Agustín de Zárate

Historia del descubrimiento y conquista del Perú, Ed. PUCP, Lima, 1995.

Presentación de Agustín de Zárate

Cómo citar:
GLOSAS CRONIQUENSES (1994-), Agustín de Zárate. https://glosascroniquenses.github.io/Glosario/intro/cronista15. [Fecha de consulta: 24.11.2021]


Abancay/Auancay


Cita Número de página
Y de ay adelante siempre fueron peleando con él, hasta la puente de Abancay, donde fue certificado de la prisión de Hernando y Gonçalo Piçarro y de todo lo demás que en el Cuzco auía passado, y propuso de no passar adelante hasta tener mandado de lo que auía de hazer. 115
Porque como los de Alonso de Aluarado estauan afrentados de la rota que auían recebido en la puente de Abancay procurauan de se vengar como podían, tanto que lleuando vno rendido en las ancas de su cauallo al capitán Ruy Díaz, llegó otro y de vn golpe de lança le mató. 126
En la vltima reseña que mandó hazer halló que tenía setecientos arcabuzeros y quinientos piqueros y quatrocientos de cauallo, caso que desde entonces hasta que llegó a Xaquixaguana se recogieron hasta llegar a número de mil y nouecientos hombres, y assí salió el campo de Xauxa y veynte y nueue de diziembre del año de quarenta y siete, caminando en buena orden la vía del Cuzco para tentar por donde auría menos peligro de passar el río de Auancay. 364
(…) y de ay adelante Valdiuia començó a entender en los negocios de la guerra juntamente con el Mariscal Alonso de Aluarado y el General Hinojosa, y quando se reconoció la primauera y començaron a cessar las aguas partió el campo de Adaguaylas [sic: Andaguaylas] y fue a sentar en la puente de Auancay, que está veynte leguas del Cuzco, donde estuuo aguardando hasta que en el río de Apurima, que es doze leguas del Cuzco, se hiziessen puentes para poder passar. 365-366
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379

açua/azua


Cita Número de página
…y esto se ha conseruado de tal manera que los mismos indios del Perú, quando hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocablos que han oydo dellos, como al cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacique, y aquel su pan de que está dicho le llaman maíz, con nombrarle en su lengua çara, y al breuaje llaman chicha, y en su lengua, açua; y assí de otras muchas cosas. 55
Este breuaje se llama comúnmente chicha en lenguaje de las Yslas, porque en lengua del Perú se llama açiça [sic: azua] es blanco o tinto, como la color del maíz [que] te echan, y emborracha más fácilmente que vino de Castilla, aunque si los indios lo pudiessen auer, según son aficionados a ello, dexarían lo de su tierra. 46

Adesuyo


Cita Número de página
…y assí desta manera se nombran los otros quarteles de Oriente y Poniente, Adesuyo y Condesuyo, y ningún indio podía biuir en el aposento diferente del que estaua señalado a su tierra sin gran pena. 48

Andaguaylas


Cita Número de página
Embió a Pedro de Bustincia con cierta gente que fuesse a tomar los caciques de Andaguaylas y otros comarcanos para que proueyessen de comida el campo, y pocos días después Gonçalo Piçarro se vino al Cuzco con más de quatrocientos hombres, donde se començó apercebir de todo lo necessario, auiendo él y su gente cobrando grande ánimo y soberuia con el vencimiento de la batalla de Guarina por auer sido con tanta ventaja y muertes de sus contrarios, siendo el número de la gente desigual. 362
(…) y luego proueyó que los capitanes Lope Martín y Mercadillo fuessen con cincuenta hombres a la villa de Guamanga, que está treynta leguas más adelante, para tomar los caminos y saber lo que hazía el enemigo y recoger la gente que se viniessen huyendo del Cuzco, y auínoles también que teniendo noticia Lope Martín que Pedro de Bustincia estaua en Andaguaylas haziendo lo que arriba tenemos dicho, se adelantó con quinze arcabuzeros y dio vna noche sobre él y le prendió, y ahorcó algunos de los que con él venían, y tornóse a Guamanga y juntó consigo todos los caciques de la comarca. 363-364
También llegó en aquella coyuntura el capitán Diego Centeno con más de treynta de cauallo que con él escapaaron de la rota de Guarina, y assí continuaron su camino padeciendo gran necessidad de comida hasta llegar a Andaguaylas, donde el Presidente se detuuo mucha parte del inuierno, que fue de muchas y muy rezias aguas que de día ni de noche cessaua de llouer, tanto que los toldos se podrían por no auer lugar de enxugarse, y por estar el maíz que comían tierno. 365
(…) y de ay adelante Valdiuia començó a entender en los negocios de la guerra juntamente con el Mariscal Alonso de Aluarado y el General Hinojosa, y quando se reconoció la primauera y començaron a cessar las aguas partió el campo de Adaguaylas [sic: Andaguaylas] y fue a sentar en la puente de Auancay, que está veynte leguas del Cuzco, donde estuuo aguardando hasta que en el río de Apurima, que es doze leguas del Cuzco, se hiziessen puentes para poder passar. 365-366

Andes


Cita Número de página
Más adelante, por espacio de sesenta leguas, ay otra población de christianos que se llama Guánuco, hecha por mandado del licenciado Vaca de Castro, que la llamó León, por se él natural de la ciudad de León, en España; es tierra de mucha comida, y créese que en ella ay abundancia de minas, especialmente azia la parte que tiene ocupada el Ynga que está alçado y de guerra en la prouincia de los Andes como adelante se declarará... 48
Don Diego de Almagro hizo Ynga y dio la borla del Imperio a Paulo porque su hermano Mango Ynga, visto lo que auía hecho, se fue huyendo con mucha gente de guerra a vnas muy ásperas montañas que llaman los Andes. 111
Y Diego Méndez se soltó de la cárcel con otros dos de los presos y se fueron con el Ynga [a] aquellas montañas que se llaman los Andes, que por la aspereza de la entrada son inexpugnables. 180

Aporima/Aporima


Cita Número de página
(…) y de ay adelante Valdiuia començó a entender en los negocios de la guerra juntamente con el Mariscal Alonso de Aluarado y el General Hinojosa, y quando se reconoció la primauera y començaron a cessar las aguas partió el campo de Adaguaylas [sic: Andaguaylas] y fue a sentar en la puente de Auancay, que está veynte leguas del Cuzco, donde estuuo aguardando hasta que en el río de Apurima, que es doze leguas del Cuzco, se hiziessen puentes para poder passar. 365-366
Y después de auerse tratado de la forma que en el derramamiento deste exército se tenía, por ser materia tan peligrosa y que no sufría de dilatación, se acordó que el Presidente y el Arçobispo se saliessen del Cuzco a la prouincia de Apurima, que es doze leguas, a hazer el repartimiento, lleuando consigo sólo el secretario por poderlo hazer con más libertad y euitar las importunidades de la gente. 376
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379

arcabucos


Cita Número de página
(…) y para poder mejor efetuar su propósito, temiendo que desde Nicaragua podría después yr socorro a don Francisco Piçarro, fue vna noche a la costa de Nicaragua y tomó por fuerça dos o tres grandes nauíos que allí se estauan adereçando para yr cargados de gente y cauallos al Perú en socorro al Gouernador, y en ellos y en los que traya de Guatimala embarcó quinientos hombres de pie y de cauallo y nauegó hasta tomar tierra en la prouincia de Puerto Viejo, y de allí caminó la vía de Quito en el paraje de la línea equinocial, por las faldas de vnos llanos y espessos montes que llaman arcabucos y en el camino passó su gente gran trabajo de hambre y muy mayor de sed, porque fue tanta la falta del agua que si no toparan con vnos cañauerales de tal propiedad que, en cortando por cada nudo, se halla lo hueco lleno de agua dulce y muy bueno. 89

Arequipa


Cita Número de página
Ciento y treynta leguas desta ciudad, la costa arriba, está otra villa, que se intitula la Villa Hermosa de Arequipa, que será pueblo de hasta trecientas casas, muy sano y abundante de todo género de comida. 42
Y para atraerla más se ofreció de ser su soldado y el primero que le obedeciesse, y assí Pedro Aluarez lo aceptó y alçó vandera por su Magestad, y desde allí conuocaron la gente de la ciudad de Arequipa y todos juntos acudieron al Cuzco, donde ya mucha gente estaua por don Diego. 158
Y para ayuda desta guerra todos los vezinos que allí se hallaron, del Cuzco, Charcas y Arequipa, ofrecían sus personas y haziendas, y en breue tiempo se juntaron más de trecientos y cincuenta hombres, los ciento y cincuenta de cauallo y cien arcabuzeros y cien piqueros. 159
En Xauxa murió Iuan de Herrada; y don Diego embió cierta parte del exército por los llanos para que recogiesse la gente que auía en Arequipa, adonde fueron sus capitanes y robaron todo quanto en la ciudad pudieron auer y aun cauaron todo el monesterio de Santo Domingo porque les dixeron que muchos vezinos tenían enterradas allí sus haziendas. 161-162
Quando se començó esta alteración de la tierra auían subido al puerto de Arequipa dos nauíos cargados de mercaderías, los quales Gonçalo Piçarro hizo detener y aun los compró con intento de embiar desde el Cuzco para meter en ellos toda la artillería, assí por escusar la gran dificultad que auía de traerlo por tierra tan largo camino como para tomar el puerto de la ciudad de los Reyes y desposseer de los nauíos que en ella auía el Visorey (...) 200
Y aconteció que sabido el intento de Gonçalo Piçarro por los capitanes Alonso de Cáceres y Hierónymo de la Serna, vezinos de Arequipa, vna noche entraron en los nauíos que esperauan la venida de la artillería y, pagándoselo muy bien al maestre y algunos marineros que dentro se hallaron, se alçaron con ellos y, dexando sus casas y indios y haziendas, se vinieron con los nauíos a la ciudad de los Reyes. 200
Y luego Gonçalo Piçarro embió al Cuzco por su teniente a Alonso de Toro, y a Pedro de Fuentes a Arequipa y a Francisco de Almendras a la villa de Plata y a las otras ciudades a otras personas. 227
Y luego tornaron a adereçar la partida de Hernando Bachicao, y allegó entonces al puerto vn bergatín de Arequipa; y con otros que se adereçaron, metiendo en ellos cantidad de artillería de lo que Gonçalo Piçarro traxo del Cuzco, Bachicao se partió con el doctor Texada y Francisco Maldonado y sesenta arcabuzeros que se pudieron auer y quisieron yr con él. 233
En esta sazón vino vn bergatín de Arequipa con más de cien mil castellanos para Gonçalo Piçarro y también llegó otro nauío de Tierra Firme de Gonçalo Martel de la Puente, el qual embiaua su muger para que se fuesse a su casa. 240
Junto su exército, començó a proueerse de armas y otras cosas necessarias con gran diligencia, poniendo guardas en los caminos porque no se supiesse lo acaecido hasta estar bien apercebidos, y embió vn capitán suyo a las minas de Porco y Arequipa para recoger la gente que allí estaua y prender si pudiesse a Pedro de Puentes (sic, por Fuentes), que allí era teniente de Gonçalo Piçarro, el qual desque supo lo que en los Charcas auía passado por lengua de indios se huyó y dexó desamparada la ciudad, de manera que Lope de Mendoça entró en ella sin contradición alguna (...) 246
No se pudo tener tan secreto en el real de Diego Centeno ni tantas guardas en el camino, especialmente después de la venida de Lope de Mendoça de Arequipa, que por indios y españoles no se tuuiesse muy cierta relación del alçamiento de los Charcas y cantidad de gente que el capitán Diego de Centeno tenía hecha y la suma de arcabuzes y cauallos y todo lo demás que en la razón se quisiessen informar. 250
Y intitulado su campo el felicíssimo exército de la libertad contra el tirano Diego Centeno y despachando mensajeros para el Cuzco por la sierra, él se fue por los llanos la vía de Arequipa y allí sacó mucho dinero y recibió cartas así del cabildo del Cuzco como del capitán Alonso de Toro, por las quales le pedían con gran instancia que fuesse personalmente allá porque no era razón que, siendo la ciudad del Cuzco cabeça del Reyno, saliesse el exército de otra parte, sino de allí, prometiéndole de ayudar con mucha gente y armas y cauallos y yr con él muchas personas principales, poniéndole también delante que él era vezino de aquella ciudad y que era justo que le diesse aquella preeminencia. 261
Y encontró con él vn Hernando de Torres, vezino de Arequipa, y con vna hacha de armas le dio vn golpe en la cabeça de que le atordió y dio con él en tierra (…) 284
Y viendo Diego Centeno que ya no era parte para resistir a Caruajal, quexándose siempre de sus capitanes y amigos por no le auer dexado dar la batalla quando él quería y viendo que ya toda la tierra estaua por Gonçalo Piçarro, endereçó la vía de la mar a la costa de Arequipa, embiando delante al capitán Ribadeneyra para que si hallasse algún nauío por la costa, le tomasse por dinero o por engaño y le traxesse a Arequipa para embarcarse en él llegando. 290
Diego Centeno llegó en este tiempo a Arequipa, y poco menos de dos días después llegó tras él Caruajal, y Diego Centeno estaua esperando el nauío y, viendo que no venía nueua dél y que el enemigo se le acercaua y él no se hallaua con más de ochenta hombres, determinó derramar aquéllos, y él con solos dos amigos se fue a los montes y se escondió en vna cueua, donde estuuo sin que pudiesse ser hallado hasta la venida del licenciado De la Gasca, dándole de comer el cacique cuya era la tierra por su persona, sin descubrirlo a nadie. 290
Caruajal llegó a la costa de Arequipa y, como supo que Centeno era escondido y su gente derramada por diuersas partes, embió vn capitán con veynte arcabuzeros en seguimiento de Lope de Mendoça, que supo que yua cerca de allí con siete u ocho soldados, con los quales se dio tanta priessa a andar que en más de ochenta leguas que le siguieron no le pudieron dar alcance, y assí se tornaron los que yuan tras él, y él siguió el camino de la entrada del río de la Plata, donde le aconteció lo que adelante se dirá. 290-291
Y otro día, entrado Caruajal en Arequipa, pareció por la costa el nauío que traya Ribadeneyra, y, auiendo sabido Caruajal de algunos soldados que se quedaron a Centeno el fin para que se auía tomado y quién venía en él, supo también la seña que estaua concertada para recebir a Diego Centeno y, haziendo poner en vna caleta escondidos veynte arcabuzeros, hizo hazer la mesma seña del concierto, pensando apoderarse del nauío. 291
Yendo Caruajal por sus jornadas desde Arequipa a la villa de Plata (como hemos contado) con determinación de residir allí, porque ya auía sabido el suceso de la muerte del Visorey, que Gonçalo Piçarro se lo auía escrito, y cómo no tenía ya contradición en todo el Reyno. 294
Despachó a Martín Siluera para que fuesse a la villa de Plata a traer la gente y dineros que allí auía; embió a Antonio de Robles al Cuzco para traer la gente que allí tenía Alonso de Hinojosa, su teniente; escriuió a Lucas Martín, teniente de Arequipa, que luego viniesse con la gente de aquella villa; embió a mandar a Pedro de Puelles, teniente de Quito, que acudiesse con la gente de aquella prouincia; despachó para que los capitanes Mercadillo y Porcel, dexadas las entradas en que entendían, traxessen toda la gente a Lima, y lo mismo el capitán Sayauedra, que era teniente de Guamanga. 328
En esta sazón Lucas Martín, a quien Gonçalo Piçarro embió a Arequipa por la gente que allí auía, salió para le lleuar ciento y treynta hombres a la ciudad de Los Reyes, y quatro leguas de Arequipa su misma gente le prendió (…) 335
Y assí se dio gran priessa a caminar por los llanos la vía de Arequipa, huyéndosele en el camino muchos soldados y arcabuzeros, caso que en tres o quatro días ahorcó hasta diez o doze personas señaladas de quien tuuo sospecha que se quería yr, sin dexarlos confesar. 345
(…) proueyó que Iuan de Yllanes subiesse en vna fragata la costa arriba hasta echar en tierra en lugar seguro vn frayle y vn soldado que lleuassen al capitán Diego Centeno los despachos del Presidente y le hiziessen relación de todo lo que en la tierra passaua, y lo mesmo en la ciudad de Arequipa (...) 346
(…) y embió por tierra mensajeros, personas prácticas, que fuessen a Arequipa con ciertas cartas particulares para diuersas personas y passando más adelante lleuassen otras al capitán Alonso de Mendoça y Iuan de Siluera (…) 346
Y llegado al Cuzco, quitó las varas de la justicia que estauan puestas por Diego Centeno y dexó allí por alcalde a Iuan Vázquez de Tapia con el recado que le pareció necessario y continuó su camino la vía de Arequipa para se juntar con Gonçalo Piçarro (...) 349
Y assí llegó Arequipa con solos cien hombres de trecientos que auía sacado de Los Reyes y halló allí a Gonçalo Piçarro con trecientos y cincuenta, con auer tenido pocos días antes en la ciudad de Los Reyes -sin otros muchos que tenía derramados por el Reyno con diuersos capitanes- mil y quinientos hombres. 349
Ya se dixo arriba cómo llegando Gonçalo Piçarro a la villa de Arequipa la halló despoblada porque toda la gente della se fue a juntar con el capitán Diego Centeno después de la vltima entrada que hizo en el Cuzco, y allí procuró Gonçalo Piçarro de saber nueuas de todo lo que passaua y supo cómo Diego Centeno estaua en el Collao cerca de la laguna de Titicaca y se auía confederado y juntado con Alonso de Mendoça, por manera que con toda la gente del Cuzco y de los Charcas y Arequipa le estauan guardando el passo con cerca de mil hombres (...) 357
(…) y Diego de Caruajal, quien llamauan Galán, fue a Arequipa a lo mismo, y Iuan de la Torre fue al Cuzco, donde fueron justiciados Iuan Vásquéz de Tapia, que era alcalde ordinario, y el licenciado Martel. 361-362
Antes que el Presidente saliesse en la ciudad del Cuzco, por gratificar lo mucho de Pedro de Valdiuia le auía seruido en esta guerra, le confirmó y dio de nueuo la gouernación de la prouincia de Chili, que hasta entonces se la auía administrado, y para juntar gente y proueerse de armas y cauallos y otras cosas necessarias Pedro de Valdiuia se fue a la ciudad de Los Reyes por auer allí para ello mejor comodidad, y después que la vuo adereçado y juntado consigo la gente que pudo, lo embarcó todo, y las naos se hizieron a la vela, y él quedó para yrse por tierra hasta Arequipa. 378

Atabaliba


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Y en Quito tomó nueua muger, hija del señor de la tierra, y della vuo vn hijo que se llamó Atabaliba, a quien él quiso mucho; y dexándole debaxo de tutores en Quito, tornó a visitar la tierra del Cuzco, y en esta buelta le hizieron el camino tan trabajoso de la Sierra, de que está hecha relación. 61
Después de auer estado en el Cuzco algunos años, determinó boluerse a Quito, assí porque le era más agradable aquella tierra como por el deseo de ver Atabaliba, su hijo, a quien él quería más que a los otros; y assí, boluió a Quito, por el camino que hemos dicho de los llanos, donde biuió y tuuo su assiento lo restante de la vida hasta que murió, y mandó que aquella prouincia de Quito, que él auía conquistado, quedasse para Atabaliba, pues auía sido de sus abuelos. 61
Muerto Guaynacaua, Atabaliba se apoderó de su exército y de las riquezas que consigo traya, aunque las principales como más pesadas las auía dexado en su recámara en el Cuzco, en poder de su hijo mayor, al qual Atabaliba embió embaxadores, haziéndole saber la muerte de su padre y dándole obediencia, suplicándole que le dexasse aquella prouincia de Quito, pues su padre la auía ganado y era fuera de su estado y mayorazgo y, sobre todo, que auía sido de su madre y abuelo. 61-62
Atabaliba vuo su consejo con dos capitanes de su padre, muy esforçados y cursados en la guerra, el vno llamado Quizquiz y el otro, Cilicuchima [sic: Chilicuchima], los quales le aconsejaron que no esperasse a que su hermano viniesse sobre él, sino que él fuesse primero, pues con el exército que tenía era parte para enseñorearse de todas las prouincias por do passasse y yr cada día acrecentándole, de manera que su hermano tuuiesse por bien de confederarse con él. 62
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Y sabido por Atabaliba, salió contra ellos, y pelearon tres días, muriendo mucha gente de ambas partes, hasta que, desbaratados los de Quito, Atabaliba fue preso sobre la puente del río de Tumibamba. 62
Y estando haziendo la gente de Guáscar grandes fiestas y borracherías por la vitoria, Atabaliba, con vna barra de cobre que vna muger le dio, rompió vna gruessa pared del tambo de Tumibamba y se fue huyendo a Quito, que es veynte y cinco leguas de allí, y tornó a juntar su gente, y, haziéndoles entender que su padre le auía conuertido en culebra y héchole salir por vn pequeño agujero y le auía prometido la vitoria si tornassen a pelear, los animó tanto que boluió sobre sus enemigos y peleó con ellos y los venció y desbarató, auiendo muerto mucha gente de ambas partes en estas dos batallas, tanto que hasta oy duran los corrales y montones que allí están llenos de huessos de hombres. 62-63
Continuando y siguiendo Atabaliba la vitoria, determinó yr sobre su hermano, y llegando a la prouincia de los cañares, mató sesenta mil hombres dellos, porque le auían sido contrarios, y metió a fuego y a sangre y assoló la población de Tumibamba, situada en vn llano, ribera de tres grandes ríos, la qual era muy grande, y de allí fue conquistando la tierra [...] 63
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Y llegando cerca del exército de Guáscar, por no ser sentidos, se desviaron del camino por vn atajo, por el qual acaso se auía también apartado el mesmo Guáscar con sietecientos hombres de sus principales por salir del ruido del exército, y topándole, pelearon con él y le desbarataron la gente y le prendieron, y, teniéndole preso, venía ya todo el exército sobre ellos, y los cercaron por todas partes, donde no dexaran ninguno biuo, porque auía más de treynta para vno; si los capitanes de Atabaliba no dixeran a Guáscar, viendo venir su gente, que los mandasse boluer, si no, que luego le cortarían la cabeça. 63
Y sabida tan buena ventura, como acaso sucedió por Atabaliba, embió a mandar a sus capitanes que le traxessen a su hermano preso allí a Caxamalca, donde les esperaua. 63
Y en esta coyuntura llegó el Gouernador don Francisco Piçarro con los españoles que lleuaua a la tierra del Perú, y tuuo lugar de hazer la conquista que en el Libro siguiente se dirá, porque el exército de Guáscar era desbaratado y huydo y el de Atabaliba estaua la mayor parte despedido por la nueua vitoria. 63
Y por allí llegaron al Gouernador mensajeros del Cuzco, que Guáscar le embiaua, haziéndole saber la rebelión de su hermano Atabaliba, que en aquel tiempo no lo auían aún preso, como después le prendieron, como ya hemos dicho, y le embiaua a dezir lo socorriesse y le diesse fauor para se defender dél. 71
Y repartido el oro y plata que allí vnieron, dexando en la ciudad solo los vezinos, el Gouernador se partió con toda la otra gente a la prouincia de Caxamalca porque supo que estaua allí Atabaliba. 71
[…] y subiendo por allí a la sierra, topó con vn mensajero de Atabaliba, que le traya vnos çapatos pintados y dos puñetes de oro, y le dixo que quando ante él llegasse, fuesse calçado con aquellos çapatos y puestos los puñetes para que en ellos le conociesse. 72
El Gouernador lo recibió alegremente y respondió que assí lo haría y que dixesse a Atabaliba que él no venía a hazerle mal ni se le haría si él no le daua muy notoria ocasión para ello porque el Emperador y Rey de Castilla, por cuyo mandado él yua, no permitía que a nadie se hiziesse daño contra razón. 72
Y como el mensajero se partió, el Gouernador fue tras él, caminando con mucho auiso porque los indios no viniessen al camino a darle salto, y quando llegó a Caxamalca, topó otro mensajero que le vino a dezir que no se aposentasse sin mandado de Atabaliba. 72
Y a esto ninguna cosa respondió el Gouernador, mas de hazer su aposento, y después de hecho, embió al capitán Soto con hasta veynte de a cauallo al real de Atabaliba, que estaua vna legua de allí, a le hazer saber su venida, y quando Soto llegó al real, en presencia de Atabaliba, arremetió al cauallo, y algunos indios con miedo se desuiaron de la carrera, por lo qual Atabaliba los hizo luego matar. 72
Y Atabaliba no le auía querido dar respuesta ninguna, hasta que llegó Hernando Piçarro, a quien el Gouernador auía embiado tras Hernando de Soto con otra cierta gente de cauallo, sino que hablaua con otro cacique, y aquel cacique con la legua, y la lengua con Soto. 72
A lo qual respondió Atabaliba que él sería contento de su amistad conque boluiesse a los indios todo el oro y plata que en su tierra auía tomado y se fuesse luego della, y que para dar orden en esto, otro día se yría a ver con el Gouernador al tambo de Caxamalca. 72-73
Atabaliba tardó gran parte del día en ordenar a su gente, y señalando lugar por donde cada capitán auía de entrar, y mandó que por cierta parte secreta azia la parte por donde auían entrado los christianos se pussiese vn capitán suyo llamado Rumiñagüi con cinco mil indios para que guardasse las espaldas a los españoles y matasse a todos los que boluiessen huyendo. 74
Y luego Atabaliba mouió su campo tan despacio que más de quatro horas tardó en andar vna pequeña legua. 74
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74
Y después que Atabaliba todo esto entendió, dixo que aquellas tierras y todo lo que en ellas auía las auía ganado su padre y sus abuelos, los quales las auían dexado a su hermano Guáscar Ynga, y que, por auerle vencido y tenerle preso a la sazón, eran suyas y las posseya y que no sabía él cómo Sant Pedro las podía dar a nadie y que si las auía dado, que él no consentía en ello ni se lo daua nada [...] 75
Y Atabaliba le pidió el breuiario o Biblia que tenía en la mano. 75
Y luego mandó desparar el artillería, y los de cauallo acometieron por tres partes en los indios y el Gouernador acometió con la infantería azia la parte donde venía Atabaliba, y llegando a las andas, començaron a matar a los que las lleuauan, y apenas era muerto vno, quando en lugar dél se ponían otro muchos a porfia. 75-76
Y viendo el Gouernador que si se dilataua mucho la defensa los desbaratarían, porque, aunque ellos matassen muchos indios, importaua más vn christiano, arremetió con gran furia a la litera, y echando mano por los cabellos a Atabaliba (que los traya muy largos), tiró rezio para sí y le derribó, y en este tiempo los christianos dauan tantas cuchilladas en las andas, porque eran de oro, que hirieron en la mano al Gouernador, pero en fin él le echó en el suelo y, por muchos indios que cargaron, le prendió. 76
Preso Atabaliba, otro día de mañana fueron a coger el campo, que era marauilla de ver tantas vasijas de plata y oro como en aquel real auía, y muy buenas y muchas tiendas y otras ropas y cosas de valor, que más de sesenta mil pesos de oro valía sola la vaxilla de oro que Atabaliba traya; y más de cinco mil mugeres a los españoles se vinieron de su buena gana de las que en el real andauan. 77
Y después de todo recorrido, Atabaliba dixo al Gouernador que, pues preso lo tenía, lo tratasse bien y que por su deliberación él le daría vna quadra que allí auía llena de vasijas y de pieças de oro y tanta plata de lleuar no la pudiesse. 77
(…) y el Gouernador se le ofreció que él lo trataría muy bien, y Atabaliba se lo agradeció mucho y luego por toda la tierra hizo mensajeros, especialmente al Cuzco, para que se recogiesse el oro y plata que auía prometido para su rescate, que era tanto que parecía impossible cumplirlo, porque les auía de dar vn portal muy largo que estaua en Caxamalca, hasta donde el mismo Atabaliba estando de pie pudo alcançar con la mano, todo el derredor lleno de vasijas de oro (según he dicho), y para este efeto hizo señalar esta altura con vna línea colorada al derredor del portal. 77
Y aunque después cada día entraua en el real gran cantidad de oro y plata, no les pareció a los españoles tanto que fuesse parte para solamente començar a cumplir la promesa, por lo qual començaron a andar descontentos y murmurando, diziendo que el término que auía señalado Atabaliba para dar su rescate era passado y que no vían aparejo ellos de poderse traer, de donde inferían que esta dilación era a efeto de juntarse gente para venir sobre ellos y destruyrlos. 77
Y como Atabaliba era hombre de tan buen juyzio, entendió el descontento de los christianos y preguntó al Marqués la causa dello, el qual se la dixo, y él le replicó que no tenía razón de quexarse de la dilación, pues no auía sido tanta que pudiesse causar sospecha, y que deuían tener consideración a que la principal parte de donde se auía de traer aquel oro era la ciudad del Cuzco y que desde Caxamalca a ella auía cerca de dozientas leguas muy largas y de mal camino y que auiéndose de traer sobre ombros de indios no deuían tener aquella por tardança larga, y que ante todas cosas ellos se satisfiziessen si les podía dar lo que les auía prometido o no, y que hallando que era verdadera la possibilidad, les hazía poco al caso que tardasse vn mes más o menos, y que esto se podría hazer con darle vna o dos personas que fuessen al Cuzco a lo ver y que les pudiessen traer las nueuas. 77-78
Muchas opiniones vuo en el real sobre si se aueriguaría esta determinación que Atabaliba pedía, porque se tenía por cosa peligrosa fiarse nadie de los indios para meterse en su poder, de lo qual Atabaliba se rió mucho, diziendo que no sabía él por qué auía de rehusar ningún español de confiarse de su palabra y yr al Cuzco debaxo della, quedando él allí atado con vna cadena, con sus mugeres y hijos y hermanos en rehenes. 78
Y assí con esto se determinaron a la jornada el capitán Hernando de Soto y Pedro del Barco, a los quales embió Atabaliba en sendas hamacas con mucha copia de indios que los lleuauan en ombros casi por la posta, porque no es en mano de los indios yr despacio con las hamacas, y aunque no son más de dos los que la lleuan, todo el número de los hamaqueros, que por lo menos serían cincuenta o sesenta para cada vno, van corriendo, y en andando ciertos passos se mudan otros dos, en lo qual tienen tanta destreza que lo hazen sin pararse. 78
Pues esta manera caminaron Hernando de Soto y Pedro del Barco la vía del Cuzco, y a pocas jornadas de Caxamalca toparon los capitanes y gente de Atabaliba que trayan preso a Guáscar, su hermano, el qual como supo de los christianos, los quiso hablar y habló [...] 78
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Hernando de Soto y Pedro del Barco respondieron a Guáscar que ellos no podían dexar el viaje que lleuauan y a la buelta, pues auía de ser tan presto, entenderían en ello, y assí continuaron su camino, lo qual fue causa de la muerte de Guáscar y de perderse todo aquel oro que les prometía, porque los capitanes que le lleuauan preso hizieron luego saber por la posta a Atabaliba todo lo que auía passado. 79
Y era tan sagaz Atabaliba que consideró que si a noticia del Gouernador venía esta demanda, que assí por tener su hermano justicia como por la abundancia de oro que prometía, a lo qual tenía ya entendido la afición y codicia que tenían los christianos, le quitarían a él el Reyno y le darían a su hermano y aun podría ser que le matassen por quitar de medio embaraços, tomando para ello ocasión de que contra razón auía prendido a su hermano y alçándose con el Reyno. 79
Y como Atabaliba vio que el Marqués tomaua tan liuianamente el negocio, deliberó executar su propósito, y assí embió a mandar a los capitanes que trayan preso a Guáscar que luego le matassen. 80
Lo qual se hizo con tan gran presteza que apenas se pudo aueriguar después si quando hizo Atabaliba aquellas aparencias de tristeza auía sido antes o después de la muerte. 80
Por lo qual los indios, quando después vieron matar a Atabaliba (como se dirá en el capítulo siguiente), creyeron que Guáscar era hijo del Sol por auer profetizado verdaderamente la muerte de su hermano: y assimismo dico que quando su padre se despidió dél le dexó mandado que quando a aquella tierra viniesse vna gente blanca y barbada se hiziesse su amigo porque aquéllos auían de ser señores del Reyno, lo qual pudo muy bien saber por industria del demonio, pues antes que Guaynacaua muriesse ya el Gouernador andaua por la costa del Perú conquistando la tierra. 80
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
Y como no quiso venir el indio, Hernando Piçarro determinó de yr allá y le habló, aunque todos tuuieron por demasiada osadía la que Hernando Piçarro tuuo en yrse a meter en poder de su enemigo bárbaro y tan poderoso; en fin, le dixo y prometió tales cosas que le hizo derramar la gente y yrse con él a Caxamalca a ver a Atabaliba, y por boluer más presto vinieron por las cordilleras de vnas sierras neuadas, donde vnieran de perecer de frío. 80-81
Y quando Cilicuchima [sic: Chilicuchima] vuo de entrar a ver Atabaliba, se descalçó y lleuó su carga ante él (según su costumbre) y le dixo llorando que si él con él se hallara no le prendieran los christianos. 81
Atabaliba le respondió que auía sido juyzio de Dios que le prendiessen, por tenerlos él en tan poco, y que la principal causa de la prisión y vencimiento auía sido huyr su capitán Rumiñagüi con los cinco mil hombres con que auía de acudir al tiempo de la necessidad. 81
Y porque tuuo noticia del auiso que se auía dado al Gouernador, ahorcó su secretario, y con toda aquella gente se fue a juntar con el Gouernador a Caxamalca, donde halló ya junta gran parte del rescate de Atabaliba, con grande admiración de los vnos y de los otros porque no se creya auerse visto en el mundo tanto oro y plata como allí auía. 82
(…) y del oro cupo a Su Magestad de quinto ciento y veynte cuentos de marcos (sic, por mareuedís), de manera que a cada hombre de cauallo le cupieron más de doze mil pesos en oro, sin la plata, porque éstos lleuauan vna quarta parte más que los peones, y aun con toda esta suma no se auía concluydo la quinta parte de lo que Atabaliba auía prometido dar por su rescate. 82-83
Y porque a la gente que vino con don Diego de Almagro, que era mucha y muy principal, no le pertenecía cosa ninguna de aquella hazienda, pues se daua por el rescate de Atabaliba, en cuya prisión ellos no se auían hallado, el Gouernador les mandó dar todauía a mil pesos para ayuda de la costa (...) 83
Y assí fue que partido Hernando Piçarro, luego se trató la muerte de Atabaliba por medio de vn indio que era intérprete entre ellos, llamado Filipillo, que auía venido con el Gouernador a Castilla, el qual dixo que Atabaliba quería matar a todos los españoles secretamente y para ello tenía apercebida gran cantidad de gente en lugares secretos, y como las aueriguaciones que sobre esto se hizieron era por lengua del mesmo Felipillo, interpretaua lo que quería conforme a su intención. 83
La causa que le mouió nunca se pudo bien aueriguar, más de que fue vna de dos: o que este indio tenía amores con vna de las mugeres de Atabaliba, y quiso con su muerte gozar della seguramente, lo qual auía ya venido a noticia de Atabaliba, y él se quexó dello al Gouernador, diziendo que sentía más aquel desacato que su prisión ni quantos desastres le auían venido (...) 83
Otros dizen que la principal causa de la muerte de Atabaliba fue la gran diligencia y maña que tuuieron para encaminarla esta gente que fue con don Diego de Almagro por su interés particular, porque les dezían los que auían hecho la conquista que no solamente no tenían ellos parte en todo el oro y plata que hasta entonces estaua dado, pero ni en todo lo que de allí adelante se diesse, hasta que fuesse cumplida toda la suma del rescate de Atabaliba, que parecía no poderse henchir aunque se juntasse para ello todo quanto oro auía en el mundo, pues resultaua todo ello del rescate de aquel príncipe, cuya prisión se auía hecho con la industria y trabajo, sin que los de don Diego interuiniessen en ello. 84
Y assí les pareció a los de don Diego que les conuenía encaminar la muerte de Atabaliba porque mientras él fuesse biuo todo quanto oro ellos allegassen dirían que era rescate y que no auían de participar los otros en ello. 84
Aquel capitán de Atabaliba llamado Rumiñagüi, que arriba diximos que huyó de Caxamalca con cinco mil indios, en llegando a la prouincia de Quito, tomó en poder los hijos de Atabaliba y se apoderó en la tierra, haziéndose obedecer por señor della, y después Atabaliba, poco antes que muriesse, embió a su hermano Yllescas a la prouincia de Quito para traer a sus hijos, y el Rumiñagüi le mató y no se los quiso dar (...) 85
(…) y después desto algunos capitanes de Atabaliba, conforme a lo que él dexó mandado, lleuaron su cuerpo a la prouincia de Quito a enterrar con su padre Guaynacaua, los quales Rumiñagüi recibió muy honrada y amorosamente y hizo enterrar el cuerpo con gran solemnidad, según la costumbre de la tierra, y después hizo hazer vna borrachera, en la qual estando borrachos los capitanes que auían traydo el cuerpo los mató a todos, y entre ellos aquel Yllescas, hermano de Atabaliba, al qual hizo desollar biuo, y del cuero hizo vn atambor, quedando la cabeça colgada en el mismo atambor. 85
Después desto, auiendo el Gouernador repartido todo el oro y plata que vuo en Caxamalca, porque supo que vno de los capitanes de Atabaliba llamado Quizquiz andaua con cierta gente alborotando la tierra, partió contra él. 85
Y de ay a poco llegó el Gouernador con toda la retaguarda, y allí le salió de paz vn hermano de Guáscar y de Atabaliba que por su muerte auían hecho Ynga o Rey de la tierra y dádole la borla, que era la insignia o corona real, llamado Paulo (sic, por Mango Ynga). 85-86
(…) y después de la prisión de Atabaliba embió por su teniente desde Caxamalca a San Miguel al capitán Benalcáçar con diez de cauallo, al qual por este tiempo se le vinieron a quexar los indios cañares que Rumiñagüi y los otros indios de Quito les dauan continua guerra, lo qual fue a coyuntura que de Panamá y de Nicaragua auía venido mucha gente (...) 87
Y dellos tomó Benalcáçar dozientos hombres, los ochenta de cauallo, y con ellos se fue la via de Quito, assí por defender a los cañares que se auían dado por amigos como porque tenía noticia que en Quito auía gran cantidad de oro que Atabaliba auía dexado. 87
Y en esta sazón aquel indio lengua llamado Felipillo, de que arriba está hecha mención que fue causa de la muerte de Atabaliba, temiendo el castigo que por esto sabía merecer, se huyó del real de don Diego al de don Pedro y lleuó consigo vn cacique principal, dexando concertado con los demás que seguían a don Diego que, en embiándolos él a llamar, se le passassen. 91
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
Y como él los vidó se fue por vna parte con todas las mugeres y gente seruil y por la otra, que más áspera era, echó a vn hermano de Atabaliba que se llamaua Guaypalcón con la gente de guerra, con los quales fue a topar don Diego de Almagro en la subida de vna cuesta, lleuando tan cansados los [sic: cauallos] que aun de diestro no podían subir, y los indios desde lo alto echauan muchas piedras, que llaman galgas, de tal suerte que con echar vna piedra, quando llega a cinco a seys estados, lleua tras sí más de otras treynta de las que ha remouido, y assí quando llega abaxo no tienen número las que lleua. 93
Y al tiempo de su muerte confessó áuer él sido causa en la injusta muerte que se dio a Atabaliba, por gozar de su muger, como arriba diximos. 101
Y aun en quando a las mugeres indias del Perú fue mucho más templado el Adelantado porque no se le conoció hijo ni conuersación con ellas, como quiera que el Marqués tuuo amistad con vna señora india hermana de Atabaliba, de la qual dexó vn hijo llamado don Gonçalo, que murió de edad de quatorze años, y vna hija llamada dona Francisca; y en otra india del Cuzco tuuo vn hijo llamado don Francisco. 154-155

Atabillos


Cita Número de página
Entre otras cosas que el Gouernador don Francisco Piçarro embió a suplicar a Su Magestad en remuneración de los seruicios que auían hecho en la conquista del Perú fue vna que le diesse veynte mil indios perpetuos para él y sus descendientes en vna prouincia que llaman Atabillos, con sus rentas y tributos y jurisdición y con títulos de Marqués dellos. 112

axís


Cita Número de página
Las viandas que en aquella tierra comen los indios son maíz cozido y tostado, en lugar de pan, y carne de venados, cecinados a manera de moxama, y pescado seco y vnas rayzes de diuersos géneros, que ellos llaman yucas y axís y amotes [sic: camotes] y papas y otras, de otras maneras, y altramuces y otras legumbres. 46

Ayabaca


Cita Número de página
(…) y assí llegaron a Ayabaca, donde se reformaron y dexaron de seguir al Visorey tan apriessa como antes por dexar concertada su gente y también porque sabían que el Visorey yua ya muy adelante y que en ninguna manera le podían alcançar (…) 242
Y allí en Ayabaca se proueyó de todo lo demás necessario y salió de allí con buena orden por las mismas pisadas que el Visorey auía ydo, aunque por el mucho cansancio de algunos y otros por yr descontentos no los pudo lleuar todos, sin quedarse alguna gente, donde le dexaremos al Visorey caminando azia las prouincias de Quito y Gonçalo Piçarro tras él por dezir lo que aconteció en este tiempo en lo de arriba. 242

Bachama


Cita Número de página
El licenciado Vaca de Castro, que a la sazón estaua en Panamá, en sabiendo su venida, se huyó para Nombre de Dios y se embarcó en la mar del Norte, y lo mesmo Diego Aluarez de Cueto y Hierónymo Çurbano, y también se passaron al Nombre de Dios el doctor Texada y Francisco Maldonado, y todos juntos se vinieron a España, y el doctor Texada murió en el camino en la canal de Bachama. 235

Barranca


Cita Número de página
La frescura destos valles dura de largo como viene el río desde la mar a la sierra; corren los ríos con tanto ímpetu por venir de tan alto que muchos dellos, como son el de Sancta y el de Barranca y otros semejantes, no los podrían passar los españoles a cauallo sin ayuda de los indios... 38

Bogotá


Cita Número de página
Gonçalo Piçarro siguió en esto el parecer del licenciado Caruajal, como lo hazía en todas las cosas de importancia, y entró a cauallo, lleuando sus capitanes delante de sí, a pie y con sus cauallo, lleuándole en medio el Arçobispo de Los Reyes y el Obispo del Cuzco y el Obispo de Quito y el Obispo de Bogotá, que auía venido por la vía de Cartajena a recebir la consagración al Perú (...) 301

Bombón


Cita Número de página
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379

Brasil


Cita Número de página
Esta tierra tiene el río Marañón azia la parte del Septentrión, y al Oriente la tierra del Brasil, que poseen los portugueses, y al Mediodía el río de la Plata; y también dizen que ay allí aquellas mugeres amazonas de que Orellana tuuo noticia. 181

bufeos


Cita Número de página
Manteníanse de las mesmas viandas de los indios, especialmente pescado, porque eran grandes pescadores, a lo qual yuan en balsas, cada vno en la suya, porque no podía lleuar más, con nauegar tres cauallos en vna balsa; apeauan la mar en dos braças y media: holgauan mucho de topar tiburones o bufeos o otros peces muy grandes porque tenían más que comer; comía cada vno más de trynta indios ... 35

bulto/bultos


Cita Número de página
Tienen en esta prouincia las puertas de los templos azia el Oriente, tapadas con vnos parametros de algodón, y en cada templo ay dos figuras de bulto de cabrones negros, ante las quales siempre queman leña de árboles que huelen muy bien, que allí se crian, y, rompiéndoles la corteza, destila dellos vn licor, cuyo olor traciende tanto que da fastidio; y si con él vntan algún cuerpo muerto y se lo echan por la garganta, jamás se corrompe. 33
Vieron los españoles en Puerto Viejo dos figuras de bulto destos gigantes, vna de hombre y otra de muger. 35
…y estos sacerdotes reciben las ofrendas que a los ydolos se ofrecen y las entierran en los templos, porque todos ofrecen de plata o de oro el bulto y ymagen de aquella cosa por quien ruegan a la guaca, y éstos son los que sacrifican los ganados y los hombres y catan las señales en los coraçones y liuianos de los hombres y de los animales que sacrifican, y hasta que en algunos hallauan aquellas señales que ellos buscauan, no dexauan de sacrificar; quando començauan que dezían que en tanto que aquellas señales no se mostrauan, que sus ydolos no eran contentos de aquel sacrificio... 52
Ponen sobre sus sepulturas sus bultos hechos de palo y a la otra gente común demuestran el oficio que tenían poniéndoles allí pintadas las insignias de tal oficio, especialmente si era hombre de guerra. 54

cacique/caciques


Cita Número de página
La ciudad del Cuzco antes de los christianos era el assiento y Corte de los reyes de aquella prouincia y desde ella se gouernaua tanta distancia de tierra como está declarado y se declarará, y allí acudían los caciques de todas partes, assí a traer los tributos del Señor como a tratar sus negocios y a pedir su justicia vnos contra otros, y en toda la prouincia no auía otro lugar poblado de indios ni que tuuiesse forma de ciudad sino ésta, donde ay vna muy buena fortaleza labrada de piedras quadradas tan grandes que causa admiración auerse podido traer allí a fuerça de indios, sin ayuda de bueyes ni mulas ni otros animales, porque ay muchas piedras que no la mouerán diez pares de bueyes cada vna dellas. 48
…y los caciques y los señores no emprenden cosa sin que primero la consulten con los sacerdotes, y los sacerdotes con los ídolos, o con el demonio-por mejor dezir-, y hallaron los españoles en aquellos templos o casas del Sol muchos tinajones llenos de niños secos que auían sacrificado. 52
Los caciques del Perú y todos los principales se entierran en vnas bóuedas, sentados en sus assentamientos que llaman dúos, rebueltos en todas quantas mantas ricas tienen. 54
En todas las prouincias del Perú auía señores principales que llamauan en su lengua curacas, que es lo mesmo que en las Islas solían llamar caciques, porque los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas generales y más comunes yuan amostrados de los nombres en que las llamauan de las yslas de Santo Domingo y Sant Iuan y Cuba, y en Tierra Firme, donde auían biuido, y ellos no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombráuanlas con los vocablos que de las tales cosas trayan aprendidos... 55
…y esto se ha conseruado de tal manera que los mismos indios del Perú, quando hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocablos que han oydo dellos, como al cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacique, y aquel su pan de que está dicho le llaman maíz, con nombrarle en su lengua çara, y al breuaje llaman chicha, y en su lengua, açua; y assí de otras muchas cosas. 55
También los caciques andauan en literas que trayan en los ombros de sus vasallos. 58
Y él lo hizo assí, y despachados los dos mil hombres a gran priessa, se juntaron con ellos los caciques de Tumibamba y los chaparras y paltas y cañares que estauan en aquella comarca. 62
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Y sabido por el Gouernador, dio sobre ellos y los desbarató y prendió al cacique principal, y otro día el real amaneció cercado de gente de guerra. 69
[...] y quanto llegó treynta leguas de Túmbez al río Poechos hizo de paz a todos los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, y hizo buscar y descubrir el puerto de Payta, que era el mejor de aquella costa, y embió al capitán Hernán de Soto a los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, donde, después que algún recuentro con él vuieron, le vinieron de paz. 71
Y Atabaliba no le auía querido dar respuesta ninguna, hasta que llegó Hernando Piçarro, a quien el Gouernador auía embiado tras Hernando de Soto con otra cierta gente de cauallo, sino que hablaua con otro cacique, y aquel cacique con la legua, y la lengua con Soto. 72
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74
Y don Diego y él y toda la otra gente se fueron a Pachacama, donde supieron queles auía venido a recibir el Gouernador desde Xauxa, donde estaua, y antes que don Diego partiesse de Quito quemó biuo al cacique que se le fue la noche que hemos dicho, y quiso hazer lo mismo a Felipillo, si no rogara por él don Pedro de Aluarado. 92
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
Y en este tiempo el Marqués embió a Gómez de Aluarado a conquistar y poblar la prouincia de Guánuco, porque della auían ydo ciertos caciques llamados los Conchucos con mucha gente de guerra sobre la ciudad de Truxillo, y mataron quantos españoles podían, y aun robauan y hazían daño en los mismos indios, sus comarcanos, y los que matauan y lo que robauan lo ofrecían todo a un ydolo que consigo trayan que llamauan Cataquilla. 135
Lo qual sabido por los contrarios, acordaron entre sí que no era bien auenturar el negocio porque a no tener buen sucesso la jornada se cobraría grande ánimo en el Reyno, y era bien que Su Magestad tuuiesse en la tierra gente presta para qualquiera cosa que sucediesse, y con este recaudo se retraxeron poco a poco, poniendo gran diligencia de lleuar consigo gran cantidad de carneros cargados de comida y los caciques principales de la prouincia. 252-253
(…) Y Alonso de Toro los fue siguiendo hasta la villa de Plata, que son ciento y ochenta leguas de la ciudad del Cuzco, y entró dentro y como la vio tan sola, consideró el mal aparejo que tenía par residir allí por no auer comida y estar la tierra alçada por la ausencia de los caciques, y assí acordó de no seguirlos más y, tomando consigo cincuenta hombres, se adelantó para la ciudad del Cuzco (...) 253
De más desto ambos exércitos passaron gran necessidad de comida, en especial el de Gonçalo Piçarro, que yua a la postre, porque el Visorey ponía gran diligencia en alçar los indios y caciques para que el enemigo hallasse el camino desproveydo (…) 263
Diego Centeno llegó en este tiempo a Arequipa, y poco menos de dos días después llegó tras él Caruajal, y Diego Centeno estaua esperando el nauío y, viendo que no venía nueua dél y que el enemigo se le acercaua y él no se hallaua con más de ochenta hombres, determinó derramar aquéllos, y él con solos dos amigos se fue a los montes y se escondió en vna cueua, donde estuuo sin que pudiesse ser hallado hasta la venida del licenciado De la Gasca, dándole de comer el cacique cuya era la tierra por su persona, sin descubrirlo a nadie. 290
Embió a Pedro de Bustincia con cierta gente que fuesse a tomar los caciques de Andaguaylas y otros comarcanos para que proueyessen de comida el campo, y pocos días después Gonçalo Piçarro se vino al Cuzco con más de quatrocientos hombres, donde se començó apercebir de todo lo necessario, auiendo él y su gente cobrando grande ánimo y soberuia con el vencimiento de la batalla de Guarina por auer sido con tanta ventaja y muertes de sus contrarios, siendo el número de la gente desigual. 362
(…) y luego proueyó que los capitanes Lope Martín y Mercadillo fuessen con cincuenta hombres a la villa de Guamanga, que está treynta leguas más adelante, para tomar los caminos y saber lo que hazía el enemigo y recoger la gente que se viniessen huyendo del Cuzco, y auínoles también que teniendo noticia Lope Martín que Pedro de Bustincia estaua en Andaguaylas haziendo lo que arriba tenemos dicho, se adelantó con quinze arcabuzeros y dio vna noche sobre él y le prendió, y ahorcó algunos de los que con él venían, y tornóse a Guamanga y juntó consigo todos los caciques de la comarca. 363-364
Y después desto, después de tener el Presidente assentada la Audiencia Real en la ciudad de los Reyes, començó a entender en hazer la tassación de los tributos que los indios auían de dar a los españoles, porque hasta entonces nunca se auía hecho por causa de las guerras y reuoluciones que en aquella prouincia vuo desde que se descubrió, sino que cada español tomaua de su cacique el tributo que le daua, y otros que no se auían tan templadamente les pedían mucho más de lo que les podían dar y se lo sacauan por fuerça, y algunos que en esto tenían más desolución lo sacauan con tormentos y muertes de algunos indios, confiados en que por causa de las guerras no se pudiesse auer, o si se pudiesse auer o si se supiessen, no serían dello castigados. 379
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Y en esta sazón aquel indio lengua llamado Felipillo, de que arriba está hecha mención que fue causa de la muerte de Atabaliba, temiendo el castigo que por esto sabía merecer, se huyó del real de don Diego al de don Pedro y lleuó consigo vn cacique principal, dexando concertado con los demás que seguían a don Diego que, en embiándolos él a llamar, se le passassen. 91

camino/caminos/camino real


Cita Número de página
Con las vitorias que Alonso de Aluarado vuo de los indios yendo camino del Cuzco, assí en Pachacama como en Lumichaca (según arriba está dicho), el Ynga y Tiço Yopangui tuuieron por bien de alçar el real de sobre la ciudad de los Reyes. 117
Y yendo el Marqués con este exército por el camino de los llanos, en la prouincia de la La Nasca, a veynte y cinco leguas de Los Reyes, le vinieron nueuas de la buelta de don Diego y de todas las otras particularidades que después della auían sucedido (según arriba se han contado), lo qual sintió con el pesar que era razón. 117
Y Hernando Piçarro le yua siguiendo con cierta gente y le subió vna noche la sierra por vn secreto camino camino y con los arcahuzeros le ganó el passo, de tal manera que a don Diego le conuino huyr. 123
En todo este tiempo estaua tan cerrado el camino del Cuzco que ni por vía de indios ni de españoles no se tenía nueua de lo que allá passaua, saluo saberse que Gonçalo Piçarro auía venido al Cuzco y que toda la gente que se auía huydo de la ciudad de los Reyes y de otras partes auía acudido allí a la fama de la guerra. 198
Y con temor que todos tomaron de vna cosa tan súbita y cruel, ninguno revsó yr con él, y assí sacó de la ciudad hasta cumplimiento de trecientos hombres bien adereçados y se partió camino del Collao azia los Charcas, donde estaua Diego Centeno (…) 262
Con las quales razones hizo mudar de parecer a Gonçalo Piçarro, y en su lugar embió al mismo Iuan de Acosta con dozientos y ochenta hombres que fuesse a hazer lo que estaua cometido al licenciado Caruajal, y llegado camino de Truxillo a la Barranca, que es veynte y quatro leguas de Los Reyes, no passó de allí por lo que adelante se dirá. 331-332
Teniendo Iuan de Acosta su gente en orden y apercebida de todo lo necessario, la sacó de la ciudad de Los Reyes y caminó la vía del Cuzco por el camino de la sierra. 339
Y el día que supo Gonçalo Piçarro que auían de entrar en el [camino]real embió al mestre de campo Caruajal, según fue fama pública, por el camino por donde entendió que venían para que en topando los hiziesse dar garrote a Loaysa y a Cauallos, y quiso su fortuna que se desuiaron del camino real por vna senda, de manera que el mestre de campo los erró. 210-211
Y assí, pareciéndoles a los indios que era justo hazerle camino nueuo por donde boluiesse victoriosos de la conquista, porque auía sujetado la prouincia, hizieron vn camino por toda la [sic: cordillera] de la sierra, muy ancho y llano, rompiendo ygualando las peñas donde era menester y ygualando y subiendo las quebradas de manpostería, tanto que algunas vezes subían la lauor desde quinze y veynte estados de hondo, y assí dura este camino por espacio de las quinientas leguas. 56-57
Y no contentos con auer hecho tan insigne obra, quando otra vez el mismo Guaynacaua quiso voluer a visitar la prouincia de Quito, a que era muy aficionado por auerla él conquistado, tornó por los llanos, y los indios le hizieron en ellos otro camino de casi tanta dificultad como el de la sierra, porque en todos los valles adonde alcança la frescura de los ríos y arboledas que, como arriba está dicho, comúnmente ocupan vna legua, hizieron vn camino que casi tiene quarenta pies de ancho, con muy gruessas tapias del vn cabo y del otro y quatro o cinco tapias en alto... 57
Y en Quito tomó nueua muger, hija del señor de la tierra, y della vuo vn hijo que se llamó Atabaliba, a quien él quiso mucho; y dexándole debaxo de tutores en Quito, tornó a visitar la tierra del Cuzco, y en esta buelta le hizieron el camino tan trabajoso de la Sierra, de que está hecha relación. 61
Después de auer estado en el Cuzco algunos años, determinó boluerse a Quito, assí porque le era más agradable aquella tierra como por el deseo de ver Atabaliba, su hijo, a quien él quería más que a los otros; y assí, boluió a Quito, por el camino que hemos dicho de los llanos, donde biuió y tuuo su assiento lo restante de la vida hasta que murió, y mandó que aquella prouincia de Quito, que él auía conquistado, quedasse para Atabaliba, pues auía sido de sus abuelos. 61
Mas Rodrigo Orgoños estaua en el camino real con toda su gente y artillería aguardando, muy fuera deste pensamiento, creyendo que no le podrían entrar por otra parte a causa de vna cienaga que allí auía. 125
Y para desuelar el Presidente los enemigos y que no supiessen dónde auían de acudir a resistir los reparos, mandó traer materiales a tres lugares para reedificar las puentes, la una que estaua en el camino real y la otra en el valle de Cotabamba, que era doze leguas más arriba, y la otra en vnos pueblos de don Pedro Portocarrero, que era mucho más arriba (...) 366
Y assí lo hizieron, y él con algunos de los suyos se desuió del camino real, temiendo encontrar con Marchena, y como en aquella tierra ay tantas espessuras y ríos y arroyos y él estaua poco diestro en los passos, se ahogó en vn río, y algunos de los suyos fueron presos y otros nunca más se supo dellos. 387-388
Por la sucessión destos yngas vino el señorío a vno dellos que se llamó Guaynacaua (que quiere dezir 'mancebo rico'), que fue el que más tierras ganó y acrecentó a su señorío y el que más justicia y razón tuuo en la tierra, y la reduxo a policía y cultura tanto que parecía cosa impossible vna gente bárbara y sin letras regirse con tanto concierto y orden y tenerle tanta obediencia y amor sus vassallos, que en seruicio suyo hizieron dos caminos en el Perú, tan señalados que no es justo que se queden en oluido, porque ninguna de aquellas que los autores antiguos contaron por las siete obras más señaladas del mundo se hizo con tanta dificultad y trabajo y costa como éstas. 56
Demás de la obra y gasto destos caminos mandó Guaynacaua que en el de la sierra, de jornada a jornada, se hiziessen vnos palacios de muy grandes anchuras y aposentos, donde pudiesse caber su persona y casa con todo su exército, y en el que Llanos otros semejantes, aunque no se podrían hazer tan menudos y espessos como los de la sierra, sino a la orilla de los ríos, que, como tenemos dicho, están apartados ocho o diez leguas, y en partes quinze y veynte. 58
En el qual camino trabajó y padeció mucho, assí por ser los caminos muy largos y faltos de comida como porque él yua muy enfermo y no estaua habituado en semejantes necessidades (…) 163

camotes


Cita Número de página
Las viandas que en aquella tierra comen los indios son maíz cozido y tostado, en lugar de pan, y carne de venados, cecinados a manera de moxama, y pescado seco y vnas rayzes de diuersos géneros, que ellos llaman yucas y axís y amotes [sic: camotes] y papas y otras, de otras maneras, y altramuces y otras legumbres. 46

canoas


Cita Número de página
Y, juntando los exércitos y enbiando por más gente, se rehizieron de hasta dozientos españoles y tornaron a nauegar la costa arriba en los dos nauíos y en tres canoas que auían hecho, en la qual nauegación passaron muchos y muy grandes trabajos porque toda la costa es anegada de los esteros de muchos ríos que en ella entran en la mar, con abundancia de lagartos, que los naturales llaman caymanes, que son vnas bestias que se crían en las bocas de aquellos ríos, tan grandes que comúnmente tienen a veynte y veynte y cinco pies de largo, y, en sintiendo en el agua qualquiera persona o bestia, le muerden y lleuan debaxo del agua, donde le comen, y especialmente huelen mucho los perros; salen a desouar en la arena, donde entierran gran cantidad de hueuos, y los crían en seco; y ellos andan por la arena no muy ligeros, y después se acogen al agua, en lo qual y en otras particularidades que en ellos se hallan parecen muy semejantes a los cocodrilos del Nilo. 28
Y assimismo padecían mucha hambre porque no hallauan comida sino la fruta de vnos árboles llamados mangles, de que ay abundancia en aquella ribera, que son muy rezios y altos y derechos, y, por criarse en el agua salada, la fruta es también salada y amarga, pero la necesidad les hazía que se sustentassen con ella y con algún pescado que tomauan y con marisco y cangrejos, porque en toda aquella costa no se cría mayz; y assí andauan remando en las canoas contra la gran corriente del mar, que siempre corre azia el Norte, y ellos yuan al Sur. 28
Hazen las casas de vnas gruessas cañas que allí se crían; el oro que allí nace es de baxa ley; ay pocas frutas; nauegan la mar con canoas falcadas, que son cauadas en troncos de árboles, y con balsas. 34
Y assí finalmente dieron cabo en la obra y echaron el bergatín al agua, metiendo en él todo el fardaje, y juntamente con él hizieron ciertas canoas que lleuauan con el bergatín. 139
Y assí se fue, sin dexar las dos canoas, casi amotinado y alçado, porque muchos de los que con él yuan le requerieron que no excediesse de la orden de su General, especialmente Fray Gaspar de Caruajal, de la Orden de los Predicadores, que, porque insistía más que los otros en ello, le trató muy mal de obra y palabra. 140
Y assí siguió su camino, haziendo algunas entradas en la tierra y peleando con los indios que se le defendían, porque salían a él muchas vezes en el río gran número de canoas, y por yr tan apretados en el bergatín no podían pelear con ellos como conuenía. 140
Y quando Gonçalo Piçarro vio que mas de dozientas leguas auían caminado el río abaxo y que no hallauan que comer sino frutas siluestres y algunas rayzes, mandó a vn capitán suyo llamado Francisco de Orellana que con cincuenta hombres se adelantasse por el río a buscar comida, con orden que si la hallaua, cargasse della el bergatín, dexando la ropa que él lleuaua a las juntas de dos grandes ríos, que tenían noticia que estauan ochenta leguas de allí, y que le dexasse dos canoas en vn río que atrauessauan, para que en ellos passasse la gente. 140
Llegando Gonçalo Piçarro con su gente adonde auía mandado a Orellana que le dexasse las canoas para passar ciertos ríos que entrauan en aquel río grande, y no las hallando, tuuo gran trabajo en passar la gente de la otra parte, y le fue forçado hazer nueuas balsas y canoas para ello, en que passó muy gran trabajo. 142

cañares


Cita Número de página
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Y él lo hizo assí, y despachados los dos mil hombres a gran priessa, se juntaron con ellos los caciques de Tumibamba y los chaparras y paltas y cañares que estauan en aquella comarca. 62
Continuando y siguiendo Atabaliba la vitoria, determinó yr sobre su hermano, y llegando a la prouincia de los cañares, mató sesenta mil hombres dellos, porque le auían sido contrarios, y metió a fuego y a sangre y assoló la población de Tumibamba, situada en vn llano, ribera de tres grandes ríos, la qual era muy grande, y de allí fue conquistando la tierra [...] 63
(…) y después de la prisión de Atabaliba embió por su teniente desde Caxamalca a San Miguel al capitán Benalcáçar con diez de cauallo, al qual por este tiempo se le vinieron a quexar los indios cañares que Rumiñagüi y los otros indios de Quito les dauan continua guerra, lo qual fue a coyuntura que de Panamá y de Nicaragua auía venido mucha gente (...) 87
Y dellos tomó Benalcáçar dozientos hombres, los ochenta de cauallo, y con ellos se fue la via de Quito, assí por defender a los cañares que se auían dado por amigos como porque tenía noticia que en Quito auía gran cantidad de oro que Atabaliba auía dexado. 87
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
Recebidos por el Visorey estos auisos, considerando la ventaja que tenía a Pedro de Puelles y que ya no esperaua ningún socorro de ninguna parte, determinó partirse de Popayán la vía de Quito, sin que en todo el camino pudiesse saber nueua alguna de Gonçalo Piçarro y de su gente por el gran recado que tenía puesto por los caminos, y atajados todos los passos, assí para christianos como para indios, caso que él tenía cada día nueuas de la jornada que el Visorey hazía y dónde y cómo llegaua, por vía de los indios cañares, que son muy cursados en toda la tierra. 279-280

Çapalla Ynga


Cita Número de página
…y al principal dellos llamaron Çapalla Ynga, que es 'solo señor', aunque algunos quieren dezir que le llamaron Ynga Viracocha, que es tanto como espuma o grassa de la mar, porque, como no sabían el origen de la tierra donde vino, creyan que se auía criado de aquella laguna... 55

capitán/capitanes


Cita Número de página
Y mantenía con yeruas y frutas siluestres las gentes que crió hasta que de la parte del mediodía vino otro hombre más poderoso que se llamaua Pachacama, que quiere dezir criador, que también era hijo del Sol y de la Luna, y que con su venida desapareció Con, y, quedando aquellas sus gentes sin capitán, Pachacama les conuertió en aues y en monos y gatos y ossos y leones y papagayos y otras aues que andan por aquella tierra, y que éste crió los indios que agora son y dio industria para labrar la tierra y árboles, y le tenían por dios, y todos los principales que en la tierra morían se yuan a enterrar a la prouincia que de su nombre se llamó Pachacama, donde él residía, que es quatro leguas de la ciudad de los Reyes. 50
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
Y ya que llegauan a vna prouincia llamada Chaparra, vieron a desora sobre dos mil indios que venían dos o tres jornadas delante de Quizquiz con vn capitán que se llamaua Sotaurco, porque el Quizquiz tenía esta orden en su camino, que delante embiaua aquel capitán y gente, y a la parte yzquierda yuan otros tres mil indios recogiendo comida por los pueblos comarcanos, y en la retaguardia, dos jornadas de sí, traya otros tres o quatro mil indios, y él yua en medio con el cuerpo del exército y con el ganado y gente presa, de manera que ocupaua su campo quinze leguas de término, y más. 93
Estos señores mantenían en paz sus indios y eran sus capitanes en las guerras que tenían con sus comarcanos, sin tener señor general de toda la tierra hasta que de la parte del Collao, por vna gran laguna que allí ay, llamada Titicaca, que tiene ochenta leguas de bojo, vino vna gente muy belicosa, que llaman yngas, los quales andan trasquilados, y las orejas horadadas, y metidos en los agujeros vn pedaço de oro redondo, con que los van ensanchando; estos tales se llaman ringrim [sic: rinri] , que quiere dezir oreja. 55
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Y llegando cerca del exército de Guáscar, por no ser sentidos, se desviaron del camino por vn atajo, por el qual acaso se auía también apartado el mesmo Guáscar con sietecientos hombres de sus principales por salir del ruido del exército, y topándole, pelearon con él y le desbarataron la gente y le prendieron, y, teniéndole preso, venía ya todo el exército sobre ellos, y los cercaron por todas partes, donde no dexaran ninguno biuo, porque auía más de treynta para vno; si los capitanes de Atabaliba no dixeran a Guáscar, viendo venir su gente, que los mandasse boluer, si no, que luego le cortarían la cabeça. 63
Y sabida tan buena ventura, como acaso sucedió por Atabaliba, embió a mandar a sus capitanes que le traxessen a su hermano preso allí a Caxamalca, donde les esperaua. 63
Atabaliba tardó gran parte del día en ordenar a su gente, y señalando lugar por donde cada capitán auía de entrar, y mandó que por cierta parte secreta azia la parte por donde auían entrado los christianos se pussiese vn capitán suyo llamado Rumiñagüi con cinco mil indios para que guardasse las espaldas a los españoles y matasse a todos los que boluiessen huyendo. 74
Pues esta manera caminaron Hernando de Soto y Pedro del Barco la vía del Cuzco, y a pocas jornadas de Caxamalca toparon los capitanes y gente de Atabaliba que trayan preso a Guáscar, su hermano, el qual como supo de los christianos, los quiso hablar y habló [...] 78
Por lo qual determinó de hazer matar a Guáscar, aunque le ponía temor para no lo hazer auer oydo muchas vezes a los christianos que vna de las leyes que principalmente se guardauan entre ellos era que el que mataua a otro auía de morir por ello, y assí acordó tentar el ánimo del Gouernador para ver que sentiría sobre el caso, lo qual hizo con mucha industria, que vn día fingió estar muy triste y llorando y solloçando, sin querer comer ni hablar con nadie, y aunque el Gouernador le importunó mucho sobre la causa de su tristeza, se hizo de rogar en dezirla, y en fin le vino a dezir que le auían traydo nueua que vn capitán suyo, viéndole a él preso, auía muerto a su hermano Guáscar, lo qual él auía sentido mucho porque le tenía por hermano mayor, y aun por padre, y que si le auía hecho prender, no auía sido con intención de hazerle ningún daño en su persona ni Reyno, saluo para que le dexasse en paz la prouincia de Quito, que su padre le auía mandado, después de auerla ganado y conquistado, y siendo cosa fuera de su señorío. 79-80
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
(…) y después desto algunos capitanes de Atabaliba, conforme a lo que él dexó mandado, lleuaron su cuerpo a la prouincia de Quito a enterrar con su padre Guaynacaua, los quales Rumiñagüi recibió muy honrada y amorosamente y hizo enterrar el cuerpo con gran solemnidad, según la costumbre de la tierra, y después hizo hazer vna borrachera, en la qual estando borrachos los capitanes que auían traydo el cuerpo los mató a todos, y entre ellos aquel Yllescas, hermano de Atabaliba, al qual hizo desollar biuo, y del cuero hizo vn atambor, quedando la cabeça colgada en el mismo atambor. 85
Después desto, auiendo el Gouernador repartido todo el oro y plata que vuo en Caxamalca, porque supo que vno de los capitanes de Atabaliba llamado Quizquiz andaua con cierta gente alborotando la tierra, partió contra él. 85
Atabaliba vuo su consejo con dos capitanes de su padre, muy esforçados y cursados en la guerra, el vno llamado Quizquiz y el otro, Cilicuchima [sic: Chilicuchima], los quales le aconsejaron que no esperasse a que su hermano viniesse sobre él, sino que él fuesse primero, pues con el exército que tenía era parte para enseñorearse de todas las prouincias por do passasse y yr cada día acrecentándole, de manera que su hermano tuuiesse por bien de confederarse con él. 62

Carabaya


Cita Número de página
Y también los mineros que andauan sacando oro en Carabaya y otros ríos lo dexaron todo y acudieron allí porque hallauan sin comparación muy mayor prouecho, y los que entienden en aquel trato hallan grandes señales de la perpetuydad y continuación de la mina. 299

Caraque


Cita Número de página
Es costa de gran pesquería y muchas ballenas; en vnos pueblos desta prouincia, que llaman Caraque, tenían sobre las puertas de los templos vnas figuras de hombres con vna vestidura de la misma hechura de almática de diácono. 34

caribes


Cita Número de página
Los moradores de aquella tierra son caribes, que comen carne humana, y es la tierra tan caliente que andan desnudos con solas vnas Mantas rebueltas al cuerpo. 181

carneros


Cita Número de página
Lo qual sabido por los contrarios, acordaron entre sí que no era bien auenturar el negocio porque a no tener buen sucesso la jornada se cobraría grande ánimo en el Reyno, y era bien que Su Magestad tuuiesse en la tierra gente presta para qualquiera cosa que sucediesse, y con este recaudo se retraxeron poco a poco, poniendo gran diligencia de lleuar consigo gran cantidad de carneros cargados de comida y los caciques principales de la prouincia. 252-253
Con este tan buen sucesso començó Caruajal a juntar dineros, en lo qual se dio tan buena maña que con poner en su cabeça todos los indios yanaconas de los vezinos muertos y huydos que le auían sido contrarios y con hazer lleuar más de diez mil carneros cargados de comida, de los indios de Su Magestad y otras partes, en breue tiempo juntó más de setecientos mil pesos, sin dar parte ninguna dellos a los soldados que le auían seguido, de lo qual se començaron tanto a desabrir que trataron de lo matar. 299

Carrochamba


Cita Número de página
Llegando a la ciudad de Sant Miguel y sabiendo que en los términos della auía muchos indios de guerra, mandó que para la conquista dellos se hiziesse vna nueua población en la prouincia de Garrochamba [sic: Carrochamba], para hazer desde allí las entradas, y dexó por cabeça al capitán Mercadillo con ciento y treynta hombres hombres , repartiendo entre ellos la población (...) 301

casa del sol/casas del sol


Cita Número de página
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del Sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
…y los caciques y los señores no emprenden cosa sin que primero la consulten con los sacerdotes, y los sacerdotes con los ídolos, o con el demonio-por mejor dezir-, y hallaron los españoles en aquellos templos o casas del Sol muchos tinajones llenos de niños secos que auían sacrificado. 52

Casabindo


Cita Número de página
Y assí se metieron por vn despoblado de más de quarenta leguas hasta llegar a vn sitio que se llama Casabindo, por donde Diego de Rojas entró al río de la Plata (…) 253
En tanto que estas muertes se hizieron en Guamanga, llegaron al capitán Caruajal las nueuas de lo que arriba tenemos dicho, que Diego Centeno, revsando la batalla con Alonso de Toro, se retraxo por el despoblado a la prouincia de Casabindo. 261

Catámez


Cita Número de página
Y por auérseles muerto a estos capitanes mucha gente, assí de hambre como en las refriegas de los indios, se acordó que don Diego boluiesse a Panamá por gente, donde traxo ochenta hombres, y con ellos los que auían quedado biuos pudieron llegar hasta la tierra que se llamaua Catámez, que era ya fuera de aquellos manglares, tierra de mucha comida y medianamente poblada, donde todos los indios que salían de guerra trayan sembradas las caras con clauos de oro en agujeros que para ello tenían hechos, y por ser la tierra tan poblada no passaron adelante, hasta que don Diego de Almagro tornó a Panamá por más gente, y entre tanto se boluió don Francisco Piçarro a le esperar a vna pequeña ysla que estaua junto a la tierra, que llamaron la ysla del Gallo, donde quedó padeciendo harta necessidad de todo lo necessario. 28-29

Cataquilla


Cita Número de página
Y en este tiempo el Marqués embió a Gómez de Aluarado a conquistar y poblar la prouincia de Guánuco, porque della auían ydo ciertos caciques llamados los Conchucos con mucha gente de guerra sobre la ciudad de Truxillo, y mataron quantos españoles podían, y aun robauan y hazían daño en los mismos indios, sus comarcanos, y los que matauan y lo que robauan lo ofrecían todo a un ydolo que consigo trayan que llamauan Cataquilla. 135

Caxamalca


Cita Número de página
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Y sabida tan buena ventura, como acaso sucedió por Atabaliba, embió a mandar a sus capitanes que le traxessen a su hermano preso allí a Caxamalca, donde les esperaua. 63
Y repartido el oro y plata que allí vnieron, dexando en la ciudad solo los vezinos, el Gouernador se partió con toda la otra gente a la prouincia de Caxamalca porque supo que estaua allí Atabaliba. 71
Partido el Gouernador para Caxamalca, passó con todo su exército gran necessidad de sed en vn despoblado de veynte leguas en que no ay agua ni árboles, sino toda arena seca y muy calurosa, que es desde donde agora está poblado la ciudad de Sant Miguel hasta la prouincia de Motupe, en la qual halló vnos frescos valles, y bien poblados, donde pudo bien reformar la gente con la abundancia de comida que allí auía [...] 72
Y como el mensajero se partió, el Gouernador fue tras él, caminando con mucho auiso porque los indios no viniessen al camino a darle salto, y quando llegó a Caxamalca, topó otro mensajero que le vino a dezir que no se aposentasse sin mandado de Atabaliba. 72
A lo qual respondió Atabaliba que él sería contento de su amistad conque boluiesse a los indios todo el oro y plata que en su tierra auía tomado y se fuesse luego della, y que para dar orden en esto, otro día se yría a ver con el Gouernador al tambo de Caxamalca. 72-73
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74
(…) y el Gouernador se le ofreció que él lo trataría muy bien, y Atabaliba se lo agradeció mucho y luego por toda la tierra hizo mensajeros, especialmente al Cuzco, para que se recogiesse el oro y plata que auía prometido para su rescate, que era tanto que parecía impossible cumplirlo, porque les auía de dar vn portal muy largo que estaua en Caxamalca, hasta donde el mismo Atabaliba estando de pie pudo alcançar con la mano, todo el derredor lleno de vasijas de oro (según he dicho), y para este efeto hizo señalar esta altura con vna línea colorada al derredor del portal. 77
Y como Atabaliba era hombre de tan buen juyzio, entendió el descontento de los christianos y preguntó al Marqués la causa dello, el qual se la dixo, y él le replicó que no tenía razón de quexarse de la dilación, pues no auía sido tanta que pudiesse causar sospecha, y que deuían tener consideración a que la principal parte de donde se auía de traer aquel oro era la ciudad del Cuzco y que desde Caxamalca a ella auía cerca de dozientas leguas muy largas y de mal camino y que auiéndose de traer sobre ombros de indios no deuían tener aquella por tardança larga, y que ante todas cosas ellos se satisfiziessen si les podía dar lo que les auía prometido o no, y que hallando que era verdadera la possibilidad, les hazía poco al caso que tardasse vn mes más o menos, y que esto se podría hazer con darle vna o dos personas que fuessen al Cuzco a lo ver y que les pudiessen traer las nueuas. 77-78
Pues esta manera caminaron Hernando de Soto y Pedro del Barco la vía del Cuzco, y a pocas jornadas de Caxamalca toparon los capitanes y gente de Atabaliba que trayan preso a Guáscar, su hermano, el qual como supo de los christianos, los quiso hablar y habló [...] 78
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
Y como no quiso venir el indio, Hernando Piçarro determinó de yr allá y le habló, aunque todos tuuieron por demasiada osadía la que Hernando Piçarro tuuo en yrse a meter en poder de su enemigo bárbaro y tan poderoso; en fin, le dixo y prometió tales cosas que le hizo derramar la gente y yrse con él a Caxamalca a ver a Atabaliba, y por boluer más presto vinieron por las cordilleras de vnas sierras neuadas, donde vnieran de perecer de frío. 80-81
Estando el Gouernador don Francisco Piçarro en la prouincia de Poechos antes que llegasse a Caxamalca, como está dicho, recibió vna carta sin firma, que después se supo auerla escrito vn secretario de don Diego de Almagro desde Panamá, dándole auiso cómo don Diego auía hecho vn gran nauío para con él y con otros embarcarse con la más gente que pudiesse y yrle a tomar la delantera y a possessionarse en la mejor parte de la tierra, que era passados los límites de la Gouernación de don Francisco, la qual, conforme a las prouisiones que auía lleuado de Su Magestad, duraua desde la línea equinocial dozientas y cincuenta leguas adelante nortesur, de la qual carta el Gouernador a nadie dió parte. 82
Y porque tuuo noticia del auiso que se auía dado al Gouernador, ahorcó su secretario, y con toda aquella gente se fue a juntar con el Gouernador a Caxamalca, donde halló ya junta gran parte del rescate de Atabaliba, con grande admiración de los vnos y de los otros porque no se creya auerse visto en el mundo tanto oro y plata como allí auía. 82
Aquel capitán de Atabaliba llamado Rumiñagüi, que arriba diximos que huyó de Caxamalca con cinco mil indios, en llegando a la prouincia de Quito, tomó en poder los hijos de Atabaliba y se apoderó en la tierra, haziéndose obedecer por señor della, y después Atabaliba, poco antes que muriesse, embió a su hermano Yllescas a la prouincia de Quito para traer a sus hijos, y el Rumiñagüi le mató y no se los quiso dar (...) 85
Después desto, auiendo el Gouernador repartido todo el oro y plata que vuo en Caxamalca, porque supo que vno de los capitanes de Atabaliba llamado Quizquiz andaua con cierta gente alborotando la tierra, partió contra él. 85
Y allí vuieron tan gran presa como la de Caxamalca de oro y plata, la qual el Gouernador repartió entre la gente, y pobló la ciudad que era la cabeça de la tierra entre los indios, y assí lo fue mucho tiempo entre los christianos; y repartió los indios entre los vezinos que allí quisieron quedar, porque a muchos no les pareció poblar en la tierra, sino venirse con lo que les auía cabido en Caxamalca y Cuzco a gozarlo en España. 86
(…) y después de la prisión de Atabaliba embió por su teniente desde Caxamalca a San Miguel al capitán Benalcáçar con diez de cauallo, al qual por este tiempo se le vinieron a quexar los indios cañares que Rumiñagüi y los otros indios de Quito les dauan continua guerra, lo qual fue a coyuntura que de Panamá y de Nicaragua auía venido mucha gente (...) 87
Y como le traxo tanta nueua de la gran cantidad de oro que el Gouernador don Francisco Piçarro auía auido, determinó de passar allá, pareciéndole que, entretanto que don Francisco Piçarro y su gente se desembaraçauan de lo que ternían que hazer en Caxamalca, él podría llegar la costa arriba a ganar la ciudad del Cuzco, que, conforme a lo que arriba está dicho, tenía entendido que caya fuera de las dozientas y cincuenta leguas de los límites de la gouernación de don Francisco Piçarro (...) 89
(…) y allí lleuaua determinación de matar vn vezino llamado Melchior Verdugo porque se auía siempre mostrado por el Visorey, y él, siendo auisado, se auía acogido a la prouincia de Caxamalca, que eran los indios de su encomienda, y por la priessa que el maestre de campo lleuaua no se quiso detener a seguirle. 259
En la ciudad de Truxillo auía vn conquistador cuya era la prouincia de Caxamalca, llamado Melchior Verdugo, natural de la ciudad de Auila, el qual desque el Visorey Blasco Núñez Vela vino a la tierra pretendió seruirle y fauorecerle por ser natural de la mesma ciudad de Auila, y assí fue en su seruicio a la ciudad de los Reyes y estuuo allí hasta aquel día, que arriba tenemos dicho, que el Visorey determinó de despoblar aquella ciudad y retirarse a la de Truxillo, mandó a Melchior Verdugo que, fuesse delante para assegurar la ciudad y tener recogida la gente y armas que en ella vuiesse, y para todo ello le dio muy bastantes comissiones. 273
(…) y aunque después le reduxo en su gracia Gonçalo Piçarro, nunca fue tan enteramente que no le quedasse dél sospecha, aunque nunca tuuo espacio ni oportunidad para executar en él lo que hazía en los otros hasta que el capitán Caruajal fue de Quito contra Centeno, que en el camino le quisiera auer en su poder si él no se recogiera a sus indios de Caxamalca, que tenemos dicho, y en passando Caruajal se boluió a su casa en Truxillo, teniendo entendido que cada y quando que Gonçalo Piçarro lo pudiesse auer, executaría en él el enojo que tenía. 273
Y auiendo proueydo Diego de Mora a toda la armada del refresco necessario, aquella noche se vinieron al puerto, y sin saltar en tierra se ordenó que Diego de Mora con toda aquella gente se fuesse a la prouincia de Caxamalca para que allí con más seguridad pudiessen esperar el tiempo en que fuesse necessaria su ayuda y en el entretanto recoger la gente que por allí acudiesse. 325
Y assí fue hasta la ciudad de Truxillo, donde estuuo vn solo día, temiendo que Diego de Mora venía sobre él desde Caxamalca, y también porque supo que los nauíos estauan en el puerto de Santa, y determinó yr allá. 330-331
Y luego se determinó que el licenciado Caruajal fuesse con trecientos arcabuzeros de cauallo y con la gente de Iuan Acosta la costa abaxo hasta llegar a Caxamalca y deshazer a Diego de Mora. 331
Llegando a Gonçalo Piçarro las nueuas de todo lo sucedido en el Cuzco, y el alçamiento de Centeno y muerte de Antonio de Robles, y viendo por algunas conjeturas que para ello tenía que la gente de Sant Miguel auía alçado vandera por Su Magestad y que los capitanes Mercadillo y Porcel se auían juntado con Diego de Mora en Caxamalca, por manera que no le quedaua sino solamente la gente que tenía en Los Reyes y la de Pedro de Puelles que estaua en Quito, de quien él tenía seguridad no le faltaría (...) 336
Y hecho esto, proueyó que Pedro Alonso de Hinojosa, su General, caminasse con la gente hasta juntarse con los capitanes y exército que residía en Caxamalca para que de todos se hiziesse vn cuerpo, y Paulo de Meneses fue con el armada por mar. 355
Ya se ha contado arriba cómo el Presidente, no queriendo entrar en la ciudad de los Reyes, caminó por la sierra la vía del valle de Xauxa, lleuando consigo la gente que auía traydo de Tierra Firme y la que los capitanes Diego de Mora y Gómez de Aluarado y Iuan de Sauedra y Porcel y los demás tenían junta en Caxamalca y embiando a mandar al capitán Salazar, que estaua en Quito, que caminasse con la suya hasta se juntar con él, proueyendo demás desto que el capitán Lorenço de Aldana con la gente de su armada y la de la ciudad de los Reyes saliesse en su rastro. 363

Caxas


Cita Número de página
Y poco antes que llegasse supo el Visorey la venida del exército y mandó tocar alarma, diziéndo que les quería salir al camino y dar batalla, y ya que tuuo la gente junta y fuera de la ciudad, començó a caminar por otra parte hasta la cuesta de Caxas (...) 241-242

caymanes


Cita Número de página
Y, juntando los exércitos y enbiando por más gente, se rehizieron de hasta dozientos españoles y tornaron a nauegar la costa arriba en los dos nauíos y en tres canoas que auían hecho, en la qual nauegación passaron muchos y muy grandes trabajos porque toda la costa es anegada de los esteros de muchos ríos que en ella entran en la mar, con abundancia de lagartos, que los naturales llaman caymanes, que son vnas bestias que se crían en las bocas de aquellos ríos, tan grandes que comúnmente tienen a veynte y veynte y cinco pies de largo, y, en sintiendo en el agua qualquiera persona o bestia, le muerden y lleuan debaxo del agua, donde le comen, y especialmente huelen mucho los perros; salen a desouar en la arena, donde entierran gran cantidad de hueuos, y los crían en seco; y ellos andan por la arena no muy ligeros, y después se acogen al agua, en lo qual y en otras particularidades que en ellos se hallan parecen muy semejantes a los cocodrilos del Nilo. 28

Chachapoyas


Cita Número de página
Y este descubrimiento se hizo por orden del licenciado Vaca de Castro, siendo Gouernador de aquella prouincia, que por la parte de Sant Miguel embió al capitán Porcel y mucho más arriba, por la prouincia de los Chachapoyas, embió a Vergara, creyendo que yuan por diuersas entradas, caso que ellos después se toparon y aun tuuieron diferencia sobre a quién pertenescía. 47
Mas adelante otras ochenta leguas ay vna prouincia que se dize de los Chachapoyas, donde ay vna población de christianos que se intitula Leuanto, tierra fértil de comida y de razonables minas; es la prouincia muy fuerte y segura porque está cercada casi por todas partes de vn muy hondo valle, por el qual va vn río que le cerca por la mayor parte, que cortando las puentes dél auría mucha dificultad de conquistarla. 47
Y hecho esto, don Diego se adereçó y se fue su jornada con más de quinientos hombres que le siguieron, y el Gouernador se boluió a la ciudad de los Reyes y embió a Alonso de Aluarado a conquistar la tierra de los Chachapoyas, que es a sesenta leguas de la ciudad de Truxillo la sierra adentro, en la qual conquista passó mucho trabajo él y los que con él fueron, hasta que poblaron y pacificaron aquella tierra, quedándole a él encomendada la gouernación y justicia della. 97
Aunque estando para se partir les llegó el capitán Alonso de Aluarado con toda la gente que traya en el descubrimiento de los Chachapoyas, porque el Marqués les auía embiado a mandar que, dexada la conquista, los viniesse a socorrer. 114
(…) y aunque en las más fue recebido por el miedo que dél se tenía, en los Chachapoyas, donde era teniente Alonso de Aluarado, en llegando los mensajeros los prendió y se alçó y hizo fuerte en la tierra, confiando en la fortaleza della y en cien hombres que tenía (...) 156
Y al tiempo que passó por Truxillo quiso baxar a dar sobre él Alonso de Aluarado, si no se lo estoruara el pueblo de Leuanto, que es en los Chachapoyas. 160
Pedro de Puelles lo hizo como el Visorey se lo mandó y no solamente tuuo aparejada la gente de la ciudad, mas aun detuuo allí ciertos soldados que auían acudido de la prouincia de los Chachapoyas en compañía de Gómez Solís y de Bonifaz, y estuuo esperando el mandado del Visorey, el qual, quando le pareció tiempo, embió a Ierónimo de Villegas, natural de Burgos, con vna carta para Pedro de Puelles, que luego le acudiesse con toda la gente. 206
Y a esta sazón supieron estos capitanes que el Visorey auía embiado vn capitán suyo llamado Iuan de Pereira a la prouincia de los Chachapoyas a conuocar y juntar todas las gentes que por aquellas partes pudiessen auer, caso que en esta tierra residen pocos españoles (...) 238
Y despacharon mensajeros con cartas y prouisiones para los Chachapoyas y a Guánuco y a Quito y a las entradas de Mercadillo y Porcel para que todos acudiessen al seruicio de Su Magestad. 325

chaco/chacos


Cita Número de página
De todos estos animales hazen los indios vna caça de gran regozijo que ellos llaman chaco. 44
Guaynacaua y su padre dieron orden para tener abundancia de ganados en su tierra, como de aquellas ouejas de la tierra se echassen en los campos cada año cierta cantidad, dedicadas al sol por vía de diezmo, y déstas multiplicauan en gran número, porque si no era el mismo Guaynacaua para su exército, tenían por sacrilegio llegar ninguno a ellas; y quando ellas auía menestar, con mandar hazer vna caça de las que arriba tenemos dicho que llaman chacos, en vn día que podía tomar veynte y treynta mil dellas. 59

Chagre


Cita Número de página
Y adereçando tres o quatro fragatas, se embarcó en ellas con su gente y se fue por el desaguadero de la laguna de Nicaragua a salir a la mar del Norte, y antes que llegasse al Nombre de Dios, en la boca del río Chagre tomó de vn barco ciertos negros ladinos, de quien se informó particularmente de todo lo que en Nombre de Dios passaua y de la gente y capitanes que allí estauan y adonde posauan. 275
(…) a la hora que Marchena sintió el negocio despachó dos negros muy diestros en la tierra, el vno por tierra y el otro por el río de Chagre, por donde auía ydo el Presidente en barcos, porque este río de Chagre nace de vnas cordilleras de sierra que ay entre Panamá y el Nombre de Dios, aguas vertientes a la mar del Sur, y pareciendo que corre azia ella se buelue después por vnas quebradas a meterse en la mar del Norte por espacio de catorze leguas (...) 385
Gouernador por Su Magestad de aquella prouincia, que acaso auía venido en su acompañamiento desde Panamá por el río Chagre. 386

Chaparra


Cita Número de página
Y ya que llegauan a vna prouincia llamada Chaparra, vieron a desora sobre dos mil indios que venían dos o tres jornadas delante de Quizquiz con vn capitán que se llamaua Sotaurco, porque el Quizquiz tenía esta orden en su camino, que delante embiaua aquel capitán y gente, y a la parte yzquierda yuan otros tres mil indios recogiendo comida por los pueblos comarcanos, y en la retaguardia, dos jornadas de sí, traya otros tres o quatro mil indios, y él yua en medio con el cuerpo del exército y con el ganado y gente presa, de manera que ocupaua su campo quinze leguas de término, y más. 93

chaparras


Cita Número de página
Y él lo hizo assí, y despachados los dos mil hombres a gran priessa, se juntaron con ellos los caciques de Tumibamba y los chaparras y paltas y cañares que estauan en aquella comarca. 62

Charcas


Cita Número de página
Y no podiendo Villaoma efetuar su intención en los Charcas, se boluió huyendo al Cuzco. 101
Está a doze leguas de la mar, de cuya causa se espera que se poblará mucho porque suben a él los nauíos con ropa y vino y otros mantenimientos, de donde se prouee la ciudad del Cuzco y la prouincia de los Charcas, adonde acude la mayor parte de la gente de la tierra por causa de la contratación de las minas de Potosí y Porco... 42
Y como Hernando Piçarro supo que el Marqués, su hermano, era venido al Cuzco, se vino a ver con el, dexando en su lugar para que continuasse la conquista a Gonçalo Piçarro, su hermano, que llegó a descubrir hasta la prouincia de los Charcas, donde le cercaron muchos indios de guerra que sobre él vinieron, y le pusieron en tanto aprieto que fue forçado a Hernando Piçarro a boluerlo a socorrer desde el Cuzco con mucha gente de cauallo. 129
Y aquella misma noche se salió y fue donde estaua el capitán Castro, y hizieron sobre ello mensajeros a Pedro Ançúrez, que era teniente de los Charcas, el qual luego alçó vandera por Su Magestad (…) 158
En este tiempo Gonçalo Piçarro, hermano del Marqués don Francisco Piçarro, estava (como es dicho) en sus repartimientos en la prouincia de los Charcas, con hasta diez o doze hombres, amigos suyos, y sabidas las nueuas de la venida del Visorey y la razón della y las ordenanças que venía a executar, de que ya auía tenido noticia, determinó que venirse al Cuzco, debaxo de ocasión de saber nueuas de Castilla y proueer en los despachos que embiaua Hernando Piçarro, su hermano. 192
Y quando Gonçalo Piçarro otro día lo supo, tuuo alterado el exército que muchas vezes estuuo en determinación de tornarse a los Charcas con cincuenta de cauallo amigos suyos y hacerse allí fuerte, pero en fin ninguna cosa halló de menos peligro para su vida que seguir el viaje començado y animar a su gente (...) 202
Y llegando Francisco de Almendras a los Charcas, perdonando a algunos de los huydos, se recogieron a la villa y allí biuían, aunque desposseydos de sus haziendas, algo mal tratados por Francisco de Almendras, hasta que sucedió lo que adelante haremos relación. 229
Y aunque él tuuo por cierta, nunca dexó de hazer dél toda confiança porque estando tan lexos no le pareció que sería parte para quitarle el cargo, a causa de que tenía consigo mucha gente de guerra y ganada la voluntad a los principales vezinos de aquella ciudad, y assí los dexaremos por contar lo que en este tiempo sucedió en la prouincia de los Charcas. 244
Y aunque este Diego Centeno en el primer leuantamiento de Gonçalo Piçarro le siguió y vino con él desde el Cuzco a Los Reyes, siendo de los principales votos del exército como procurador de la prouincia de los Charcas, después viendo que la Mala intención de Gonçalo Piçarro se estendía a mucho más de lo que a los principios auía publicado, con su licencia se boluió a su casa y indios, donde residía al tiempo que aconteció esta muerte de don Gómez (...) 245
Junto su exército, començó a proueerse de armas y otras cosas necessarias con gran diligencia, poniendo guardas en los caminos porque no se supiesse lo acaecido hasta estar bien apercebidos, y embió vn capitán suyo a las minas de Porco y Arequipa para recoger la gente que allí estaua y prender si pudiesse a Pedro de Puentes (sic, por Fuentes), que allí era teniente de Gonçalo Piçarro, el qual desque supo lo que en los Charcas auía passado por lengua de indios se huyó y dexó desamparada la ciudad, de manera que Lope de Mendoça entró en ella sin contradición alguna (...) 246
Con lo qual Diego Centeno embió cierto capitán con mucha parte de la gente que residiesse en Chicuyto [sic: Chucuyto], que son los pueblos del Rey entre Orcuça y los Charcas, para que estuuiese allí en el passo en tanto que él se adereçaua para salir a cumplir el fin de todo su viaje. 249
No se pudo tener tan secreto en el real de Diego Centeno ni tantas guardas en el camino, especialmente después de la venida de Lope de Mendoça de Arequipa, que por indios y españoles no se tuuiesse muy cierta relación del alçamiento de los Charcas y cantidad de gente que el capitán Diego de Centeno tenía hecha y la suma de arcabuzes y cauallos y todo lo demás que en la razón se quisiessen informar. 250
Lo qual sabido por el capitán Alonso de Toro (tomándole la nueua fuera del Cuzco, con cien hombres, porque estaua cien leguas de allí guardando vn paseo, creyendo que el Visorey se auía subido por la sierra por vnas cartas que de Gonçalo Piçarro auían tenido sobre ello), se boluió al Cuzco y començó a hazer gente y, juntos los vezinos y regidores de la ciudad del Cuzco, les hizo saber las nueuas que auía de los Charcas y el modo con que el capitán Diego Centeno se auía alterado. 250
Y visto esto, se hizo vn acto por el Cabildo, por el qual, auiéndose hecho relación de lo sucedido en los Charcas por medio del capitán Diego Centeno que, no contento con auer muerto al capitán Francisco de Almendras, auía salido con gente armada fuera de los términos de los Charcas. 251
Sabida por Gonçalo Piçarro la alteración de la prouincia de los Charcas y el leuantamiento de Diego Centeno, le pareció que no deuía diferir el remedio ni dexar cobrar más fuerças al enemigo, porque no le faltaua otra cosa sino deshazer a Diego Centeno para quedar de todo punto señor en el Reyno pacíficamente (...) 258
Y auiéndoles dado muy crueles tormentos, se aueriguó el negocio y que tenían concertado con Pedro Manjarres, vezino de los Charcas, de matar a Lorenço de Aldana y al alcalde Pedro Martín y a otros amigos de Gonçalo Piçarro y alçar la ciudad por el Rey, creyendo que la más gente que yua con el capitán Caruajal, por yr tan descontentos dél, les acudirían, y todos juntos se yrían a juntar con el capitán Diego Centeno. 260
Y con temor que todos tomaron de vna cosa tan súbita y cruel, ninguno revsó yr con él, y assí sacó de la ciudad hasta cumplimiento de trecientos hombres bien adereçados y se partió camino del Collao azia los Charcas, donde estaua Diego Centeno (…) 262
Y en esta sazón Gonçalo Piçarro desseaua auer a las manos al Visorey, no teniendo hora de seguridad mientras él fuesse biuo y tuuiesse exército, y para le incitar a que le viniesse a buscar inuentó vn ardid, y éste fue que echó fama de quererse yr la tierra adentro azia la prouincia de los Charcas a apaziguar el alçamiento de Centeno y dexar allí en Quito al capitán Pedro de Puelles con hasta trecientos hombres que estuuiessen en frontera contra el Visorey. 279
Y pocos días antes auían sabido de indios que contratauan en los Charcas le rebuelta del Perú, aunque no les supieron dezir la razón della ni la ocasión de donde auía sucedido, por lo qual él venía delante a satisfazer de todo lo que passaua y traya comissión de los capitanes y gente principal para ofrecer su ayuda a la parte que tuuiesse la boz de Su Magestad, si buenamente se pudiesse juntar con él, diziéndoles quan buenos cauallos y abundancia de armas trayan. 293
Y a esta sazón llegó el capitán Caruajal de los Charcas con ciento y cincuenta soldados y trecientos arcabuzes y más de trecientos mil pesos, y el día que entró en Los Reyes se le hizo muy solemne recebimiento, saliendo en él Gonçalo Piçarro y todos los de la ciudad, sin faltar ninguno, con mucha música y fiesta. 324
Y señaló por capitanes de arcabuzeros a Iuan de Acosta y a Iuan Vélez de Gueuara y a Iuan de la Torre, y por capitanes de piqueros a Hernando Bachicao y a Martin Robles y a Martín de Almendras, y proueyóse que Francisco de Caruajal fuesse maestre de campo, como hasta allí lo auía sido, y que tuuiesse para su guardia cien arcabuzeros de los que él auía traydo de los Charcas, que todos estauan bien encaualgados. 327
El capitán Caruajal sacó la misma vandera que traxo en la guerra de los Charcas (…) 327
(…) y tomando por capitán a Hierónymo de Villegas, siguieron su camino hasta juntarse con Diego Centeno, que estaua en el Collao aguardando los conciertos que era ydo a tratar Pedro Piçarro de Çárate, maestreescuela del Cuzco, y halló que era ya llegado a los Charcas Iuan de Siluera, sargento mayor de Gonçalo Piçarro, a quien tenemos dicho que embió por la gente de aquella prouincia, auiendo ahorcando cinco o seys hombres en el camino de los que auían seguido a Diego Centeno, y tenía juntos hasta trecientos hombres, y lo que dellos sucedió se dirá adelante. 335
Ya se dixo arriba cómo llegando Gonçalo Piçarro a la villa de Arequipa la halló despoblada porque toda la gente della se fue a juntar con el capitán Diego Centeno después de la vltima entrada que hizo en el Cuzco, y allí procuró Gonçalo Piçarro de saber nueuas de todo lo que passaua y supo cómo Diego Centeno estaua en el Collao cerca de la laguna de Titicaca y se auía confederado y juntado con Alonso de Mendoça, por manera que con toda la gente del Cuzco y de los Charcas y Arequipa le estauan guardando el passo con cerca de mil hombres (...) 357
(…) y lleuándole al real, sabida por Gonçalo Piçarro la determinación de Diego Centeno, sin querer leer las cartas, las quemó públicamente y luego determinó partirse con toda su gente la vía de los Charcas, vnos dezían que con voluntad de escusar la batalla si Diego Centeno le dexaua passar, y otros afirmauan que siempre lleuó determinación de romper con él. 358
Luego se fue al Cuzco con todo su campo y embió al capitán Alonso de Mendoça con cierta gente a la prouincia de los Charcas a prender algunos a quien auía embiado allá Gonçalo Piçarro por dineros y otros que se auía huydo y, entendiendo que toda la más de la gente auía de acudir a las minas de Potosí, que son en aquella prouincia de los Charcas, como al lugar más rico de la tierra, embió por Gouernador y Capitán General al licenciado Polo de Ondegardo, y para que también castigasse los que allí hallasse culpados, assí por auer fauorecido a Gonçalo Piçarro como por no auer acudido a seruir al Presidente al tiempo que pudieron. 374
Y assí, después de pacificada la tierra el Presidente començó a recoger todos los dineros que pudo, assí de los quintos reales como de los bienes confiscados y de las condenaciones de personas, y de lo restante ajuntó más de millón y medio de ducados de diuersas partes de aquella prouincia, aunque la principal parte se traxo de la prouincia de los Charcas (como arriba lo hemos contado), y todo lo recogió en la ciudad de los Reyes. 379

Chiapa


Cita Número de página
Y el que principalmente insistió en esta información fue vn religioso de la Orden de Santo Domingo llamado fray Bartolomé de las Casas, a quien Su Magestad proueyó del obispado de Chiapa. 185

chicha


Cita Número de página
Este breuaje se llama comúnmente chicha en lenguaje de las Yslas, porque en lengua del Perú se llama açiça [sic: azua] es blanco o tinto, como la color del maíz [que] te echan, y emborracha más fácilmente que vino de Castilla, aunque si los indios lo pudiessen auer, según son aficionados a ello, dexarían lo de su tierra. 46
También hazen otra beuida de una frutilla que nace en vnos árboles que llaman molles, aunque no es tan precida como la chicha. 46
Las exequias que les hazen sus parientes son que por encima de su sepultura les echan de aquel su breuaje que llaman chicha, que por vnas cañas o arcaduzes va a dar en la boca del muerto. 54
…y esto se ha conseruado de tal manera que los mismos indios del Perú, quando hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocablos que han oydo dellos, como al cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacique, y aquel su pan de que está dicho le llaman maíz, con nombrarle en su lengua çara, y al breuaje llaman chicha, y en su lengua, açua; y assí de otras muchas cosas. 55

Chili


Cita Número de página
…y por todo el espacio descubierto de la tierra del Perú, que es desde la ciudad de Pasto, donde comiença, hasta la prouincia de Chili, que agora está descubierta, ay más de mil ochocientas leguas, más largas que las de Castilla. 38
Desde esta ciudad pueden yr por tierra junto a la costa de la mar, por espacio de quatrocientas leguas, a la prouincia que descubrió y pobló el Gobernador Pedro de Valdibia, que se llama Chili, que en lengua de indios quiere dezir 'frío', por causa de los grandes fríos que para llegar a ellos se passan, como la Historia lo declarará adelante, quando tratare de la jornada que para el descubrimiento della hizo el Adelantado don Diego de Almagro. 42-43
Y embió adelante a Iuan Sayavedra, natural de Seuilla, con cien hombres, que en la prouincia que después llamaron Las Charcas topó con ciertos indios que venían de Chili, no sabiendo lo que auía passado en el Perú, a dar la obediencia al Ynga y le trayan en presente ciertos taxuelos de oro fino muy subido, que pesauan ciento y cincuenta mil pesos, y se los tomaron, queriendo demás desto prender Iuan de Sayauedra al capitan Gabriel de Rojas, que allí estaua teniendo la justicia por el Gouernador Piçarro, y el desque lo sintió se retiró al Cuzco. 101
Y quando don Diego llegó a tierra de Chili, aquel don Felipe, lengua que todo aquel trato traya y sabía, se huyó también, aunque don Diego le hizo prender a ciertos españoles que tras él fueron; y assí por esto como por lo que hizo en Quito le mandó hazer quartos. 101
Pues andando en este tiempo don Diego de Almagro conquistando la tierra de Chili, le alcançó vn criado suyo llamado Iuan de Herrada, que él auía dexado haziendo gente en la ciudad de los Reyes, y le lleuó vna prouisión que Hernando Piçarro auía traydo de Castilla, en que su Magestad le hazía Gouernador de cien leguas adelante, acabados los límites de la Gouernación de don Francisco Piçarro, la qual gouernación se intituló la Nueua Toledo, porque la de don Francisco Piçarro se llamaua la Nueua Castilla. 102
Y creyendo que el Cuzco le cabía y entraua en su gouernación, sin tener respeto al juramento que auía hecho, se determinó a boluer luego a tomar aquella ciudad, sin detenerse más en Chili ni en otra ninguna parte del camino. 102
grandes trabajos passó don Diego de Almagro y su gente en la jornada de Chili, assí de hambre y sed como de recuentros que tuuieron con indios de muy crecidos cuerpos, que en algunas partes auía muy grandes flecheros y que andauan vestidos con cueros de lobos marinos. 103
En cierta parte de Chili en vnos campos rasos, ay abestruzes, que para las matar se ponían los de cauallo en postas, corriendo tras ellas los vnos hasta donde estauan los otros, porque de otra manera no las podía alcançar vn cauallo, según buelan a pie, saltando a trancos casi sin se leuantar del suelo. 104
Es toda aquella tierra de Chili bien poblada y algo doblada, tanto rasa como montuosa; y aunque por los golfos y ancones que la mar haze, la tierra se corre por diuersos rumbos y viajes, pero la mar por luengo de costa se considera nortesur, que es de Mediodía a Septentrión, desde la ciudad de los Reyes hasta en quarenta grados; y es tierra muy templada, y ay en ella inuierno y verano, aunque en los tiempos contrarios de Castilla. 104
En esta tierra de Chili haze diferencia el día de la noche y la noche del día, según el tiempo, que es por la orden que en Castilla, aunque trocados los tiempos, como está dicho. 105
Los indios de Chili visten como los del Perú: son hombres y mugeres de buenos gestos y comen las viandas que en el Perú. 105
Y delante de Chili, en treynta y ocho grados de la línea, ay dos grandes señores que traen guerra el vno contra el otro, y cada vno saca en campo dozientos mil hombres de guerra. 105
Y ydo allá, dio conclusión en el camino que concertado tenía desde que don Diego partió para Chili, y desde allí hizo luego matar algunos mineros y gente de seruicio que andauan por el campo en las estancias y minas y embió de sobresalto vn capitán con mucha gente que se apoderó de la fortaleza del Cuzco, de manera que en seys días los españoles no se la pudieron tornar a ganar. 107
Ya diximos arriba cómo, después que Iuan de Herrada lleuó a Chili la prouisión que Su Magestad dio para que don Diego de Almagro fuesse Gouernador de don Francisco Piçarro, se determinó de boluer al Perú y apoderarse de la ciudad del Cuzco, para lo qual le dauan gran priessa los caualleros principales que con él andauan, especialmente Gómez de Aluarado, hermano del Adelantado don Pedro de Aluarado, y su tío Diego de Aluarado y Rodrigo Orgoños, los vnos con codicia de poseer los repartimientos de la tierra del Cuzco y los otros por ambición de quedar solos en la gouernación de Chili. 109
Viendo el Marqués tanta multitud de indios sobre la ciudad de los Reyes, tuuo por cierto que Hernando Piçarro y todos los del Cuzco eran muertos y que auía sido tan general este leuantamiento que aurían en Chili desbaratado a don Diego y a los que con él yuan. 114
Y a los otros embió a ciertas conquistas con los capitanes Vergara y Porcel (que arriba hemos contado) y por otra embió al capitán Alonso Mercadillo y al capitán Iuan Pérez de Gueuara, y al maestre de campo Pedro de Valdiuia embió a la tierra de Chili, donde don Diego se auía buelto. 129
Y quando vino, aconsejó al Marqués, su hermano, que no se fiasse de los de don Diego, que comúnmente llamauan los de Chili, ni los dexasse juntar, y que quando viesse que de seys arriba estauan juntos, supiesse que le tratauan la muerte. 130
Pedro de Valdiuia llegó con su gente a la prouincia de Chili, donde los indios le recibieron de paz cautelosamente porque tenían sus sementeras por coger, que aún no estaua de sazón. 131
Viendo los de Chili que la venida de Vaca de Castro se dilataua tanto y que podría ser que en tanta dilación se tuuiesse noticia de su concierto y los matassen a todos por ello, determinaron de efetuar su propósito de la forma que en el capítulo siguiente se dirá. 146
Era tan público en la ciudad de los Reyes que los de Chili tratauan la muerte del Marqués que muchos que lo entendían le auisaron dello. 147
Y assí los de Chili, para descuydar al Marqués, echaron fama que Vaca de Castro era muerto. 147
Y tanto los de Chili pelearon que mataron a Francisco Martín, y en su lugar se puso vno de los pajes. 150
Y como los de Chili vieron que se les defendían tanto que les podría venir socorro y, tomándolos en medio, matarlos fácilmente, determinaron auenturar el negocio con meter delante si vn hombre de los suyos, que más bien armado estaua. 150
Y assí le acabaron de matar con vna estocada que le dieron por la garganta, y quando cayó en el suelo pedía a bozes confessión y, perdiendo los alientos, hizo vna cruz en el suelo y la besó, y assí dio el ánima a Dios, muriendo assimismo allí los dos pajes del Marqués, y de parte de los de Chili murieron quatro y quedaron otros heridos. 150
Y fue tanta la priessa que se dieron que apenas tuuieron lugar para vestirle el manto de la Orden de Santiago ni ponerle las espuelas, según el estilo de los caualleros de la Orden, porque fueron auisados que los de Chili venían con gran priessa para cortar la cabeça del Marqués y ponerla en la picota. 151
Y dexándolo en la sepultura fueron a poner en cobro sus hijos, que andauan escondidos y descarrilados, quedando los de Chili apoderados de la ciudad. 151
(…) y en un Monroy embió socorro a la prouincia de Chili al capitán Pedro de Valdivia. 181
Y con esta vltima ordenança era claro que ninguna persona en toda la prouincia del Perú podía quedar con indios, pues, como se puede coligir de toda esta historia, ningún español de grande ni pequeña calidad auía que no estuuiesse más apassionado por vna destas dos parcialidades que si sobre ello le fuesse su vida u hazienda, lo qual se auía entendido aun hasta [por] los mesmos indios de la tierra, que muchas vezes acontecía auer entre ellos grandes batallas y diferencias y otras contiendas particulares a título destas dos opiniones, que ellos llamauan a los de don Diego los de Chili y a los del Marqués los de Pachacama. 186
Don Alonso de Montemayor y Rodrigo Núñez de Bonilla, tesorero de Quito, con otros algunos fueron desterrados para Chili, aunque después se alçaron con el nauío en que los lleuauan y se fueron a la Nueua España. 285
El qual por gran ventura halló vn nauío que yua a Chili y, entrando de noche en vna balsa, fácilmente le tomó, y yua bien proueydo de matalotaje. 290
Desbaratado y muerto el Visorey en la ciudad de Quito en la forma que tenemos contada, Gonçalo Piçarro començó a despedir mucha de la gente de guerra, embiando a vnos con el Adelantado Benalcáçar, a quien perdonó y reduxo en su gracia, y a otros con el capitán Vlloa, que de parte de Pedro de Valdiuia vino de Chili a pedir socorro de gente para conquistar la tierra, y a otros embió a otras partes. 300
(…) y quando se viesse muy apretado yrse al descubrimiento del río de la Plata o al de Chili o a otros muchos que tenían las entradas por la parte superior de la tierra. 336
Aviendo salido el Presidente del valle de Xauxa, llegó a su campo el capitán Pedro de Valdiuia, que, como arriba está dicho, era Gouernador en la prouincia de Chili y auía venido de allá por mar para desembarcar en la ciudad de los Reyes para lleuar gente y munición y ropa con que se acabasse de hazer la conquista de aquella tierra. 365
Antes que el Presidente saliesse en la ciudad del Cuzco, por gratificar lo mucho de Pedro de Valdiuia le auía seruido en esta guerra, le confirmó y dio de nueuo la gouernación de la prouincia de Chili, que hasta entonces se la auía administrado, y para juntar gente y proueerse de armas y cauallos y otras cosas necessarias Pedro de Valdiuia se fue a la ciudad de Los Reyes por auer allí para ello mejor comodidad, y después que la vuo adereçado y juntado consigo la gente que pudo, lo embarcó todo, y las naos se hizieron a la vela, y él quedó para yrse por tierra hasta Arequipa. 378
Viendo el Presidente que los negocios del Perú estauan tan llanos y assentados como hemos contado y que los soldados y gente de guerra estauan derramados, auiéndose embiado los más a la prouincia de Chili y a la de Diego de Rojas y a otros descubrimientos y entradas debaxo de sus capitanes, y los demás que quedaron en el Perú se auían aplicado a ganar de comer cada vno en el oficio que sabía y otros tratando en el negocio de las minas, y considerando assimismo que la Audiencia Real y los Gouernadores por ella nombrados hazían justicia sin impedimento ni embaraço alguno, determinó venirse a estos Reynos, vsando de la licencia que de Su Magestad auía lleuado para que cada y quando que le pareciesse se pudiesse venir. 381

Chilicuchima


Cita Número de página
Atabaliba vuo su consejo con dos capitanes de su padre, muy esforçados y cursados en la guerra, el vno llamado Quizquiz y el otro, Cilicuchima [sic: Chilicuchima], los quales le aconsejaron que no esperasse a que su hermano viniesse sobre él, sino que él fuesse primero, pues con el exército que tenía era parte para enseñorearse de todas las prouincias por do passasse y yr cada día acrecentándole, de manera que su hermano tuuiesse por bien de confederarse con él. 62
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
Y quando Cilicuchima [sic: Chilicuchima] vuo de entrar a ver Atabaliba, se descalçó y lleuó su carga ante él (según su costumbre) y le dixo llorando que si él con él se hallara no le prendieran los christianos. 81

Chimo


Cita Número de página
Sesenta leguas adelante, la costa arriba, está vna ciudad en un valle que llaman Chimo, y la ciudad se llama Truxillo; está dos leguas de la mar, aunque el puerto es peligroso; está asentada en vn llano a la orilla de vn río, es muy abundante de aguas y fértil de trigo y maíz y ganado; está la población hecha por mucha orden y razón; ay en ella hasta trescientas casas de españoles. 41
Y porque vn [sic: señor] que auía en los llanos que se llamó Chimo Cappa, que tenía más de cien leguas de tierra, se le rebeló, fue sobre él y le venció y mató, y mandó que en pena del delicto ningún indio de los llanos traxesse armas, lo qual guardan hasta el día de oy, caso que el sucessor deste rebelado le dexó en que biuiesse la prouincia de Chimo, donde agora es Truxillo. 59

Chimo Cappa


Cita Número de página
Y porque vn [sic: señor] que auía en los llanos que se llamó Chimo Cappa, que tenía más de cien leguas de tierra, se le rebeló, fue sobre él y le venció y mató, y mandó que en pena del delicto ningún indio de los llanos traxesse armas, lo qual guardan hasta el día de oy, caso que el sucessor deste rebelado le dexó en que biuiesse la prouincia de Chimo, donde agora es Truxillo. 59

Chincha


Cita Número de página
…La ciudad se divide en quatro estancias, en cada vna de las quales tenía mandado el Rey (que en lengua de indios se llama Ynga) que biuiessen y se aposentassen los indios de azia la parte que correspondía a aquel quartel, desta manera que el que tira azia el Mediodía se llama Collasuyo, por vna prouincia que está azia aquella parte llamada Collao; y el que está a la parte del Norte, contrario déste, se llama Chinchasuyo por causa de vna prouincia muy nombrada qie cae en aquel derecho llamada Chincha, que agora es de Su Magestad, harto pobre y despoblada según lo que solía... 48
(…) y assí continuó su camino hasta la prouincia de Chincha, que es veynte leguas de los Reyes, y aññí hizo vn pueblo en lugar de possessión de Gouernador. 118
Qvando don Diego partió de Chincha para yr a Mala con sus doze caualleros dexó mandado a Rodrigo Orgoños, que era su general, que estuuiesse a mucho recaudo y tuuiese su gente a punto para que si el Marqués traxesse más gente, acudiesse él luego y hiziesse de Hernando Piçarro lo mismo que él viesse que se hazía dél en las vistas. 121
Por todo lo qual le pareció que conuenía matar a Don Diego, justificando su muerte con las culpas que auía tenido en todas las alteraciones passadas, de que arriba se ha hecho mención, diziendo que el auía sido la causa y fundamento dellas por auer al principio entrado con gente de guerra en la ciudad y ocupadola por su propia autoridad y muerto mucha gente de los que le resistieron y llegado con exército y vanderas tendidas a la prouincia de Chincha (que no auía duda ser de la gouernación del Marqués), y assí le sentenció a muerte. 128

Chinchama


Cita Número de página
[…] y passando adelante halló otra tierra, que los españoles llamaron el Pueblo Quemado, donde los indios le dauan continua guerra y le mataron tanta gente que le fue forçado boluerse malherido a la tierra de Chinchama, que era cerca de Panamá. 27
[…] vn día los indios le entraron vn fuerte, donde se defendían, por descuydo de aquellos a quien tocaua la defensa por aquella parte, y desbarataron los españoles y a don Diego le quebraron vn ojo y le traxeron a términos, que le fue forçado acogerse a la mar, y se boluió costeando azia Tierra Firme y, llegando a Chinchama, halló allí a don Francisco Piçarro y se vio con él. 28

Chinchasuyo


Cita Número de página
…La ciudad se divide en quatro estancias, en cada vna de las quales tenía mandado el Rey (que en lengua de indios se llama Ynga) que biuiessen y se aposentassen los indios de azia la parte que correspondía a aquel quartel, desta manera que el que tira azia el Mediodía se llama Collasuyo, por vna prouincia que está azia aquella parte llamada Collao; y el que está a la parte del Norte, contrario déste, se llama Chinchasuyo por causa de vna prouincia muy nombrada qie cae en aquel derecho llamada Chincha, que agora es de Su Magestad, harto pobre y despoblada según lo que solía... 48

Chinchero


Cita Número de página
Y durante esta guerra y cerco Gonçalo Piçarro salió con veynte de cauallo a correr la tierra hasta la laguna de Chinchero, que es a cinco leguas del Cuzco, donde tanta gente sobre él vino que, por mucho que él peleó, ya los indios le trayan casi rendidos. 108

Chira


Cita Número de página
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31
El Gouernador embió a Hernando Piçarro a Túmbez para que traxesse toda la gente que allí auía quedado, y después que boluió por ella, pobló la ciudad de Sant Miguel en vn pueblo de indios llamado Tangarara, en la ribera del río de la Chira, cerca de la mar porque los nauíos que viniessen de Panamá hallassen puerto seguro, porque ya algunos auían venido. 71

Chucuyto


Cita Número de página
Con lo qual Diego Centeno embió cierto capitán con mucha parte de la gente que residiesse en Chicuyto [sic: Chucuyto], que son los pueblos del Rey entre Orcuça y los Charcas, para que estuuiese allí en el passo en tanto que él se adereçaua para salir a cumplir el fin de todo su viaje. 249

Chupas


Cita Número de página
Oyda [por] Vaca de Castro la embaxada de don Diego y vista su pertinancia, sacó la gente en campo a vn llano que se llama Chupas, saliendo del término de Guamanga, que era muy áspero para pelear. 171
Y allí en Chupas estuuo tres días sin cessar de llouer, porque era en medio del inuierno, y siempre la gente estaua armada y apercebida porque tenían cerca los enemigos, y determinó de dar la batalla, pues no se tomaua otro medio. 171

Coaque


Cita Número de página
Y él se hizo a la vela en principio del año de treynta y vno y, por ser los vientos contrarios, tomó la costa de la tierra del Perú más de cien leguas más atrás de donde le auía de tomar, y assí le fue forçado desembaraçar (sic, desembarcar) la gente y cauallos [...] en lo qual valía mucho la industria y ánimo con que don Francisco los regia y los peligros en que ponía su persona, passando muchas vezes él mismo a cuestas los que no sabían nadar, hasta que llegaron a vn pueblo que estaba junto a la mar, que se llama Coaque, assaz rico de mercaderías, bien poblado y bastezido de comida, donde pudo reformar su gente, que muy flaca la traya; y de allí embió a Panamá y a Nicaragua dos nauíos, y en ellos más de treynta mil castellanos de oro que auía tomado en Coaque, para acreditar la tierra y poner codicia a la gente que passasse a ella. 67
En este pueblo de Coaque se hallaron algunas esmeraldas, y muy buenas, porque están debaxo de la línea, y muchas se perdieron y quebraron porque los que allí yuan eran tam poco prácticos en este género de piedras que les pareció que para ser finas las esmeraldas no se auían de quebrar con martillo, como los diamantes, y assí, creyendo que los indios los engañauan con algunas piedras falsas, les dauan con vna piedra, y assí destruyeron grandíssimo valor destas esmeraldas. 67-68

coca


Cita Número de página
Ya está dicho que en toda esta sierra llueue y graniza y nieua y haze gran frío, aunque ay en ella valles tan hondos que no se siente por la mucha calor; y allí se puede criar vna yerua que los indios tienen en más que oro ni plata, llamada coca, cuya hoja es casi de hechura de la del çumaque; y tiénese esperiencia que el que trae esta hoja en la boca no ha sed ni hambre. 45
Esta villa es de poca población de christianos, aunque se cree que se acrecentaría mucho si el Ynga viniesse de paz, porque está muy cerca della y les tiene ocupada a los vezinos la mejor tierra y donde ay muchas minas y abundancia de coca, que es hierua de mucho prouecho, como arriba está dicho. 48
Y luego se començaron a proueer las minas de los mantenimientos necessarios, aunque no pudieron ser tantos, según la mucha gente acudía, que creciendo la necessidad no llegasse a valer vna hanega de maíz veynte castellanos, y otro tanto el trigo, y vn costal de coca treynta pesos, y aun después llegó a encarecerse mucho más (...) 298-299
Pves dexando Gonçalo Piçarro en esta tierra de Çumaco la mayor parte de la gente, se adelantó con los que más sanos y rezios estauan, descubriendo el camino según los indios le guiauan, y algunas vezes, por los echar de sus tierras, les dauan noticias fingidas de lo de adelante, engañándolos, como lo hizieron los de Çumaco, que le dixeron que más adelante estaua vna tierra de gran población y comida, lo qual halló ser falso porque era tierra mal poblada y tan estéril que ninguna parte della se podía sustentar, hasta que llegó a aquellos pueblos de la coca, que era junto a vn gran río, donde paró mes y medio, aguardando la gente que en Çumaco auía dexado, porque en esta tierra les vino de paz el señor della. 138

Coca


Cita Número de página
Y como no le halló, se fueron a vn pueblo que llamaron de la Coca, y de allí embió por toda la gente que auía dexado en Çumaco. 136

Collao


Cita Número de página
…La ciudad se divide en quatro estancias, en cada vna de las quales tenía mandado el Rey (que en lengua de indios se llama Ynga) que biuiessen y se aposentassen los indios de azia la parte que correspondía a aquel quartel, desta manera que el que tira azia el Mediodía se llama Collasuyo, por vna prouincia que está azia aquella parte llamada Collao; y el que está a la parte del Norte, contrario déste, se llama Chinchasuyo por causa de vna prouincia muy nombrada qie cae en aquel derecho llamada Chincha, que agora es de Su Magestad, harto pobre y despoblada según lo que solía... 48
Desde la ciudad del Cuzco a la villa de Plata, que es en la prouincia de Las Charcas, ay ciento y cincuenta leguas y más, y en medio ay vna prouincia muy grande y llana que se llama el Collao, que tura más de cincuenta leguas… 49
…y por auer tan gran distancia despoblada de christianos el licenciado De la Gasca el año quarenta y nueue mandó poblar vn lugar en esta prouincia del Collao. 49
Estos señores mantenían en paz sus indios y eran sus capitanes en las guerras que tenían con sus comarcanos, sin tener señor general de toda la tierra hasta que de la parte del Collao, por vna gran laguna que allí ay, llamada Titicaca, que tiene ochenta leguas de bojo, vino vna gente muy belicosa, que llaman yngas, los quales andan trasquilados, y las orejas horadadas, y metidos en los agujeros vn pedaço de oro redondo, con que los van ensanchando; estos tales se llaman ringrim [sic: rinri] , que quiere dezir oreja. 55
Y como por aquella parte Pedro de Candia no pudo entrar por la aspereza de la tierra, se boluió azia el Collao con toda la gente casi amotinada porque vn Mesa, que auía sido capitán de la artillería del Marqués, auía dicho que, aunque pessasse a Hernando Piçarro, passaría por la tierra del Collao. 128
Y luego fue al Collao sobre la gente del capitán Candia y hizo justicia de Mesa, que auía sido el inuentor del motín. 129
(…) y en tanto quedó conquistando la tierra del Collao, que es vna tierra llana y muy poblada de minas de oro, y por ser muy fría no se cría maíz en ella. 129
Y assí embió luego al capitán Lope de Mendoça con cincuenta hombres bien encaualgados a la ligera, el qual llegó en breue tiempo al Collao (…) 254
Y con temor que todos tomaron de vna cosa tan súbita y cruel, ninguno revsó yr con él, y assí sacó de la ciudad hasta cumplimiento de trecientos hombres bien adereçados y se partió camino del Collao azia los Charcas, donde estaua Diego Centeno (…) 262
Y assí le dexaremos caminando por el Collao por contar lo que en este tiempo sucedió en Quito al Visorey Blasco Núñez Vela. 262
Ya se hizo relación en el Libro passado cómo el capitán Caruajal salió del Cuzco con trecientos hombres y con mucho número de cauallos y arcabuzes y otras armas y caminó por el Collao la vía de la prouincia de Paria, donde estaua Diego Centeno con hasta dozientos y cincuenta hombres, el qual quando supo su venida le aguardó determinación de darle la batalla. 289
Y assí le siguió hasta llegar al mesmo assiento de Paria, de donde Diego Centeno se boluió la vía del Collao, siguiéndole siempre Caruajal con más priessa que se sufre lleuar gente de guerra porque aconteció caminar algunos días doze o quinze leguas, siempre a vista los vnos de los otros, hasta que llegaron a Hayo Hayo, donde el capitán Caruajal alcançó doze hombres de Diego Centeno y los ahorcó todos juntos, y passó adelante, y como las jornadas eran tan demasiadas, a los vnos y a los otros se les quedaua gente escondida y cansada. 290
(…) y tomando por capitán a Hierónymo de Villegas, siguieron su camino hasta juntarse con Diego Centeno, que estaua en el Collao aguardando los conciertos que era ydo a tratar Pedro Piçarro de Çárate, maestreescuela del Cuzco, y halló que era ya llegado a los Charcas Iuan de Siluera, sargento mayor de Gonçalo Piçarro, a quien tenemos dicho que embió por la gente de aquella prouincia, auiendo ahorcando cinco o seys hombres en el camino de los que auían seguido a Diego Centeno, y tenía juntos hasta trecientos hombres, y lo que dellos sucedió se dirá adelante. 335
Ya se dixo arriba cómo llegando Gonçalo Piçarro a la villa de Arequipa la halló despoblada porque toda la gente della se fue a juntar con el capitán Diego Centeno después de la vltima entrada que hizo en el Cuzco, y allí procuró Gonçalo Piçarro de saber nueuas de todo lo que passaua y supo cómo Diego Centeno estaua en el Collao cerca de la laguna de Titicaca y se auía confederado y juntado con Alonso de Mendoça, por manera que con toda la gente del Cuzco y de los Charcas y Arequipa le estauan guardando el passo con cerca de mil hombres (...) 357
Estando Diego Centeno en el Collao esperando la respuesta de la embaxada que auía embiado al capitán Alonso de Mendoça con Pedro Gonçalez de Çárate, maestreescuela del Cuzco, y auiendo recebido los despachos del Presidente, los quales Lorenço de Aldana le auía encaminado, tuuo nueuas de todo lo que en la ciudad de Los Reyes auía sucedido y de la huyda de Gonçalo Piçarro y cómo se le auía juntado Iuan de Acosta. 350

Collasuyo


Cita Número de página
…La ciudad se divide en quatro estancias, en cada vna de las quales tenía mandado el Rey (que en lengua de indios se llama Ynga) que biuiessen y se aposentassen los indios de azia la parte que correspondía a aquel quartel, desta manera que el que tira azia el Mediodía se llama Collasuyo, por vna prouincia que está azia aquella parte llamada Collao; y el que está a la parte del Norte, contrario déste, se llama Chinchasuyo por causa de vna prouincia muy nombrada qie cae en aquel derecho llamada Chincha, que agora es de Su Magestad, harto pobre y despoblada según lo que solía... 48

Collique


Cita Número de página
Y ellos, con hasta ochenta hombres que pudieron juntar, se estuuieron en Sant Miguel hasta tanto que se supieron la venida del Visorey y, no le osando esperar, se metieron la tierra adentro hazia Truxillo y alojaron en vna prouincia que se dize Collique, que es quarenta leguas de San Miguel, y hizieron saber a Gonçalo Piçarro la venidad del Visorey y cómo juntaua gente cada día y engrossaua su exército, dando a entender el gran daño que le venía en no remediarlo con tiempo. 238
Y desde acontecimiento tuuo gran pesar el Visorey, y determinó tomar ocasión en que vengarse, y assí muy ocultamente de San Miguel con hasta ciento y cincuenta de cauallo y se fue adonde los capitanes Gonçalo Díaz y Villegas estauan, con menos cuydado y guarda de la que deuían tener como personas que pocos días antes auían hecho tal salto en la gente de sus contrarios, y assí llegó el Visorey a Collique vna noche, y casi sin que fuesse sentido. 238
Y viendo que tardaua, por sacar su exército de poblado, se fue a la prouincia de Collique, donde estuuo algunos días hasta que vino la gente que esperaua y, hecha su reseña della, halló que lleuaua más de seyscientos hombres de pie y de cauallo, y aunque en el número no lleuaua gran ventaja al Visorey (...) 241

Con


Cita Número de página
Este dezían que se llamaua Con y que era hijo del Sol y de la Luna, y lo tenían y adorauan por dios. 50
Y mantenía con yeruas y frutas siluestres las gentes que crió hasta que de la parte del mediodía vino otro hombre más poderoso que se llamaua Pachacama, que quiere dezir criador, que también era hijo del Sol y de la Luna, y que con su venida desapareció Con, y, quedando aquellas sus gentes sin capitán, Pachacama les conuertió en aues y en monos y gatos y ossos y leones y papagayos y otras aues que andan por aquella tierra, y que éste crió los indios que agora son y dio industria para labrar la tierra y árboles, y le tenían por dios, y todos los principales que en la tierra morían se yuan a enterrar a la prouincia que de su nombre se llamó Pachacama, donde él residía, que es quatro leguas de la ciudad de los Reyes. 50

Conchucos


Cita Número de página
Y en este tiempo el Marqués embió a Gómez de Aluarado a conquistar y poblar la prouincia de Guánuco, porque della auían ydo ciertos caciques llamados los Conchucos con mucha gente de guerra sobre la ciudad de Truxillo, y mataron quantos españoles podían, y aun robauan y hazían daño en los mismos indios, sus comarcanos, y los que matauan y lo que robauan lo ofrecían todo a un ydolo que consigo trayan que llamauan Cataquilla. 135

Condesuyo


Cita Número de página
…y assí desta manera se nombran los otros quarteles de Oriente y Poniente, Adesuyo y Condesuyo, y ningún indio podía biuir en el aposento diferente del que estaua señalado a su tierra sin gran pena. 48
Y quando otro día pensaron que en la entrada de la ciudad tuuieran alguna resistencia, no hallaron hombre que se la defendiesse, y assí entraron pacíficamente, y de ay a veynte días tuuieron nueua cómo Quizquiz andaua con mucha gente de guerra robando y destruyendo vna prouincia llamada Condesuyo, y embió a lo estoruar el Gouernador el Gouernador al capitán Soto con cincuenta de cauallo. 86

Çopaçopagui


Cita Número de página
Pues andando vn día conquistando vna prouincia llamada Liribamba, passó vn caudaloso río della por vn vado harto peligros, porque los indios le auían quemado las puentes, y a la otra parte del río halló gran copia de los que le esperauan de guerra, y él los venció con harta dificultad porque también peleauan las mugeres, tirando muy diestramente con hondas, y fue preso el señor principal dellos, el qual le dio nueua cómo don Pedro de Aluarado andaua ya corriendo la tierra y estaua quinze leguas de allí sobre vn peñol donde se auía hecho fuerte vn capitán indio llamado Çopaçopagui. 91

Cotabamba


Cita Número de página
Y para desuelar el Presidente los enemigos y que no supiessen dónde auían de acudir a resistir los reparos, mandó traer materiales a tres lugares para reedificar las puentes, la una que estaua en el camino real y la otra en el valle de Cotabamba, que era doze leguas más arriba, y la otra en vnos pueblos de don Pedro Portocarrero, que era mucho más arriba (...) 366
Y después que los materiales estuuieron hechos y aparejados caminó el campo la vía de Cotabamba, que era por donde se auía de passar el río, aunque en el camino auía tantos malos passos y sierras neuadas que algunos capitanes lo contradezían, teniendo por más seguro yr a passar cincuenta leguas más arriba, aunque el capitán Lope Martín, que guardaua el passo, dezía que por allí en Cotabamba era más seguro el passo. 366

Cuba


Cita Número de página
En todas las prouincias del Perú auía señores principales que llamauan en su lengua curacas, que es lo mesmo que en las Islas solían llamar caciques, porque los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas generales y más comunes yuan amostrados de los nombres en que las llamauan de las yslas de Santo Domingo y Sant Iuan y Cuba, y en Tierra Firme, donde auían biuido, y ellos no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombráuanlas con los vocablos que de las tales cosas trayan aprendidos... 55
Y se yuan diminuyendo y apocando de tal manera que en breue tiempo no quedaría ninguno dellos en la Nueua España ni en el Perú y en las otras partes donde los auía, como auían perecido en las yslas de Santo Domingo y Cuba y Sant Iuan de Puerto Rico y Iamayca y en otras yslas, donde ya no auía memoria de ninguno de los naturales (...) 185

Cubagua


Cita Número de página
Y con esta noticia, sin hallar en toda la tierra oro ni plata ni rastro della, caminó por la corriente del río hasta salir por él a la mar del Norte, trecientas y veynte y cinco leguas de la ysla de Cubagua. 141

Çumaco


Cita Número de página
Y después de partidos destas poblaciones, passó vnas cordilleras de sierras altas y frías, donde muchos de los indios de su compañía se quedaron elados, y a causa de ser aquella tierra falta de comida, no paró hasta vna prouincia llamada Çumaco, que está en las haldas de vn alto bolcán, donde, por auer mucha comida, reposó la gente en tanto que Gonçalo Piçarro con algunos dellos entró por aquellas montañas espessas a buscar camino. 136
Y como no le halló, se fueron a vn pueblo que llamaron de la coca, y de allí embió por toda la gente que auía dexado en Çumaco. 136
Y en esta prouincia de Çumaco y en cincuenta leguas al derredor ay la canela que lleuauan noticia, que son vnos grandes árboles con hojas como de laurel, y la fruta son vnos racimos de fruta menuda, que se crían en vnos capullos, y aunque esta fruta y las hojas y corteza y rayzes del árbol tienen sabor y olor y substancia de canela, pero la más perfeta es aquellos capullos que son de hechura, aunque mayores, de los capullos de vellotas de alcornoque. 136
Pves dexando Gonçalo Piçarro en esta tierra de Çumaco la mayor parte de la gente, se adelantó con los que más sanos y rezios estauan, descubriendo el camino según los indios le guiauan, y algunas vezes, por los echar de sus tierras, les dauan noticias fingidas de lo de adelante, engañándolos, como lo hizieron los de Çumaco, que le dixeron que más adelante estaua vna tierra de gran población y comida, lo qual halló ser falso porque era tierra mal poblada y tan estéril que ninguna parte della se podía sustentar, hasta que llegó a aquellos pueblos de la coca, que era junto a vn gran río, donde paró mes y medio, aguardando la gente que en Çumaco auía dexado, porque en esta tierra les vino de paz el señor della. 138

çumaque


Cita Número de página
Ya está dicho que en toda esta sierra llueue y graniza y nieua y haze gran frío, aunque ay en ella valles tan hondos que no se siente por la mucha calor; y allí se puede criar vna yerua que los indios tienen en más que oro ni plata, llamada coca, cuya hoja es casi de hechura de la del çumaque; y tiénese esperiencia que el que trae esta hoja en la boca no ha sed ni hambre. 45

curaca/curacas


Cita Número de página
En todas las prouincias del Perú auía señores principales que llamauan en su lengua curacas, que es lo mesmo que en las Islas solían llamar caciques, porque los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas generales y más comunes yuan amostrados de los nombres en que las llamauan de las yslas de Santo Domingo y Sant Iuan y Cuba, y en Tierra Firme, donde auían biuido, y ellos no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombráuanlas con los vocablos que de las tales cosas trayan aprendidos... 55
…y esto se ha conseruado de tal manera que los mismos indios del Perú, quando hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocablos que han oydo dellos, como al cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacique, y aquel su pan de que está dicho le llaman maíz, con nombrarle en su lengua çara, y al breuaje llaman chicha, y en su lengua, açua; y assí de otras muchas cosas. 55

Cuzco


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Como quier que sea, por esta forma acabó que toda la gente noble de su Reyno supiesse y hablasse la lengua de su Corte, de la manera que en Flandes se introduxo que los caualleros y nobles hablen la lengua francesa; de manera que el español que supiere la lengua del Cuzco puede passar por todo el Perú, en los llanos y en la sierra, entendiendo y siendo entendido por los principales. 39
Está a doze leguas de la mar, de cuya causa se espera que se poblará mucho porque suben a él los nauíos con ropa y vino y otros mantenimientos, de donde se prouee la ciudad del Cuzco y la prouincia de los Charcas, adonde acude la mayor parte de la gente de la tierra por causa de la contratación de las minas de Potosí y Porco... 42
Desde esta villa de Guamanga al Cuzco ay distancia de ochenta leguas, en las quales ay grande aspereza de caminos por las muchas sierras y quebradas que son causa de grandes peligros, 48
La ciudad del Cuzco antes de los christianos era el assiento y Corte de los reyes de aquella prouincia y desde ella se gouernaua tanta distancia de tierra como está declarado y se declarará, y allí acudían los caciques de todas partes, assí a traer los tributos del Señor como a tratar sus negocios y a pedir su justicia vnos contra otros, y en toda la prouincia no auía otro lugar poblado de indios ni que tuuiesse forma de ciudad sino ésta, donde ay vna muy buena fortaleza labrada de piedras quadradas tan grandes que causa admiración auerse podido traer allí a fuerça de indios, sin ayuda de bueyes ni mulas ni otros animales, porque ay muchas piedras que no la mouerán diez pares de bueyes cada vna dellas. 48
Desde la ciudad del Cuzco a la villa de Plata, que es en la prouincia de Las Charcas, ay ciento y cincuenta leguas y más, y en medio ay vna prouincia muy grande y llana que se llama el Collao, que tura más de cincuenta leguas… 49
Estos yngas començaron a poblar la ciudad del Cuzco, y desde allí fueron sojuzgando toda la tierra y la hizieron tributaria, sucediendo por línea derecha de hijos el imperio, como quiere que entre los naturales no suceden los hijos, sino primero el hermano del muerto siguiente en edad, y después de aquél fallecido torna el señorío al hijo mayor de su hermano, y assí dende en adelante hereda el hermano déste; y después torna a su hijo, sin que jamás falte este género de sucession. 56
Quando este Guaynacaua fue desde la ciudad del Cuzco con su exército a conquistar la prouincia de Quito, que ay cerca de quinientas leguas de distancia, como yua por la sierra; tuuo grande dificultad en el passaje por causa de los malos caminos y grandes quebradas y despeñaderos que auía en la sierra por do yua. 56
De todas las prouincias de su señorío le trayan cada año tributo de lo que en la tierra nascía, tanto que en algunas tierras tan estériles que no se criaua ningún fruto le embiauan cada año ciertas cargas de lagartijas, con estar más de trescientas leguas del Cuzco. 59
Este Guaynacaua reedificó el templo del Sol que en el Cuzco auía y aforró las paredes y techumbre de tablones de oro y plata que hizo. 59
Guaynacaua, después de auer sujetado a su Imperio gran número de prouincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco azia el Occidente, determinó yr en persona a conquistar la prouincia de Quito, en cuyas entradas se acabaua su señorío, y assí sacó su exército y fue y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy aplazible a su condición, residió allí mucho tiempo, dexando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente a su hijo mayor llamado Guáscar Ynga, y a Mango Ynga y Paulo Ynga y otros muchos. 61
Y en Quito tomó nueua muger, hija del señor de la tierra, y della vuo vn hijo que se llamó Atabaliba, a quien él quiso mucho; y dexándole debaxo de tutores en Quito, tornó a visitar la tierra del Cuzco, y en esta buelta le hizieron el camino tan trabajoso de la Sierra, de que está hecha relación. 61
Después de auer estado en el Cuzco algunos años, determinó boluerse a Quito, assí porque le era más agradable aquella tierra como por el deseo de ver Atabaliba, su hijo, a quien él quería más que a los otros; y assí, boluió a Quito, por el camino que hemos dicho de los llanos, donde biuió y tuuo su assiento lo restante de la vida hasta que murió, y mandó que aquella prouincia de Quito, que él auía conquistado, quedasse para Atabaliba, pues auía sido de sus abuelos. 61
Muerto Guaynacaua, Atabaliba se apoderó de su exército y de las riquezas que consigo traya, aunque las principales como más pesadas las auía dexado en su recámara en el Cuzco, en poder de su hijo mayor, al qual Atabaliba embió embaxadores, haziéndole saber la muerte de su padre y dándole obediencia, suplicándole que le dexasse aquella prouincia de Quito, pues su padre la auía ganado y era fuera de su estado y mayorazgo y, sobre todo, que auía sido de su madre y abuelo. 61-62
Guascar le respondió que se viniesse al Cuzco y le entregasse el exército, y que él le daría tierra donde se mantuuiesse muy honradamente, pero que a Quito no se le podía dar, por ser el fin de su Reyno y que de allí auía de hazer sus entradas contra los enemigos y tener gente como en frontera; y que si no venía, se yría sobre él y le ternía por enemigo. 62
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Y Guáscar, con temor de la muerte y con que le dixeron que su hermano no quería dél otra cosa, sino que le dexasse en la tierra de Quito, reconociéndole por señor, mandó a su gente que no passase de allí, sino que luego se boluiessen al Cuzco, y ellos lo hizieron. 63
Y por allí llegaron al Gouernador mensajeros del Cuzco, que Guáscar le embiaua, haziéndole saber la rebelión de su hermano Atabaliba, que en aquel tiempo no lo auían aún preso, como después le prendieron, como ya hemos dicho, y le embiaua a dezir lo socorriesse y le diesse fauor para se defender dél. 71
(…) y el Gouernador se le ofreció que él lo trataría muy bien, y Atabaliba se lo agradeció mucho y luego por toda la tierra hizo mensajeros, especialmente al Cuzco, para que se recogiesse el oro y plata que auía prometido para su rescate, que era tanto que parecía impossible cumplirlo, porque les auía de dar vn portal muy largo que estaua en Caxamalca, hasta donde el mismo Atabaliba estando de pie pudo alcançar con la mano, todo el derredor lleno de vasijas de oro (según he dicho), y para este efeto hizo señalar esta altura con vna línea colorada al derredor del portal. 77
Y como Atabaliba era hombre de tan buen juyzio, entendió el descontento de los christianos y preguntó al Marqués la causa dello, el qual se la dixo, y él le replicó que no tenía razón de quexarse de la dilación, pues no auía sido tanta que pudiesse causar sospecha, y que deuían tener consideración a que la principal parte de donde se auía de traer aquel oro era la ciudad del Cuzco y que desde Caxamalca a ella auía cerca de dozientas leguas muy largas y de mal camino y que auiéndose de traer sobre ombros de indios no deuían tener aquella por tardança larga, y que ante todas cosas ellos se satisfiziessen si les podía dar lo que les auía prometido o no, y que hallando que era verdadera la possibilidad, les hazía poco al caso que tardasse vn mes más o menos, y que esto se podría hazer con darle vna o dos personas que fuessen al Cuzco a lo ver y que les pudiessen traer las nueuas. 77-78
Muchas opiniones vuo en el real sobre si se aueriguaría esta determinación que Atabaliba pedía, porque se tenía por cosa peligrosa fiarse nadie de los indios para meterse en su poder, de lo qual Atabaliba se rió mucho, diziendo que no sabía él por qué auía de rehusar ningún español de confiarse de su palabra y yr al Cuzco debaxo della, quedando él allí atado con vna cadena, con sus mugeres y hijos y hermanos en rehenes. 78
Pues esta manera caminaron Hernando de Soto y Pedro del Barco la vía del Cuzco, y a pocas jornadas de Caxamalca toparon los capitanes y gente de Atabaliba que trayan preso a Guáscar, su hermano, el qual como supo de los christianos, los quiso hablar y habló [...] 78
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Y éste le dixo cómo en el Cuzco le estaua aguardando mucha gente de guerra, y llegando por sus jornadas cerca de la ciudad, vieron della grandes humos, y creyendo el Gouernador que los indios la quemauan, embió ciertos capitanes a gran priessa a lo defender con alguna gente de cauallo (...) 86
Y así Quizquiz se passó adelante la vía de Quito, y tras el embió el Gouernador otra vez el capitán Soto con cierta gente de cauallo, y después embió en su socorro a sus hermanos, y todos siguieron a Quizquiz más de cien leguas y, no le podieron alcançar, se boluieron al Cuzco. 86
Y allí vuieron tan gran presa como la de Caxamalca de oro y plata, la qual el Gouernador repartió entre la gente, y pobló la ciudad que era la cabeça de la tierra entre los indios, y assí lo fue mucho tiempo entre los christianos; y repartió los indios entre los vezinos que allí quisieron quedar, porque a muchos no les pareció poblar en la tierra, sino venirse con lo que les auía cabido en Caxamalca y Cuzco a gozarlo en España. 86
Y assí fue aquellas ciento y veynte leguas hasta Quito, donde se juntó con Benalcáçar y se apoderó de la gente, conquistando algunos pueblos y palenques que hasta entonces se auían defendido, y visto que no auía en aquella tierra el oro ni riqueza de que auían tenido noticia, se boluió al Cuzco, dexando por Gouernador de la prouincia de Quito a Benalcáçar, como antes lo era. 88
Y como le traxo tanta nueua de la gran cantidad de oro que el Gouernador don Francisco Piçarro auía auido, determinó de passar allá, pareciéndole que, entretanto que don Francisco Piçarro y su gente se desembaraçauan de lo que ternían que hazer en Caxamalca, él podría llegar la costa arriba a ganar la ciudad del Cuzco, que, conforme a lo que arriba está dicho, tenía entendido que caya fuera de las dozientas y cincuenta leguas de los límites de la gouernación de don Francisco Piçarro (...) 89
Ya diximos arriba como don Diego de Almagro, dexando en la prouincia de Quito por Gouernador al capitán Benalcáçar y no teniendo nueua dela venida de don Pedro de Aluarado, se boluió al Cuzco, y a la buelta conquistó algunos peñoles y fortalezas donde los indios se auían hecho fuertes, en lo qual se detuuo tanto que vuo lugar de venir don Pedro de Aluarado y llegar a la prouincia de Quito, sin que don Diego pudiesse saber cosa ninguna por auer mucha distancia de camino y en él ningún comercio de indios ni de christianos. 91
Y sabido por don Diego de Almagro, se determinó viendo la gran ventaja que su enemigo le tenía, de se boluer al Cuzco con solos veynte y cinco de cauallo y dexar los demás con el capitán Benalcáçar en defensa de la tierra. 91
Y como Felipillo llegó adonde don Pedro de Aluarado estaua se le ofreció de traerle de paz toda aquella tierra y le dixo cómo don Diego se quería yr al Cuzco y que si le quería prender yendo sobre él, lo podría hazer fácilmente porque no tenía más de dozientos y cincuenta hombres, los nouenta de cauallo. 91
Desde allí se fue don Diego con mucha gente al Cuzco, y el Gouernador baxó a Truxillo a reformar la población y a repartir la tierra. 96
Y allí le llegó nueua cómo don Diego de Almagro se auía querido alçar con la ciudad del Cuzco porque auía sabido que Su Magestad, con la nueua que le lleuó Hernando Piçarro, le auía proueydo de la gouernación de otras cien leguas, passados los límites dela de don Francisco, que dezían acabarse antes del Cuzco. 96
Y como el Gouernador esta nueua supo se fue por la posta al Cuzco y con su presencia lo apaziguó todo, y perdonó a don Diego, que muy confuso estaua por lo que auía hecho, sin tener título ni prouisión para ello, saluo porque le dixeron solamente que le estaua concedido. 96
Y algunos dizen que Almagro juró de no tocar en el Cuzco ni en ciento y treynta leguas adelante, aunque Su Magestad se lo diesse en Gouernación, y que hablando con el Santo Sacramento dixo assí: 'Plaga a ti, Señor, que quando este juramento quebrantare, tú me confundas cuerpo y alma'. 97
Y embió adelante a Iuan Sayavedra, natural de Seuilla, con cien hombres, que en la prouincia que después llamaron Las Charcas topó con ciertos indios que venían de Chili, no sabiendo lo que auía passado en el Perú, a dar la obediencia al Ynga y le trayan en presente ciertos taxuelos de oro fino muy subido, que pesauan ciento y cincuenta mil pesos, y se los tomaron, queriendo demás desto prender Iuan de Sayauedra al capitan Gabriel de Rojas, que allí estaua teniendo la justicia por el Gouernador Piçarro, y el desque lo sintió se retiró al Cuzco. 101
Y al tiempo que del Cuzco se partió, Mango Ynga (que como diximos tenía el Reyno del Perú y la borla dél) concertó con vn hermano suyo llamado Paulo y por otro indio llamado Villaoma, que era summo sacerdote entre los indios, que con mucha gente de la tierra yuan en compañía de don Diego, que quando más descuidado le viessen, diessen sobre él y matassen a él y a su gente porque en el Perú él tenía cargo de matar al Gouernador y a los que con el quedauan. 101
Y no podiendo Villaoma efetuar su intención en los Charcas, se boluió huyendo al Cuzco. 101
Y creyendo que el Cuzco le cabía y entraua en su gouernación, sin tener respeto al juramento que auía hecho, se determinó a boluer luego a tomar aquella ciudad, sin detenerse más en Chili ni en otra ninguna parte del camino. 102
Y era tan grande la frialdad de la tierra que quando dende en cinco meses don Diego boluió al Cuzco halló en muchas partes algunos de los que murieron a la yda en pie, arrimados a algunas peñas, elados con los cauallos de rienda; tan bien elados y tan frescos y sin corrupción como si entonces acabaran de morir (...) 103
Después que don Diego de Almagro partió del Cuzco vino de Castilla Hernando Piçarro, a quien Su Magestad auía dado el hábito de Santiago y hecho otras mercedes, y traxo prorogación por ciertas leguas en la Gouernación de don Francisco Piçarro, su hermano, y la prouisión que hemos dicho para la nueua Gouernación de don Diego de Almagro. 107
Y en este tiempo Mango Ynga, Señor del Perú, estaua preso en la fortaleza del Cuzco por los conciertos que arriba tenemos dicho que hizo con Paulo Ynga, y con Villaoma, su hermano, de matar los christianos. 107
Pues llegando Hernando Piçarro al Cuzco, tomó grande amistad con el Ynga y le trataua muy bien, aunque siempre le hazía guardar. 107
Creyóse que esta amistad era a fin de pedirle algún oro para Su Magestad o para sí mismo, y dende a dos meses que llegó al Cuzco, el Ynga le pidió licencia para yr a la tierra de Yncay [sic: Yucay] a celebrar cierta fiesta, prometiéndole traer de allá vna estatua de oro maciço que era al natural de su padre Guaynacaua. 107
Y ydo allá, dio conclusión en el camino que concertado tenía desde que don Diego partió para Chili, y desde allí hizo luego matar algunos mineros y gente de seruicio que andauan por el campo en las estancias y minas y embió de sobresalto vn capitán con mucha gente que se apoderó de la fortaleza del Cuzco, de manera que en seys días los españoles no se la pudieron tornar a ganar. 107
Y assí vino el Ynga con todo su poder sobre el Cuzco y la tuuo cercada más de ocho meses, y cada lleno de luna la combatía por muchas partes (…) 107
Y durante esta guerra y cerco Gonçalo Piçarro salió con veynte de cauallo a correr la tierra hasta la laguna de Chinchero, que es a cinco leguas del Cuzco, donde tanta gente sobre él vino que, por mucho que él peleó, ya los indios le trayan casi rendidos. 108
Ya diximos arriba cómo, después que Iuan de Herrada lleuó a Chili la prouisión que Su Magestad dio para que don Diego de Almagro fuesse Gouernador de don Francisco Piçarro, se determinó de boluer al Perú y apoderarse de la ciudad del Cuzco, para lo qual le dauan gran priessa los caualleros principales que con él andauan, especialmente Gómez de Aluarado, hermano del Adelantado don Pedro de Aluarado, y su tío Diego de Aluarado y Rodrigo Orgoños, los vnos con codicia de poseer los repartimientos de la tierra del Cuzco y los otros por ambición de quedar solos en la gouernación de Chili. 109
Pues con la instancia que toda esta gente hizo a don Diego, se boluió, y quando llegó a seys leguas del Cuzco, sin hazer saber nada a Hernando Piçarro, se carteó con el Ynga, prometiéndole de perdonarle todo lo que auía hecho si fuesse su amigo y le fauoreciesse, porque aquella tierra del Cuzco era de su gouernación, y que boluía a apoderarse della. 109
Y lo pudiera bien prender, como los vezinos del Cuzco le auían aconsejado, y no quiso, antes se boluió al Cuzco sin le hazer enojo. 109
Y quando don Diego de Almagro boluió de verse con el Ynga passó a vista del Cuzco y, juntándose con Iuan de Sayauedra, vino con toda su gente [con] vanderas tendidas sobre la ciudad y prendió a quatro de cauallo que Hernando Piçarro embió a le hablar y embió a requerir al Cabildo con las prouisiones para que le recibiessen por Gouernador. 109-110
(…) en cualquiera destas maneras la gouernación de don Francisco fenecía mucho antes del Cuzco, y aun algunos dezían que antes de la ciudad de los Reyes. 110
El pretendía que no se auía de medir sino por el altura del sol, contando la graduación desde la línea equinocial, dando a cada grado tantas leguas y mediéndolo, según los astrólogos y mareantes, Nortesur, meridiano por la línea superior, de la qual manera diz que se contenía en la gouernación de don Francisco mucho más adelante de la ciudad del Cuzco. 110
Como quier que sea, hasta el día de oy nunca se declaró perfetamente esta contienda, si la ciudad del Cuzco entraua en la Nueua Castilla o en la Nueua Toledo, aunque muchas veces se juntaron sobre ellos pilotos y grandes geómetras, especialmente por el licenciado Vaca de Castro, que lleuó para ello particular comissión. 110
Y túuose por cierto que a don Diego dieron ocasión de quebrantar las treguas ciertos indios y aun españoles que le traxeron nueuas que Hernando Piçarro mandaua quebrar las puentes y se fortalecía en el Cuzco, lo qual pareció claro porque quando él entraua en la ciudad dixo a grandes bozes: 'O, cómo me auéys engañado, que sanas hallo todas las puentes'. 111
Pues entendida por el Marqués la rebelión de los indios, por lengua dellos mesmos, no pensando, no pensando que a tanto riesgo vuisse llegado, començó a embiar socorro de gente a Hernando Piçarro al Cuzco poco a poco, como se yua juntando, vn día diez y otro quinze, y assí dende en adelante, según la possibilidad se ofrecía. 112
Y auiendo ydo a visitar las ciudades de Truxillo y San Miguel, embió a vn Diego Piçarro con setenta de cauallo para este socorro, los quales todos mataron los indios de vn muy áspero passo que se llama la cuesta de Parcos, que es cincuenta leguas del Cuzco, y lo mismo hizieron a vn cuñado suyo llamado Gonçalo de Tapia, que despupes embió con ochenta hombres de cauallo. 112
Viendo el Marqués tanta multitud de indios sobre la ciudad de los Reyes, tuuo por cierto que Hernando Piçarro y todos los del Cuzco eran muertos y que auía sido tan general este leuantamiento que aurían en Chili desbaratado a don Diego y a los que con él yuan. 114
Y a quatro leguas de la ciudad, en Pachacama, tuuo vna rezia batalla con los indios, los quales desbarató y mató muchos dellos, y prosiguió su camino la vía del Cuzco. 115
Y de ay adelante siempre fueron peleando con él, hasta la puente de Abancay, donde fue certificado de la prisión de Hernando y Gonçalo Piçarro y de todo lo demás que en el Cuzco auía passado, y propuso de no passar adelante hasta tener mandado de lo que auía de hazer. 115
Y como don Diego vio que sus mensajeros no boluían, temiendo que Alonso de Aluarado sería a entrar en el Cuzco, se boluió a gran priessa, porque ya auía salido tres leguas de la ciudad, y desde a quinze días sacó su gente sobre Alonso de Aluarado, porque supo que Pedro de Lerma tenía ordenado vn motín para passársele con más de ochenta hombres. 115
Y assí muy fácilmente don Diego los desbarató sin muerte de españoles; y allí quebraron los dientes con vna pedrada a Rodrigo Orgoños, y después de saqueado el real y preso Alonso de Aluarado, se boluió al Cuzco haziendo algunos malos tratamientos a los vencidos y quedando tan soberuios que dezían que no auía de quedar en todo el Perú piçarra en que tropeçar y que el Marqués y sus hermanos se auían de yr a gouernar los manglares baxo de la línea equinocial. 116
Con las vitorias que Alonso de Aluarado vuo de los indios yendo camino del Cuzco, assí en Pachacama como en Lumichaca (según arriba está dicho), el Ynga y Tiço Yopangui tuuieron por bien de alçar el real de sobre la ciudad de los Reyes. 117
Y viéndose el Marqués libre y con mucha gente, se partió para el Cuzco en socorro de sus hermanos, lleuando consigo más de sietecientos hombres de pie y de cauallo, el qual socorro él pensaua que hazía contra los indios porque ninguna cosa sabía de la buelta de don Diego de Almagro ni de lo que dello auía resultado. 117
Y assí lo hizo, embiando al Cuzco al licenciado Espinoza para que diesse algún corte entre él y don Diego, atrayéndole a ello con que si Su Magestad sabía lo que auía passado y que ellos no estauan conformes, embiaría otro en lugar de ambos que gozasse lo que ellos auían ganado con tanto trabajo (...) 117
(…) y que quando otra cosa no pudiesse, acabasse con don Diego, que soltasse sus hermanos y él se estuuiesse en el Cuzco sin baxar de allí abaxo hasta que, consultado, Su Magestad proueyesse y mandasse lo que cada vno dellos auía de gouernar. 117
Y don Diego baxó con su gente a los llanos, dexando en el Cuzco por su teniente al capitán Gabriel de Roias y presos en su poder a Gonçalo Piçarro y Alonso de Aluarado y lleuando consigo preso a Hernando Piçarro (…) 117
En este tiempo Gonçalo Piçarro y Alonso de Aluarado, que, como diximos, quedaron presos en el Cuzco, se soltaron y se vinieron con mas de setenta hombres al Marqués, auiendo prendido a Gabriel de Rojas, teniente de don Diego. 119
Y fray Francisco, vsando de su poder, dio entre ellos setencia, por la qual mandó que ante todas cosas fuesse suelto Hernando Piçarro y restituyda la possessión del Cuzco al Marqués, como de primero la tenía, y que se deshiziessen los exércitos, embiando las compañías assí como estauan hechas a descubrir la tierra por diuersas partes (...) 119-120
El Marqués replicó que él tenía primero aquellos pueblos y ciudad y tierra del Cuzco y la auía descubierto y poblado y que él le auía desposseydo della por fuerça; por tanto, que se saliesse de la tierra, conforme a lo que Su Magestad mandaua, donde no, que él le echaría della, pues ya era cumplido el plazo y pleytesía que auían hecho con el nueuo mandado de Su Magestad. 123
Y don Diego se fue retrayendo azia el Cuzco, y se hizo fuerte en vna muy alta sierra que se llama de Guaytara, cortando todos los passos de aquel áspero camino. 123
Y don Diego se fue al Cuzco, quebrando siempre las puentes porque creya que le yuan siguiendo. 124
Don Diego estuuo en el Cuzco mas de dos meses, haziendo gente y otras municiones y aparejos de guerra y haziendo Armas de plata y cobre y fundiendo artillería y todo lo demás que le era necessario. 124
Estando el Marqués con todo su exército en los llanos de buelta de la sierra, halló entre su gente diuersos pareceres de lo que deuía hazer, y al fin se resumió en que Hernando Piçarro fuesse con el exército que tenía hecho por su teniente a la ciudad del Cuzco, lleuando por capitan general a Gonçalo Piçarro, su hermano, y que la yda fuesse con título y color de cumplir de justicia a muchos vezinos del Cuzco que con él andauan, que se le auían quexado que don Diego de Almagro les tenía por fuerça entradas y ocupadas sus casas y repartimientos de indios y otras haziendas que tenían en la ciudad del Cuzco. 125
Y por la parte de la sierra tenía con algunos españoles muchos indios de guerra para se ayudar dellos, y dexó presos en dos cabos de la fortaleza del Cuzco todos los amigos y seruidores del Marqués y de sus hermanos que en la ciudad estauan, que eran tantos y el lugar tan angosto que algunos se ahogaron. 125
Pues viendo don Diego vencida su gente, se fue huyendo a meter en la fortaleça del Cuzco, donde le prendieron Alonso de Aluarado y Gonçalo Piçarro, que yuan en su seguimiento. 126-127
Fenecida esta batalla, Hernando Piçarro trabajo mucho de venir en gracia con los capitanes de Don Diego que auían quedado biuos, y como no pudo acabarlo, muchos desterró del Cuzco. 128
Y como Hernando Piçarro supo que el Marqués, su hermano, era venido al Cuzco, se vino a ver con el, dexando en su lugar para que continuasse la conquista a Gonçalo Piçarro, su hermano, que llegó a descubrir hasta la prouincia de los Charcas, donde le cercaron muchos indios de guerra que sobre él vinieron, y le pusieron en tanto aprieto que fue forçado a Hernando Piçarro a boluerlo a socorrer desde el Cuzco con mucha gente de cauallo. 129
Y assí boluieron al Cuzco, donde fueron graciosamente recebidos por el Marqués, el qual dio a comer en la tierra a todos los que vuo lugar. 129
Quando Hernando Piçarro tuuo preso en el Cuzco y justició al Adelantado don Diego de Almagro embió a la ciudad de los Reyes vn hijo suyo que auía auido en vna india, que también se llamaua don Diego de Almagro, mancebo virtuoso y de grande ánimo y bien enseñado, y especialmente se auía ejercitado mucho en caualgar a cauallo de ambas sillas, lo qual hazía con mucha gracia y destreza, y también en escriuir y leer, lo qual hazía más liberalmente y mejor de lo que requería su profesión. 144
Y aun en quando a las mugeres indias del Perú fue mucho más templado el Adelantado porque no se le conoció hijo ni conuersación con ellas, como quiera que el Marqués tuuo amistad con vna señora india hermana de Atabaliba, de la qual dexó vn hijo llamado don Gonçalo, que murió de edad de quatorze años, y vna hija llamada dona Francisca; y en otra india del Cuzco tuuo vn hijo llamado don Francisco. 154-155
Qvando los mensajeros y prouisiones de don Diego llegaron a la ciudad del Cuzco eran alcaldes della Diego de Silua, hijo de Feliciano de Silua, natural de la ciudad de Rodrigo, y Francisco de Carbajal, que después fue maestre de campo de Gonçalo Piçarro. 158
Y para atraerla más se ofreció de ser su soldado y el primero que le obedeciesse, y assí Pedro Aluarez lo aceptó y alçó vandera por su Magestad, y desde allí conuocaron la gente de la ciudad de Arequipa y todos juntos acudieron al Cuzco, donde ya mucha gente estaua por don Diego. 158
Y sabida la venida destos capitanes, se huyeron más de cincuenta hombres para don Diego, tras los quales salieron el capitán Castro y Bachicao con algunos arcabuzeros y, dándoles salto vna noche, los prendieron y tornaron al Cuzco. 158
Y el Cabildo del Cuzco, en conformidad de todos los capitanes estrajeros, recibieron y nombraron y juraron a Pedro Aluarez Holguin por Capitán y Iusticia Mayor del Perú hasta que Su Magestad otra cosa mandasse, y luego pregonó guerra contra don Diego, y los vezinos del Cuzco se obligaron a pagar todo lo que Pedro Aluarez gastasse de la hazienda real con los soldados si Su Magestad no lo vuisse por bien gastado. 158-159
Y para ayuda desta guerra todos los vezinos que allí se hallaron, del Cuzco, Charcas y Arequipa, ofrecían sus personas y haziendas, y en breue tiempo se juntaron más de trecientos y cincuenta hombres, los ciento y cincuenta de cauallo y cien arcabuzeros y cien piqueros. 159
Y porque Pedro Aluarez tuuo noticia que don Diego tenía más de ochocientos hombres de guerra, no le osó esperar en el Cuzco, antes se fue por la sierra para juntarse con Alonso de Aluarado, que ya sabía que estaua por Su Majestad, y también continuó su camino azia se le juntassen los amigos y seruidores del Marqués, que por los montes estauan escondidos. 159
Y quando salió del Cuzco dexó para guarda y defensa de la ciudad la gente que bastaua y nombró por maestre de campo a Gómez de Tordoya y por capitanes de gente de cauallo a Garcilaso de la Vega y a Pedro Ançúrez, y dio cargo de la infantería al capitán Castro y hizo alférez de estandarte real a Martín de Robles. 159
Sabido por don Diego lo que en el Cuzco auía passado y cómo Pedro Aluarez auía salido de la ciudad con la gente de guerra que tenía, luego entendió que deuía yr por la sierra a juntarse con Alonso de Aluarado, pues no tenía cantidad de gente para que se creyesse que venía contra él. 160
Y como don Diego (que yua ya muy lexos) entendió que estauan juntos, dexó de seguillos y con su gente se fue al Cuzco. 161
Y embió delante al capitán Pedro de Puelles para que començassen a adereçar lo necessario a la guerra y despachó a Gómez de Rojas, natural de la villa de Cuéllar, con sus poderes, para que le recibiessen en el Cuzco, el qual se dio tan buena maña y diligencia que antes que don Diego llegasse al Cuzco ya él auía llegado y las auía notificado y estauan recebidas. 163
Ya auemos dicho cómo después que don Diego no pudo alcançar a Pedro Aluarez se fue al Cuzco, y quando a él llegó ya Christóual de Sotelo, a quien auía embiado delante, tenía tomada la possessión de la ciudad y puesta la justicia de su mano, quitando la que estaua por Vaca de Castro. 165
Y luego sacó su gente del Cuzco para yr sobre Vaca de Castro, que ya auía sabido cómo se juntó con Pedro Aluarez y Alonso de Aluarado y venía la vía de Xauxa en demanda suya (…) 166
Y don Diego y don Méndez se fueron huyendo al Cuzco, donde los prendió Rodrigo de Salazar, de Toledo, que era su mesmo teniente, y Antón Ruiz de Gueuara, que era alcalde ordinario de la ciudad. 176
Y como tal le embió al camino, quando supo que passaua, muchas cotas de malla y coseletes y coracinas y otras armas de las que auía tomado a la gente que venció y mató de los christianos, quando yuan en socorro de Gonçalo Piçarro y Iuan Piçarro al Cuzco, embiados por el Marqués (como arriba hemos dicho), y siempre traxo indios disfraçados en el campo que le auisassen del sucesso de la batalla. 180
Pues auiendo despachado Vaca de Castro sus capitanes a estas conquistas, estuuo en el Cuzco más de año y medio, repartiendo los indios que estauan vacos y poniendo en orden la tierra, y hizo ordenanças en gran vtilidad y conseruación de los indios. 181
En este tiempo se descubrieron en las comarcas del Cuzco las más ricas minas de oro que en nuestros tiempos se auían visto, especialmente en vn río que se llama Carabaya, tanto que acontecía a vn indio coger en vn día cincuenta pesos. 181-182
Y en este tiempo fue Gonçalo Piçarro al Cuzco, porque hasta entonces no se le auía dado licencia para ello, y después de auer estado allí algunos días se fue a Las Charcas a entender en sus granjerías, hasta que vino el Visorey Blasco Núñez Vela, como en el siguiente Libro se declarará. 182
Y assí acudieron de diuersas partes al Cuzco a hazer relación de todo esto al licenciado Vaca de Castro, que allí estaua. 187
Y assí se partió de la ciudad del Cuzco para Los Reyes, trayendo consigo procuradores de todas las ciudades de aquellas comarcas y otros caualleros y gente principal que venían acompañando. 187
Y viendo los principales que con él venían que no quería hazer lo que ellos le importunauan, se boluieron a la ciudad del Cuzco (…) 190
(…) se entendía bien dellos que yuan alterados y no con buenas intenciones, las quales dende a pocos días se declararon, porque llegando a la villa de Guamanga con grande alboroto sacaron de poder de Vasco de Gueuara toda la artillería que el licenciado Vaca de Castro allí auía dexado al tiempo que venció a don Diego y la lleuaron a la ciudad del Cuzco, juntando gran copia de indios para ello. 190
Y entendido por él el alboroto de los que se fueron al Cuzco, luego otro día mandó prender en la cárcel pública al licenciado Vaca de Castro, teniendo sospecha que auía entendido en aquel motín y sido el origen dél. 191
Y vistos todos estos rigores, la gente andua desabrida y haziendo corrillos y saliéndose pocos a pocos de la ciudad vía del Cuzco, adonde el Visorey no estaua recebido. 191
En este tiempo Gonçalo Piçarro, hermano del Marqués don Francisco Piçarro, estava (como es dicho) en sus repartimientos en la prouincia de los Charcas, con hasta diez o doze hombres, amigos suyos, y sabidas las nueuas de la venida del Visorey y la razón della y las ordenanças que venía a executar, de que ya auía tenido noticia, determinó que venirse al Cuzco, debaxo de ocasión de saber nueuas de Castilla y proueer en los despachos que embiaua Hernando Piçarro, su hermano. 192
Y algunos le ofrecían sus personas y haziendas, otros le escriuían que el Visorey auía dicho públicamente que le auía de cortar la cabeça, de manera que por diuersas vías le procurauan indignar y hazerle venir al Cuzco para resistir la entrada del Visorey. 192
Visto todo esto y conformándose con el desseo que él siempre auía tenido de ser Gouernador del Perú, recogió ciento y cincuenta mil castellanos de sus haziendas y de las de Hernando Piçarro y vínose al Cuzco, trayendo consigo hasta veynte personas. 192
Todos le salieron a recebir y mostraron holgarse con su venida, y cada día llegaua al Cuzco gente que se huya de la ciudad de los Reyes, de la que el Visorey hazía, añadiendo siempre algo para que más se alterassen los vezinos. 192
En el Cabildo del Cuzco se hizieron muchas juntas, assí de los regidores como de todos los vezinos en general, tratando sobre lo que se deuía hazer cerca de la venida del Visorey. 192
Y vltimamente se determinó que Gonçalo Piçarro fuesse elegido por la ciudad del Cuzco y que Diego Centeno, que estaua allí con poder de la villa de Plata, le sostituyesse, y que desta manera fuesse con título de Procurador General de la ciudad de los Reyes a suplicar de las ordenanças en la Audiencia Real. 193
Y desta manera se resumieron en que Gonçalo Piçarro alçasse vanderas y hiziesse gente, y muchos de los vezinos del Cuzco se le ofrecían con sus personas y haziendas, y aun algunos vuo que dezían que perderían las ánimas en esta demanda. 193
Y el cabildo del Cuzco escriuió al de la villa de Plata, diziéndole los grandes inconuenientes y daños que se seguirían si las ordenanças se executassen y lo que auían proueydo para el remedio dello, pidiéndoles por merced que, pues también aquello se auía hecho con su poder, que tenía el capitán Diego Centeno, lo tuuiessen por bien y les fauoreciessen como se lleuasse adelante la empresa y que todos viniessen a ella con sus armas y cauallos. 194
A la sazón estua en la villa de Plata por teniente de Gouernador en nombre de Vaca de Castro vn vezino della llamado Luys de Ribera y por alcalde ordinario otro vezino llamado Antonio Aluarez, los quales, visto lo que en el Cuzco se auía hecho, luego reuocaron el poder a Diego Centeno y en nombre de cabildo respondieron al regimiento del Cuzco que aunque Su Magestad les quitasse las haziendas y vidas, auían de obedecer sus prouisiones, diziendo que aquella villa siempre la auía servido contra los que auían querido lo contrario y que assí lo entendía hazer agora (...) 194
Y mandaron so graues penas que ninguna persona saliesse de la ciudad, aunque sin embargo dello muchos se fueron al Cuzco, 194
En todo este tiempo estaua tan cerrado el camino del Cuzco que ni por vía de indios ni de españoles no se tenía nueua de lo que allá passaua, saluo saberse que Gonçalo Piçarro auía venido al Cuzco y que toda la gente que se auía huydo de la ciudad de los Reyes y de otras partes auía acudido allí a la fama de la guerra. 198
Y en esto el Visorey y Audiencia despacharon prouisiones, mandando a todos los vezinos del Cuzco y de las otras ciudades que recibiessen a Blasco Núñez por Visorey y acudiessen a le seruir a la ciudad de los Reyes con sus armas y cauallos (…) 198
Y también aportaron a poder de algunos vezinos particulares del Cuzco las prouisiones que para este efeto les auía embiado, por virtud de las quales se vinieron algunos dellos a seruir al Visorey, como adelante se dirá. 198
Estando en estos términos vinieron mueuas ciertas al Visorey de lo que en el Cuzco passaua, lo qual le dio ocasión a que con grande diligencia hiziesse acrecentar su exército con el buen aparejo que halló de dineros, porque el licenciado Vaca de Castro auía hecho embarcar hasta cien mil castellanos que auía traydo del Cuzco para embiar a Su Magestad, los quales sacó de la mar y en breue tiempo los gastó en la paga de la gente. 198
Quando se començó esta alteración de la tierra auían subido al puerto de Arequipa dos nauíos cargados de mercaderías, los quales Gonçalo Piçarro hizo detener y aun los compró con intento de embiar desde el Cuzco para meter en ellos toda la artillería, assí por escusar la gran dificultad que auía de traerlo por tierra tan largo camino como para tomar el puerto de la ciudad de los Reyes y desposseer de los nauíos que en ella auía el Visorey (...) 200
En este tiempo Gonçalo Piçarro estaua en el Cuzco haziendo y pagando la gente con gran diligencia y proueyendo las otras cosas necessarias para la guerra, y pudo juntar hasta quinientos himbres (…) 201
Lleuava tres estardantes, el vno de las armas reales, en poder de don Pedro de Puertocarrero, y el otro de la ciudad del Cuzco, que fue entregado a Antonio Altamirano, regidor de aquella ciudad, natural de Hontiueros, a quien después degolló Gonçalo Piçarro por seruidor de Su Magestad, como adelante se dirá. 201
Y teniendo junta su gente en el Cuzco, general y particularmente justificaua o coloraua la causa de aquella tan Mala empresa con que él y sus hermanos auían descubierto aquella tierra y puéstola debaxo del señorío de Su Magestad a su costa y comissión y embiado della tanto oro y plata a Su Magestad como era notorio (...) 201
Y con estas palabras persuadía aquella gente a que creyessen la justificación de la junta, y se ofrecieron de yr con él y defenderle hasta la muerte, y assí salió de la ciudad del Cuzco, acompañándole todos los vezinos. 202
Y puesta su gente en orden, aunque vuo dellos, entre los quales estaua ya hecho concierto, que le demandaron aquella noche licencia para boluer al Cuzco a adereçar algunas cosas de su viaje. 202
(…) después, visto cómo el negocio se yua enconando y poco a poco Gonçalo Piçarro yua usurpando señorío y mando y que por su autoridad quebró la caxa de Su Magestad y sacó della los dineros que auía contra voluntad de los oficiales y justicias, antes que saliessen del Cuzco se arrepintieron de auerse entremetido en estas cosas que dauan de sí muy ciertas señales del mal sucesso que auían de tener. 204
Balthasar de Loaysa vino a Los Reyes caminando con gran diligencia y, por procurar de esconderse, no topó con Gabriel de Rojas y Garcilaso y con los demás que hemos dicho que se huyeron del Cuzco. 204
Y yendo ciertos corredores delante quatro leguas de Guadachili, en la prouincia de Pariacaca, toparon a fray Thomás de Sant Martin, prouincialde Santo Domingo, a quien el Visorey auía embiado al Cuzco para tratar de medios con Gonçalo Piçarro, y apartándole vn soldado natural de Auila, le dixo lo tratos que estauan hechos de aquella gente para que él auisasse dellos a Vela Núñez y se pusiesse a recaudo, porque de otra manera le matarían aquella noche. 207
Y recebidas por él las prouisiones y despachos que el mensajero lleuó, las comunicó muy en secreto con el capitán Caruajal, a quien pocos días antes auía hecho su maestre de campo, por enfermedad de Alonso de Toro, que salió del Cuzco con aquel cargo, y assimesmo dio parte del negocio a otros capitanes y personas principales de su campo, de los que no auían sido en embiar a pedir el saluoconducto. 208
Y también le culpaua de que auiéndole dado ciertos despachos que embiasse al licenciado Caruajal, su hermano, que al tiempo destas rebueltas se halló en el Cuzco, para que le auisasse de lo que allá passaua, no le auía buelto respuesta, pudiéndolo también hazer por estar en el camino los indios de ambos hermanos y los de Su Magestad que estauan a cargo del factor, aunque en lo vno ni en lo otro nunca pareció culpado. 213
En el tiempo que el Visorey estaua en la ysla boluieron a Los Reyes don Alonso de Montemayor y los demás que con él auían en seguimiento de los que fueron a prender al padre Loaysa, a los quales los oydores prendieron y algunos quitaron las armas, y, juntamente, con algunos capitanes del Visorey y con los que se auían venido del Cuzco, los pusieron presos en cada del capitán Martín de Robles y otros vezinos. 220
Y Çárate, entendiendo su intención, les dixo de parte de los oydores otras algunas cosas tocantes al seruicio de Su Magestad y al bien de la tierra, vsando de la creencia que se le auía tomado, especialmente que, pues el Visorey era embarcado y otorgada la suplicación de las Ordenanças, pagassen a Su Magestad lo que el Visorey Blasco Núñez Vela le auía gastado, como se auían ofrecido por sus cartas de lo hazer, y que perdonassen los vezinos del Cuzco que auían passado desde su campo a seruir al Visorey, pues auían tenido tan justa causa para ello, y que embiassen mensajeros a Su Magestad para desculparse de todo lo acaecido (...) 224
Y sobre ello hizieron un acuerdo, mandando que se notificasse a don fray Ierónymo de Loaysa, Arçobispo de Los Reyes, y a don fray Iuan Solano, Arçobispo del Cuzco, y a son Garci Díaz, Obispo del Quito, y a fray Thomás de Sant Martín, prouincialde los dominicos, y a Agustín de Çárate y al tesorero, contador y veedor de Su Magestad que viessen esto que los procuradores del Reyno pedían. 225
Y entretanto que se trataua deste negocio Gonçalo Piçarro llegó vn quarto de legua de la ciudad y assentó sobre ella su campo y artillería y, como vio que se dilató aquel día el despacho de la prouisión, la noche siguiente embió su maestre de campo con treynta arcabuzeros, el qual prendió hasta veynte y ocho personas de los que se auían venido del Cuzco (...) 225
En medio, don Pedro Puertocarrero con el estandarte de su compañía en la mano, que era de las armas reales, y a la mano derecha Antonio Altamirano con el estandarte del Cuzco, y a la mano izquierda Pedro de Puelles con el estandarte de las armas de Gonçalo Piçarro, y tras ellos se seguía toda la gente de cauallo, armados a punto de guerra. 227
Y luego Gonçalo Piçarro embió al Cuzco por su teniente a Alonso de Toro, y a Pedro de Fuentes a Arequipa y a Francisco de Almendras a la villa de Plata y a las otras ciudades a otras personas. 227
Proueyóle el Visorey de vn corregimiento en aquella prouincia con que se mantuuo algún tiempo hasta que sucedió en el Perú el alçamiento de los indios, para lo qual le embió el Visorey con las armas y socorro que arriba tenemos dicho; y por llegar a tal coyuntura, el Marqués le dio vnos indios en el Cuzco, donde residió hasta que vino el Visorey Blasco Núñez Vela, que estaua a punto de venirse a Castilla con hasta quinze mil pesos que auía auido de sus indios y, por no tener en qué embarcarse, se quedó en la tierra. 228
Y luego tocaron arma y empeçaron a prender todos quantos caualleros sospechosos auía en el pueblo, assí de los que se auían huydo del Cuzco como de los que no auían acudido a Gonçalo Piçarro de otras partes (…) 232
Y luego tornaron a adereçar la partida de Hernando Bachicao, y allegó entonces al puerto vn bergatín de Arequipa; y con otros que se adereçaron, metiendo en ellos cantidad de artillería de lo que Gonçalo Piçarro traxo del Cuzco, Bachicao se partió con el doctor Texada y Francisco Maldonado y sesenta arcabuzeros que se pudieron auer y quisieron yr con él. 233
Y aunque este Diego Centeno en el primer leuantamiento de Gonçalo Piçarro le siguió y vino con él desde el Cuzco a Los Reyes, siendo de los principales votos del exército como procurador de la prouincia de los Charcas, después viendo que la Mala intención de Gonçalo Piçarro se estendía a mucho más de lo que a los principios auía publicado, con su licencia se boluió a su casa y indios, donde residía al tiempo que aconteció esta muerte de don Gómez (...) 245
Después de llegado Lope de Mendoça, se hallaron en la villa de Plata con hasta dozientos y cincuenta hombres bien adereçados, y después de auelles dado Diego Centeno de lo que tenía cumplidamente, les juntó y traxo a la memoria las cosas passadas en lo tocante a la empresa que Gonçalo Piçarro tomó, diziémdoles auer salido de la ciudad del Cuzco con título de suplicar de las Ordenanças que Su Magestad embiaua (...) 248
Donde lo dexaremos por dezir lo que en este tiempo sucedió en el Cuzco, donde algunos días antes auían tenido relación de lo susodicho. 249
Lo qual sabido por el capitán Alonso de Toro (tomándole la nueua fuera del Cuzco, con cien hombres, porque estaua cien leguas de allí guardando vn paseo, creyendo que el Visorey se auía subido por la sierra por vnas cartas que de Gonçalo Piçarro auían tenido sobre ello), se boluió al Cuzco y començó a hazer gente y, juntos los vezinos y regidores de la ciudad del Cuzco, les hizo saber las nueuas que auía de los Charcas y el modo con que el capitán Diego Centeno se auía alterado. 250
Y diziéndoles primero que, pues en el Cuzco auía gente armada y cauallos para poder yr contra él, que auía determinado de tomar la empresa porque le parecía ser justa (…) 250
Después de lo qual con este título començó a mucha priessa el capitán Alonso de Toro a hazer gente y, llamándose capitán general, hizo capitanes (…) no dexó cauallo en poder de hombre para yr la jornada, y los vezinos hábiles para la guerra los hazía yr personalmente, de manera que pudo allegar hasta trecientos hombres, con los quales, medianamente armados y apercebidos, se salió seys leguas del Cuzco a vn assiento que se llama Vrcos, adonde estuuo tres semanas, teniendo tan cerrado el camino que no podía saber nueua de lo que hiziessen sus contrarios porque todas las parcialidades de los indios ayudauan a Diego Centeno y le guardauan muy bien los caminos. 252
(…) Y Alonso de Toro los fue siguiendo hasta la villa de Plata, que son ciento y ochenta leguas de la ciudad del Cuzco, y entró dentro y como la vio tan sola, consideró el mal aparejo que tenía par residir allí por no auer comida y estar la tierra alçada por la ausencia de los caciques, y assí acordó de no seguirlos más y, tomando consigo cincuenta hombres, se adelantó para la ciudad del Cuzco (...) 253
Y Alonso de Toro llegó al Cuzco con harto temor de que viniessen sobre él porque si lo hizieran, con gran facilidad se apoderaran de la ciudad, pero Diego Centeno tomó acuerdo de residir de assiento en la villa de Plata, allegando cada día más gente y dineros, lo qual podía hazer en abundancia a causa de la mucha plata que auía en aquella prouincia. 254
Y en Los Reyes se acabó de aparejar con cerca de dozientos hombres bien adereçados y con más de cincuenta mil pesos que hasta entonces se auía recogido; y se partió la vía del Cuzco en la sierra y llegó a la villa de Guamanga, donde también echó tributo y le cobró. 259
Y viendo el maestre de campo que las cosas yuan en tan buenos términos, le pareció que su presencia era escusada, y assí por esto como porque entre él y Alonso de Toro auía auido los tiempos passados algunas diferencias sobre que quando Gonçalo Piçarro salió del Cuzco con su gente vino por maestre de campo della Alonso de Toro (...) 261
Y intitulado su campo el felicíssimo exército de la libertad contra el tirano Diego Centeno y despachando mensajeros para el Cuzco por la sierra, él se fue por los llanos la vía de Arequipa y allí sacó mucho dinero y recibió cartas así del cabildo del Cuzco como del capitán Alonso de Toro, por las quales le pedían con gran instancia que fuesse personalmente allá porque no era razón que, siendo la ciudad del Cuzco cabeça del Reyno, saliesse el exército de otra parte, sino de allí, prometiéndole de ayudar con mucha gente y armas y cauallos y yr con él muchas personas principales, poniéndole también delante que él era vezino de aquella ciudad y que era justo que le diesse aquella preeminencia. 261
Con lo qual y con otras muchas cosas le persuadieron a que fuese al Cuzco, aunque en alguna manera temía al capitán Alonso de Toro porque le referían algunas palabras que en su ausencia auía dicho contra él, y assí se fue al Cuzco. 261
Y estando en estos términos llegó nueua cómo Caruajal entraría otro día en el Cuzco con dozientos hombres arcabuzeros y de a cauallo. 262
Y sabido por Caruajal, ordenó su gente y mandó echar pelotas en los arcabuzes, y Alonso de Toro le salió al traués, y, viendo que ninguno acometía, se llegaron a juntar, y aunque Caruajal sintió mucho este ademán, lo dissimuló hasta llegar al Cuzco, donde fue recebido. 262
Y demás de los capitanes que arriba hemos dicho que traya Gonçalo Piçarro, venía con él el licenciado Benito Xuárez de Caruajal, hermano del factor Yllán Suárez de Caruajal, el qual auía venido de la ciudad del Cuzco desde los principios de la guerra huyendo de Gonçalo Piçarro para se juntar con el Visorey y, llegando veynte leguas de Los Reyes, supo la muerte de su hermano, y assí se detuuo sin osar entrar en la ciudad hasta que supo que el Visorey era preso y embarcado, y después Gonçalo Piçarro le prendió y tuuo a punto de degollalle, y cuando vuo de yr a la guerra de Quito le reduxo en su gracia, y él aceptó de yr la jornada en vengança de la muerte del factor, su hermano, lleuando consigo hasta treynta personas, todos parientes y criados suyos, por compañía aparte de que se nombraua capitán. 281
Ya se hizo relación en el Libro passado cómo el capitán Caruajal salió del Cuzco con trecientos hombres y con mucho número de cauallos y arcabuzes y otras armas y caminó por el Collao la vía de la prouincia de Paria, donde estaua Diego Centeno con hasta dozientos y cincuenta hombres, el qual quando supo su venida le aguardó determinación de darle la batalla. 289
Y assí se partió de Quito, dexando por teniente y capitán general a Pedro de Puelles, con hasta trecientos hombres, por la gran confiança que dél tenía, pues demás de auerlo socorrido a tan buen tiempo quando venía del Cuzco que no yendo se le desharía su campo, auía metido otras muchas prendas que prometían gran seguridad, pareciéndole que si Su Magestad embiasse alguna gente por la Gouernación de Benalcáçar, sería parte Pedro de Puelles para resistirles la entrada. 300
Gonçalo Piçarro siguió en esto el parecer del licenciado Caruajal, como lo hazía en todas las cosas de importancia, y entró a cauallo, lleuando sus capitanes delante de sí, a pie y con sus cauallo, lleuándole en medio el Arçobispo de Los Reyes y el Obispo del Cuzco y el Obispo de Quito y el Obispo de Bogotá, que auía venido por la vía de Cartajena a recebir la consagración al Perú (...) 301
Por este mismo tiempo sucedió que Alonso de Toro, teniente de Gouernador del Cuzco, fue muerto a puñaladas por su mismo suegro sobre ciertas palabras que con él vuo, lo qual sintió mucho Gonçalo Piçarro por la falta que le auía de hazer, y por su muerte nombró por teniente del Cuzco a Alonso de Hinojosa, al qual ya auía elegido el Cabildo. 319
Y en su tiempo sucedió cierto motín en el Cuzco, por el qual fueron muertos Lope Sánchez de Valenzuela y Diego Pérez Becerra, promouedores dél, y otros fueron desterrados por el mismo Hinojosa y por Pedro de Villacastín, alcalde ordinario, que entendieron en la pacificación de la ciudad. 319
Nombróse por alférez general del estandarte a Antonio Altamirano, vezino y regidor de la ciudad del Cuzco, con ochenta de cauallo que le aguardauan, y diéronsele doze mil castellanos para socorro de algunas necessidades porque la gente de ninguna paga ni socorro tenía necessidad por ser todos vezinos y los más ricos de la tierra. 327
Despachó a Martín Siluera para que fuesse a la villa de Plata a traer la gente y dineros que allí auía; embió a Antonio de Robles al Cuzco para traer la gente que allí tenía Alonso de Hinojosa, su teniente; escriuió a Lucas Martín, teniente de Arequipa, que luego viniesse con la gente de aquella villa; embió a mandar a Pedro de Puelles, teniente de Quito, que acudiesse con la gente de aquella prouincia; despachó para que los capitanes Mercadillo y Porcel, dexadas las entradas en que entendían, traxessen toda la gente a Lima, y lo mismo el capitán Sayauedra, que era teniente de Guamanga. 328
Llegado Antonio de Robles al Cuzco, a quien como arriba tenemos dicho que Gonçalo Piçarro embiaua por su capitán general a aquella ciudad, Alonso de Hinojosa, que hasta allí lo auía sido, le entregó la jurisdicción y el exército, aunque no pudo dexar de recebir dessabrimiento dello, según se creyó. 333
Antonio de Robles començó a recoger toda la gente y dineros que pudo, y saliendo con ella hasta Xaquixaguana, que son quatro leguas del Cuzco, tuuo allí nueuas cómo después de auer estado Diego Centeno por más de vn año escondido en vna cueua (como arriba está dicho) tuuo allí noticia de la venida del Presidente y de las cosas más señaladas que en la tierra passauan (...) 333
Y assí se le juntaron hasta quarenta hombres, y algunos dellos en los cauallos que auían escapado y los demás a pie y no tan bien armados como era necessario, y determinó dar vn assalto en el Cuzco con tanto ánimo como si lleuara quinientos hombres. 333
Los principales que con él yuan eran Luys de Ribera y Alonso Pérez de Esquiuel y Diego Aluarez y Francisco Negral y Pedro Hortiz de Çárate y Domingo Ortiz, clérigo (a quien comúnmente llamauan el Padre Viscayno), y desta manera caminó hasta llegar cerca del Cuzco. 333
Como quier que fuesse, sabida por Antonio de Robles la venida de Centeno, se tornó al Cuzco y se començó apercebir (…) 333-334
Y en la noche que fue víspera de Corpus Christi del año de quarenta y siete le metió por otra calle diferente por donde estaua hecho el esquadrón, y dieron en él por vn lado con tanto ánimo como quien yua determinado de vencer o morir, y como era de noche y el ruydo muy grande, no se entendían los vnos ni los otros, tanto que entre los del Cuzco se matauan entre sí mismos por no tener espacio de preguntar el nombre. 334
Finalmente, que Diego Centeno y los suyos pelearon con tanto ánimo que los del Cuzco se desbarataron y huyeron, quedando Centeno con tanta gloria que pocas vezes se ha visto tan pequeño número de gente vencer a tanto, especialmente dentro de su propia ciudad, que peleauan (como suelen dezir los historiadores) por sus fuegos y altares. 334
Luego fue Diego Centeno elegido por capitán general del Cuzco en nombre de Su Magestad, y otro día cortó la cabeça a Antonio de Robles públicamente y repartió entre la gente hasta cien mil pesos que allí halló de Gonçalo Piçarro, haziéndolos todo buen tratamiento. 334
Y assí se salió del Cuzco con hasta quatrocientos hombres la vía de la villa de Plata con intención de requerir a Alonso de Mendoça, que allí tenía la tierra por Gonçalo Piçarro, que se reduxesse al seruicio de Su Magestad, donde no, tomar la villa por fuerça de armas. 334
(…) y tomando por capitán a Hierónymo de Villegas, siguieron su camino hasta juntarse con Diego Centeno, que estaua en el Collao aguardando los conciertos que era ydo a tratar Pedro Piçarro de Çárate, maestreescuela del Cuzco, y halló que era ya llegado a los Charcas Iuan de Siluera, sargento mayor de Gonçalo Piçarro, a quien tenemos dicho que embió por la gente de aquella prouincia, auiendo ahorcando cinco o seys hombres en el camino de los que auían seguido a Diego Centeno, y tenía juntos hasta trecientos hombres, y lo que dellos sucedió se dirá adelante. 335
Llegando a Gonçalo Piçarro las nueuas de todo lo sucedido en el Cuzco, y el alçamiento de Centeno y muerte de Antonio de Robles, y viendo por algunas conjeturas que para ello tenía que la gente de Sant Miguel auía alçado vandera por Su Magestad y que los capitanes Mercadillo y Porcel se auían juntado con Diego de Mora en Caxamalca, por manera que no le quedaua sino solamente la gente que tenía en Los Reyes y la de Pedro de Puelles que estaua en Quito, de quien él tenía seguridad no le faltaría (...) 336
Y esto se entendía por diuersas muestras que para ello daua, aunque no mostró tan poco ánimo que lo dixesse a nadie, y assí embió a llamar a Iuan de Acosta, y como su gente vio tan gran nouedad se alborotaron y huyeron siete u ocho dellos, lleuando por cabeça a Hierónymo de Soria, vezino del Cuzco, y se huyeran muchos más si no los preuiniera cortando la cabeça de Lorenço Mexía, yerno del Conde de la Gomera, y a otro soldado de quien tuuo sospecha que se quería yr, y a otros traxo presos a Los Reyes. 336
Y pocos días antes que llegasse, pareciéndole a Gonçalo Piçarro que Antonio Altamirano, vezino y regidor de la ciudad del Cuzco y alférez general de su campo, andaua algo tibio en los negocios, sin que dél supiesse contradición ni sospecha señalada, le hizo dar vn garrote vna noche y después le ahorcó públicamente en el rollo, repartiendo todos sus bienes, porque era de los más ricos de la tierra. 336
Y hecho esto se acordó que Iuan de Acosta se partiesse la vía del Cuzco por la sierra con trecientos hombres, de los quales fue por maestre de campo Paéz de Sotomayor y por capitán de gente de cauallo Martín Dolmos y por capitán de arcabuzeros Diego de Gumiel y de piqueros Martín de Almendras, y dieron el estandarte a Martín de Alarcón, y desta manera prosiguió su camino la vía del Cuzco. 338
Teniendo Iuan de Acosta su gente en orden y apercebida de todo lo necessario, la sacó de la ciudad de Los Reyes y caminó la vía del Cuzco por el camino de la sierra. 339
Y aquella misma noche al capitán Martín de Robles embió auisar a Diego Maldonado, regidor del Cuzco (llamado comúnmente el Rico), que Gonçalo Piçarro le quería matar y que assí lo auía consultado con sus capitanes, lo qual él tuuo por cierto, assí porque fue vno de los que se passaron a seruir al Visorey desde el Cuzco como porque después de perdonado sobre esto, yendo con Gonçalo Piçarro a Quito a la guerra del Visorey, le dio vn muy rezio tormento sobre sospecha que auía sido en escriuir vna carta que se echó a los pies de Gonçalo Piçarro, en que se le dezían muchas verdades de que a él le pesó. 343
(…) y aquella noche se huyó Lope Martín, vezino del Cuzco, saliendo a vista de todo el real. 344
Ivan de Acosta salió de la ciudad de Los Reyes (como hemos contado) caminando por la sierra la vía del Cuzco con trecientos hombres bien adereçados hasta que en el camino supo la venida de Gonçalo Piçarro de Los Reyes, y luego embió a fray Pedro, frayle de la Merced, para que le embiasse a mandar con él lo que conuenía a hazer, y con el mismo frayle Gonçalo Piçarro le embió orden para que viniesse a juntarse con él por cierta parte que le pareció conueniente. 348
y viéndolos yr Iuan de Acosta, embió tras ellos sesenta arcabuzeros de cauallo, los quales, no pudiéndolos alcançar, se boluieron, y Iuan de Acosta hizo información y ahorcó algunos que entendió que sabían del negocio y otros prendió y con otros dissimuló, y desta manera caminó la vía del Cuzco, matando siempre en el campo algunos de quien tenía sospecha y a otros que se querían huyr. 349
Y llegado al Cuzco, quitó las varas de la justicia que estauan puestas por Diego Centeno y dexó allí por alcalde a Iuan Vázquez de Tapia con el recado que le pareció necessario y continuó su camino la vía de Arequipa para se juntar con Gonçalo Piçarro (...) 349
Llegando Iuan de Acosta doze leguas del Cuzco, se le huyó Martín de Almendras con veynte hombres de los mejores que él lleuaua, y tornando al Cuzco con ellos y con la gente que allí quedó fue parte para quitar las varas a los alcaldes a quien las auía dado Iuan de Acosta, y embió preso al vno dellos a la ciudad de Los Reyes y puso alcaldes por Su Magestad. 349
Y estaua indeterminable en lo que haría porque para esperar no le parecía bastante fuerça y para huyr o esconderse era demasiada; y assí quedará por contar lo que Diego Centeno hizo después que salió del Cuzco. 349
Estando Diego Centeno en el Collao esperando la respuesta de la embaxada que auía embiado al capitán Alonso de Mendoça con Pedro Gonçalez de Çárate, maestreescuela del Cuzco, y auiendo recebido los despachos del Presidente, los quales Lorenço de Aldana le auía encaminado, tuuo nueuas de todo lo que en la ciudad de Los Reyes auía sucedido y de la huyda de Gonçalo Piçarro y cómo se le auía juntado Iuan de Acosta. 350
Y lo vno y lo otro embió de nueuo a hazer saber a Alonso de Mendoça con Luys García de Sant Mames, vezino del Cuzco, declarándole particularmente los poderes y despachos que el Presidente traya y cómo, vistos aquéllos y que la voluntad de Su Magestad era que Gonçalo Piçarro no gouernasse en el Perú (...) 350
Ya se dixo arriba cómo llegando Gonçalo Piçarro a la villa de Arequipa la halló despoblada porque toda la gente della se fue a juntar con el capitán Diego Centeno después de la vltima entrada que hizo en el Cuzco, y allí procuró Gonçalo Piçarro de saber nueuas de todo lo que passaua y supo cómo Diego Centeno estaua en el Collao cerca de la laguna de Titicaca y se auía confederado y juntado con Alonso de Mendoça, por manera que con toda la gente del Cuzco y de los Charcas y Arequipa le estauan guardando el passo con cerca de mil hombres (...) 357
(…) y Gonçalo Piçarro embió de nueuo vn capellán suyo a requerir a Diego Centeno que lo dexasse passar y no lo necessitasse a dar batalla, protestándole todo el daño que en ella sucediesse, al qual capellán el Obispo del Cuzco, que estaua en el campo de Diego Centeno, mandó prender y lleuar a su toldo (...) 358
El capitán Caruajal con ciertos de cauallo fue algunas jornadas la vía del Cuzco en seguimiento de los que huyan, especialmente si podía alcançar al Obispo del Cuzco, de quien tenía muy gran quexa porque auía ydo con Diego Centeno y hallándose personalmente en la batalla (...) 361
(…) y Diego de Caruajal, quien llamauan Galán, fue a Arequipa a lo mismo, y Iuan de la Torre fue al Cuzco, donde fueron justiciados Iuan Vásquéz de Tapia, que era alcalde ordinario, y el licenciado Martel. 361-362
Embió a Pedro de Bustincia con cierta gente que fuesse a tomar los caciques de Andaguaylas y otros comarcanos para que proueyessen de comida el campo, y pocos días después Gonçalo Piçarro se vino al Cuzco con más de quatrocientos hombres, donde se començó apercebir de todo lo necessario, auiendo él y su gente cobrando grande ánimo y soberuia con el vencimiento de la batalla de Guarina por auer sido con tanta ventaja y muertes de sus contrarios, siendo el número de la gente desigual. 362
(…) y luego proueyó que los capitanes Lope Martín y Mercadillo fuessen con cincuenta hombres a la villa de Guamanga, que está treynta leguas más adelante, para tomar los caminos y saber lo que hazía el enemigo y recoger la gente que se viniessen huyendo del Cuzco, y auínoles también que teniendo noticia Lope Martín que Pedro de Bustincia estaua en Andaguaylas haziendo lo que arriba tenemos dicho, se adelantó con quinze arcabuzeros y dio vna noche sobre él y le prendió, y ahorcó algunos de los que con él venían, y tornóse a Guamanga y juntó consigo todos los caciques de la comarca. 363-364
Tenía consigo al Arçobispo de Los Reyes y a los Obispos del Cuzco y Quito y al prouincialde Santo Domingo, fray Thomas de Sant Martín, y al prouincialde la Orden de la Merced y a otros muchos religiosos, clérigos y frayles. 364
En la vltima reseña que mandó hazer halló que tenía setecientos arcabuzeros y quinientos piqueros y quatrocientos de cauallo, caso que desde entonces hasta que llegó a Xaquixaguana se recogieron hasta llegar a número de mil y nouecientos hombres, y assí salió el campo de Xauxa y veynte y nueue de diziembre del año de quarenta y siete, caminando en buena orden la vía del Cuzco para tentar por donde auría menos peligro de passar el río de Auancay. 364
(…) y de ay adelante Valdiuia començó a entender en los negocios de la guerra juntamente con el Mariscal Alonso de Aluarado y el General Hinojosa, y quando se reconoció la primauera y començaron a cessar las aguas partió el campo de Adaguaylas [sic: Andaguaylas] y fue a sentar en la puente de Auancay, que está veynte leguas del Cuzco, donde estuuo aguardando hasta que en el río de Apurima, que es doze leguas del Cuzco, se hiziessen puentes para poder passar. 365-366
Y el Presidente estuuo allí dos o tres días hasta que la gente y artillería acabó de subir aquella gran cuesta, y allí le embió Gonçalo Piçarro a requerir con vn clérigo que deshiziesse el exército y no hiziesse guerra hasta tener nueuo mandado de Su Magestad, al qual clérigo perndió el Obispo del Cuzco, y antes desto auía embiado otro que de su parte ganasse las voluntades del General Hinojosa y de Alonso de Aluarado, y éste lo hizo con más prudencia, que no quiso boluer, antes dexó concertado con vn hermano suyo que se huyesse tras él, como lo hizo. 368
Y como Gonçalo Piçarro supo que el Presidente auía passado el río con su campo y tomado el alto de la sierra, salió del Cuzco con nouecientos hombres de pie y de cauallo, los quinientos y cincuenta arcabuzeros, y con seys pieças de artillería, y vino a sentar el real en Xaquixaguana, que era cinco leguas del Cuzco, en vn llano al pie del camino por donde el real del Presidente auía de baxar de la sierra (...) 369
(…) y aun también les faltaua el agua, de todo lo qual ninguna falta padecía el campo de Gonçalo Piçarro porque tenía por fuerte el río y les venía abundancia de comida del Cuzco y el sitio era muy templado, porque, caso que estaua muy cerca del Presidente, los vnos estauan en la sierra y los otros en el valle (como tenemos dicho)... 369
Y entretanto que passaua esta escaramuça el Presidente con todo el resto del exército baxó por detrás de aquella loma encubierto azia la parte del Cuzco, caso que para desuelar el enemigo hizo muestra que baxaua por aquella loma donde passaua la escaramuça al capitán Pardauer con treynta arcabuzeros y alguna gente de cauallo. 370
Y en esto aconteció que como vna manga del esquadrón de Gonçalo Piçarro en que auía treynta arcabuzeros se halló tan cerca de sus contrarios, se passaron al campo de Su Magestad, y por embiar tras ellos se començaron a desbaratar los esquadrones, huyendo vnos azia el Cuzco y otros hazia el Presidente, y algunos de sus capitanes ni tuuieron ánimo para huyr ni para pelear. 372
Demás desto le mandaron confiscar sus bienes y derribarle y sembrarle de sal las casas que tenía en el Cuzco, poniendo en el solar vn padrón con el mismo letrero, lo qual se executó aquel mismo día, muriendo como muy bien christiano. 374
(…) y al tiempo que lo mataron dio al verdugo toda la ropa que traya, que era muy rica y de mucho valor porque tenía vna ropa de armas de terciopelo amarillo casi toda cubierta de chapería de oro y vn chapeo de la misma forma, y aun porque no le desnudasse hasta que le lleuassen a enterrar rescató Diego Centeno al verdugo todo el valor de la ropa, y otro día le hizo lleuar a enterrar al Cuzco muy honradamente, y la cabeça se lleuó a Los Reyes, donde se puso según la forma de la sentencia. 374
Luego se fue al Cuzco con todo su campo y embió al capitán Alonso de Mendoça con cierta gente a la prouincia de los Charcas a prender algunos a quien auía embiado allá Gonçalo Piçarro por dineros y otros que se auía huydo y, entendiendo que toda la más de la gente auía de acudir a las minas de Potosí, que son en aquella prouincia de los Charcas, como al lugar más rico de la tierra, embió por Gouernador y Capitán General al licenciado Polo de Ondegardo, y para que también castigasse los que allí hallasse culpados, assí por auer fauorecido a Gonçalo Piçarro como por no auer acudido a seruir al Presidente al tiempo que pudieron. 374
Entretanto el Presidente se estuuo en el Cuzco, executando cada día nueuas justicias según las culpas que hallaua en los presos, a vnos desquartizando y ahorcando y a otros açotándolos y echándolos a las galeras y proueyendo otras cosas necessarias y concernientes a la pacificación y quietud de la tierra (...) 374
Y después de auerse tratado de la forma que en el derramamiento deste exército se tenía, por ser materia tan peligrosa y que no sufría de dilatación, se acordó que el Presidente y el Arçobispo se saliessen del Cuzco a la prouincia de Apurima, que es doze leguas, a hazer el repartimiento, lleuando consigo sólo el secretario por poderlo hazer con más libertad y euitar las importunidades de la gente. 376
Y aun con todos estos cumplimientos que hizo le pareció al Presidente que sería más conueniente y menos peligroso yrse a la ciudad de los Reyes y que el Arçobispo boluiesse en su lugar al Cuzco a publicar el repartimiento y dar los dineros según la orden que para ello traya (...) 376-377
Antes que el Presidente saliesse en la ciudad del Cuzco, por gratificar lo mucho de Pedro de Valdiuia le auía seruido en esta guerra, le confirmó y dio de nueuo la gouernación de la prouincia de Chili, que hasta entonces se la auía administrado, y para juntar gente y proueerse de armas y cauallos y otras cosas necessarias Pedro de Valdiuia se fue a la ciudad de Los Reyes por auer allí para ello mejor comodidad, y después que la vuo adereçado y juntado consigo la gente que pudo, lo embarcó todo, y las naos se hizieron a la vela, y él quedó para yrse por tierra hasta Arequipa. 378
Y assí dio licencia a todos los demás vezinos que cada vno se fuesse a su casa a descansar y restaurarse de sus gastos passados, y algunos capitanes embió a descubrir, y él con los que le seguían se fue a la ciudad de los Reyes, dexando por Gouernador de la ciudad del Cuzco al licenciado Caruajal. 378
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379
Y desde la nao hizo segundo repartimiento de todos los indios que auían vacado después que se auía hecho el primer repartimiento cerca del Cuzco, que eran muchos y muy señalados porque auían fallecido en este medio tiempo Diego Centeno y Gabriel de Rojas y el licenciado Caruajal y otras algunas personas principales y señaladas en la tierra, aunque por ser tantos los que pretendían ser proueydos y mejorados y que no se podía cumplir con todos le pareció no esperar a oyr las quexas de los que auían de tener por agrauiados; y assí, hechas las células de las encomiendas, las dexó selladas en poder del secretario de la Audiencia con orden que no las abriesse hasta que vuisse ocho días que él estuuiesse hecho a la vela. 381

dúos


Cita Número de página
Los caciques del Perú y todos los principales se entierran en vnas bóuedas, sentados en sus assentamientos que llaman dúos, rebueltos en todas quantas mantas ricas tienen. 54

fortaleza/fortaleça/fortalezas


Cita Número de página
Y en este tiempo Mango Ynga, Señor del Perú, estaua preso en la fortaleza del Cuzco por los conciertos que arriba tenemos dicho que hizo con Paulo Ynga, y con Villaoma, su hermano, de matar los christianos. 107
Y ydo allá, dio conclusión en el camino que concertado tenía desde que don Diego partió para Chili, y desde allí hizo luego matar algunos mineros y gente de seruicio que andauan por el campo en las estancias y minas y embió de sobresalto vn capitán con mucha gente que se apoderó de la fortaleza del Cuzco, de manera que en seys días los españoles no se la pudieron tornar a ganar. 107
Y por la parte de la sierra tenía con algunos españoles muchos indios de guerra para se ayudar dellos, y dexó presos en dos cabos de la fortaleza del Cuzco todos los amigos y seruidores del Marqués y de sus hermanos que en la ciudad estauan, que eran tantos y el lugar tan angosto que algunos se ahogaron. 125
(…) y aunque en las más fue recebido por el miedo que dél se tenía, en los Chachapoyas, donde era teniente Alonso de Aluarado, en llegando los mensajeros los prendió y se alçó y hizo fuerte en la tierra, confiando en la fortaleza della y en cien hombres que tenía (...) 156
Y otro día de mañana, auiendo oydo missa, Gonçalo Piçarro y su gente baxaron al llano, donde ordenaron sus esquadrones, y caminaron hazia la ciudad con intento de se yr a poner en vn alto que estaua sobre la fortaleza, porque creyan que, viendo don Diego la pujança de gente que tenían, no le osaría dar la batalla, la qual ellos desseauan escusar por todas vías por el daño que della esperauan. 125
La ciudad del Cuzco antes de los christianos era el assiento y Corte de los reyes de aquella prouincia y desde ella se gouernaua tanta distancia de tierra como está declarado y se declarará, y allí acudían los caciques de todas partes, assí a traer los tributos del Señor como a tratar sus negocios y a pedir su justicia vnos contra otros, y en toda la prouincia no auía otro lugar poblado de indios ni que tuuiesse forma de ciudad sino ésta, donde ay vna muy buena fortaleza labrada de piedras quadradas tan grandes que causa admiración auerse podido traer allí a fuerça de indios, sin ayuda de bueyes ni mulas ni otros animales, porque ay muchas piedras que no la mouerán diez pares de bueyes cada vna dellas. 48
Ya diximos arriba como don Diego de Almagro, dexando en la prouincia de Quito por Gouernador al capitán Benalcáçar y no teniendo nueua dela venida de don Pedro de Aluarado, se boluió al Cuzco, y a la buelta conquistó algunos peñoles y fortalezas donde los indios se auían hecho fuertes, en lo qual se detuuo tanto que vuo lugar de venir don Pedro de Aluarado y llegar a la prouincia de Quito, sin que don Diego pudiesse saber cosa ninguna por auer mucha distancia de camino y en él ningún comercio de indios ni de christianos. 91

galgas


Cita Número de página
Y como él los vidó se fue por vna parte con todas las mugeres y gente seruil y por la otra, que más áspera era, echó a vn hermano de Atabaliba que se llamaua Guaypalcón con la gente de guerra, con los quales fue a topar don Diego de Almagro en la subida de vna cuesta, lleuando tan cansados los [sic: cauallos] que aun de diestro no podían subir, y los indios desde lo alto echauan muchas piedras, que llaman galgas, de tal suerte que con echar vna piedra, quando llega a cinco a seys estados, lleua tras sí más de otras treynta de las que ha remouido, y assí quando llega abaxo no tienen número las que lleua. 93

ganado/ganados


Cita Número de página
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31
Sesenta leguas adelante, la costa arriba, está vna ciudad en un valle que llaman Chimo, y la ciudad se llama Truxillo; está dos leguas de la mar, aunque el puerto es peligroso; está asentada en vn llano a la orilla de vn río, es muy abundante de aguas y fértil de trigo y maíz y ganado; está la población hecha por mucha orden y razón; ay en ella hasta trescientas casas de españoles. 41
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
Y ya que llegauan a vna prouincia llamada Chaparra, vieron a desora sobre dos mil indios que venían dos o tres jornadas delante de Quizquiz con vn capitán que se llamaua Sotaurco, porque el Quizquiz tenía esta orden en su camino, que delante embiaua aquel capitán y gente, y a la parte yzquierda yuan otros tres mil indios recogiendo comida por los pueblos comarcanos, y en la retaguardia, dos jornadas de sí, traya otros tres o quatro mil indios, y él yua en medio con el cuerpo del exército y con el ganado y gente presa, de manera que ocupaua su campo quinze leguas de término, y más. 93
Y déstas ay ya por toda la tierra carnicerías públicas, porque a los principios no era menester, sino que, como cada español tenía ganado propio, en matando vna oueja embiauan los vezinos por lo que auían menester a su casa, y assí se proueyan a vezes. 104
Y los indios comen vnas rayzes que llaman papas, que son de hechura y aun casi sabor de turmas de tierra; y ay en ella mucho ganado de las ouejas que hemos dicho. 129
La orilla desta laguna está bien poblada de indios, y dentro en ella ay muchas ysletas llenas de juncos y espadañas y otras yeruas, donde los indios crían sus ganados. 379
Y la tassación se començó a hazer en conformidad de los indios y de los más españoles, informándose el Presidente y oydores de los frutos que produzía la prouincia que se tassaua o si auía en ellas minas de oro o de plata o abundancia de ganado, haziendo la tassación teniendo respeto a todo esto y a otras particularidades que se requerían. 380
Está en vn llano junto a vn río caudaloso; la tierra es muy abundante de pan y de todo género de frutas y ganados. 41
Solía ser lugar muy aplazible y abundante de pan y ganados, y mucho más por los años de quarenta y quatro y quarenta y cinco, que se descubrió muy ricas minas de oro… 47
…y estos sacerdotes reciben las ofrendas que a los ydolos se ofrecen y las entierran en los templos, porque todos ofrecen de plata o de oro el bulto y ymagen de aquella cosa por quien ruegan a la guaca, y éstos son los que sacrifican los ganados y los hombres y catan las señales en los coraçones y liuianos de los hombres y de los animales que sacrifican, y hasta que en algunos hallauan aquellas señales que ellos buscauan, no dexauan de sacrificar; quando començauan que dezían que en tanto que aquellas señales no se mostrauan, que sus ydolos no eran contentos de aquel sacrificio... 52
Guaynacaua y su padre dieron orden para tener abundancia de ganados en su tierra, como de aquellas ouejas de la tierra se echassen en los campos cada año cierta cantidad, dedicadas al sol por vía de diezmo, y déstas multiplicauan en gran número, porque si no era el mismo Guaynacaua para su exército, tenían por sacrilegio llegar ninguno a ellas; y quando ellas auía menestar, con mandar hazer vna caça de las que arriba tenemos dicho que llaman chacos, en vn día que podía tomar veynte y treynta mil dellas. 59
Y él embió treynta soldados con vn capitán que destruyesse y talasse el pueblo, y quando ellos llegaron los indios de la tierra se auían alçado por mandado de sus amos y estauan de guerra, y defendieron la entrada a los españoles, los quales se tornaron a Los Reyes, recogiendo las yeguas y ganados que pudieron auer. 332

gente de la tierra


Cita Número de página
Y al tiempo que del Cuzco se partió, Mango Ynga (que como diximos tenía el Reyno del Perú y la borla dél) concertó con vn hermano suyo llamado Paulo y por otro indio llamado Villaoma, que era summo sacerdote entre los indios, que con mucha gente de la tierra yuan en compañía de don Diego, que quando más descuidado le viessen, diessen sobre él y matassen a él y a su gente porque en el Perú él tenía cargo de matar al Gouernador y a los que con el quedauan. 101

gente principal


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39

Gobernador


Cita Número de página
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62

Gouernador


Cita Número de página
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74

Guaboymilla


Cita Número de página
La Reyna dellas se llama Guaboymilla, que en su lengua quiere dezir cielo de oro, porque en aquella tierra diz que se cría gran cantidad de oro; y hazen muy rica ropa, y de todo pagan tributo a Leuchengorma. 105

guaca/guacas


Cita Número de página
Tienen y adoran por dios a la Luna y al Sol, y quando juran, es por él y por la tierra, que ellos tienen por madre; y en lugar del Sol tienen en los templos vnas piedras a quien veneran y adoran que llaman guacas, que es nombre de llorar, y assí lloran quando en aquellos templos entran, y estas guacas o ídolos no llegan sino los sacerdotes dellos, que de contino andan vestidos de blanco, y quando a los ídolos han de llegar toman paños blancos en las manos y van postrados por tierra y hablan con los ydolos en otra manera, que los indios no entienden... 52
…y estos sacerdotes reciben las ofrendas que a los ydolos se ofrecen y las entierran en los templos, porque todos ofrecen de plata o de oro el bulto y ymagen de aquella cosa por quien ruegan a la guaca, y éstos son los que sacrifican los ganados y los hombres y catan las señales en los coraçones y liuianos de los hombres y de los animales que sacrifican, y hasta que en algunos hallauan aquellas señales que ellos buscauan, no dexauan de sacrificar; quando començauan que dezían que en tanto que aquellas señales no se mostrauan, que sus ydolos no eran contentos de aquel sacrificio... 52
…y en toda la noche no paran dando bozes o inuocando los demonios por los campos donde aquellas guacas están, porque ay muchas, que para cada casa tienen vna guaca, y quando con los demonios han de hablar, ayudan primero y béndanse los ojos, y algunos se los quiebran, porque tan deuotos son que se han visto con los ojos sacados... 52
Y entre las pieças de oro y de plata que en estas guacas se hallauan, auía báculos y mitras como de obispos al propio, y algunas figuras de palo auía que tenían mitras en las cabeças puestas, y quando al Perú passó el Obispo de Tierra Firme fray Thomás de Verlanga, que los indios le vieron con la mitra puesta diziendo missa de pontificial, todos dezían que parecía a guaca, y aun preguntauan si era guaca de los christianos. 52
Y sin estas guacas auía también por todo el Perú casas o monasterios donde muchas mugeres estauan dedicadas al Sol, que nunca de allí salían, hilando y texiendo muy buena ropa de algodón y lana, y toda esta ropa, quando acababa estaua, la quemauan con huessos de ouejas blancas, y auentauan los poluos azia el sol. 53
[…] y a lo que dezía de Iesuchristo, que auía criado el cielo y los hombres y todo, que él no sabía nada de aquello ni que nadie criasse nada sino el sol, a quien ellos tenian por Dios, y a la tierra por madre, y a sus guacas, y que Pachacama lo auía criado todo lo que allí auía; que de lo de Castilla él no sabía nada ni lo auía visto, y preguntó al Obispo que cómo sabía él ser verdad todo lo que auía dicho o por dónde se lo daría a entender. 75
Y en este tiempo le sucedió vna ocasión que le traxo a perder la vida, en esta forma: que vn soldado llamado Iuan de la Torre, natural de Madrid, de quien arriba hemos hecho mención que se passó del Visorrey a Gonçalo Piçarro conGonçalo Díaz y su gente quando los embiaron a prender a Pedro de Puelles y a los vezinos de Guánuco, por cierta industria que tuuo, descubrió en el valle de Hica vn cierto hoyo donde los indios ofrecían oro y plata de tiempos muy antiguos a vn ydolo, que ellos llamauan guaca (...) 318

Guadachili


Cita Número de página
Y en cumplimiento dello, cerca de la prouincia de Guadachili, que es a veynte leguas de la ciudad de los Reyes, donde le fueron notificadas las prouisiones, él se desistió del cargo de Gouernador, aunque primero proueyó a algunas personas ciertos repartimientos de indios que estauan vacos, y parte dellos en su cabeça. 190
Y yendo bien adereçados se partieron de Los Reyes y siguieron su camino hasta que de Guadachili (que es veynte leguas de la ciudad) diz que lleuauan concertado de matar a Vela Núñez y passarse a Gonçalo Piçarro. 207
Y yendo ciertos corredores delante quatro leguas de Guadachili, en la prouincia de Pariacaca, toparon a fray Thomás de Sant Martin, prouincialde Santo Domingo, a quien el Visorey auía embiado al Cuzco para tratar de medios con Gonçalo Piçarro, y apartándole vn soldado natural de Auila, le dixo lo tratos que estauan hechos de aquella gente para que él auisasse dellos a Vela Núñez y se pusiesse a recaudo, porque de otra manera le matarían aquella noche. 207
Y llegados a Guadachili, dixo lo mesmo a la demás gente y que era trabajar en vano si procedían en el camino, y secretamente apercibió a Vela Núñez del peligro en que estaua para que se pusiesse a recaudo. 207

Guamachuco


Cita Número de página
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80

Guamanga


Cita Número de página
…y desde esta ciudad no ay en la sierra lugar de christianos hasta la villa de Guamanga, que por los christianos se nombra Sant Iuan de la Vitoria, que ay distancia de sesenta leguas. 48
Desde esta villa de Guamanga al Cuzco ay distancia de ochenta leguas, en las quales ay grande aspereza de caminos por las muchas sierras y quebradas que son causa de grandes peligros, 48
Después que Vaca de Castro tuuo ordenada su gente en Xauxa, caminó la vía de Guamanga porque le vino nueua cómo don Diego venía a gran priessa a meterse en la villa o a tomar vn passo de vn río, que en cobrar lo vno y lo otro auría gran dificultad si primero se lo ocupaua el enemigo, porque la villa está cercada de vnos hondos valles o quebradas que la fortifican mucho. 169
(…) y a esta causa partió luego a gran priessa Vaca de Castro para allá, embiando en la delantera al capitán Castro con sus arcabuzeros que fuessen a poderarse de vn mal passo que está cerca de Guamanga, llamado la cuesta de Parcos. 169
Oyda [por] Vaca de Castro la embaxada de don Diego y vista su pertinancia, sacó la gente en campo a vn llano que se llama Chupas, saliendo del término de Guamanga, que era muy áspero para pelear. 171
Y lleuauan intento de tomar la villa de Guamanga antes que rompiessen la batalla, porque tenían por cierta la vitoria, según la gran pujança de artillería [que] trayan. 171
Y a todos los españoles que huyeron por vn valle los mataron los indios; y a ciento y cincuenta de cauallo de don Diego, que se fueron huyendo de Guamanga, que estaua dos leguas de allí, los desarmaron y prendieron los pocos vezinos que en la villa auían quedado. 176
(…) y de los muertos algunos principales hizo lleuar a enterrar a la villa de Guamanga. 179
Y quando otro día fue a Guamanga, el capitán Diego de Rojas auía degollado a Iuan Tello y a otros capitanes de don Diego. 179
(…) se entendía bien dellos que yuan alterados y no con buenas intenciones, las quales dende a pocos días se declararon, porque llegando a la villa de Guamanga con grande alboroto sacaron de poder de Vasco de Gueuara toda la artillería que el licenciado Vaca de Castro allí auía dexado al tiempo que venció a don Diego y la lleuaron a la ciudad del Cuzco, juntando gran copia de indios para ello. 190
Y assí, leuantándosse todos y subiendo en sus machos, que tan caro auían costado, se fueron a Gonçalo Piçarro, al qual hallaron cerca de Guamanga. 207
Y entre todos los que por el mesmo saluoconducto parecía auer sido participantes en este negocio se resumieron en matar al capitán Gaspar Rojas y a Felipe Gutiérres, hijo de Alonso Gutiérrez, tesorero de Su Magestad, vezino de la villa de Madrid, y a vn cauallero gallego llamado Arias Maldonado, el qual con Felipe Gutierréz se auía quedado vna o dos jornadas atrás en la villa de Guamanga, so color de adereçar ciertas cosas para el camino. 210
Y embió Gonçalo Piçarro al capitán Pedro de Puelles con cierta gente de cauallo que en Guamanga los prendió y cortó las cabeças. 210
Y en Los Reyes se acabó de aparejar con cerca de dozientos hombres bien adereçados y con más de cincuenta mil pesos que hasta entonces se auía recogido; y se partió la vía del Cuzco en la sierra y llegó a la villa de Guamanga, donde también echó tributo y le cobró. 259
Y Pedro Martín le embió por vía de indios a Caruajal, que a la sazón llegaua vna jornada antes de Guamanga, y en recibiéndole, sin otra diligencia ni aueriguación ninguna, ahorcó a Perucho de Aguirre y a otros cinco con él en un mesmo árbol (…) 260
En tanto que estas muertes se hizieron en Guamanga, llegaron al capitán Caruajal las nueuas de lo que arriba tenemos dicho, que Diego Centeno, revsando la batalla con Alonso de Toro, se retraxo por el despoblado a la prouincia de Casabindo. 261
Despachó a Martín Siluera para que fuesse a la villa de Plata a traer la gente y dineros que allí auía; embió a Antonio de Robles al Cuzco para traer la gente que allí tenía Alonso de Hinojosa, su teniente; escriuió a Lucas Martín, teniente de Arequipa, que luego viniesse con la gente de aquella villa; embió a mandar a Pedro de Puelles, teniente de Quito, que acudiesse con la gente de aquella prouincia; despachó para que los capitanes Mercadillo y Porcel, dexadas las entradas en que entendían, traxessen toda la gente a Lima, y lo mismo el capitán Sayauedra, que era teniente de Guamanga. 328
Y dio el estandarte real a don Antonio de Ribera, que poco antes auía venido de Guamanga con hasta treynta hombres y algunas armas y bestias que auía recogido de los vezinos que allí quedaron. 336
(…) y auisó a mucha priessa a todos los del concierto y los hizo caualgar, y a vista de todos salieron del real hasta treynta y cinco personas, los principales de las quales eran Páez de Sotomayor y Martín Dolmos y Martín Alarcón, alférez general, y Hernando Aluarado y Alonso Rengel y Antonio de Auila y García Gutiérrez de Escouedo y Martín Monje y todos los demás, personas señaladas y prácticas en la tierra, y assí caminaron la vía de Guamanga. 348-349
(…) y luego proueyó que los capitanes Lope Martín y Mercadillo fuessen con cincuenta hombres a la villa de Guamanga, que está treynta leguas más adelante, para tomar los caminos y saber lo que hazía el enemigo y recoger la gente que se viniessen huyendo del Cuzco, y auínoles también que teniendo noticia Lope Martín que Pedro de Bustincia estaua en Andaguaylas haziendo lo que arriba tenemos dicho, se adelantó con quinze arcabuzeros y dio vna noche sobre él y le prendió, y ahorcó algunos de los que con él venían, y tornóse a Guamanga y juntó consigo todos los caciques de la comarca. 363-364

Guánuco


Cita Número de página
Más adelante, por espacio de sesenta leguas, ay otra población de christianos que se llama Guánuco, hecha por mandado del licenciado Vaca de Castro, que la llamó León, por se él natural de la ciudad de León, en España; es tierra de mucha comida, y créese que en ella ay abundancia de minas, especialmente azia la parte que tiene ocupada el Ynga que está alçado y de guerra en la prouincia de los Andes como adelante se declarará... 48
Y assí se partió para allá Gonçalo Piçarro con mucha gente que para este descubrimiento lleuaua, y en el camino le conuino pelear con los indios de la prouincia de Guánuco, que le salieron de guerra y le pusieron en tanto aprieto que fue nesesssario que el Marqués le embiasse en su socorro a Francisco de Chaues, y assí llegó Gonçalo Piçarro a Quito. 135
Y en este tiempo el Marqués embió a Gómez de Aluarado a conquistar y poblar la prouincia de Guánuco, porque della auían ydo ciertos caciques llamados los Conchucos con mucha gente de guerra sobre la ciudad de Truxillo, y mataron quantos españoles podían, y aun robauan y hazían daño en los mismos indios, sus comarcanos, y los que matauan y lo que robauan lo ofrecían todo a un ydolo que consigo trayan que llamauan Cataquilla. 135
Y assí partió García de Aluarado, yendo por mar hasta el puerto de Santa, que es quinze leguas de Truxillo, donde topó el capitán Alonso Cabrera, que venía huyendo con toda la gente del pueblo de Guánuco a juntarse con los de la ciudad de Truxillo contra don Diego, y le prendió a él y a algunos de los suyos (...) 157
Quando el Visorey fue recebido en la ciudad de los Reyes le vino a besar las manos Pedro de Puelles, natural de Seuilla, que era a la sazón teniente de Gouernador en la villa de Guánuco por el licenciado Vaca de Castro, y por ser tan antiguo en las indias era tenido en mucho, y assí el Visorey le dio nueuos poderes para que tornasse a ser teniente de Guánuco, mandándole que le tuuiesse presta la gente de aquella ciudad para que su creciesse la necessidad, embiándole a llamar, le acusiessen todos los vezinos con sus armas y cauallos. 206
Y llegando a Guánuco, trataron todos juntos sobre el negocio, pareciéndoles que si se passauan al Visorey serían parte para que tuuiesse buen fin su negocio y que auiendo vencido y desbaratado a Gonçalo Piçarro executaría las Ordenanças, que tan gran daño trayan a todos, pues quitando los indios a los que los posseyan no solamente recebían perjuyzio los vezinos cuyos erán, más también los soldados y gente de guerra, pues auía de cessar el mantenimiento que les dauan los que tenían los indios. 206
Y en este tiempo le sucedió vna ocasión que le traxo a perder la vida, en esta forma: que vn soldado llamado Iuan de la Torre, natural de Madrid, de quien arriba hemos hecho mención que se passó del Visorrey a Gonçalo Piçarro conGonçalo Díaz y su gente quando los embiaron a prender a Pedro de Puelles y a los vezinos de Guánuco, por cierta industria que tuuo, descubrió en el valle de Hica vn cierto hoyo donde los indios ofrecían oro y plata de tiempos muy antiguos a vn ydolo, que ellos llamauan guaca (...) 318
Y despacharon mensajeros con cartas y prouisiones para los Chachapoyas y a Guánuco y a Quito y a las entradas de Mercadillo y Porcel para que todos acudiessen al seruicio de Su Magestad. 325
En este tiempo el capitán Sayauedra, teniente de Guánuco, recibió cartas de Lorenço de Aldana en que le persuadía se reduxese al seruicio de Su Magestad. 332

Guarina


Cita Número de página
Embió a Pedro de Bustincia con cierta gente que fuesse a tomar los caciques de Andaguaylas y otros comarcanos para que proueyessen de comida el campo, y pocos días después Gonçalo Piçarro se vino al Cuzco con más de quatrocientos hombres, donde se començó apercebir de todo lo necessario, auiendo él y su gente cobrando grande ánimo y soberuia con el vencimiento de la batalla de Guarina por auer sido con tanta ventaja y muertes de sus contrarios, siendo el número de la gente desigual. 362
(…) aunque con el Presidente estaua gente y capitanes muy principales y ricos, ninguno auía en la tierra que fuesse tan práctico y diestro en las cosas de la guerra como Valdiuia ni que assí se pudiesse ygualar con la destreza y ardides del capitán Francisco de Caruajal, por cuyo gouierno y industria se auían vencido tantas batallas por Gonçalo Piçarro, especialmente la que dio en Guarina contra Diego Centeno, cuya vitoria se atribuyó por todos al conocimiento de la guerra de Francisco de Caruajal tenía, por lo qual todo el campo del Presidente estauan atemorizados, y cobraron grande ánimos con la venida de Valdiuia. 365
También llegó en aquella coyuntura el capitán Diego Centeno con más de treynta de cauallo que con él escapaaron de la rota de Guarina, y assí continuaron su camino padeciendo gran necessidad de comida hasta llegar a Andaguaylas, donde el Presidente se detuuo mucha parte del inuierno, que fue de muchas y muy rezias aguas que de día ni de noche cessaua de llouer, tanto que los toldos se podrían por no auer lugar de enxugarse, y por estar el maíz que comían tierno. 365
(…) eran capitanes el licenciado Ramírez, oydor de los Confines, y don Baltasar de Castilla y Gómez de Solís y don Hernando de Cárdenas y Pablo de Meneses y Christóual Mosquera y Miguel de la Serna y Diego de Vrbina y Hierónymo de Aliaga y Martín de Robles y Gómez Darias y Francisco Dolmos, y sin estos esquadrones yua a la parte diestra algo más delantero el capitán Alonso de Mendoça con su compañía de cauallo por sobresaliente, y con él yua el capitán Ceneno con harto desseo de vengar la rota que le sucedió en Guarina. 371
Entretanto Gonçalo Piçarro se estaua parado en su campo, creyendo que los enemigos se le auían de yr a meter en las manos, como lo hizieron en Guarina. 372

Guascar


Cita Número de página
Al tiempo que le nació el primer hijo mandó hazer Guaynacaua vna maroma de oro, tan gruessa (según ay muchos indios biuos que lo dizen) que asidos a ello más de dozientos indios orejones no la reuantauan muy fácilmente; y en memoria desta tan señalada joya llamaron al hijo Guasca [sic: Guascar], que en su lengua quiere dezir 'soga', con el sobrenombre de Ynga, que era de todos los reyes, como los emperadores romanos se llamauan Augustos. 59-60
Guascar le respondió que se viniesse al Cuzco y le entregasse el exército, y que él le daría tierra donde se mantuuiesse muy honradamente, pero que a Quito no se le podía dar, por ser el fin de su Reyno y que de allí auía de hazer sus entradas contra los enemigos y tener gente como en frontera; y que si no venía, se yría sobre él y le ternía por enemigo. 62
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Y estando haziendo la gente de Guáscar grandes fiestas y borracherías por la vitoria, Atabaliba, con vna barra de cobre que vna muger le dio, rompió vna gruessa pared del tambo de Tumibamba y se fue huyendo a Quito, que es veynte y cinco leguas de allí, y tornó a juntar su gente, y, haziéndoles entender que su padre le auía conuertido en culebra y héchole salir por vn pequeño agujero y le auía prometido la vitoria si tornassen a pelear, los animó tanto que boluió sobre sus enemigos y peleó con ellos y los venció y desbarató, auiendo muerto mucha gente de ambas partes en estas dos batallas, tanto que hasta oy duran los corrales y montones que allí están llenos de huessos de hombres. 62-63
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Y llegando cerca del exército de Guáscar, por no ser sentidos, se desviaron del camino por vn atajo, por el qual acaso se auía también apartado el mesmo Guáscar con sietecientos hombres de sus principales por salir del ruido del exército, y topándole, pelearon con él y le desbarataron la gente y le prendieron, y, teniéndole preso, venía ya todo el exército sobre ellos, y los cercaron por todas partes, donde no dexaran ninguno biuo, porque auía más de treynta para vno; si los capitanes de Atabaliba no dixeran a Guáscar, viendo venir su gente, que los mandasse boluer, si no, que luego le cortarían la cabeça. 63
Y Guáscar, con temor de la muerte y con que le dixeron que su hermano no quería dél otra cosa, sino que le dexasse en la tierra de Quito, reconociéndole por señor, mandó a su gente que no passase de allí, sino que luego se boluiessen al Cuzco, y ellos lo hizieron. 63
Y en esta coyuntura llegó el Gouernador don Francisco Piçarro con los españoles que lleuaua a la tierra del Perú, y tuuo lugar de hazer la conquista que en el Libro siguiente se dirá, porque el exército de Guáscar era desbaratado y huydo y el de Atabaliba estaua la mayor parte despedido por la nueua vitoria. 63
Y por allí llegaron al Gouernador mensajeros del Cuzco, que Guáscar le embiaua, haziéndole saber la rebelión de su hermano Atabaliba, que en aquel tiempo no lo auían aún preso, como después le prendieron, como ya hemos dicho, y le embiaua a dezir lo socorriesse y le diesse fauor para se defender dél. 71
Pues esta manera caminaron Hernando de Soto y Pedro del Barco la vía del Cuzco, y a pocas jornadas de Caxamalca toparon los capitanes y gente de Atabaliba que trayan preso a Guáscar, su hermano, el qual como supo de los christianos, los quiso hablar y habló [...] 78
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Hernando de Soto y Pedro del Barco respondieron a Guáscar que ellos no podían dexar el viaje que lleuauan y a la buelta, pues auía de ser tan presto, entenderían en ello, y assí continuaron su camino, lo qual fue causa de la muerte de Guáscar y de perderse todo aquel oro que les prometía, porque los capitanes que le lleuauan preso hizieron luego saber por la posta a Atabaliba todo lo que auía passado. 79
Por lo qual determinó de hazer matar a Guáscar, aunque le ponía temor para no lo hazer auer oydo muchas vezes a los christianos que vna de las leyes que principalmente se guardauan entre ellos era que el que mataua a otro auía de morir por ello, y assí acordó tentar el ánimo del Gouernador para ver que sentiría sobre el caso, lo qual hizo con mucha industria, que vn día fingió estar muy triste y llorando y solloçando, sin querer comer ni hablar con nadie, y aunque el Gouernador le importunó mucho sobre la causa de su tristeza, se hizo de rogar en dezirla, y en fin le vino a dezir que le auían traydo nueua que vn capitán suyo, viéndole a él preso, auía muerto a su hermano Guáscar, lo qual él auía sentido mucho porque le tenía por hermano mayor, y aun por padre, y que si le auía hecho prender, no auía sido con intención de hazerle ningún daño en su persona ni Reyno, saluo para que le dexasse en paz la prouincia de Quito, que su padre le auía mandado, después de auerla ganado y conquistado, y siendo cosa fuera de su señorío. 79-80
Y como Atabaliba vio que el Marqués tomaua tan liuianamente el negocio, deliberó executar su propósito, y assí embió a mandar a los capitanes que trayan preso a Guáscar que luego le matassen. 80
Dizen los indios que quando Guáscar se vido matar dixo: ´Yo he sido poco tiempo señor de la tierra y menos lo será el traydor de mi hermano, por cuyo mandado muero, siendo yo su natural señor'. 80
Por lo qual los indios, quando después vieron matar a Atabaliba (como se dirá en el capítulo siguiente), creyeron que Guáscar era hijo del Sol por auer profetizado verdaderamente la muerte de su hermano: y assimismo dico que quando su padre se despidió dél le dexó mandado que quando a aquella tierra viniesse vna gente blanca y barbada se hiziesse su amigo porque aquéllos auían de ser señores del Reyno, lo qual pudo muy bien saber por industria del demonio, pues antes que Guaynacaua muriesse ya el Gouernador andaua por la costa del Perú conquistando la tierra. 80
Todo esto no le aprouechó, ni ofrecer a dar muy grandes rehenes por el primero español que muriesse en la tierra, porque además desta sospecha se le acumuló la muerte de Guáscar, su hermano, y assí le sentenciaron a muerte y executaron la sentencia, yendo él siempre llamando a Hernando Piçarro y diziendo que si él allí estuuuiera, no le mataran. 84
Y de ay a poco llegó el Gouernador con toda la retaguarda, y allí le salió de paz vn hermano de Guáscar y de Atabaliba que por su muerte auían hecho Ynga o Rey de la tierra y dádole la borla, que era la insignia o corona real, llamado Paulo (sic, por Mango Ynga). 85-86
Guaynacaua, después de auer sujetado a su Imperio gran número de prouincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco azia el Occidente, determinó yr en persona a conquistar la prouincia de Quito, en cuyas entradas se acabaua su señorío, y assí sacó su exército y fue y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy aplazible a su condición, residió allí mucho tiempo, dexando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente a su hijo mayor llamado Guáscar Ynga, y a Mango Ynga y Paulo Ynga y otros muchos. 61
Y después que Atabaliba todo esto entendió, dixo que aquellas tierras y todo lo que en ellas auía las auía ganado su padre y sus abuelos, los quales las auían dexado a su hermano Guáscar Ynga, y que, por auerle vencido y tenerle preso a la sazón, eran suyas y las posseya y que no sabía él cómo Sant Pedro las podía dar a nadie y que si las auía dado, que él no consentía en ello ni se lo daua nada [...] 75

Guatimala


Cita Número de página
Y en este tiempo embió el Gouernador a don Diego de Almagro con cierta gente azia la costa de la mar y a la ciudad de San Miguel para informasse verdaderamente de vna nueua que le auía venido de cómo don Pedro de Aluarado, Gouernador de GuatiMala, se auía embarcado la vía del Perú con vna gruessa armada y gran número de cauallos y gente para descubrir el Perú, como se dirá en el capítulo siguiente. 88
Y aunque el Gouernador pudiera hazer todo aquello muy fácilmente y sin peligro, quiso más cumplir la palabra de don Diego de Almagro, su compañero, y le pagó liberalmente los cien mil pesos en buena moneda y le dexó yr con ellos a su gouernació[n] de GuatiMala. 96
(…) y a esta causa no se auían remediado desde allí todos los daños y inconuenientes sobredichos ni se podrían remediar los que adelante sucediessen, se proueyó y mandó que la Audiencia de Panamá se deshiziesse y se ordenasse otra de nueuo en los confines de GuatiMala y Nicaragua, de la qual fuesse por Presidente el licenciado Maldonado, oydor de México, y que a esta Audiencia quedasse sujeta la prouincia de Tierra Firme, y que en el Perú proueyesse nueua Audiencia, y en ella quatro oydores y vn presidente con título de Visorey y Capitán General, porque se entendió que la importancia de las cosas del Perú lo requería. 186
Y a esta sazón llegó el Arçobispo de Los Reyes y Gómez de Solís, que holgaron de todo lo sucedido y se prefirieron al fauor y seruicio del Presidente, el qual embió a don Iuan de Mendoça a la Nueua España con cartas para el Visorey don Antonio de Mendoça para que le socorriesse con toda la gente que se pudiesse juntar en aquella prouincia, y a don Balthasar de Castilla para GuatiMala y Nicaragua para lo mismo, y a otras personas a Santo Domingo, para que de todas partes le viniesse el socorro que fuesse possible, creyendo que auía de ser necessario. 322
Y a todo respondía el Presidente con mucha gracia, y de todas partes le acudía tanta gente que le pareció bastante sin que de otras prouincias le viniesse ningún socorro, y assí proueyó luego nauíos a la Nueua España y GuatiMala y Nicaragua y Santo Domingo, dando relación del estado de los negocios y cómo no auía necessidad que viniessen los socorros que él auía embiado a pedir creyendo que serían necesarios. 355
En el tiempo que Pedro Arias Dáuila gouernó y descubrió la prouincia de Nicaragua casó vna de sus hijas, llamada doña María de Peñalosa, Con Rodrigo de Contreras, natural de la ciudad de Segouia, persona principal y hazendado en ella, y por muerte de Pedro Arias quedó la gouernación de la prouincia a Rodrigo de Contreras, a quien Su Magestad proueyó della por nombramiento de Pedro Arias, su suegro, atento sus seruicios y méritos, el qual la gouernó algunos años hasta tanto que fue proueyda nueua Audiencia que residiesse en la ciudad de Gracias a Dios, que se llama de los Confines de GuatiMala. 383
Después que don Hernando Cortés, Marqués del Valle, conquistó y pacificó la Nueua España tuuo noticia de vna tierra que con ella se contenía, llamada GuatiMala, y para la descubrir embió vn capitán suyo llamado don Pedro de Aluarado, el qual con la gente que lleuaua la conquistó y ganó, passando en ella muchos trabajos y peligros, en cuya remuneración Su Magestad le proueyó de la gouernación della. 89
(…) y para poder mejor efetuar su propósito, temiendo que desde Nicaragua podría después yr socorro a don Francisco Piçarro, fue vna noche a la costa de Nicaragua y tomó por fuerça dos o tres grandes nauíos que allí se estauan adereçando para yr cargados de gente y cauallos al Perú en socorro al Gouernador, y en ellos y en los que traya de GuatiMala embarcó quinientos hombres de pie y de cauallo y nauegó hasta tomar tierra en la prouincia de Puerto Viejo, y de allí caminó la vía de Quito en el paraje de la línea equinocial, por las faldas de vnos llanos y espessos montes que llaman arcabucos y en el camino passó su gente gran trabajo de hambre y muy mayor de sed, porque fue tanta la falta del agua que si no toparan con vnos cañauerales de tal propiedad que, en cortando por cada nudo, se halla lo hueco lleno de agua dulce y muy bueno. 89

Guaura


Cita Número de página
Ninguna destas cosas quiso admitir, diziendo que aquellas eran leyes generales y hechas para buena gouernación, y assí continuó la execución, hasta que llegó a la prouincia de Guaura, que es diez y ocho leguas de la ciudad de los Reyes 189
Y luego fueron muchos vezinos y regidores a recebir y besar las manos al Visorey a Guaura, y de allí vinieron con él hasta Los Reyes, donde fue recebido con gran fiesta, metiéndole debaxo de vn pallo de brocado. 191
Y fue que llegado el Visorey al tambo de Guaura, donde hemos dicho que estuuo en la determinación de su recibimiento, halló escripto en la pared del tambo vn mote, cuya sentencia era: 'A quien me viniere a echar de mi casa y hazienda, procuraré de echarle del mundo'. 195
Leydo por el Visorey, dissimuló por entonces, persuadiéndose que lo auía escripto o hecho escreuir Antonio de Solar, vezino de Medina del Campo, cuya era aquella prouincia de Guaura, porque conoció no tenerle buena voluntad en que quando allí llegó, halló despoblado el tambo, sin que uuiesse christiano ni indio en el, y tuuo por cierto que Antonio de solar lo auía ordenado assí. 196
Los dos barcos se saluaron apagando el fuego dellos, aunque quedaron con algún daño, y los nauíos se fueron a surgir al puerto de Guaura, que es diez y ocho leguas más abaxo del puerto de Los Reyes, para proueerse allí de agua y leña, de que tenían necessidad, y lleuaron consigo al licenciado Vaca de Castro. 218
Y allí en Guaura determinaron de esperar el sucesso de la prisión del Visorey. 218
Y auiendo reconocido los vnos y los otros que los nauíos estauan surtos en Guaura, Diego García se metió de noche con sus barcas tras vn farallón que estaua en el puerto muy cerca de los nauíos (…) 218
Y al Visorey lleuaron por la mar en vno de lo barcos de Diego García y se le entregaron en Guaura al licenciado Aluarez con tres nauíos, y con ellos, sin esperar los despachos de la Audiencia que aún no eran llegados, se hizo a la vela. 219
(…) y con tanto se tornó Iuan de Acosta al puerto de Guaura y esperó allí lo que Gonçalo Piçarro mandaua, el qual recibió muy bien los presos y les restituyó sus armas y los mandó dar de vestir y posadas y lo assentó a cada vno en la compañía que quiso y dellos tuuo entera relación de la gente que venía en la armada y de todo lo demás sucedido en Panamá, y de los socorros por que el Presidente auía embiado a diuersas partes de las Indias (...) 331

Guayaquil


Cita Número de página
(…) y por otra parte embió vna balsa con ciertos indios a saber de los capitanes de los nauíos la razón de su venida, los quales fueron y traxeron la relación de todo con cartas de Lorenço de Aldana, aconsejándole lo que auía de hazer, los quales Iuan Dolmos embió al pueblo de Santiago de Guayaquil (que comúnmente llaman La Culata) a Gómez Estacio, que allí era teniente por Gonçalo Piçarro, haziéndole saber que Su Magestad no era seruido que Gonçalo Piçarro gouernasse y que embiaua a ello al Presidente, por tanto, que le parecía que todos le deuían acudir. 351

Guaynacaua


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Por la sucessión destos yngas vino el señorío a vno dellos que se llamó Guaynacaua (que quiere dezir 'mancebo rico'), que fue el que más tierras ganó y acrecentó a su señorío y el que más justicia y razón tuuo en la tierra, y la reduxo a policía y cultura tanto que parecía cosa impossible vna gente bárbara y sin letras regirse con tanto concierto y orden y tenerle tanta obediencia y amor sus vassallos, que en seruicio suyo hizieron dos caminos en el Perú, tan señalados que no es justo que se queden en oluido, porque ninguna de aquellas que los autores antiguos contaron por las siete obras más señaladas del mundo se hizo con tanta dificultad y trabajo y costa como éstas. 56
Quando este Guaynacaua fue desde la ciudad del Cuzco con su exército a conquistar la prouincia de Quito, que ay cerca de quinientas leguas de distancia, como yua por la sierra; tuuo grande dificultad en el passaje por causa de los malos caminos y grandes quebradas y despeñaderos que auía en la sierra por do yua. 56
Y no contentos con auer hecho tan insigne obra, quando otra vez el mismo Guaynacaua quiso voluer a visitar la prouincia de Quito, a que era muy aficionado por auerla él conquistado, tornó por los llanos, y los indios le hizieron en ellos otro camino de casi tanta dificultad como el de la sierra, porque en todos los valles adonde alcança la frescura de los ríos y arboledas que, como arriba está dicho, comúnmente ocupan vna legua, hizieron vn camino que casi tiene quarenta pies de ancho, con muy gruessas tapias del vn cabo y del otro y quatro o cinco tapias en alto... 57
Y assí fue por el vno y vino por el otro Guaynacaua, teniéndosele siempre por donde auía de passar cubierto y sembrado con ramos y flores de muy suaue olor. 57
Demás de la obra y gasto destos caminos mandó Guaynacaua que en el de la sierra, de jornada a jornada, se hiziessen vnos palacios de muy grandes anchuras y aposentos, donde pudiesse caber su persona y casa con todo su exército, y en el que Llanos otros semejantes, aunque no se podrían hazer tan menudos y espessos como los de la sierra, sino a la orilla de los ríos, que, como tenemos dicho, están apartados ocho o diez leguas, y en partes quinze y veynte. 58
Este Guaynacaua reedificó el templo del Sol que en el Cuzco auía y aforró las paredes y techumbre de tablones de oro y plata que hizo. 59
Guaynacaua y su padre dieron orden para tener abundancia de ganados en su tierra, como de aquellas ouejas de la tierra se echassen en los campos cada año cierta cantidad, dedicadas al sol por vía de diezmo, y déstas multiplicauan en gran número, porque si no era el mismo Guaynacaua para su exército, tenían por sacrilegio llegar ninguno a ellas; y quando ellas auía menestar, con mandar hazer vna caça de las que arriba tenemos dicho que llaman chacos, en vn día que podía tomar veynte y treynta mil dellas. 59
Al tiempo que le nació el primer hijo mandó hazer Guaynacaua vna maroma de oro, tan gruessa (según ay muchos indios biuos que lo dizen) que asidos a ello más de dozientos indios orejones no la reuantauan muy fácilmente; y en memoria desta tan señalada joya llamaron al hijo Guasca [sic: Guascar], que en su lengua quiere dezir 'soga', con el sobrenombre de Ynga, que era de todos los reyes, como los emperadores romanos se llamauan Augustos. 59-60
Guaynacaua, después de auer sujetado a su Imperio gran número de prouincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco azia el Occidente, determinó yr en persona a conquistar la prouincia de Quito, en cuyas entradas se acabaua su señorío, y assí sacó su exército y fue y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy aplazible a su condición, residió allí mucho tiempo, dexando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente a su hijo mayor llamado Guáscar Ynga, y a Mango Ynga y Paulo Ynga y otros muchos. 61
Muerto Guaynacaua, Atabaliba se apoderó de su exército y de las riquezas que consigo traya, aunque las principales como más pesadas las auía dexado en su recámara en el Cuzco, en poder de su hijo mayor, al qual Atabaliba embió embaxadores, haziéndole saber la muerte de su padre y dándole obediencia, suplicándole que le dexasse aquella prouincia de Quito, pues su padre la auía ganado y era fuera de su estado y mayorazgo y, sobre todo, que auía sido de su madre y abuelo. 61-62
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Por lo qual los indios, quando después vieron matar a Atabaliba (como se dirá en el capítulo siguiente), creyeron que Guáscar era hijo del Sol por auer profetizado verdaderamente la muerte de su hermano: y assimismo dico que quando su padre se despidió dél le dexó mandado que quando a aquella tierra viniesse vna gente blanca y barbada se hiziesse su amigo porque aquéllos auían de ser señores del Reyno, lo qual pudo muy bien saber por industria del demonio, pues antes que Guaynacaua muriesse ya el Gouernador andaua por la costa del Perú conquistando la tierra. 80
(…) y después desto algunos capitanes de Atabaliba, conforme a lo que él dexó mandado, lleuaron su cuerpo a la prouincia de Quito a enterrar con su padre Guaynacaua, los quales Rumiñagüi recibió muy honrada y amorosamente y hizo enterrar el cuerpo con gran solemnidad, según la costumbre de la tierra, y después hizo hazer vna borrachera, en la qual estando borrachos los capitanes que auían traydo el cuerpo los mató a todos, y entre ellos aquel Yllescas, hermano de Atabaliba, al qual hizo desollar biuo, y del cuero hizo vn atambor, quedando la cabeça colgada en el mismo atambor. 85
Y ellas, pensando que se lo dezía por donaire, se rieron, y cóstoles tan caro la risa que a casi todas las hizo descabeçar, y determinó de huyr de la ciudad, poniendo primero fuego a vna sala llena de muy rica ropa que allí tenía desde el tiempo de Guaynacaua, y se huyó, aunque primero vna noche dio sobre los españoles de sobresalto, sin hazer en ellos ningún daño, y assí Benalcáçar se apoderó de la ciudad. 88
Creyóse que esta amistad era a fin de pedirle algún oro para Su Magestad o para sí mismo, y dende a dos meses que llegó al Cuzco, el Ynga le pidió licencia para yr a la tierra de Yncay [sic: Yucay] a celebrar cierta fiesta, prometiéndole traer de allá vna estatua de oro maciço que era al natural de su padre Guaynacaua. 107
Y después que passó vna población que se llamaua Ynga llegó a la tierra de los Quixos, que es la vltima que conquistó Guaynacaua azia la parte del Septentrión, donde los indios le salieron de guerra y en vna noche desaparecieron todos, que nunca más ninguno pudieron auer. 136

Guaypalcón


Cita Número de página
Y como él los vidó se fue por vna parte con todas las mugeres y gente seruil y por la otra, que más áspera era, echó a vn hermano de Atabaliba que se llamaua Guaypalcón con la gente de guerra, con los quales fue a topar don Diego de Almagro en la subida de vna cuesta, lleuando tan cansados los [sic: cauallos] que aun de diestro no podían subir, y los indios desde lo alto echauan muchas piedras, que llaman galgas, de tal suerte que con echar vna piedra, quando llega a cinco a seys estados, lleua tras sí más de otras treynta de las que ha remouido, y assí quando llega abaxo no tienen número las que lleua. 93
Y con todo esto desecharon la cuesta y por una ladera tomaron las espaldas a Guaypalcón. 93-94
Y como la gente no tenía comida para dar la buelta, fueron a él ciertos capitanes lleuando por cabeça de Guaypalcón, y le dixeron que era mejor morir peleando con los christianos que no boluer a morir de hombre en el despoblado. 94
A lo qual no le dio buena respuesta el Quizquiz, y por ello Guaypalcón le dio con vna lança por los pechos, y luego le acudieron otros capitanes y con porras y hachas le hizieron pedaços y derramaron la gente, dexando yr a cada vno donde quiso. 94-95

guayras/guairas


Cita Número de página
…porque en las sierras más altas hazían vnos hornillos con las puertas azia el Mediodía, de donde hemos dicho que siempre sopla el viento, y allí echan el metal con estiércol de ouejas, y encendiendo el viento el carbón, se derrite y cendra la plata y oro, y aun agora se ha visto en la gran abundancia de plata que se saca en las minas de Potosí que no se puede fundir con fuelles, sino que los indios lo funden en estos hornillos, que ellos llaman guayras, que quiere dezir viento, porque se enciende con él. 45
Y la vena es de tal calidad que no sufre fundirse con fuelles ni cendradas, como se haze en las otras minas, saluo que se funde en las guairas, que son vnos hornillos pequeños encendidos con carbón y estiércol de ouejas, con la fuerça del ayre, sin otro instrumento ninguno. 298

Guaytara


Cita Número de página
Y don Diego se fue retrayendo azia el Cuzco, y se hizo fuerte en vna muy alta sierra que se llama de Guaytara, cortando todos los passos de aquel áspero camino. 123

Guema


Cita Número de página
Y assí fueron caminando por vna montaña hasta la tierra que llamaron de Guema, que era rasa y de muchos ciénagas y de algunos ríos, donde auía tanta falta de comida que no comía la gente sino frutas siluestres, hasta que llegaron a otra tierra donde auía alguna comida y era medianamente poblada. 138

hamaca/hamacas


Cita Número de página
Diego Centeno al tiempo que se dio la batalla estaua fuera della en vna hamaca que lo lleuauan seys indios muy enfermos y casi sin ningún sentido, y en el rompimiento se escapó por la buena diligencia que sus amigos en ello pusieron. 361
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74
Y assí con esto se determinaron a la jornada el capitán Hernando de Soto y Pedro del Barco, a los quales embió Atabaliba en sendas hamacas con mucha copia de indios que los lleuauan en ombros casi por la posta, porque no es en mano de los indios yr despacio con las hamacas, y aunque no son más de dos los que la lleuan, todo el número de los hamaqueros, que por lo menos serían cincuenta o sesenta para cada vno, van corriendo, y en andando ciertos passos se mudan otros dos, en lo qual tienen tanta destreza que lo hazen sin pararse. 78

Hayo Hayo


Cita Número de página
Y assí le siguió hasta llegar al mesmo assiento de Paria, de donde Diego Centeno se boluió la vía del Collao, siguiéndole siempre Caruajal con más priessa que se sufre lleuar gente de guerra porque aconteció caminar algunos días doze o quinze leguas, siempre a vista los vnos de los otros, hasta que llegaron a Hayo Hayo, donde el capitán Caruajal alcançó doze hombres de Diego Centeno y los ahorcó todos juntos, y passó adelante, y como las jornadas eran tan demasiadas, a los vnos y a los otros se les quedaua gente escondida y cansada. 290

henea


Cita Número de página
Y ellos desque la armada se fue de Los Reyes, temiendo que deudos del factor matarían al Visorey (como lo auían intentado hazer), acordaron de lleuarlo a vna ysla que está dos leguas del puerto, metiéndole a él y otras veynte personas que le guardassen en vnas balsas de espadamientas secas que los indios llaman henea. 219

Hica


Cita Número de página
Y en este tiempo le sucedió vna ocasión que le traxo a perder la vida, en esta forma: que vn soldado llamado Iuan de la Torre, natural de Madrid, de quien arriba hemos hecho mención que se passó del Visorrey a Gonçalo Piçarro conGonçalo Díaz y su gente quando los embiaron a prender a Pedro de Puelles y a los vezinos de Guánuco, por cierta industria que tuuo, descubrió en el valle de Hica vn cierto hoyo donde los indios ofrecían oro y plata de tiempos muy antiguos a vn ydolo, que ellos llamauan guaca (...) 318

ídolo/ídolos/ydolo/ydolos


Cita Número de página
Y al tiempo que cogían los maizales cada año hazían los indios de la sierra vna fiesta, que ponían en medio de las plaças dos altos mástiles hinchados y en las cimas dellos, vnas figuras de hombres, en medio vnos coros llenos de flores, y allí vienen por su orden esquadrones, tocando sus atambores, y con gran grita arremeten y tiran cada esquadrón a las figuras sus varas o tiraderas, y después de que todos han tirado, traen los sacerdotes vn ídolo, que ponen al pie de aquellos mástiles, ante el qual sacrifican vn indio o vna oueja, y con la sangre vntan al ídolo... 53
Tienen y adoran por dios a la Luna y al Sol, y quando juran, es por él y por la tierra, que ellos tienen por madre; y en lugar del Sol tienen en los templos vnas piedras a quien veneran y adoran que llaman guacas, que es nombre de llorar, y assí lloran quando en aquellos templos entran, y estas guacas o ídolos no llegan sino los sacerdotes dellos, que de contino andan vestidos de blanco, y quando a los ídolos han de llegar toman paños blancos en las manos y van postrados por tierra y hablan con los ydolos en otra manera, que los indios no entienden... 52
…y estos sacerdotes reciben las ofrendas que a los ydolos se ofrecen y las entierran en los templos, porque todos ofrecen de plata o de oro el bulto y ymagen de aquella cosa por quien ruegan a la guaca, y éstos son los que sacrifican los ganados y los hombres y catan las señales en los coraçones y liuianos de los hombres y de los animales que sacrifican, y hasta que en algunos hallauan aquellas señales que ellos buscauan, no dexauan de sacrificar; quando començauan que dezían que en tanto que aquellas señales no se mostrauan, que sus ydolos no eran contentos de aquel sacrificio... 52
…y los caciques y los señores no emprenden cosa sin que primero la consulten con los sacerdotes, y los sacerdotes con los ídolos, o con el demonio-por mejor dezir-, y hallaron los españoles en aquellos templos o casas del Sol muchos tinajones llenos de niños secos que auían sacrificado. 52
Y en este tiempo le sucedió vna ocasión que le traxo a perder la vida, en esta forma: que vn soldado llamado Iuan de la Torre, natural de Madrid, de quien arriba hemos hecho mención que se passó del Visorrey a Gonçalo Piçarro con Gonçalo Díaz y su gente quando los embiaron a prender a Pedro de Puelles y a los vezinos de Guánuco, por cierta industria que tuuo, descubrió en el valle de Hica vn cierto hoyo donde los indios ofrecían oro y plata de tiempos muy antiguos a vn ydolo, que ellos llamauan guaca (...) 318
[...] Y al tiempo que él se embarcó en los nauíos para passar a Túmbez, embió con vnos indios de aquellos de Túmbez tres christianos en vna balsa, que primero a Túmbez llegó que los nauíos, y en llegando sacrificaron aquellos tres españoles a sus ydolos en pago del beneficio que del Gouernador Piçarro auían recibido en los sacar de catiuos, y lo mismo hizieran al capitán Hernando de Soto, que en otra balsa yua con indios de aquella tierra con vn solo criado suyo, entrando ya por el río de Túmbez arriba, si no fuera por Diego de Agüero y por Rodrigo Loçano, que ya auían desembarcado y, corriendo la ribera del río arriba, le auisaron, y dio buelta luego, y por estar toda la tierra alçada, no vuo balsas para ayudar a desembarcar la gente y cauallos [...] 70
El vno dellos se llama Leuchengorma, que tiene vna ysla dos leguas de la tierra firme dedicada a sus ydolos, donde ay vn gran templo que lo siruen dos mil sacerdotes. 105

intérprete


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Y en llegando Hernando Piçarro, luego habló con él derechamente por medio de sólo el intérprete, y Hernando Piçarro le dixo cómo el Gouernador, su hermano, venía a él de parte de Su Magestad y que para le dar a entender su real voluntad desseaua verse con él y ser su amigo. 72
Y assí fue que partido Hernando Piçarro, luego se trató la muerte de Atabaliba por medio de vn indio que era intérprete entre ellos, llamado Filipillo, que auía venido con el Gouernador a Castilla, el qual dixo que Atabaliba quería matar a todos los españoles secretamente y para ello tenía apercebida gran cantidad de gente en lugares secretos, y como las aueriguaciones que sobre esto se hizieron era por lengua del mesmo Felipillo, interpretaua lo que quería conforme a su intención. 83

jagüeyes


Cita Número de página
La tierra es muy seca, aunque llueue a menudo; es de pocas aguas dulces que corren, y todos beuem de pozos o de aguas rebalsadas que llaman agüeyes [sic: jagüeyes]. 34
Estos llanos son muy secos y de muy grandes arenales porque no llueue jamás en ellos ni se halla fuente ni pozo ni otro ningún manantial, sino quatro o cinco agüeyes [sic: jagüeyes], que por estar junto a la mar, el agua es muy salobre. 38

La Nasca


Cita Número de página
y llegó a términos que ya no lleuaua más de dozientos hombres, recelándose siempre no le diessen alguna arma fingida con que se le acabasse de passar toda la gente, y assí llegó a la prouincia de La Nasca, que son cincuenta leguas de Los Reyes. 345
Y yendo el Marqués con este exército por el camino de los llanos, en la prouincia de la La Nasca, a veynte y cinco leguas de Los Reyes, le vinieron nueuas de la buelta de don Diego y de todas las otras particularidades que después della auían sucedido (según arriba se han contado), lo qual sintió con el pesar que era razón. 117

Las Charcas


Cita Número de página
Y embió adelante a Iuan Sayavedra, natural de Seuilla, con cien hombres, que en la prouincia que después llamaron Las Charcas topó con ciertos indios que venían de Chili, no sabiendo lo que auía passado en el Perú, a dar la obediencia al Ynga y le trayan en presente ciertos taxuelos de oro fino muy subido, que pesauan ciento y cincuenta mil pesos, y se los tomaron, queriendo demás desto prender Iuan de Sayauedra al capitan Gabriel de Rojas, que allí estaua teniendo la justicia por el Gouernador Piçarro, y el desque lo sintió se retiró al Cuzco. 101
Desde la ciudad del Cuzco a la villa de Plata, que es en la prouincia de Las Charcas, ay ciento y cincuenta leguas y más, y en medio ay vna prouincia muy grande y llana que se llama el Collao, que tura más de cincuenta leguas… 49
Y para ayuda desta guerra todos los vezinos que allí se hallaron, del Cuzco, Charcas y Arequipa, ofrecían sus personas y haziendas, y en breue tiempo se juntaron más de trecientos y cincuenta hombres, los ciento y cincuenta de cauallo y cien arcabuzeros y cien piqueros. 159
Y en este tiempo fue Gonçalo Piçarro al Cuzco, porque hasta entonces no se le auía dado licencia para ello, y después de auer estado allí algunos días se fue a Las Charcas a entender en sus granjerías, hasta que vino el Visorey Blasco Núñez Vela, como en el siguiente Libro se declarará. 182

lengua/lenguas


Cita Número de página
Y hecho sobre ello sus capitulaciones, por virtud de las quales él embió vn cauallero de Cáceres, llamado García Holguín, que con dos nauíos fue a descubrir y tomar lengua en la costa del Perú. 89
Y en esta sazón aquel indio lengua llamado Felipillo, de que arriba está hecha mención que fue causa de la muerte de Atabaliba, temiendo el castigo que por esto sabía merecer, se huyó del real de don Diego al de don Pedro y lleuó consigo vn cacique principal, dexando concertado con los demás que seguían a don Diego que, en embiándolos él a llamar, se le passassen. 91
Y quando don Diego llegó a tierra de Chili, aquel don Felipe, lengua que todo aquel trato traya y sabía, se huyó también, aunque don Diego le hizo prender a ciertos españoles que tras él fueron; y assí por esto como por lo que hizo en Quito le mandó hazer quartos. 101
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31

Leuchengorma


Cita Número de página
El vno dellos se llama Leuchengorma, que tiene vna ysla dos leguas de la tierra firme dedicada a sus ydolos, donde ay vn gran templo que lo siruen dos mil sacerdotes. 105
Y los indios deste Leuchengorma dixeron a los españoles que cincuenta leguas más adelante ay entre dos ríos vna gran prouincia toda poblada de mugeres que no consienten hombres consigo más del tiempo conuiniente a la generación: y si paren hijos, los embían a sus padres, y si hijas, las crían; están sujetas a este Leuchengorma. 105
La Reyna dellas se llama Guaboymilla, que en su lengua quiere dezir cielo de oro, porque en aquella tierra diz que se cría gran cantidad de oro; y hazen muy rica ropa, y de todo pagan tributo a Leuchengorma. 105

Lima


Cita Número de página
Ochenta leguas más arriba ay otra ciudad, dos leguas de vn puerto de mar muy bueno y seguro, asentada en vn valle que se dize Lima, y la ciudad se dize Los Reyes porque se pobló día de la Epiphanía. 41
Y demás desto embió a mandar a los que tenían cargo de los hijos del Marqués que se estuuiessen como estauan en las ciudades de San Miguel y Truxillo, sin venir a la ciudad de los Reyes, hasta que otra cosa mandasse, colorando esta prouisión con que estauan más seguros y pacíficos alla que no en Lima. 168
(…) Y caso que algunas personas particulares a quien tocaua, y en general las dos ciudades de San Miguel y Truxillo, parecieron ante él suplicando destas Ordenanças, a lo menos haziendo grande instancia en que sobreseyesse la execución dellas hasta que, junta toda la Audiencia, ellos pareciessen en Lima a seguir su justicia sobre esta suplicación, pues la execución por vna de las mesmas Ordenanças venía cometida al que fuesse Visorey y oydores juntamente, y no lo podía hazer él solo. 189
Y assí le mandó poner en la casa real con cien mil castellanos de seguridad, en que le fiaron los mesmos vezinos de Lima, y le mandó secrestar sus bienes. 191
(…) y en cumplimiento de lo mandado salieron veynte y cinco de cauallo que se pudieron juntar, muy bien adereçados, y, lleuando por capitán a Luys de Ribera, se fueron la vía de Lima, caminando por despoblados y lugares secretos porque Gonçalo Piçarro no los embiasse atajar el camino. 198
Y con ella se partieron hasta llegar al valle de Xauxa, donde a la sazón estaua alojado el campo de Gonçalo Piçarro, el qual ya auía sido auisado del mensaje que se le embiaua, y temiendo que si le llegassen a notificar, se le amotinaría la gente por el gran desseo que lleuauan de llegar a Lima en forma de exército y aun para saquear la ciudad con qualquiera ocasión que hallassen. 223-224
Y estando esperando la oportunidad sucedió que vn nauío que baxaua de Lima surgió en el puerto de Truxillo, y luego Melchior Verdugo embió a llamar al maestre y piloto dél, so color que quería cargar cierta ropa en él y maíz para embiar a Panamá, y ellos vinieron luego, y, metiéndolos en lo interior de su aposento, los hizo lleuar a vna cámara honda y escura que para aquel efeto tenía preparada y, dexándolos allí, se subió a su aposento (...) 273-274
(…) Nuestro Señor, que con esta va ni he escrito yo de mi llegada a esta tierra, pareciendo que no cumplía con el acato que a la de Su Magestad se deue, sino dándola por mi mano, y que no se sufría que carta mía fuesse antes de la de Su Magestad, pero viendo que auía dilación en mi yda y porque me dizen que Vuestra Merced junta los pueblos en essa ciudad de Lima para hablar en los negocios passados, me pareció que con su mensajero propio la deuía embiar, y assí embío solo a lleuar la de Su Magestad y ésta a Pedro Hernández Paniagua por ser persona de la calidad que requiere la carta de Su Magestad y tan principal en aquella tierra de Vuestra Merced y vno de los que mucho son entre sus amigos y seruidores. 308
Despachó a Martín Siluera para que fuesse a la villa de Plata a traer la gente y dineros que allí auía; embió a Antonio de Robles al Cuzco para traer la gente que allí tenía Alonso de Hinojosa, su teniente; escriuió a Lucas Martín, teniente de Arequipa, que luego viniesse con la gente de aquella villa; embió a mandar a Pedro de Puelles, teniente de Quito, que acudiesse con la gente de aquella prouincia; despachó para que los capitanes Mercadillo y Porcel, dexadas las entradas en que entendían, traxessen toda la gente a Lima, y lo mismo el capitán Sayauedra, que era teniente de Guamanga. 328

Liribamba


Cita Número de página
Pues andando vn día conquistando vna prouincia llamada Liribamba, passó vn caudaloso río della por vn vado harto peligros, porque los indios le auían quemado las puentes, y a la otra parte del río halló gran copia de los que le esperauan de guerra, y él los venció con harta dificultad porque también peleauan las mugeres, tirando muy diestramente con hondas, y fue preso el señor principal dellos, el qual le dio nueua cómo don Pedro de Aluarado andaua ya corriendo la tierra y estaua quinze leguas de allí sobre vn peñol donde se auía hecho fuerte vn capitán indio llamado Çopaçopagui. 91
Y como don Pedro de Aluarado este auiso tuuo, luego fue sobre don Diego de Almagro, al qual halló en Liribamba con determinación de morir defendiendo la tierra. 91-92

Lumichaca


Cita Número de página
Y yendo assí conquistando, le alcançó en la prouincia de Xauxa Gómez de Tordoya, natural de Villanueua de Barcarrota, con otros dozientos hombres de pie y de cauallo que tras él embió; y con todos quinientos hombres Alonso de Aluarado caminó hasta la puente de Lumichaca, donde los cercaron los indios por todas partes, y vuo con ellos batalla, en que los venció y mató muchos dellos. 115
Con las vitorias que Alonso de Aluarado vuo de los indios yendo camino del Cuzco, assí en Pachacama como en Lumichaca (según arriba está dicho), el Ynga y Tiço Yopangui tuuieron por bien de alçar el real de sobre la ciudad de los Reyes. 117

maguey


Cita Número de página
En los ríos tenían hechas puentes de madera, donde alcançauan, y donde no, echando maromas gruessas y vna yerua que llama maguey, que es más rezio que cáñamo, de vn cabo a otro del río, entretexiéndolas con vnos tamuxos, que es cosa de admiración ver la orden con que hazen tan altos edificios, que en parte ay más de quinze estados de alto y más de dozientos passos de largo. 58

maíz/mayz


Cita Número de página
Y assimismo padecían mucha hambre porque no hallauan comida sino la fruta de vnos árboles llamados mangles, de que ay abundancia en aquella ribera, que son muy rezios y altos y derechos, y, por criarse en el agua salada, la fruta es también salada y amarga, pero la necesidad les hazía que se sustentassen con ella y con algún pescado que tomauan y con marisco y cangrejos, porque en toda aquella costa no se cría mayz; y assí andauan remando en las canoas contra la gran corriente del mar, que siempre corre azia el Norte, y ellos yuan al Sur. 28
La gente que habita debaxo de la línea y en las faldas della tienen los gestios ajudiados, hablan de papo con moros, son dados al pecado nefando, a cuya causa maltratan a sus mugeres y hazen poco caso dellas, y andan trasquiladas sin otra vestidura más que vnos pequeños refaxos con que cubren sus verguenças, y ellas siembran y amassan y muelen el pan que en toda aquella prouincia se come, que en la lengua de las Yslas se llama maíz, aunque en la del Perú, se llama zara. 33
Estierra muy fértil, y en todo el año se siembra, y se coge el trigo y el maíz sin esperar tiempo cierto para ello. 39
Sesenta leguas adelante, la costa arriba, está vna ciudad en un valle que llaman Chimo, y la ciudad se llama Truxillo; está dos leguas de la mar, aunque el puerto es peligroso; está asentada en vn llano a la orilla de vn río, es muy abundante de aguas y fértil de trigo y maíz y ganado; está la población hecha por mucha orden y razón; ay en ella hasta trescientas casas de españoles. 41
Las viandas que en aquella tierra comen los indios son maíz cozido y tostado, en lugar de pan, y carne de venados, cecinados a manera de moxama, y pescado seco y vnas rayzes de diuersos géneros, que ellos llaman yucas y axís y amotes [sic: camotes] y papas y otras, de otras maneras, y altramuces y otras legumbres. 46
Beuen vn breuaje en lugar de vino que hazen echando maíz con agua en vnas tinajas que guardan debaxo de tierra, y allí hierue; y demás del maíz crudo le echan en cada tinaja cierta cantidad de maíz mascado, para la qual ay hombres y mugeres que se alquilan y siruen como leuadura. 46
Este breuaje se llama comúnmente chicha en lenguaje de las Yslas, porque en lengua del Perú se llama açiça [sic: azua] es blanco o tinto, como la color del maíz [que] te echan, y emborracha más fácilmente que vino de Castilla, aunque si los indios lo pudiessen auer, según son aficionados a ello, dexarían lo de su tierra. 46
Y a esta causa los tiempos passados todos los señores tenían grandes depósitos y casas de maíz para quando esta seca viniesse, y quando eclipsa el Sol o la Luna dan grandes alaridos los indios de miedo, pensando que aquel día es llegado, que el mundo se quiere perder, porque dizen que el Sol y la Luna se ha de escurecer, assí como lo hazen cuando se eclipsan. 51
…y esto se ha conseruado de tal manera que los mismos indios del Perú, quando hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocablos que han oydo dellos, como al cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacique, y aquel su pan de que está dicho le llaman maíz, con nombrarle en su lengua çara, y al breuaje llaman chicha, y en su lengua, açua; y assí de otras muchas cosas. 55
Es animal de gran fruto y prouecho porque tiene finissíma lana, especialmente las que llaman pacos, que tienen las vedijas largas; son de poco mantenimiento, especialmente las que trabajan y comen maíz, que se passan quatro y cinco díaz sin beuer. 103-104
(…) y en tanto quedó conquistando la tierra del Collao, que es vna tierra llana y muy poblada de minas de oro, y por ser muy fría no se cría maíz en ella. 129
(…) y tenían demás desto más de quatrocientos quintales de viscochos y quinientas anegas de maíz y harta carne salada (…) 218
Y estando esperando la oportunidad sucedió que vn nauío que baxaua de Lima surgió en el puerto de Truxillo, y luego Melchior Verdugo embió a llamar al maestre y piloto dél, so color que quería cargar cierta ropa en él y maíz para embiar a Panamá, y ellos vinieron luego, y, metiéndolos en lo interior de su aposento, los hizo lleuar a vna cámara honda y escura que para aquel efeto tenía preparada y, dexándolos allí, se subió a su aposento (...) 273-274
Y luego se començaron a proueer las minas de los mantenimientos necessarios, aunque no pudieron ser tantos, según la mucha gente acudía, que creciendo la necessidad no llegasse a valer vna hanega de maíz veynte castellanos, y otro tanto el trigo, y vn costal de coca treynta pesos, y aun después llegó a encarecerse mucho más (...) 298-299
También llegó en aquella coyuntura el capitán Diego Centeno con más de treynta de cauallo que con él escapaaron de la rota de Guarina, y assí continuaron su camino padeciendo gran necessidad de comida hasta llegar a Andaguaylas, donde el Presidente se detuuo mucha parte del inuierno, que fue de muchas y muy rezias aguas que de día ni de noche cessaua de llouer, tanto que los toldos se podrían por no auer lugar de enxugarse, y por estar el maíz que comían tierno. 365

Mala


Cita Número de página
Y para que en presencia se viessen y hablassen el Marqués y don Diego, trató que con cada doze de cauallo se viniessen a vn pueblo que se llamaua Mala, que estaua entre los dos exércitos. 120
Y assí se partieron a la vista, aunque Gonçalo Piçarro, no se fiando de las treguas ni palabras de don Diego, se partió luego em pos dél con toda la gente y se fue a poner secretamente junto al pueblo de Mala (…) 120
Qvando don Diego partió de Chincha para yr a Mala con sus doze caualleros dexó mandado a Rodrigo Orgoños, que era su general, que estuuiesse a mucho recaudo y tuuiese su gente a punto para que si el Marqués traxesse más gente, acudiesse él luego y hiziesse de Hernando Piçarro lo mismo que él viesse que se hazía dél en las vistas. 121

manglares/mangles


Cita Número de página
Y después desto llegó el capitán Hernando de Soto con más gente de pie y de cauallo que de Nicaragua traya, y a causa de que todos los indios de aquella ysla andauan en muchas balsas por entre los anegados manglares [y] no se les podía hazer la guerra, el Gouernador acordó passar en Túmbez, después que hizo repartimiento del oro que allí le dieron y a causa que adolecía la gente en aquella ysla, que es muy enferma porque está cerca de la línea equinocial. 69
Y assí muy fácilmente don Diego los desbarató sin muerte de españoles; y allí quebraron los dientes con vna pedrada a Rodrigo Orgoños, y después de saqueado el real y preso Alonso de Aluarado, se boluió al Cuzco haziendo algunos malos tratamientos a los vencidos y quedando tan soberuios que dezían que no auía de quedar en todo el Perú piçarra en que tropeçar y que el Marqués y sus hermanos se auían de yr a gouernar los manglares baxo de la línea equinocial. 116
Y por auérseles muerto a estos capitanes mucha gente, assí de hambre como en las refriegas de los indios, se acordó que don Diego boluiesse a Panamá por gente, donde traxo ochenta hombres, y con ellos los que auían quedado biuos pudieron llegar hasta la tierra que se llamaua Catámez, que era ya fuera de aquellos manglares, tierra de mucha comida y medianamente poblada, donde todos los indios que salían de guerra trayan sembradas las caras con clauos de oro en agujeros que para ello tenían hechos, y por ser la tierra tan poblada no passaron adelante, hasta que don Diego de Almagro tornó a Panamá por más gente, y entre tanto se boluió don Francisco Piçarro a le esperar a vna pequeña ysla que estaua junto a la tierra, que llamaron la ysla del Gallo, donde quedó padeciendo harta necessidad de todo lo necessario. 28-29
Y assimismo padecían mucha hambre porque no hallauan comida sino la fruta de vnos árboles llamados mangles, de que ay abundancia en aquella ribera, que son muy rezios y altos y derechos, y, por criarse en el agua salada, la fruta es también salada y amarga, pero la necesidad les hazía que se sustentassen con ella y con algún pescado que tomauan y con marisco y cangrejos, porque en toda aquella costa no se cría mayz; y assí andauan remando en las canoas contra la gran corriente del mar, que siempre corre azia el Norte, y ellos yuan al Sur. 28

Mango Ynga


Cita Número de página
Guaynacaua, después de auer sujetado a su Imperio gran número de prouincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco azia el Occidente, determinó yr en persona a conquistar la prouincia de Quito, en cuyas entradas se acabaua su señorío, y assí sacó su exército y fue y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy aplazible a su condición, residió allí mucho tiempo, dexando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente a su hijo mayor llamado Guáscar Ynga, y a Mango Ynga y Paulo Ynga y otros muchos. 61
Y de ay a poco llegó el Gouernador con toda la retaguarda, y allí le salió de paz vn hermano de Guáscar y de Atabaliba que por su muerte auían hecho Ynga o Rey de la tierra y dádole la borla, que era la insignia o corona real, llamado Paulo (sic, por Mango Ynga). 85-86
Y al tiempo que del Cuzco se partió, Mango Ynga (que como diximos tenía el Reyno del Perú y la borla dél) concertó con vn hermano suyo llamado Paulo y por otro indio llamado Villaoma, que era summo sacerdote entre los indios, que con mucha gente de la tierra yuan en compañía de don Diego, que quando más descuidado le viessen, diessen sobre él y matassen a él y a su gente porque en el Perú él tenía cargo de matar al Gouernador y a los que con el quedauan. 101
Y en este tiempo Mango Ynga, Señor del Perú, estaua preso en la fortaleza del Cuzco por los conciertos que arriba tenemos dicho que hizo con Paulo Ynga, y con Villaoma, su hermano, de matar los christianos. 107
Don Diego de Almagro hizo Ynga y dio la borla del Imperio a Paulo porque su hermano Mango Ynga, visto lo que auía hecho, se fue huyendo con mucha gente de guerra a vnas muy ásperas montañas que llaman los Andes. 111

Manta


Cita Número de página
Y en esta sazón aconteció que ya casi todos los lugares del Perú de la ciudad de Los Reyes para abaxo auían alçado vandera por Su Magestad, porque el capitán Iuan Dolmos, que era teniente de Puerto Viejo por Gonçalo Piçarro, al tiempo que vio passar los nauíos de Lorenço de Aldana por el puerto de Manta, que es el puerto de aquella prouincia por vna parte, embió dello relación a Gonçalo Piçarro con gran priessa, diziéndole que le parecía mal no auer surgido en el puerto y que temía no viniessen de guerra (...) 351

mantenimientos


Cita Número de página
Desta manera llegó al valle de Xauxa con hasta cien hombres y fue el primero que entró en él, y començó apercebirse de todas las cosas necessarias, assí de municiones como de mantenimientos, de que ay abundancia en aquella tierra (como hemos dicho). 363

Marañón


Cita Número de página
Y este río se llama el Marañón porque el primero que descubrió la nauegación dél fue vn capitán llamado Marañón; nasce en el Perú, en las faldas de las montañas de Quito, corre por camino derecho, contándole por la altura del Sol, sietecientas leguas, y con las bueltas y rodeos que el río haze, yéndolas siguiendo, ay dende su nascimiento hasta que entra en la mar más de mil y ochocientas leguas; y en la entrada tiene de ancho quinze leguas, y por todo el camino a vezes se ensancha tres y quatro leguas. 141

mensajero/mensajeros


Cita Número de página
[…] y subiendo por allí a la sierra, topó con vn mensajero de Atabaliba, que le traya vnos çapatos pintados y dos puñetes de oro, y le dixo que quando ante él llegasse, fuesse calçado con aquellos çapatos y puestos los puñetes para que en ellos le conociesse. 72
Y como el mensajero se partió, el Gouernador fue tras él, caminando con mucho auiso porque los indios no viniessen al camino a darle salto, y quando llegó a Caxamalca, topó otro mensajero que le vino a dezir que no se aposentasse sin mandado de Atabaliba. 72
Y por allí llegaron al Gouernador mensajeros del Cuzco, que Guáscar le embiaua, haziéndole saber la rebelión de su hermano Atabaliba, que en aquel tiempo no lo auían aún preso, como después le prendieron, como ya hemos dicho, y le embiaua a dezir lo socorriesse y le diesse fauor para se defender dél. 71
(…) y el Gouernador se le ofreció que él lo trataría muy bien, y Atabaliba se lo agradeció mucho y luego por toda la tierra hizo mensajeros, especialmente al Cuzco, para que se recogiesse el oro y plata que auía prometido para su rescate, que era tanto que parecía impossible cumplirlo, porque les auía de dar vn portal muy largo que estaua en Caxamalca, hasta donde el mismo Atabaliba estando de pie pudo alcançar con la mano, todo el derredor lleno de vasijas de oro (según he dicho), y para este efeto hizo señalar esta altura con vna línea colorada al derredor del portal. 77
(…) y embió por tierra mensajeros, personas prácticas, que fuessen a Arequipa con ciertas cartas particulares para diuersas personas y passando más adelante lleuassen otras al capitán Alonso de Mendoça y Iuan de Siluera (…) 346

México


Cita Número de página
(…) y a esta causa no se auían remediado desde allí todos los daños y inconuenientes sobredichos ni se podrían remediar los que adelante sucediessen, se proueyó y mandó que la Audiencia de Panamá se deshiziesse y se ordenasse otra de nueuo en los confines de Guatimala y Nicaragua, de la qual fuesse por Presidente el licenciado Maldonado, oydor de México, y que a esta Audiencia quedasse sujeta la prouincia de Tierra Firme, y que en el Perú proueyesse nueua Audiencia, y en ella quatro oydores y vn presidente con título de Visorey y Capitán General, porque se entendió que la importancia de las cosas del Perú lo requería. 186

mitimaes


Cita Número de página
En conquistando alguna prouincia, la primera cosa que hazía era passar todos los vasallos o los más principales a otra población antigua a poblar aquella tierra de los indios ya sujetos, y desta manera lo asseguraua todo; y esta tal gente que remudaua de vnas tierras en otras llamauan mitimaes. 59

mochicas


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39

molles


Cita Número de página
También hazen otra beuida de una frutilla que nace en vnos árboles que llaman molles, aunque no es tan precida como la chicha. 46

Motupe


Cita Número de página
Y, guiándolos vn piloto llamado Bartolomé Ruiz, natural del Moguez [sic: Moguer], nauegaron con harto trabajo y peligro contra la fuerça de los vientos y corrientes hasta que llegaron a vna prouincia llamada Mostripe [sic: Motupe], que está en medio de dos pueblos que los christianos poblaron y nombraron al vno Truxillo y al otro Sant Miguel. 30
Partido el Gouernador para Caxamalca, passó con todo su exército gran necessidad de sed en vn despoblado de veynte leguas en que no ay agua ni árboles, sino toda arena seca y muy calurosa, que es desde donde agora está poblado la ciudad de Sant Miguel hasta la prouincia de Motupe, en la qual halló vnos frescos valles, y bien poblados, donde pudo bien reformar la gente con la abundancia de comida que allí auía [...] 72
Y allí se puso muy gran diligencia por Gonçalo Piçarro en proueer de comida y cosas necessarias para el real, especialmente porque cerca de allí auía vn despoblado que dura desde la prouincia de Motupe hasta la ciudad de San Miguel en espacio de veynte y dos leguas, que en todas ellas no ay agua ni poblado ni otro refrigerio alguno, sino arenales y mucho calor (...) 241

moxama


Cita Número de página
Las viandas que en aquella tierra comen los indios son maíz cozido y tostado, en lugar de pan, y carne de venados, cecinados a manera de moxama, y pescado seco y vnas rayzes de diuersos géneros, que ellos llaman yucas y axís y amotes [sic: camotes] y papas y otras, de otras maneras, y altramuces y otras legumbres. 46

Mullobamba


Cita Número de página
Y embió al capitán Iuan Pérez de Gueuara a conquistar la tierra de Mullobamba, que él auía descubierto. 181

Nata


Cita Número de página
Sabido por Pedro de Contreras, que estaua en la mar, el desastrado fin de su gente, pareciéndole que no tenía tiempo para hazerse a la vela, se metió en vn batel él y algunos de los suyos, desamparando las naos y todo quanto en ellas estaua, y nauegó costa a costa hasta saltar en vna prouincia que se llama Nata, donde nunca más se ha sabido qué se hizo, aunque se cree que dio en indios de guerra, que por allí ay muchos, y le mataron. 388

Nicaragua


Cita Número de página
Y él se hizo a la vela en principio del año de treynta y vno y, por ser los vientos contrarios, tomó la costa de la tierra del Perú más de cien leguas más atrás de donde le auía de tomar, y assí le fue forçado desembaraçar (sic, desembarcar) la gente y cauallos [...] en lo qual valía mucho la industria y ánimo con que don Francisco los regia y los peligros en que ponía su persona, passando muchas vezes él mismo a cuestas los que no sabían nadar, hasta que llegaron a vn pueblo que estaba junto a la mar, que se llama Coaque, assaz rico de mercaderías, bien poblado y bastezido de comida, donde pudo reformar su gente, que muy flaca la traya; y de allí embió a Panamá y a Nicaragua dos nauíos, y en ellos más de treynta mil castellanos de oro que auía tomado en Coaque, para acreditar la tierra y poner codicia a la gente que passasse a ella. 67
Y luego les sobreuino vna enfermedad de verrugas (de que arriba tenemos hecho mención), tan general en todo el exército que pocos se libraron della, no embargante lo qual el Gouernador, persuadiendo la gente que lo causaua la mala constelación de la tierra, passó adelante con ellos hasta la prouincia que llamaron Puerto Viejo, conquistando y pacificando toda aquella comarca, y allí le alcançó el capitán Benalcáçar y Iuan Flores, que vinieron de Nicaragua con vn nauío y alguna gente de pie y de cauallo. 68
Y después desto llegó el capitán Hernando de Soto con más gente de pie y de cauallo que de Nicaragua traya, y a causa de que todos los indios de aquella ysla andauan en muchas balsas por entre los anegados manglares [y] no se les podía hazer la guerra, el Gouernador acordó passar en Túmbez, después que hizo repartimiento del oro que allí le dieron y a causa que adolecía la gente en aquella ysla, que es muy enferma porque está cerca de la línea equinocial. 69
(…) y después de la prisión de Atabaliba embió por su teniente desde Caxamalca a San Miguel al capitán Benalcáçar con diez de cauallo, al qual por este tiempo se le vinieron a quexar los indios cañares que Rumiñagüi y los otros indios de Quito les dauan continua guerra, lo qual fue a coyuntura que de Panamá y de Nicaragua auía venido mucha gente (...) 87
(…) y para poder mejor efetuar su propósito, temiendo que desde Nicaragua podría después yr socorro a don Francisco Piçarro, fue vna noche a la costa de Nicaragua y tomó por fuerça dos o tres grandes nauíos que allí se estauan adereçando para yr cargados de gente y cauallos al Perú en socorro al Gouernador, y en ellos y en los que traya de Guatimala embarcó quinientos hombres de pie y de cauallo y nauegó hasta tomar tierra en la prouincia de Puerto Viejo, y de allí caminó la vía de Quito en el paraje de la línea equinocial, por las faldas de vnos llanos y espessos montes que llaman arcabucos y en el camino passó su gente gran trabajo de hambre y muy mayor de sed, porque fue tanta la falta del agua que si no toparan con vnos cañauerales de tal propiedad que, en cortando por cada nudo, se halla lo hueco lleno de agua dulce y muy bueno. 89
Y mucha parte desta gente le auía embiado don Alonso de Fuenmayor, Arçobispo y Presidente de la ysla de Santo Domingo, con Diego de Fuenmayor, su hermano, y el licenciado Gaspar de Espinoza auía traydo alguna parte della desde Panamá, y assimismo vn Diego de Ayala, a quien el Marqués embió a Nicaragua, auía acudido con cierto socorro. 117
(…) y a esta causa no se auían remediado desde allí todos los daños y inconuenientes sobredichos ni se podrían remediar los que adelante sucediessen, se proueyó y mandó que la Audiencia de Panamá se deshiziesse y se ordenasse otra de nueuo en los confines de Guatimala y Nicaragua, de la qual fuesse por Presidente el licenciado Maldonado, oydor de México, y que a esta Audiencia quedasse sujeta la prouincia de Tierra Firme, y que en el Perú proueyesse nueua Audiencia, y en ella quatro oydores y vn presidente con título de Visorey y Capitán General, porque se entendió que la importancia de las cosas del Perú lo requería. 186
Y dende a pocos días soltó a Lorenço de Aldana y desterró a don Pedro y a Hernán Mexía para Panamá y a Melchior y Balthazar Ramírez para Nicaragua, y a Vaca de Castro le dexí todauía preso en la misma nao, sin que a los vnos ni a los otros jamás diesse traslado ni declarasse culpa porque procediesse contra ellos, ni auer recebido información della. 199
Y assí, mudando propósito, se fue a la prouincia de Nicaragua y, saltando en tierra, dio noticia de su jornada a los Gouernadores de la prouincia, pidiéndoles socorro para su defensa; y visto el mal aparejo que allí halló para ello se fue a la Audiencia de los confines de Nicaragua, donde pidió al Presidente y oydores la mesma ayuda y fauor, y ellos se la prometieron y embiaron a hazérsela dar al Licenciado Ramírez de Alarcón, oydor de aquella Audiencia, el qual fue a Nicaragua y apercibió los vezinos para que estuuiessen prestos con sus armas y cauallos. 274
Ya en este tiempo se tuuo noticia en Panamá de lo que Verdugo auía hecho en Truxillo y cómo auía ydo la buelta de Nicaragua, y, temiendo Hinojosa no juntasse gente y le hiziesse alguna contradición con ella, embió al capitán Iuan Alonso Palomino con dos nauíos, y en ellos ciento y veynte arcabuzeros, y con ellos fue a la costa de Nicaragua y, topando el nauío de Verdugo, se apoderó dél, y queriendo saltar en tierra, halló juntos los vezinos de las ciudades de Granada y León, que son los principales pueblos de aquella prouincia, y con ellos al licenciado Ramírez y al mesmo Verdugo, que le resistieron la entrada (...) 275
Y adereçando tres o quatro fragatas, se embarcó en ellas con su gente y se fue por el desaguadero de la laguna de Nicaragua a salir a la mar del Norte, y antes que llegasse al Nombre de Dios, en la boca del río Chagre tomó de vn barco ciertos negros ladinos, de quien se informó particularmente de todo lo que en Nombre de Dios passaua y de la gente y capitanes que allí estauan y adonde posauan. 275
Algunos pareceres vuo que embiasse su armada por las costas de Nueua España y de Nicaragua a quemar y recoger todos los nauíos que allí vuiesse, por quitar cualquier aparejo de ser acometido por mar, haziendo después recoger toda la armada a la ciudad de los Reyes porque viniendo despacho de Su Magestad a Tierra Firme y no hallando allí en qué ni cómo los passar al Perú, lo tenían por bastante torcedor para hazer los partidos muy a su ventaja, pero, atenta la confiança que tenía Gonçalo Piçarro de Hinojosa y los que con él estauan, y la soberuia que le auía quedado con la victoria del Visorey, le pareció no mostrar aquella flaqueza porque entendía poder resistir abiertamente qualquiera contradición que se le hiziesse. 285
Y creyendo Ribadeneyra que se hazía por mandado de Centeno, mandó a los que lo lleuauan que fuessen muy sobre el auiso y primero que llegassen a tierra reconociessen si auía algún engaño, y los suyos lo hizieron assí y no quisieron saltar en tierra hasta ver a Diego Centeno y, entendiendo el engaño, se hizieron a la vela y se fueron a la prouincia de Nicaragua, dexando escondido a Diego Centeno con sus compañeros (...) 291
Y demás desto embió al licenciado Caruajal, con ciertos soldados, que fuesse por mar en los nauíos que auía traydo de Nicaragua el capitán Iuan Alonso Palomino de buelta del seguimiento de Verdugo (…) 301
(…) no se atreuía a venir hasta hazer a Su Magestad seruicios con que tuuiesse por bien de olvidar lo passado, lo qual tenía pensado emprender desta manera: que se alçaría con vno de los nauíos que auía en el puerto y se yría con todo su dinero a Nicaragua y allí juntaría gente y armaría vn nauío o dos para salir de corso contra Gonçalo Piçarro y su armada, y saltaría en tierra y haría sus correrías en los lugares que hallasse desembaraçados (...) 318
Y a esta sazón llegó el Arçobispo de Los Reyes y Gómez de Solís, que holgaron de todo lo sucedido y se prefirieron al fauor y seruicio del Presidente, el qual embió a don Iuan de Mendoça a la Nueua España con cartas para el Visorey don Antonio de Mendoça para que le socorriesse con toda la gente que se pudiesse juntar en aquella prouincia, y a don Balthasar de Castilla para Guatimala y Nicaragua para lo mismo, y a otras personas a Santo Domingo, para que de todas partes le viniesse el socorro que fuesse possible, creyendo que auía de ser necessario. 322
Y a todo respondía el Presidente con mucha gracia, y de todas partes le acudía tanta gente que le pareció bastante sin que de otras prouincias le viniesse ningún socorro, y assí proueyó luego nauíos a la Nueua España y Guatimala y Nicaragua y Santo Domingo, dando relación del estado de los negocios y cómo no auía necessidad que viniessen los socorros que él auía embiado a pedir creyendo que serían necesarios. 355
En el tiempo que Pedro Arias Dáuila gouernó y descubrió la prouincia de Nicaragua casó vna de sus hijas, llamada doña María de Peñalosa, Con Rodrigo de Contreras, natural de la ciudad de Segouia, persona principal y hazendado en ella, y por muerte de Pedro Arias quedó la gouernación de la prouincia a Rodrigo de Contreras, a quien Su Magestad proueyó della por nombramiento de Pedro Arias, su suegro, atento sus seruicios y méritos, el qual la gouernó algunos años hasta tanto que fue proueyda nueua Audiencia que residiesse en la ciudad de Gracias a Dios, que se llama de los Confines de Guatimala. 383
(…) y tomando los nauíos que vuieron menester se embarcaron en la mar del Sur con determinación de esperar la venida del Presidente y prenderle y robarle en el camino porque ya sabían que se aparejaua para venirse a Tierra Firme con toda la hazienda de Su Magestad, aunque primero les pareció que deuerían yr a Panamá, assí para certificarse del estado de los negocios como porque desde allí estarían en tan buen paraje y aun mejor para nauegar la buelta del Perú que desde Nicaragua. 384

nudos


Cita Número de página
Y las cosas de cuenta se perpetúan por medio de vnas cuerdas de algodón que llaman los indios quippos, denotando los números por nudos de diversas hechuras, subiendo por el espacio de la cuerda del color que es la cosa que quieren mostrar; y en cada prouincia ay personas que tienen cargo de poner en memoria por estas cuerdas las cosas generales, que llaman quippocamayos, y las quales con gran facilidad da a entender el que las tiene a cargo, aunque sean de muchas edades antes dél. 36

ococha


Cita Número de página
En este nauío fueron los primeros ratones que en el Perú vuo, porque antes no los auía; y después acá han acudido en gran número por todas las ciudades del Perú, créese que yendo las crías entre Caxas o fardeles de mercaderías que van de vnas partes a otras; y assí los llaman los indios ococha, que quiere dezir cosa salida de la mar. 105-106

Orcuça


Cita Número de página
Con lo qual Diego Centeno embió cierto capitán con mucha parte de la gente que residiesse en Chicuyto [sic: Chucuyto], que son los pueblos del Rey entre Orcuça y los Charcas, para que estuuiese allí en el passo en tanto que él se adereçaua para salir a cumplir el fin de todo su viaje. 249

orejones


Cita Número de página
La insignia o corona que estos yngas trayan para mostrar su señorío era vna borla de lana colorada que les tomaua desde vna sien hasta la otra y casi les cubría los ojos; y con vn hilo desta borla entregado a vno de aquellos orejones gouernauan la tierra y proueyan lo que querían con mayor obediencia que en ninguna prouincia del mundo se ha visto tener a las prouisiones de su rey, tanto que acontecía embiar a assolar vna prouincia entera, y matar quantos hombres y mugeres en ella auía, por mano de vno solo destos orejones, sin que lleuasse otro poder de gente ni de comissión mas de vno de aquellos hilos de la borla; y en viéndole afrécense todos de muy buena gana a la muerte. 56
Al tiempo que le nació el primer hijo mandó hazer Guaynacaua vna maroma de oro, tan gruessa (según ay muchos indios biuos que lo dizen) que asidos a ello más de dozientos indios orejones no la reuantauan muy fácilmente; y en memoria desta tan señalada joya llamaron al hijo Guasca [sic: Guascar], que en su lengua quiere dezir 'soga', con el sobrenombre de Ynga, que era de todos los reyes, como los emperadores romanos se llamauan Augustos. 59-60

Otaualo


Cita Número de página
Y assí quando le pareció tiempo se vino a Quito a juntar con Pedro de Puelles, y con ambos campos salieron de la ciudad en busca del Visorey, que estaua en Otáualo, doze leguas de Quito. 280

oueja/ouejas


Cita Número de página
Y déstas ay ya por toda la tierra carnicerías públicas, porque a los principios no era menester, sino que, como cada español tenía ganado propio, en matando vna oueja embiauan los vezinos por lo que auían menester a su casa, y assí se proueyan a vezes. 104
Y en todos estos despoblados donde no auía nieue era grande la falta de agua, la qual suplieron con lleuar cueros de ouejas llenos de agua, de tal manera que cada oueja biua lleuaua a cuestas el cuero de otra muerta con agua, porque, entre otras propiedades que tienen estas ouejas del Perú, es vna de lleuar dos y tres arrouas de carga, como camellos, con quien tienen mucha semejança en el talle, si no les faltasse la giba de los camellos (...) 103
…porque en las sierras más altas hazían vnos hornillos con las puertas azia el Mediodía, de donde hemos dicho que siempre sopla el viento, y allí echan el metal con estiércol de ouejas, y encendiendo el viento el carbón, se derrite y cendra la plata y oro, y aun agora se ha visto en la gran abundancia de plata que se saca en las minas de Potosí que no se puede fundir con fuelles, sino que los indios lo funden en estos hornillos, que ellos llaman guayras, que quiere dezir viento, porque se enciende con él. 45
Guaynacaua y su padre dieron orden para tener abundancia de ganados en su tierra, como de aquellas ouejas de la tierra se echassen en los campos cada año cierta cantidad, dedicadas al sol por vía de diezmo, y déstas multiplicauan en gran número, porque si no era el mismo Guaynacaua para su exército, tenían por sacrilegio llegar ninguno a ellas; y quando ellas auía menestar, con mandar hazer vna caça de las que arriba tenemos dicho que llaman chacos, en vn día que podía tomar veynte y treynta mil dellas. 59
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74
Y toda la ropa que los indios no pudieron subir a la sierra la quemaron aquella noche, quedando en el campo más de quinze mil ouejas y más de quatro mil indias y indios, que se vinieron a los españoles, de los que lleuaua presos el Quizquiz. 94
Y los indios comen vnas rayzes que llaman papas, que son de hechura y aun casi sabor de turmas de tierra; y ay en ella mucho ganado de las ouejas que hemos dicho. 129
Auiendo adereçado Gonçalo Piçarro las cosas necessarias para su viaje, partió de Quito, lleuando consigo dozientos españoles bien adereçados, los ciento de cauallo con dobladura, y más de quatro mil indios amigos y tres mil cabeças de ouejas y puercos. 136
Assí continuó Gonçalo Piçarro su camino la vía de Quito, donde mucho tiempo antes auisó de su tornada; y los vezinos de Quito auían proueydo de mucha copia de puercos y ouejas, con que salieron al camino, y algunos pocos cauallos y ropas para Gonçalo Piçarro y sus capitanes, el qual socorro los alcançó más de cincuenta leguas de Quito; y fue recebido dellos con gran alegría, especialmente la comida. 142-143
Y allí tuuo noticias Iuan Pérez de otra gran tierra que ay passadas las vltimas cordilleras azia el Septentrión, donde ay ricas minas de oro y se crían camellos y gallinas como las de Nueua España y ouejas algo menores que las del Perú, y todas las sementeras son de regadío porque llueue poco en la tierra, donde ay vn lago que tiene las riberas muy pobladas de gente. 181
Y la vena es de tal calidad que no sufre fundirse con fuelles ni cendradas, como se haze en las otras minas, saluo que se funde en las guairas, que son vnos hornillos pequeños encendidos con carbón y estiércol de ouejas, con la fuerça del ayre, sin otro instrumento ninguno. 298
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31

Pachacama


Cita Número de página
Y mantenía con yeruas y frutas siluestres las gentes que crió hasta que de la parte del mediodía vino otro hombre más poderoso que se llamaua Pachacama, que quiere dezir criador, que también era hijo del Sol y de la Luna, y que con su venida desapareció Con, y, quedando aquellas sus gentes sin capitán, Pachacama les conuertió en aues y en monos y gatos y ossos y leones y papagayos y otras aues que andan por aquella tierra, y que éste crió los indios que agora son y dio industria para labrar la tierra y árboles, y le tenían por dios, y todos los principales que en la tierra morían se yuan a enterrar a la prouincia que de su nombre se llamó Pachacama, donde él residía, que es quatro leguas de la ciudad de los Reyes. 50
Y que duró Pachacama muchas edades, hasta que los christianos llegaron al Perú, que entonces nunca más pareció, por donde se cree que deuía de ser algún demonio que les hazía entender todas estas vanidades, 50
[…] y a lo que dezía de Iesuchristo, que auía criado el cielo y los hombres y todo, que él no sabía nada de aquello ni que nadie criasse nada sino el sol, a quien ellos tenian por Dios, y a la tierra por madre, y a sus guacas, y que Pachacama lo auía criado todo lo que allí auía; que de lo de Castilla él no sabía nada ni lo auía visto, y preguntó al Obispo que cómo sabía él ser verdad todo lo que auía dicho o por dónde se lo daría a entender. 75
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
Y don Diego y él y toda la otra gente se fueron a Pachacama, donde supieron queles auía venido a recibir el Gouernador desde Xauxa, donde estaua, y antes que don Diego partiesse de Quito quemó biuo al cacique que se le fue la noche que hemos dicho, y quiso hazer lo mismo a Felipillo, si no rogara por él don Pedro de Aluarado. 92
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
(…) y después que don Diego dio allí en San Miguel muchos socorros de armas y dineros y vestidos, assí a su gente como a la de don Pedro de Aluarado, continuaron su camino la vía de Pachacama, y a la passada dexó poblando la ciudad de Truxillo al capitán Martín Astete, como el Gouernador don Francisco Piçarro la auía mandado. 94
Llegados don Diego y don Pedro a Pachacama, el Gouernador, que allí auía venido desde Xauxa, los recibió alegremente y pagó a don Pedro los cien mil pesos que se auían concertado con él de darle por el armada, aunque de muchos fue aconsejado que no se los pagasse, diziendo que la armada no valía cincuenta mil y que aquel concierto auía hecho don Diego de temor por no romper con don Pedro, que le tenía mucha ventaja, y que sería mejor embiarlo preso a Su Magestad. 96
Y a quatro leguas de la ciudad, en Pachacama, tuuo vna rezia batalla con los indios, los quales desbarató y mató muchos dellos, y prosiguió su camino la vía del Cuzco . 115
Con las vitorias que Alonso de Aluarado vuo de los indios yendo camino del Cuzco, assí en Pachacama como en Lumichaca (según arriba está dicho), el Ynga y Tiço Yopangui tuuieron por bien de alçar el real de sobre la ciudad de los Reyes. 117
Y con esta vltima ordenança era claro que ninguna persona en toda la prouincia del Perú podía quedar con indios, pues, como se puede coligir de toda esta historia, ningún español de grande ni pequeña calidad auía que no estuuiesse más apassionado por vna destas dos parcialidades que si sobre ello le fuesse su vida u hazienda, lo qual se auía entendido aun hasta [por] los mesmos indios de la tierra, que muchas vezes acontecía auer entre ellos grandes batallas y diferencias y otras contiendas particulares a título destas dos opiniones, que ellos llamauan a los de don Diego los de Chili y a los del Marqués los de Pachacama. 186

pacos


Cita Número de página
Es animal de gran fruto y prouecho porque tiene finissíma lana, especialmente las que llaman pacos, que tienen las vedijas largas; son de poco mantenimiento, especialmente las que trabajan y comen maíz, que se passan quatro y cinco díaz sin beuer. 103-104

paltas


Cita Número de página
Y él lo hizo assí, y despachados los dos mil hombres a gran priessa, se juntaron con ellos los caciques de Tumibamba y los chaparras y paltas y cañares que estauan en aquella comarca. 62

Panamá


Cita Número de página
En el año del nacimiento de Nuestro Señor Iesu Christo de mil y quinientos y veynte y cinco años tres vezinos de la ciudad de Panamá (que es puerto de la Mar del Sur), en la prouincia de Tierra Firme, llamada Castilla de Oro, se juntaron en compañía vniuersal de todas sus haziendas, que fueron don Francisco Piçarro, natural de la ciudad de Truxillo, y Don Diego de Almagro, natural de la villa de Malagón (cuyo linaje nunca se pudo bien aueriguar porque algunos dizen que fue echado a la puerta de la yglesia), y vn clérigo llamado Hernando de Luque. 27
[…] Y tomando licencia don Francisco Piçarro de Pedro Arias de Auila, que a la sazón gouernaua aquella tierra por Su Magestad, adereçó vn nauío con hasta dificultad y se metió en él con ciento y quatorze hombres y descubrió vna pequeña y pobre prouincia cincuenta leguas de Panamá, que se llama Perú, de donde después impropiamente toda la tierra que por aquella costa se descubrió, por espacio de más de mil y dozientas leguas por luengo de costa se llamó Perú ... 27
[…] y passando adelante halló otra tierra, que los españoles llamaron el Pueblo Quemado, donde los indios le dauan continua guerra y le mataron tanta gente que le fue forçado boluerse malherido a la tierra de Chinchama, que era cerca de Panamá. 27
Y en este tiempo don Diego de Almagro, que allí auía quedado, hizo otro nauío y en él se embarcó con setenta españoles y fue en busca de don Francisco Piçarro por la costa hasta el río que llamó de Sant Iuan, que era cient leguas de Panamá […] 27
Y por auérseles muerto a estos capitanes mucha gente, assí de hambre como en las refriegas de los indios, se acordó que don Diego boluiesse a Panamá por gente, donde traxo ochenta hombres, y con ellos los que auían quedado biuos pudieron llegar hasta la tierra que se llamaua Catámez, que era ya fuera de aquellos manglares, tierra de mucha comida y medianamente poblada, donde todos los indios que salían de guerra trayan sembradas las caras con clauos de oro en agujeros que para ello tenían hechos, y por ser la tierra tan poblada no passaron adelante, hasta que don Diego de Almagro tornó a Panamá por más gente, y entre tanto se boluió don Francisco Piçarro a le esperar a vna pequeña ysla que estaua junto a la tierra, que llamaron la ysla del Gallo, donde quedó padeciendo harta necessidad de todo lo necessario. 28-29
Qvando don Diego de Almagro boluió a Panmá por socorro halló que Su Magestad auía proueydo por Gouernador della vn cauallero de Córdoua llamado Pedro de los Ríos, el qual le impidió la buelta porque los que quedaron con don Francisco Piçarro en la ysla del Gallo le embiaron secretamente a pedir que no permitiesse que fuesse más gente a morir en aquella peligrosa jornada ... Por lo qual Pedro de los Ríos enbió vn teniente con su mandamiento para que todos los que quisiessen se pudiessen boluer a Panamá libremente, sin que forçassen a ninguno a quedarse. 30
[…] de forma que solos doze hombres se quisieron quedar con don Francisco Piçarro, con los quales, por ser tan pocos, no osó quedar allí, y se fue a vna ysla despoblada, seys leguas dentro en la mar, que, por ser toda llena de fuentes y arroyos, la llamaron La Gorgona, donde se sostuuieron comiendo cangrejos, exaiuas y grandes culebras, de que allí ay abundancia, hasta que el nauío boluió de Panamá, y, en llegando sin traer más gente, saluo comida, se metió en él con solos sus doze compañeros, cuya constancia y virtud fue causa del descubrimiento de la tierra del Perú. 30
Y con esta noticia se tornó a Panamá, auiendo andado tres años en descubrimiento, padeciendo grandes trabajos y peligros, assí con la falta de comida como en las guerras y resistencia de los indios y con los motines que entre su mesma gente auía, desconfiando de los más dellos de poder hallar cosa de prouecho. 31
Y con tanto se boluió a Panamá, lleuando consigo a Hernando Piçarro y a Iuan Piçarro y a Gonçalo Piçarro y a Francisco Martín de Alcántara, sus hermanos, entre los quales solo Hernando Piçarro y Iuan Piçarro eran legítimos y hermanos de padre y madre, hijos de Gonçalo Piçarro el Largo, vezino de Truxillo, que fue capitán de infantería en el Reyno de Nauarra. 32
Y assí, llegado a Panamá, començaron a adereçar las cosas necessarias para el descubrimiento, debaxo de la mesma compañía, caso que vuo algunas dissensiones entre don Francisco y don Diego, porque auía sentido mucho don Diego que don Francisco vuisse negociado en España con Su Magestad todo lo que a él tocaua, trayendo título de Gouernador y Adelantado Mayor del Perú, sin hazer mención de cosa que a él le tocasse, como quier que en todos los trabajos y costas del descubrimiento auía puesto la mayor parte. 32
…y assí es causa de que las corrientes bueluan atrás contra el Norte, de donde nace otro inconueniente, que es ser por esta razón tan dificultosa la nauegación de Panamá para el Perú, porque siempre tienen el viento contrario, y mucha parte del año también las corrientes, que si no van a la bolina y forcejeando contra el viento, no es possible nauegar. 40
…y también se traen dellas a esta villa gran abundancia de plata para embarcarlo en los mesmos nauíos y lleuarlo por mar a la ciudad de los Reyes o a Panamá, con que se escusa lleuallo por tierra, con gran peligro y riesgo y trabajo, después que, en esecución de la ordenança real, no se cargan los indios. 42
Ya tenemos dicho en el libro precedente cómo don Francisco Piçarro estaua en Panamá, auiendo buelto de España, adereçando las cossas necessarias para la conquista del Perú, aunque Don Diego de Almagro no proueya con tanto calor como solía de lo que era necessario, porque la hazienda principal y el crédito estaua con él, y la causa de la tibieza fue el descontento que tenía de que don Francisco Piçarro no le auía traydo ninguna merced de Su Magestad. 67
Y él se hizo a la vela en principio del año de treynta y vno y, por ser los vientos contrarios, tomó la costa de la tierra del Perú más de cien leguas más atrás de donde le auía de tomar, y assí le fue forçado desembaraçar (sic, desembarcar) la gente y cauallos [...] en lo qual valía mucho la industria y ánimo con que don Francisco los regia y los peligros en que ponía su persona, passando muchas vezes él mismo a cuestas los que no sabían nadar, hasta que llegaron a vn pueblo que estaba junto a la mar, que se llama Coaque, assaz rico de mercaderías, bien poblado y bastezido de comida, donde pudo reformar su gente, que muy flaca la traya; y de allí embió a Panamá y a Nicaragua dos nauíos, y en ellos más de treynta mil castellanos de oro que auía tomado en Coaque, para acreditar la tierra y poner codicia a la gente que passasse a ella. 67
El Gouernador embió a Hernando Piçarro a Túmbez para que traxesse toda la gente que allí auía quedado, y después que boluió por ella, pobló la ciudad de Sant Miguel en vn pueblo de indios llamado Tangarara, en la ribera del río de la Chira, cerca de la mar porque los nauíos que viniessen de Panamá hallassen puerto seguro, porque ya algunos auían venido. 71
Estando el Gouernador don Francisco Piçarro en la prouincia de Poechos antes que llegasse a Caxamalca, como está dicho, recibió vna carta sin firma, que después se supo auerla escrito vn secretario de don Diego de Almagro desde Panamá, dándole auiso cómo don Diego auía hecho vn gran nauío para con él y con otros embarcarse con la más gente que pudiesse y yrle a tomar la delantera y a possessionarse en la mejor parte de la tierra, que era passados los límites de la Gouernación de don Francisco, la qual, conforme a las prouisiones que auía lleuado de Su Magestad, duraua desde la línea equinocial dozientas y cincuenta leguas adelante nortesur, de la qual carta el Gouernador a nadie dió parte. 82
Y assí se dixo y creyó que don Diego se auía embarcado en Panamá con ciertos nauíos y gente y hecho a la vela para el Perú con este intento, aunque tocando en la tierra de Puerto Viejo, y sabido el buen sucesso del Gouernador y cómo tenía tanta cantidad de oro y plata, de lo qual le pertenecía la mitad, mudó el propósito (si es uerdad que le traya). 82
(…) y después de la prisión de Atabaliba embió por su teniente desde Caxamalca a San Miguel al capitán Benalcáçar con diez de cauallo, al qual por este tiempo se le vinieron a quexar los indios cañares que Rumiñagüi y los otros indios de Quito les dauan continua guerra, lo qual fue a coyuntura que de Panamá y de Nicaragua auía venido mucha gente (...) 87
El nuestro Norte se pierde de vista de todo punto poco menos de dozientas leguas de Panamá, llegando debaxo la línea, y en entonces se ven desde allí estos dos triones o guardas del Norte, quando están más altas sobre las cabeças de los mismos nortes, aunque por grande espacio del Polo Antártico no se parecen más de las quatro estrellas que hazen el cruzero, por el qual se gouiernan los mareantes, y después, metiéndose de treynta grados para arriba, vienen a descubrir todas siete. 104-105
Y porque los indios no pensassen que por temor detenían los nauíos para huyr en ellos y también porque los españoles no tuuuiesen alguna confiança en poderse salir de la tierra por la mar, y por esto peleassen menos animosamente de lo que deuían, embió a Panamá a los nauíos. 114
Y mucha parte desta gente le auía embiado don Alonso de Fuenmayor, Arçobispo y Presidente de la ysla de Santo Domingo, con Diego de Fuenmayor, su hermano, y el licenciado Gaspar de Espinoza auía traydo alguna parte della desde Panamá, y assimismo vn Diego de Ayala, a quien el Marqués embió a Nicaragua, auía acudido con cierto socorro. 117
(…) y para sentir algo desto auían embiado la vía de Túmbez a don Alonso de Montemayor, y a otros con él, porque [por] algunos nauíos que auían venido de Panamá sabían cómo Vaca de Castro quedaua aprestando su viaje. 145-146
Y como después sucedió, que embarçándose Vaca de Castro en Panamá, por falta de vna ancla, las corrientes de la mar, que tenía contrarias, le hizieron decaer en la nauegación a la ysla de la Gorgona, y le fue forçado subir por el río de Sant Iuan y por la Buenaventura a la gouernación de Benalcáçar, y desde allí yr por tierra por la prouincia del Perú, como adelante más particularmente se dirá. 146
Ambos començaron la conquista del Perú de mucha edad, en la qual trabajaron como arriba está dicho y declarado, aunque el Marqués sufrió grandes peligros y muchos más que el Adelantado, porque mientras el vno anduvo en la mayor parte del descubrimiento, el otro se quedó en Panamá, proueyendo de lo necessario, como esta contado. 152
Y el Adelantado, aquel hijo de quien hemos dicho que mató al Marqués, le auía auido en vna india de Panamá. 155
Ya está dicho arriba la Mala nauegación que tuuo Vaca de Castro viniendo de Panamá para el Perú, a causa de perder vna ancla con que el nauío se amarraua, y cómo arribó al puerto de la Buenaventura y de allí fue por tierra a la gouernación de Benalcáçar y entró en el Perú. 163
(…) Y entre otras muchas cosas, demás de las arriba declaradas, que se proueyan por las Ordenanças y parecía conuenir para el buen gouierno de aquellas prouincias era vna que, porque la prouincia del Perú, que era la más rica y principal cosa de las Indias, estaua sujeta a la Audiencia Real que residía en la ciudad de Panamá -donde no auía más de dos oydores y auía muy gran dilación y mal despacho en los negocios, por estar tan lexos el Perú de Panamá, especialmente porque, como tenemos dicho arriba, la mayor parte del año no podían nauegar ni yr al Perú. 186
(…) y a esta causa no se auían remediado desde allí todos los daños y inconuenientes sobredichos ni se podrían remediar los que adelante sucediessen, se proueyó y mandó que la Audiencia de Panamá se deshiziesse y se ordenasse otra de nueuo en los confines de Guatimala y Nicaragua, de la qual fuesse por Presidente el licenciado Maldonado, oydor de México, y que a esta Audiencia quedasse sujeta la prouincia de Tierra Firme, y que en el Perú proueyesse nueua Audiencia, y en ella quatro oydores y vn presidente con título de Visorey y Capitán General, porque se entendió que la importancia de las cosas del Perú lo requería. 186
Y dende a pocos días soltó a Lorenço de Aldana y desterró a don Pedro y a Hernán Mexía para Panamá y a Melchior y Balthazar Ramírez para Nicaragua, y a Vaca de Castro le dexí todauía preso en la misma nao, sin que a los vnos ni a los otros jamás diesse traslado ni declarasse culpa porque procediesse contra ellos, ni auer recebido información della. 199
Aviéndose entregado Bachicao de la armada del Visorey (como está dicho), prosiguió su camino para el puerto de Panamá y, passando por Puerto Viejo, tomó consigo alguna gente de aquella tierra, y entre ellos a Bartholomé Pérez y a Iuan Dolmos, vezino de Puerto Viejo, y, deteniéndose a tomar refrescos en las yslas de las Perlas, que están veynte leguas de Panamá, fueron auisados los de la ciudad de su venida y embiáronle dos vezinos a saber su intento y a requerirle no entrasse con gente de guerra en la jurisdicción. 234
El licenciado Vaca de Castro, que a la sazón estaua en Panamá, en sabiendo su venida, se huyó para Nombre de Dios y se embarcó en la mar del Norte, y lo mesmo Diego Aluarez de Cueto y Hierónymo Çurbano, y también se passaron al Nombre de Dios el doctor Texada y Francisco Maldonado, y todos juntos se vinieron a España, y el doctor Texada murió en el camino en la canal de Bachama. 235
Y desde Puerto Viejo embió vn nauío, y en el capitán Rodrigo de Caruajal que fuesse derecho al puerto de Panamá y diesse a ciertos vezinos principales della las cartas que lleuaua Gonçalo Piçarro (…) 266
Con estas cartas llegó Rodrigo de Caruajal en su nauío con hasta quinze personas cerca de Panamá y tomando tierra tres leguas antes de la ciudad donde dizen el ancón, supo de ciertos estancieros que allí residían cómo estauan en Panamá dos capitanes del Visorey, llamados el vno Iuan de Guzmán y el otro Iuan de Yllanes, que auían venido con cierta comissiones suyas para juntar allí gente y armas y lleuarlos en su socorro a la prouincia de Benalcáçar (...) 266-267
Y el Gouernador de aquella prouincia, llamado Pedro de Casaos, natural de Seuilla, fue con gran diligencia a la ciudad de Nombre de Dios y mandó apercibir a toda la gente que en ella estaua y, juntando todas las armas y arcabuzes que pudo auer, los lleuó consigo a Panamá y se apercibió de todo lo que le pareció necessario para la resistencia de Hinojosa. 267
Aviendo embiado Pedro Alonso de Hinojosa al capitán Rodrigo de Caruajal a Panamá en la forma y para el efeto que tenemos dicho, él se hizo a la vela con diez nauíos y vino costeando la tierra hasta llegar a la Buenaventura, que es vna pequeña población en la boca del río Sant Iuan, por donde suben a la gouernación de Benalcáçar. 268
(…) y prendieron ocho o diez vezinos que auía en aquella población, y inquiriendo dellos lo que sabían del Visorey, halló vno que le dixo cómo el visorey estaua en Popayán apercibiéndose de la más gente y armas que podía para tomar la tierra adentro del Perú y que, viendo que Iuan de Yllanes y Iuan de Guzmán, a quien él auía embiado a Tierra Firme para lo mesmo, se tardauan tanto, determinó de embiar al capitán Vela Núñez, su hermano, con ciertos caporales de su campo para que fuesse a Panamá y diesse conclusión en la junta de la gente y la traxesse consigo porque el negocio se hiziesse con más autoridad, y para ello le auía dado todos los dineros que pudo juntar de la hazienda real. 268
Y allende dellos le entregó vn hijo bastardo de Gonçalo Piçarro, que auía tomado en Quito, de edad de onze o doze años, creyendo que auría en Panamá mercaderes que, viéndole maltratado, lo rescatarían por auer algún interés o fauor de Gonçalo Piçarro (...), y que con este aparejo se auía partido Vela Núñez de Popayán hasta llegar vna jornada de allí y que le auía embiado a él delante para que espiasse si tenía el puerto seguro. 268
(…) y, lleuándolos todos presos a los nauíos, se hizieron grandes regozijos por tan próspero sucesso como en tan breue tiempo les auía venido porque, aunque tuuieron en mucho la prisión de Vela Núñez y estoruarle con ella que no fuesse a Panamá, donde juntándose con su gente les podía hazer tanta contradición en su entrada, en mucho más estimaron auer recobrado al hijo de Gonçalo Piçarro por el seruicio que en ello le hazían y el cargo que le echarían con tal contentamiento, y assí se hizieron a la vela, lleuando a buen recado los prisioneros. 269
Nauegando Hinojosa la vía de Panamá, le salió al camino Rodrigo de Caruajal con su nauío y le hizo saber lo que en Panamá le auía acaecido y cómo la ciudad se auía alborotado con su venida y estauan puestos en resistencia, por tanto, que conuenía yr aparcebidos. 270
Y assí, poniéndose en orden de guerra, vn día del mes de octubre del año de quarenta y cinco pareció sobre el puerto de Panamá con onze nauíos, y en ellos los docientos y cincuenta hombres que tenemos dicho. 270
Y los que principalmente los gouernauan eran el General Pedro de Casaos y Arias Dazeuedo y Iuan Fernández de Rebollido y Andrés Darayza y Iuan de Çabala y Iuan Guzmán y Iuan de Yllanes y Iuan de Vendrel y otros, algunos principales de Panamá que pretendían la defensa de la entrada, vnos por ser seruidores de Su Magestad y otros por quedar escarmentados de los agrauios que auían recebido de Bachicao y temiendo que Hinojosa seguiría el mismo camino. 270
Vista por Hinojosa la resistencia, saltó en tierra en el ancón, dos leguas de Panamá, teniendo por reparo a las espaldas vnas peñas que los defendían de la gente de cauallo, y marchando la vía de Panamá, caminaron por la costa, lleuando junto a la tierra los bateles de los nauíos con mucha artillería, con que descubrían los enemigos si los acometiessen por el auanguardia. 270-271
Y Hinojosa embió de su parte para tratar el negocio a don Balthasar de Castilla, hijo del Conde de la Gomera, y los de Panamá embiaron a don Pedro de Cabrera. 271
Y está fue la principal causa que mouió a los capitanes de Panamá que viniessen en hazer los conciertos, por la poca seguridad que tenían de su gente, toda la qual sabían que estauan esperando oportunidad para passar al Perú y era cosa muy creyble que hallándola tan auentajada, pues les dauan passaje y sueldo y comida, lo aceptarían, y assí poco a poco de su gente y de la tierra juntó Hinojosa gran copia de soldados. 272
Y estando esperando la oportunidad sucedió que vn nauío que baxaua de Lima surgió en el puerto de Truxillo, y luego Melchior Verdugo embió a llamar al maestre y piloto dél, so color que quería cargar cierta ropa en él y maíz para embiar a Panamá, y ellos vinieron luego, y, metiéndolos en lo interior de su aposento, los hizo lleuar a vna cámara honda y escura que para aquel efeto tenía preparada y, dexándolos allí, se subió a su aposento (...) 273-274
Ya en este tiempo se tuuo noticia en Panamá de lo que Verdugo auía hecho en Truxillo y cómo auía ydo la buelta de Nicaragua, y, temiendo Hinojosa no juntasse gente y le hiziesse alguna contradición con ella, embió al capitán Iuan Alonso Palomino con dos nauíos, y en ellos ciento y veynte arcabuzeros, y con ellos fue a la costa de Nicaragua y, topando el nauío de Verdugo, se apoderó dél, y queriendo saltar en tierra, halló juntos los vezinos de las ciudades de Granada y León, que son los principales pueblos de aquella prouincia, y con ellos al licenciado Ramírez y al mesmo Verdugo, que le resistieron la entrada (...) 275
Y viendo Iuan Alonso Palomino que los enemigos le eran superiores, assí en número de gente como en tener cauallos para correr la tierra, determinó estarse quedo en la mar, y allí se detuuo algunos días esperando oportunidad par hazer algún salto, y como no la halló, lleuando consigo algunos nauíos y quemando los otros que no pudo lleuar, se boluió a Panamá. 275
Y Melchior Verdugo, teniendo en su compañía hasta cien hombres bien adereçados y considerando que toda la fuerça de Hinojosa estaua en Panamá y que si alguna gente tenía en el Nombre de Dios era poca y descuydada que por aquella vía le pudiesse venir contraste ninguno, y assí determinó de hazer en ello vn salto. 275
Y assí salieron con harto peligro, ayudándoles la escuridad de la noche a saluar las vidas, y se fueron a pie camino de Panamá y estuuieron escondidos en vna espessura de montes hasta que tuuieron aparejo para yrse a Panamá, donde contaron a Hinojosa todo lo que passaua, lo qual él sintió mucho y determinó vengarse (...) 276
Y ofreciéndose Hinojosa de yr con su gente a le dar fauor y ayuda para el castigo, pues tenía necessidad de gente de guerra que le fauoreciesse, y el dotor Ribera determinó de lo hazer assí y, recibiendo juramento y pleyto omenaje de Hinojosa y sus capitanes que no saldrían de su mandado y le obedecerían como su General y poniendo la gente en orden, se partió de Panamá. 276
El dotor Ribera y Hinojosa, auiendo pacificado el pueblo de Nombre de Dios y dexando en él alguna más guarnición de la que de antes auía con los mesmos capitanes don Pedro de Cabrera y Hernán Mexía, ellos se boluieron a Panamá, aguardando lo que de España Su Magestad proueería. 277
(…) y cómo por gran ventura se auían aparejado los tiempos de manera que él lo pudiesse hazer sin contradición de nadie por auer sido su venida a tiempo que la más gente de Gonçalo Piçarro estaua toda junta en aquella ciudad y él solo por capitán della, porque Hinojosa y los otros capitanes eran ydos a Panamá, y que si quería que llanamente se alçasse vandera por Su Magestad, lo haría, y podían yr a Panamá y tomar la armada, lo qual sería fácil de hazer por las razones que le dixo, y que creya que, sabidas las particularidades, Hinojosa y sus capitanes no le harían contradición, por ciertas conjecturas que él tenía para ello. 304
Hernán Mexía obedeció su mandado, aunque le aduirtió que la gente estaua allí debaxo de su vandera y el negocio se podía hazer sin ningún riesgo y que, ydos a Panamá y puestos en poder de Hinojosa, no auía tanta seguridad del buen sucesso (…) 305
Pedro Alonso de Hinojosa, General por Gonçalo Piçarro en Panamá, sabido el recebimiento que Hernán Mexía auía hecho al Presidente, lo sintió mucho, assí porque él no sabía los despachos que traya como por auerse hecho sin darle parte, y assí le escriuió algo ásperamente sobre ello. 306
Y algunos amigos de Hernán Mexía le auisaron que no uiniesse a Panamá porque Hinojosa estaua desabrido con él, y no embargante todo esto, auiéndolo comunicado con el Presidente y porque con la dilación no se diesse lugar a que se arraygasse en los ánimos de los soldados algún mal concepto de la venida del Presidente, se acordó que Hernán Mexía se partiesse luego a Panamá a comunicar con Hinojosa el negocio, pospuestos los temores de que le certificauan, confiando en la gran amistad que con Hinojosa tenía y en que conocía su condición. 306
Y el Presidente se fue a Panamá, donde trató el negocio de su venida con Hinojosa y con todos sus capitanes con tanta prudencia y secreto que sin que supiesse vno de otro los tuuo ganadas las voluntades (…) 306
Y vuo algunos de sus capitanes y gente principal que antes que el Presidente llegasse a Panamá escriuieron a Gonçalo Piçarro que no les parecía conuenir que el Presidente entrasse en el Perú, aunque después, con los medios que tenemos dicho, mudaron el parecer. 307
De Panamá a veynte y seys de setiembre de quinientos y quarenta y seys años. 315
(…) y que estos procuradores para este efeto lleuassen poderes especiales de las ciudades y que de camino se informassen con diligencia en la ciudad de Panamá de los poderes que traya el Presidente y le requiriessen que no entrasse en la tierra hasta que, informado por ellos, Su Magestad embiasse segunda jusión sobre lo que fuere seruido proueer, y que si con todo esto el Presidente quisiesse passar, le lleuassen a buen recaudo a Los Reyes (...) 316
(…) vnos dezían que le matassen en el camino, otros que le diessen vn bocado en Panamá y matassen a Alonso de Aluarado, y otras cosas semejantes, que por auer passado en sus ayuntamientos secretos no se certifican. 316-317
Pocos días después se embarcaron los Obispos y llegaron a Panamá sin auer en su viaje ninguna contradición. 317
Llegado a Panamá, se aposentó con Hinojosa, porque tenían muy antigua amistad y algún deudo, y luego fue a besar las manos del Presidente, tratando de cosas generales en aquella visitación, sin tocar en el negocio principal, sin descubrirse en aquellos dos días, lo qual hizo como hombre recatado para entender las intenciones de los capitanes. 320
Pedro Hernández Paniagua (a quien tenemos dicho que el Presidente despachó con cartas para Gonçalo Piçarro) llegó al Perú al tiempor que [Gonçalo Piçarro] esperaua nueuas de lo que en Panamá auía sucedido con la yda de Lorenço de Aldana, que fue mediado el mes de henero del año de quarenta y siete. 323
(…) y luego escriuió a la villa de Plata al capitán Caruajal para que con breuedad se viniesse a Los Reyes y traxesse todo el oro y plata y arcabuzes y otras armas que tenía, lo qual se proueyó, no tanto porque se entendiesse que sería necessario para defensa ni aparejo ninguno de guerra -pues ni se sabía ni se podía saber la entrega del armada ni de lo demás sucedido en Panamá-, como por remediar las grandes quexas que auía del capitán Caruajal en toda la tierra por las muertes y robos que cada passo hazía. 323
Luego Pedro Hernández Paniagua començó a negociar su buelta por medio del licenciado Caruajal, contra opinión de los otros capitanes, que no quisieran que saliera de allí, lo qual fuera para él gran peligro, especialmente si no fuera partido quando llegó la nueua de la entrega de la armada, que, aunque entonces no se sabía en Los Reyes, se tenía dello muy mal concepto por la mucha tardança que auía de venir nueuas de Panamá. 324
Por lo qual Gonçalo Piçarro creyó que se yuan a Panamá a juntar con el Presidente, por lo qual proueyó con breuedad por teniente de aquella ciudad de Truxillo al licenciado García de León (…) 326
Y juntamente embió al comendador de la Merced de aquella ciudad para que en aquel mismo nauío tomasse consigo las mugeres de los huydos y las lleuasse a Panamá a sus maridos para se las entregar, y a las que auía biudas embiaua señaladas personas con quien se casassen, y si no quisiessen, las lleuassen con las otras a Panamá. 326
(…) y con tanto se tornó Iuan de Acosta al puerto de Guaura y esperó allí lo que Gonçalo Piçarro mandaua, el qual recibió muy bien los presos y les restituyó sus armas y los mandó dar de vestir y posadas y lo assentó a cada vno en la compañía que quiso y dellos tuuo entera relación de la gente que venía en la armada y de todo lo demás sucedido en Panamá, y de los socorros por que el Presidente auía embiado a diuersas partes de las Indias (...) 331
(…) los quales mensajeros auía detenido el Presidente en Panamá, y se auía concertado con sus capitanes y tomándoles su armada que le auía costado muy gran cantidad de pesos de oro (…) 337
En este tiempo el Presidente se embarcó en Panamá con el resto de sus exército, auiéndose proueydo con gran diligencia de todo lo necessario para su armada, assí de comida como de armas y otras cosas necessarias. 355
Y fue ordenado el campo en esta forma: Pedro Alonso de Hinojosa quedó por General, según y de la manera que lo era al tiempo que entregó la armada en Panamá (…) 364
Y todos llegaron con buen viaje al puerto de Panamá, donde desembarcaron y, dándose toda la priessa possible en passar la hazienda de Su Magestad y la de los particulares al Nombre de Dios; ellos también se vinieron para aparejar las cosas necessarias para la nauegación de la mar del Norte, teniendo todos al Presidente el mismo respeto y obediencia que le tenían en el Perú, tratándolos él muy humana y comedidamente y dando de comer a todos los que querían yr a su mesa (...) 382
(…) y tomando los nauíos que vuieron menester se embarcaron en la mar del Sur con determinación de esperar la venida del Presidente y prenderle y robarle en el camino porque ya sabían que se aparejaua para venirse a Tierra Firme con toda la hazienda de Su Magestad, aunque primero les pareció que deuerían yr a Panamá, assí para certificarse del estado de los negocios como porque desde allí estarían en tan buen paraje y aun mejor para nauegar la buelta del Perú que desde Nicaragua. 384
Y auiéndose embarcado cerca de trezientos hombres, se vinieron al puerto de Panamá, y antes que surgiessen en él se certificaron de ciertos estancieros que prendieron de todo lo que passaua y cómo el Presidente era ya llegado con toda la hazienda real y con otros particulares que traya. 384
Y assí determinaron salir de la ciudad para hazer la jornada y que Iuan Bermejo se quedasse con cien hombres en campo junto a la ciudad de Panamá, assentando el real en vn recuesto y al afeto de que pudiesse hazer espaldas a la gente que yua al Nombre de Dios y recoger la presa que de allá embiassen y prender y matar a los que de allá creyan que vernían huyendo y desbaratados, assí de la gente del Presidente como de los mercaderes y vezinos de la tierra (...) 384-385
(…) a la hora que Marchena sintió el negocio despachó dos negros muy diestros en la tierra, el vno por tierra y el otro por el río de Chagre, por donde auía ydo el Presidente en barcos, porque este río de Chagre nace de vnas cordilleras de sierra que ay entre Panamá y el Nombre de Dios, aguas vertientes a la mar del Sur, y pareciendo que corre azia ella se buelue después por vnas quebradas a meterse en la mar del Norte por espacio de catorze leguas (...) 385
(…) y assí desde Panamá van por tierra cinco leguas hasta vna venta que llaman Las cruzes y allí se embarcan por el río y van a salir a la mar del Norte a cinco o seys leguas del Nombre de Dios. 385
Y ya en esta sazón llegó por mar el Presidente, y con buena industria se auía acabado de poner en orden la gente, y salieron con el mejor apercibimiento que les fue possible del Nombre de Dios la buelta de Panamá por tierra, yendo por cabeça el Presidente y en su lugar Sancho de Clauijo. 386
Gouernador por Su Magestad de aquella prouincia, que acaso auía venido en su acompañamiento desde Panamá por el río Chagre. 386
Aviendo robado estos dos hermanos la ciudad de Panamá y muerto alguna poca gente que se les puso en resistencia, se acordó (como arriba está dicho) que Pedro de Contreras se quedasse en la mar en guarda de los nauíos y de la presa que se auía hecho y para recoger lo que se le enbiasse, dexándole alguna parte de la gente que pareció ser necessaria , y que Iuan Bermejo con la mitad de su campo assentasse el real en vna estancia junto a Panamá para el efeto que está dicho y que Hernando de Contreras con el resto del exército se fuesse al Nombre de Dios, y assí se executó todo. 387
Y luego determinó Marchena de yrse derecho al Nombre de Dios, sospechando lo que fue: que teniendo noticia Hernando de Contreras en el camino que no solamente los del Nombre de Dios estauan apercebidos para la defensa, sabida la entrada en Panamá, pero que venían contra él en campo, se auía de retirar para juntarse con Iuan Bermejo y ver si se sentían fuertes para la defensa, y si no, embarcarse con la presa. 387
Pues tornándose Hernando de Contreras a Panamá desde el medio camino, y sabido por algunos negros que tomó la vitoria que se auía auido contra Iuan Bermejo y los suyos y que executando la vitoria venía contra él, se desbarató, mandando a los suyos que cada vno se fuesse por donde mejor le pareciesse hasta llegar a la mar porque allí les ternía su hermano los bateles en la playa para recogerlos en la armada. 387
Los que escaparon desta rota biuos y de la de Iuan Bermejo fueron lleuados presos a Panamá, teniéndolos atados a la plaça, vn alguazil los mató a puñaladas con vna daga. 388

papas


Cita Número de página
Las viandas que en aquella tierra comen los indios son maíz cozido y tostado, en lugar de pan, y carne de venados, cecinados a manera de moxama, y pescado seco y vnas rayzes de diuersos géneros, que ellos llaman yucas y axís y amotes [sic: camotes] y papas y otras, de otras maneras, y altramuces y otras legumbres. 46
Y los indios comen vnas rayzes que llaman papas, que son de hechura y aun casi sabor de turmas de tierra; y ay en ella mucho ganado de las ouejas que hemos dicho. 129

parcialidades


Cita Número de página
Y con esta vltima ordenança era claro que ninguna persona en toda la prouincia del Perú podía quedar con indios, pues, como se puede coligir de toda esta historia, ningún español de grande ni pequeña calidad auía que no estuuiesse más apassionado por vna destas dos parcialidades que si sobre ello le fuesse su vida u hazienda, lo qual se auía entendido aun hasta [por] los mesmos indios de la tierra, que muchas vezes acontecía auer entre ellos grandes batallas y diferencias y otras contiendas particulares a título destas dos opiniones, que ellos llamauan a los de don Diego los de Chili y a los del Marqués los de Pachacama. 186
Y dezían que Su Magestad no auía sido bien informado en aquella prouisión, pues si ellos auían seguido estas dos parcialidades, auía sido pareciéndoles que las cabeças dellas eran Gouernadores y se lo mandauan en nombre de Su Magestad y que no podían dexar de cumplir por fuerça o por grado sus mandamientos, y assí no era aquella culpa por que deuiessen ser despojados de sus haziendas, y que, demás desto, al tiempo que a su costa descubrieron la prouincia del Perú. 187
Después de lo qual con este título començó a mucha priessa el capitán Alonso de Toro a hazer gente y, llamándose capitán general, hizo capitanes (…) no dexó cauallo en poder de hombre para yr la jornada, y los vezinos hábiles para la guerra los hazía yr personalmente, de manera que pudo allegar hasta trecientos hombres, con los quales, medianamente armados y apercebidos, se salió seys leguas del Cuzco a vn assiento que se llama Vrcos, adonde estuuo tres semanas, teniendo tan cerrado el camino que no podía saber nueua de lo que hiziessen sus contrarios porque todas las parcialidades de los indios ayudauan a Diego Centeno y le guardauan muy bien los caminos. 252

Parcos


Cita Número de página
Y auiendo ydo a visitar las ciudades de Truxillo y San Miguel, embió a vn Diego Piçarro con setenta de cauallo para este socorro, los quales todos mataron los indios de vn muy áspero passo que se llama la cuesta de Parcos, que es cincuenta leguas del Cuzco, y lo mismo hizieron a vn cuñado suyo llamado Gonçalo de Tapia, que despupes embió con ochenta hombres de cauallo. 112
(…) y a esta causa partió luego a gran priessa Vaca de Castro para allá, embiando en la delantera al capitán Castro con sus arcabuzeros que fuessen a poderarse de vn mal passo que está cerca de Guamanga, llamado la cuesta de Parcos. 169

Paria


Cita Número de página
Ya se hizo relación en el Libro passado cómo el capitán Caruajal salió del Cuzco con trecientos hombres y con mucho número de cauallos y arcabuzes y otras armas y caminó por el Collao la vía de la prouincia de Paria, donde estaua Diego Centeno con hasta dozientos y cincuenta hombres, el qual quando supo su venida le aguardó determinación de darle la batalla. 289
Pues llegado Caruajal dos leguas de Paria, Diego Centeno alçó su real y se passó algún trecho de la otra parte de Paria junto al río porque le apareció más conueniente y seguro sitio. 289
El capitán Caruajal assentó su campo en el mesmo tanbo [sic: tambo] de Paria, vna legua del enemigo, y Diego Centeno el día siguiente embió quinze arcabuzeros en muy buenos cauallos para que representassen la batalla, los quales corrieron hasta llegar vn tiro de piedra de Caruajal, y allí se hablaron los vnos a los otros y los corredores les dixeron que Diego Centeno estaua presto de darles la batalla en nombre de Su Magestad y que si el capitán Caruajal se quería reduzir a su real seruicio, todos estarían al suyo, y que mirasse el mal título que traya. 289
Y assí le siguió hasta llegar al mesmo assiento de Paria, de donde Diego Centeno se boluió la vía del Collao, siguiéndole siempre Caruajal con más priessa que se sufre lleuar gente de guerra porque aconteció caminar algunos días doze o quinze leguas, siempre a vista los vnos de los otros, hasta que llegaron a Hayo Hayo, donde el capitán Caruajal alcançó doze hombres de Diego Centeno y los ahorcó todos juntos, y passó adelante, y como las jornadas eran tan demasiadas, a los vnos y a los otros se les quedaua gente escondida y cansada. 290
Llegando a Paria le vinieron nueuas de la gente que salía del río de la Plata y cómo se auían juntado con Lope de Mendoça y tuuo relación cómo no estauan conformes ni venían juntos, sino en quadrillas, sin obedecer la mayor parte dellos a capitán ni superior alguno, y assí le pareció que todo su buen sucesso consistía en darles algún assalto con mucha breuedad, antes que tuuiessen lugar de conformarse y meterse debaxo de vanderas conocidas. 294
Y assí caminó, recogiendo otros treynta hombres en el camino, con los quales hizo número de dozientos y cincuenta, hasta llegar al assiento de Pocona, que está ochenta leguas de Paria, y vn día a hora de las quatro de la tarde pareció por encima de vna cuesta en buena orden con sus banderras. 294

Pariacaca


Cita Número de página
Y yendo ciertos corredores delante quatro leguas de Guadachili, en la prouincia de Pariacaca, toparon a fray Thomás de Sant Martin, prouincialde Santo Domingo, a quien el Visorey auía embiado al Cuzco para tratar de medios con Gonçalo Piçarro, y apartándole vn soldado natural de Auila, le dixo lo tratos que estauan hechos de aquella gente para que él auisasse dellos a Vela Núñez y se pusiesse a recaudo, porque de otra manera le matarían aquella noche. 207
Y queriéndolo proueer, embió al camino por donde venían estos mensajeros a Hierónymo de Villegas, su capitán, con hasta treynta arcabuzeros a cauallo, el qual los topó, y a don Antonio de Ribera le dexó passar al campo y a Agustín de Çárate le prendió y le tomó las prouisiones que lleuaua y le boluió por el camino que auía venido hasta llegar a la prouincia de Pariacaca, donde le tuuo diez días preso, poniéndole su gente todos los temores que podían a efeto de que no dexasse su embaxada. 224

Pasao


Cita Número de página
Y en algunos templos, especialmente en los pueblos que llaman de Pasao, en todos los pilares dellos, tenian hombres y niños, crucificados los cuerpos o los cuerpos tan bien curados que no olían mal, y clauadas muchas cabeças de indios, que con cierto cozimientos las consumen hasta quedar como vn puño. 33

Pasto


Cita Número de página
…y por todo el espacio descubierto de la tierra del Perú, que es desde la ciudad de Pasto, donde comiença, hasta la prouincia de Chili, que agora está descubierta, ay más de mil ochocientas leguas, más largas que las de Castilla. 38
Y allí supo que el Visorey estaua quarenta leguas de allí en la villa de Pasto, que entra en la Gouernación de Benalcáçar, y determinó de yrlo a buscar, aunque todo este alcance se hizo successivamente y casi sin que vuisse dilación entre vno y otro porque Gonçalo Piçarro se detuuo en Quito muy poco, tanto que saliendo contra él de Quito vno refriegas entre la gente de ambos campos en vn sitio que se dize Río Caliente. 264
Y sabido el Visorey en Pasto la venida de Gonçalo Piçarro, con gran priessa se salió de la ciudad y se metió la tierra adentro hasta llegar a la ciudad de Popayán, auiéndole seguido Gonçalo Piçarro veynte leguas más adelante de Pasto, determinó de boluerse a Quito porque de allí adelante la tierra era muy despoblada y falta de comida, y assí se tornó a Quito, auiendo seguido el alcance del Visorey tanto tiempo y por tanto espacio de tierra, pues se puede afirmar que le siguió desde la villa de Plata, donde la primera vez salió contra él, hasta la villa de Pasto, en que ay espacio de setecientas leguas, tan largas que ocuparían más de mil leguas de las ordinarias de Castilla. 264
Demás desto embió al capitán Gueuara con cierta gente a la villa de Pasto a traer presos algunos de quien tenia enojo, y dellos ahorcó vno y los demás desterró. 285

Paulo


Cita Número de página
Y de ay a poco llegó el Gouernador con toda la retaguarda, y allí le salió de paz vn hermano de Guáscar y de Atabaliba que por su muerte auían hecho Ynga o Rey de la tierra y dádole la borla, que era la insignia o corona real, llamado Paulo (sic, por Mango Ynga). 85-86

Paulo/Paulo Ynga


Cita Número de página
Y al tiempo que del Cuzco se partió, Mango Ynga (que como diximos tenía el Reyno del Perú y la borla dél) concertó con vn hermano suyo llamado Paulo y por otro indio llamado Villaoma, que era summo sacerdote entre los indios, que con mucha gente de la tierra yuan en compañía de don Diego, que quando más descuidado le viessen, diessen sobre él y matassen a él y a su gente porque en el Perú él tenía cargo de matar al Gouernador y a los que con el quedauan. 101
Don Diego de Almagro hizo Ynga y dio la borla del Imperio a Paulo porque su hermano Mango Ynga, visto lo que auía hecho, se fue huyendo con mucha gente de guerra a vnas muy ásperas montañas que llaman los Andes. 111
(…) y en toda esta jornada siruió a don Diego, Paulo, hermano del Ynga, a quien el Adelantado, su padre, auía hecho Ynga, cuya ayuda era de muy gran importancia porque yua adelante del exército y, con muy pocos indios que lleuasse, todas las prouincias de la tierra proueyan de comida y indios para lleuar las cargas y de todo lo demás que era necesario. 166
En este tiempo Paulo, el hermano del Ynga, acometió a la gente de Vaca de Castro por la parte yzquierda con muchos indios de guerra, tirándoles muchas piedras y varas. 174
Y embiaron al capitán Francisco de Almendras con cierta gente a guardar los presos para que en la ciudad de los Reyes no se pudiesse tener noticia destas determinaciones; y por vía de indios, Paulo, hermano del Ynga, proueyó como no pudiesse passar nadie a dar el auiso. 193
Guaynacaua, después de auer sujetado a su Imperio gran número de prouincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco azia el Occidente, determinó yr en persona a conquistar la prouincia de Quito, en cuyas entradas se acabaua su señorío, y assí sacó su exército y fue y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy aplazible a su condición, residió allí mucho tiempo, dexando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente a su hijo mayor llamado Guáscar Ynga, y a Mango Ynga y Paulo Ynga y otros muchos. 61
Y en este tiempo Mango Ynga, Señor del Perú, estaua preso en la fortaleza del Cuzco por los conciertos que arriba tenemos dicho que hizo con Paulo Ynga, y con Villaoma, su hermano, de matar los christianos. 107

Payta


Cita Número de página
[...] y quanto llegó treynta leguas de Túmbez al río Poechos hizo de paz a todos los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, y hizo buscar y descubrir el puerto de Payta, que era el mejor de aquella costa, y embió al capitán Hernán de Soto a los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, donde, después que algún recuentro con él vuieron, le vinieron de paz. 71

Perú


Cita Número de página
Y como éstos fuessen los más caudalosos de aquella tierra, pensando ser acrecentados y seruir a Su Magestad del Emperador don Carlos, Nuestro Señor, propusieron descubrir por la Mar del Sur la costa de Levante de la Tierra Firme azia aquella parte que después se llamó Perú ... 27
[…] de forma que solos doze hombres se quisieron quedar con don Francisco Piçarro, con los quales, por ser tan pocos, no osó quedar allí, y se fue a vna ysla despoblada, seys leguas dentro en la mar, que, por ser toda llena de fuentes y arroyos, la llamaron La Gorgona, donde se sostuuieron comiendo cangrejos, exaiuas y grandes culebras, de que allí ay abundancia, hasta que el nauío boluió de Panamá, y, en llegando sin traer más gente, saluo comida, se metió en él con solos sus doze compañeros, cuya constancia y virtud fue causa del descubrimiento de la tierra del Perú. 30
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31
Y assí, llegado a Panamá, començaron a adereçar las cosas necessarias para el descubrimiento, debaxo de la mesma compañía, caso que vuo algunas dissensiones entre don Francisco y don Diego, porque auía sentido mucho don Diego que don Francisco vuisse negociado en España con Su Magestad todo lo que a él tocaua, trayendo título de Gouernador y Adelantado Mayor del Perú, sin hazer mención de cosa que a él le tocasse, como quier que en todos los trabajos y costas del descubrimiento auía puesto la mayor parte. 32
Y con esto quedó satisfecho don Diego, y assí los dexaremos poniendo en orden la armada y las otras cosas necessarias al descubrimiento por contar el sitio de la prouincia del Perú y las cosas señaladas y costumbres de las gentes. 32
La tierra del Perú, de que se ha de tratar en esta Historia, comiença desde la línea equinocial adelante hazia Mediodía. 33
La gente que habita debaxo de la línea y en las faldas della tienen los gestios ajudiados, hablan de papo con moros, son dados al pecado nefando, a cuya causa maltratan a sus mugeres y hazen poco caso dellas, y andan trasquiladas sin otra vestidura más que vnos pequeños refaxos con que cubren sus verguenças, y ellas siembran y amassan y muelen el pan que en toda aquella prouincia se come, que en la lengua de las Yslas se llama maíz, aunque en la del Perú, se llama zara. 33
[…] y assí para esto como para todas las otras antiguedades que en Perú se saben se ha de presuponer la dificultad que ay en la aueriguación, porque los naturales ningún género de letras ni escritura saben ni vsan, ni aun las pinturas que siruen en lugar de libros en la Nueua España, sino solamente la memoria que se conserua de vnos en otros. 36
Fontero desta ysla y en la tierra firme auía vnos pueblos que, por cierto enojo que hizieron al Señor del Perú, les dio por pena que se sacassen los dientes de la mexilla alta, y assí hasta el día de oy hombres y mugeres andan destentados (sic). 37
…y por todo el espacio descubierto de la tierra del Perú, que es desde la ciudad de Pasto, donde comiença, hasta la prouincia de Chili, que agora está descubierta, ay más de mil ochocientas leguas, más largas que las de Castilla. 38
…por manera que todo lo descubierto del Perú se entiende por dos nombres: que toda la distancia que ay desde las montañas a la mar, agora diste poco o mucho, se llaman los Llanos, y a todo lo demás se llama la Sierra. 38
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Como quier que sea, por esta forma acabó que toda la gente noble de su Reyno supiesse y hablasse la lengua de su Corte, de la manera que en Flandes se introduxo que los caualleros y nobles hablen la lengua francesa; de manera que el español que supiere la lengua del Cuzco puede passar por todo el Perú, en los llanos y en la sierra, entendiendo y siendo entendido por los principales. 39
Conrazón podrían dudar los que leyeran esta Historia de la causa por que no llueue en todos los llanos del Perú, como arriba está dicho, auiendo apariencias de que en ellos vuiesse grandes lluuias, pues tienen tan cerca de la vna parte la mar, que comúnmente engendra humanidades y vapores, y de la otra, las altas sierras, de que hemos hecho relación, donde nunca faltan nieues y aguas... 40
…y assí es causa de que las corrientes bueluan atrás contra el Norte, de donde nace otro inconueniente, que es ser por esta razón tan dificultosa la nauegación de Panamá para el Perú, porque siempre tienen el viento contrario, y mucha parte del año también las corrientes, que si no van a la bolina y forcejeando contra el viento, no es possible nauegar. 40
En toda esta costa del Perú ay grandes pesquerías de todos géneros de peces y muchos lobos marinos. 40
Este es el sitio y población de la parte del Perú en los llanos dél, con que se deue presuponer que la mar está en bonança y limpia en toda aquella costa por tanto espacio de tierra como hemos dicho, que jamás ay tormenta ni maleza ni baxío ni otro impedimiento para que las naos no puedan surgir seguramente con sola vna áncora en toda la costa. 43
Este breuaje se llama comúnmente chicha en lenguaje de las Yslas, porque en lengua del Perú se llama açiça [sic: azua] es blanco o tinto, como la color del maíz [que] te echan, y emborracha más fácilmente que vino de Castilla, aunque si los indios lo pudiessen auer, según son aficionados a ello, dexarían lo de su tierra. 46
En la sierra del Perú ay algunas poblaciones de christianos que comiençan desde la ciudad de Quito, la qual está en quatro grados, poco más o menos, aliende la línea equinocial. 47
Desde esta villa de Plata, en tirando la tierra adentro la mano yzquierda, azia la parte de Oriente, se descubrió por mandado del licenciado Vaca de Castro, que embió a ello al capitán Diego de Rojas y a Felipe Gutiérrez a vna prouincia que se llama Diego de Rojas, que dizen ser muy buena y sana tierra y abundante de comida, aunque no se ha hallado en ella tanta riqueza como se tenía creydo que vuiera, y por ella han venido al Perú el capitán Domingo de Ytala (sic Yrala) y sus compañeros en el año quarenta y nueve, por manera que han andado toda la tierra que ay entre la Mar del Sur y la del Norte quanso subieron por el río de la Plata descubriendo la tierra por el mar del Norte. 49
Este es el sitio de todo lo que está descubierto y poblado en toda la prouincia del Perú azia la mar del Sur, ymaginando la tierra por luengo de costa, sin auer entrado a descubrirla tierra adentro porque hallan en ello gran dificultad a causa de la aspereza de las sierras que son tan dobladas que no se pueden passar sin gran dificultad y fríos y faltas de comida, y a todo esto venciera la industria y buen ánimo de los españoles si no desconfiassen de ser adelante la tierra rica. 49
Y que duró Pachacama muchas edades, hasta que los christianos llegaron al Perú, que entonces nunca más pareció, por donde se cree que deuía de ser algún demonio que les hazía entender todas estas vanidades, 50
Y entre las pieças de oro y de plata que en estas guacas se hallauan, auía báculos y mitras como de obispos al propio, y algunas figuras de palo auía que tenían mitras en las cabeças puestas, y quando al Perú passó el Obispo de Tierra Firme fray Thomás de Verlanga, que los indios le vieron con la mitra puesta diziendo missa de pontificial, todos dezían que parecía a guaca, y aun preguntauan si era guaca de los christianos. 52
Y sin estas guacas auía también por todo el Perú casas o monasterios donde muchas mugeres estauan dedicadas al Sol, que nunca de allí salían, hilando y texiendo muy buena ropa de algodón y lana, y toda esta ropa, quando acababa estaua, la quemauan con huessos de ouejas blancas, y auentauan los poluos azia el sol. 53
Los caciques del Perú y todos los principales se entierran en vnas bóuedas, sentados en sus assentamientos que llaman dúos, rebueltos en todas quantas mantas ricas tienen. 54
En todas las prouincias del Perú auía señores principales que llamauan en su lengua curacas, que es lo mesmo que en las Islas solían llamar caciques, porque los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas generales y más comunes yuan amostrados de los nombres en que las llamauan de las yslas de Santo Domingo y Sant Iuan y Cuba, y en Tierra Firme, donde auían biuido, y ellos no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombráuanlas con los vocablos que de las tales cosas trayan aprendidos... 55
…y esto se ha conseruado de tal manera que los mismos indios del Perú, quando hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocablos que han oydo dellos, como al cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacique, y aquel su pan de que está dicho le llaman maíz, con nombrarle en su lengua çara, y al breuaje llaman chicha, y en su lengua, açua; y assí de otras muchas cosas. 55
Por la sucessión destos yngas vino el señorío a vno dellos que se llamó Guaynacaua (que quiere dezir 'mancebo rico'), que fue el que más tierras ganó y acrecentó a su señorío y el que más justicia y razón tuuo en la tierra, y la reduxo a policía y cultura tanto que parecía cosa impossible vna gente bárbara y sin letras regirse con tanto concierto y orden y tenerle tanta obediencia y amor sus vassallos, que en seruicio suyo hizieron dos caminos en el Perú, tan señalados que no es justo que se queden en oluido, porque ninguna de aquellas que los autores antiguos contaron por las siete obras más señaladas del mundo se hizo con tanta dificultad y trabajo y costa como éstas. 56
Y en esta coyuntura llegó el Gouernador don Francisco Piçarro con los españoles que lleuaua a la tierra del Perú, y tuuo lugar de hazer la conquista que en el Libro siguiente se dirá, porque el exército de Guáscar era desbaratado y huydo y el de Atabaliba estaua la mayor parte despedido por la nueua vitoria. 63
Ya tenemos dicho en el libro precedente cómo don Francisco Piçarro estaua en Panamá, auiendo buelto de España, adereçando las cossas necessarias para la conquista del Perú, aunque Don Diego de Almagro no proueya con tanto calor como solía de lo que era necessario, porque la hazienda principal y el crédito estaua con él, y la causa de la tibieza fue el descontento que tenía de que don Francisco Piçarro no le auía traydo ninguna merced de Su Magestad. 67
Y él se hizo a la vela en principio del año de treynta y vno y, por ser los vientos contrarios, tomó la costa de la tierra del Perú más de cien leguas más atrás de donde le auía de tomar, y assí le fue forçado desembaraçar (sic, desembarcar) la gente y cauallos [...] en lo qual valía mucho la industria y ánimo con que don Francisco los regia y los peligros en que ponía su persona, passando muchas vezes él mismo a cuestas los que no sabían nadar, hasta que llegaron a vn pueblo que estaba junto a la mar, que se llama Coaque, assaz rico de mercaderías, bien poblado y bastezido de comida, donde pudo reformar su gente, que muy flaca la traya; y de allí embió a Panamá y a Nicaragua dos nauíos, y en ellos más de treynta mil castellanos de oro que auía tomado en Coaque, para acreditar la tierra y poner codicia a la gente que passasse a ella. 67
Por lo qual los indios, quando después vieron matar a Atabaliba (como se dirá en el capítulo siguiente), creyeron que Guáscar era hijo del Sol por auer profetizado verdaderamente la muerte de su hermano: y assimismo dico que quando su padre se despidió dél le dexó mandado que quando a aquella tierra viniesse vna gente blanca y barbada se hiziesse su amigo porque aquéllos auían de ser señores del Reyno, lo qual pudo muy bien saber por industria del demonio, pues antes que Guaynacaua muriesse ya el Gouernador andaua por la costa del Perú conquistando la tierra. 80
Y assí se dixo y creyó que don Diego se auía embarcado en Panamá con ciertos nauíos y gente y hecho a la vela para el Perú con este intento, aunque tocando en la tierra de Puerto Viejo, y sabido el buen sucesso del Gouernador y cómo tenía tanta cantidad de oro y plata, de lo qual le pertenecía la mitad, mudó el propósito (si es uerdad que le traya). 82
Ya diximos arriba cómo altiempo que el Gouernador entró en el Perú pobló la ciudad de San Miguel en la prouincia de Tangarara, junto al puerto de Túmbez, porque los que viniessen de España tuuiessen el puerto seguro para desembarcar y porque le pareció que auían quedado pocos cauallos (...) 87
Y en este tiempo embió el Gouernador a don Diego de Almagro con cierta gente azia la costa de la mar y a la ciudad de San Miguel para informasse verdaderamente de vna nueua que le auía venido de cómo don Pedro de Aluarado, Gouernador de Guatimala, se auía embarcado la vía del Perú con vna gruessa armada y gran número de cauallos y gente para descubrir el Perú, como se dirá en el capítulo siguiente. 88
Y desde allí tuuo noticia de la prouincia del Perú, y pidió cierta parte de la conquista della a Su Magestad, y le fue concedida. 89
Y hecho sobre ello sus capitulaciones, por virtud de las quales él embió vn cauallero de Cáceres, llamado García Holguín, que con dos nauíos fue a descubrir y tomar lengua en la costa del Perú. 89
(…) y para poder mejor efetuar su propósito, temiendo que desde Nicaragua podría después yr socorro a don Francisco Piçarro, fue vna noche a la costa de Nicaragua y tomó por fuerça dos o tres grandes nauíos que allí se estauan adereçando para yr cargados de gente y cauallos al Perú en socorro al Gouernador, y en ellos y en los que traya de Guatimala embarcó quinientos hombres de pie y de cauallo y nauegó hasta tomar tierra en la prouincia de Puerto Viejo, y de allí caminó la vía de Quito en el paraje de la línea equinocial, por las faldas de vnos llanos y espessos montes que llaman arcabucos y en el camino passó su gente gran trabajo de hambre y muy mayor de sed, porque fue tanta la falta del agua que si no toparan con vnos cañauerales de tal propiedad que, en cortando por cada nudo, se halla lo hueco lleno de agua dulce y muy bueno. 89
Y embió adelante a Iuan Sayavedra, natural de Seuilla, con cien hombres, que en la prouincia que después llamaron Las Charcas topó con ciertos indios que venían de Chili, no sabiendo lo que auía passado en el Perú, a dar la obediencia al Ynga y le trayan en presente ciertos taxuelos de oro fino muy subido, que pesauan ciento y cincuenta mil pesos, y se los tomaron, queriendo demás desto prender Iuan de Sayauedra al capitan Gabriel de Rojas, que allí estaua teniendo la justicia por el Gouernador Piçarro, y el desque lo sintió se retiró al Cuzco. 101
Y al tiempo que del Cuzco se partió, Mango Ynga (que como diximos tenía el Reyno del Perú y la borla dél) concertó con vn hermano suyo llamado Paulo y por otro indio llamado Villaoma, que era summo sacerdote entre los indios, que con mucha gente de la tierra yuan en compañía de don Diego, que quando más descuidado le viessen, diessen sobre él y matassen a él y a su gente porque en el Perú él tenía cargo de matar al Gouernador y a los que con el quedauan. 101
En la tierra del Perú y en la prouincia de Tierra firme y en todas las tierras vezinas a la línea equinocial la noche es igual con el día todo el año, y si algún tiempo crece o mengua en la ciudad de los Reyes no es distancia que se eche de ver notablemente. 105
Los indios de Chili visten como los del Perú: son hombres y mugeres de buenos gestos y comen las viandas que en el Perú. 105
En este nauío fueron los primeros ratones que en el Perú vuo, porque antes no los auía; y después acá han acudido en gran número por todas las ciudades del Perú, créese que yendo las crías entre Caxas o fardeles de mercaderías que van de vnas partes a otras; y assí los llaman los indios ococha, que quiere dezir cosa salida de la mar. 105-106
Y en este tiempo Mango Ynga, señor del Perú, estaua preso en la fortaleza del Cuzco por los conciertos que arriba tenemos dicho que hizo con Paulo Ynga, y con Villaoma, su hermano, de matar los christianos. 107
Ya diximos arriba cómo, después que Iuan de Herrada lleuó a Chili la prouisión que Su Magestad dio para que don Diego de Almagro fuesse Gouernador de don Francisco Piçarro, se determinó de boluer al Perú y apoderarse de la ciudad del Cuzco, para lo qual le dauan gran priessa los caualleros principales que con él andauan, especialmente Gómez de Aluarado, hermano del Adelantado don Pedro de Aluarado, y su tío Diego de Aluarado y Rodrigo Orgoños, los vnos con codicia de poseer los repartimientos de la tierra del Cuzco y los otros por ambición de quedar solos en la gouernación de Chili. 109
Y assí para salir con su intento tratauan con las lenguas que dixessen cómo el Gouernador Piçarro y los demás españoles que en el Perú quedaron auían sido muertos por los indios que se auían rebelado, porque ya la noticia del alçamiento de los indios auía llegado a aquellas partes. 109
Entre otras cosas que el Gouernador don Francisco Piçarro embió a suplicar a Su Magestad en remuneración de los seruicios que auían hecho en la conquista del Perú fue vna que le diesse veynte mil indios perpetuos para él y sus descendientes en vna prouincia que llaman Atabillos, con sus rentas y tributos y jurisdición y con títulos de Marqués dellos. 112
Y assí muy fácilmente don Diego los desbarató sin muerte de españoles; y allí quebraron los dientes con vna pedrada a Rodrigo Orgoños, y después de saqueado el real y preso Alonso de Aluarado, se boluió al Cuzco haziendo algunos malos tratamientos a los vencidos y quedando tan soberuios que dezían que no auía de quedar en todo el Perú piçarra en que tropeçar y que el Marqués y sus hermanos se auían de yr a gouernar los manglares baxo de la línea equinocial. 116
Y en pocos días juntó más de sietecientos hombres de pie y de cauallo, y entre ellos muchos arcabuzeros, porque en la compañía de Diego de Fuenmayor auía venido vn capitán Pedro de Vergara (a quien arriba tenemos dicho que se encomendó el descubrimiento de Bracamoros), el qual traya de Flandes, donde era casado, gran copia de arcabuzes y de toda munición dellos, porque hasta entonces no auía tantos en el Perú que se pudiesse juntar compañía ni número de arcabuzeros. 119
Y assí se sostuuo hasta que boluió al Perú, en tiempo que el licenciado De la Gasca estaua haziendo gente contra Gonçalo Piçarro, en todo lo qual le siruió y ayudó, como adelante se dirá. 131
Después desto se tuuo noticia en el Perú que en la tierra de Quito azia la parte del Oriente auía vn descubrimiento de vna tierra muy rica y donde se criaua abundancia de canela, por lo qual se llamó vulgarmente la tierra de la Canela. 135
Y este río se llama el Marañón porque el primero que descubrió la nauegación dél fue vn capitán llamado Marañón; nasce en el Perú, en las faldas de las montañas de Quito, corre por camino derecho, contándole por la altura del Sol, sietecientas leguas, y con las bueltas y rodeos que el río haze, yéndolas siguiendo, ay dende su nascimiento hasta que entra en la mar más de mil y ochocientas leguas; y en la entrada tiene de ancho quinze leguas, y por todo el camino a vezes se ensancha tres y quatro leguas. 141
Y como después sucedió, que embarçándose Vaca de Castro en Panamá, por falta de vna ancla, las corrientes de la mar, que tenía contrarias, le hizieron decaer en la nauegación a la ysla de la Gorgona, y le fue forçado subir por el río de Sant Iuan y por la Buenaventura a la gouernación de Benalcáçar, y desde allí yr por tierra por la prouincia del Perú, como adelante más particularmente se dirá. 146
Y como salieron los matadores con las espadas sangrientas, Iuan de Herrada hizo subir a cauallo a don Diego y yr por la ciudad, diziendo que en el Perú no auía otro Gouernador ni Rey sobre él. 150
Pves toda esta Historia y el descubrimiento de la prouincia del Perú, de que trata, tiene origen de los dos capitanes de que hasta agora hemos hablado, que son el Marqués don Francisco Piçarro y el Adelantado don Diego de Almagro, es justo escreuir sus costumbres y calidades, comparándolos entre sí, como haze Plutarco quando escriue los hechos de dos capitanes que tienen alguna semajança. 152
Ambos començaron la conquista del Perú de mucha edad, en la qual trabajaron como arriba está dicho y declarado, aunque el Marqués sufrió grandes peligros y muchos más que el Adelantado, porque mientras el vno anduvo en la mayor parte del descubrimiento, el otro se quedó en Panamá, proueyendo de lo necessario, como esta contado. 152
Y aun en quando a las mugeres indias del Perú fue mucho más templado el Adelantado porque no se le conoció hijo ni conuersación con ellas, como quiera que el Marqués tuuo amistad con vna señora india hermana de Atabaliba, de la qual dexó vn hijo llamado don Gonçalo, que murió de edad de quatorze años, y vna hija llamada dona Francisca; y en otra india del Cuzco tuuo vn hijo llamado don Francisco. 154-155
Y el Cabildo del Cuzco, en conformidad de todos los capitanes estrajeros, recibieron y nombraron y juraron a Pedro Aluarez Holguin por Capitán y Iusticia Mayor del Perú hasta que Su Magestad otra cosa mandasse, y luego pregonó guerra contra don Diego, y los vezinos del Cuzco se obligaron a pagar todo lo que Pedro Aluarez gastasse de la hazienda real con los soldados si Su Magestad no lo vuisse por bien gastado. 158-159
Ya está dicho arriba la Mala nauegación que tuuo Vaca de Castro viniendo de Panamá para el Perú, a causa de perder vna ancla con que el nauío se amarraua, y cómo arribó al puerto de la Buenaventura y de allí fue por tierra a la gouernación de Benalcáçar y entró en el Perú. 163
(…) y con todo esto, porque ya se sabía allí en Popayán la muerte del Marqués y muchas de las cosas sucedidas en el Perú no dexó de caminar a la continua porque con su presencia se pusiesse mano en el remedio. 163
Por virtud de la qual cédula fue recebido después de ser lleuado a los reales de Pedro Aluarez y Alonso de Aluarado, trayendo consigo mucha gente que en el Perú auía baxado a recebirle y acompañarle, y especialmente traya consigo al capitán Lorenço de Aldana, que era Gouernador en Quito por el Marqués. 163
Y llegando don Diego, se començo a pertrechar de mucha artillería y póluora, porque en el Perú ay muy buen aparejo para hazer artillería a causa de la abundancia del metal, y también alía ciertos maestros leuantiscos que la sabían muy bien fundir (…) 165
Y assí pudo adereçar dozientos arcabuzeros y ordenó algunos hombres de armas por el buen aparejo que tenía, como quier que hasta entonces en el Perú peleauan los de cauallo a la gineta y pocas o ninguna vez auía cauallos ligeros. 165
Y assí feneció el mando y gouernación de don Diego, que en vn día se vio señor del Perú y en otro le prendió su mesmo alcalde de su propia autoridad. 176
Y allí tuuo noticias Iuan Pérez de otra gran tierra que ay passadas las vltimas cordilleras azia el Septentrión, donde ay ricas minas de oro y se crían camellos y gallinas como las de Nueua España y ouejas algo menores que las del Perú, y todas las sementeras son de regadío porque llueue poco en la tierra, donde ay vn lago que tiene las riberas muy pobladas de gente. 181
Y se yuan diminuyendo y apocando de tal manera que en breue tiempo no quedaría ninguno dellos en la Nueua España ni en el Perú y en las otras partes donde los auía, como auían perecido en las yslas de Santo Domingo y Cuba y Sant Iuan de Puerto Rico y Iamayca y en otras yslas, donde ya no auía memoria de ninguno de los naturales (...) 185
(…) y particularmente se quitassen los indios en la prouincia del Perú a todos aquellos que vuiessen sido culpados en las passiones y alteraciones de entre don Francisco Piçarro y don Diego de Almagro, y que todos estos indios que de vna manera o otra se quitassen, y los tributos dellos, se pussiessen en cabeça de Su Magestad. 186
Y con esta vltima ordenança era claro que ninguna persona en toda la prouincia del Perú podía quedar con indios, pues, como se puede coligir de toda esta historia, ningún español de grande ni pequeña calidad auía que no estuuiesse más apassionado por vna destas dos parcialidades que si sobre ello le fuesse su vida u hazienda, lo qual se auía entendido aun hasta [por] los mesmos indios de la tierra, que muchas vezes acontecía auer entre ellos grandes batallas y diferencias y otras contiendas particulares a título destas dos opiniones, que ellos llamauan a los de don Diego los de Chili y a los del Marqués los de Pachacama. 186
(…) Y entre otras muchas cosas, demás de las arriba declaradas, que se proueyan por las Ordenanças y parecía conuenir para el buen gouierno de aquellas prouincias era vna que, porque la prouincia del Perú, que era la más rica y principal cosa de las Indias, estaua sujeta a la Audiencia Real que residía en la ciudad de Panamá -donde no auía más de dos oydores y auía muy gran dilación y mal despacho en los negocios, por estar tan lexos el Perú de Panamá, especialmente porque, como tenemos dicho arriba, la mayor parte del año no podían nauegar ni yr al Perú. 186
(…) y a esta causa no se auían remediado desde allí todos los daños y inconuenientes sobredichos ni se podrían remediar los que adelante sucediessen, se proueyó y mandó que la Audiencia de Panamá se deshiziesse y se ordenasse otra de nueuo en los confines de Guatimala y Nicaragua, de la qual fuesse por Presidente el licenciado Maldonado, oydor de México, y que a esta Audiencia quedasse sujeta la prouincia de Tierra Firme, y que en el Perú proueyesse nueua Audiencia, y en ella quatro oydores y vn presidente con título de Visorey y Capitán General, porque se entendió que la importancia de las cosas del Perú lo requería. 186
Estas Ordenanças se hizieron y publicaron en la villa de Madrid en el año de quinientos y quarenta y dos, y luego se embiaron los treslados dellas a diuersas partes de las Indias, de que se recibió muy gran escándalo entre los conquistadores dellas, especialmente la prouincia del Perú (...) 186-187
Y dezían que Su Magestad no auía sido bien informado en aquella prouisión, pues si ellos auían seguido estas dos parcialidades, auía sido pareciéndoles que las cabeças dellas eran Gouernadores y se lo mandauan en nombre de Su Magestad y que no podían dexar de cumplir por fuerça o por grado sus mandamientos, y assí no era aquella culpa por que deuiessen ser despojados de sus haziendas, y que, demás desto, al tiempo que a su costa descubrieron la prouincia del Perú. 187
En el año de quinientos y quarenta y tres, casi por el mesmo tiempo que lo contado en el capítulo antes deste passaua en la prouincia del Perú, Su Magestad, en cumplimiento y execución de la ordenança que tenemos dicho, proueyó por Visorey y Presidente de la prouincia del Perú a Blasco Núñez Vela, vezino de la ciudad de Auila, que a la sazón era veedor general de las guardas de Castilla (...) 188
Antes que el Visorey partiesse començó a essecutar en aquella prouincia (caso que no era de su gouernación) vna de las Ordenanças que lleuaua, por donde se mandaua que los indios se boluiessen a sus naturalezas, estando fuera dellas, por qualquiera manera, y assí començó a recoger todos los indios que en aquella prouincia auía naturales del Perú (...) 189
Y llegó muy breuemente al Perú, y desembarcando en el puerto de Túmbez, hizo su viaje por tierra y començó a essecutar las ordenanças en cada lugar por do passaua, y vnos tassándoles los tributos y a otros quitándoles de todo punto los indios y poniéndolos en cabeça de Su Magestad (...) 189
Visto todo esto y conformándose con el desseo que él siempre auía tenido de ser Gouernador del Perú, recogió ciento y cincuenta mil castellanos de sus haziendas y de las de Hernando Piçarro y vínose al Cuzco, trayendo consigo hasta veynte personas. 192
Proueyóle el Visorey de vn corregimiento en aquella prouincia con que se mantuuo algún tiempo hasta que sucedió en el Perú el alçamiento de los indios, para lo qual le embió el Visorey con las armas y socorro que arriba tenemos dicho; y por llegar a tal coyuntura, el Marqués le dio vnos indios en el Cuzco, donde residió hasta que vino el Visorey Blasco Núñez Vela, que estaua a punto de venirse a Castilla con hasta quinze mil pesos que auía auido de sus indios y, por no tener en qué embarcarse, se quedó en la tierra. 228
El qual les respondió que, en caso que él venía con gente de guerra, la traya para su defensa contra el Visorey y que él no venía a hazer daño ninguno en aquella tierra, sino solamente a traer al doctor Texada, oydor de Su Magestad, que con prouisión de su Real Audiencia le yua a dar cuenta de todo lo sucedido en el Perú y que no haría más de ponerle en tierra y proueerse de lo necessario y boluerse, y con esto los asseguró, de manera que no hizieron ddefensa en su entrada. 234
(…) y assí despachaua sus prouisiones para todo lo que conuenía por título de don Carlos y selladas con el sello real, firmándolas él y el licenciado Aluarez, de manera que auía dos audiencias en el Perú, vna en la ciudad de los Reyes y otra con el Visorey, y aconteció muchas vezes venir dos prouisionees sobre vn mesmo negocio, vna contrario de otra. 237
Quando el Visorey quiso partir de Quito, embió a Diego Aluarez de Cueto, su cuñado, a España a informar a Su Magestad de todo lo passado y a pedirle socorro para tornar a entrar en el Perú y hazer la guerra a Gonçalo Piçarro poderosamente. 237
Y assí llegó el Visorey a la ciudad de Sant Miguel, que es ciento cincuenta leguas de Quito, con determinación de residir allí hasta ver mandado de Su Magestad, teniendo siempre en pie su real nombre y boz, porque le pareció muy conueniente sitio para poder recoger consigo toda la gente que, assí de España como de las otras partes de las Indias, viniessen al Perú porque, como está dicho, es passo forçoso y que no se pueden escusar de passar por él viniendo por tierra, especialmente los que traen cauallos y otras bestias, y que desta manera yría cada día engrosando su exército y cobrando nueuas fuerças. 237
Y buelto a Quito, estaua tan soberuio con tantas victorias y prósperos sucessos como auía tenido que començaua a dezir palabras desacatadas contra Su Magestad, diziendo que de fuerça o de grado le auía de dar la Gouernación del Perú, dando razones por donde era obligado a ello, y cómo, si hiziesse lo contrario, se lo pensaua resistir, y aunque él lo disimulaua algunas vezes, se lo persuadían públicamente sus capitanes y le hazían publicar esta tan desacatada pretensión. 264
(…) y prendieron ocho o diez vezinos que auía en aquella población, y inquiriendo dellos lo que sabían del Visorey, halló vno que le dixo cómo el visorey estaua en Popayán apercibiéndose de la más gente y armas que podía para tomar la tierra adentro del Perú y que, viendo que Iuan de Yllanes y Iuan de Guzmán, a quien él auía embiado a Tierra Firme para lo mesmo, se tardauan tanto, determinó de embiar al capitán Vela Núñez, su hermano, con ciertos caporales de su campo para que fuesse a Panamá y diesse conclusión en la junta de la gente y la traxesse consigo porque el negocio se hiziesse con más autoridad, y para ello le auía dado todos los dineros que pudo juntar de la hazienda real. 268
(…) y entre ellos auía muchos que ninguna voluntad tenían de romper porque les parecía que de la venida de la gente del Perú ningún daño les podía resultar, antes muy gran prouecho porque los mercaderes entendían despachar sus mercaderías con mucha ventaja y los oficiales ser muy aprouechados cada vno en su oficio y trato, y aun los más caudalosos mercaderes considerauan que tenían sus haziendas y factores y compañeros en el Perú y que, sabida por Gonçalo Piçarro la contradicción que allí le hiziessen, se vengaría dellos, tomándoles sus haziendas y maltratando sus compañeros y factores (...) 270
Vista las razones de los vnos y de los otros por los comissarios que para los tratos se auían nombrado, dieron forma en los medios, ordenando a su parecer como se cumpliesse con lo que los vnos pedían y se proueyesse en lo que los otros temían, y el assiento fue que Hinojosa pudiesse saltar en tierra y residir en la ciudad por término de treynta días y que para seguridad de lo susodicho pudiesse tener cincuenta soldados de los suyos, y que la armada con el resto de la gente se boluiesse a las yslas de las Perlas, y allí lleuassen los maestros y materiales necessarios para el reparo della y que, passados los treynta días, se boluiessen al Perú. 271-272
Y está fue la principal causa que mouió a los capitanes de Panamá que viniessen en hazer los conciertos, por la poca seguridad que tenían de su gente, toda la qual sabían que estauan esperando oportunidad para passar al Perú y era cosa muy creyble que hallándola tan auentajada, pues les dauan passaje y sueldo y comida, lo aceptarían, y assí poco a poco de su gente y de la tierra juntó Hinojosa gran copia de soldados. 272
(…) y, sabiendo que el Gouernador Benalcáçar auía embiado vn capitán suyo muy valiente y plático en las cosas de la guerra, llamado Iuan Cabrera, que con ciento y cincuenta hombres conquistasse vna prouincia de indios que estaua de guerra la tierra adentro, despachó sus mensajeros con cartas en que le hazía saber muy por estenso todas las cosas que le auían sucedido desde que entró en el Perú y la tiranía y alçamiento de Gonçalo Piçarro, y cómo le auía echado de la tierra, y que estaua determinado que, en teniendo exército conueniente para ello, le yría a buscar, por tanto, le rogaua con toda la instancia possible que luego a la hora se viniesse con su gente allí a Popayán, adonde estaua, a se juntar con él para que ambos se fuessen la vía de Quito en busca del tirano, encareciéndole el grande y señalado seruicio que a Su Magestad se haría en aquella jornada (...) 278
(…) y les prometía de dar de comer en la mejor parte della a él y a su gente, haziéndole assimismo saber cómo como por la otra parte del Perú se auía alçado por Su Magestad Diego Centeno y la mucha gente que se le yua juntando cada día y que, haziéndole contradición por la otra parte, no podía dexar de recebir gran detrimento Gonçalo Piçarro, de cuyas tiranías y estorsiones estauan tan cansados los vezinos de la tierra que con cualquier ocasión se leuantarían contra él. 278
Algunos pareceres vuo que embiasse su armada por las costas de Nueua España y de Nicaragua a quemar y recoger todos los nauíos que allí vuiesse, por quitar cualquier aparejo de ser acometido por mar, haziendo después recoger toda la armada a la ciudad de los Reyes porque viniendo despacho de Su Magestad a Tierra Firme y no hallando allí en qué ni cómo los passar al Perú, lo tenían por bastante torcedor para hazer los partidos muy a su ventaja, pero, atenta la confiança que tenía Gonçalo Piçarro de Hinojosa y los que con él estauan, y la soberuia que le auía quedado con la victoria del Visorey, le pareció no mostrar aquella flaqueza porque entendía poder resistir abiertamente qualquiera contradición que se le hiziesse. 285
(…) y que estando con determinación de passar adelante, Pedro de Heredia mató a puñaladas a Francisco de Mendoça, por cuya muerte se recrecieron grandes dissensiones en el campo, por las quales y por auer menos gente de la que requería tan grande conquista se concertaron los vnos y los otros de boluerse al Perú, assí para que por Su Magestad o el que gouernasse la tierra se les diesse capitán con quien fuessen en conformidad como porque, teniéndose noticia de la riqueza de la tierra, se les juntaría gente que fuesse bastante para hazer la conquista sin dificultad ninguna. 292
Y pocos días antes auían sabido de indios que contratauan en los Charcas le rebuelta del Perú, aunque no les supieron dezir la razón della ni la ocasión de donde auía sucedido, por lo qual él venía delante a satisfazer de todo lo que passaua y traya comissión de los capitanes y gente principal para ofrecer su ayuda a la parte que tuuiesse la boz de Su Magestad, si buenamente se pudiesse juntar con él, diziéndoles quan buenos cauallos y abundancia de armas trayan. 293
Lo qual oydo por Lope de Mendoça, le contó originalmente toda la rebuelta del Perú hasta el punto en que estauan y los sucessos que sobre ello auía auido. 293
Y assí los lleuó hasta el pueblo de Pocona, que es quarenta leguas de la villa de Plata, y de allí embió a ciertos lugares ocultos, donde él y Diego Centeno auían dexado enterrados más de cincuenta mil pesos en barras de plata, y traydos, los quiso repartir entre la gente, y los más dellos no quisieron tomar cosa ninguna, assí porque ellos venían ricos como porque entre la gente de guerra del Perú en todas las rebueltas que están contadas nunca se ha podido acabar con ningún soldado que reciba sueldo temporal señaladamente, y algunos que toman dineros es por nombre de socorro, para proueerse de armas y cauallos. 293
Gonçalo Piçarro siguió en esto el parecer del licenciado Caruajal, como lo hazía en todas las cosas de importancia, y entró a cauallo, lleuando sus capitanes delante de sí, a pie y con sus cauallo, lleuándole en medio el Arçobispo de Los Reyes y el Obispo del Cuzco y el Obispo de Quito y el Obispo de Bogotá, que auía venido por la vía de Cartajena a recebir la consagración al Perú (...) 301
Teniendo Su Magestad relación de las cosas del Perú en Alemaña (…) y auiéndose informado personalmente de Diego Aluarez de Cuetro, cuñado del Visorey, y de Francisco Maldonado, criado de Gonçalo Piçarro, que fueron a darle cuenta de lo acaecido (…) 303
Y la resolución fue embiar al Perú al licenciado Pedro de la Gasca, que a la sazón era del Consejo de la Santa y General Inquisición, de cuyas letras y prudencia se tenían grandes experiencias en diversos negocios (…) 303
El título que lleuó fue de Presidente de la Audiencia Real del Perú, con plenario poder para todo lo que tocasse a la gouernación de la tierra y a la pacificación de la tierra y a la pacificación de las alteraciones della y comissión de poder perdonar todos los delitos y casos sucedidos o que sucediessen durante su estadía (...) 303
Y vuo algunos de sus capitanes y gente principal que antes que el Presidente llegasse a Panamá escriuieron a Gonçalo Piçarro que no les parecía conuenir que el Presidente entrasse en el Perú, aunque después, con los medios que tenemos dicho, mudaron el parecer. 307
Y embiádole otra que Su Magestad escriuió el mesmo Gonçalo Piçarro, y con estos despachos se embarcó Pedro Hernández Paniagua, natural de la ciudad de Plazencia, y, llegado al Perú, le acontecieron diuersos sucessos que abaxo serán contados, los quales dexaremos por dezir lo que hizo Gonçalo Piçarro sabida la venida del Presidente. 307
Gonçalo Piçarro, por vuestras letras y por otras relaciones he entendido las alteraciones y cosas acaecidas en essas prouincias del Perú después que a ellas llegó Blasco Núñez Vela, nuestro Visorey dellas, y los oydores de la Audiencia Real que con él fueron, a causa de auer querido poner en execución las Nueuas Leyes y Ordenanças por Nos hechas para el buen gouierno dessas partes y buen tratamiento de los naturales dellas. 307
(…) y qualquiera que se ayudasse de Vuestra Merced para defenderse de su enemigo era forçado que le fuesse bueno en aquella cosa y por la causa que trataua, porque qualquiera de los vezinos del Perú que con Vuestra Merced se juntó, no fue por defender lo de Vuestra Merced, sino su propio derecho, y en tanto que para defender su cosa propia vno se ayudasse de Vuestra Merced, forçado es que le auía de ser bueno, no por ser bueno a Nuestra Merced, sino a su propia negociación. 312
Pero de aquí adelante, como a los del Perú se assegura la vida por el perdón y la hazienda por la reuocación de las Ordenanças y en lugar de vn enemigo común a los del Perú se ponga el más natural amigo que los españoles tenemos -que es nuestro Rey-, al qual tenemos natural obligación de amar y guardar lealtad porque nacimos en ella y la heredamos de nuestros padres y abuelos y antepassados, de más de mil y trecientos años a esta parte que guardamos este amor y lealtad a nuestros Reyes. 312
Y considere cómo el día que Su Magestad o el que sus vezes perdonare a los del Perú, si viniesse a méritos de exceptar alguno, quán solo y en peligro quedaría el tal exceptado, quedando los otros perdonados y desagrauiados. 313
(…) otros que le traxessen al Perú porque, venido, sería fácil cosa hazerle conceder todo lo que ellos quisiessen, y que cuando esto no vuiesse lugar le podrían entretener largo tiempo con dezir que querían juntar todas las ciudades del Reyno en Los Reyes y llamar allí los procuradores de todas partes para que tratassen de recibirle, y que por auer tanta distancia de vnos lugares a otros se podía dilatar esta junta más de dos años (...) 316
(…) y proueyó por tierra muchas postas, assí de christianos como de indios, para que en llegando la nueua a la costa del Perú se le lleuase con mucha breuedad. 317
Y viendo el Presidente los inconuenientes que podían suceder de la dilación, determinó despachar al mismo Lorenço de Aldana que con tres o quatro nauíos, y en ellos hasta trecientos hombres, fuesse a correr la costa del Perú y a tomar el puerto de la ciudad de Los Reyes para recoger los seruidores de Su Magestad porque, sabido por Gonçalo Piçarro lo que passaua, no tuuiesse lugar de proueerse de espacio ni de matar a los que él tenía por sospechosos en fauor de Su Magestad, como muchas vezes entre sus capitanes se trataua. 321
Pedro Hernández Paniagua (a quien tenemos dicho que el Presidente despachó con cartas para Gonçalo Piçarro) llegó al Perú al tiempor que [Gonçalo Piçarro] esperaua nueuas de lo que en Panamá auía sucedido con la yda de Lorenço de Aldana, que fue mediado el mes de henero del año de quarenta y siete. 323
Todos sus parciales le dezían que no conuenía que el Presidente entrasse en el Perú, y algunos en su presencia dezían contra Su Magestad y contra él palabras muy desacatadas porque desto mostraua holgarse Gonçalo Piçarro (…) 323
Y lo vno y lo otro embió de nueuo a hazer saber a Alonso de Mendoça con Luys García de Sant Mames, vezino del Cuzco, declarándole particularmente los poderes y despachos que el Presidente traya y cómo, vistos aquéllos y que la voluntad de Su Magestad era que Gonçalo Piçarro no gouernasse en el Perú (...) 350
Y en esta sazón aconteció que ya casi todos los lugares del Perú de la ciudad de Los Reyes para abaxo auían alçado vandera por Su Magestad, porque el capitán Iuan Dolmos, que era teniente de Puerto Viejo por Gonçalo Piçarro, al tiempo que vio passar los nauíos de Lorenço de Aldana por el puerto de Manta, que es el puerto de aquella prouincia por vna parte, embió dello relación a Gonçalo Piçarro con gran priessa, diziéndole que le parecía mal no auer surgido en el puerto y que temía no viniessen de guerra (...) 351
Y lleuando consigo hasta quinientos hombres, aportó con buen tiempo al puerto de Túmbez, quedándosele vn solo nauío, de que yua por capitán don Pedro de Cabrera, que por no ser tan buen velero no pudo tomar la costa del Perú y decayó al puerto de la Buenaventura, y después por tierra alcançó al Presidente. 355
(…) y hazíanse desta parte del río las maromas y criznejas de que tenemos dicho arriba en el primer libro que se quajan las puentes del Perú para que quando se estuuiesse el campo junto las ayudassen echar sobre las vigas y estantes porque de otra manera Gonçalo Piçarro y su gente defenderían el reparo (...) 366
(…) y es tan notable la diferencia que en esto ay en el Perú que acontece cada día hallarse gente en la cumbre de vna sierra donde es tanto el frío y yelo y nieue que cae que no se puede sufrir, y los que están en el valle, con menos de dos leguas de distancia, buscan remedios contra la demasiada calor. 370
Y en este tiempo dieron noticia al Presidente cómo entre la gente Valdiuia lleuaua consigo auía recogido ciertos caualleros y soldados que sobre los negocios de Gonçalo Piçarro auían sido desterrados del Perú y algunos para las galeras, sobre lo qual embió al General Pedro de Hinojosa para le prender (...) 378
(…) y de allí determinaron yr al Perú para pedir Gouernador al Presidente, y vista su demanda, les dio por Gouernador al capitán Diego Centeno, que con ellos y con la demás gente que pudiessen juntar boluiesse a hazer el descubrimiento y conquista, aunque después él no pudo yr porque teniendo casi adereçada la jornada falleció. 378
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379
Viendo el Presidente que los negocios del Perú estauan tan llanos y assentados como hemos contado y que los soldados y gente de guerra estauan derramados, auiéndose embiado los más a la prouincia de Chili y a la de Diego de Rojas y a otros descubrimientos y entradas debaxo de sus capitanes, y los demás que quedaron en el Perú se auían aplicado a ganar de comer cada vno en el oficio que sabía y otros tratando en el negocio de las minas, y considerando assimismo que la Audiencia Real y los Gouernadores por ella nombrados hazían justicia sin impedimento ni embaraço alguno, determinó venirse a estos Reynos, vsando de la licencia que de Su Magestad auía lleuado para que cada y quando que le pareciesse se pudiesse venir. 381
Y todos llegaron con buen viaje al puerto de Panamá, donde desembarcaron y, dándose toda la priessa possible en passar la hazienda de Su Magestad y la de los particulares al Nombre de Dios; ellos también se vinieron para aparejar las cosas necessarias para la nauegación de la mar del Norte, teniendo todos al Presidente el mismo respeto y obediencia que le tenían en el Perú, tratándolos él muy humana y comedidamente y dando de comer a todos los que querían yr a su mesa (...) 382
Sabido esto por Hernando de Contreras y Pedro de Contreras, hijos de Rodrigo de Contreras, sintiéndose mucho del mal despacho que su padre traya en lo que auía venido a negociar, como mancebos liuianos determinaron de alçarse en la tierra, confiados en el aparejo que hallaron en vn Iuan Bermejo y en otros soldados, sus compañeros, que auían venido del Perú, parte dellos descontentos porque el Presidente no les auía dado de comer remunerándoles lo que le auían seruido en la guerra de Gonçalo Piçarro y otros que auían seguido al mismo Piçarro y por el Presidente auían sido desterrados del Perú. 383
Y éstos animaron los dos hermanos para que emprendiessen este negocio, certifiándoles que si con dozientos o trezientos hombres de guerra que allí le podían juntar aportassen al Perú, pues tenían nauíos y buen aparejo para la nauegación, se les juntaría la mayor parte de la gente que allá estaua descontenta por no les auer gratificado el licenciado De la Gasca sus seruicios. 383
(…) y tomando los nauíos que vuieron menester se embarcaron en la mar del Sur con determinación de esperar la venida del Presidente y prenderle y robarle en el camino porque ya sabían que se aparejaua para venirse a Tierra Firme con toda la hazienda de Su Magestad, aunque primero les pareció que deuerían yr a Panamá, assí para certificarse del estado de los negocios como porque desde allí estarían en tan buen paraje y aun mejor para nauegar la buelta del Perú que desde Nicaragua. 384
(…) y se partió de Valladolid, lleuando en su compañía al prouincialde Santo Domingo y al capitán Hierónymo de Aliaga, que vinieron por procuradores de la prouincia del Perú, y a otros muchos caualleros y personas señaladas que pretendían recebir de Su Magestad mercedes y remuneración de lo que le auían seruido en la pacificación del Perú. 388-389
Y poco antes desto Su Magestad proueyó por Visorey del Perú a Don Antonio de Mendoça, que lo era en la Nueua España, y en su lugar embió a don Luys de Velasco, veedor general de los guardas de Castilla. 389
[…] Y tomando licencia don Francisco Piçarro de Pedro Arias de Auila, que a la sazón gouernaua aquella tierra por Su Magestad, adereçó vn nauío con hasta dificultad y se metió en él con ciento y quatorze hombres y descubrió vna pequeña y pobre prouincia cincuenta leguas de Panamá, que se llama Perú, de donde después impropiamente toda la tierra que por aquella costa se descubrió, por espacio de más de mil y dozientas leguas por luengo de costa se llamó Perú ... 27

Piura


Cita Número de página
Cincuenta leguas más arriba, quinze leguas la tierra adentro, está otra ciudad, que se llama Sant Miguel, y en lengua de los indios se llamaua Piura, lugar fresco y bien proueydo, aunque sin minas de oro ni plata. 41

Pocona


Cita Número de página
Y assí los lleuó hasta el pueblo de Pocona, que es quarenta leguas de la villa de Plata, y de allí embió a ciertos lugares ocultos, donde él y Diego Centeno auían dexado enterrados más de cincuenta mil pesos en barras de plata, y traydos, los quiso repartir entre la gente, y los más dellos no quisieron tomar cosa ninguna, assí porque ellos venían ricos como porque entre la gente de guerra del Perú en todas las rebueltas que están contadas nunca se ha podido acabar con ningún soldado que reciba sueldo temporal señaladamente, y algunos que toman dineros es por nombre de socorro, para proueerse de armas y cauallos. 293
Y assí caminó, recogiendo otros treynta hombres en el camino, con los quales hizo número de dozientos y cincuenta, hasta llegar al assiento de Pocona, que está ochenta leguas de Paria, y vn día a hora de las quatro de la tarde pareció por encima de vna cuesta en buena orden con sus banderras. 294
Y viendo Lope de Mendoça que no tenía gente para poder esperar ni resistir a Caruajal, se determinó retirar por aquel despoblado con los que le pudieron seguir, que fueron hasta cincuenta hombres, porque todos los demás se le auían quedado, y assí llegaron a vn río dos leguas y media de Pocona. 296
Y recogiendo todo el fardaje, assí lo que ellos trayan como lo que auían tomado, se tornó a Pocona, prometiendo de no hazer mal a todos los que auían quedado biuos de los de la entrada, antes les hizo restituyr las armas y cauallos y los demás que les auía sido tomado, y dexando a muy pocos dellos en su compañía, a los demás embió cada vno por sí a Gonçalo Piçarro. 296

Poechos/Puechos


Cita Número de página
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31
[...] y quanto llegó treynta leguas de Túmbez al río Poechos hizo de paz a todos los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, y hizo buscar y descubrir el puerto de Payta, que era el mejor de aquella costa, y embió al capitán Hernán de Soto a los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, donde, después que algún recuentro con él vuieron, le vinieron de paz. 71
Estando el Gouernador don Francisco Piçarro en la prouincia de Poechos antes que llegasse a Caxamalca, como está dicho, recibió vna carta sin firma, que después se supo auerla escrito vn secretario de don Diego de Almagro desde Panamá, dándole auiso cómo don Diego auía hecho vn gran nauío para con él y con otros embarcarse con la más gente que pudiesse y yrle a tomar la delantera y a possessionarse en la mejor parte de la tierra, que era passados los límites de la Gouernación de don Francisco, la qual, conforme a las prouisiones que auía lleuado de Su Magestad, duraua desde la línea equinocial dozientas y cincuenta leguas adelante nortesur, de la qual carta el Gouernador a nadie dió parte. 82

Popayán


Cita Número de página
(…) y con todo esto, porque ya se sabía allí en Popayán la muerte del Marqués y muchas de las cosas sucedidas en el Perú no dexó de caminar a la continua porque con su presencia se pusiesse mano en el remedio. 163
Y en este tiempo llegaron a Los Reyes nueuas de cómo el Visorey, siendo desbaratado por Gonçalo Piçarro, auía huydo con solos treynta hombres que le pudieron seguir hasta la prouincia de Popayán y que en el camino auían muerto muchos capitanes y otra gente principal de los suyos por sospechas que dellos concebía, aunque algunas eran tan liuianas y sin fundamento, como después pareció (...) 255
Y sabido el Visorey en Pasto la venida de Gonçalo Piçarro, con gran priessa se salió de la ciudad y se metió la tierra adentro hasta llegar a la ciudad de Popayán, auiéndole seguido Gonçalo Piçarro veynte leguas más adelante de Pasto, determinó de boluerse a Quito porque de allí adelante la tierra era muy despoblada y falta de comida, y assí se tornó a Quito, auiendo seguido el alcance del Visorey tanto tiempo y por tanto espacio de tierra, pues se puede afirmar que le siguió desde la villa de Plata, donde la primera vez salió contra él, hasta la villa de Pasto, en que ay espacio de setecientas leguas, tan largas que ocuparían más de mil leguas de las ordinarias de Castilla. 264
Desta manera que hemos contado estuuo Gonçalo Piçarro en Quito mucho tiempo, sin saber nueuas del Visorey ni el designo que tomaua en sus negocios, porque vnos dezían que se quería yr a España por la vía de Cartagena y otros que se quería yr a Tierra Firme para tener tomado el passo y juntar gente y armas para executar lo que Su Magestad embiasse a mandar y otros que esperaría este mandato en la mesma tierra de Popayán, que nunca nadie pensó que allí tuuiera aparejo de rehazerse de gente par inouar ninguna cosa en los negocios. 266
(…) y prendieron ocho o diez vezinos que auía en aquella población, y inquiriendo dellos lo que sabían del Visorey, halló vno que le dixo cómo el visorey estaua en Popayán apercibiéndose de la más gente y armas que podía para tomar la tierra adentro del Perú y que, viendo que Iuan de Yllanes y Iuan de Guzmán, a quien él auía embiado a Tierra Firme para lo mesmo, se tardauan tanto, determinó de embiar al capitán Vela Núñez, su hermano, con ciertos caporales de su campo para que fuesse a Panamá y diesse conclusión en la junta de la gente y la traxesse consigo porque el negocio se hiziesse con más autoridad, y para ello le auía dado todos los dineros que pudo juntar de la hazienda real. 268
Y allende dellos le entregó vn hijo bastardo de Gonçalo Piçarro, que auía tomado en Quito, de edad de onze o doze años, creyendo que auría en Panamá mercaderes que, viéndole maltratado, lo rescatarían por auer algún interés o fauor de Gonçalo Piçarro (...), y que con este aparejo se auía partido Vela Núñez de Popayán hasta llegar vna jornada de allí y que le auía embiado a él delante para que espiasse si tenía el puerto seguro. 268
Después que el Visorey llegó a Popayán (como está contado), proueyó que se traxesse allí todo el hierro que se pudo auer en la prouincia y buscó maestros y hizo adereçar fraguas, y en breue tiempo se forjaron en ellas dozientos arcabuzes con todos sus aparejos, y, demás desto, se pertrechó de armas y de las otras cosas necessarias para la guerra (...) 278
(…) y, sabiendo que el Gouernador Benalcáçar auía embiado vn capitán suyo muy valiente y plático en las cosas de la guerra, llamado Iuan Cabrera, que con ciento y cincuenta hombres conquistasse vna prouincia de indios que estaua de guerra la tierra adentro, despachó sus mensajeros con cartas en que le hazía saber muy por estenso todas las cosas que le auían sucedido desde que entró en el Perú y la tiranía y alçamiento de Gonçalo Piçarro, y cómo le auía echado de la tierra, y que estaua determinado que, en teniendo exército conueniente para ello, le yría a buscar, por tanto, le rogaua con toda la instancia possible que luego a la hora se viniesse con su gente allí a Popayán, adonde estaua, a se juntar con él para que ambos se fuessen la vía de Quito en busca del tirano, encareciéndole el grande y señalado seruicio que a Su Magestad se haría en aquella jornada (...) 278
Y recebidos por Iuan Cabrera todos estos despachos, tomó luego los treynta mil pesos de la comissión y, repartiéndolos entre sus soldados, con ellos acudió a Popayán y se juntó con el Visorey, que serían hasta cien soldados medianamente adereçados. 279
Y también hizo que Pedro de Puelles escriuiesse a ciertos amigos suyos de Popayán, diziéndoles cómo él quedaua allí con trecientos hombres, con los quales entendía resistir al Visorey por mucha gente que truxesse, y estas cartas embió de suerte que fuessen tomadas por las guardas del Visorey, y sobre todo esto se embiaron indios que auían estado presentes al tiempo de los alardes y vieron partir a Gonçalo Piçarro y contaron la gente que dexó, caso que Gonçalo Piçarro se detuuo dos o tres jornadas de Quito, fingiendo enfermedad, por no passar adelante. 279
Recebidos por el Visorey estos auisos, considerando la ventaja que tenía a Pedro de Puelles y que ya no esperaua ningún socorro de ninguna parte, determinó partirse de Popayán la vía de Quito, sin que en todo el camino pudiesse saber nueua alguna de Gonçalo Piçarro y de su gente por el gran recado que tenía puesto por los caminos, y atajados todos los passos, assí para christianos como para indios, caso que él tenía cada día nueuas de la jornada que el Visorey hazía y dónde y cómo llegaua, por vía de los indios cañares, que son muy cursados en toda la tierra. 279-280

Porco


Cita Número de página
Está a doze leguas de la mar, de cuya causa se espera que se poblará mucho porque suben a él los nauíos con ropa y vino y otros mantenimientos, de donde se prouee la ciudad del Cuzco y la prouincia de los Charcas, adonde acude la mayor parte de la gente de la tierra por causa de la contratación de las minas de Potosí y Porco... 42
La villa de Plata es lugar de mucho frío, más que ninguna otra de la sierra; ay en ella pocos vezinos, pero muy ricosm y aun éstos que ay, la mayor parte del año residen en el assiento de las minas que ay en el cerro de Porco, y después en el de Potosí, quando se descubrió (como adelante se dirá). 49
Junto su exército, començó a proueerse de armas y otras cosas necessarias con gran diligencia, poniendo guardas en los caminos porque no se supiesse lo acaecido hasta estar bien apercebidos, y embió vn capitán suyo a las minas de Porco y Arequipa para recoger la gente que allí estaua y prender si pudiesse a Pedro de Puentes (sic, por Fuentes), que allí era teniente de Gonçalo Piçarro, el qual desque supo lo que en los Charcas auía passado por lengua de indios se huyó y dexó desamparada la ciudad, de manera que Lope de Mendoça entró en ella sin contradición alguna (...) 246
(…) y por la riqueza que se halló se despoblaron todas las otras minas de la comarca, especialmente la de Porco, donde Hernando Piçarro tenía vna suerte de que se sacó gran riqueza. 299

Potosí


Cita Número de página
Está a doze leguas de la mar, de cuya causa se espera que se poblará mucho porque suben a él los nauíos con ropa y vino y otros mantenimientos, de donde se prouee la ciudad del Cuzco y la prouincia de los Charcas, adonde acude la mayor parte de la gente de la tierra por causa de la contratación de las minas de Potosí y Porco... 42
…porque en las sierras más altas hazían vnos hornillos con las puertas azia el Mediodía, de donde hemos dicho que siempre sopla el viento, y allí echan el metal con estiércol de ouejas, y encendiendo el viento el carbón, se derrite y cendra la plata y oro, y aun agora se ha visto en la gran abundancia de plata que se saca en las minas de Potosí que no se puede fundir con fuelles, sino que los indios lo funden en estos hornillos, que ellos llaman guayras, que quiere dezir viento, porque se enciende con él. 45
Esta cercada de muchas y ricas minas de oro, en las quales se ha sacado tanto como a España ha venido, aunque agora, después que se descubrieron las minas de Potosí, se han despoblado las del oro, assí porque se halla muy mayor ganancia en la plata como porque es con muy menor peligro de los indios y aun de los christianos que tratan en ello. 49
La villa de Plata es lugar de mucho frío, más que ninguna otra de la sierra; ay en ella pocos vezinos, pero muy ricosm y aun éstos que ay, la mayor parte del año residen en el assiento de las minas que ay en el cerro de Porco, y después en el de Potosí, quando se descubrió (como adelante se dirá). 49
Tenía en aquella sazón más de treynta mil castellanos de renta, aunque dende en dos años que se descubrieron las minas de Potosí, como adelante se dirá, llegaron a rentarle sus indios de cien mil castellanos arriba por caer muy cerca de aquellas minas. 246
Y llamáronse las minas de Potosí porque assí se nombraua aquel término, y era tanta la facilidad y el prouecho con que los indios labran que con dar el concierto que está dicho ay indio que tiene tres y quatro mil pesos suyos, sin poderlos echar de allí quando vna vez entran porque cessan todos los peligros que en la labor de las otras minas suele auer por causa del trabajo de los fuelles y del humo del carbón y de la mesma vena que se funde. 298
Luego se fue al Cuzco con todo su campo y embió al capitán Alonso de Mendoça con cierta gente a la prouincia de los Charcas a prender algunos a quien auía embiado allá Gonçalo Piçarro por dineros y otros que se auía huydo y, entendiendo que toda la más de la gente auía de acudir a las minas de Potosí, que son en aquella prouincia de los Charcas, como al lugar más rico de la tierra, embió por Gouernador y Capitán General al licenciado Polo de Ondegardo, y para que también castigasse los que allí hallasse culpados, assí por auer fauorecido a Gonçalo Piçarro como por no auer acudido a seruir al Presidente al tiempo que pudieron. 374

principal/principales


Cita Número de página
…y al principal dellos llamaron Çapalla Ynga, que es 'solo señor', aunque algunos quieren dezir que le llamaron Ynga Viracocha, que es tanto como espuma o grassa de la mar, porque, como no sabían el origen de la tierra donde vino, creyan que se auía criado de aquella laguna... 55
En conquistando alguna prouincia, la primera cosa que hazía era passar todos los vasallos o los más principales a otra población antigua a poblar aquella tierra de los indios ya sujetos, y desta manera lo asseguraua todo; y esta tal gente que remudaua de vnas tierras en otras llamauan mitimaes. 59
Tenían en gran estima el oro, porque dello hazía el Rey y los principales sus vasijas para su seruicio, y dello hazían joyas para su atauío y lo ofrecían en los templos. 59
En esta ysla de la Puná (que hemos dicho) auía más de seycientos indios y mugeres de Túmbez catiuos con vn principal de Túmbez, que catiuo también estaua, y a todos los libertó el Gouernador Piçarro y les dio balsas para que se fuessen a sus tierras [...] 70
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Como quier que sea, por esta forma acabó que toda la gente noble de su Reyno supiesse y hablasse la lengua de su Corte, de la manera que en Flandes se introduxo que los caualleros y nobles hablen la lengua francesa; de manera que el español que supiere la lengua del Cuzco puede passar por todo el Perú, en los llanos y en la sierra, entendiendo y siendo entendido por los principales. 39
Y mantenía con yeruas y frutas siluestres las gentes que crió hasta que de la parte del mediodía vino otro hombre más poderoso que se llamaua Pachacama, que quiere dezir criador, que también era hijo del Sol y de la Luna, y que con su venida desapareció Con, y, quedando aquellas sus gentes sin capitán, Pachacama les conuertió en aues y en monos y gatos y ossos y leones y papagayos y otras aues que andan por aquella tierra, y que éste crió los indios que agora son y dio industria para labrar la tierra y árboles, y le tenían por dios, y todos los principales que en la tierra morían se yuan a enterrar a la prouincia que de su nombre se llamó Pachacama, donde él residía, que es quatro leguas de la ciudad de los Reyes. 50
Los caciques del Perú y todos los principales se entierran en vnas bóuedas, sentados en sus assentamientos que llaman dúos, rebueltos en todas quantas mantas ricas tienen. 54
Y llegando cerca del exército de Guáscar, por no ser sentidos, se desviaron del camino por vn atajo, por el qual acaso se auía también apartado el mesmo Guáscar con sietecientos hombres de sus principales por salir del ruido del exército, y topándole, pelearon con él y le desbarataron la gente y le prendieron, y, teniéndole preso, venía ya todo el exército sobre ellos, y los cercaron por todas partes, donde no dexaran ninguno biuo, porque auía más de treynta para vno; si los capitanes de Atabaliba no dixeran a Guáscar, viendo venir su gente, que los mandasse boluer, si no, que luego le cortarían la cabeça. 63

prouincia/prouincias


Cita Número de página
En el año del nacimiento de Nuestro Señor Iesu Christo de mil y quinientos y veynte y cinco años tres vezinos de la ciudad de Panamá (que es puerto de la Mar del Sur), en la prouincia de Tierra Firme, llamada Castilla de Oro, se juntaron en compañía vniuersal de todas sus haziendas, que fueron don Francisco Piçarro, natural de la ciudad de Truxillo, y Don Diego de Almagro, natural de la villa de Malagón (cuyo linaje nunca se pudo bien aueriguar porque algunos dizen que fue echado a la puerta de la yglesia), y vn clérigo llamado Hernando de Luque. 27
[…] Y tomando licencia don Francisco Piçarro de Pedro Arias de Auila, que a la sazón gouernaua aquella tierra por Su Magestad, adereçó vn nauío con hasta dificultad y se metió en él con ciento y quatorze hombres y descubrió vna pequeña y pobre prouincia cincuenta leguas de Panamá, que se llama Perú, de donde después impropiamente toda la tierra que por aquella costa se descubrió, por espacio de más de mil y dozientas leguas por luengo de costa se llamó Perú ... 27
Y, guiándolos vn piloto llamado Bartolomé Ruiz, natural del Moguez [sic: Moguer], nauegaron con harto trabajo y peligro contra la fuerça de los vientos y corrientes hasta que llegaron a vna prouincia llamada Mostripe [sic: Motupe], que está en medio de dos pueblos que los christianos poblaron y nombraron al vno Truxillo y al otro Sant Miguel. 30
Y con esto quedó satisfecho don Diego, y assí los dexaremos poniendo en orden la armada y las otras cosas necessarias al descubrimiento por contar el sitio de la prouincia del Perú y las cosas señaladas y costumbres de las gentes. 32
La gente que habita debaxo de la línea y en las faldas della tienen los gestios ajudiados, hablan de papo con moros, son dados al pecado nefando, a cuya causa maltratan a sus mugeres y hazen poco caso dellas, y andan trasquiladas sin otra vestidura más que vnos pequeños refaxos con que cubren sus verguenças, y ellas siembran y amassan y muelen el pan que en toda aquella prouincia se come, que en la lengua de las Yslas se llama maíz, aunque en la del Perú, se llama zara. 33
Tienen en esta prouincia las puertas de los templos azia el Oriente, tapadas con vnos parametros de algodón, y en cada templo ay dos figuras de bulto de cabrones negros, ante las quales siempre queman leña de árboles que huelen muy bien, que allí se crian, y, rompiéndoles la corteza, destila dellos vn licor, cuyo olor traciende tanto que da fastidio; y si con él vntan algún cuerpo muerto y se lo echan por la garganta, jamás se corrompe. 33
Es costa de gran pesquería y muchas ballenas; en vnos pueblos desta prouincia, que llaman Caraque, tenían sobre las puertas de los templos vnas figuras de hombres con vna vestidura de la misma hechura de almática de diácono. 34
Cerca desta prouincia, en vna punta que los españoles llamaron Santa Helena, que se mete en la mar, ay ciertos veneros donde mana vn betún que parece pez o alquitrán y suple por ello. 35
Y las cosas de cuenta se perpetúan por medio de vnas cuerdas de algodón que llaman los indios quippos, denotando los números por nudos de diversas hechuras, subiendo por el espacio de la cuerda del color que es la cosa que quieren mostrar; y en cada prouincia ay personas que tienen cargo de poner en memoria por estas cuerdas las cosas generales, que llaman quippocamayos, y las quales con gran facilidad da a entender el que las tiene a cargo, aunque sean de muchas edades antes dél. 36
…y por todo el espacio descubierto de la tierra del Perú, que es desde la ciudad de Pasto, donde comiença, hasta la prouincia de Chili, que agora está descubierta, ay más de mil ochocientas leguas, más largas que las de Castilla. 38
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39
Por manera que esta ciudad se tiene por la más sana y aplazible biuienda de la tierra, por ser el puerto de gran comercio y contratación, y que para prouerse de lo necessario acuden a él de todas las ciudades que están la tierra arriba, en cuyas minas se halla tanta abundancia de oro y plata como de aquella prouincia se trae... 41
Desde esta ciudad pueden yr por tierra junto a la costa de la mar, por espacio de quatrocientas leguas, a la prouincia que descubrió y pobló el Gobernador Pedro de Valdibia, que se llama Chili, que en lengua de indios quiere dezir 'frío', por causa de los grandes fríos que para llegar a ellos se passan, como la Historia lo declarará adelante, quando tratare de la jornada que para el descubrimiento della hizo el Adelantado don Diego de Almagro. 42-43
Desde esta ciudad no ay población de christianos por la sierra hasta vn descubrimiento de la prouincia de Bracamoros, que el capitán Porcel por vna parte y el capitán Vergara por la otra descubrieron y hizieron en ellas vnas pequeñas poblaciones para desde allí entrar a descubrir más adelante, conquistando y descubriendo la tierra... 47
Y este descubrimiento se hizo por orden del licenciado Vaca de Castro, siendo Gouernador de aquella prouincia, que por la parte de Sant Miguel embió al capitán Porcel y mucho más arriba, por la prouincia de los Chachapoyas, embió a Vergara, creyendo que yuan por diuersas entradas, caso que ellos después se toparon y aun tuuieron diferencia sobre a quién pertenescía. 47
Mas adelante otras ochenta leguas ay vna prouincia que se dize de los Chachapoyas, donde ay vna población de christianos que se intitula Leuanto, tierra fértil de comida y de razonables minas; es la prouincia muy fuerte y segura porque está cercada casi por todas partes de vn muy hondo valle, por el qual va vn río que le cerca por la mayor parte, que cortando las puentes dél auría mucha dificultad de conquistarla. 47
Más adelante, por espacio de sesenta leguas, ay otra población de christianos que se llama Guánuco, hecha por mandado del licenciado Vaca de Castro, que la llamó León, por se él natural de la ciudad de León, en España; es tierra de mucha comida, y créese que en ella ay abundancia de minas, especialmente azia la parte que tiene ocupada el Ynga que está alçado y de guerra en la prouincia de los Andes como adelante se declarará... 48
La ciudad del Cuzco antes de los christianos era el assiento y Corte de los reyes de aquella prouincia y desde ella se gouernaua tanta distancia de tierra como está declarado y se declarará, y allí acudían los caciques de todas partes, assí a traer los tributos del Señor como a tratar sus negocios y a pedir su justicia vnos contra otros, y en toda la prouincia no auía otro lugar poblado de indios ni que tuuiesse forma de ciudad sino ésta, donde ay vna muy buena fortaleza labrada de piedras quadradas tan grandes que causa admiración auerse podido traer allí a fuerça de indios, sin ayuda de bueyes ni mulas ni otros animales, porque ay muchas piedras que no la mouerán diez pares de bueyes cada vna dellas. 48
…La ciudad se divide en quatro estancias, en cada vna de las quales tenía mandado el Rey (que en lengua de indios se llama Ynga) que biuiessen y se aposentassen los indios de azia la parte que correspondía a aquel quartel, desta manera que el que tira azia el Mediodía se llama Collasuyo, por vna prouincia que está azia aquella parte llamada Collao; y el que está a la parte del Norte, contrario déste, se llama Chinchasuyo por causa de vna prouincia muy nombrada qie cae en aquel derecho llamada Chincha, que agora es de Su Magestad, harto pobre y despoblada según lo que solía... 48
Desde la ciudad del Cuzco a la villa de Plata, que es en la prouincia de Las Charcas, ay ciento y cincuenta leguas y más, y en medio ay vna prouincia muy grande y llana que se llama el Collao, que tura más de cincuenta leguas… 49
…y por auer tan gran distancia despoblada de christianos el licenciado De la Gasca el año quarenta y nueue mandó poblar vn lugar en esta prouincia del Collao. 49
Desde esta villa de Plata, en tirando la tierra adentro la mano yzquierda, azia la parte de Oriente, se descubrió por mandado del licenciado Vaca de Castro, que embió a ello al capitán Diego de Rojas y a Felipe Gutiérrez a vna prouincia que se llama Diego de Rojas, que dizen ser muy buena y sana tierra y abundante de comida, aunque no se ha hallado en ella tanta riqueza como se tenía creydo que vuiera, y por ella han venido al Perú el capitán Domingo de Ytala (sic Yrala) y sus compañeros en el año quarenta y nueve, por manera que han andado toda la tierra que ay entre la Mar del Sur y la del Norte quanso subieron por el río de la Plata descubriendo la tierra por el mar del Norte. 49
Este es el sitio de todo lo que está descubierto y poblado en toda la prouincia del Perú azia la mar del Sur, ymaginando la tierra por luengo de costa, sin auer entrado a descubrirla tierra adentro porque hallan en ello gran dificultad a causa de la aspereza de las sierras que son tan dobladas que no se pueden passar sin gran dificultad y fríos y faltas de comida, y a todo esto venciera la industria y buen ánimo de los españoles si no desconfiassen de ser adelante la tierra rica. 49
Y mantenía con yeruas y frutas siluestres las gentes que crió hasta que de la parte del mediodía vino otro hombre más poderoso que se llamaua Pachacama, que quiere dezir criador, que también era hijo del Sol y de la Luna, y que con su venida desapareció Con, y, quedando aquellas sus gentes sin capitán, Pachacama les conuertió en aues y en monos y gatos y ossos y leones y papagayos y otras aues que andan por aquella tierra, y que éste crió los indios que agora son y dio industria para labrar la tierra y árboles, y le tenían por dios, y todos los principales que en la tierra morían se yuan a enterrar a la prouincia que de su nombre se llamó Pachacama, donde él residía, que es quatro leguas de la ciudad de los Reyes. 50
La insignia o corona que estos yngas trayan para mostrar su señorío era vna borla de lana colorada que les tomaua desde vna sien hasta la otra y casi les cubría los ojos; y con vn hilo desta borla entregado a vno de aquellos orejones gouernauan la tierra y proueyan lo que querían con mayor obediencia que en ninguna prouincia del mundo se ha visto tener a las prouisiones de su rey, tanto que acontecía embiar a assolar vna prouincia entera, y matar quantos hombres y mugeres en ella auía, por mano de vno solo destos orejones, sin que lleuasse otro poder de gente ni de comissión mas de vno de aquellos hilos de la borla; y en viéndole afrécense todos de muy buena gana a la muerte. 56
Quando este Guaynacaua fue desde la ciudad del Cuzco con su exército a conquistar la prouincia de Quito, que ay cerca de quinientas leguas de distancia, como yua por la sierra; tuuo grande dificultad en el passaje por causa de los malos caminos y grandes quebradas y despeñaderos que auía en la sierra por do yua. 56
Y assí, pareciéndoles a los indios que era justo hazerle camino nueuo por donde boluiesse victoriosos de la conquista, porque auía sujetado la prouincia, hizieron vn camino por toda la [sic: cordillera] de la sierra, muy ancho y llano, rompiendo ygualando las peñas donde era menester y ygualando y subiendo las quebradas de manpostería, tanto que algunas vezes subían la lauor desde quinze y veynte estados de hondo, y assí dura este camino por espacio de las quinientas leguas. 56-57
Y no contentos con auer hecho tan insigne obra, quando otra vez el mismo Guaynacaua quiso voluer a visitar la prouincia de Quito, a que era muy aficionado por auerla él conquistado, tornó por los llanos, y los indios le hizieron en ellos otro camino de casi tanta dificultad como el de la sierra, porque en todos los valles adonde alcança la frescura de los ríos y arboledas que, como arriba está dicho, comúnmente ocupan vna legua, hizieron vn camino que casi tiene quarenta pies de ancho, con muy gruessas tapias del vn cabo y del otro y quatro o cinco tapias en alto... 57
(…) y en un Monroy embió socorro a la prouincia de Chili al capitán Pedro de Valdivia. 181
Despachó a Martín Siluera para que fuesse a la villa de Plata a traer la gente y dineros que allí auía; embió a Antonio de Robles al Cuzco para traer la gente que allí tenía Alonso de Hinojosa, su teniente; escriuió a Lucas Martín, teniente de Arequipa, que luego viniesse con la gente de aquella villa; embió a mandar a Pedro de Puelles, teniente de Quito, que acudiesse con la gente de aquella prouincia; despachó para que los capitanes Mercadillo y Porcel, dexadas las entradas en que entendían, traxessen toda la gente a Lima, y lo mismo el capitán Sayauedra, que era teniente de Guamanga. 328
Y en esta sazón aconteció que ya casi todos los lugares del Perú de la ciudad de Los Reyes para abaxo auían alçado vandera por Su Magestad, porque el capitán Iuan Dolmos, que era teniente de Puerto Viejo por Gonçalo Piçarro, al tiempo que vio passar los nauíos de Lorenço de Aldana por el puerto de Manta, que es el puerto de aquella prouincia por vna parte, embió dello relación a Gonçalo Piçarro con gran priessa, diziéndole que le parecía mal no auer surgido en el puerto y que temía no viniessen de guerra (...) 351
Gouernador por Su Magestad de aquella prouincia, que acaso auía venido en su acompañamiento desde Panamá por el río Chagre. 386
En todas las prouincias del Perú auía señores principales que llamauan en su lengua curacas, que es lo mesmo que en las Islas solían llamar caciques, porque los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas generales y más comunes yuan amostrados de los nombres en que las llamauan de las yslas de Santo Domingo y Sant Iuan y Cuba, y en Tierra Firme, donde auían biuido, y ellos no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombráuanlas con los vocablos que de las tales cosas trayan aprendidos... 55
En conquistando alguna prouincia, la primera cosa que hazía era passar todos los vasallos o los más principales a otra población antigua a poblar aquella tierra de los indios ya sujetos, y desta manera lo asseguraua todo; y esta tal gente que remudaua de vnas tierras en otras llamauan mitimaes. 59
De todas las prouincias de su señorío le trayan cada año tributo de lo que en la tierra nascía, tanto que en algunas tierras tan estériles que no se criaua ningún fruto le embiauan cada año ciertas cargas de lagartijas, con estar más de trescientas leguas del Cuzco. 59
Y porque vn [sic: señor] que auía en los llanos que se llamó Chimo Cappa, que tenía más de cien leguas de tierra, se le rebeló, fue sobre él y le venció y mató, y mandó que en pena del delicto ningún indio de los llanos traxesse armas, lo qual guardan hasta el día de oy, caso que el sucessor deste rebelado le dexó en que biuiesse la prouincia de Chimo, donde agora es Truxillo. 59
Guaynacaua, después de auer sujetado a su Imperio gran número de prouincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco azia el Occidente, determinó yr en persona a conquistar la prouincia de Quito, en cuyas entradas se acabaua su señorío, y assí sacó su exército y fue y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy aplazible a su condición, residió allí mucho tiempo, dexando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente a su hijo mayor llamado Guáscar Ynga, y a Mango Ynga y Paulo Ynga y otros muchos. 61
Después de auer estado en el Cuzco algunos años, determinó boluerse a Quito, assí porque le era más agradable aquella tierra como por el deseo de ver Atabaliba, su hijo, a quien él quería más que a los otros; y assí, boluió a Quito, por el camino que hemos dicho de los llanos, donde biuió y tuuo su assiento lo restante de la vida hasta que murió, y mandó que aquella prouincia de Quito, que él auía conquistado, quedasse para Atabaliba, pues auía sido de sus abuelos. 61
Muerto Guaynacaua, Atabaliba se apoderó de su exército y de las riquezas que consigo traya, aunque las principales como más pesadas las auía dexado en su recámara en el Cuzco, en poder de su hijo mayor, al qual Atabaliba embió embaxadores, haziéndole saber la muerte de su padre y dándole obediencia, suplicándole que le dexasse aquella prouincia de Quito, pues su padre la auía ganado y era fuera de su estado y mayorazgo y, sobre todo, que auía sido de su madre y abuelo. 61-62
Atabaliba vuo su consejo con dos capitanes de su padre, muy esforçados y cursados en la guerra, el vno llamado Quizquiz y el otro, Cilicuchima [sic: Chilicuchima], los quales le aconsejaron que no esperasse a que su hermano viniesse sobre él, sino que él fuesse primero, pues con el exército que tenía era parte para enseñorearse de todas las prouincias por do passasse y yr cada día acrecentándole, de manera que su hermano tuuiesse por bien de confederarse con él. 62
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Continuando y siguiendo Atabaliba la vitoria, determinó yr sobre su hermano, y llegando a la prouincia de los cañares, mató sesenta mil hombres dellos, porque le auían sido contrarios, y metió a fuego y a sangre y assoló la población de Tumibamba, situada en vn llano, ribera de tres grandes ríos, la qual era muy grande, y de allí fue conquistando la tierra [...] 63
Y luego les sobreuino vna enfermedad de verrugas (de que arriba tenemos hecho mención), tan general en todo el exército que pocos se libraron della, no embargante lo qual el Gouernador, persuadiendo la gente que lo causaua la mala constelación de la tierra, passó adelante con ellos hasta la prouincia que llamaron Puerto Viejo, conquistando y pacificando toda aquella comarca, y allí le alcançó el capitán Benalcáçar y Iuan Flores, que vinieron de Nicaragua con vn nauío y alguna gente de pie y de cauallo. 68
Pacificada la prouincia de Puerto Viejo, el Gouernador con su gente caminó al puerto de Túmbez, y de allí determinó passar en balsas que para ello hizo a la ysla de Puná, que (como arriba hemos dicho) está frontero de aquel puerto, y passó los cauallos y la gente aquel braço de mar con gran peligro porque los indios tenían concertado otro sí de cortar las cuerdas de las balsas y anegar los christianos que en ellas lleuauan. 69
Y repartido el oro y plata que allí vnieron, dexando en la ciudad solo los vezinos, el Gouernador se partió con toda la otra gente a la prouincia de Caxamalca porque supo que estaua allí Atabaliba. 71
Partido el Gouernador para Caxamalca, passó con todo su exército gran necessidad de sed en vn despoblado de veynte leguas en que no ay agua ni árboles, sino toda arena seca y muy calurosa, que es desde donde agora está poblado la ciudad de Sant Miguel hasta la prouincia de Motupe, en la qual halló vnos frescos valles, y bien poblados, donde pudo bien reformar la gente con la abundancia de comida que allí auía [...] 72
Por lo qual determinó de hazer matar a Guáscar, aunque le ponía temor para no lo hazer auer oydo muchas vezes a los christianos que vna de las leyes que principalmente se guardauan entre ellos era que el que mataua a otro auía de morir por ello, y assí acordó tentar el ánimo del Gouernador para ver que sentiría sobre el caso, lo qual hizo con mucha industria, que vn día fingió estar muy triste y llorando y solloçando, sin querer comer ni hablar con nadie, y aunque el Gouernador le importunó mucho sobre la causa de su tristeza, se hizo de rogar en dezirla, y en fin le vino a dezir que le auían traydo nueua que vn capitán suyo, viéndole a él preso, auía muerto a su hermano Guáscar, lo qual él auía sentido mucho porque le tenía por hermano mayor, y aun por padre, y que si le auía hecho prender, no auía sido con intención de hazerle ningún daño en su persona ni Reyno, saluo para que le dexasse en paz la prouincia de Quito, que su padre le auía mandado, después de auerla ganado y conquistado, y siendo cosa fuera de su señorío. 79-80
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
Estando el Gouernador don Francisco Piçarro en la prouincia de Poechos antes que llegasse a Caxamalca, como está dicho, recibió vna carta sin firma, que después se supo auerla escrito vn secretario de don Diego de Almagro desde Panamá, dándole auiso cómo don Diego auía hecho vn gran nauío para con él y con otros embarcarse con la más gente que pudiesse y yrle a tomar la delantera y a possessionarse en la mejor parte de la tierra, que era passados los límites de la Gouernación de don Francisco, la qual, conforme a las prouisiones que auía lleuado de Su Magestad, duraua desde la línea equinocial dozientas y cincuenta leguas adelante nortesur, de la qual carta el Gouernador a nadie dió parte. 82
Aquel capitán de Atabaliba llamado Rumiñagüi, que arriba diximos que huyó de Caxamalca con cinco mil indios, en llegando a la prouincia de Quito, tomó en poder los hijos de Atabaliba y se apoderó en la tierra, haziéndose obedecer por señor della, y después Atabaliba, poco antes que muriesse, embió a su hermano Yllescas a la prouincia de Quito para traer a sus hijos, y el Rumiñagüi le mató y no se los quiso dar (...) 85
(…) y después desto algunos capitanes de Atabaliba, conforme a lo que él dexó mandado, lleuaron su cuerpo a la prouincia de Quito a enterrar con su padre Guaynacaua, los quales Rumiñagüi recibió muy honrada y amorosamente y hizo enterrar el cuerpo con gran solemnidad, según la costumbre de la tierra, y después hizo hazer vna borrachera, en la qual estando borrachos los capitanes que auían traydo el cuerpo los mató a todos, y entre ellos aquel Yllescas, hermano de Atabaliba, al qual hizo desollar biuo, y del cuero hizo vn atambor, quedando la cabeça colgada en el mismo atambor. 85
Y no le osó aguardar en la prouincia de Xauxa, por lo qual embió delante al capitán Soto con cierta gente de cauallo, yendo él en la retaguarda, y en la prouincia de Vilcacinga dieron de súbito tantos indios sobre el capitán Soto, que estaua muy cerca de ser desbaratado, matándole cinco o seys españoles, y como vino la noche los indios se retraxeron a la sierra (...) 85
Y quando otro día pensaron que en la entrada de la ciudad tuuieran alguna resistencia, no hallaron hombre que se la defendiesse, y assí entraron pacíficamente, y de ay a veynte días tuuieron nueua cómo Quizquiz andaua con mucha gente de guerra robando y destruyendo vna prouincia llamada Condesuyo, y embió a lo estoruar el Gouernador el Gouernador al capitán Soto con cincuenta de cauallo. 86
Ya diximos arriba cómo altiempo que el Gouernador entró en el Perú pobló la ciudad de San Miguel en la prouincia de Tangarara, junto al puerto de Túmbez, porque los que viniessen de España tuuiessen el puerto seguro para desembarcar y porque le pareció que auían quedado pocos cauallos (...) 87
Y assí fue aquellas ciento y veynte leguas hasta Quito, donde se juntó con Benalcáçar y se apoderó de la gente, conquistando algunos pueblos y palenques que hasta entonces se auían defendido, y visto que no auía en aquella tierra el oro ni riqueza de que auían tenido noticia, se boluió al Cuzco, dexando por Gouernador de la prouincia de Quito a Benalcáçar, como antes lo era. 88
Y desde allí tuuo noticia de la prouincia del Perú, y pidió cierta parte de la conquista della a Su Magestad, y le fue concedida. 89
(…) y para poder mejor efetuar su propósito, temiendo que desde Nicaragua podría después yr socorro a don Francisco Piçarro, fue vna noche a la costa de Nicaragua y tomó por fuerça dos o tres grandes nauíos que allí se estauan adereçando para yr cargados de gente y cauallos al Perú en socorro al Gouernador, y en ellos y en los que traya de Guatimala embarcó quinientos hombres de pie y de cauallo y nauegó hasta tomar tierra en la prouincia de Puerto Viejo, y de allí caminó la vía de Quito en el paraje de la línea equinocial, por las faldas de vnos llanos y espessos montes que llaman arcabucos y en el camino passó su gente gran trabajo de hambre y muy mayor de sed, porque fue tanta la falta del agua que si no toparan con vnos cañauerales de tal propiedad que, en cortando por cada nudo, se halla lo hueco lleno de agua dulce y muy bueno. 89
Y con este trabajo y peligro passaron aquella sierra, teniendo a gran buenauentura auer podido verse de la otra parte, porque aunque la prouincia de Quito está cerrada de muy altas sierras, y muy neuadas, en medio ay vnos valles muy templados y frescos, donde las gentes biuen y hazen sus sementeras, y en aquel tiempo se derritió la nieue de vna de aquellas sierras y baxó tan gran cantidad de agua, y con tanto ímpetu, que hundió y anegó vn pueblo que se llamaua La Contiega. 90
Ya diximos arriba como don Diego de Almagro, dexando en la prouincia de Quito por Gouernador al capitán Benalcáçar y no teniendo nueua dela venida de don Pedro de Aluarado, se boluió al Cuzco, y a la buelta conquistó algunos peñoles y fortalezas donde los indios se auían hecho fuertes, en lo qual se detuuo tanto que vuo lugar de venir don Pedro de Aluarado y llegar a la prouincia de Quito, sin que don Diego pudiesse saber cosa ninguna por auer mucha distancia de camino y en él ningún comercio de indios ni de christianos. 91
Pues andando vn día conquistando vna prouincia llamada Liribamba, passó vn caudaloso río della por vn vado harto peligros, porque los indios le auían quemado las puentes, y a la otra parte del río halló gran copia de los que le esperauan de guerra, y él los venció con harta dificultad porque también peleauan las mugeres, tirando muy diestramente con hondas, y fue preso el señor principal dellos, el qual le dio nueua cómo don Pedro de Aluarado andaua ya corriendo la tierra y estaua quinze leguas de allí sobre vn peñol donde se auía hecho fuerte vn capitán indio llamado Çopaçopagui. 91
Y ya que llegauan a vna prouincia llamada Chaparra, vieron a desora sobre dos mil indios que venían dos o tres jornadas delante de Quizquiz con vn capitán que se llamaua Sotaurco, porque el Quizquiz tenía esta orden en su camino, que delante embiaua aquel capitán y gente, y a la parte yzquierda yuan otros tres mil indios recogiendo comida por los pueblos comarcanos, y en la retaguardia, dos jornadas de sí, traya otros tres o quatro mil indios, y él yua en medio con el cuerpo del exército y con el ganado y gente presa, de manera que ocupaua su campo quinze leguas de término, y más. 93
Y embió adelante a Iuan Sayavedra, natural de Seuilla, con cien hombres, que en la prouincia que después llamaron Las Charcas topó con ciertos indios que venían de Chili, no sabiendo lo que auía passado en el Perú, a dar la obediencia al Ynga y le trayan en presente ciertos taxuelos de oro fino muy subido, que pesauan ciento y cincuenta mil pesos, y se los tomaron, queriendo demás desto prender Iuan de Sayauedra al capitan Gabriel de Rojas, que allí estaua teniendo la justicia por el Gouernador Piçarro, y el desque lo sintió se retiró al Cuzco. 101
En la tierra del Perú y en la prouincia de Tierra firme y en todas las tierras vezinas a la línea equinocial la noche es igual con el día todo el año, y si algún tiempo crece o mengua en la ciudad de los Reyes no es distancia que se eche de ver notablemente. 105
Y los indios deste Leuchengorma dixeron a los españoles que cincuenta leguas más adelante ay entre dos ríos vna gran prouincia toda poblada de mugeres que no consienten hombres consigo más del tiempo conuiniente a la generación: y si paren hijos, los embían a sus padres, y si hijas, las crían; están sujetas a este Leuchengorma. 105
Entre otras cosas que el Gouernador don Francisco Piçarro embió a suplicar a Su Magestad en remuneración de los seruicios que auían hecho en la conquista del Perú fue vna que le diesse veynte mil indios perpetuos para él y sus descendientes en vna prouincia que llaman Atabillos, con sus rentas y tributos y jurisdición y con títulos de Marqués dellos. 112
Su Magestad le hizo merced de darle el título de Marqués de aquella prouincia y, en quanto a los indios, le respondió que se informaría de la calidad de la tierra y del daño o porjuyzio que se podía seguir de dárselos, y le haría toda la merced que buenamente vuisse lugar. 112
Y yendo assí conquistando, le alcançó en la prouincia de Xauxa Gómez de Tordoya, natural de Villanueua de Barcarrota, con otros dozientos hombres de pie y de cauallo que tras él embió; y con todos quinientos hombres Alonso de Aluarado caminó hasta la puente de Lumichaca, donde los cercaron los indios por todas partes, y vuo con ellos batalla, en que los venció y mató muchos dellos. 115
Y yendo el Marqués con este exército por el camino de los llanos, en la prouincia de la La Nasca, a veynte y cinco leguas de Los Reyes, le vinieron nueuas de la buelta de don Diego y de todas las otras particularidades que después della auían sucedido (según arriba se han contado), lo qual sintió con el pesar que era razón. 117
(…) y assí continuó su camino hasta la prouincia de Chincha, que es veynte leguas de los Reyes, y aññí hizo vn pueblo en lugar de possessión de Gouernador. 118
Por todo lo qual le pareció que conuenía matar a Don Diego, justificando su muerte con las culpas que auía tenido en todas las alteraciones passadas, de que arriba se ha hecho mención, diziendo que el auía sido la causa y fundamento dellas por auer al principio entrado con gente de guerra en la ciudad y ocupadola por su propia autoridad y muerto mucha gente de los que le resistieron y llegado con exército y vanderas tendidas a la prouincia de Chincha (que no auía duda ser de la gouernación del Marqués), y assí le sentenció a muerte. 128
Y como Hernando Piçarro supo que el Marqués, su hermano, era venido al Cuzco, se vino a ver con el, dexando en su lugar para que continuasse la conquista a Gonçalo Piçarro, su hermano, que llegó a descubrir hasta la prouincia de los Charcas, donde le cercaron muchos indios de guerra que sobre él vinieron, y le pusieron en tanto aprieto que fue forçado a Hernando Piçarro a boluerlo a socorrer desde el Cuzco con mucha gente de cauallo. 129
Pedro de Valdiuia llegó con su gente a la prouincia de Chili, donde los indios le recibieron de paz cautelosamente porque tenían sus sementeras por coger, que aún no estaua de sazón. 131
Y para conquistar y poblar determinó el Marqués embiar a Gonçalo Piçarro, su hermano, y porque la salida se auía de hazer desde la prouincia de Quito y allí auían de acudir y proueerse de las cosas necessarias, renunció la gouernación de Quito en Gonçalo Piçarro, en confiança que Su Magestad le haría merced della. 135
Y assí se partió para allá Gonçalo Piçarro con mucha gente que para este descubrimiento lleuaua, y en el camino le conuino pelear con los indios de la prouincia de Guánuco, que le salieron de guerra y le pusieron en tanto aprieto que fue nesesssario que el Marqués le embiasse en su socorro a Francisco de Chaues, y assí llegó Gonçalo Piçarro a Quito. 135
Y en este tiempo el Marqués embió a Gómez de Aluarado a conquistar y poblar la prouincia de Guánuco, porque della auían ydo ciertos caciques llamados los Conchucos con mucha gente de guerra sobre la ciudad de Truxillo, y mataron quantos españoles podían, y aun robauan y hazían daño en los mismos indios, sus comarcanos, y los que matauan y lo que robauan lo ofrecían todo a un ydolo que consigo trayan que llamauan Cataquilla. 135
Y después de partidos destas poblaciones, passó vnas cordilleras de sierras altas y frías, donde muchos de los indios de su compañía se quedaron elados, y a causa de ser aquella tierra falta de comida, no paró hasta vna prouincia llamada Çumaco, que está en las haldas de vn alto bolcán, donde, por auer mucha comida, reposó la gente en tanto que Gonçalo Piçarro con algunos dellos entró por aquellas montañas espessas a buscar camino. 136
Y en esta prouincia de Çumaco y en cincuenta leguas al derredor ay la canela que lleuauan noticia, que son vnos grandes árboles con hojas como de laurel, y la fruta son vnos racimos de fruta menuda, que se crían en vnos capullos, y aunque esta fruta y las hojas y corteza y rayzes del árbol tienen sabor y olor y substancia de canela, pero la más perfeta es aquellos capullos que son de hechura, aunque mayores, de los capullos de vellotas de alcornoque. 136
Y en vna prouincia más adelante peleó con los indios y los venció, y allí tuuo dellos noticia que algunas jornadas la tierra adentro auía vna tierra en que no biuían sino mugeres, y ellas se defendían de los comarcanos y peleauan. 140-141
Y como después sucedió, que embarçándose Vaca de Castro en Panamá, por falta de vna ancla, las corrientes de la mar, que tenía contrarias, le hizieron decaer en la nauegación a la ysla de la Gorgona, y le fue forçado subir por el río de Sant Iuan y por la Buenaventura a la gouernación de Benalcáçar, y desde allí yr por tierra por la prouincia del Perú, como adelante más particularmente se dirá. 146
Pves toda esta Historia y el descubrimiento de la prouincia del Perú, de que trata, tiene origen de los dos capitanes de que hasta agora hemos hablado, que son el Marqués don Francisco Piçarro y el Adelantado don Diego de Almagro, es justo escreuir sus costumbres y calidades, comparándolos entre sí, como haze Plutarco quando escriue los hechos de dos capitanes que tienen alguna semajança. 152
(…) y particularmente se quitassen los indios en la prouincia del Perú a todos aquellos que vuiessen sido culpados en las passiones y alteraciones de entre don Francisco Piçarro y don Diego de Almagro, y que todos estos indios que de vna manera o otra se quitassen, y los tributos dellos, se pussiessen en cabeça de Su Magestad. 186
Y con esta vltima ordenança era claro que ninguna persona en toda la prouincia del Perú podía quedar con indios, pues, como se puede coligir de toda esta historia, ningún español de grande ni pequeña calidad auía que no estuuiesse más apassionado por vna destas dos parcialidades que si sobre ello le fuesse su vida u hazienda, lo qual se auía entendido aun hasta [por] los mesmos indios de la tierra, que muchas vezes acontecía auer entre ellos grandes batallas y diferencias y otras contiendas particulares a título destas dos opiniones, que ellos llamauan a los de don Diego los de Chili y a los del Marqués los de Pachacama. 186
(…) Y entre otras muchas cosas, demás de las arriba declaradas, que se proueyan por las Ordenanças y parecía conuenir para el buen gouierno de aquellas prouincias era vna que, porque la prouincia del Perú, que era la más rica y principal cosa de las Indias, estaua sujeta a la Audiencia Real que residía en la ciudad de Panamá -donde no auía más de dos oydores y auía muy gran dilación y mal despacho en los negocios, por estar tan lexos el Perú de Panamá, especialmente porque, como tenemos dicho arriba, la mayor parte del año no podían nauegar ni yr al Perú. 186
(…) y a esta causa no se auían remediado desde allí todos los daños y inconuenientes sobredichos ni se podrían remediar los que adelante sucediessen, se proueyó y mandó que la Audiencia de Panamá se deshiziesse y se ordenasse otra de nueuo en los confines de Guatimala y Nicaragua, de la qual fuesse por Presidente el licenciado Maldonado, oydor de México, y que a esta Audiencia quedasse sujeta la prouincia de Tierra Firme, y que en el Perú proueyesse nueua Audiencia, y en ella quatro oydores y vn presidente con título de Visorey y Capitán General, porque se entendió que la importancia de las cosas del Perú lo requería. 186
Y dezían que Su Magestad no auía sido bien informado en aquella prouisión, pues si ellos auían seguido estas dos parcialidades, auía sido pareciéndoles que las cabeças dellas eran Gouernadores y se lo mandauan en nombre de Su Magestad y que no podían dexar de cumplir por fuerça o por grado sus mandamientos, y assí no era aquella culpa por que deuiessen ser despojados de sus haziendas, y que, demás desto, al tiempo que a su costa descubrieron la prouincia del Perú. 187
En el año de quinientos y quarenta y tres, casi por el mesmo tiempo que lo contado en el capítulo antes deste passaua en la prouincia del Perú, Su Magestad, en cumplimiento y execución de la ordenança que tenemos dicho, proueyó por Visorey y Presidente de la prouincia del Perú a Blasco Núñez Vela, vezino de la ciudad de Auila, que a la sazón era veedor general de las guardas de Castilla (...) 188
(…) y proueyó assimesmo por contador de cuentas de aquella prouincia y de la de Tierra Firme a Agustín de Çárate, secretario de su Real Consejo, porque después del descubrimiento de aquellas prouincias no se auían tomado cuenta a los tesoreros y otros administradores de la hazienda real. 188
Antes que el Visorey partiesse començó a essecutar en aquella prouincia (caso que no era de su gouernación) vna de las Ordenanças que lleuaua, por donde se mandaua que los indios se boluiessen a sus naturalezas, estando fuera dellas, por qualquiera manera, y assí començó a recoger todos los indios que en aquella prouincia auía naturales del Perú (...) 189
Ninguna destas cosas quiso admitir, diziendo que aquellas eran leyes generales y hechas para buena gouernación, y assí continuó la execución, hasta que llegó a la prouincia de Guaura, que es diez y ocho leguas de la ciudad de los Reyes 189
Y en cumplimiento dello, cerca de la prouincia de Guadachili, que es a veynte leguas de la ciudad de los Reyes, donde le fueron notificadas las prouisiones, él se desistió del cargo de Gouernador, aunque primero proueyó a algunas personas ciertos repartimientos de indios que estauan vacos, y parte dellos en su cabeça. 190
En este tiempo Gonçalo Piçarro, hermano del Marqués don Francisco Piçarro, estava (como es dicho) en sus repartimientos en la prouincia de los Charcas, con hasta diez o doze hombres, amigos suyos, y sabidas las nueuas de la venida del Visorey y la razón della y las ordenanças que venía a executar, de que ya auía tenido noticia, determinó que venirse al Cuzco, debaxo de ocasión de saber nueuas de Castilla y proueer en los despachos que embiaua Hernando Piçarro, su hermano. 192
Y andando recogiendo dineros de sus haziendas, le venían cartas de todas partes, assí de los cabildos como particulares, persuadiéndole cómo a él le conuenía tomar esta empresa de suplicar de las ordenanças y procurar el remedio dellas, assí porque era a quien principalmente tocauan como porque de derecho le pertenecía la gouernación de aquella prouincia. 192
Leydo por el Visorey, dissimuló por entonces, persuadiéndose que lo auía escripto o hecho escreuir Antonio de Solar, vezino de Medina del Campo, cuya era aquella prouincia de Guaura, porque conoció no tenerle buena voluntad en que quando allí llegó, halló despoblado el tambo, sin que uuiesse christiano ni indio en el, y tuuo por cierto que Antonio de solar lo auía ordenado assí. 196
Pedro de Puelles lo hizo como el Visorey se lo mandó y no solamente tuuo aparejada la gente de la ciudad, mas aun detuuo allí ciertos soldados que auían acudido de la prouincia de los Chachapoyas en compañía de Gómez Solís y de Bonifaz, y estuuo esperando el mandado del Visorey, el qual, quando le pareció tiempo, embió a Ierónimo de Villegas, natural de Burgos, con vna carta para Pedro de Puelles, que luego le acudiesse con toda la gente. 206
Y yendo ciertos corredores delante quatro leguas de Guadachili, en la prouincia de Pariacaca, toparon a fray Thomás de Sant Martin, prouincial de Santo Domingo, a quien el Visorey auía embiado al Cuzco para tratar de medios con Gonçalo Piçarro, y apartándole vn soldado natural de Auila, le dixo lo tratos que estauan hechos de aquella gente para que él auisasse dellos a Vela Núñez y se pusiesse a recaudo, porque de otra manera le matarían aquella noche. 207
Y assí, llegados a la presencia de Gonçalo Piçarro, vuo tantos intercessores en su fauor que los perdonó las vidas, y a Loaysa le embió a pie y sin ningún bastimento de su real y a Hernando de Cauallos traxo consigo hasta que desde en más de vn año, estando en la prouincia de Quito, le encargó que fuesse con los mineros que sacauan oro de las minas por veedor dellos, y porque le dixeron que se auía aprouechado demasiadamente en aquel cargo, juntándose el odio que con él tenía de lo passado, le hizo ahorcar. 211
Y queriéndolo proueer, embió al camino por donde venían estos mensajeros a Hierónymo de Villegas, su capitán, con hasta treynta arcabuzeros a cauallo, el qual los topó, y a don Antonio de Ribera le dexó passar al campo y a Agustín de Çárate le prendió y le tomó las prouisiones que lleuaua y le boluió por el camino que auía venido hasta llegar a la prouincia de Pariacaca, donde le tuuo diez días preso, poniéndole su gente todos los temores que podían a efeto de que no dexasse su embaxada. 224
Proueyóle el Visorey de vn corregimiento en aquella prouincia con que se mantuuo algún tiempo hasta que sucedió en el Perú el alçamiento de los indios, para lo qual le embió el Visorey con las armas y socorro que arriba tenemos dicho; y por llegar a tal coyuntura, el Marqués le dio vnos indios en el Cuzco, donde residió hasta que vino el Visorey Blasco Núñez Vela, que estaua a punto de venirse a Castilla con hasta quinze mil pesos que auía auido de sus indios y, por no tener en qué embarcarse, se quedó en la tierra. 228
Y ellos, con hasta ochenta hombres que pudieron juntar, se estuuieron en Sant Miguel hasta tanto que se supieron la venida del Visorey y, no le osando esperar, se metieron la tierra adentro hazia Truxillo y alojaron en vna prouincia que se dize Collique, que es quarenta leguas de San Miguel, y hizieron saber a Gonçalo Piçarro la venidad del Visorey y cómo juntaua gente cada día y engrossaua su exército, dando a entender el gran daño que le venía en no remediarlo con tiempo. 238
Y a esta sazón supieron estos capitanes que el Visorey auía embiado vn capitán suyo llamado Iuan de Pereira a la prouincia de los Chachapoyas a conuocar y juntar todas las gentes que por aquellas partes pudiessen auer, caso que en esta tierra residen pocos españoles (...) 238
Con la mucha turbación de los capitanes no tuuieron lugar de ponerse en orden ni dar batalla, antes se huyeron cada vno como mejor pudo, tan derramados que Gonçalo Díaz casi solo fue a dar en vna prouincia de indios de guerra, los quales fueron contra él y le mataron, y lo mesmo hizo Hernando de Aluarado, y Hierónymo de Villegas juntó después consigo alguna gente y se metió la tierra adentro azia Truxillo, y el Visorey se fue a Sant Miguel. 238-239
Y viendo que tardaua, por sacar su exército de poblado, se fue a la prouincia de Collique, donde estuuo algunos días hasta que vino la gente que esperaua y, hecha su reseña della, halló que lleuaua más de seyscientos hombres de pie y de cauallo, y aunque en el número no lleuaua gran ventaja al Visorey (...) 241
Y allí se puso muy gran diligencia por Gonçalo Piçarro en proueer de comida y cosas necessarias para el real, especialmente porque cerca de allí auía vn despoblado que dura desde la prouincia de Motupe hasta la ciudad de San Miguel en espacio de veynte y dos leguas, que en todas ellas no ay agua ni poblado ni otro refrigerio alguno, sino arenales y mucho calor (...) 241
Y allí en Ayabaca se proueyó de todo lo demás necessario y salió de allí con buena orden por las mismas pisadas que el Visorey auía ydo, aunque por el mucho cansancio de algunos y otros por yr descontentos no los pudo lleuar todos, sin quedarse alguna gente, donde le dexaremos al Visorey caminando azia las prouincias de Quito y Gonçalo Piçarro tras él por dezir lo que aconteció en este tiempo en lo de arriba. 242
Estos començaron a sembrar por los lugares donde yuan nueuas en fauor del Visorey y en contradición de la tiranía de Gonçalo Piçarro, a lo qual muchas personas fauorecían, assí por parecerles la empresa justa como porque la gente que reside en aquella prouincia son más amigos de nouedades que en otra ninguna parte, en especial los soldados y gente ociosa, porque los vezinos y personas principales siempre pretenden la paz (...) 243
Por lo qual todos los que desta opinión residían en las otras prouincias se acogían a aquella, teniéndola por más segura, y desto mostrauan tener gran quexa los apassionados por Gonçalo Piçarro, especialmente vn regidor de aquella ciudad llamado Christóual de Burgos, que Lorenço de Aldana llegó a reprehenderle sobre esto tan abiertamente que le trató mal de palabra y aun puso las manos en él y le tuuo preso cierto tiempo, y assí siempre escriuían a Gonçalo Piçarro esta sospecha. 244
Y aunque él tuuo por cierta, nunca dexó de hazer dél toda confiança porque estando tan lexos no le pareció que sería parte para quitarle el cargo, a causa de que tenía consigo mucha gente de guerra y ganada la voluntad a los principales vezinos de aquella ciudad, y assí los dexaremos por contar lo que en este tiempo sucedió en la prouincia de los Charcas. 244
Y aunque este Diego Centeno en el primer leuantamiento de Gonçalo Piçarro le siguió y vino con él desde el Cuzco a Los Reyes, siendo de los principales votos del exército como procurador de la prouincia de los Charcas, después viendo que la Mala intención de Gonçalo Piçarro se estendía a mucho más de lo que a los principios auía publicado, con su licencia se boluió a su casa y indios, donde residía al tiempo que aconteció esta muerte de don Gómez (...) 245
Lo qual sabido por los contrarios, acordaron entre sí que no era bien auenturar el negocio porque a no tener buen sucesso la jornada se cobraría grande ánimo en el Reyno, y era bien que Su Magestad tuuiesse en la tierra gente presta para qualquiera cosa que sucediesse, y con este recaudo se retraxeron poco a poco, poniendo gran diligencia de lleuar consigo gran cantidad de carneros cargados de comida y los caciques principales de la prouincia. 252-253
Y Alonso de Toro llegó al Cuzco con harto temor de que viniessen sobre él porque si lo hizieran, con gran facilidad se apoderaran de la ciudad, pero Diego Centeno tomó acuerdo de residir de assiento en la villa de Plata, allegando cada día más gente y dineros, lo qual podía hazer en abundancia a causa de la mucha plata que auía en aquella prouincia. 254
Y en este tiempo llegaron a Los Reyes nueuas de cómo el Visorey, siendo desbaratado por Gonçalo Piçarro, auía huydo con solos treynta hombres que le pudieron seguir hasta la prouincia de Popayán y que en el camino auían muerto muchos capitanes y otra gente principal de los suyos por sospechas que dellos concebía, aunque algunas eran tan liuianas y sin fundamento, como después pareció (...) 255
Sabida por Gonçalo Piçarro la alteración de la prouincia de los Charcas y el leuantamiento de Diego Centeno, le pareció que no deuía diferir el remedio ni dexar cobrar más fuerças al enemigo, porque no le faltaua otra cosa sino deshazer a Diego Centeno para quedar de todo punto señor en el Reyno pacíficamente (...) 258
(…) y allí lleuaua determinación de matar vn vezino llamado Melchior Verdugo porque se auía siempre mostrado por el Visorey, y él, siendo auisado, se auía acogido a la prouincia de Caxamalca, que eran los indios de su encomienda, y por la priessa que el maestre de campo lleuaua no se quiso detener a seguirle. 259
En tanto que estas muertes se hizieron en Guamanga, llegaron al capitán Caruajal las nueuas de lo que arriba tenemos dicho, que Diego Centeno, revsando la batalla con Alonso de Toro, se retraxo por el despoblado a la prouincia de Casabindo. 261
Llegados a Quito tuuo juntos Gonçalo Piçarro en su campo de ochocientos hombres, entre los quales estauan los principales de la tierra, assí vezinos como soldados, con tanta prosperidad y quietud quanta jamás se vio tener hombre que tiránicamente gouernasse, porque aquella prouincia es muy abundante de comida (...) 263
Y para qualquiera de todos estos fines pareció a Gonçalo Piçarro y a sus capitanes cosa conueniente estar apoderado de la prouincia de Tierra Firme por tener tomado el passo para qualquier sucesso que auiniesse (…) 266
Con estas cartas llegó Rodrigo de Caruajal en su nauío con hasta quinze personas cerca de Panamá y tomando tierra tres leguas antes de la ciudad donde dizen el ancón, supo de ciertos estancieros que allí residían cómo estauan en Panamá dos capitanes del Visorey, llamados el vno Iuan de Guzmán y el otro Iuan de Yllanes, que auían venido con cierta comissiones suyas para juntar allí gente y armas y lleuarlos en su socorro a la prouincia de Benalcáçar (...) 266-267
Y el Gouernador de aquella prouincia, llamado Pedro de Casaos, natural de Seuilla, fue con gran diligencia a la ciudad de Nombre de Dios y mandó apercibir a toda la gente que en ella estaua y, juntando todas las armas y arcabuzes que pudo auer, los lleuó consigo a Panamá y se apercibió de todo lo que le pareció necessario para la resistencia de Hinojosa. 267
En la ciudad de Truxillo auía vn conquistador cuya era la prouincia de Caxamalca, llamado Melchior Verdugo, natural de la ciudad de Auila, el qual desque el Visorey Blasco Núñez Vela vino a la tierra pretendió seruirle y fauorecerle por ser natural de la mesma ciudad de Auila, y assí fue en su seruicio a la ciudad de los Reyes y estuuo allí hasta aquel día, que arriba tenemos dicho, que el Visorey determinó de despoblar aquella ciudad y retirarse a la de Truxillo, mandó a Melchior Verdugo que, fuesse delante para assegurar la ciudad y tener recogida la gente y armas que en ella vuiesse, y para todo ello le dio muy bastantes comissiones. 273
Y assí, mudando propósito, se fue a la prouincia de Nicaragua y, saltando en tierra, dio noticia de su jornada a los Gouernadores de la prouincia, pidiéndoles socorro para su defensa; y visto el mal aparejo que allí halló para ello se fue a la Audiencia de los confines de Nicaragua, donde pidió al Presidente y oydores la mesma ayuda y fauor, y ellos se la prometieron y embiaron a hazérsela dar al Licenciado Ramírez de Alarcón, oydor de aquella Audiencia, el qual fue a Nicaragua y apercibió los vezinos para que estuuiessen prestos con sus armas y cauallos. 274
Ya en este tiempo se tuuo noticia en Panamá de lo que Verdugo auía hecho en Truxillo y cómo auía ydo la buelta de Nicaragua, y, temiendo Hinojosa no juntasse gente y le hiziesse alguna contradición con ella, embió al capitán Iuan Alonso Palomino con dos nauíos, y en ellos ciento y veynte arcabuzeros, y con ellos fue a la costa de Nicaragua y, topando el nauío de Verdugo, se apoderó dél, y queriendo saltar en tierra, halló juntos los vezinos de las ciudades de Granada y León, que son los principales pueblos de aquella prouincia, y con ellos al licenciado Ramírez y al mesmo Verdugo, que le resistieron la entrada (...) 275
Después que el Visorey llegó a Popayán (como está contado), proueyó que se traxesse allí todo el hierro que se pudo auer en la prouincia y buscó maestros y hizo adereçar fraguas, y en breue tiempo se forjaron en ellas dozientos arcabuzes con todos sus aparejos, y, demás desto, se pertrechó de armas y de las otras cosas necessarias para la guerra (...) 278
(…) y, sabiendo que el Gouernador Benalcáçar auía embiado vn capitán suyo muy valiente y plático en las cosas de la guerra, llamado Iuan Cabrera, que con ciento y cincuenta hombres conquistasse vna prouincia de indios que estaua de guerra la tierra adentro, despachó sus mensajeros con cartas en que le hazía saber muy por estenso todas las cosas que le auían sucedido desde que entró en el Perú y la tiranía y alçamiento de Gonçalo Piçarro, y cómo le auía echado de la tierra, y que estaua determinado que, en teniendo exército conueniente para ello, le yría a buscar, por tanto, le rogaua con toda la instancia possible que luego a la hora se viniesse con su gente allí a Popayán, adonde estaua, a se juntar con él para que ambos se fuessen la vía de Quito en busca del tirano, encareciéndole el grande y señalado seruicio que a Su Magestad se haría en aquella jornada (...) 278
Y allende desto el Visorey embió sus despachos al Nueuo Reyno de Granada, al mesmo tenor que los de Iuan de Cabrera, y otros a la prouincia de Cartajena, pidiendo de todas partes socorro, y assí cada día se le yua juntando gente. 279
Y en esta sazón Gonçalo Piçarro desseaua auer a las manos al Visorey, no teniendo hora de seguridad mientras él fuesse biuo y tuuiesse exército, y para le incitar a que le viniesse a buscar inuentó vn ardid, y éste fue que echó fama de quererse yr la tierra adentro azia la prouincia de los Charcas a apaziguar el alçamiento de Centeno y dexar allí en Quito al capitán Pedro de Puelles con hasta trecientos hombres que estuuiessen en frontera contra el Visorey. 279
Ya se hizo relación en el Libro passado cómo el capitán Caruajal salió del Cuzco con trecientos hombres y con mucho número de cauallos y arcabuzes y otras armas y caminó por el Collao la vía de la prouincia de Paria, donde estaua Diego Centeno con hasta dozientos y cincuenta hombres, el qual quando supo su venida le aguardó determinación de darle la batalla. 289
Y creyendo Ribadeneyra que se hazía por mandado de Centeno, mandó a los que lo lleuauan que fuessen muy sobre el auiso y primero que llegassen a tierra reconociessen si auía algún engaño, y los suyos lo hizieron assí y no quisieron saltar en tierra hasta ver a Diego Centeno y, entendiendo el engaño, se hizieron a la vela y se fueron a la prouincia de Nicaragua, dexando escondido a Diego Centeno con sus compañeros (...) 291
Llegando a la ciudad de Sant Miguel y sabiendo que en los términos della auía muchos indios de guerra, mandó que para la conquista dellos se hiziesse vna nueua población en la prouincia de Garrochamba [sic: Carrochamba], para hazer desde allí las entradas, y dexó por cabeça al capitán Mercadillo con ciento y treynta hombres hombres , repartiendo entre ellos la población (...) 301
Gonçalo Piçarro, por vuestras letras y por otras relaciones he entendido las alteraciones y cosas acaecidas en essas prouincias del Perú después que a ellas llegó Blasco Núñez Vela, nuestro Visorey dellas, y los oydores de la Audiencia Real que con él fueron, a causa de auer querido poner en execución las Nueuas Leyes y Ordenanças por Nos hechas para el buen gouierno dessas partes y buen tratamiento de los naturales dellas. 307
Y assí, estando bien informado de todo y auiendo oydo a Francisco Maldonado lo que de vuestra parte y de los vezinos dessas prouincias Nos quiso dezir, auemos acordado de embiar a ellos por nuestro Presidente al licenciado De la Gasca, del nuestro Consejo de la Santa y General Inquisición, al qual auemos dado comissión y poderes para que ponga sossiego y quietud en essa tierra y prouea y ordene en ella lo que viere que conuiene al seruicio de Dios, Nuestro Señor, y ennoblecimiento dessas prouincias y al beneficio de los pobladores, vassallos nuestros, que las han ydo a poblar, y de los naturales dellas. 307
Y ante todas cosas se resumió entre ellos que se embiassen procuradores a Su Magestad para negociar las cosas de aquel Reyno y darle cuenta de las cosas nueuamente sucedidas, especialmente para justificar el rompimiento y muerte del Visorey, echándole siempre la culpa por auer sido agresor y venídolos a buscar, y también para suplicar a Su Magestad proueyesse a Gonçalo Piçarro por Gouernador de aquella prouincia (...) 316
Y a esta sazón llegó el Arçobispo de Los Reyes y Gómez de Solís, que holgaron de todo lo sucedido y se prefirieron al fauor y seruicio del Presidente, el qual embió a don Iuan de Mendoça a la Nueua España con cartas para el Visorey don Antonio de Mendoça para que le socorriesse con toda la gente que se pudiesse juntar en aquella prouincia, y a don Balthasar de Castilla para Guatimala y Nicaragua para lo mismo, y a otras personas a Santo Domingo, para que de todas partes le viniesse el socorro que fuesse possible, creyendo que auía de ser necessario. 322
Y auiendo proueydo Diego de Mora a toda la armada del refresco necessario, aquella noche se vinieron al puerto, y sin saltar en tierra se ordenó que Diego de Mora con toda aquella gente se fuesse a la prouincia de Caxamalca para que allí con más seguridad pudiessen esperar el tiempo en que fuesse necessaria su ayuda y en el entretanto recoger la gente que por allí acudiesse. 325
(…) y tomando por capitán a Hierónymo de Villegas, siguieron su camino hasta juntarse con Diego Centeno, que estaua en el Collao aguardando los conciertos que era ydo a tratar Pedro Piçarro de Çárate, maestreescuela del Cuzco, y halló que era ya llegado a los Charcas Iuan de Siluera, sargento mayor de Gonçalo Piçarro, a quien tenemos dicho que embió por la gente de aquella prouincia, auiendo ahorcando cinco o seys hombres en el camino de los que auían seguido a Diego Centeno, y tenía juntos hasta trecientos hombres, y lo que dellos sucedió se dirá adelante. 335
y llegó a términos que ya no lleuaua más de dozientos hombres, recelándose siempre no le diessen alguna arma fingida con que se le acabasse de passar toda la gente, y assí llegó a la prouincia de la La Nasca, que son cincuenta leguas de Los Reyes. 345
Y pocos días después de ser buelto Diego de Vrbina con esta respuesta Rodrigo de Salazar, natural de Toledo, a quien Pedro de Puelles hazía gran confiança, concertándose con ciertos soldados amigos suyos, vna mañana le dio de puñaladas, y alçó vandera por Su Magestad, y, sacando de la ciudad trecientos hombres de guerra, se vino la buelta del puerto de Túmbez en busca del Presidente, por manera que ya no auía en toda la prouincia lugar ninguno que no tuuiesse la boz de Su Magestad antes que el Presidente llegasse a la tierra. 351
Aviendo salido el Presidente del valle de Xauxa, llegó a su campo el capitán Pedro de Valdiuia, que, como arriba está dicho, era Gouernador en la prouincia de Chili y auía venido de allá por mar para desembarcar en la ciudad de los Reyes para lleuar gente y munición y ropa con que se acabasse de hazer la conquista de aquella tierra. 365
Luego se fue al Cuzco con todo su campo y embió al capitán Alonso de Mendoça con cierta gente a la prouincia de los Charcas a prender algunos a quien auía embiado allá Gonçalo Piçarro por dineros y otros que se auía huydo y, entendiendo que toda la más de la gente auía de acudir a las minas de Potosí, que son en aquella prouincia de los Charcas, como al lugar más rico de la tierra, embió por Gouernador y Capitán General al licenciado Polo de Ondegardo, y para que también castigasse los que allí hallasse culpados, assí por auer fauorecido a Gonçalo Piçarro como por no auer acudido a seruir al Presidente al tiempo que pudieron. 374
Y después de auerse tratado de la forma que en el derramamiento deste exército se tenía, por ser materia tan peligrosa y que no sufría de dilatación, se acordó que el Presidente y el Arçobispo se saliessen del Cuzco a la prouincia de Apurima, que es doze leguas, a hazer el repartimiento, lleuando consigo sólo el secretario por poderlo hazer con más libertad y euitar las importunidades de la gente. 376
Antes que el Presidente saliesse en la ciudad del Cuzco, por gratificar lo mucho de Pedro de Valdiuia le auía seruido en esta guerra, le confirmó y dio de nueuo la gouernación de la prouincia de Chili, que hasta entonces se la auía administrado, y para juntar gente y proueerse de armas y cauallos y otras cosas necessarias Pedro de Valdiuia se fue a la ciudad de Los Reyes por auer allí para ello mejor comodidad, y después que la vuo adereçado y juntado consigo la gente que pudo, lo embarcó todo, y las naos se hizieron a la vela, y él quedó para yrse por tierra hasta Arequipa. 378
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379
Y assí, después de pacificada la tierra el Presidente començó a recoger todos los dineros que pudo, assí de los quintos reales como de los bienes confiscados y de las condenaciones de personas, y de lo restante ajuntó más de millón y medio de ducados de diuersas partes de aquella prouincia, aunque la principal parte se traxo de la prouincia de los Charcas (como arriba lo hemos contado), y todo lo recogió en la ciudad de los Reyes. 379
Y después desto, después de tener el Presidente assentada la Audiencia Real en la ciudad de los Reyes, començó a entender en hazer la tassación de los tributos que los indios auían de dar a los españoles, porque hasta entonces nunca se auía hecho por causa de las guerras y reuoluciones que en aquella prouincia vuo desde que se descubrió, sino que cada español tomaua de su cacique el tributo que le daua, y otros que no se auían tan templadamente les pedían mucho más de lo que les podían dar y se lo sacauan por fuerça, y algunos que en esto tenían más desolución lo sacauan con tormentos y muertes de algunos indios, confiados en que por causa de las guerras no se pudiesse auer, o si se pudiesse auer o si se supiessen, no serían dello castigados. 379
Y la tassación se començó a hazer en conformidad de los indios y de los más españoles, informándose el Presidente y oydores de los frutos que produzía la prouincia que se tassaua o si auía en ellas minas de oro o de plata o abundancia de ganado, haziendo la tassación teniendo respeto a todo esto y a otras particularidades que se requerían. 380
Viendo el Presidente que los negocios del Perú estauan tan llanos y assentados como hemos contado y que los soldados y gente de guerra estauan derramados, auiéndose embiado los más a la prouincia de Chili y a la de Diego de Rojas y a otros descubrimientos y entradas debaxo de sus capitanes, y los demás que quedaron en el Perú se auían aplicado a ganar de comer cada vno en el oficio que sabía y otros tratando en el negocio de las minas, y considerando assimismo que la Audiencia Real y los Gouernadores por ella nombrados hazían justicia sin impedimento ni embaraço alguno, determinó venirse a estos Reynos, vsando de la licencia que de Su Magestad auía lleuado para que cada y quando que le pareciesse se pudiesse venir. 381
Y assí començó a nauegar por el mes de deziembre de mil y quinientos y quarenta y nueue años, trayendo consigo al prouincial de la Orden de Santo Domingo y a Hierónymo de Aliaga, que fueron nombrados por procuradores de la prouincia para negociar con Su Magestad las cosas della, y assimismo vinieron en su acompañamiento otros muchos caualleros y personas principales que venían a residir de assiento en estos Reynos con sus haziendas. 382
En el tiempo que Pedro Arias Dáuila gouernó y descubrió la prouincia de Nicaragua casó vna de sus hijas, llamada doña María de Peñalosa, Con Rodrigo de Contreras, natural de la ciudad de Segouia, persona principal y hazendado en ella, y por muerte de Pedro Arias quedó la gouernación de la prouincia a Rodrigo de Contreras, a quien Su Magestad proueyó della por nombramiento de Pedro Arias, su suegro, atento sus seruicios y méritos, el qual la gouernó algunos años hasta tanto que fue proueyda nueua Audiencia que residiesse en la ciudad de Gracias a Dios, que se llama de los Confines de Guatimala. 383
Y con esta determinación començaron a juntar gente y armas secretamente, y quando se sintieron poderosos para resistir la justicia començaron a executar su propósito y, pareciéndoles que el Obispo de aquella prouincia auía sido muy contrario a su padre en todos los negocios que se auían ofrecido, començaron de la vengança de su persona (...) 383-384
Sabido por Pedro de Contreras, que estaua en la mar, el desastrado fin de su gente, pareciéndole que no tenía tiempo para hazerse a la vela, se metió en vn batel él y algunos de los suyos, desamparando las naos y todo quanto en ellas estaua, y nauegó costa a costa hasta saltar en vna prouincia que se llama Nata, donde nunca más se ha sabido qué se hizo, aunque se cree que dio en indios de guerra, que por allí ay muchos, y le mataron. 388
(…) y se partió de Valladolid, lleuando en su compañía al prouincial de Santo Domingo y al capitán Hierónymo de Aliaga, que vinieron por procuradores de la prouincia del Perú, y a otros muchos caualleros y personas señaladas que pretendían recebir de Su Magestad mercedes y remuneración de lo que le auían seruido en la pacificación del Perú. 388-389
Está a doze leguas de la mar, de cuya causa se espera que se poblará mucho porque suben a él los nauíos con ropa y vino y otros mantenimientos, de donde se prouee la ciudad del Cuzco y la prouincia de los Charcas, adonde acude la mayor parte de la gente de la tierra por causa de la contratación de las minas de Potosí y Porco... 42
(…) y en toda esta jornada siruió a don Diego, Paulo, hermano del Ynga, a quien el Adelantado, su padre, auía hecho Ynga, cuya ayuda era de muy gran importancia porque yua adelante del exército y, con muy pocos indios que lleuasse, todas las prouincias de la tierra proueyan de comida y indios para lleuar las cargas y de todo lo demás que era necesario. 166

Puná


Cita Número de página
(…) y que entretetanto el Presidente podía estar en la yala de Puma [sic: ysla del Puná] con soldados de confiança que le guardassen, y assí escusaría de no auisar a Su Magestad de dosobediencia ninguna, teniéndole siempre suspenso con que la junta se hazía para recebirle y que no se podían juntar con más breuedad (...) 316
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31
Passada la línea equinocial azia el Mediodía ay vna ysla de doze leguas de bojo muy cerca de la tierra firme, la qual ysla llaman la Puná, abundante de mucha caça de venados y pesquería y de muchas aguas dulces. 37
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Pacificada la prouincia de Puerto Viejo, el Gouernador con su gente caminó al puerto de Túmbez, y de allí determinó passar en balsas que para ello hizo a la ysla de Puná, que (como arriba hemos dicho) está frontero de aquel puerto, y passó los cauallos y la gente aquel braço de mar con gran peligro porque los indios tenían concertado otro sí de cortar las cuerdas de las balsas y anegar los christianos que en ellas lleuauan. 69
En esta ysla de la Puná (que hemos dicho) auía más de seycientos indios y mugeres de Túmbez catiuos con vn principal de Túmbez, que catiuo también estaua, y a todos los libertó el Gouernador Piçarro y les dio balsas para que se fuessen a sus tierras [...] 70

quippocamayos


Cita Número de página
Y las cosas de cuenta se perpetúan por medio de vnas cuerdas de algodón que llaman los indios quippos, denotando los números por nudos de diversas hechuras, subiendo por el espacio de la cuerda del color que es la cosa que quieren mostrar; y en cada prouincia ay personas que tienen cargo de poner en memoria por estas cuerdas las cosas generales, que llaman quippocamayos, y las quales con gran facilidad da a entender el que las tiene a cargo, aunque sean de muchas edades antes dél. 36

quippos


Cita Número de página
Y las cosas de cuenta se perpetúan por medio de vnas cuerdas de algodón que llaman los indios quippos, denotando los números por nudos de diversas hechuras, subiendo por el espacio de la cuerda del color que es la cosa que quieren mostrar; y en cada prouincia ay personas que tienen cargo de poner en memoria por estas cuerdas las cosas generales, que llaman quippocamayos, y las quales con gran facilidad da a entender el que las tiene a cargo, aunque sean de muchas edades antes dél. 36

Quito


Cita Número de página
En la sierra del Perú ay algunas poblaciones de christianos que comiençan desde la ciudad de Quito, la qual está en quatro grados, poco más o menos, aliende la línea equinocial. 47
Está este descubrimiento a ciento y sesenta leguas de la ciudad de Quito, por la sierra. 47
Quando este Guaynacaua fue desde la ciudad del Cuzco con su exército a conquistar la prouincia de Quito, que ay cerca de quinientas leguas de distancia, como yua por la sierra; tuuo grande dificultad en el passaje por causa de los malos caminos y grandes quebradas y despeñaderos que auía en la sierra por do yua. 56
Y no contentos con auer hecho tan insigne obra, quando otra vez el mismo Guaynacaua quiso voluer a visitar la prouincia de Quito, a que era muy aficionado por auerla él conquistado, tornó por los llanos, y los indios le hizieron en ellos otro camino de casi tanta dificultad como el de la sierra, porque en todos los valles adonde alcança la frescura de los ríos y arboledas que, como arriba está dicho, comúnmente ocupan vna legua, hizieron vn camino que casi tiene quarenta pies de ancho, con muy gruessas tapias del vn cabo y del otro y quatro o cinco tapias en alto... 57
Guaynacaua, después de auer sujetado a su Imperio gran número de prouincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco azia el Occidente, determinó yr en persona a conquistar la prouincia de Quito, en cuyas entradas se acabaua su señorío, y assí sacó su exército y fue y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy aplazible a su condición, residió allí mucho tiempo, dexando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente a su hijo mayor llamado Guáscar Ynga, y a Mango Ynga y Paulo Ynga y otros muchos. 61
Y en Quito tomó nueua muger, hija del señor de la tierra, y della vuo vn hijo que se llamó Atabaliba, a quien él quiso mucho; y dexándole debaxo de tutores en Quito, tornó a visitar la tierra del Cuzco, y en esta buelta le hizieron el camino tan trabajoso de la Sierra, de que está hecha relación. 61
Después de auer estado en el Cuzco algunos años, determinó boluerse a Quito, assí porque le era más agradable aquella tierra como por el deseo de ver Atabaliba, su hijo, a quien él quería más que a los otros; y assí, boluió a Quito, por el camino que hemos dicho de los llanos, donde biuió y tuuo su assiento lo restante de la vida hasta que murió, y mandó que aquella prouincia de Quito, que él auía conquistado, quedasse para Atabaliba, pues auía sido de sus abuelos. 61
Muerto Guaynacaua, Atabaliba se apoderó de su exército y de las riquezas que consigo traya, aunque las principales como más pesadas las auía dexado en su recámara en el Cuzco, en poder de su hijo mayor, al qual Atabaliba embió embaxadores, haziéndole saber la muerte de su padre y dándole obediencia, suplicándole que le dexasse aquella prouincia de Quito, pues su padre la auía ganado y era fuera de su estado y mayorazgo y, sobre todo, que auía sido de su madre y abuelo. 61-62
Guascar le respondió que se viniesse al Cuzco y le entregasse el exército, y que él le daría tierra donde se mantuuiesse muy honradamente, pero que a Quito no se le podía dar, por ser el fin de su Reyno y que de allí auía de hazer sus entradas contra los enemigos y tener gente como en frontera; y que si no venía, se yría sobre él y le ternía por enemigo. 62
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Y sabido por Atabaliba, salió contra ellos, y pelearon tres días, muriendo mucha gente de ambas partes, hasta que, desbaratados los de Quito, Atabaliba fue preso sobre la puente del río de Tumibamba. 62
Y estando haziendo la gente de Guáscar grandes fiestas y borracherías por la vitoria, Atabaliba, con vna barra de cobre que vna muger le dio, rompió vna gruessa pared del tambo de Tumibamba y se fue huyendo a Quito, que es veynte y cinco leguas de allí, y tornó a juntar su gente, y, haziéndoles entender que su padre le auía conuertido en culebra y héchole salir por vn pequeño agujero y le auía prometido la vitoria si tornassen a pelear, los animó tanto que boluió sobre sus enemigos y peleó con ellos y los venció y desbarató, auiendo muerto mucha gente de ambas partes en estas dos batallas, tanto que hasta oy duran los corrales y montones que allí están llenos de huessos de hombres. 62-63
Y Guáscar, con temor de la muerte y con que le dixeron que su hermano no quería dél otra cosa, sino que le dexasse en la tierra de Quito, reconociéndole por señor, mandó a su gente que no passase de allí, sino que luego se boluiessen al Cuzco, y ellos lo hizieron. 63
Y como Rumiñagüi oyó el sonido de la artillería y vio que vn christiano despeñó de vna atalaya abaxo al indio que le auía de hazer la seña para que acudiesse, entendió que los españoles auían vencido y se fue con toda su gente huyendo y no paró hasta la prouincia de Quito, que es más de dozientas y cincuenta leguas de allí, como adelante se dirá. 76
Por lo qual determinó de hazer matar a Guáscar, aunque le ponía temor para no lo hazer auer oydo muchas vezes a los christianos que vna de las leyes que principalmente se guardauan entre ellos era que el que mataua a otro auía de morir por ello, y assí acordó tentar el ánimo del Gouernador para ver que sentiría sobre el caso, lo qual hizo con mucha industria, que vn día fingió estar muy triste y llorando y solloçando, sin querer comer ni hablar con nadie, y aunque el Gouernador le importunó mucho sobre la causa de su tristeza, se hizo de rogar en dezirla, y en fin le vino a dezir que le auían traydo nueua que vn capitán suyo, viéndole a él preso, auía muerto a su hermano Guáscar, lo qual él auía sentido mucho porque le tenía por hermano mayor, y aun por padre, y que si le auía hecho prender, no auía sido con intención de hazerle ningún daño en su persona ni Reyno, saluo para que le dexasse en paz la prouincia de Quito, que su padre le auía mandado, después de auerla ganado y conquistado, y siendo cosa fuera de su señorío. 79-80
Aquel capitán de Atabaliba llamado Rumiñagüi, que arriba diximos que huyó de Caxamalca con cinco mil indios, en llegando a la prouincia de Quito, tomó en poder los hijos de Atabaliba y se apoderó en la tierra, haziéndose obedecer por señor della, y después Atabaliba, poco antes que muriesse, embió a su hermano Yllescas a la prouincia de Quito para traer a sus hijos, y el Rumiñagüi le mató y no se los quiso dar (...) 85
(…) y después desto algunos capitanes de Atabaliba, conforme a lo que él dexó mandado, lleuaron su cuerpo a la prouincia de Quito a enterrar con su padre Guaynacaua, los quales Rumiñagüi recibió muy honrada y amorosamente y hizo enterrar el cuerpo con gran solemnidad, según la costumbre de la tierra, y después hizo hazer vna borrachera, en la qual estando borrachos los capitanes que auían traydo el cuerpo los mató a todos, y entre ellos aquel Yllescas, hermano de Atabaliba, al qual hizo desollar biuo, y del cuero hizo vn atambor, quedando la cabeça colgada en el mismo atambor. 85
Y así Quizquiz se passó adelante la vía de Quito, y tras el embió el Gouernador otra vez el capitán Soto con cierta gente de cauallo, y después embió en su socorro a sus hermanos, y todos siguieron a Quizquiz más de cien leguas y, no le podieron alcançar, se boluieron al Cuzco. 86
(…) y después de la prisión de Atabaliba embió por su teniente desde Caxamalca a San Miguel al capitán Benalcáçar con diez de cauallo, al qual por este tiempo se le vinieron a quexar los indios cañares que Rumiñagüi y los otros indios de Quito les dauan continua guerra, lo qual fue a coyuntura que de Panamá y de Nicaragua auía venido mucha gente (...) 87
Y dellos tomó Benalcáçar dozientos hombres, los ochenta de cauallo, y con ellos se fue la via de Quito, assí por defender a los cañares que se auían dado por amigos como porque tenía noticia que en Quito auía gran cantidad de oro que Atabaliba auía dexado. 87
Pero con ninguno destos ardides pudieron engañar a Benalcáçar, y les fue ganando toda la tierra hasta la principal ciudad de Quito, donde supo que vn día dixo Rumiñagüi a todas sus mugeres, de que tenía en gran número: 'Agora auréys plazer, que vienen los christianos, con quién podréys holgar'. 88
Y llegado don Diego a San Miguel, sin hallar nueua cierta de lo que buscaua, sabido que Benalcáçar estaua sobre Quito y la resistencia que Rumiñagüi le hazía, determinó yrle ayudar. 88
Y assí fue aquellas ciento y veynte leguas hasta Quito, donde se juntó con Benalcáçar y se apoderó de la gente, conquistando algunos pueblos y palenques que hasta entonces se auían defendido, y visto que no auía en aquella tierra el oro ni riqueza de que auían tenido noticia, se boluió al Cuzco, dexando por Gouernador de la prouincia de Quito a Benalcáçar, como antes lo era. 88
(…) y para poder mejor efetuar su propósito, temiendo que desde Nicaragua podría después yr socorro a don Francisco Piçarro, fue vna noche a la costa de Nicaragua y tomó por fuerça dos o tres grandes nauíos que allí se estauan adereçando para yr cargados de gente y cauallos al Perú en socorro al Gouernador, y en ellos y en los que traya de Guatimala embarcó quinientos hombres de pie y de cauallo y nauegó hasta tomar tierra en la prouincia de Puerto Viejo, y de allí caminó la vía de Quito en el paraje de la línea equinocial, por las faldas de vnos llanos y espessos montes que llaman arcabucos y en el camino passó su gente gran trabajo de hambre y muy mayor de sed, porque fue tanta la falta del agua que si no toparan con vnos cañauerales de tal propiedad que, en cortando por cada nudo, se halla lo hueco lleno de agua dulce y muy bueno. 89
(…) y en la mayor parte del camino les yua cayendo encima tierra muy menuda y caliente, que se aueriguó salir de vn alto bolacán (sic) que ay cerca de Quito, de tan gran fuego que más de ochenta leguas alcança la tierra que dél sale, y da tan grandes truenos algunas vezes que suenan más de cien leguas. 90
Y con este trabajo y peligro passaron aquella sierra, teniendo a gran buenauentura auer podido verse de la otra parte, porque aunque la prouincia de Quito está cerrada de muy altas sierras, y muy neuadas, en medio ay vnos valles muy templados y frescos, donde las gentes biuen y hazen sus sementeras, y en aquel tiempo se derritió la nieue de vna de aquellas sierras y baxó tan gran cantidad de agua, y con tanto ímpetu, que hundió y anegó vn pueblo que se llamaua La Contiega. 90
Ya diximos arriba como don Diego de Almagro, dexando en la prouincia de Quito por Gouernador al capitán Benalcáçar y no teniendo nueua dela venida de don Pedro de Aluarado, se boluió al Cuzco, y a la buelta conquistó algunos peñoles y fortalezas donde los indios se auían hecho fuertes, en lo qual se detuuo tanto que vuo lugar de venir don Pedro de Aluarado y llegar a la prouincia de Quito, sin que don Diego pudiesse saber cosa ninguna por auer mucha distancia de camino y en él ningún comercio de indios ni de christianos. 91
El qual concierto se hizo y guardó con mucho secreto porque, sabiéndolo, la gente de don Pedro de Aluarado, entre la qual auía muchos caualleros y personas principales, no se alterassen, viendo que se trataua de remuneración ninguna para ellos, y assí publicaron que yuan en compañía la tierra arriba para que desde allá don Pedro de Aluarado continuasse por mar con su armada el descubrimiento, dando licencia a todos los que se quisiessen quedar en Quito con el capitán Benalcáçar para lo poder hazer, pues ya estauan todos vnidos en paz y conformidad, y assí muchos de los que vinieron con don Pedro se quedaron en Quito. 92
Y don Diego y él y toda la otra gente se fueron a Pachacama, donde supieron queles auía venido a recibir el Gouernador desde Xauxa, donde estaua, y antes que don Diego partiesse de Quito quemó biuo al cacique que se le fue la noche que hemos dicho, y quiso hazer lo mismo a Felipillo, si no rogara por él don Pedro de Aluarado. 92
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
En este tiempo, llegando el Quizquiz cerca de Quito, vn capitán de Benalcáçar se debarató la gente que lleuaua en el auanguardia, por lo qual estuuo en grande aflición, sin saber qué se hazer porque sus capitanes le dezían que se diesse de paz a Benalcáçar, por lo qual él los amenazó de muerte y los mandó apercebir para boluer atrás. 94
Y quando don Diego llegó a tierra de Chili, aquel don Felipe, lengua que todo aquel trato traya y sabía, se huyó también, aunque don Diego le hizo prender a ciertos españoles que tras él fueron; y assí por esto como por lo que hizo en Quito le mandó hazer quartos. 101
Después desto se tuuo noticia en el Perú que en la tierra de Quito azia la parte del Oriente auía vn descubrimiento de vna tierra muy rica y donde se criaua abundancia de canela, por lo qual se llamó vulgarmente la tierra de la Canela. 135
Y para conquistar y poblar determinó el Marqués embiar a Gonçalo Piçarro, su hermano, y porque la salida se auía de hazer desde la prouincia de Quito y allí auían de acudir y proueerse de las cosas necessarias, renunció la gouernación de Quito en Gonçalo Piçarro, en confiança que Su Magestad le haría merced della. 135
Y assí se partió para allá Gonçalo Piçarro con mucha gente que para este descubrimiento lleuaua, y en el camino le conuino pelear con los indios de la prouincia de Guánuco, que le salieron de guerra y le pusieron en tanto aprieto que fue nesesssario que el Marqués le embiasse en su socorro a Francisco de Chaues, y assí llegó Gonçalo Piçarro a Quito. 135
Auiendo adereçado Gonçalo Piçarro las cosas necessarias para su viaje, partió de Quito, lleuando consigo dozientos españoles bien adereçados, los ciento de cauallo con dobladura, y más de quatro mil indios amigos y tres mil cabeças de ouejas y puercos. 136
Y este río se llama el Marañón porque el primero que descubrió la nauegación dél fue vn capitán llamado Marañón; nasce en el Perú, en las faldas de las montañas de Quito, corre por camino derecho, contándole por la altura del Sol, sietecientas leguas, y con las bueltas y rodeos que el río haze, yéndolas siguiendo, ay dende su nascimiento hasta que entra en la mar más de mil y ochocientas leguas; y en la entrada tiene de ancho quinze leguas, y por todo el camino a vezes se ensancha tres y quatro leguas. 141
Y viéndose Gonçalo Piçarro desamparado de toda forma de nauegación, que era la vía por donde se proueyan de mantenimientos, y no hallando sino muy poco por rescate de cascaueles y espejos, fue tanta la tristeza y desconfiança en que cayeron que determinaron boluerse a Quito, de donde estauan alexados más de quatrocientas leguas, de tan mal camino y montañas y despoblados que no pensauan llegar allá, sino morir de hambre en aquellos montes, donde perecieron más de quarenta dellos, sin que vuiesse forma de ser socorridos (...) 142
Assí continuó Gonçalo Piçarro su camino la vía de Quito, donde mucho tiempo antes auisó de su tornada; y los vezinos de Quito auían proueydo de mucha copia de puercos y ouejas, con que salieron al camino, y algunos pocos cauallos y ropas para Gonçalo Piçarro y sus capitanes, el qual socorro los alcançó más de cincuenta leguas de Quito; y fue recebido dellos con gran alegría, especialmente la comida. 142-143
Y assí, recibiendo el socorro y comida en la tierra de Quito; besaron la tierra, dando gracias a Dios que los auía escapado de tan grandes peligros y trabajos (…) 143
Y en la forma que hemos dicho entraron en la ciudad de Quito vna mañana, yendo derecho a la yglesia a oyr missa y dar gracias a Dios que de tantos males los auía escapado, y después cada vno adereçó según su possibilidad. 143
Y en saliendo de la ciudad, antes que llegasse dos leguas della, vinieron secretamente vnas prouisiones del licenciado Vaca de Castro, que embiaua desde la tierra de Quito, dirigidas a fray Tomás de Sant Martín, prouincialde la Orden de Santo Domingo, y a Francisco de Barrionueuo para que entendiessen en la gouernación de la tierra entretanto que llegaua. 160
Y Pedro Aluarez y Alonso de Aluarado embiaron vn mensajero la vía de Quito haziendo saber a Vaca de Castro lo que passaua, aconsejándole que se diesse gran priessa porque ellos le darían la tierra, según el buen principio [que] lleuaua su negocio. 161
Por virtud de la qual cédula fue recebido después de ser lleuado a los reales de Pedro Aluarez y Alonso de Aluarado, trayendo consigo mucha gente que en el Perú auía baxado a recebirle y acompañarle, y especialmente traya consigo al capitán Lorenço de Aldana, que era Gouernador en Quito por el Marqués. 163
En este tiempo llegaron a Vaca de Castro mensajeros de Gonçalo Piçarro, que auía salido a Quito del descubrimiento de la Canela (como arriba está contado), haziéndole saber cómo venía en su ayuda con la gente que auía sacado. 168
Y Vaca de Castro le escriuió agradeciéndoselo y mandándole que se estuuiesse quedo en Quito, sin venir al exército, porque siempre tuuo esperança de hazer algún concierto con don Diego (…) 168
Y assí, llegados a la presencia de Gonçalo Piçarro, vuo tantos intercessores en su fauor que los perdonó las vidas, y a Loaysa le embió a pie y sin ningún bastimento de su real y a Hernando de Cauallos traxo consigo hasta que desde en más de vn año, estando en la prouincia de Quito, le encargó que fuesse con los mineros que sacauan oro de las minas por veedor dellos, y porque le dixeron que se auía aprouechado demasiadamente en aquel cargo, juntándose el odio que con él tenía de lo passado, le hizo ahorcar. 211
Y sobre ello hizieron un acuerdo, mandando que se notificasse a don fray Ierónymo de Loaysa, Arçobispo de Los Reyes, y a don fray Iuan Solano, Arçobispo del Cuzco, y a son Garci Díaz, Obispo del Quito, y a fray Thomás de Sant Martín, prouincialde los dominicos, y a Agustín de Çárate y al tesorero, contador y veedor de Su Magestad que viessen esto que los procuradores del Reyno pedían. 225
Haziendo relación de su prisión y de la venida de Gonçalo Piçarro y de todo lo más acontecido, mandó en ellas que todos le acudiessen, las quales prouisiones embió a Quito y a Sant Miguel y a Puerto Viejo y Truxillo. 230
Y pensando el Visorey que Gonçalo Piçarro venía por la mar con mucha gente, a más priessa, con ciento cincuenta hombres que tenía, se fue huyendo la vía de Quito, y algunos dellos se le quedaron, que recibió Bachicao. 233
Y tomó dos nauíos que halló en el puerto y fue a Puerto Viejo y a otras partes y recogió ciento y cincuenta hombres en sus nauíos, y el Visorey se fue sin parar hasta Quito. 233
Aviéndose retirado el Visorey con hasta ciento y cincuenta hombres al tiempo que Bachicao le tomó la armada en Túmbez, caminó con ellos hasta que llegó a la ciudad de Quito, donde le recibieron de buena voluntad, y allí se rehizo de hasta dozientos hombres, con los quales estaua en aquella tierra por ser muy fertil y abundante de comida, donde determinó aguardar lo que Su Magestad proueería después de sabido de Diego Aluarez de Cueto lo que en la tierra passaua, teniendo siempre buenas guardas y espías en los caminos para saber lo que Gonçalo Piçarro hazía, caso que desde Quito a Los Reyes ay más de trecientas leguas, como tenemos dicho. 236
Y en este tiempo quatro soldados de Gonçalo Piçarro, por cierto dessabrimiento que dél tuuuieron, hurtaron vn barco y con él se fueron huyendo la costa abaxo desde el puerto de Los Reyes, remando hasta que le pusieron un buen paraje para yr por tierra a Quito (...) 236
Con lo qual y con otras muchas cosas que los soldados le dixeron le encendieron a que saliesse de Quito con la gente que tenía y se viniesse la vía de la ciudad de San Miguel, lleuando por su general vn vezino de Quito llamado Diego de Ocampo, que desde que el Visorey vino a Túmbez le auía acudido y ayudándole con su persona y hazienda en todas las cosas necessarias, en que gastó más de quarenta mil pesos que tenía suyos. 236
Quando el Visorey quiso partir de Quito, embió a Diego Aluarez de Cueto, su cuñado, a España a informar a Su Magestad de todo lo passado y a pedirle socorro para tornar a entrar en el Perú y hazer la guerra a Gonçalo Piçarro poderosamente. 237
Y assí llegó el Visorey a la ciudad de Sant Miguel, que es ciento cincuenta leguas de Quito, con determinación de residir allí hasta ver mandado de Su Magestad, teniendo siempre en pie su real nombre y boz, porque le pareció muy conueniente sitio para poder recoger consigo toda la gente que, assí de España como de las otras partes de las Indias, viniessen al Perú porque, como está dicho, es passo forçoso y que no se pueden escusar de passar por él viniendo por tierra, especialmente los que traen cauallos y otras bestias, y que desta manera yría cada día engrosando su exército y cobrando nueuas fuerças. 237
Y allí en Ayabaca se proueyó de todo lo demás necessario y salió de allí con buena orden por las mismas pisadas que el Visorey auía ydo, aunque por el mucho cansancio de algunos y otros por yr descontentos no los pudo lleuar todos, sin quedarse alguna gente, donde le dexaremos al Visorey caminando azia las prouincias de Quito y Gonçalo Piçarro tras él por dezir lo que aconteció en este tiempo en lo de arriba. 242
Y assí le dexaremos contar lo que en Quito aconteció en esta sazón. 254
Con las quales nueuas y con saber la pujança con que Gonçalo Piçarro estaua en la ciudad de Quito, sin tener contradición, se sossegó algo la gente de la ciudad de los Reyes y los amigos de Gonçalo Piçarro (…) 255
(…) y assí se partió de Quito con solas veynte personas de confiança que le acompañaron, aunque en esta determinación vuo otras muchas cosas que ayudaron porque los principales del campo de Gonçalo Piçarro hizieron en ello gran instancia (…) 258
Y assí se partió de Quito y llegó a la ciudad de Sant Miguel, donde le salieron a recebir los principales del pueblo (…) 258
Y assí le dexaremos caminando por el Collao por contar lo que en este tiempo sucedió en Quito al Visorey Blasco Núñez Vela. 262
Ya tenemos dicho en los capítulos precedentes cómo Gonçalo Piçarro siguió al Visorey desde la ciudad de San Miguel, de donde se retiró hasta la ciudad de Quito, que son ciento y cincuenta leguas, lleuando tan a porfia el alcance que casi ningún se día se passó en que no se viessen y hablassen las sillas a los cauallos (...) 263
En este camino juntó consigo Gonçalo Piçarro al capitán Bachicao, que vino de Tierra Firme de la jornada que tenemos dicho con trecientos y cincuenta hombres y veynte nauíos y gran copia de artillería y, tomando la costa más cercana a Quito, fue a salir al camino a Gonçalo Piçarro. 263
Llegados a Quito tuuo juntos Gonçalo Piçarro en su campo de ochocientos hombres, entre los quales estauan los principales de la tierra, assí vezinos como soldados, con tanta prosperidad y quietud quanta jamás se vio tener hombre que tiránicamente gouernasse, porque aquella prouincia es muy abundante de comida (...) 263
Y allí supo que el Visorey estaua quarenta leguas de allí en la villa de Pasto, que entra en la Gouernación de Benalcáçar, y determinó de yrlo a buscar, aunque todo este alcance se hizo successivamente y casi sin que vuisse dilación entre vno y otro porque Gonçalo Piçarro se detuuo en Quito muy poco, tanto que saliendo contra él de Quito vno refriegas entre la gente de ambos campos en vn sitio que se dize Río Caliente. 264
Y sabido el Visorey en Pasto la venida de Gonçalo Piçarro, con gran priessa se salió de la ciudad y se metió la tierra adentro hasta llegar a la ciudad de Popayán, auiéndole seguido Gonçalo Piçarro veynte leguas más adelante de Pasto, determinó de boluerse a Quito porque de allí adelante la tierra era muy despoblada y falta de comida, y assí se tornó a Quito, auiendo seguido el alcance del Visorey tanto tiempo y por tanto espacio de tierra, pues se puede afirmar que le siguió desde la villa de Plata, donde la primera vez salió contra él, hasta la villa de Pasto, en que ay espacio de setecientas leguas, tan largas que ocuparían más de mil leguas de las ordinarias de Castilla. 264
Y buelto a Quito, estaua tan soberuio con tantas victorias y prósperos sucessos como auía tenido que començaua a dezir palabras desacatadas contra Su Magestad, diziendo que de fuerça o de grado le auía de dar la Gouernación del Perú, dando razones por donde era obligado a ello, y cómo, si hiziesse lo contrario, se lo pensaua resistir, y aunque él lo disimulaua algunas vezes, se lo persuadían públicamente sus capitanes y le hazían publicar esta tan desacatada pretensión. 264
Y assí residió algún tiempo en la ciudad de Quito, haziendo cada día grandes regozijos y fiestas y vanquetes y aun dándose él y los suyos al vicio de mugeres tan desenfrenadamente que se tuuo por cierto auer hecho matar a vn vezino de Quito cuya muger él tenía por manceba, dando gran cantidad de dineros al que lo mató, que fue vn soldado vngaro llamado Vicencio Pablo, a quien después los señores del Consejo de las Indias mandaron ahorcar en la villa de Valladolid el año cincuenta y vno. 264
Desta manera que hemos contado estuuo Gonçalo Piçarro en Quito mucho tiempo, sin saber nueuas del Visorey ni el designo que tomaua en sus negocios, porque vnos dezían que se quería yr a España por la vía de Cartagena y otros que se quería yr a Tierra Firme para tener tomado el passo y juntar gente y armas para executar lo que Su Magestad embiasse a mandar y otros que esperaría este mandato en la mesma tierra de Popayán, que nunca nadie pensó que allí tuuiera aparejo de rehazerse de gente par inouar ninguna cosa en los negocios. 266
Y allende dellos le entregó vn hijo bastardo de Gonçalo Piçarro, que auía tomado en Quito, de edad de onze o doze años, creyendo que auría en Panamá mercaderes que, viéndole maltratado, lo rescatarían por auer algún interés o fauor de Gonçalo Piçarro (...), y que con este aparejo se auía partido Vela Núñez de Popayán hasta llegar vna jornada de allí y que le auía embiado a él delante para que espiasse si tenía el puerto seguro. 268
(…) y aunque después le reduxo en su gracia Gonçalo Piçarro, nunca fue tan enteramente que no le quedasse dél sospecha, aunque nunca tuuo espacio ni oportunidad para executar en él lo que hazía en los otros hasta que el capitán Caruajal fue de Quito contra Centeno, que en el camino le quisiera auer en su poder si él no se recogiera a sus indios de Caxamalca, que tenemos dicho, y en passando Caruajal se boluió a su casa en Truxillo, teniendo entendido que cada y quando que Gonçalo Piçarro lo pudiesse auer, executaría en él el enojo que tenía. 273
Y tornando a la ventana, en viniendo cada vezino le llamaua, fingiendo que quería tratar con él algún negocio, y en subiendo le metía en la prisión, sin que ninguno de los que venían supiesse de los que antes estauan presos, y assí en pocas horas tuuo en su poder hasta veynte personas, que eran los principales de la ciudad, porque a todos los demás auía lleuado consigo Gonçalo Piçarro a Quito. 274
(…) y, sabiendo que el Gouernador Benalcáçar auía embiado vn capitán suyo muy valiente y plático en las cosas de la guerra, llamado Iuan Cabrera, que con ciento y cincuenta hombres conquistasse vna prouincia de indios que estaua de guerra la tierra adentro, despachó sus mensajeros con cartas en que le hazía saber muy por estenso todas las cosas que le auían sucedido desde que entró en el Perú y la tiranía y alçamiento de Gonçalo Piçarro, y cómo le auía echado de la tierra, y que estaua determinado que, en teniendo exército conueniente para ello, le yría a buscar, por tanto, le rogaua con toda la instancia possible que luego a la hora se viniesse con su gente allí a Popayán, adonde estaua, a se juntar con él para que ambos se fuessen la vía de Quito en busca del tirano, encareciéndole el grande y señalado seruicio que a Su Magestad se haría en aquella jornada (...) 278
Y en esta sazón Gonçalo Piçarro desseaua auer a las manos al Visorey, no teniendo hora de seguridad mientras él fuesse biuo y tuuiesse exército, y para le incitar a que le viniesse a buscar inuentó vn ardid, y éste fue que echó fama de quererse yr la tierra adentro azia la prouincia de los Charcas a apaziguar el alçamiento de Centeno y dexar allí en Quito al capitán Pedro de Puelles con hasta trecientos hombres que estuuiessen en frontera contra el Visorey. 279
Y también hizo que Pedro de Puelles escriuiesse a ciertos amigos suyos de Popayán, diziéndoles cómo él quedaua allí con trecientos hombres, con los quales entendía resistir al Visorey por mucha gente que truxesse, y estas cartas embió de suerte que fuessen tomadas por las guardas del Visorey, y sobre todo esto se embiaron indios que auían estado presentes al tiempo de los alardes y vieron partir a Gonçalo Piçarro y contaron la gente que dexó, caso que Gonçalo Piçarro se detuuo dos o tres jornadas de Quito, fingiendo enfermedad, por no passar adelante. 279
Recebidos por el Visorey estos auisos, considerando la ventaja que tenía a Pedro de Puelles y que ya no esperaua ningún socorro de ninguna parte, determinó partirse de Popayán la vía de Quito, sin que en todo el camino pudiesse saber nueua alguna de Gonçalo Piçarro y de su gente por el gran recado que tenía puesto por los caminos, y atajados todos los passos, assí para christianos como para indios, caso que él tenía cada día nueuas de la jornada que el Visorey hazía y dónde y cómo llegaua, por vía de los indios cañares, que son muy cursados en toda la tierra. 279-280
Y assí quando le pareció tiempo se vino a Quito a juntar con Pedro de Puelles, y con ambos campos salieron de la ciudad en busca del Visorey, que estaua en Otáualo, doze leguas de Quito. 280
Y desta manera, sabiendo que el Visorey auía assentado el real dos leguas de la ciudad, de Quito junto al río, salió con toda su gente de la ciudad lleuando por capitanes de arcabuzeros a Iuan de Acosta y a Iuan Vélez de Gueuara y por capitán de piqueros a Hernando Bachicao y por capitanes de cauallo a Pedro de Puelles y Gómez de Aluarado, y con su estandarte a Francisco de Ampuero, regidor de la ciudad de los Reyes, debaxo del qual yuan setenta hombres de cauallo. 280
Y demás de los capitanes que arriba hemos dicho que traya Gonçalo Piçarro, venía con él el licenciado Benito Xuárez de Caruajal, hermano del factor Yllán Suárez de Caruajal, el qual auía venido de la ciudad del Cuzco desde los principios de la guerra huyendo de Gonçalo Piçarro para se juntar con el Visorey y, llegando veynte leguas de Los Reyes, supo la muerte de su hermano, y assí se detuuo sin osar entrar en la ciudad hasta que supo que el Visorey era preso y embarcado, y después Gonçalo Piçarro le prendió y tuuo a punto de degollalle, y cuando vuo de yr a la guerra de Quito le reduxo en su gracia, y él aceptó de yr la jornada en vengança de la muerte del factor, su hermano, lleuando consigo hasta treynta personas, todos parientes y criados suyos, por compañía aparte de que se nombraua capitán. 281
Y haziéndolo saber a Gonçalo Piçarro, embió corredores por diuersas partes a saber el destino que el enemigo lleuaua, y le vinieron a dezir cómo el Visorey estaua dentro en Quito, y luego alçó a gran priessa su real y caminó con él ordenadamente con determinación de darle batalla dondequiera que le topasse. 282
Y el Visorey, después de llegado a Quito y sabido particularmente todo lo que passaua, aunque veya la gran ventaja que los enemigos le tenían y que no esperaua otro ningún remedio, determinó poner el negocio en riesgo de batalla y salir a darla fuera de la ciudad porque sintió más peligro en esperar dentro, y assí salió al camino y, animando su gente con gran esfuerço, fue marchando contra sus enemigos. 283
Don Alonso de Montemayor y Rodrigo Núñez de Bonilla, tesorero de Quito, con otros algunos fueron desterrados para Chili, aunque después se alçaron con el nauío en que los lleuauan y se fueron a la Nueua España. 285
A Vela Núñez lleuó a Quito, donde Gonçalo Piçarro le perdonó todo lo passado, amonestándole que en lo poruenir estuuiese muy sobre el auiso porque qualquiera sospecha le sería muy peligrosa, y assí lle traya consigo con alguna libertad y le lleuó quando se fue a la ciudad de los Reyes. 286
Desbaratado y muerto el Visorey en la ciudad de Quito en la forma que tenemos contada, Gonçalo Piçarro començó a despedir mucha de la gente de guerra, embiando a vnos con el Adelantado Benalcáçar, a quien perdonó y reduxo en su gracia, y a otros con el capitán Vlloa, que de parte de Pedro de Valdiuia vino de Chili a pedir socorro de gente para conquistar la tierra, y a otros embió a otras partes. 300
Y assí se partió de Quito, dexando por teniente y capitán general a Pedro de Puelles, con hasta trecientos hombres, por la gran confiança que dél tenía, pues demás de auerlo socorrido a tan buen tiempo quando venía del Cuzco que no yendo se le desharía su campo, auía metido otras muchas prendas que prometían gran seguridad, pareciéndole que si Su Magestad embiasse alguna gente por la Gouernación de Benalcáçar, sería parte Pedro de Puelles para resistirles la entrada. 300
Gonçalo Piçarro siguió en esto el parecer del licenciado Caruajal, como lo hazía en todas las cosas de importancia, y entró a cauallo, lleuando sus capitanes delante de sí, a pie y con sus cauallo, lleuándole en medio el Arçobispo de Los Reyes y el Obispo del Cuzco y el Obispo de Quito y el Obispo de Bogotá, que auía venido por la vía de Cartajena a recebir la consagración al Perú (...) 301
Y con sola esta sospecha Gonçalo Piçarro escriuió a Pedro de Puelles, que estaua por él en Quito, y a todos los otros sus capitanes, apercibiéndoles que no se descuydassen y tuuiessen a punto su gente. 324
Y despacharon mensajeros con cartas y prouisiones para los Chachapoyas y a Guánuco y a Quito y a las entradas de Mercadillo y Porcel para que todos acudiessen al seruicio de Su Magestad. 325
Despachó a Martín Siluera para que fuesse a la villa de Plata a traer la gente y dineros que allí auía; embió a Antonio de Robles al Cuzco para traer la gente que allí tenía Alonso de Hinojosa, su teniente; escriuió a Lucas Martín, teniente de Arequipa, que luego viniesse con la gente de aquella villa; embió a mandar a Pedro de Puelles, teniente de Quito, que acudiesse con la gente de aquella prouincia; despachó para que los capitanes Mercadillo y Porcel, dexadas las entradas en que entendían, traxessen toda la gente a Lima, y lo mismo el capitán Sayauedra, que era teniente de Guamanga. 328
Llegando a Gonçalo Piçarro las nueuas de todo lo sucedido en el Cuzco, y el alçamiento de Centeno y muerte de Antonio de Robles, y viendo por algunas conjeturas que para ello tenía que la gente de Sant Miguel auía alçado vandera por Su Magestad y que los capitanes Mercadillo y Porcel se auían juntado con Diego de Mora en Caxamalca, por manera que no le quedaua sino solamente la gente que tenía en Los Reyes y la de Pedro de Puelles que estaua en Quito, de quien él tenía seguridad no le faltaría (...) 336
Y aquella misma noche al capitán Martín de Robles embió auisar a Diego Maldonado, regidor del Cuzco (llamado comúnmente el Rico), que Gonçalo Piçarro le quería matar y que assí lo auía consultado con sus capitanes, lo qual él tuuo por cierto, assí porque fue vno de los que se passaron a seruir al Visorey desde el Cuzco como porque después de perdonado sobre esto, yendo con Gonçalo Piçarro a Quito a la guerra del Visorey, le dio vn muy rezio tormento sobre sospecha que auía sido en escriuir vna carta que se echó a los pies de Gonçalo Piçarro, en que se le dezían muchas verdades de que a él le pesó. 343
Llegadas estas nueuas a la ciudad de Quito y sabido por Pedro de Puelles, que allí era Gouernador, la entrega del armada y lo demás que auía sucedido, se començó a poner recado, y Iuan Dolmos le embió al capitán Diego de Vrbina, persuadiéndole que se reduxesse al seruicio de Su Magestad. 351
Ya se ha contado arriba cómo el Presidente, no queriendo entrar en la ciudad de los Reyes, caminó por la sierra la vía del valle de Xauxa, lleuando consigo la gente que auía traydo de Tierra Firme y la que los capitanes Diego de Mora y Gómez de Aluarado y Iuan de Sauedra y Porcel y los demás tenían junta en Caxamalca y embiando a mandar al capitán Salazar, que estaua en Quito, que caminasse con la suya hasta se juntar con él, proueyendo demás desto que el capitán Lorenço de Aldana con la gente de su armada y la de la ciudad de los Reyes saliesse en su rastro. 363
Tenía consigo al Arçobispo de Los Reyes y a los Obispos del Cuzco y Quito y al prouincialde Santo Domingo, fray Thomas de Sant Martín, y al prouincialde la Orden de la Merced y a otros muchos religiosos, clérigos y frayles. 364

Quixos


Cita Número de página
Y después que passó vna población que se llamaua Ynga llegó a la tierra de los Quixos, que es la vltima que conquistó Guaynacaua azia la parte del Septentrión, donde los indios le salieron de guerra y en vna noche desaparecieron todos, que nunca más ninguno pudieron auer. 136

Quizquiz


Cita Número de página
Atabaliba vuo su consejo con dos capitanes de su padre, muy esforçados y cursados en la guerra, el vno llamado Quizquiz y el otro, Cilicuchima [sic: Chilicuchima], los quales le aconsejaron que no esperasse a que su hermano viniesse sobre él, sino que él fuesse primero, pues con el exército que tenía era parte para enseñorearse de todas las prouincias por do passasse y yr cada día acrecentándole, de manera que su hermano tuuiesse por bien de confederarse con él. 62
Después desto, auiendo el Gouernador repartido todo el oro y plata que vuo en Caxamalca, porque supo que vno de los capitanes de Atabaliba llamado Quizquiz andaua con cierta gente alborotando la tierra, partió contra él. 85
Y quando otro día pensaron que en la entrada de la ciudad tuuieran alguna resistencia, no hallaron hombre que se la defendiesse, y assí entraron pacíficamente, y de ay a veynte días tuuieron nueua cómo Quizquiz andaua con mucha gente de guerra robando y destruyendo vna prouincia llamada Condesuyo, y embió a lo estoruar el Gouernador el Gouernador al capitán Soto con cincuenta de cauallo. 86
Y Quizquiz no le aguardó, antes se fue la vía de Xauxa a dar sobre algunos españoles que allí supo auer quedado guardando su fardaje y haziendas y con la hazienda real, que tenía cargo el tesorero Alonso Riquelme. 86
Y así Quizquiz se passó adelante la vía de Quito, y tras el embió el Gouernador otra vez el capitán Soto con cierta gente de cauallo, y después embió en su socorro a sus hermanos, y todos siguieron a Quizquiz más de cien leguas y, no le podieron alcançar, se boluieron al Cuzco. 86
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
Y ya que llegauan a vna prouincia llamada Chaparra, vieron a desora sobre dos mil indios que venían dos o tres jornadas delante de Quizquiz con vn capitán que se llamaua Sotaurco, porque el Quizquiz tenía esta orden en su camino, que delante embiaua aquel capitán y gente, y a la parte yzquierda yuan otros tres mil indios recogiendo comida por los pueblos comarcanos, y en la retaguardia, dos jornadas de sí, traya otros tres o quatro mil indios, y él yua en medio con el cuerpo del exército y con el ganado y gente presa, de manera que ocupaua su campo quinze leguas de término, y más. 93
Y yendo Sotaurco a tomar vn passo por do pensó que los españoles vinieran, don Pedro de Aluarado llegó primero y le prendió y supo dél toda la orden del Quizquiz y dio una trasnochada con la gente de cauallo que le pudo seguir sobre él (…) y se detuuieron a herrarlos con lumbre, y todauía continuaron su camino a gran priessa porque alguna de la mucha gente que topauan no boluiesse a dar mandado al Quizquiz de su venida, y nunca pararon hasta que otro día tarde llegaron a vista del real de Quizquiz. 93
Y como él se vio cercado por todas partes se hizo fuerte con su gente en vnas ásperas peñas donde se defendió hasta la noche, que don Diego y don Pedro recogieron todos los españoles, y los indios con la oscuridad se salieron y fueron a buscar al Quizquiz, y hallaron después que los tres mil indios que yuan a la parte yzquierda auían descabeçado catorze españoles que tomaron por vn atajo, y assí procediendo por su camino toparon con la retaguardia de Quizquiz. 94
Y toda la ropa que los indios no pudieron subir a la sierra la quemaron aquella noche, quedando en el campo más de quinze mil ouejas y más de quatro mil indias y indios, que se vinieron a los españoles, de los que lleuaua presos el Quizquiz. 94
En este tiempo, llegando el Quizquiz cerca de Quito, vn capitán de Benalcáçar se debarató la gente que lleuaua en el auanguardia, por lo qual estuuo en grande aflición, sin saber qué se hazer porque sus capitanes le dezían que se diesse de paz a Benalcáçar, por lo qual él los amenazó de muerte y los mandó apercebir para boluer atrás. 94

repartimiento/repartimientos


Cita Número de página
La razón que para esto dan es que no ay soldado, por ruyn que sea, que no piense merecer por su seruicio que aquel a quien sirue, saliendo con la empresa, le dé el mejor repartimiento de la tierra, según son grandes las esperanças que la riqueza de la tierra haze concebir a los hombres. 293
Y después de auerse tratado de la forma que en el derramamiento deste exército se tenía, por ser materia tan peligrosa y que no sufría de dilatación, se acordó que el Presidente y el Arçobispo se saliessen del Cuzco a la prouincia de Apurima, que es doze leguas, a hazer el repartimiento, lleuando consigo sólo el secretario por poderlo hazer con más libertad y euitar las importunidades de la gente. 376
Y aun con todos estos cumplimientos que hizo le pareció al Presidente que sería más conueniente y menos peligroso yrse a la ciudad de los Reyes y que el Arçobispo boluiesse en su lugar al Cuzco a publicar el repartimiento y dar los dineros según la orden que para ello traya (...) 376-377
Y desde la nao hizo segundo repartimiento de todos los indios que auían vacado después que se auía hecho el primer repartimiento cerca del Cuzco, que eran muchos y muy señalados porque auían fallecido en este medio tiempo Diego Centeno y Gabriel de Rojas y el licenciado Caruajal y otras algunas personas principales y señaladas en la tierra, aunque por ser tantos los que pretendían ser proueydos y mejorados y que no se podía cumplir con todos le pareció no esperar a oyr las quexas de los que auían de tener por agrauiados; y assí, hechas las células de las encomiendas, las dexó selladas en poder del secretario de la Audiencia con orden que no las abriesse hasta que vuisse ocho días que él estuuiesse hecho a la vela. 381
Don Diego de Almagro se partió en descubrimiento de su conquista con quinientos y setenta hombres de pie y de cauallo bien adereçados, y algunos vezinos dexaron sus casas y repartimientos de indios y se fueron con él, con la gran suma de oro que en aquellas partes auía. 101
Ya diximos arriba cómo, después que Iuan de Herrada lleuó a Chili la prouisión que Su Magestad dio para que don Diego de Almagro fuesse Gouernador de don Francisco Piçarro, se determinó de boluer al Perú y apoderarse de la ciudad del Cuzco, para lo qual le dauan gran priessa los caualleros principales que con él andauan, especialmente Gómez de Aluarado, hermano del Adelantado don Pedro de Aluarado, y su tío Diego de Aluarado y Rodrigo Orgoños, los vnos con codicia de poseer los repartimientos de la tierra del Cuzco y los otros por ambición de quedar solos en la gouernación de Chili. 109
Estando el Marqués con todo su exército en los llanos de buelta de la sierra, halló entre su gente diuersos pareceres de lo que deuía hazer, y al fin se resumió en que Hernando Piçarro fuesse con el exército que tenía hecho por su teniente a la ciudad del Cuzco, lleuando por capitan general a Gonçalo Piçarro, su hermano, y que la yda fuesse con título y color de cumplir de justicia a muchos vezinos del Cuzco que con él andauan, que se le auían quexado que don Diego de Almagro les tenía por fuerça entradas y ocupadas sus casas y repartimientos de indios y otras haziendas que tenían en la ciudad del Cuzco. 125
Fue el Marqués tan confiado de sus criados y amigos que todos los despachos que hazía, assí de gouernación como de repartimientos de indios, libraua haziendo él dos señales, en medio de las quales Antonio Picado, su secretario, firmaua el nombre de Francisco Piçarro. 154
Y en cumplimiento dello, cerca de la prouincia de Guadachili, que es a veynte leguas de la ciudad de los Reyes, donde le fueron notificadas las prouisiones, él se desistió del cargo de Gouernador, aunque primero proueyó a algunas personas ciertos repartimientos de indios que estauan vacos, y parte dellos en su cabeça. 190
En este tiempo Gonçalo Piçarro, hermano del Marqués don Francisco Piçarro, estava (como es dicho) en sus repartimientos en la prouincia de los Charcas, con hasta diez o doze hombres, amigos suyos, y sabidas las nueuas de la venida del Visorey y la razón della y las ordenanças que venía a executar, de que ya auía tenido noticia, determinó que venirse al Cuzco, debaxo de ocasión de saber nueuas de Castilla y proueer en los despachos que embiaua Hernando Piçarro, su hermano. 192
Y assí, entendido esta por Su Magestad, me mandó venir a pacificar esta tierra con la reuocación en las Ordenanças de que para antes se auía suplicado y con poder de perdonar en lo sucedido y de ordenar y tomar el parecer de los pueblos en lo que más conuiniesse al seruicio de Dios y bien de la tierra y beneficio de los pobladores y vezinos della y para remediar y emplear los españoles a quien no se pudiessen dar repartimientos, embiándolos a nueuos descubrimientos, que es el verdadero remedio con que los que no tuuieron de comer en lo descubierto lo tengan en lo que se descubriere y ganen honra y riqueza, como lo hizieron los conquistadores de lo descubierto y conquistado. 309
En la forma que está dicho en el capítulo precedente-, se proponía otra muy gran dificultad y de mucha importancia para el sossiego de la tierra, que era derramar tanta gente de guerra como estaua junta porque no sucediessen otros inconuenientes como los passados, aunque para hazerlo era necessario mucha prudencia y tiento porque no auía ningún soldado por de baxa suerte que fuesse que no penssasse que le auían de dar vno de los mejores repartimientos que estauan vacos, y siendo el número de la gente más de dos mil y quinientos y los repartimientos ciento y cincuenta, estaua claro que no podía cumplir con ellos con todos los demandadores y que auían de quedar casi todos descontentos. 376

Reyno/Reynos


Cita Número de página
Guascar le respondió que se viniesse al Cuzco y le entregasse el exército, y que él le daría tierra donde se mantuuiesse muy honradamente, pero que a Quito no se le podía dar, por ser el fin de su Reyno y que de allí auía de hazer sus entradas contra los enemigos y tener gente como en frontera; y que si no venía, se yría sobre él y le ternía por enemigo. 62
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Y era tan sagaz Atabaliba que consideró que si a noticia del Gouernador venía esta demanda, que assí por tener su hermano justicia como por la abundancia de oro que prometía, a lo qual tenía ya entendido la afición y codicia que tenían los christianos, le quitarían a él el Reyno y le darían a su hermano y aun podría ser que le matassen por quitar de medio embaraços, tomando para ello ocasión de que contra razón auía prendido a su hermano y alçándose con el Reyno. 79
Por lo qual determinó de hazer matar a Guáscar, aunque le ponía temor para no lo hazer auer oydo muchas vezes a los christianos que vna de las leyes que principalmente se guardauan entre ellos era que el que mataua a otro auía de morir por ello, y assí acordó tentar el ánimo del Gouernador para ver que sentiría sobre el caso, lo qual hizo con mucha industria, que vn día fingió estar muy triste y llorando y solloçando, sin querer comer ni hablar con nadie, y aunque el Gouernador le importunó mucho sobre la causa de su tristeza, se hizo de rogar en dezirla, y en fin le vino a dezir que le auían traydo nueua que vn capitán suyo, viéndole a él preso, auía muerto a su hermano Guáscar, lo qual él auía sentido mucho porque le tenía por hermano mayor, y aun por padre, y que si le auía hecho prender, no auía sido con intención de hazerle ningún daño en su persona ni Reyno, saluo para que le dexasse en paz la prouincia de Quito, que su padre le auía mandado, después de auerla ganado y conquistado, y siendo cosa fuera de su señorío. 79-80
Por lo qual los indios, quando después vieron matar a Atabaliba (como se dirá en el capítulo siguiente), creyeron que Guáscar era hijo del Sol por auer profetizado verdaderamente la muerte de su hermano: y assimismo dico que quando su padre se despidió dél le dexó mandado que quando a aquella tierra viniesse vna gente blanca y barbada se hiziesse su amigo porque aquéllos auían de ser señores del Reyno, lo qual pudo muy bien saber por industria del demonio, pues antes que Guaynacaua muriesse ya el Gouernador andaua por la costa del Perú conquistando la tierra. 80
Y al tiempo que del Cuzco se partió, Mango Ynga (que como diximos tenía el Reyno del Perú y la borla dél) concertó con vn hermano suyo llamado Paulo y por otro indio llamado Villaoma, que era summo sacerdote entre los indios, que con mucha gente de la tierra yuan en compañía de don Diego, que quando más descuidado le viessen, diessen sobre él y matassen a él y a su gente porque en el Perú él tenía cargo de matar al Gouernador y a los que con el quedauan. 101
Otros le dezían que si él no aceptaua esta empresa no faltaría en el Reyno quien la aceptasse. 190
(…) y que le embiasse el Reyno sus procuradores, y juntamente con ellos él escriuiría a Su Magestad lo que conuiniesse, y que él confiaua que lo mandaría remediar, pero que él no podía tratar de suspender la execución, como lo auía començado, porque no traya poder para otra cosa. 195
Los oydores le respondieron que no auía más gouernación de quanto fuesse conforme a justicia y a las leyes del Reyno. 196
Por tanto, que él auía determinado, con parecer de aquella ciudad, de yr a la ciudad de los Reyes y suplicar en el Audiencia Real de las Ordenanças y embiar a Su Magestad procuradores en nombre de todo el Reyno, informándole de la verdad de lo que passaua y conuenía, y que tenía esperança que Su Magestad lo remediaría, y donde no, que después de auer hecho sus deligencias, obedecería pecho por tierra lo que Su Magestad mandasse (...) 201-202
Y assí viendo esto los oydores, mandaron por vn acuerdo a Agustín de Çárate, contador de cuentas de aquel Reyno, que juntamente con don Antonio de Ribera, vezino de aquella ciudad, fuesse a hazer esta notificación, y les dieron su carta de creencia. 223
Y sobre ello hizieron un acuerdo, mandando que se notificasse a don fray Ierónymo de Loaysa, Arçobispo de Los Reyes, y a don fray Iuan Solano, Arçobispo del Cuzco, y a son Garci Díaz, Obispo del Quito, y a fray Thomás de Sant Martín, prouincialde los dominicos, y a Agustín de Çárate y al tesorero, contador y veedor de Su Magestad que viessen esto que los procuradores del Reyno pedían. 225
Y no contento con esto, tomando todo el oro y plata que auía hallado en las Caxas de Su Magestad, echando tributos excessiuos por el Reyno, hasta en cantidad de ciento y cincuenta mil ducados, repartiéndolos y cobrándolos de los vezinos y moradores. 248
Y no contando con esto, auer hecho segunda vez gente contra Su Magestad en la ciudad de los Reyes y ydo contra el Visorey y alborotado el Reyno por diuersas vías. 248
(…) al tiempo que llegó a la ciudad de los Reyes, halló que el Audiencia auía prendido al Visorey y desterrándole del Reyno, el qual Gonçalo Piçarro como Gouernador tenía, y que si auía ydo contra el Visorey, auía sido por requerimientos y prouisión de la Audiencia Real. 250-251
Lo qual sabido por los contrarios, acordaron entre sí que no era bien auenturar el negocio porque a no tener buen sucesso la jornada se cobraría grande ánimo en el Reyno, y era bien que Su Magestad tuuiesse en la tierra gente presta para qualquiera cosa que sucediesse, y con este recaudo se retraxeron poco a poco, poniendo gran diligencia de lleuar consigo gran cantidad de carneros cargados de comida y los caciques principales de la prouincia. 252-253
Sabida por Gonçalo Piçarro la alteración de la prouincia de los Charcas y el leuantamiento de Diego Centeno, le pareció que no deuía diferir el remedio ni dexar cobrar más fuerças al enemigo, porque no le faltaua otra cosa sino deshazer a Diego Centeno para quedar de todo punto señor en el Reyno pacíficamente (...) 258
(…) se auía resumido en que se castigassen los principales, sin hazer cuenta de los demás y aun de aquéllos le auía parecido dissimular con algunos por causas que a ello le mouían, y auía escogido los que allí estauan presentes, como a cabeças en quien hazer el castigo para dar exemplo a los demás de todo el Reyno, y assí les mandó que se confessassen porque todos auían de morir luego. 258-259
Y intitulado su campo el felicíssimo exército de la libertad contra el tirano Diego Centeno y despachando mensajeros para el Cuzco por la sierra, él se fue por los llanos la vía de Arequipa y allí sacó mucho dinero y recibió cartas así del cabildo del Cuzco como del capitán Alonso de Toro, por las quales le pedían con gran instancia que fuesse personalmente allá porque no era razón que, siendo la ciudad del Cuzco cabeça del Reyno, saliesse el exército de otra parte, sino de allí, prometiéndole de ayudar con mucha gente y armas y cauallos y yr con él muchas personas principales, poniéndole también delante que él era vezino de aquella ciudad y que era justo que le diesse aquella preeminencia. 261
Y allende desto el Visorey embió sus despachos al Nueuo Reyno de Granada, al mesmo tenor que los de Iuan de Cabrera, y otros a la prouincia de Cartajena, pidiendo de todas partes socorro, y assí cada día se le yua juntando gente. 279
Aviendo Lope de Mendoça escapado del maestre de campo y de los que por su mandado fueron en su alcance, caminó con cinco o seyz vezinos de la villa de Plata, que el vno se llamaua Alonso de Camargo y el otro Luys Pardomo, por la costa arriba algún trecho hasta que, pareciéndoles que todo el Reyno estaua pacíficamente por Gonçalo Piçarro y que no auía en él lugar seguro para ellos, determinaron meterse la tierra adentro en la Gouernación de Diego de Rojas. 292
Yendo Caruajal por sus jornadas desde Arequipa a la villa de Plata (como hemos contado) con determinación de residir allí, porque ya auía sabido el suceso de la muerte del Visorey, que Gonçalo Piçarro se lo auía escrito, y cómo no tenía ya contradición en todo el Reyno. 294
(…) y, hallando más de cincuenta mil castellanos, se fue con todo ello y con su gente a la villa de Plata con determinación de residir allí algún tiempo, y puso los alcaldes y regidores de su mano y despachó mensajeros a todo el Reyno, dando noticia de su buen sucesso, y quedó entendiendo con gran diligencia en juntar dineros de todas partes, so color de embiar socorros a Gonçalo Piçarro, aunque la mayor parte dexaua para sí. 297
(…) otros que le traxessen al Perú porque, venido, sería fácil cosa hazerle conceder todo lo que ellos quisiessen, y que cuando esto no vuiesse lugar le podrían entretener largo tiempo con dezir que querían juntar todas las ciudades del Reyno en Los Reyes y llamar allí los procuradores de todas partes para que tratassen de recibirle, y que por auer tanta distancia de vnos lugares a otros se podía dilatar esta junta más de dos años (...) 316
Y ante todas cosas se resumió entre ellos que se embiassen procuradores a Su Magestad para negociar las cosas de aquel Reyno y darle cuenta de las cosas nueuamente sucedidas, especialmente para justificar el rompimiento y muerte del Visorey, echándole siempre la culpa por auer sido agresor y venídolos a buscar, y también para suplicar a Su Magestad proueyesse a Gonçalo Piçarro por Gouernador de aquella prouincia (...) 316
Y en començando a tratar con algunos criados del Visorey, no se sabe por qué vía se descubrió, de forma que Gonçalo Piçarro le prendió, y auiéndose hecho contra él processo, le hizo degollar públicamente, diziendo el pregón por traydor del Rey. Causó esta muerte grande y general lástima en todo el Reyno por ser Vela Núñez muy virtuoso cauallero y bienquisto de todos. 318
Pues viendo Gonçalo Piçarro que sus negocios se empeorauan cada día y que no le quedaua ya más fuerça de la que tenía en Los Reyes con no tener pocos días antes contradición en todo el Reyno y que si venían a noticia de su gente que le quedaua las prouisiones y el perdón y reuocación de Ordenanças que traya el Presidente. 337
(…) y que no contento con todo aquello, le entraua en su jurisdición y le hazía guerra y echaua por el Reyno cartas perjudiciales, como era notorio. 337
(…) proueyó por medio de los indios de Xauxa, que son del mismo Lorenço de Aldana, como se echassen en el real de Iuan de Acosta cartas para muchas personas y traslados del perdón, por manera que en todo el Reyno se tuuiesse noticia de la clemencia de que Su Magestad vsaua en aquel Reyno. 346
Y assí llegó Arequipa con solos cien hombres de trecientos que auía sacado de Los Reyes y halló allí a Gonçalo Piçarro con trecientos y cincuenta, con auer tenido pocos días antes en la ciudad de Los Reyes -sin otros muchos que tenía derramados por el Reyno con diuersos capitanes- mil y quinientos hombres. 349
(…) y teniendo intento de no entrar en la ciudad de los Reyes hasta dar fin en su jornada, determinó que toda la gente del Reyno que estaua por Su Magestad se fuesse a juntar con él al valle de Xauxa, que era sitio conueniente para desde él esperar y acometer a los enemigos, y donde auía abundancia de comida. 355
Y assí llegó Orellana a Castilla, donde dio noticia a Su Magestad deste descubrimiento, echando fama que se auía hecho a su costa e industria y que auía en él vna tierra muy rica, donde biuían aquellas mugeres, que comúnmente llamaron en todos estos Reynos la conquista de las amazonas, y pidió a Su Magestad la Gouernación y conquista della, la qual le fue dada. 141
Viendo el Presidente que los negocios del Perú estauan tan llanos y assentados como hemos contado y que los soldados y gente de guerra estauan derramados, auiéndose embiado los más a la prouincia de Chili y a la de Diego de Rojas y a otros descubrimientos y entradas debaxo de sus capitanes, y los demás que quedaron en el Perú se auían aplicado a ganar de comer cada vno en el oficio que sabía y otros tratando en el negocio de las minas, y considerando assimismo que la Audiencia Real y los Gouernadores por ella nombrados hazían justicia sin impedimento ni embaraço alguno, determinó venirse a estos Reynos, vsando de la licencia que de Su Magestad auía lleuado para que cada y quando que le pareciesse se pudiesse venir. 381
Y assí començó a nauegar por el mes de deziembre de mil y quinientos y quarenta y nueue años, trayendo consigo al prouincialde la Orden de Santo Domingo y a Hierónymo de Aliaga, que fueron nombrados por procuradores de la prouincia para negociar con Su Magestad las cosas della, y assimismo vinieron en su acompañamiento otros muchos caualleros y personas principales que venían a residir de assiento en estos Reynos con sus haziendas. 382
Pacificando este alboroto el Presidente, se embarcó, poniendo en orden y a punto de guerra los nauíos en que traya la hazienda de Su Magestad, y llegó en saluamiento a estos Reynos, sin que le aconteciesse desgracia ninguna, sino fue que vn nauío que traya a cargo Iuan Gómez de Añaya con cierta parte de la hazienda de Su Magestad se apartó de la compañía y arribó al puerto del Nombre de Dios, aunque después llegó en saluamiento a estos Reynos. 388

rinri


Cita Número de página
Estos señores mantenían en paz sus indios y eran sus capitanes en las guerras que tenían con sus comarcanos, sin tener señor general de toda la tierra hasta que de la parte del Collao, por vna gran laguna que allí ay, llamada Titicaca, que tiene ochenta leguas de bojo, vino vna gente muy belicosa, que llaman yngas, los quales andan trasquilados, y las orejas horadadas, y metidos en los agujeros vn pedaço de oro redondo, con que los van ensanchando; estos tales se llaman ringrim [sic: rinri] , que quiere dezir oreja. 55

Rumiñagüi


Cita Número de página
Atabaliba tardó gran parte del día en ordenar a su gente, y señalando lugar por donde cada capitán auía de entrar, y mandó que por cierta parte secreta azia la parte por donde auían entrado los christianos se pussiese vn capitán suyo llamado Rumiñagüi con cinco mil indios para que guardasse las espaldas a los españoles y matasse a todos los que boluiessen huyendo. 74
Y como Rumiñagüi oyó el sonido de la artillería y vio que vn christiano despeñó de vna atalaya abaxo al indio que le auía de hazer la seña para que acudiesse, entendió que los españoles auían vencido y se fue con toda su gente huyendo y no paró hasta la prouincia de Quito, que es más de dozientas y cincuenta leguas de allí, como adelante se dirá. 76
Atabaliba le respondió que auía sido juyzio de Dios que le prendiessen, por tenerlos él en tan poco, y que la principal causa de la prisión y vencimiento auía sido huyr su capitán Rumiñagüi con los cinco mil hombres con que auía de acudir al tiempo de la necessidad. 81
Aquel capitán de Atabaliba llamado Rumiñagüi, que arriba diximos que huyó de Caxamalca con cinco mil indios, en llegando a la prouincia de Quito, tomó en poder los hijos de Atabaliba y se apoderó en la tierra, haziéndose obedecer por señor della, y después Atabaliba, poco antes que muriesse, embió a su hermano Yllescas a la prouincia de Quito para traer a sus hijos, y el Rumiñagüi le mató y no se los quiso dar (...) 85
(…) y después desto algunos capitanes de Atabaliba, conforme a lo que él dexó mandado, lleuaron su cuerpo a la prouincia de Quito a enterrar con su padre Guaynacaua, los quales Rumiñagüi recibió muy honrada y amorosamente y hizo enterrar el cuerpo con gran solemnidad, según la costumbre de la tierra, y después hizo hazer vna borrachera, en la qual estando borrachos los capitanes que auían traydo el cuerpo los mató a todos, y entre ellos aquel Yllescas, hermano de Atabaliba, al qual hizo desollar biuo, y del cuero hizo vn atambor, quedando la cabeça colgada en el mismo atambor. 85
(…) y después de la prisión de Atabaliba embió por su teniente desde Caxamalca a San Miguel al capitán Benalcáçar con diez de cauallo, al qual por este tiempo se le vinieron a quexar los indios cañares que Rumiñagüi y los otros indios de Quito les dauan continua guerra, lo qual fue a coyuntura que de Panamá y de Nicaragua auía venido mucha gente (...) 87
Y quando Rumiñagüi supo la venida de Benalcáçar salió a defender la entrada y peleó con él en muchos passos peligrosos con más de doze mil indios, y tenía hechos sus fossados (…) 87
Pero con ninguno destos ardides pudieron engañar a Benalcáçar, y les fue ganando toda la tierra hasta la principal ciudad de Quito, donde supo que vn día dixo Rumiñagüi a todas sus mugeres, de que tenía en gran número: 'Agora auréys plazer, que vienen los christianos, con quién podréys holgar'. 88
Y llegado don Diego a San Miguel, sin hallar nueua cierta de lo que buscaua, sabido que Benalcáçar estaua sobre Quito y la resistencia que Rumiñagüi le hazía, determinó yrle ayudar. 88

señor/señores


Cita Número de página
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31
La ciudad del Cuzco antes de los christianos era el assiento y Corte de los reyes de aquella prouincia y desde ella se gouernaua tanta distancia de tierra como está declarado y se declarará, y allí acudían los caciques de todas partes, assí a traer los tributos del Señor como a tratar sus negocios y a pedir su justicia vnos contra otros, y en toda la prouincia no auía otro lugar poblado de indios ni que tuuiesse forma de ciudad sino ésta, donde ay vna muy buena fortaleza labrada de piedras quadradas tan grandes que causa admiración auerse podido traer allí a fuerça de indios, sin ayuda de bueyes ni mulas ni otros animales, porque ay muchas piedras que no la mouerán diez pares de bueyes cada vna dellas. 48
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Eran señores de muchas balsas [pobladores de la ysla de Puná], con que nauegauan… 37
…tenían muchas lanças con hierros de oro baxo, y hombres y mugeres trayan muchas joyas y anillos de oro; seruíanse con vasijas de oro y plata, y el señor de aquella ysla era muy temido de sus vassallos y tan zeloso que todos los seruidores de su casa y guardas de sus mugeres trayan cortadas las narizes y miembros genitales. 37
Fontero desta ysla y en la tierra firme auía vnos pueblos que, por cierto enojo que hizieron al Señor del Perú, les dio por pena que se sacassen los dientes de la mexilla alta, y assí hasta el día de oy hombres y mugeres andan destentados (sic). 37
…y los caciques y los señores no emprenden cosa sin que primero la consulten con los sacerdotes, y los sacerdotes con los ídolos, o con el demonio-por mejor dezir-, y hallaron los españoles en aquellos templos o casas del Sol muchos tinajones llenos de niños secos que auían sacrificado. 52
En todas las prouincias del Perú auía señores principales que llamauan en su lengua curacas, que es lo mesmo que en las Islas solían llamar caciques, porque los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas generales y más comunes yuan amostrados de los nombres en que las llamauan de las yslas de Santo Domingo y Sant Iuan y Cuba, y en Tierra Firme, donde auían biuido, y ellos no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombráuanlas con los vocablos que de las tales cosas trayan aprendidos... 55
Estos señores mantenían en paz sus indios y eran sus capitanes en las guerras que tenían con sus comarcanos, sin tener señor general de toda la tierra hasta que de la parte del Collao, por vna gran laguna que allí ay, llamada Titicaca, que tiene ochenta leguas de bojo, vino vna gente muy belicosa, que llaman yngas, los quales andan trasquilados, y las orejas horadadas, y metidos en los agujeros vn pedaço de oro redondo, con que los van ensanchando; estos tales se llaman ringrim [sic: rinri] , que quiere dezir oreja. 55
…y al principal dellos llamaron Çapalla Ynga, que es 'solo señor', aunque algunos quieren dezir que le llamaron Ynga Viracocha, que es tanto como espuma o grassa de la mar, porque, como no sabían el origen de la tierra donde vino, creyan que se auía criado de aquella laguna... 55
El Rey andaua siempre en vna litera de planchas de oro; traya más de mil señores principales para sólo lleuarlo en los ombros, y estos eran de su Consejo y los más priuados. 58
Tenían gran subjeción al Señor, tanto que ninguno, por principal que fuesse, le entraua hablar, sino descalço y lleuando a cuestas vna Manta, embuelta en ella alguna cosa que presentaua al Señor en reconocimiento, lo qual se guardaua tan estrechamente que si cien vezes al día le yuan a hablar, tantas auía de ser con nueuo seruicio. 58-59
Tenían por muy gran desacato mirar al rostro del Señor, y si quando leuauan la litera alguno tropeçaua de forma que cayesse, le cortauan luego la cabeça. 59
Y porque vn [sic: señor] que auía en los llanos que se llamó Chimo Cappa, que tenía más de cien leguas de tierra, se le rebeló, fue sobre él y le venció y mató, y mandó que en pena del delicto ningún indio de los llanos traxesse armas, lo qual guardan hasta el día de oy, caso que el sucessor deste rebelado le dexó en que biuiesse la prouincia de Chimo, donde agora es Truxillo. 59
Y en Quito tomó nueua muger, hija del señor de la tierra, y della vuo vn hijo que se llamó Atabaliba, a quien él quiso mucho; y dexándole debaxo de tutores en Quito, tornó a visitar la tierra del Cuzco, y en esta buelta le hizieron el camino tan trabajoso de la Sierra, de que está hecha relación. 61
Y Guáscar, con temor de la muerte y con que le dixeron que su hermano no quería dél otra cosa, sino que le dexasse en la tierra de Quito, reconociéndole por señor, mandó a su gente que no passase de allí, sino que luego se boluiessen al Cuzco, y ellos lo hizieron. 63
Y más que veynte días el Gouernador estuuo en Túmbez haziendo mensajeros al señor de aquella tierra, y jamás a las pazes quiso venir y continuo hazía mucho daño en la gente seruil del real quando por comida yuan, sin que los españoles le pudiessen ofender porque estauan de la otra parte del río [...] 70-71
[...] y haziendo quanto pudieron en él, hizieron en todos aquellos quinze días cruda guerra a fuego y a sangre por los tres españoles que sacrificaron, hasta que el principal señor de Túmbez vino a las pazes con algún presente de oro y plata. 71
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74
Dizen los indios que quando Guáscar se vido matar dixo: ´Yo he sido poco tiempo señor de la tierra y menos lo será el traydor de mi hermano, por cuyo mandado muero, siendo yo su natural señor'. 80
(…) y dixo al Gouernador y a los principales señores: 'No sé por qué me tenéys por hombre de tan poco juyzio que penséys que os quiero hazer trayción, pues si creéys que esta gente, que dezís que está junta, viene por mi mandado y permissión, no ay razón para ello, pues estoy en vuestro poder atado con cadenas de hierro, y en assomando la tal gente o sabiendo que viene, me podéys cortar la cabeça.' 84
Aquel capitán de Atabaliba llamado Rumiñagüi, que arriba diximos que huyó de Caxamalca con cinco mil indios, en llegando a la prouincia de Quito, tomó en poder los hijos de Atabaliba y se apoderó en la tierra, haziéndose obedecer por señor della, y después Atabaliba, poco antes que muriesse, embió a su hermano Yllescas a la prouincia de Quito para traer a sus hijos, y el Rumiñagüi le mató y no se los quiso dar (...) 85
Y delante de Chili, en treynta y ocho grados de la línea, ay dos grandes señores que traen guerra el vno contra el otro, y cada vno saca en campo dozientos mil hombres de guerra. 105
Y en este tiempo Mango Ynga, Señor del Perú, estaua preso en la fortaleza del Cuzco por los conciertos que arriba tenemos dicho que hizo con Paulo Ynga, y con Villaoma, su hermano, de matar los christianos. 107
Pves dexando Gonçalo Piçarro en esta tierra de Çumaco la mayor parte de la gente, se adelantó con los que más sanos y rezios estauan, descubriendo el camino según los indios le guiauan, y algunas vezes, por los echar de sus tierras, les dauan noticias fingidas de lo de adelante, engañándolos, como lo hizieron los de Çumaco, que le dixeron que más adelante estaua vna tierra de gran población y comida, lo qual halló ser falso porque era tierra mal poblada y tan estéril que ninguna parte della se podía sustentar, hasta que llegó a aquellos pueblos de la coca, que era junto a vn gran río, donde paró mes y medio, aguardando la gente que en Çumaco auía dexado, porque en esta tierra les vino de paz el señor della. 138
Y fueron tantos los indios yanaconas que allí fueron a labrar que en breue tiempo se pobló aquel assiento de más de siete mil indios yanaconas, los quales entendieron tan bien el negocio que por concierto dauan a sus señores dos marcos de plata, cada vno en cada semana, con tanta facilidad que era mucho más lo que retenían para sí que lo que dauan. 298
Pues andando vn día conquistando vna prouincia llamada Liribamba, passó vn caudaloso río della por vn vado harto peligros, porque los indios le auían quemado las puentes, y a la otra parte del río halló gran copia de los que le esperauan de guerra, y él los venció con harta dificultad porque también peleauan las mugeres, tirando muy diestramente con hondas, y fue preso el señor principal dellos, el qual le dio nueua cómo don Pedro de Aluarado andaua ya corriendo la tierra y estaua quinze leguas de allí sobre vn peñol donde se auía hecho fuerte vn capitán indio llamado Çopaçopagui. 91
Y a esta causa los tiempos passados todos los señores tenían grandes depósitos y casas de maíz para quando esta seca viniesse, y quando eclipsa el Sol o la Luna dan grandes alaridos los indios de miedo, pensando que aquel día es llegado, que el mundo se quiere perder, porque dizen que el Sol y la Luna se ha de escurecer, assí como lo hazen cuando se eclipsan. 51

Sotaurco


Cita Número de página
Y ya que llegauan a vna prouincia llamada Chaparra, vieron a desora sobre dos mil indios que venían dos o tres jornadas delante de Quizquiz con vn capitán que se llamaua Sotaurco, porque el Quizquiz tenía esta orden en su camino, que delante embiaua aquel capitán y gente, y a la parte yzquierda yuan otros tres mil indios recogiendo comida por los pueblos comarcanos, y en la retaguardia, dos jornadas de sí, traya otros tres o quatro mil indios, y él yua en medio con el cuerpo del exército y con el ganado y gente presa, de manera que ocupaua su campo quinze leguas de término, y más. 93
Y yendo Sotaurco a tomar vn passo por do pensó que los españoles vinieran, don Pedro de Aluarado llegó primero y le prendió y supo dél toda la orden del Quizquiz y dio una trasnochada con la gente de cauallo que le pudo seguir sobre él (…) y se detuuieron a herrarlos con lumbre, y todauía continuaron su camino a gran priessa porque alguna de la mucha gente que topauan no boluiesse a dar mandado al Quizquiz de su venida, y nunca pararon hasta que otro día tarde llegaron a vista del real de Quizquiz. 93

tallanes


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39

tambo/tambos


Cita Número de página
Y estando haziendo la gente de Guáscar grandes fiestas y borracherías por la vitoria, Atabaliba, con vna barra de cobre que vna muger le dio, rompió vna gruessa pared del tambo de Tumibamba y se fue huyendo a Quito, que es veynte y cinco leguas de allí, y tornó a juntar su gente, y, haziéndoles entender que su padre le auía conuertido en culebra y héchole salir por vn pequeño agujero y le auía prometido la vitoria si tornassen a pelear, los animó tanto que boluió sobre sus enemigos y peleó con ellos y los venció y desbarató, auiendo muerto mucha gente de ambas partes en estas dos batallas, tanto que hasta oy duran los corrales y montones que allí están llenos de huessos de hombres. 62-63
A lo qual respondió Atabaliba que él sería contento de su amistad conque boluiesse a los indios todo el oro y plata que en su tierra auía tomado y se fuesse luego della, y que para dar orden en esto, otro día se yría a ver con el Gouernador al tambo de Caxamalca. 72-73
El venía en vna litera sobre ombros de señores, y delante dél trecientos indios, vestidos de vna librea, quitando todas las piedras y embaraços del camino, hasta las pajas, y todos los otros caciques y señores venían tras él en andas y hamacas, teniendo en tan poco los christianos que los pensauan tomar a manos, porque vn Gouernador indio auía embiado a dezir a Atabaliba cómo eran los españoles muy pocos y tan torpes y para poco que no sabían andar a pie sin cansarse, y por esso andauan en vnas ouejas grandes que ellos llamauan cauallos, y assí entró en vn cercado que está delante del tambo de Caxamalca. 74
[Guáscar] les contó la diferencia que auía entre él y su hermano y cómo no solamente le quería quitar el Reyno que por derecha sucessión le pertenecía como al hijo mayor de Guaynacaua, pero que para este efeto le traya preso y le quería matar, y que les rogaua que se boluiessen al Marqués y de su parte le contasen el agrauio que le hazían y le suplicassen que, pues ambos estauan en su poder y por esta razón él era el señor de la tierra, hiziesse entre ellos justicia, adjudicando el Reyno a quien perteneciesse, pues dezían que éste era su principal intento y que si el Marqués lo hazía, no solamente cumpliría lo que su hermano se auía proferido de dar en el tambo o portal de Caxamalca -vn estado de hombre lleno de vasijas de oro-, pero que le hinchiría todo el tambo hasta la techumbre, que era tres tantos más, y que se informassen y supiessen si él podía hazer muy más fácilmente aquello que su hermano; lo otro, porque para cumplir Atabaliba lo que auía prometido le era forçoso deshazer la casa del sol del Cuzco, que estaua toda labrada de tablones de oro y plata ygualmente, por no tener otra parte donde auerlo, y él tenía en su poder todos los tesoros y joyas de su padre, con que fácilmente podía cumplir mucho más que aquello (...) 78-79
Y fue que llegado el Visorey al tambo de Guaura, donde hemos dicho que estuuo en la determinación de su recibimiento, halló escripto en la pared del tambo vn mote, cuya sentencia era: 'A quien me viniere a echar de mi casa y hazienda, procuraré de echarle del mundo'. 195
Leydo por el Visorey, dissimuló por entonces, persuadiéndose que lo auía escripto o hecho escreuir Antonio de Solar, vezino de Medina del Campo, cuya era aquella prouincia de Guaura, porque conoció no tenerle buena voluntad en que quando allí llegó, halló despoblado el tambo, sin que uuiesse christiano ni indio en el, y tuuo por cierto que Antonio de solar lo auía ordenado assí. 196
El Visorey les respondió que él le auía mandado prender y aun le auía querido ahorcar assí por aquel mote que estaua en su tambo como por ciertos desacatos que en su mesma persona le auía dicho, de lo qual no auía auido testigos, y que él por vía de gouernación, como Visorey, le podía prender y aun matar sin que fuese obligado a darles a ellos cuenta por qué lo hazía. 196
(…) y continuaron su camino con tanta priessa hasta que a menos de quarenta leguas de la ciudad de los Reyes alcançaron a Loaysa y a Cauallos y los hallaron durmiendo en vn tambo y, tomándoles las prouisiones y despachos que lleuauan, los embiaron a Gonçalo Piçarro con vn soldado que fue a la mayor priessa que pudo por ciertos atajos, quedando los mensajeros con Pedro Martín y sus compañeros que los lleuauan presos y a buen recaudo, continuando también su camino en demanda del campo de Gonçalo Piçarro. 208
Estos aposentos se llaman tambos, donde los indios en cuya jurisdicción cayan tenían hecha prouisión y depósito de todas las cosas que él se auía menester para proueymiento de su exército, no solamente de mantenimiento, mas aun de armas y vestidos y todas las otras cosas necessarias, tanto que si en cada vno destos tambos querría renouar de armas o vestidos a veynte o treynta mil hombres en su campo, lo podía hazer sin salir de su casa. 58
El capitán Caruajal assentó su campo en el mesmo tanbo [sic: tambo] de Paria, vna legua del enemigo, y Diego Centeno el día siguiente embió quinze arcabuzeros en muy buenos cauallos para que representassen la batalla, los quales corrieron hasta llegar vn tiro de piedra de Caruajal, y allí se hablaron los vnos a los otros y los corredores les dixeron que Diego Centeno estaua presto de darles la batalla en nombre de Su Magestad y que si el capitán Caruajal se quería reduzir a su real seruicio, todos estarían al suyo, y que mirasse el mal título que traya. 289

Tangarara


Cita Número de página
El Gouernador embió a Hernando Piçarro a Túmbez para que traxesse toda la gente que allí auía quedado, y después que boluió por ella, pobló la ciudad de Sant Miguel en vn pueblo de indios llamado Tangarara, en la ribera del río de la Chira, cerca de la mar porque los nauíos que viniessen de Panamá hallassen puerto seguro, porque ya algunos auían venido. 71
Ya diximos arriba cómo altiempo que el Gouernador entró en el Perú pobló la ciudad de San Miguel en la prouincia de Tangarara, junto al puerto de Túmbez, porque los que viniessen de España tuuiessen el puerto seguro para desembarcar y porque le pareció que auían quedado pocos cauallos (...) 87

tiburones


Cita Número de página
También ay en los templos figuras de grandes sierpes [sic: serpientes] que adoran, y, demás de los generales, tenía cada vno otros particulares, según su trato y oficio, en que adorauan: los pescadores, en figuras de tiburones, y los caçadores, según la caça [que] exercitauan, y assí todos los demás. 33
Manteníanse de las mesmas viandas de los indios, especialmente pescado, porque eran grandes pescadores, a lo qual yuan en balsas, cada vno en la suya, porque no podía lleuar más, con nauegar tres cauallos en vna balsa; apeauan la mar en dos braças y media: holgauan mucho de topar tiburones o bufeos o otros peces muy grandes porque tenían más que comer; comía cada vno más de trynta indios ... 35

Tiço/Tiço Yopangui


Cita Número de página
Y como Hernando Piçarro llegó adonde Gonçalo Piçarro estaua, halló que los indios eran ya desbaratados, y anduuieron algunos días conquistando aquella tierra, donde vuieron muchos recuentros con los indios, hasta que prendieron a Tiço, capitán dellos. 129
El caudillo destos indios era vn señor llamado Tiço Yopangui y con aquel hermano del Ynga, que el Marqués embió con Gaete. 113
Con las vitorias que Alonso de Aluarado vuo de los indios yendo camino del Cuzco, assí en Pachacama como en Lumichaca (según arriba está dicho), el Ynga y Tiço Yopangui tuuieron por bien de alçar el real de sobre la ciudad de los Reyes. 117

Titicaca


Cita Número de página
Estos señores mantenían en paz sus indios y eran sus capitanes en las guerras que tenían con sus comarcanos, sin tener señor general de toda la tierra hasta que de la parte del Collao, por vna gran laguna que allí ay, llamada Titicaca, que tiene ochenta leguas de bojo, vino vna gente muy belicosa, que llaman yngas, los quales andan trasquilados, y las orejas horadadas, y metidos en los agujeros vn pedaço de oro redondo, con que los van ensanchando; estos tales se llaman ringrim [sic: rinri] , que quiere dezir oreja. 55
Ya se dixo arriba cómo llegando Gonçalo Piçarro a la villa de Arequipa la halló despoblada porque toda la gente della se fue a juntar con el capitán Diego Centeno después de la vltima entrada que hizo en el Cuzco, y allí procuró Gonçalo Piçarro de saber nueuas de todo lo que passaua y supo cómo Diego Centeno estaua en el Collao cerca de la laguna de Titicaca y se auía confederado y juntado con Alonso de Mendoça, por manera que con toda la gente del Cuzco y de los Charcas y Arequipa le estauan guardando el passo con cerca de mil hombres (...) 357

topos


Cita Número de página
…las mugeres visten vnos hábitos sin mangas, muy faxadas con vnas cintas de lana por todo el cuerpo, con que se hazen los talles largos; traen cobijadas vnas mantellinas de lana prendidas al cuello con vnos grandes alfileres de oro o plata, como cada vna alcança, los quales en su lengua se llaman topos, que tienen las cabeças grandes y llanas y tan agudas que les siruen de cuchillos; ayudan mucho a sus maridos en las labores y trabajos del campo y en los caseros, y aun casi lo hazen ellas todo. 44

Túmbez


Cita Número de página
Y, no osando passar adelante por la poca gente que tenía, a la buelta, en el río que llaman Puechos o de la Chira, tomó cierto ganado de las ouejas de la tierra y algunos indios que siruieron de lenguas, y, boluiendo a la mar, hizo saltar en el puerto de Túmbez, de donde se traxo noticia de vna casa muy principal que el Señor del Perú allí tenía con vna población de indios ricos, que era vna de las cosas señaladas del Perú hasta que los indios de la ysla de la Puná lo destruyeron, como adelante se dirá ... 30-31
Solía estar poblada con mucha gente, y tenían guerras con todos los pueblos comarcanos, especialmente con los de Túmbez, que están doze leguas de allí, vestían camisas y pañisos. 37
En passando de Túmbez azia el Mediodía, en espacio de quinientas leguas por luengo de costa, ni en diez leguas la tierra adentro, no llueue ni atruena ni caye rayo, caso que passadas las diez leguas o más o menos, como la sierra dista de la mar, llueue y atruena y ay inuierno y verano a los tiempos y de la manera que en Castilla. 37
Desde el río de Túmbez arriba no se hallan lagartos; algunos dizen que lo causa ser la tierra más templada, porque ellos son amigos de calor, pero por más cierto se tiene causarlo la furia con que corren los ríos, que no los dexauan criar, porque ellos ordinariamente crían en las rebalsas de los ríos. 40
Y, ydo a Túmbez, quiso conquistar por mar la ysla de Puná, que arriba está dicha, mas el cacique salió con muchas balsas y se le defendió, y porque a Atabaliba pareció que aquella conquista más espacio y supo que su hermano Guáscar venía sobre él con su exército, continuó su camino azia el Cuzco, y, quedándose él en Caxamalca, embió delante sus capitanes con hasta tres o quatro mil hombres, que fuessen descubrir el campo a la ligera. 63
Pacificada la prouincia de Puerto Viejo, el Gouernador con su gente caminó al puerto de Túmbez, y de allí determinó passar en balsas que para ello hizo a la ysla de Puná, que (como arriba hemos dicho) está frontero de aquel puerto, y passó los cauallos y la gente aquel braço de mar con gran peligro porque los indios tenían concertado otro sí de cortar las cuerdas de las balsas y anegar los christianos que en ellas lleuauan. 69
Y después desto llegó el capitán Hernando de Soto con más gente de pie y de cauallo que de Nicaragua traya, y a causa de que todos los indios de aquella ysla andauan en muchas balsas por entre los anegados manglares [y] no se les podía hazer la guerra, el Gouernador acordó passar en Túmbez, después que hizo repartimiento del oro que allí le dieron y a causa que adolecía la gente en aquella ysla, que es muy enferma porque está cerca de la línea equinocial. 69
En esta ysla de la Puná (que hemos dicho) auía más de seycientos indios y mugeres de Túmbez catiuos con vn principal de Túmbez, que catiuo también estaua, y a todos los libertó el Gouernador Piçarro y les dio balsas para que se fuessen a sus tierras [...] 70
[...] Y al tiempo que él se embarcó en los nauíos para passar a Túmbez, embió con vnos indios de aquellos de Túmbez tres christianos en vna balsa, que primero a Túmbez llegó que los nauíos, y en llegando sacrificaron aquellos tres españoles a sus ydolos en pago del beneficio que del Gouernador Piçarro auían recibido en los sacar de catiuos, y lo mismo hizieran al capitán Hernando de Soto, que en otra balsa yua con indios de aquella tierra con vn solo criado suyo, entrando ya por el río de Túmbez arriba, si no fuera por Diego de Agüero y por Rodrigo Loçano, que ya auían desembarcado y, corriendo la ribera del río arriba, le auisaron, y dio buelta luego, y por estar toda la tierra alçada, no vuo balsas para ayudar a desembarcar la gente y cauallos [...] 70
Y recogida toda la gente, el Gouernador assentó el real en Túmbez, y en tanto llegó el capitán Benalcáçar, que en la ysla auía quedado con la gente que en los nauíos no pudo venir en la primera barcada, y hasta que los nauíos tornaron por él siempre los indios le dieron guerra. 70
Y más que veynte días el Gouernador estuuo en Túmbez haziendo mensajeros al señor de aquella tierra, y jamás a las pazes quiso venir y continuo hazía mucho daño en la gente seruil del real quando por comida yuan, sin que los españoles le pudiessen ofender porque estauan de la otra parte del río [...] 70-71
[...] y haziendo quanto pudieron en él, hizieron en todos aquellos quinze días cruda guerra a fuego y a sangre por los tres españoles que sacrificaron, hasta que el principal señor de Túmbez vino a las pazes con algún presente de oro y plata. 71
[...] y quanto llegó treynta leguas de Túmbez al río Poechos hizo de paz a todos los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, y hizo buscar y descubrir el puerto de Payta, que era el mejor de aquella costa, y embió al capitán Hernán de Soto a los pueblos y caciques que en la ribera de aquel río biuían, donde, después que algún recuentro con él vuieron, le vinieron de paz. 71
El Gouernador embió a Hernando Piçarro a Túmbez para que traxesse toda la gente que allí auía quedado, y después que boluió por ella, pobló la ciudad de Sant Miguel en vn pueblo de indios llamado Tangarara, en la ribera del río de la Chira, cerca de la mar porque los nauíos que viniessen de Panamá hallassen puerto seguro, porque ya algunos auían venido. 71
Ya diximos arriba cómo altiempo que el Gouernador entró en el Perú pobló la ciudad de San Miguel en la prouincia de Tangarara, junto al puerto de Túmbez, porque los que viniessen de España tuuiessen el puerto seguro para desembarcar y porque le pareció que auían quedado pocos cauallos (...) 87
(…) y para sentir algo desto auían embiado la vía de Túmbez a don Alonso de Montemayor, y a otros con él, porque [por] algunos nauíos que auían venido de Panamá sabían cómo Vaca de Castro quedaua aprestando su viaje. 145-146
Y llegó muy breuemente al Perú, y desembarcando en el puerto de Túmbez, hizo su viaje por tierra y començó a essecutar las ordenanças en cada lugar por do passaua, y vnos tassándoles los tributos y a otros quitándoles de todo punto los indios y poniéndolos en cabeça de Su Magestad (...) 189
Desde que el Visorey llegó al puerto de Túmbez embió adelante a gran priessa a notificar al licenciado Vaca de Castro sus poderes para que desistiesse de la gouernación (…) 190
Y hecho esto, fueron su camino hasta que aportaron al puerto de Túmbez, y el Visorey con el licenciado Aluarez saltó en tierra, dexando guarda en los nauíos, y luego en aquel puerto començaron a hazer audiencia y despachar prouisiones por todas partes. 230
De manera que assí estaua el Visorrey en el puerto de Túmbez tratando sus negocios en la forma sobredicha, la qual luego supo Gonçalo Piçarro, que estaua en la ciudad de los Reyes y vio muchos mandamientos y prouisiones de los que el Visorey hazía. 230
Y desta manera se fue por la costa sobre auiso que el Visorey estaua en el puerto de Túmbez. 233
Aviéndose retirado el Visorey con hasta ciento y cincuenta hombres al tiempo que Bachicao le tomó la armada en Túmbez, caminó con ellos hasta que llegó a la ciudad de Quito, donde le recibieron de buena voluntad, y allí se rehizo de hasta dozientos hombres, con los quales estaua en aquella tierra por ser muy fertil y abundante de comida, donde determinó aguardar lo que Su Magestad proueería después de sabido de Diego Aluarez de Cueto lo que en la tierra passaua, teniendo siempre buenas guardas y espías en los caminos para saber lo que Gonçalo Piçarro hazía, caso que desde Quito a Los Reyes ay más de trecientas leguas, como tenemos dicho. 236
Con lo qual y con otras muchas cosas que los soldados le dixeron le encendieron a que saliesse de Quito con la gente que tenía y se viniesse la vía de la ciudad de San Miguel, lleuando por su general vn vezino de Quito llamado Diego de Ocampo, que desde que el Visorey vino a Túmbez le auía acudido y ayudándole con su persona y hazienda en todas las cosas necessarias, en que gastó más de quarenta mil pesos que tenía suyos. 236
Viendo Gonçalo Piçarro que cada día crecía la fuerça y gente de su enemigo, y especialmente entendiendo el desbarato que en sus capitanes se auía hecho, determinó de ocurrir con toda la presteza possible a deshazer las fuerças al Visorey por la certidumbre que tenía de que cada día se le allegaua gente y armas y cauallos que venían de España y de las otras partes de las Indias, que casi necessariamente desembarcauan en el puerto de Túmbez (...) 240
Y tomando tierra en Túmbez, llegó a Sant Miguel, y vn Villalobos, que allí era teniente por Gonçalo Piçarro, le prendió y tomó los despachos, y a muy gran priessa los embió a Los Reyes por vía de Diego de Mora, que también era teniente en Truxillo. 323
Y pocos días después de ser buelto Diego de Vrbina con esta respuesta Rodrigo de Salazar, natural de Toledo, a quien Pedro de Puelles hazía gran confiança, concertándose con ciertos soldados amigos suyos, vna mañana le dio de puñaladas, y alçó vandera por Su Magestad, y, sacando de la ciudad trecientos hombres de guerra, se vino la buelta del puerto de Túmbez en busca del Presidente, por manera que ya no auía en toda la prouincia lugar ninguno que no tuuiesse la boz de Su Magestad antes que el Presidente llegasse a la tierra. 351
Y lleuando consigo hasta quinientos hombres, aportó con buen tiempo al puerto de Túmbez, quedándosele vn solo nauío, de que yua por capitán don Pedro de Cabrera, que por no ser tan buen velero no pudo tomar la costa del Perú y decayó al puerto de la Buenaventura, y después por tierra alcançó al Presidente. 355

Tumibamba


Cita Número de página
Tomando su consejo, salió de Quito y fuese apoderando de la tierra poco a poco; y también Guascar enbió un Gouernador o capitán suyo con cierta gente a la ligera, y llegando a gran priessa a vna prouincia que se dize Tumibamba, que es más de cien leguas de Quito, y sabido cómo Atabaliba auía ya salido con su exército, despachó vna posta al Cuzco, haziendo saber lo que passaua a Guascar, para que le embiasse dos mil hombres de los capitanes y gente práctica en la guerra, porque con ellos juntaría treynta mil hombres de vna prouincia que se llama los cañares (gente muy belicosa), que estaua por él. 62
Y él lo hizo assí, y despachados los dos mil hombres a gran priessa, se juntaron con ellos los caciques de Tumibamba y los chaparras y paltas y cañares que estauan en aquella comarca. 62
Y sabido por Atabaliba, salió contra ellos, y pelearon tres días, muriendo mucha gente de ambas partes, hasta que, desbaratados los de Quito, Atabaliba fue preso sobre la puente del río de Tumibamba. 62
Y estando haziendo la gente de Guáscar grandes fiestas y borracherías por la vitoria, Atabaliba, con vna barra de cobre que vna muger le dio, rompió vna gruessa pared del tambo de Tumibamba y se fue huyendo a Quito, que es veynte y cinco leguas de allí, y tornó a juntar su gente, y, haziéndoles entender que su padre le auía conuertido en culebra y héchole salir por vn pequeño agujero y le auía prometido la vitoria si tornassen a pelear, los animó tanto que boluió sobre sus enemigos y peleó con ellos y los venció y desbarató, auiendo muerto mucha gente de ambas partes en estas dos batallas, tanto que hasta oy duran los corrales y montones que allí están llenos de huessos de hombres. 62-63
Continuando y siguiendo Atabaliba la vitoria, determinó yr sobre su hermano, y llegando a la prouincia de los cañares, mató sesenta mil hombres dellos, porque le auían sido contrarios, y metió a fuego y a sangre y assoló la población de Tumibamba, situada en vn llano, ribera de tres grandes ríos, la qual era muy grande, y de allí fue conquistando la tierra [...] 63

Vilcacinga


Cita Número de página
Y no le osó aguardar en la prouincia de Xauxa, por lo qual embió delante al capitán Soto con cierta gente de cauallo, yendo él en la retaguarda, y en la prouincia de Vilcacinga dieron de súbito tantos indios sobre el capitán Soto, que estaua muy cerca de ser desbaratado, matándole cinco o seys españoles, y como vino la noche los indios se retraxeron a la sierra (...) 85

Vilcas


Cita Número de página
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379

Villaoma


Cita Número de página
Y al tiempo que del Cuzco se partió, Mango Ynga (que como diximos tenía el Reyno del Perú y la borla dél) concertó con vn hermano suyo llamado Paulo y por otro indio llamado Villaoma, que era summo sacerdote entre los indios, que con mucha gente de la tierra yuan en compañía de don Diego, que quando más descuidado le viessen, diessen sobre él y matassen a él y a su gente porque en el Perú él tenía cargo de matar al Gouernador y a los que con el quedauan. 101
Y no podiendo Villaoma efetuar su intención en los Charcas, se boluió huyendo al Cuzco. 101
Y en este tiempo Mango Ynga, Señor del Perú, estaua preso en la fortaleza del Cuzco por los conciertos que arriba tenemos dicho que hizo con Paulo Ynga, y con Villaoma, su hermano, de matar los christianos. 107

Vrcos


Cita Número de página
Después de lo qual con este título començó a mucha priessa el capitán Alonso de Toro a hazer gente y, llamándose capitán general, hizo capitanes (…) no dexó cauallo en poder de hombre para yr la jornada, y los vezinos hábiles para la guerra los hazía yr personalmente, de manera que pudo allegar hasta trecientos hombres, con los quales, medianamente armados y apercebidos, se salió seys leguas del Cuzco a vn assiento que se llama Vrcos, adonde estuuo tres semanas, teniendo tan cerrado el camino que no podía saber nueua de lo que hiziessen sus contrarios porque todas las parcialidades de los indios ayudauan a Diego Centeno y le guardauan muy bien los caminos. 252

Xaquixaguana


Cita Número de página
Antonio de Robles començó a recoger toda la gente y dineros que pudo, y saliendo con ella hasta Xaquixaguana, que son quatro leguas del Cuzco, tuuo allí nueuas cómo después de auer estado Diego Centeno por más de vn año escondido en vna cueua (como arriba está dicho) tuuo allí noticia de la venida del Presidente y de las cosas más señaladas que en la tierra passauan (...) 333
En la vltima reseña que mandó hazer halló que tenía setecientos arcabuzeros y quinientos piqueros y quatrocientos de cauallo, caso que desde entonces hasta que llegó a Xaquixaguana se recogieron hasta llegar a número de mil y nouecientos hombres, y assí salió el campo de Xauxa y veynte y nueue de diziembre del año de quarenta y siete, caminando en buena orden la vía del Cuzco para tentar por donde auría menos peligro de passar el río de Auancay. 364
Y como Gonçalo Piçarro supo que el Presidente auía passado el río con su campo y tomado el alto de la sierra, salió del Cuzco con nouecientos hombres de pie y de cauallo, los quinientos y cincuenta arcabuzeros, y con seys pieças de artillería, y vino a sentar el real en Xaquixaguana, que era cinco leguas del Cuzco, en vn llano al pie del camino por donde el real del Presidente auía de baxar de la sierra (...) 369
Esta es la cabeça del traydor Gonçalo Piçarro, que se leuantó en el Perú contra Su Magestad y dio batalla contra su estandarte real en el valle de Xaquixaguana'. 373-374
(…) y vsando de poder y comissión que de Su Magestad tenía, perdonó a todos los que se hallaron en aquel valle de Xaquixaguana y acompañamiento del estandarte real de todas las culpas que les pudiessen ser imputadas durante la rebelición de Gonçalo Piçarro en quanto a lo criminal, reseruando el derecho a las partes en quanto a los bienen y causas ciuiles, según se contenía en su comissión. 374

Xauxa


Cita Número de página
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
Y no le osó aguardar en la prouincia de Xauxa, por lo qual embió delante al capitán Soto con cierta gente de cauallo, yendo él en la retaguarda, y en la prouincia de Vilcacinga dieron de súbito tantos indios sobre el capitán Soto, que estaua muy cerca de ser desbaratado, matándole cinco o seys españoles, y como vino la noche los indios se retraxeron a la sierra (...) 85
Y Quizquiz no le aguardó, antes se fue la vía de Xauxa a dar sobre algunos españoles que allí supo auer quedado guardando su fardaje y haziendas y con la hazienda real, que tenía cargo el tesorero Alonso Riquelme. 86
Y don Diego y él y toda la otra gente se fueron a Pachacama, donde supieron queles auía venido a recibir el Gouernador desde Xauxa, donde estaua, y antes que don Diego partiesse de Quito quemó biuo al cacique que se le fue la noche que hemos dicho, y quiso hazer lo mismo a Felipillo, si no rogara por él don Pedro de Aluarado. 92
Yendo don Diego de Almagro y don Pedro de Aluarado desde Quito para Pachacama, el cacique de los cañares les dixo cómo el Quizquiz, capitán de Atabaliba, venía con vn exército de más de doze mil indios de guerra y traya recogida toda quanta gente de indios y ganado auía hallado desde Xauxa abaxo y que él se lo ponía en las manos si lo querían aguardar, y no dando don Diego crédito a esto, continuó su camino sin detenerse. 93
Llegados don Diego y don Pedro a Pachacama, el Gouernador, que allí auía venido desde Xauxa, los recibió alegremente y pagó a don Pedro los cien mil pesos que se auían concertado con él de darle por el armada, aunque de muchos fue aconsejado que no se los pagasse, diziendo que la armada no valía cincuenta mil y que aquel concierto auía hecho don Diego de temor por no romper con don Pedro, que le tenía mucha ventaja, y que sería mejor embiarlo preso a Su Magestad. 96
Y él se quedó poblando la ciudad de los Reyes, passando allí la población que tenía hecha en Xauxa porque le pareció lugar más apazible y aparejado para todo género de contratación, por ser puerto de la mar. 96
Y yendo assí conquistando, le alcançó en la prouincia de Xauxa Gómez de Tordoya, natural de Villanueua de Barcarrota, con otros dozientos hombres de pie y de cauallo que tras él embió; y con todos quinientos hombres Alonso de Aluarado caminó hasta la puente de Lumichaca, donde los cercaron los indios por todas partes, y vuo con ellos batalla, en que los venció y mató muchos dellos. 115
Y en este camino, a causa que adoleció Iuan de Herrada del mal de que murió, no pudo dexar de detenerse don Diego, de suerte que se le passó Pedro Aluarez por el valle de Xauxa, donde él tenía determinado de aguardalle, aunque todauía le siguió. 161
En Xauxa murió Iuan de Herrada; y don Diego embió cierta parte del exército por los llanos para que recogiesse la gente que auía en Arequipa, adonde fueron sus capitanes y robaron todo quanto en la ciudad pudieron auer y aun cauaron todo el monesterio de Santo Domingo porque les dixeron que muchos vezinos tenían enterradas allí sus haziendas. 161-162
Y hizo maestre de campo a Pedro Aluarez Holguin y le embió con todo el campo a Xauxa para que le guardasse allí entretanto que él baxaua a la ciudad de los Reyes para recoger toda la gente y armas y municiones que pudiesse lleuar della y para dexar en orden aquella ciudad. 164
Y luego sacó su gente del Cuzco para yr sobre Vaca de Castro, que ya auía sabido cómo se juntó con Pedro Aluarez y Alonso de Aluarado y venía la vía de Xauxa en demanda suya (…) 166
Y dexando Vaca de Castro en la ciudad de los Reyes por su teniente a Francisco de Barrionueuo y por capitán de la mar a Iuan Pérez de Gueuara, se partió con toda la más gente que pudo para Xauxa, dexando orden en la ciudad que si don Diego baxasse por otro camino a la ciudad de los Reyes, como se dezía, todos los vezinos con sus mugeres y haziendas se acogiessen a los nauíos hasta que él viniesse en seguimiento de don Diego. 167
Llegado a Xauxa, Pedro Aluarez le estaua aguardando con toda su gente y adereçó de armas y picas y mucha póluora que allí se auía hecho. 167
Después que Vaca de Castro tuuo ordenada su gente en Xauxa, caminó la vía de Guamanga porque le vino nueua cómo don Diego venía a gran priessa a meterse en la villa o a tomar vn passo de vn río, que en cobrar lo vno y lo otro auría gran dificultad si primero se lo ocupaua el enemigo, porque la villa está cercada de vnos hondos valles o quebradas que la fortifican mucho. 169
Y pareciéndole que auía lugar para yr a atajar esta gente en el valle de Xauxa, por donde necessariamente auían de passar, despachó con gran presteza a Vela Núñez, su hermano, que con hasta quarenta personas fuessen a la ligera a atajar el passo a Pedro de Puelles y su gente (...) 206
El prouincialse dio gran priessa a andar, tornando consigo los corredores del campo porque le dixo que Pedro de Puelles y su gente auía dos días que eran passados por Xauxa y que en ninguna manera los podrían alcançar. 207
Y con ella se partieron hasta llegar al valle de Xauxa, donde a la sazón estaua alojado el campo de Gonçalo Piçarro, el qual ya auía sido auisado del mensaje que se le embiaua, y temiendo que si le llegassen a notificar, se le amotinaría la gente por el gran desseo que lleuauan de llegar a Lima en forma de exército y aun para saquear la ciudad con qualquiera ocasión que hallassen. 223-224
(…) proueyó por medio de los indios de Xauxa, que son del mismo Lorenço de Aldana, como se echassen en el real de Iuan de Acosta cartas para muchas personas y traslados del perdón, por manera que en todo el Reyno se tuuiesse noticia de la clemencia de que Su Magestad vsaua en aquel Reyno. 346
(…) y teniendo intento de no entrar en la ciudad de los Reyes hasta dar fin en su jornada, determinó que toda la gente del Reyno que estaua por Su Magestad se fuesse a juntar con él al valle de Xauxa, que era sitio conueniente para desde él esperar y acometer a los enemigos, y donde auía abundancia de comida. 355
Y assí embió a mandar a Lorenço de Aldana y a todos los que con él estauan en Los Reyes que se fuessen a Xauxa, donde los esperaría, y él se subió por la sierra. 355
Y juntándose con su campo, de que ya estaua apoderado su General Hinojosa, caminó con más de mil hombres que en él auía la vía de Xauxa, con gran plazer y contentamiento de todos, esperando verse presto libres de la tyranía de Gonçalo Piçarro (…) 355
Ya se ha contado arriba cómo el Presidente, no queriendo entrar en la ciudad de los Reyes, caminó por la sierra la vía del valle de Xauxa, lleuando consigo la gente que auía traydo de Tierra Firme y la que los capitanes Diego de Mora y Gómez de Aluarado y Iuan de Sauedra y Porcel y los demás tenían junta en Caxamalca y embiando a mandar al capitán Salazar, que estaua en Quito, que caminasse con la suya hasta se juntar con él, proueyendo demás desto que el capitán Lorenço de Aldana con la gente de su armada y la de la ciudad de los Reyes saliesse en su rastro. 363
Desta manera llegó al valle de Xauxa con hasta cien hombres y fue el primero que entró en él, y començó apercebirse de todas las cosas necessarias, assí de municiones como de mantenimientos, de que ay abundancia en aquella tierra (como hemos dicho). 363
Y tuuieron formas para auisar por todas partes de la venida del Presidente, el qual en Xauxa començó a ordenar su campo y proueyó que el Mariscal Alonso de Aluarado fuesse a la ciudad de los Reyes a traer la gente que allí auía y algunas pieças de artillería de las de la armada y ropa y dineros para algunos soldados, lo qual todo se efetuó en breue tiempo. 364
En la vltima reseña que mandó hazer halló que tenía setecientos arcabuzeros y quinientos piqueros y quatrocientos de cauallo, caso que desde entonces hasta que llegó a Xaquixaguana se recogieron hasta llegar a número de mil y nouecientos hombres, y assí salió el campo de Xauxa y veynte y nueue de diziembre del año de quarenta y siete, caminando en buena orden la vía del Cuzco para tentar por donde auría menos peligro de passar el río de Auancay. 364
Aviendo salido el Presidente del valle de Xauxa, llegó a su campo el capitán Pedro de Valdiuia, que, como arriba está dicho, era Gouernador en la prouincia de Chili y auía venido de allá por mar para desembarcar en la ciudad de los Reyes para lleuar gente y munición y ropa con que se acabasse de hazer la conquista de aquella tierra. 365
Este río nace de las cordilleras neuadas que están en el Perú entre la ciudad de los Reyes y el Cuzco donde salen quatro ríos, nombrados de las primeras prouincias por donde passan; vno se llama Aporima, otro Vilcas y otro Auancay y otro Xauxa, que sale de vna laguna de la prouincia que se llama Bombón, que es la más llana y más alta tierra del Perú, a cuya causa siempre en ella graniza y nieua. 379

yanaconas


Cita Número de página
En esta guerra los indios dieron, en la ciudad de los Reyes acaeció que muchos indios criados de los españoles, que llaman yanaconas, yuan de día a ganar sueldo de los indios y de noche venían a cenar y dormir con sus amos. 113
Ambos fueron muy aficionados a hazer por sus criados y gente y enrriquecerlos y acrecentarlos y librarlos de peligro, pero era tanto el excesso que en esto tenía el Marqués que aconteció, passando vn río que llaman de la Barranca, la gran corriente lleuarle vn indio de su seruicio de los que llaman yanaconas y echarse el Marqués a nado tras él y sacarle asido de los cabellos y ponerse a peligro por la gran furia del agua, en que ninguno de todo su exército, por mancebo y valiente que fuera, se osara poner. 153
Y fueron tantos los indios yanaconas que allí fueron a labrar que en breue tiempo se pobló aquel assiento de más de siete mil indios yanaconas, los quales entendieron tan bien el negocio que por concierto dauan a sus señores dos marcos de plata, cada vno en cada semana, con tanta facilidad que era mucho más lo que retenían para sí que lo que dauan. 298
Con este tan buen sucesso començó Caruajal a juntar dineros, en lo qual se dio tan buena maña que con poner en su cabeça todos los indios yanaconas de los vezinos muertos y huydos que le auían sido contrarios y con hazer lleuar más de diez mil carneros cargados de comida, de los indios de Su Magestad y otras partes, en breue tiempo juntó más de setecientos mil pesos, sin dar parte ninguna dellos a los soldados que le auían seguido, de lo qual se començaron tanto a desabrir que trataron de lo matar. 299

Yllatopa


Cita Número de página
Luego el Visorey fue auisado desta jornada por medio de vn capitán indio llamado Yllatopa, que andaua de guerra, y sabido por el Visorey, sintió mucho este mal sucesso. 206

Yllescas


Cita Número de página
Pues en tanto que el Gouernador quedó en Caxamalca, embió a Hernando Piçarro, su hermano, con cierta gente [dea] cauallo a descubrir la tierra, el qual llegó hasta Pachacama, que era cien leguas de allí, y en tierra de Guamacucho [sic: Guamachuco] encontró a vn hermano de Atabaliba llamado Yllescas, que traya más de trezientos mil pesos de oro para el rescate de su hermano, sin otra mucha cantidad de plata, y después de auer passado por muy peligrosos passos y puentes llegó a Pachacama, donde supo que en la prouincia de Xauxa, que era quarenta leguas de allí, estaua el capitán de Atabaliba, de quien arriba se ha hecho mención, llamado Cilicuchima [sic: Chilicuchima], con vn gran exército, y él le embió a llamar, rogándole que se viniesse a ver con él. 80
Aquel capitán de Atabaliba llamado Rumiñagüi, que arriba diximos que huyó de Caxamalca con cinco mil indios, en llegando a la prouincia de Quito, tomó en poder los hijos de Atabaliba y se apoderó en la tierra, haziéndose obedecer por señor della, y después Atabaliba, poco antes que muriesse, embió a su hermano Yllescas a la prouincia de Quito para traer a sus hijos, y el Rumiñagüi le mató y no se los quiso dar (...) 85
(…) y después desto algunos capitanes de Atabaliba, conforme a lo que él dexó mandado, lleuaron su cuerpo a la prouincia de Quito a enterrar con su padre Guaynacaua, los quales Rumiñagüi recibió muy honrada y amorosamente y hizo enterrar el cuerpo con gran solemnidad, según la costumbre de la tierra, y después hizo hazer vna borrachera, en la qual estando borrachos los capitanes que auían traydo el cuerpo los mató a todos, y entre ellos aquel Yllescas, hermano de Atabaliba, al qual hizo desollar biuo, y del cuero hizo vn atambor, quedando la cabeça colgada en el mismo atambor. 85

Ynga Viracocha


Cita Número de página
…y al principal dellos llamaron Çapalla Ynga, que es 'solo señor', aunque algunos quieren dezir que le llamaron Ynga Viracocha, que es tanto como espuma o grassa de la mar, porque, como no sabían el origen de la tierra donde vino, creyan que se auía criado de aquella laguna... 55

Ynga/yngas


Cita Número de página
Más adelante, por espacio de sesenta leguas, ay otra población de christianos que se llama Guánuco, hecha por mandado del licenciado Vaca de Castro, que la llamó León, por se él natural de la ciudad de León, en España; es tierra de mucha comida, y créese que en ella ay abundancia de minas, especialmente azia la parte que tiene ocupada el Ynga que está alçado y de guerra en la prouincia de los Andes como adelante se declarará... 48
Esta villa es de poca población de christianos, aunque se cree que se acrecentaría mucho si el Ynga viniesse de paz, porque está muy cerca della y les tiene ocupada a los vezinos la mejor tierra y donde ay muchas minas y abundancia de coca, que es hierua de mucho prouecho, como arriba está dicho. 48
…La ciudad se divide en quatro estancias, en cada vna de las quales tenía mandado el Rey (que en lengua de indios se llama Ynga) que biuiessen y se aposentassen los indios de azia la parte que correspondía a aquel quartel, desta manera que el que tira azia el Mediodía se llama Collasuyo, por vna prouincia que está azia aquella parte llamada Collao; y el que está a la parte del Norte, contrario déste, se llama Chinchasuyo por causa de vna prouincia muy nombrada qie cae en aquel derecho llamada Chincha, que agora es de Su Magestad, harto pobre y despoblada según lo que solía... 48
Al tiempo que le nació el primer hijo mandó hazer Guaynacaua vna maroma de oro, tan gruessa (según ay muchos indios biuos que lo dizen) que asidos a ello más de dozientos indios orejones no la reuantauan muy fácilmente; y en memoria desta tan señalada joya llamaron al hijo Guasca [sic: Guascar], que en su lengua quiere dezir 'soga', con el sobrenombre de Ynga, que era de todos los reyes, como los emperadores romanos se llamauan Augustos. 59-60
Y de ay a poco llegó el Gouernador con toda la retaguarda, y allí le salió de paz vn hermano de Guáscar y de Atabaliba que por su muerte auían hecho Ynga o Rey de la tierra y dádole la borla, que era la insignia o corona real, llamado Paulo (sic, por Mango Ynga). 85-86
Pues llegando Hernando Piçarro al Cuzco, tomó grande amistad con el Ynga y le trataua muy bien, aunque siempre le hazía guardar. 107
Creyóse que esta amistad era a fin de pedirle algún oro para Su Magestad o para sí mismo, y dende a dos meses que llegó al Cuzco, el Ynga le pidió licencia para yr a la tierra de Yncay [sic: Yucay] a celebrar cierta fiesta, prometiéndole traer de allá vna estatua de oro maciço que era al natural de su padre Guaynacaua. 107
Y assí vino el Ynga con todo su poder sobre el Cuzco y la tuuo cercada más de ocho meses, y cada lleno de luna la combatía por muchas partes (…) 107
Pues con la instancia que toda esta gente hizo a don Diego, se boluió, y quando llegó a seys leguas del Cuzco, sin hazer saber nada a Hernando Piçarro, se carteó con el Ynga, prometiéndole de perdonarle todo lo que auía hecho si fuesse su amigo y le fauoreciesse, porque aquella tierra del Cuzco era de su gouernación, y que boluía a apoderarse della. 109
Y el Ynga cautelosamente le embió a dezir que se fuesse a ver con él. 109
Lo qual don Diego hizo, no recelándose de engaño ninguno, dexando alguna parte de su gente con Iuan de Sayauedra y lleuando él toda la demás, Mas quando el Ynga vio su tiempo, dio sobre don Diego con tanta furia que le hizo boluer atrás. 109
Y quando don Diego de Almagro boluió de verse con el Ynga passó a vista del Cuzco y, juntándose con Iuan de Sayauedra, vino con toda su gente [con] vanderas tendidas sobre la ciudad y prendió a quatro de cauallo que Hernando Piçarro embió a le hablar y embió a requerir al Cabildo con las prouisiones para que le recibiessen por Gouernador. 109-110
Don Diego de Almagro hizo Ynga y dio la borla del Imperio a Paulo porque su hermano Mango Ynga, visto lo que auía hecho, se fue huyendo con mucha gente de guerra a vnas muy ásperas montañas que llaman los Andes. 111
Y porque tuuo nueua el Marqués que tras Diego de Agüero venía gran copia de indios de guerra, embió a vn Pedro de Lerma con más de setenta de cauallo y con muchos indios amigos, que salieron al recuentro a la gente del Ynga, con los quales pelearon gran parte del día hasta que en vn peñol los indios se hizieron fuertes, y los españoles los cercaron por todas partes (...) 113
El caudillo destos indios era vn señor llamado Tiço Yopangui y con aquel hermano del Ynga, que el Marqués embió con Gaete. 113
Con las vitorias que Alonso de Aluarado vuo de los indios yendo camino del Cuzco, assí en Pachacama como en Lumichaca (según arriba está dicho), el Ynga y Tiço Yopangui tuuieron por bien de alçar el real de sobre la ciudad de los Reyes. 117
Y después que passó vna población que se llamaua Ynga llegó a la tierra de los Quixos, que es la vltima que conquistó Guaynacaua azia la parte del Septentrión, donde los indios le salieron de guerra y en vna noche desaparecieron todos, que nunca más ninguno pudieron auer. 136
(…) y en toda esta jornada siruió a don Diego, Paulo, hermano del Ynga, a quien el Adelantado, su padre, auía hecho Ynga, cuya ayuda era de muy gran importancia porque yua adelante del exército y, con muy pocos indios que lleuasse, todas las prouincias de la tierra proueyan de comida y indios para lleuar las cargas y de todo lo demás que era necesario. 166
En este tiempo Paulo, el hermano del Ynga, acometió a la gente de Vaca de Castro por la parte yzquierda con muchos indios de guerra, tirándoles muchas piedras y varas. 174
Y Diego Méndez se soltó de la cárcel con otros dos de los presos y se fueron con el Ynga [a] aquellas montañas que se llaman los Andes, que por la aspereza de la entrada son inexpugnables. 180
Y el Ynga lo recibió alegremente, mostrando mucho sentimiento de la muerte de don Diego porque le era muy aficionado. 180
(…) y otros, que más honestamente tratauan este negocio, dauan por escusa de la junta de la gente que para yr Gonçalo Piçarro a la ciudad de los Reyes auía de passar por las tierras donde estaua el Ynga alterado y de guerra y que para defenderse dél avía menester lleuar gente (...) 193
Y assí para en quanto a la jornada de la suplicación se dio a Gonçalo Piçarro título de Procurador General de la tierra, y en quanto a la defensa del Ynga le nombraron por capitán general del exército, y sobre todo esto se hizieron ciertos auctos con que se suele dar color a semejantes negocios. 193
Y embiaron al capitán Francisco de Almendras con cierta gente a guardar los presos para que en la ciudad de los Reyes no se pudiesse tener noticia destas determinaciones; y por vía de indios, Paulo, hermano del Ynga, proueyó como no pudiesse passar nadie a dar el auiso. 193
Y embió adelante a Iuan Sayavedra, natural de Seuilla, con cien hombres, que en la prouincia que después llamaron Las Charcas topó con ciertos indios que venían de Chili, no sabiendo lo que auía passado en el Perú, a dar la obediencia al Ynga y le trayan en presente ciertos taxuelos de oro fino muy subido, que pesauan ciento y cincuenta mil pesos, y se los tomaron, queriendo demás desto prender Iuan de Sayauedra al capitan Gabriel de Rojas, que allí estaua teniendo la justicia por el Gouernador Piçarro, y el desque lo sintió se retiró al Cuzco. 101
Y quando este acuerdo se tomó entre los indios, el Ynga mandó hazer grandes sementeras para que la gente de guerra tuuiese de comer, de la qual prouisión nunca los españoles tuuieron noticia. 101
Estos señores mantenían en paz sus indios y eran sus capitanes en las guerras que tenían con sus comarcanos, sin tener señor general de toda la tierra hasta que de la parte del Collao, por vna gran laguna que allí ay, llamada Titicaca, que tiene ochenta leguas de bojo, vino vna gente muy belicosa, que llaman yngas, los quales andan trasquilados, y las orejas horadadas, y metidos en los agujeros vn pedaço de oro redondo, con que los van ensanchando; estos tales se llaman ringrim [sic: rinri] , que quiere dezir oreja. 55
Estos yngas començaron a poblar la ciudad del Cuzco, y desde allí fueron sojuzgando toda la tierra y la hizieron tributaria, sucediendo por línea derecha de hijos el imperio, como quiere que entre los naturales no suceden los hijos, sino primero el hermano del muerto siguiente en edad, y después de aquél fallecido torna el señorío al hijo mayor de su hermano, y assí dende en adelante hereda el hermano déste; y después torna a su hijo, sin que jamás falte este género de sucession. 56
La insignia o corona que estos yngas trayan para mostrar su señorío era vna borla de lana colorada que les tomaua desde vna sien hasta la otra y casi les cubría los ojos; y con vn hilo desta borla entregado a vno de aquellos orejones gouernauan la tierra y proueyan lo que querían con mayor obediencia que en ninguna prouincia del mundo se ha visto tener a las prouisiones de su rey, tanto que acontecía embiar a assolar vna prouincia entera, y matar quantos hombres y mugeres en ella auía, por mano de vno solo destos orejones, sin que lleuasse otro poder de gente ni de comissión mas de vno de aquellos hilos de la borla; y en viéndole afrécense todos de muy buena gana a la muerte. 56
Por la sucessión destos yngas vino el señorío a vno dellos que se llamó Guaynacaua (que quiere dezir 'mancebo rico'), que fue el que más tierras ganó y acrecentó a su señorío y el que más justicia y razón tuuo en la tierra, y la reduxo a policía y cultura tanto que parecía cosa impossible vna gente bárbara y sin letras regirse con tanto concierto y orden y tenerle tanta obediencia y amor sus vassallos, que en seruicio suyo hizieron dos caminos en el Perú, tan señalados que no es justo que se queden en oluido, porque ninguna de aquellas que los autores antiguos contaron por las siete obras más señaladas del mundo se hizo con tanta dificultad y trabajo y costa como éstas. 56

yucas


Cita Número de página
Las viandas que en aquella tierra comen los indios son maíz cozido y tostado, en lugar de pan, y carne de venados, cecinados a manera de moxama, y pescado seco y vnas rayzes de diuersos géneros, que ellos llaman yucas y axís y amotes [sic: camotes] y papas y otras, de otras maneras, y altramuces y otras legumbres. 46

Yucay


Cita Número de página
Creyóse que esta amistad era a fin de pedirle algún oro para Su Magestad o para sí mismo, y dende a dos meses que llegó al Cuzco, el Ynga le pidió licencia para yr a la tierra de Yncay [sic: Yucay] a celebrar cierta fiesta, prometiéndole traer de allá vna estatua de oro maciço que era al natural de su padre Guaynacaua. 107

yungas


Cita Número de página
Diuídense en tres géneros todos los indios destos llanos, porque a vnos llaman yungas, y a otros tallanes, y a otros mochicas; en cada prouincia ay diferente lenguaje, caso que los caciques y principales y gente noble, demás de la lengua propia de su tierra, saben y hablan entre sí todos vna mesma lengua, que es la del Cuzco, por causa que el Rey del Perú llamado Guaynacaua, padre de Atabaliba, pareciéndole que era poco acatamiento de sus vassallos, especialmente de los caciques y gente principal que más ordinario con él trataua, auer de negociar por intérprete, mandó que todos los caciques de la tierra y sus hermanos y parientes embiassen sus hijos a seruirle en su Corte, so color que aprendiessen la lengua, aunque principalmente su intento era assegurar la tierra de todos los principales con tenerles sus hijos en rehenes. 39

zara/çara


Cita Número de página
La gente que habita debaxo de la línea y en las faldas della tienen los gestios ajudiados, hablan de papo con moros, son dados al pecado nefando, a cuya causa maltratan a sus mugeres y hazen poco caso dellas, y andan trasquiladas sin otra vestidura más que vnos pequeños refaxos con que cubren sus verguenças, y ellas siembran y amassan y muelen el pan que en toda aquella prouincia se come, que en la lengua de las Yslas se llama maíz, aunque en la del Perú, se llama zara. 33
…y esto se ha conseruado de tal manera que los mismos indios del Perú, quando hablan con los christianos, nombran estas cosas generales por los vocablos que han oydo dellos, como al cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacique, y aquel su pan de que está dicho le llaman maíz, con nombrarle en su lengua çara, y al breuaje llaman chicha, y en su lengua, açua; y assí de otras muchas cosas. 55