicio y provisión, al tiempo de la cosecha, que viven descansadísimos y sin cuidado de lo que han menester: porque, cuando han de sembrar, por la coca hallan forasteros que les siembran las chácaras de maíz y papas, yucas y otras cosas de comidas. 387

Yungas


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Mochaban y mochan al tigre y tiénenle miedo de manera que, en viéndoles, no tienen ánimo par huir ni para acometerle; antes si va un indio solo por tierra dellos - que los hay cuando entran en los yungas, donde se cría la coca, en viéndole le mochan como si fuese animal de entendimiento, con cerimonias de manos y boca, entendiendo que aquello le valdrá. 78
Los indios de tierra caliente, como son los Yungas, son más limpios: lavan sus personas y cabezas, traen los cabellos con liempieza alguna porque el gran calor les obliga a refrescarse. 322
Llaman a la tierra fría puna, y a la tierra caliente llaman quiroas, y a la demasiado caliente -donde se cría la coca- llaman yungas. Quiroas y yungas es todo serranías de gran aspereza, donde descienden grandes valles. 332
Acostumbran los indios de los puebos comarcanos a los yungas -de doce, quince leguas y más- a ir a la cosecha de la coca, que se coge cuatro veces en catorce meses. Son los indios Yungas tan señores con la coca que se halla, que por sus personas no trabajan en sus chácaras más que en mirar y mandar; y así, se sirven de los forasteros en el coger de la chácara, limpiarla, rozarla y plantarla de nuevo: (...). 337
La paga que les hacen los Yungas a los forasteros por su trabajo es en coca y darles de comer; y las mozas forasteras, por ganar doblado sueldo, se amanceban con los Yungas el tiempo que allá están (…). Y a veces el que le lleva la corriente, porque de aquel interés de coca espera parte; o todo, si la moza le está bien sujeta. 337-338
Acontece llevar las hijas a vender a estos Yungas, y por coca las dan los padres y las madres doncelluelas y chiquitas (…). 338
Con una semilla de un árbor que hay en los yungas, con facilidad echan la criatura muerta; en otras partes tienen otras yerbas, con las cuales hacen lo mismo. 338
(…) si el sacerdote los persigue para que se casen, dicen sus padres: «enviémoslos a los yungas y, cuando vengan, se casarán». 338
Los Yungas son grandes hechiceros -y gente más valiente, indómita y menos tratable en las cosas de cristiandad, y que menos aprovechada está- y tienen la idolatría y sus ritos muy en su ser. 339
(…) que así van a los yungas a concertarsem los casa allá algún hechicero; y así, cuando vuelven, lulego se casan fácilmente en la santa Iglesia. 339
Esta coca se plantaba en algunos valles de los andes -o yungas - del Cuzco, en pocas partes; y en un valle que se dice Pallayunga, el cual es tan caliente que en tiempo que gobernó don Francisco de Toledo se le dio noticia diciendo que en aquel valle se cogía coca todos los días del año; a lo cual entraban indios de ordinario todos los días y los menos salían, porque por maravulla escapaba persona que allí entrase, varón o hembra. 366
Los vecinos de Chuquiabo y de otras partes, que tienen repartidas sus rentas sobre los indios de los yungas, asimismo defendieron la coca en los tiempos pasados: porque les está la renta tasada en coca, y cada cesto de coca le está tasado a cada vecino en peso y medio ensayado, que en corriente viene a ser tres pesos y tres tomines. Cobrando la tasa en coca, venden cada cesto por seis y siete pesos corrientes, que a esta cuenta las rentas les valen doblado de lo que se les dio de merced. 376
En todos los yungas de Chuquiabo los ríos llevan mucho oro, y es toda la tierra destos yungas de Chuquiabo de más de 70 leguas en largo; todos los ríos y cerros [son] riquísimos, entre los cuales está el de Siniaco, (…). 383
En lo demás, hasta [en] los yungas de Pocona hay fama de oro; y asimismo hay gran fama de minas de plata; las minas que dicen se han ahora descubierto en Vilcabamba, de gran fama de plata, son en esta cordillera. 384
Pueden los indios Yungas con mucha facilidad buscar el oro para la tasa a las puertas de sus casas, (…). 384
Los forasteros les llevan carne y lana para algunas cosas, y cecina y todo lo que los Yungas no tienen: (…). 387
Los Yungas, con aquella ocasión de la coca, son tan señores que no tra[ba]jan casi en cosa alguna, si no es en mirar cómo el indio forastero le está sirviendo como un esclavo. Por no perder los Yungas este ordinario servicio y señorío, harán cuanto pudieren por no dejar la coca. 387

Ҫupai


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Y por esto, al çupai temían y lo tenían por malo porque les hacía mal, o espantándolos o amenazándolos o de otra manera. Y a las uacas no las llamaban çupai ni las tenían por malas, sino por cosa poderosa de hacer bien: y así, las invocaban para sus necesidades y les ofrecían sus sacrificios por ese fin. Empero, temían el castigo que la uaca podía hacer cuando se desanimaban o no acudían con los sacrificios acostumbrados, y esto tenían por pecado. 103
De dónde vino llamar çupai a los muertos no lo he alcanzado, y desto trataré en otra parte. Llamaron çupai a los muertos que tenían en veneración, a quien ofrecían sacrificios. El natural nombre de 'muertos', que sólo esto signifique, es amaya o hiueri; y así, dice: 'murió', hiui. El más propio es amaya. 103
(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153
(…) no tenían del demonio el conocimiento de quién es. Y así, en todas las maneras que les hablaba o se les aparecía, le llamaban el çupai; y a ninguna cosa de cuentas tratan no tienen en uso llamar çupai sino a los muertos que están en las sepulturas. 155
A las uacas llaman por este nombre diverso: uaca. Empero, cuando habla dicen que allí habla el çupai, o habla la uaca; y cuando lo invocan en sus casas dicen: 'llamemos al çupai' o 'mochemos al çupai' o 'a la uaca'. Y así, si sobre tal caso les preguntan: '¿llamastes al çupai?, ¿hablastes al çupai?', o '¿vino el çupai?', dicen que sí. Si les preguntan: '¿hablastes a la uaca?', o '¿vino la uaca', dicen sí. Y si les preguntan: '¿quién es la uaca?', dicen: 'el çupai'. Según esto, se deja entender que en todas las cosas en que tienen adoración entienden el çupai. 155-156
De otro caso se deja entender que en este nombre, çupai, sólo significan las personas; y es así que, cuando uno es ya muy viejo o vieja, dicen: 'ya yo soy çupai'. En este dicho entienden que, por haber llegado a tan vieja edad, están ya constituidos para ir donde fueron sus pasados, a ser uno como aquéllos. 156
Todo este cuento bien he entendido, y dél -entendiendo que en este nombre, çupai, sólo entienden los muertos- se podrá considerar si es error el que se les enseña cuando les dicen 'çupayo diablo sutini'. En uno son dos errores: el uno es que les dan a entender que el muerto es demonio; por donde, sabiendo -como por su ciencia saben - que el çupai fue persona, decirles nosotros que el çupai se llama diablo no es otra cosa sino darles a entender que en nuestro vocablo llamamos diablo al hombre muerto; y esto es error. 156
El otro yerro es que, diciéndoles y dándoles a entender que al çupai llamamos diablo -como la letra traducida lo dice-, si les quisiéremos enseñar y dar a entender por otras razones quién es el demonio y de dónde vino, ni se lo podremos dar a entender ni lo querrán creer: porque se lo decimos por dos contrarios caminos, como es decir que el demonio pecó y que cayó del cielo por su pecado, y que era ángel; y decirles que al çupai llamamos diablo. Dirán que mentimos y que los queremos engañar, porque del demonio no tienen ciencia ni saben de su pecado ni que haya caído del cielo, ni quien es: y lo que ellos llaman çupai saben que fue persona que en este mundo vivió con ellos o con los pasados (...). 157
Entre otras cosas, le preguntaron después por qué daba al español con la cruz; dijo que le daba porque pensó que era el gran çupai. 164

Ҫupayo


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(…) y la traducción dice así: anima = 'ánima'; sana = 'de nuestra'; aucanacapa = 'los enemigos'; quinçapi = 'son tres'; acapalco = 'esto es engañoso'; llulla pacha = 'mentiroso tiempo'; mundo sutini = 'mundo se llama'; çupayo = 'el çupai'; diablo sutini = 'se llama diablo'; aichasa = 'nuestra carne'; carne sutini = 'se llama carne'. 152-153
En lo que toca al segundo enemigo dicen: 'çupayo diablo sutini'. Esto está más falso, y se les enseña un error grande. Y declárolo así: los indios, así como no tuvieron conociemiento de Dios, así no lo tuvieron de que hubiese habitadores en el cielo. Dejo aparte ciertas opiniones de algunos curiosos, que dicen de los Ingas haber tenido cierta consideración cpn su intento (...). 154
Todo este cuento bien he entendido, y dél -entendiendo que en este nombre, çupai, sólo entienden los muertos- se podrá considerar si es error el que se les enseña cuando les dicen 'çupayo diablo sutini'. En uno son dos errores: el uno es que les dan a entender que el muerto es demonio; por donde, sabiendo -como por su ciencia saben - que el çupai fue persona, decirles nosotros que el çupai se llama diablo no es otra cosa sino darles a entender que en nuestro vocablo llamamos diablo al hombre muerto; y esto es error. 156