Pedro Sarmiento de Gamboa servidor del Rey en mar y tierra en paz y guerra con letras y con espada ca 1581

Lydia Fossa, PhD

Pedro Sarmiento de Gamboa (1530/1532-1592) es una de las figuras más vehementes e ilustradas del siglo XVI hispano en Indias. En realidad, no alcanzan los adjetivos para describir su exagerada vida sin que se caiga en la hipérbole. Se destaca como cosmógrafo y, por lo tanto, como matemático y cartógrafo, conocimientos que aplicó con notable éxito a la navegación por los mares y tierras conocidos y desconocidos. Como piloto, en tiempos del Gobernador Lope García de Castro, participó en la expedición de Alvaro de Mendaña que descubrió las Islas Salomón. Se sabe que fue conocedor del latín, obligatorio en los estudios de bachillerato español del siglo XVI y profesor de gramática latina en Lima y en Cuzco, donde estuvo preso por la Inquisición. Ante la necesidad, fungió como historiador o compilador para el virrey Francisco de Toledo. Como miembro de su comitiva, recogió información geográfica y delineó mapas de las provincias y repartimientos que iba recorriendo durante la visita toledana. Con la información oral y escrita sobre el pasado indígena que reunió para redactar su Historia Indica (1572), realizó una consulta pública a los principales jefes indígenas en el Cuzco para obtener de ellos la confirmación de su veracidad. Ese es el libro que ahora nos ocupa. Su nombre quedó unido para siempre al Estrecho de Magallanes, a donde viajó en dos ocasiones y fue nombrado gobernador y capitán general de esas tierras. De tales viajes y del desgraciado intento de poblar las regiones australes, dejó constancia en sus numerosos informes y memoriales, escritos entre 1581 y 1592. El 15 de julio de 1592, por fin nombrado Almirante de la Armada Española, Pedro Sarmiento de Gamboa, colapsa a bordo de la nave capitana de la flota a Indias, frente a las costas de Lisboa. Llevado a tierra aún con vida, fallece “de enfermedad” el 17 de julio de 1592.



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